fbpx
Connect with us

Destacada

A cien años de la huelga general y sus 1356 muertos

Agradecemos a Christian Ferrer quien en el 2005 encargó la traducción de éste capítulo del libro de Katherine Dreier para publicar en la Revista Sociedad, número 24, de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. Y en el Centenario de la histórica huelga de 1919 quiso compartir este increíble testimonio.

Traducción de Marie Longobardi

Huelga General, Buenos Aires, enero de 1919. Capítulo del libro “Five Months in the Argentine from a Woman’s Point of View” de Katherine Dreier -millonaria y feminista que vivió esos días en Buenos Aires-.

Katherine Dreier

Cuando sugerí por primera vez la posibilidad de ir a Sudamérica muchos me advirtieron acerca de lo peligroso que podía ser, recordándome sus constantes revoluciones, pero yo simplemente me reí ante esta idea, diciendo que hablaban de una Buenos Aires de hace cincuenta años atrás, no de la Argentina de hoy. Sin embargo estaba equivocada, pues el Espíritu de la Revolución aun acecha a este país grande e inquieto. Como ya he citado, “la historia de los pueblos del sur está llena de revoluciones y es rica en sueños de una perfección inalcanzable”. Es esta audacia para hacer frente a revoluciones lo que los vuelve tan interesantes. Somos todos una mezcla tan curiosa de valentía y miedo… lo que en el norte nos deja impertérritos, a ellos en cambio los sobrecoge de temor, tal como se ve ilustrado en la época de la epidemia de la que hablaré más tarde, ¡pero quién en New York no estaría aterrorizado ante la idea de una revolución! ¡Sin embargo García Calderón se refiere a ella como la única manera de conseguir la perfección inalcanzable! Y yo por mi parte estaba feliz de encontrarme casualmente en Buenos Aires en el momento en que una nueva ola de búsqueda de lo inalcanzable arrasó con la ciudad.
Para la mayoría fue como un rayo que cayera de los cielos. ¡Tan inesperado! Todos sabíamos de la “Huelga Vasena”, había durado semanas, ¿pero a quién le importaba? ¿Quién realmente estaba interesado salvo de manera vaga y lejana? Pero entonces cayó el rayo. Se llamó a una Huelga General y los trabajadores de Buenos Aires abandonaron sus herramientas. Fuimos entonces forzados a prestar atención – nosotros, gente cómoda. Tuvimos que escuchar la historia de la Huelga Vasena, la Huelga del Puerto y otras huelgas; la gente exigía que escucháramos, nos obligaron a escuchar. ¡Y vaya que escuchamos! Cuán diferentemente fue que escuchamos todos, es lo que trataré de contar. También intentaré contar la historia imparcialmente, tal como a mí me llegó, una de los tantos oyentes forzados en Buenos Aires.
La huelga se convocó para las tres de la tarde del jueves 9 de enero, una huelga general para asistir al funeral y honrar a los muertos que habían caído el día anterior en los Talleres Vasena. Esto, como ya dije, fue como si una bomba hubiera caído del cielo, puesto que nadie lo esperaba. Nunca había creído posible que los trabajadores pudieran estar tan enardecidos como para organizar satisfactoriamente semejante huelga. Caí en la cuenta de lo terribles que debían ser las condiciones en las que estaban viviendo y trabajando como para lograr que ésta fuera posible, ya que se trató de una huelga general en la que todos participaron. Incluso nosotros fuimos obligados a hacer caso de sus muertos, dado que quienes hacían a nuestra comodidad se rehusaron a trabajar. 
El nuestro fue el único hotel que consiguió servir las comidas a sus huéspedes durante los siguientes días, así como continuar con el aseo de las habitaciones. Todos los otros hoteles, incluso los mejores, como el Plaza, el Majestic y el Savoy, no pudieron hacer nada por sus huéspedes más que permitirles conservar sus habitaciones. Éramos, por lo tanto, más afortunados y personalmente padecí poco, siendo la única diferencia el tener que tomar el desayuno en el comedor en vez de tenerlo servido, de acuerdo a la costumbre europea, en nuestras habitaciones (costumbre que existe en toda Sudamérica). Si uno puede llamar incomodidad al tener que presentarse puntualmente para el almuerzo y la cena (que se servía a modo de table d’hote ), entonces estábamos incómodos. Que nuestro hotel pudiera servirnos tan bien se debía a la lealtad personal de un cocinero, dos camareras, el conserje, el maitre d’hotel y el cajero; todos daban una mano. Pero en otros hoteles donde el espíritu de cooperación entre el patrón y los empleados no existía, los huéspedes sufrieron bastante. Todo se detuvo; todos los panaderos, todos los lecheros, todos los carniceros, todas las tiendas, todos los carruajes y coches, todos los automóviles, todos los tranvías. De hecho el trabajo mismo se detuvo y el indefenso millonario se vio obligado a depender de sus propios recursos. Después de todo, quedó demostrada la inutilidad del oro cuando la gente se rehúsa a reconocerlo como bien de cambio. Porque el oro no podía llevarnos de aquí para allá, u hornear o freír o realizar ninguna de las tantas cosas que hacen agradable la vida. Tan bien organizada estaba esta huelga que ningún coche privado siquiera intentó aventurarse a las calles. La comida que se traía del campo fue abandonada a pudrirse en el depósito, ya que no había hombres para descargarla del tren ni nadie que luego la cargara a los vagones para ser transportada, como tampoco ningún vagón para llevarla. Los hospitales se vieron forzados a enviar sus ambulancias, enarbolando la Cruz Roja, a recolectar sus alimentos de la estación. Esto devino en duras privaciones para las madres con criaturas y para los niños pequeños, puesto que no habría de comprarse ningún pan, no habría de tenerse nada de leche.
   La causa de este tremendo trastorno era la huelga que había durado tres semanas en los Talleres Metalúrgicos Vasena. Vasena, un inmigrante italiano, había logrado montar los talleres metalúrgicos más grandes de esta parte de Sudamérica. Después de su muerte, los talleres se convirtieron en una compañía mayormente adquirida por capitalistas ingleses. Los hombres exigían menos horas de trabajo y mejores salarios. Al haber sido rechazadas estas demandas declararon la huelga. La compañía, no obstante, mantuvo los talleres en funcionamiento contratando rompehuelgas japoneses en un número de alrededor de trescientos. Los ánimos se exaltaron y el resultado fue que el miércoles, ocho de enero, el estallido causó la muerte de varios huelguistas. Se llamó a una huelga general al principio únicamente para la tarde del jueves, dirigida a la gente de Buenos Aires con el fin de honrar a los trabajadores muertos. Esto era un jueves nueve de enero, el funeral a realizarse a las tres de la tarde. Lo que ocurrió luego nadie lo sabe, pues cada parte niega rotundamente haber sido autor del primer disparo. ¡Pero hubo un primer disparo! Una tremenda multitud de condolientes había precedido los coches fúnebres. Entre las personas que formaban el cortejo se encontraban algunos diputados socialistas, uno de los cuales le contó a la Doctora Moreau que al entrar al enorme cementerio llamado Chacarita, donde los pobres entierran a sus muertos, fueron repentinamente atacados y baleados por la policía. Se desencadenó un terrible tiroteo que resultó en la muerte de cuarenta o cincuenta personas más. Los huelguistas firmemente sostenían –y estaban respaldados por el diputado socialista– no haber sido los primeros en atacar. No es de extrañarse que este incidente, espantoso desde todo punto vista y sobre todo si uno se coloca en el lugar de aquellos que lloran a sus víctimas, lograra una expresión de apoyo entre todos los trabajadores a lo largo de toda ciudad.
Esa noche se llamó a una huelga general a la que todos respondieron, y el viernes por la mañana Buenos Aires despertó para descubrir que no había periódicos en sus mesas de desayuno, y hacia la tarde todos los empleados habían salido de sus casas y fábricas. La policía a su vez sostiene que simplemente se encontraba vigilando la entrada al cementerio para prevenir disturbios, y que ellos habían sido los primeros en ser atacados. No tomaré partido puesto que nadie sabe quién disparó, pero sí sé que el trabajador propiamente dicho en Buenos Aires está trabajando en condiciones que hacen que mis simpatías estén de su lado cuando lo que intenta es mejorar su situación.
Buenos Aires se encontraba en una curiosa posición, puesto que el día en que se declaró la Huelga no tenía Jefe de Policía. El Presidente Irigoyen (sic ) inmediatamente dio orden al General Dellepiane a tomar el mando total de las tropas y la policía durante la huelga. Esta fue, sin duda, una sabia decisión, ya que el General Dellepiane era un hombre que contaba con la total confianza y respeto de todos, patrones y obreros, argentinos y extranjeros. Dado que, por extraño que pueda parecer, el mayor alboroto provino de los extranjeros. El Dr. Gonzales (sic ), anterior Ministro de Guerra, fue entonces nombrado Jefe de Policía bajo las órdenes del General Dellepiane. Inmediatamente se convocó a la milicia y se ubicaron ametralladoras en los edificios administrativos, en la Casa Rosa (sic) en la Plaza de Mayo, en la Plaza Constitucione (sic), y en la Bocca (sic). Se situaron guardias armados ante la residencia privada del presidente, los edificios de la compañía de agua, los edificios de la compañía de gas y electricidad, el correo y las estaciones telegráficas, los cuarteles centrales de policía, el arsenal, las diversas estaciones de ferrocarril, los Talleres Metalúrgicos Vasena y frente a los depósitos del puerto. ¡Ni el famoso Jockey Club fue pasado por alto! Algunos barrios, aquellos en donde vive el trabajador más humilde, estaban particularmente vigilados y se encontraban cortados por cordones de tropas y policía que inspeccionaban a todos quienes quisieran pasar. Yo no podía sino sentir admiración hacia los hombres que habían organizado la huelga. Tan perfecta era, que en una ciudad de un millón y medio de habitantes no se podían encontrar suficientes rompehuelgas para contrarrestar la huelga general organizada. No creo que en los Estados Unidos sea posible lograr tal organización, y esto pienso habla bien de los Estados Unidos. Creo que solamente cuando el sufrimiento del hombre ha alcanzado tal intensidad y llega a agotar su última resistencia, la naturaleza humana recurre a medidas tan drásticas. La policía montada dispersaba todas las reuniones y, al mirar las calles desde mi balcón o al dar un paseo diario por mi zona, quedaba impresionada ante la seria expresión en los rostros de los hombres así como ante su serena dignidad.

Durante todo el día, el viernes diez, los únicos ruidos que llegaban de la calle fueron el retumbar de las grandes furgonetas que iban y venían, llevando su carga de infantes de marina armados para vigilar el puerto y los Talleres Vasena. Desde mi balcón pude observar muchos pequeños episodios donde la huelga se hacía presente más claramente. La desdichada llegada de los viajeros a la Estación Retiro sin ningún vehículo que los trasladara a su destino final; dándose cuenta súbitamente cuán lejos y a trasmano quedaba la estación, locación que siempre había parecido tan conveniente. Pero vaya si no es una historia totalmente diferente cuando uno tiene que cargar todo su equipaje uno mismo y caminar pesadamente, dificultosamente, en el insoportable calor de verano, hacia la zona residencial de la ciudad. 
A las nueve y media de la noche se llevó a cabo una emboscada bajo mi ventana en el Passeo de Julian (sic ), uno de los bulevares montado de la manera más espléndida en la ciudad. Un escuadrón de soldados de infantería de marina estaba persiguiendo a unos huelguistas que habían escapado del arresto y era realmente escalofriante ver a estas figuras revestidas de blanco lanzándose velozmente, entrando y saliendo entre los arbustos y árboles, a la caza de estos hombres con sus bayonetas relucientes al descubierto. A las diez en punto las ametralladoras abrieron fuego y el intenso cañoneo se prolongó durante media hora.
Cuando la comida comenzó a escasear, se tomaron por asalto varias comisarías, entre otras las No. 12, 20, 21, 30 y 32, imponiéndose a los guardias. Se dispusieron ametralladoras en los techos en estos sitios. Se tomaron por asalto la oficina de correos y el arsenal y todos los comercios que tuvieran armas de fuego fueron saqueados. Los huelguistas también intentaron cortar todos los cables eléctricos, de manera que toda la ciudad quedara sumida en la oscuridad total, pero en esto no tuvieron éxito. Sí lograron, no obstante, destruir muchas lámparas, 1500 lámparas de petróleo, 300 lámparas de arco voltaico y 1000 bulbos eléctricos, alcanzando su cometido a lo largo de todos los sectores residenciales, que se encontraban ahora en completa oscuridad. Esto aumentaba la confusión general al anochecer, y como muchas personas con malas intenciones utilizaban esta oportunidad bajo el pretexto de la huelga para ajustar alguna cuenta o llevar a cabo alguna venganza privada, el peligro se vio incrementado. En consecuencia, muchos jóvenes de buenas familias se ofrecieron como voluntarios en la fuerza policial para mantener bajo vigilancia su sector y, como se requería a la policía en todos lados al mismo tiempo, aun siendo asistidos por la milicia, esta ayuda agregada permitió que algunos pudieran descansar un rato. 
La posición del Gobierno no fue aliviada por los títulos de algunos periódicos extranjeros, especialmente los ingleses. Ya que, después de todo, el Presidente Irigoyen como presidente de la Argentina del rico y del pobre, del patrón y del obrero, contaba con la clarividencia como para advertir que cada parte tenía sus verdades a favor. Como le sucede a todo quien intenta ser justo, fue atacado por todas partes –por los empleadores por aliarse con los huelguistas, por los huelguistas por aliarse con los empleadores. Como yo veía la situación desde el punto de vista de alguien ajeno a la misma, no siendo ni patrón ni obrero, me parecía que el Presidente estaba tratando de ver las razones a favor de ambas partes, así como las razones en contra. Los ánimos se caldearon y el intenso calor durante esos días lo estimulaban en vez de aplacarlo. Por mi parte, pienso que, tomando todo bajo consideración, el gobierno controló la situación notablemente bien, y, en general, la gente mostró gran dominio de sí misma.
El once de enero La Prensa y La Nación volvieron a publicar sus periódicos por primera vez. Salí a dar mi paseo habitual, y, al caminar por Sarmiento llegando al cruce con la Calle San Martín pasé a tres policías armados que montaban guardia para impedir que nadie circulara por San Martín entre Sarmiento y Corrientes, la cuadra donde La Nación tiene su edificio. Cada policía portaba un arma cargada y una bayoneta. Al llegar al cruce, un hombre intentó abrirse paso a través de la policía, y entonces me di cuenta cómo fue que se mató a tanta gente inocente el día anterior, pues si el policía hubiera tenido que disparar, la bala perfectamente hubiera podido darme a mí tanto como a aquel a quien en realidad estaba destinada.
Se colocaron carteles por todas partes pidiendo a la gente que permaneciera tranquila. Se abrió fuego de metralla nuevamente a las 6 de la tarde, aunque se rumoreaba que la huelga terminaría esa noche. A la mañana siguiente, 12 de enero, aparecieron todos los periódicos. La huelga se había dado por terminada al final de la noche anterior excepto en los puertos. A las tres del día 11, un Comité de la Federal Obrera Regional , compuesto por los trabajadores Sebastián Marola , Manuel Gonzáles, Petro Vengut y Juan Curmos, presentó sus condiciones al General Dellepiane. El comité de trabajadores exigía, primero: La libertad de todos quienes hubieran sido detenidos durante la huelga; segundo: La aceptación de las condiciones que los huelguistas presentaran a la firma Vasena; tercero: La reincorporación de todos los trabajadores que habían sido despedidos por los Ferrocarriles Southern Pacific. Al mismo tiempo aprovecharon esta oportunidad para asegurar al gobierno que en ningún modo eran ellos responsables de los ataques perpetrados contra la oficina de correos y al Jefe de Policía. Esto sucedía a las tres. A las cuatro el Sr. Alfredo Vasena asistió a una conferencia con el Ministro del Interior y aceptó los términos de los trabajadores. Por consiguiente, el Jefe de Policía en nombre del Presidente Irigoyen declaró que los prisioneros serían liberados y aceptó los términos. Después de lo cual el comité de trabajadores emitió un manifiesto declarando que la huelga había concluido.
Algunos extractos de mi diario durante esos días quizás puedan agregar detalles de color a la historia general.
“Cerraron sus puertas todos los teatros, todas las salas de cine, la ciudad quedó completamente muerta. Apenas un puñado de cafeterías, de las menos costosas, tenían sus persianas de hierro a medio abrir, dado que en Buenos Aires todos los restaurantes y tiendas están equipados con persianas corredizas de hierro corrugado frente a sus ventanas y entradas principales. Estas persianas se encontraban abiertas de modo tal que al agacharse uno pudiera entrar a comer algo y, al mismo tiempo, en caso que los huelguistas lo objetaran, las persianas podían cerrarse y obstruirse. Los médicos debían enarbolar la bandera de la Cruz Roja para poder pasar sin ser importunados”.
“The Standard, en su publicación del 12 de enero, asume que la mayoría de los ataques de los trabajadores estaban dirigidos contra las firmas inglesas o de propiedad de los Aliados y, por lo tanto, creía que la huelga era fomentada por Alemania. Los rumores, por el contrario, dicen que las firmas inglesas explotan a sus hombres más que otras firmas. Quién tiene a la verdad de su lado es difícil de aseverar, pero esto es seguro: si las condiciones y horas de trabajo no hubieran sido tan terribles, la huelga nunca podría haber tenido lugar”.
“Hacia el mediodía del domingo 12 pasó el primer tranvía, y para las doce y media ya circulaban regularmente cada pocos minutos. Alrededor de la una y media, las tres líneas de vuelta al hotel hacían su recorrido normalmente, aunque pararon a las siete de la tarde”. 
“El odio de clase se puede observar en muchos pequeños incidentes. En particular, quedé sorprendida por un episodio que había presenciado entre un hombre de la denominada clase superior y un obrero. La indiferencia del obrero había despertado tal ira en el otro hombre que éste se hizo de una piedra afilada del suelo con intención de arrojársela al primero, pero luego, en vez de cumplir con este cometido, fue poseído por tal pasión que comenzó a patear a su adversario tal como lo hubiera hecho un niño malcriado. El obrero permanecía absolutamente pasivo hasta que algo que se dijo lo irritó, y entonces, repentinamente, extrajo su cuchillo. Afortunadamente para ambos, un hombre interfirió, un policía hizo sonar su silbato, apareció un automóvil con cuatro soldados armados, se acercó, dio una vuelta alrededor lentamente. Finalmente la multitud se disipó y un policía se marchó con el caballero, otro con el obrero… el auto se alejó”.
“Al atardecer los oficiales de marina circulaban nuevamente camino del cumplimiento del deber. En la misma mañana del 12 de enero volvieron a aparecer todos los periódicos. Alguien atacó a un canillita que vendía periódicos en mi esquina. Se había reunido una inmensa multitud y tres policías para escuchar la historia del chico. Dos de los policías fueron tras el hombre que había hurtado y destruido los periódicos del muchacho, pero no lograron atraparlo. Hacía calor y volvieron exhaustos y exasperados, y, queriendo dar rienda suelta a sus sentimientos reprimidos, comenzaron a golpear al pobre canillita con el llano de sus espadas y a gritarle que se marchara de una vez. Me hubiera gustado poder entender todo lo que se decía en la acalorada discusión entre aquellos que quedaron luego, pero, ¡ay!, sólo pude captar alguna que otra palabra, alguna que repetían constantemente. Algo acerca de ‘esta americana’. Puedo asegurar que no somos exactamente amados. Tampoco lo son los ingleses. No culpo de todas maneras enteramente a la gente, especialmente cuando uno acierta a escuchar comentarios como el siguiente: ‘Era un buen deporte ver las ametralladoras apuntando a los hombres, especialmente si uno se encontraba a salvo en el techo’. ¡Dicha observación proveniente de un escocés! O el comentario de un robusto e hinchado americano que se encontraba tomando su desayuno a las diez, desayuno compuesto de huevos, pan y manteca y dos tazas de café. Insatisfecho por no poder contar también con algo de jamón, dijo en algo parecido a un tono despectivo: ‘Todos aquí se comportan como enclenques. Deberían matar a tiros a algunos cuantos y así darles una lección’. Estaba furioso con el gobierno por interferir con su jamón y huevos, ¡y sin embargo habría de comer algo nuevamente en dos horas y vaya si contaba con ello!”.
“El Lunes, 13 de enero, los coches circularon hasta las ocho de la noche. Los camareros retornaron al mediodía, así como los otros sirvientes, y el hotel una vez más se encontraba en el orden de siempre. Habrían de encontrarse algunos aventurados choferes con sus caballos y carruajes de alquiler, pero no habría de verse ningún taxi”.
“Los informes hablan de 2000 personas muertas en los últimos días. La mayor cantidad de muertos y heridos se produjo en las proximidades de los Talleres Metalúrgicos Vasena. Si bien se hacía responsable de esta huelga a los Talleres Vasena, no se puede soslayar, como ya he mencionado, el hecho de que si la condición del obrero no hubiera sido tan terrible, la Huelga Vasena nunca podría haber devenido la cerilla que envolviera en llamas a los trabajadores en la Argentina”.
“El incidente de los Talleres Metalúrgicos Vasena fue en realidad simplemente la última cerilla que sirviera para prender fuego la ciudad y, a partir de lo que pude averiguar, la historia se sucede como sigue (recibí este relato de un amigo del hombre que actuó como delegado de la Policía bajo el Dr. Casas. El Dr. Casas renunció tres semanas antes de que se llamara a la huelga general): Hace aproximadamente cuatro semanas, cuando comenzó la huelga en los Talleres Metalúrgicos Vasena (donde se emplea a 1400 hombres) ésta tomó una dirección tan seria que la Compañía buscó protección en el Gobierno, protección que le fue garantizada. Como los trabajadores objetaran tal resolución, el Gobierno aconsejó a la Compañía Vasena que cerrara sus talleres y viera de llegar a un acuerdo. Ya se había consentido a esto, cuando desafortunadamente esa misma tarde del miércoles ocurrió el incidente entre los rompehuelgas japoneses y los huelguistas, causando la muerte de estos últimos, con los serios y trágicos resultados que siguieron al momento del funeral el jueves nueve de enero. Me dijeron que el Dr. Casas había renunciado porque creía haber descubierto, a través de la policía de Montevideo, un grupo de bolcheviques rusos que había formado un partido maximalista tanto en Montevideo como en Buenos Aires; por lo que aconsejó al Presidente mandar a detener a estos hombres. Al negarse a esto el Presidente, el Dr. Casas decidió renunciar. El domingo 12 de enero, en una casa en la esquina de Corrientes y Verinejo (sic) , se apresó a los líderes. Se declaró que contaban con el suficiente dinero, municiones y vituallas como para llevar a cabo la conspiración. Un hombre joven de aproximadamente treinta años, cuyo nombre era Pedro Wald –así contaba las historia– fue elegido Presidente Maximalista, y Jean Selestuk, Jefe de Policía. Se rumorea que más tarde Wald murió en la cárcel y que se tomaron como prisioneros alrededor de dos mil Maximalistas, todos ellos embarcados a bordo de una nave que convenientemente habría de naufragar a la altura del Cabo de Buena Esperanza. Más adelante toda esta historia en relación a Wald y el barco resultó ser una ficción periodística. Wald resultó ser no un bolchevique, sino un inocente judío que escribía para el periódico Die Presse, sin siquiera tendencias radicales. El clima estaba tan enrarecido y tan grande era la confusión que existía en la mente de la gente entre rusos y judíos, que muchos judíos fueron atacados al ser confundidos con rusos, y a su vez los rusos fueron tildados de bolcheviques. Incluso muchas firmas ya habían despedido a todos sus empleados rusos y judíos. La Dra. Moreau , médica, fue llamada a muchas casas judías para atender a los heridos. Su descripción de la devastación en estas casas fue muy gráfica: los libros habían sido rotos o quemados, los muebles destruidos, y muchos habían infligido heridas a personas inocentes, todo por una fábula de periódico sumada a la confusión y el temor de la gente. Este fue el primer atentado en la historia de la Argentina contra los judíos. El periódico anarquista La Protesta fue cerrado por la policía y fueron arrestadas las 40 personas que en él trabajaban. El número de detenidos era tan grande que tuvieron que abrirse los inutilizados recintos de la prisión en el Palacio de Justicia”.
“La huelga de los puertos se expandió a todas las embarcaciones de las líneas del Atlántico. Otra vez los rumores exageraban, diciendo que todos los servicios de ferrocarril se encontraban suspendidos, pero este era un informe falso ya que, en realidad, había pocos pasajeros, todos quienes pudieran hacerlo se quedaban en casa”.
“Para el 14 de enero los coches no se aventuraban fuera más tarde de las diez de la noche. Este día las ametralladoras se escucharon nuevamente en dirección de la estación de ferrocarril. Las emociones se enervaron y estuvieron tan incubadas por los residentes ingleses y americanos que la Cámara de Diputados aprobó una resolución el 15 de enero declarando la ley marcial. Esto, sin embargo, no fue aprobado por el Senado. Considerando que la demanda de la ley marcial provenía no de los argentinos sino de los americanos e ingleses, me alegraba que el Senado mostrara tal determinación. ¿Por qué deberían interferir estos poderes extranjeros?”.
“El año anterior había tenido lugar una huelga de siete semanas en los ferrocarriles erigidos con capital inglés. Los huelguistas demandaban pensiones de retiro y el Gobierno finalmente obligó a la gerencia a claudicar al aprobar una Ley de Pensión de Retiro para los empleados de los ferrocarriles. El servicio se restauró, pero incluso hoy es precario, pues nunca se sabe cuándo comenzará una huelga, ya que la política de los ferrocarriles ha sido despedir a los hombres poco tiempo antes de poder reclamar su pensión”.
“El 16 de enero aparecieron los primeros taxis, y el primer barco salió de Montevideo hacia Buenos Aires. En tanto la huelga continuaba, se transfirió a los pasajeros, en Montevideo, del transatlántico a los barcos fluviales pudiendo de esa manera arribar o partir”.
“Fue la primera noche que me animé a salir luego de que oscureciera. Me sentía aburrida de estar tan encerrada, exceptuando mi caminata diaria, que decidí aceptar la invitación a cenar en un restaurante cercano. Comparativamente, poca gente se había animado a salir aparte de nosotros, y todos los policías todavía portaban rifles cargados por la noche. Personalmente, como mujer, nunca me sentí tan segura como durante toda la huelga. Los hombres de verdad estaban demasiado ocupados y los cobardes se quedaban en casa. No se era importunado”.
“El final de la Huelga General, excepto la huelga del puerto, llegó el viernes 17 de enero, cuando el General Dellepiane llamó a una junta de representantes de la Federación del Trabajo y a los Anarquistas para discutir con ellos sus motivos de queja. El Presidente había dado su palabra a la Federación del Trabajo que se encargaría de que las compañías no se desquitaran con los huelguistas, quienes serían reincorporados en sus trabajos. Quinientos hombres arrestados ya habían sido puestos en libertad, ciento cincuenta más habrían de ser liberados durante el día, quedando alrededor de cuatrocientos todavía encarcelados a ser liberados al día siguiente. La huelga del puerto, no obstante, se mantuvo hasta el lunes 3 de febrero y se reinició nuevamente el martes 4 de febrero, como cierre patronal forzoso por parte de los navieros”.
Fue una experiencia maravillosa haber sobrevivido a la Gran Huelga, pero tal experiencia no tiene valor alguno a menos que se derriben los muros que nublan nuestra vista. Todo el tremendo cataclismo que el mundo ha atravesado en estos cinco últimos años no servirá para nada, y sólo engendrará uno mayor, a menos que haya reconciliado al mundo entero en una mayor comprensión a través de su sufrimiento. A través del sufrimiento, el mundo entero se emparenta. Y esta gran huelga de Buenos Aires no fue más que el círculo exterior del blanco de los movimientos que alcanzan a los países lejanos que radiaban de la bomba que había perforado a la civilización; expresión de una de las agitaciones periféricas de la calamidad del mundo.
Tenía que suceder. Bajo toda nuestra prosperidad y paz aparente, descansa una injusticia hacia la vida humana que tenía que hacerse conocer a todos. Como el Dr. Enrique Mouchet tan sucintamente nos expusiera en una conferencia: “Hace cien años la Revolución Francesa tuvo lugar porque el pueblo había caído en la cuenta de la injusticia de la entonces existente iniquidad política. Esta Revolución habría de instaurar la igualdad política en el mundo. Le llevó cien años evolucionar al pensamiento que había explotado en ese tiempo. Hoy la igualdad política existe prácticamente en todo el mundo, o al menos un trabajo más completo hacia ella. La Revolución Rusa es, a su vez, una explosión hoy para obligar al pueblo a tomar conciencia de la injusta distribución que impide la satisfacción de las necesidades primarias y fundamentales. No debemos impacientarnos si esto también lleva cien años, pues una revolución no cesa cuando se restaura el orden externo, es justamente entonces que la evolución comienza”. Mouchet hablaba a un grupo de trabajadores argentinos y lo que se me ocurrió en relación con lo que estaba diciendo era la idea de la bondad fundamental de las leyes de Dios. Un pensamiento nace –y crece hasta alcanzar a muchos– mediante el sufrimiento. Tomemos el pensamiento que hizo erupción en el tiempo de la Revolución Francesa, cien años atrás, para traer igualdad política al mundo. Para los hombres de entonces la igualdad política significaba un poder a ser atesorado, tal como los hombres acuñan el oro hoy en día. Era un terrible desgarro renunciar a un poco de este poder, y cuanto más uno tenía más duro era cederlo o compartirlo. Pero el tiempo hace maravillas y actualmente la persona promedio estaría sorprendida, si se detuviera a mirar atrás, al darse cuenta que compartir el poder político significaba entonces un desgarro tan grande como lo significa la demanda que se hace en el presente por compartir el oro. A la gente de hoy en día le parece simplemente natural que cada hombre y mujer pueda disponer de igualdad política. Cada uno de nosotros sabe que la mayoría no insistirá en ser Presidente de los Estados Unidos, empero, ese era el temor cien años atrás. Se temía que al compartirse la igualdad política se pudiera desembocar en un caos donde todos querrían convertirse en presidente. Y es el mismo temor en la revolución económica que estamos enfrentando hoy. Porque hay miles que sienten el derecho de satisfacer algo de sus deseos espirituales así como de sus necesidades básicas; de tener un poco de tiempo libre al cual llamar suyo y hacer de éste lo que se les antoje, para sí mismos solamente, en vez de ser constantemente esclavos del tiempo, simplemente a los fines de la sustentación y existencia; las personas que cuentan con un tiempo de ocio, una cantidad de medios con los que saciar sus necesidades espirituales, han inmediatamente concluido en que todo el mundo quiere ser millonario, un Pierpont Morgan o un Rothschild . Pero la gente, en general, no reclama ser un Rothschild o un Morgan más de lo que reclama ser presidente de los Estados Unidos. La riqueza implica una pesada responsabilidad a todos quienes desobedecen su ley. Puede tardar una generación, pueden ser dos o tres, pero la ley divina no puede romperse sin sufrir el castigo. Esa es la diferencia fundamental entre las leyes concebidas por el hombre y las leyes de Dios. Mediante el esfuerzo, político o social, las leyes del hombre pueden evadirse, pero ninguna ley divina podrá evadirse jamás, debe ser enfrentada. Y si se hace el intento de evadir la evolución natural de las leyes divinas, el miedo será una de las grandes retribuciones que el quebrantamiento de tales leyes conlleve. El miedo, de una u otra manera la raíz de todo mal; y el miedo entra en la casa del pobre tanto como en la casa del rico, en la del rico tanto como en la del pobre.”

Traducción de Marie Longobardi, Revista Sociedad número 24, invierno de 2005.

Seguir leyendo

Destacada

Aceiteros: un plenario de delegados de base para pensar, capacitar y representar mejor a los trabajadores

En la previa del XII Plenario de Delegadas y Delegados de Base Aceiteros y Desmotadores de Algodón que se desarrolló el 16 y 17 de abril en el auditorio de Foetra, Nora Anchart entrevistó al líder Aceitero, Daniel Yofra, quien se va perfilando como uno de los dirigentes gremiales con mayor presencia dentro del mundo sindical. El record de sus paritarias anuales y la permanente actividad en respaldo a la unión de los trabajadores en pos de una vida digna, lo convierten en una referencia para los diversos sectores. “Nos quieren hacer creer que para ser digno hay que tener trabajo. Y eso es mentira. Lo que te da dignidad es tener un buen salario según su definición constitucional y legal, y para eso necesitamos saber cuánto vale nuestro trabajo y cómo defender ese valor. Y la forma de defenderlo ya la conocemos: es en las fábricas y en la calle, luchando para que nadie quiera destruir nuestros derechos justo cuando empiezan a hablar de una reforma laboral al estilo de los años 90, cuando alimentaron la tercerización y la precarización laboral que continúa hasta hoy”, dijo Yofra al anticipar la tónica del plenario.

LCV: Contanos un poco de qué se trata el plenario

—Bueno, este es un plenario que lo hacemos todos los años para los delegados y delegadas de la República Argentina, Aceiteros y Desmotadores, que son los dos sectores de los cuales representamos. Lo hacemos con la finalidad de ayudarlos a pensar, de capacitarlos de todo lo que necesitan los delegados para defender a sus trabajadores. La idea es hacer un plenario para que los compañeros y las compañeras se vayan a sus lugares de trabajo a representar lo mejor posible a sus trabajadores.

LCV: Va a haber también un panel internacional con situación de la clase trabajadora en América Latina ¿Siempre incluyen el capítulo internacional de geopolítica.

—Sí. Nosotros necesitamos saber cómo fueron las experiencias que han tenido, por ejemplo, Ecuador con la dolarización, Honduras como para tener en cuenta cuáles fueron las experiencias de ellos sobre la dolarización y que los compañeros y compañeras sepan cuál es el destino que nos toca vivir si eso ocurre. No en sólo cuestión de decir que la dolarización no sirve, sino que queremos saber por qué no sirve. Queremos que haya países que hayan implementado la dolarización y que si les fue bien o les fue mal, que lo digan ellos.

LCV: Después sigue algo que me parece importantísimo, reformas del nuevo gobierno y su impacto en las políticas de género. ¿Por qué eligieron este tema particularmente?

—Todos los años venimos implementando charlas sobre cuestión de género, sobre identidad, o sea, tenemos representantes más que nada en la parte legal, donde han escrito un libro sobre la cuestión de género que nos ayuda también a pensar sobre cuál es la posición de un dirigente sindical, más que nada cuando es varón, en donde nosotros tenemos en su gran mayoría varones, sería importante para nosotros saber cuál es la implicancia de todas estas normas que quieren sacar y que fueron una lucha ganada por el sector principalmente de las mujeres. Me parece que es algo muy importante y que nosotros le queremos dar trascendencia y más que nada también debatir sobre esa situación.

LCV: El día miércoles 17 de abril, abren con el tema de la batalla cultural y en este caso enfocan a la prensa en ese problema. ¿Cómo lo ves?

—Nosotros creemos que venimos perdiendo terreno hace muchos años. La batalla cultural dentro de las capacitaciones es un común denominador. Consideramos que no es solamente hoy algo que se está haciendo sobre un sector, sino de todos los sectores. O sea, han avanzado mucho en todos los sectores y me parece que tratar de que vengan periodistas, de ver cómo manejan la información, cuáles son las tendencias en este momento, nos van a servir para darnos cuenta por qué dicen determinadas cosas. El tema, principalmente de las mujeres, me parece que no es solamente de las mujeres, sino de todos nosotros.

LCV: En el campo de los derechos humanos hoy se discuten cosas que a lo mejor nosotros creíamos que ya estaban consolidadas y sin embargo hoy se vuelven a discutir.

—También hay que entender esto y hay que aclararlo, porque si no parecería que el único mal que tenemos es el gobierno que está. El tema de la batalla cultural, cuando nosotros hablamos o cuando ellos hablan de que los trabajadores del Estado son todos ñoquis, son todos unos vagos, es producto de que el primer negreo es hacia los trabajadores del Estado. Entonces, evidentemente, el Estado anterior tampoco ha dejado con esa seguridad que necesitan los trabajadores de que no venga un desquiciado a echarlo, porque están estigmatizados hace mucho tiempo. Entonces me parece que en ese sentido nosotros tenemos que pensar de que los responsables son los gobiernos anteriores, que es el primer precarizador de la clase trabajadora, en donde tienen trabajadores dentro de los ministerios con contrato de un año, y que hace 20 años que están contratados. Entonces me parece que en ese sentido también tenemos que pensar de que nos han dejado una bomba con una mecha muy corta, y nosotros pensamos solamente que los hijos de puta son los que están ahora y no pensamos que nos dejaron todo un sistema totalmente debilitado, en donde viene cualquiera y nos saca la posibilidad de seguir trabajando. Encima el gobierno este se nos ríe diciendo sacamos tanta gente del Estado y se jacta de eso, y nosotros no hacemos absolutamente nada, pero los culpables son los que estuvieron en todos los gobiernos anteriores, que no han hecho absolutamente nada para que esos trabajadores no estén precarizados.

LCV: ¿En qué consiste para los aceiteros la dignidad del trabajo”

—Creo que hay muchas cosas que nos vienen diciendo a los trabajadores y que compramos, ¿no? Producto de que tampoco nosotros como dirigentes sindicales salimos a fijar nuestra posición, siempre subestimamos. Bueno, por eso está un gobierno como el de Milei, donde surgió en un teatro pegándole una piñata con la cara de Alfonsín, o con la del Banco Central. Bueno, todas esas cosas que en algún momento nos dan risa, hoy nos dan preocupación y nos lleva a una situación de las peores que hemos tenido en los últimos 40 años de democracia. Bueno, nos quieren hacer creer que lo más importante y la dignidad te la da el trabajo y no te la da el trabajo solamente, te la da un salario digno. Y el salario digno no es más ni menos que tener un salario que vos puedas cubrir las nueve necesidades que establece la ley de contrato de trabajo, como la alimentación adecuada, vivienda digna, educación, salud, esparcimiento, transporte, vestimenta, previsión, vacaciones. Me parece que en ese sentido, si nosotros no ponemos en claro, para los trabajadores más que nada, no para los empresarios o para un gobierno como este que está compuesto por empresarios, sino para los trabajadores, que esa debería ser nuestra preocupación, para que ellos estén concientizados y no salgan a respaldar a alguien que lo desprecia, como este gobierno está claro de que desprecie la clase trabajadora, desprecia a los pobres, desprecia a los jubilados. Bueno, nosotros tenemos que salir a decir las cosas como son. La dignidad la da un trabajo con un buen salario para que realmente vos puedas satisfacer todas esas necesidades. Si vos no podés satisfacer las nueve necesidades que establece la ley de contrato de trabajo en el artículo 116 y el 14 b, de la Constitución, no tenes dignidad. Hay gente que ha estado 40 años en un trabajo y se ha jubilado con una miseria y hoy está en una situación y ha estado eternamente, porque yo tengo unos cuantos años que he visto a mi abuela, he visto a mi abuelo y he visto a los padres de mi amigo que han terminado en una situación totalmente precaria cuando han trabajado 40 años. Si esa es la meritocracia que plantea este tipo de gobierno, la meritocracia es haber trabajado 40 años con una situación miserable y que después se jubilen con más miserabilidad, me parece que eso es de muy cretino y de muy ruin como para que nosotros lo permitamos como trabajadores. Nosotros tenemos que cambiar esa historia.

LCV: Hablando de jubilaciones, están yendo por esta opción de que a los 60 años podías opcionar seguir cinco años más en caso de mujeres y en varones 65, 70. Todo esto está dentro de esa Ley de Base que tienen que votar dentro de poco. ¿Tenemos pocos diputados de extracción sindical nosotros para defendernos?

—En realidad no tenemos políticos que hayan trabajado o que entiendan a un trabajador, porque si no deberían tener conciencia en clase. Más allá de que pueda haber traidores y que dentro de los políticos que hayan salido del extracto laboral vean más con buenos ojos las ideas de los patrones que de los trabajadores, pero en su gran mayoría son gente que nunca se ha levantado a las 6:00 a.m. Nunca han padecido la verdugueada de los patrones y de los mandos medios. O sea, hay un sistema social en donde la clase política últimamente no piensa en la clase trabajadora, eso está claro y sobran los ejemplos para pensar. Que hoy un político diga bueno, si me das este aporte yo te apruebo la ley que va en contra de los trabajadores, es realmente una traición a los que lo votaron, que en su gran mayoría son trabajadores. Pero bueno, por eso te digo, si nosotros podemos concientizar a los trabajadores de lo que está bien y lo que está mal como dirigentes sindicales, me parece que tarde o temprano esos dirigentes políticos la van a pagar y la van a pagar dentro de la urna.

(Quienes siguieron nuestras redes, pudieron vivir el plenario minuto a minuto, con la cobertura especial de Javier Touzón. Seguinos también en twitter: lacolumnaradio e instagram columnavertebralradio, además del facebook columnavertebralradio y nuestro canal de youtube LCV-Historias de Trabajadores. Todas las plataformas al servicio de la información que necesitás tener y que otros no te cuentan)

Comunicado sobre la actividad del plenario

XII Plenario de Delegadas y Delegados de Base Aceiteros y Desmotadores de Algodón

Yofra: “Esta política licuó los salarios en tres meses y acá estamos para defender el salario”

El secretario general de la Federación Aceitera y Desmotadora de Algodón, Daniel Yofra, sostuvo esta mañana que la política del gobierno nacional “licuó los salarios en tres meses” y reiteró que durante los plenarios nacionales de delegadas y delegados es cuando “se definen las medidas de fuerza” y subrayó: “Acá estamos para gritar”.

“Muchos habrán escuchado en sus hogares o en la fábrica eso de que la política no me da de comer. Pero por esta política tenemos el 57 por ciento de pobres y por esta política se nos licuó el salario en tres meses. Todos los trabajadores sufrimos eso y, por eso, acá estamos para gritar”, afirmó Yofra en la apertura del décimo tercer Plenario de Delegadas y Delegados, que se desarrolla en el Auditorio de FOETRA, en Hipólito Yrigoyen 3171, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El encuentro se realiza a una semana de haber logrado una renegociación paritaria que llevó el salario básico a 1.240.202 pesos y mientras se realiza la paritaria del sector de desmotadores de algodón.

“Este es el espacio dónde se toman las decisiones y la huelga no es un capricho de esta Comisión Directiva. No es una opción no cumplir con las decisiones que se toman en los Plenarios de Delegadas y Delegados y en los Congresos. Si los Congresos y los Plenarios facultan a tomar medidas de fuerza no es una opción no hacerlas”, completó Yofra, que estuvo acompañado por Eduardo Labra (Tesorero), Juan Domínguez (pro secretario general), Ezequiel Roldán (secretario gremial) y Marco Pozzi (secretario de salud laboral). 

Durante la primera mesa del plenario, “Reforma Laboral, Criminalización y Derecho de Huelga”, el vicepresidente Federación Internacional de Derechos Humanos, Juan Carlos Capurro, cuestionó el protocolo de la ministra Patricia Bullrich y afirmó: “La política y la criminalización que está en curso, ya la hemos derrotado en el pasado y podemos volver a hacerlo”. 

“Vamos a tener memoria histórica de lo que están haciendo ahora. Los jueces que no resuelven los planteos contra el protocolo van a ser conocidos, porque vamos a dar a conocer sus nombres, porque tienen que saber que lo que hacen lo vamos a hacer conocer”, advirtió Capurro durante la mesa que coordinó el presidente Asociación Latinoamericana de Abogados y Abogadas Laboralistas (ALAL), Matías Cremonte, quien estableció la línea que unió todas las exposiciones al señalar: “La política del gobierno es un ataque a la organización sindical, un ataque a la acción colectiva, como pre requisito para la precarización laboral”.

Por su parte, el asesor legal de la Federación Aceitera, Alexis Barraza, dijo que “cuando se habla de la reforma laboral, el discurso predominante en los medios es la flexibilización laboral. Pero la idea de flexibilización laboral es una falacia porque el contrato de trabajo ya es flexible”.

“Lo que tratan de ocultar en ese discurso es que quieren desregular el derecho laboral y que el trabajador negocie con la empresa como iguales, cuando en realidad hay una parte poderosa de un lado y otra que no tiene herramientas para defenderse”, agregó Barraza.

Además, el asesor legal Eugenio Biafore dijo que “el trabajo no registrado negro se impuso en la dictadura para destruir la organización de los trabajadores, crear división social y generar la degradación del trabajo. Empezó con un 3%, llegó al 50% en 2001 y después nunca llegó a bajar del 37 por ciento. El DNU promueve el trabajo no registrado porque elimina todas las multas y no propone ninguna herramienta para enfrentar el trabajo no registrado”

Continue Reading

Destacada

Walter Goobar: “Netanyahu está sacrificando a los rehenes para mantener una estrategia de guerra ”

En medio de una semana de inquietud, luego de que avanzara el conflicto de Israel contra Gaza involucrando a otros países como Irán, y el presidente Milei se enrolara internacionalmente con Netanyahu, fomentando los fantasmas de un nuevo atentado en Argentina, Nora Anchart entrevistó en La Columna Vertebral a Walter Goobar, reconocido periodista especializado en internacionales quien recorre el inicio del conflicto iniciado con el tremendo atentado del 7 de octubre ocurrido en un momento en el que las marchas en contra de Netanyahu ponían en riesgo su permanencia en el gobierno; la crisis de los rehenes, la intervención de Irán, y el riesgo que puede traer para Argentina el rol de Milei con su encuadramiento con Israel.

Walter Goobar, periodista especializado en internacionales

LCV: ¿Qué opinas de lo que está sucediendo en Medio Oriente?

-El ataque de Hamas en el sur de Israel ocurrió en un momento en el cual Benjamin Netanyahu estaba llevando a Israel a una situación de guerra civil porque la oposición en su contra y el pedido de renuncia eran una cosa incesante y constante por graves cargos de corrupción que pesan en su contra, inclusive por su enfrentamiento con la Corte Suprema que quiso remodelar o remodeló justamente para evitar ser destituido. El tremendo atentado del 7 de octubre le resultó útil para consolidar una opinión pública que estaba absolutamente fragmentada y agrietada con respecto a su futuro político. Esto después se potenció cuando en lugar de lo que podía haber sido llamado una represalia proporcionada a lo que fue el atentado, se convirtió en un proyecto prácticamente de exterminio de los palestinos en el cual ya hay más de 30.000 muertos, en la cual el 70% son mujeres y niños. No hay ninguna guerra. La suma de todas las guerras de los últimos cuatro años te da menor cantidad de víctimas de niños que en la de la Franja de Gaza, sin contar la cantidad de niños mutilados, huérfanos, etcétera, etcétera. Este plan sistemático de exterminio de los palestinos inclusive se prolongó contra los periodistas, contra el personal sanitario, contra los trabajadores de Naciones Unidas y de organizaciones humanitarias, y lo que ocurrió en la última semana es que no habiendo logrado sus objetivos militares, para continuar ejerciendo el poder, está intentando a partir de provocaciones regionales, convertir el conflicto justamente en un conflicto regional. A comienzos de abril, se llevó a cabo por parte de Israel el ataque contra un consulado iraní en Damasco, la capital de Siria, que es lo que disparó la represalia iraní del último fin de semana. Es decir, esto no fue un error de cálculo. Evidentemente, Netanyahu quiere comprometer a Irán, que nunca ha estado directamente comprometido, en todo caso, ha estado comprometido indirectamente a través de la milicia chiíta, libanesa,

LCV: Si yo no me equivoco, en este último fin de semana había una manifestación en Israel reclamando que Netanyahu no está haciendo lo suficiente para traer a los rehenes…

—Además, te agrego, Netanyahu inclusive ha sacrificado o está sacrificando a los rehenes israelíes simplemente para no decretar un cese al fuego, justamente porque quiere mantener la estrategia de de guerra y de tensión.

LCV:¿No se dan cuenta del otro lado que de alguna manera son funcionales a la permanencia de Netanyahu?

—La responsabilidad está en aquel que genera las provocaciones, en aquel que es el matón del barrio que sale a provocar a Irán. Israel finalmente nunca se ha medido militarmente con Irán, y Netanyahu sale a buscar una confrontación.

LCV: ¿Qué consecuencias puede traer este nuevo foco de conflicto contra Irán?

—Irán en principio dio por terminada o por satisfecha su represalia, pero ahora va a venir la represalia israelí. Entonces ahí es donde vamos a ver hasta dónde piensa llegar Netanyahu, hasta donde las potencias, particularmente Estados Unidos, lo va a dejar llegar a Netanyahu. Porque una cosa es que Netanyahu, en represalia por los bombardeos iraníes,  decida, no sé, atacar una refinería petrolera iraní. Otra cosa, otro precio, por decirlo así, sería que Netanyahu decida atacar una central nuclear iraní. Otro precio sería que Netanyahu decida invadir el sur de Líbano y otra cosa sería que Netanyahu pretenda hacer las tres cosas a la vez.

LCV: ¿Y otro precio no es que se disemine esta disputa a lo largo del mundo, a través de esta historia de ataques de embajadas mutuas o cosas por el estilo?

—Claro. Es que ya hace tiempo, y nosotros los argentinos lo sabemos, lo hemos vivido en carne propia, este conflicto ya se ha extendido más allá de la frontera con los dos atentados que sufrimos en la Argentina. De hecho, Israel la semana pasada cerró 28 embajadas y representaciones diplomáticas en el mundo en prevención de atentados. Porque en realidad es como que la respuesta iraní estaba dentro de los cálculos de Netanyahu. Esto es lo que te indica es que estaba dentro de los cálculos. La única diferencia es que Netanyahu no lo hace al estilo Milei, con bombos y platillos, sino que estas cosas se manejan con bastante más sigilo o -por lo menos- no haciendo ostensibles las provocaciones. Porque si después pretendés victimizarte, no tenés que hacer el papel de matón, tenés que hacer el papel de víctima.

LCV: Nosotros ya la vivimos, ya sabemos de qué se trata cuando le mojas la oreja a un gigante que sí tiene el formato y las ganas. Estoy viendo el refuerzo de seguridad en la embajada de Israel y toda esta historia que vos y yo estuvimos cubriendo lo que fueron aquellos atentados. Y te digo que la memoria emotiva me provoca un dolor en el espinazo.

—Claro. Pero además, si se llega a producir un atentado en la Argentina, no va a ser obra directa de Irán, sino que va a ser de alguna organización no estatal, va a ser obra de Hézbolá, de Ansar Alá, de alguno de las grupos. Con lo cual, todo esto es mucho más difícil de prevenir. De hecho, los dos atentados que sufrimos en la Argentina, tuvieron diversas reivindicaciones, con distintos sellos y distintos nombres, después se trató y tampoco se ha logrado definitivamente, plantear la responsabilidad directa de Irán como Estado. Pero te quiero decir que esto complejiza aún más la cuestión, porque tampoco se maneja todo en términos de relaciones Estado cuando tenés organizaciones armadas del otro lado, y que ven, digamos, cuando una reunión de crisis de gabinete está presidida por el embajador de Israel en Casa Rosada, eso solo puede ser interpretado como una provocación, además de una falta de tacto absoluto que no se ha visto en la diplomacia, creo, en ninguna parte del mundo.

LCV: Esa presencia del embajador en la reunión de gabinete de Argentina ha sido comentado en casi todos los diarios del mundo. ¿Qué tiene en la cabeza Milei? ¿Qué cree que podemos sacar de todo eso? ¿O es simplemente esta historia del complejo de que su abuelo se dio cuenta de que era judío cuando estaba por morirse y entonces quiere ahora la reivindicación?

—Mira, yo no sé. No me gusta entrar en cuestiones psicológicas, pero hay una cuestión mesiánica. Hay una suerte de mesianismo en todo esto. También, obviamente, hay cuestiones de negocios y de alineamientos con determinados sectores de la política. Milei no pertenece a un judaísmo progresista, todo lo contrario, sino que pertenece a una secta, y a una secta que está también muy vinculada, digamos, a algunos grandes intereses empresariales en la Argentina, como el grupo Irsa, y también en el caso de los EE.UU, hay miembros muy importantes del fondo inversiones Blackrock que comulgan también con ese grupo. Con lo cual, hay una parte que tiene que ver con su delirio místico, por decírtelo de alguna manera. Por otro lado, la otra parte tiene que ver con el delirio económico y geopolítico, pero también creo que esta persona ni siquiera está bien informado sobre lo que son las relaciones en el mundo en este momento, sino que él ve un mundo; cuando él habla sobre el mundo, cuando él habla sobre China, cuando él habla sobre una cantidad de países, pareciera que estamos en la época de la guerra fría.

LCV: ¿Qué pensás del fallo de la justicia respecto del atentado a la AMIA?

—Te consta que a lo largo de todos estos años he seguido esa causa, conozco esa causa, conozco a todos los personajes que estuvieron involucrados en las distintas facetas de la causa, muchos de los cuales terminaron detenidos, presos, juzgados; desde el juez Galeano a los fiscales, el ex comisario Palacios, ahora ya fallecido. Sin embargo, a lo largo de estos años no se ha agregado una sola prueba para hacer un fallo tan tajante y tan terminante en base a la misma información que existía hace muchos años, que tiene un carácter indiciario, pero vos no podés establecer, digamos, una culpabilidad en base a indicios. Esto no es posible. Yo mismo aporté a lo largo de años y a partir de investigaciones propias y en un libro titulado El tercer atentado, mucho del material indiciario sobre, por ejemplo, viajes de agentes de inteligencia iraníes, posibles viajes de reconocimiento, yo revelé la existencia de una base de observación a pocos metros de la AMIA, que nadie se había dado cuenta que esa base existía, y después cuando la llevé a la justicia, debidamente investigada, y sin embargo, no se ha encontrado una sola casa operativa, no se ha encontrado un lugar donde se armó el coche bomba, ni tampoco la procedencia de los explosivos, la procedencia de los detonadores. El otro dato que aporté yo, fueron algunas comunicaciones de la célula operativa a través de avisos en los diarios, en los clasificados de Clarín. Lo encontré yo, lo aporté yo. Ahora, estos son elementos indiciarios, no determinantes. Vos no podes demostrar la culpabilidad del Estado de Irán. Porque una cosa es, y ahí vuelvo a la misma cuestión que hemos hablado antes, decir que, está bien, digamos, Hezbolá responde a Irán, pero de ahí demostrar la responsabilidad del Estado de Irán, son dos cosas absolutamente distintas. Y vuelven a ser estas cuestiones temerarias que aparecen cada vez que le conviene a los intereses de Israel o de los Estados Unidos.

LCV: A mí todo me parece guionado, me sorprende la concordancia de pistas, no entiendo. Hace poquito leía que en realidad esto que se le había dado como mucha prensa, como si fuera un fallo definitivo, era apenas la opinión de uno de los tres que tenía que opinar, me parece. Así que tampoco tiene nada.

—También hay muchas cosas que fueron muy adornadas por la prensa, malinterpretados por algunos medios interesados en fogonear este tema. A mí no me extrañaría que la semana que viene también aparezca otro fallo diciendo que a Alberto Nisman lo asesinó un comando iraní.

LCV: ¿Cuál es el objetivo final? ¿No es una locura usar esto para distraer de los problemas domésticos?

—Me parece una locura que en una reunión de crisis donde se discuta de estas cosas, esté un ministro de Salud discutiendo cómo conjurar un posible atentado cuando no puede conjurar una invasión de mosquitos y conseguir repelente.

LCV: ¿Le ves a salida esto?

—No sé. Yo soy de los que piensan que los pueblos muchas veces aprenden en una noche más que en un periodo prolongado de tiempo. Me parece que muchos de los tiempos se van acortando. Este tema también le resulta funcional al Gobierno para llevarse la marca de aquellos temas que realmente deberían ser los centrales de la preocupación de los argentinos. Los sueldos que no alcanzan, las jubilaciones de las cuales estamos siendo esquilmados, el hecho de que se le haya quitado el tratamiento a enfermos terminales. La lista sería larguísima. Sería una pena que volvamos a empezar a considerar sospechoso a cualquier barbudo o cualquier persona que simplemente porque use un turbante, todo el mundo se tire cuerpo a tierra. Pero bueno, vos sabés que en general, justamente, el miedo es uno de los elementos que se utiliza, lo ha utilizado exitosamente Estados Unidos muy bien en este sentido, con su propia población. Ha utilizado el miedo para, de alguna manera, mantener el control sobre la población. No descarto que algo de esto también esté pasando, que sea un efecto indirecto de, no sé si deseado o no deseado, pero que evidentemente tiene que ver justamente con la crisis que está pasando en la Argentina. Fijate que hay otro paralelismo histórico, porque el atentado contra las Torres Gemelas en septiembre del 2001 también conmovió al mundo, y de alguna manera le dio un poquito de aire, un poquito de aire al gobierno de la Rúa. Pero sin embargo, el Gobierno de la Rúa, a escasos meses, en diciembre de ese mismo año, tuvo que irse en el helicóptero.

LCV: Para cerrar, contame qué es exactamente lo que estás haciendo con tus redes, que es tan impresionante.

—No son exactamente mis redes. Comenzó en la pandemia, cuando empezó una ofensiva muy fuerte con el tema de la vacuna Sputnik, donde había, naturalmente, intereses de laboratorios, particularmente de Pfizer y de los fondos de inversión, de Black Rock, etcétera, de torpediar la vacuna Sputnik. Entonces, tuve la idea, la ocurrencia, de hacer un boletín de noticias, que todavía se sigue llamando Pandemias y vacunas, porque también en aquella oportunidad organizamos algunos seminarios con el Instituto Gamaleya, con el instituto que produjo la vacuna para médicos. Toda aquella información, que además era información chequeada de puentes confiables, tratamos  justamente de hacer un combate muy fuerte contra la fake news y de denunciar a los medios que incurrían en noticias falsas. Luego, pasamos a temas mucho más vinculados a la guerra Rusia-Ucrania, y ahora a los temas de geopolítica. Se ha formado una especie de comunidad, una en Telegram y otra en WhatsApp. Hacemos un boletín diario con mucha información alternativa.

LCV: Incluidos los fines de semana, que es importante.

—No tenemos descanso. Ningún día libre, digamos. Posteamos prácticamente todos los días del año, desde hace casi cuatro años, con información alternativa, porque hay mucha información que los medios, por razones de intereses, etcétera, no publican, como por ejemplo, el tema de los agrotóxicos, algunos de los temas vinculados al dengue.

Continue Reading

Archivo

“Monocracia y democidio”, por Oscar Taffetani

La nota que sigue fue publicada en la agencia Pelota de Trapo (PPe) y replicada el 26/9/2007 en el sitio de la CTA (Central de los Trabajadores Argentinos). Habida cuenta de lo acontecido en el país, de 2007 a esta parte, merece una relectura. El Archivo LCV sigue sumando notas de selección para tratar de entender porqué estamos como estamos.

MONOCRACIA Y DEMOCIDIO

En los manuales escolares de otras épocas se traducía el aristotélico término democracia como “el gobierno del pueblo por el pueblo y para el pueblo”.

Al bueno de Aristóteles ya le faltaban, reconozcamos, algunas páginas en su libro (por ejemplo, una que dijera que los seres humanos esclavizados también eran -y son- sujetos de derecho).

Y de Aristóteles a esta parte, mucha agua (y sangre) ha corrido bajo los puentes, hasta llegar al presente, cuando oscuros poderes se han adueñado de territorios y países, usando el prestigio, cada vez más devaluado, de la palabra democracia.

Un término que acuñaron los constructores de autopistas -colectoras- le sirve al nuevo Establishment argentino para justificar su modo pragmático de juntar votos. Por derecha o por izquierda, por arriba o por abajo, juntar votos. Sólo votos, sin otro contenido que un par de nombres en una boleta. Y sin programa. Y sin compromiso de nada. Como un cheque en blanco firmado a un representante que será -si gana- “el representante de todos” (o sea: el representante de nadie).

Un complemento para las colectoras (especie de ley de lemas que ni siquiera respeta las formas de la ley de lemas), son otros notables inventos argentinos: la borocotización (comprar a un diputado y darlo vuelta, cuando ya ha sido elegido) y la doble candidatura (una mezcla de ensoñación y realismo, expresada en la consigna: “vóteme para presidente, que quiero ser diputado”).

Los no representados


A partir de la crisis política incubada en los últimos años del menemismo -crisis que estalló y se manifestó en toda su magnitud durante el gobierno de la Alianza- hemos podido ver colectivos (es decir, conjuntos humanos) muy diversos, con dolores y demandas y aspiraciones que no habían sido recibidas ni escuchadas ni satisfechas por la política tradicional, ni por las instituciones tradicionales.

Obreros y empleados, por ejemplo, a los que un decretazo, una ley amañada o un per saltum de la Corte Suprema los había dejado, de la nochea la mañana, sin “su” empresa, sin “su” fábrica, sin trabajo ni casa ni lugar en el mundo.

O jóvenes argentinos del color de la tierra -otro ejemplo- legítimos habitantes de las selvas y los bosques del Noroeste, súbitamente arrojados al otro lado de una alambrada, empujados por perros guardianes (y por guardianes perros) lejos de su hábitat, obligados a mendigar, a hurtar naranjas y a caminar por los márgenes de una ciudad siempre hostil.

¿Quién representa a esos argentinos de Cutral-Có, de Tartagal, de Villa Diamante y Ciudad Oculta, a los de “Fuerte Apache” y “Los Hornos”?

(¡Hasta los nombres nos hablan de su orfandad!).

Nadie los representa, nos respondemos. Se representan a sí mismos, cuando pueden. Y como pueden.

Un ex presidente se jacta, en su libro de Memorias, de haber “apagado el incendio”, es decir, no de haber ayudado a los pobres a salir de su pobreza, sino, simplemente, de haber neutralizado su protesta.

Una candidata a presidente sale de gira por el mundo a decirle a los mismos lobos y buitres de siempre que la Argentina es un país “con grandes oportunidades de negocios”.

Ninguno de los candidatos con chance de ser gobierno, en este baile de las colectoras, se anima a prometer (¡siquiera a prometer!) que va a terminar con el hambre en el granero del mundo, o que recorrerá las calles y caminos en persona, para dar techo a los sin techo y trabajo a los que no lo tienen.

No. En estas elecciones, los candidatos con chance, los favoritos de las encuestas, ya ni siquiera se molestan en hacer promesas. Ellos sólo esperan el cheque en blanco que venga de las colectoras. Como si fuera un trámite administrativo. Como obtener una licencia para gobernar.

El gobierno emergido en esas condiciones, ya no será del pueblo por el pueblo y para el pueblo, como pide la antigua fórmula aristotélica. Es decir: ya no será, cabalmente, democrático.

¿Y qué será, entonces? No lo sabemos. Se nos ocurren variantes extrañas. Formas aún no conocidas. Nuevas argentinadas. Monocracia y democidio, por ejemplo.

Continue Reading
Advertisement

Facebook

Copyright © 2017 Zox News Theme. Theme by MVP Themes, powered by WordPress.