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La peste y una historia que viene de lejos, por Nora Lafón

Para los que no tienen idea de a qué nos habríamos expuesto si la pandemia de coronavirus se hubiera desatado durante la gestión presidencial anterior, comparto aquí una tremenda y olvidada parte de nuestra historia que a muchos no les interesa recordar.

Este relato nace a partir del aniversario de la presentación pública de un cuadro. Y les anticipo que no es, aunque lo pareciera, ni una historia de la gran Agatha Christie ni del magnífico Henning Mankell. Ocurre que en la vida y en la historia, que es su reflejo, aparecen situaciones en las cuales uno debe detenerse.

Este 8 de diciembre se cumplieron 150 años de la exhibición en el foyer del primitivo Teatro Colón (entonces ubicado frente a la Plaza de Mayo en el predio que hoy ocupa el Banco Nación) de un cuadro muy especial: “Episodios de la fiebre amarilla en Buenos Aires”, del pintor uruguayo Juan Manuel Blanes. En ese 1871, conmovido por los estragos de la peste, decidió testimoniar la muerte que dejaba a su paso. Cabe destacar que los personajes que Blanes retrató en el cuadro son el abogado José Roque Pérez y el doctor Adolfo Argerich Martinez.

Un siglo y medio atrás

La fiebre amarilla se desató en Buenos Aires a principios de 1871. Entonces muchos achacaron el brote a los soldados que probablemente volvían contagiados del Paraguay donde se desarrollaba la Guerra de la Triple Alianza, dado que en esos tiempos la peste ya estaba instalada de manera endémica en Brasil.

Claro que la velocidad en los contagios también podía originarse en la falta de cloacas que infectaban las napas con desechos humanos más la insatisfactoria provisión de agua potable en los barrios pobres, más los efluentes de los saladeros vertidos en el Riachuelo, más el hacinamiento en los conventillos que cobijaban a los inmigrantes españoles e italianos que llegaban de Europa escapando de las hambrunas y las guerras… En fin todo colaboró en la rápida propalación de la fiebre amarilla.

Sin embargo, es muy interesante constatar cómo fue la reacción de quienes tenían la responsabilidad de cuidar y curar a la población.

A principios de 1871, en Buenos Aires convivían el presidente de la Nación Domingo Faustino Sarmiento y también quien tenía a su cargo los destinos de la ciudad: Narciso Martínez de Hoz (miembro de una familia que venía destacándose en los manejos públicos desde la Colonia) aunque que el cargo de Intendente y su designación se daría años después.

Aunque el peligro que representaban por los contagios que podían provocar y que ya habían sido advertidos por médicos, Sarmiento se negó rotundamente a prohibir el desembarco de buques procedentes de Brasil.

Por su  parte, Martinez de Hoz rechazó de plano la idea de suspender las fiestas de Carnaval que entretenían tanto a los porteños, a pesar de que los doctores Luis Tamini, Santiago Larrosa y Leopoldo Montes de Oca alertaron sobre la posibilidad de que la fiebre amarilla se transformara en epidemia. Es más, también se abstuvo de dar a conocer los casos ya detectados.

El mes de febrero terminó con más de 300 casos y marzo comenzó con 40 muertes diarias llegando a 100 para el día 6. Mientras tanto Manuel Bilbao, director del diario La República, seguía negando que los decesos fueran a causa de la fiebre amarilla.. ¡Qué reconocibles que suenan estos datos!

A principios de marzo ante la avalancha de contagios que rápidamente colmaron el Hospital de Hombres, el Hospital de Mujeres, el  Hospital Italiano y la Casa de Niños Expósitos -más los reclamos y denuncias del periodista Evaristo Federico Carriego de la Torre-, el 13 de marzo los vecinos se congregaron en la Plaza de la Victoria (actual Plaza de Mayo) para designar la Comisión Popular de Sanidad.

Los médicos que ofrendaron sus vidas

Un conventillo lindante al Riachuelo durante la epidemia
Un conventillo lindante al Riachuelo, durante la epidemia.

Esa Comisión quedó presidida por el abogado masón José Roque Pérez (el que aparece en el cuadro de Blanes) acompañado en calidad de vice por el periodista Héctor Varela. A ellos se sumaron el vicepresidente de la Nación Adolfo Alsina, el doctor Adolfo Argerich Martínez, el poeta Carlos Guido y Spano, el ex presidente de la Nación Bartolomé Mitre, el canónigo Domingo César, el sacerdote irlandés Patricio Dillon y, por supuesto, Evaristo Carriego.

El 20 de marzo las muertes registradas fueron 200. Desde febrero entre las personalidades que habían sucumbido estaban el doctor Ventura Pedro Bosch, el educador Luis José de la Peña, el pintor Franklin Rawson y los doctores Francisco Javier Muñiz,  Carlos Keen y Adolfo Argerich Martinez (el otro personaje del cuadro de Blanes). El 24 de marzo falleció el presidente de la Comisión Popular de Sanidad José Roque Pérez que, previendo lo que pudiera ocurrir, había dictado su testamento al asumir su cargo.

En tanto, los habitantes de los conventillos cercanos a San Telmo -en su mayoría, italianos- fueron empujados a la calle y sus pertenencias incineradas. De todas maneras los que sufrieron el más cruel maltrato fueron los negros. No sólo los expulsaron de  sus viviendas -aunque no sufrieran síntomas de la enfermedad- sino que incendiaron sus escasos bienes. Y si morían, sus cuerpos eran arrojados en fosas comunes.

La cantidad de muertos hizo que en principio los ataúdes se apilaran en las esquinas. Cuando el Cementerio del Sur -en el barrio de Parque Patricios- agotó su capacidad los féretros fueron trasladados hasta lo que es hoy el Parque Los Andes. La locomotora La Porteña inició así un recorrido hasta llegar a destino arrastrando dos vagones, en el que se llamó “el tren de la muerte”. Esos ataúdes luego fueron llevados en carros unas cuadras más para dar inicio al Cementerio de la Chacarita.

A la lista de médicos fallecidos ejerciendo su labor se agregaron Zenón del Arca, Caupolican Molina, Sinforoso Amoedo, Guillermo Zapiola y Vicente Ruiz Moreno. Por aquella época Tomás Liberato Perón (abuelo de Juan Domingo) fue el primer docente que tuvo a su cargo la cátedra de Medicina Legal en la Facultad de Derecho. Además, como miembro titular de la Academia Nacional de Ciencias Exactas,Físicas y Naturales, formó parte de los equipos que lucharon contra la enfermedad. También se integró a la cruzada para prohibir que los saladeros ubicados en las orillas del Riachuelo arrojaran sus desechos al agua que luego tomarían los vecinos.

Cabe destacar que las familias ricas que habitaban la zona Sur de la ciudad -como el barrio de Barracas- ante la epidemia de inmediato se mudaron al Norte donde viven desde entonces.

Los 20 mil muertos que dejó la epidemia

La epidemia de fiebre amarilla fue absolutamente evitable pero quienes hubieran podido hacerlo miraron para otro lado. Si bien entonces no se conocía que la enfermedad la provocaba una variedad de mosquito y se creía que el contagio se generaba en la falta de higiene y en la miseria, el negacionismo siempre existió. Aterra pensar que sus consecuencias podrían haberse repetido  hoy.

Cuando todo se agravó el presidente Domingo Faustino Sarmiento y su vice Adolfo Alsina partieron en un tren acompañados por otras 70 personas, aparentemente hacia Mercedes. Y según consta en algunas crónicas de la época, también los imitaron senadores y diputados. Seguramente Narciso Martínez de Hoz fue el iniciador del blindaje mediático porque, pese a sus equívocas decisiones, nadie lo menciona ni le exige rendición de cuentas.

No es difícil establecer similitudes. En aquellos tiempos negaron la epidemia que costó nada menos que entre 15.000 y 20.000 vidas, es decir cerca de un 9% de la población de la ciudad de Buenos Aires por no adoptar las medidas sanitarias que aconsejaban los médicos.

Con esos antecedentes y con las posturas negacionistas del presente que incluyen el rechazo a vacunarse y la quema de barbijos, no es difícil imaginar -aunque aterre-, cuáles habrían sido sus actitudes frente a la pandemia de Covid 19 si hubieran ejercido el poder.

Si con toda la determinación con que se luchó en nuestra Patria y se lucha en el mundo todavía estamos en peligro, imaginar qué nos hubiera ocurrido provoca escalofríos: estaríamos todos muertos.

Fuente: Telam

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Cachorro Godoy: “Trabajadores y estudiantes somos parte de la misma clase popular”

Luego del fallo de la justicia laboral que derivó el expediente de los despidos estatales presentados por UPCN y ATE a la Contenciosa Administrativa, LCV entrevistó a Hugo Cachorro Godoy, Sec. Gral de la CTA-A Nacional, quien consideró que el problema no es jurídico sino ‘fundamentalmente político’. Reiteró el compromiso de seguir luchando por la reincorporación de todos los despedidos y relativizó la idea de que exista una embestida contra el Estado en su conjunto: ‘Mientras reducen en sectores como la agricultura familiar, seguridad social, economía social y popular, pequeños y medianos empresarios, desarrollo científico, tecnológico o educación; otras áreas como servicios de inteligencia, policía federal o gendarmería, es decir, las áreas represivas del Estado, se están fortaleciendo. Habrá que ver a qué sectores importa que atiendan y a qué sectores no.” También sostuvo que muchos se creen el discurso de que el Estado está lleno de ñoquis pero ‘hablan por boca de ganso’, repiten los que le imponen los grandes grupos económicos que Milei representa. Finalmente, afirmó que es necesario buscar una síntesis como se demostró en la marcha del 23 de abril y evitar que nos fragmenten. A continuación, la entrevista completa.

Hugo Cachorro Godoy, Sec. General CTA-Autónoma

LCV: En esa demanda conjunta que se presentó por el tema de los despidos a los estatales. ¿Cuál es tu opinión al respecto? ¿Seguimos dando la pelea? ¿Ya la perdimos? ¿Qué pasó?

—No, de ninguna manera vamos a dejar de dar la pelea por la reincorporación de las compañeras y compañeros. El tema es un tema jurídico, pero fundamentalmente político, porque este gobierno lo que está haciendo es gobernando por decreto y reformando por decreto la Constitución. Entonces la lucha por la reincorporación de los compañeros y compañeras, y para evitar nuevos despidos, es la misma lucha en pos de que se derogue el decreto de necesidad y urgencia y que no se siga habilitando al presidente Milei por parte de la Cámara de Diputados y de la Corte Suprema de Justicia a que gobierne por decreto.

LCV: La forma en que se está desangrando el Estado, yo creo que no tengo memoria de que haya sucedido en otro momento. ¿Vos?

—En los años 90 con el menemismo, hubo una situación muy brutal como esta y los efectos que tuvieron fueron nefastos para toda la sociedad. O sea, no es solamente un impacto negativo para los trabajadores y trabajadoras del Estado, sino que impacta en toda la sociedad. El menemismo hizo mucho daño y este gobierno de Milei, en línea con eso, también está haciendo mucho daño a toda la sociedad.

LCV: El otro día tuve un intercambio de palabras con una señora que decía: “a mí se me está complicando, yo me tengo que ajustar el cinturón, no puedo pagar ni reponer mercadería , pero por lo menos nos estamos sacando los ñoquis estatales”. Entonces yo le pregunté ‘señora, ¿usted a  quién le va a comprar después?

—Pero además. ¿Cuáles son los ñoquis que ella conoce? Hablan por boca de ganso, se comen el verso que Clarín, La Nación, Infobae difunden y que el presidente aprovecha para construir un enemigo en el trabajador del Estado. Entonces deja de ser visto aquel trabajador, aquella trabajadora, que es la que se ocupa de acompañar a los pueblos campesinos para el desarrollo de su producción agropecuaria, de acompañar desde los organismos de investigación, de ciencia y técnica para que esto llegue a los pequeños y medianos productores, de acompañar a quienes trabajan en comedores populares o a quienes se jubilan, quienes trabajan en las áreas de seguridad social. O sea, lo que sucede es esta propaganda que se alienta desde esos grupos económicos y esta mentira que expresa el presidente Milei, impacta en algunos sectores que hablan sin saber la verdad.

LCV: ¿En cuánta gente real crees que tiene que quedar el Estado? ¿Se puede bancar un Estado eficiente con esta sangría que se está llevando a cabo?

—A ver, pongamos las cosas en su lugar. Yo te describía el vínculo del trabajador, de la trabajadora estatal con estos sectores de la agricultura familiar, de la seguridad social, de la economía social y popular, de los pequeños y medianos empresarios, del desarrollo científico, tecnológico, porque es ahí donde se está reduciendo la capacidad de intervención del Estado. Ahora, hay otras áreas que directamente se están fortaleciendo, los servicios de inteligencia se están fortaleciendo, la policía federal, gendarmería, todas las áreas represivas del Estado se están fortaleciendo. O sea que no se puede hablar en general de cuál es la estructura del Estado en su tamaño. Habrá que ver a qué sectores importa que atiendan y a qué sectores no.

LCV: Esto vos decís, por ejemplo, reducir la salud, la educación, reducir todo lo que ellos consideran que no tenemos derecho a tenerlo de asistencia gratuita.

—Sí, cuando cortan el FONID, el Fondo Nacional de Educación, lo que hay ahí es una reducción del salario de los docentes. Que me expliquen quienes hablan de reducir el Estado, cómo no se necesitan en nuestro país escuelas de doble turno, mañana y tarde, cómo no se necesitan escuelas técnicas para la formación laboral, cómo no se necesitan cuidadoras y promotoras de la salud para la atención de la niñez y para la atención de la tercera edad y los adultos mayores. Esas son áreas del Estado que se tienen que fortalecer. Falta gente allí. Nosotros necesitamos un sistema de educación más fuerte aún de lo que es. El otro día leía que los trabajadores docentes en Salta cruzan ríos a pie y tienen que cruzar la frontera con Bolivia porque no hay transporte y van caminando, o van a caballo o van en burro. Entonces, ¿Hay que dejar a esos pueblos sin escuelas? Pensar que la sociedad es el metro cuadrado en el que uno vive en la Capital Federal o en el Gran Buenos Aires, es no entender lo que es un país.

LCV: En el marco de las historias sindicales y estudiantiles, ¿Cómo analizas esta coyuntura en particular en donde el trabajador va a estar mañana con sus hijos, estudiantes universitarios, en la calle?

—Me ayudaste a dar la respuesta porque el día de mañana va a ser un hito en ese sentido, porque ahí vamos a estar los que tenemos hijos en la universidad y los que no tenemos hijos en la universidad, van a estar los jóvenes universitarios y van a estar los jóvenes secundarios que quieren acceder a la universidad pública. Van a estar los trabajadores docentes y los trabajadores y trabajadoras no docentes, vamos a estar los trabajadores y las trabajadoras que estamos convencidos que la universidad pública no solamente es una fuente de formación extraordinaria, sino también un ámbito de investigación y desarrollo científico tecnológico fundamental para la soberanía de una sociedad. Mucho más en este tiempo donde el desarrollo tecnológico adquiere niveles de envergadura extraordinaria y del cual, por otro lado, nuestro país tiene porciones, y la universidad pública es una de ellas, la que aporta enormemente a través del CONICET, de la industria  de producción de satélites.

LCV: Cuando escuchaba el otro día en la conferencia que dieron para decir que iban a estar en la calle las centrales obreras, decir que los obreros habían logrado llevar a sus hijos a las universidades y que nadie los iba a sacar de ahí, por eso salían a apoyar, a mí me supo a síntesis, me supo a  principio de una síntesis política. ¿Lo podemos ver así o me estoy apurando?

—No, creo que es así. Cuesta entender cómo un pequeño grupo de sectores ligados a las finanzas, a los sectores más enriquecidos de una sociedad, que son la minoría, pueden controlar y dominar a una mayoría que son trabajadores y trabajadoras, que es una población que vive de su trabajo. Eso se explica por la posibilidad de dividir a la población, de fragmentarla, de crear estas falsas dicotomías como las que hablábamos, que una vecina de un barrio popular se ponga contenta porque echan a un trabajador estatal afirmando que es un ñoqui sin siquiera conocer la persona, las condiciones que trabaja, reproduciendo un relato como loro. El conocimiento y el trabajo se han puesto como si fueran dos cuestiones que se contraponen y en realidad el trabajo es una fuente de construcción de conocimiento y el conocimiento es una fuente de multiplicación del trabajo para el desarrollo de una sociedad. Esto por un lado. Por otro lado, el estudiante y el trabajador, nosotros que somos parte de una central de trabajadores de nuevo tipo, decimos el estudiante es un trabajador, aunque no tenga una tarea con un empleo formal, primero porque ocupa su tiempo en una tarea que redunda en beneficio de la sociedad, porque su conocimiento personal redunda en el desarrollo, en el beneficio de la sociedad. Y por otro lado, porque también a veces, aunque sea de manera precarizada, tiene que ganarse el mango para poder sostenerse el estudio. Entonces, trabajador, trabajadora, estudiantes, somos parte de una misma clase popular que tenemos intereses muy en común y que tenemos que evitar que nos divida.

(Entrevista realizada por Nora Anchar para La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores en larz.com.ar el 22 de abril de 2024. Escuchala en directo los lunes de 18 a 20)

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Preocupación internacional por el desmantelamiento de los archivos del Ministerio de Defensa referidos a la dictadura

Si bien en el Ministerio de Defensa no hubo centenares de despidos como en otros organismos, las listas de cesanteados tuvieron un tinte más ideológico que de ajuste. Desmantelaron el Equipo de Relevamiento y Análisis documental (EryA) que funcionaba desde el año 2010. Archivo histórico, en el que no solo se puede encontrar documentación militar de hace 200 años sino que preservaba los documentos correspondientes al período de la dictadura. Muchos de ellos fueron utilizados por la justicia para establecer resonsabilidades en delitos de lesa humanidad. De los trece archivistas y profesionales especializados quedaron solo tres, prácticamente sin funciones.

Hace un mes y medio, Petri nombró a Lucas Miles Erves como Director Nacional de Derechos Humanos del ministerio. Abogado y ex comendiante, tiene un curriculum en el que se destaca como asistente del Departamento de Estado de EEUU. Se define a sí mismo como especialista en Defensa y Derechos Humanos, aunque recién en enero de este año logró su diplomatura en DDHH en la Universidad Austral. En su twitter destaca como sus intereses:  “Amor por el tenis. Disfruto de viajar y hacer reír. Comprometido con todo aquello que nos haga mejores personas”.

Se ignora cuáles fueron los motivos que impulsaron a Petri a nombrar en un cargo tan especial a alguien que por sobre todas las cosas le gusta hacer reir. Claro que no es el único nombramiento inquietante también asumió como asesor del ministerio el contador Francisco Jorge Adorni, hermano del vocero presidencial, Manuel Adorni, quien, según el diario La Nación cobrará un sueldo de dos millones doscientos mil pesos.

Entrevistado por Canal Abierto, Alan Rüst, uno de los despedidos del Archivo destacó: “Los paracaidistas que están cayendo en el Estado dan bronca y desazón, es más fácil destruir que construir, llevamos años especializándonos en el tema y ya no sabemos qué va a pasar con esos documentos’ y agregó que con el sueldo del hermano de Adorni se podría pagar a todo el equipo del ERyA, cuyos profesionales cobran un promedio de 600.000 pesos.

Está claro que las cesantías nada tienen que ver con aumentar el superávit fiscal, de hecho Petri denunció a los archivistas como un grupo ‘parajudicial de persecusión a las Fuerzas Armadas’. Consultado por el diario Clarín, el ministro sostuvo que“los informes que produjeron no están en el sistema, yo como ministro no puedo acceder, los mantuvieron en secreto en sus computadoras y en los últimos tiempos fueron con memorias portátiles a llevárselos. Eran un grupo de persecución que hacía macartismo en las Fuerzas Armadas”.

Reclamo del International Council on Archives

El Consejo Internacional de Archivos (ICA en su sigla en inglés) fue creado en 1948 como una entidad internacional auspiciada por la UNESCO para el fortalecimiento y protección de los archivos. Su Sección de Archivos y Derechos Humanos (SAHR) promueve el papel de los archivos como facilitadores de pruebas de violaciones de derechos humanos, visibiliza su pérdida y defiende políticas archivísticas que garanticen su preservación y uso por los ciudadanos para reparación y construcción de sociedades democráticas. 

En tal condición, el ICA expresa su profunda preocupación por las medidas adoptadas por las autoridades del Ministerio de Defensa de Argentina, presidido por Luis Petri, que interrumpen el acceso de personal civil especializado de los Equipos de Relevamiento y Análisis a la documentación militar relacionada con las graves violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura de 1976 a 1983.

A través de un comunicado difundido en la comunidad internacional afirman:

Considerando que las medidas anunciadas por el Gobierno tendrían negativas consecuencias en la calidad democrática de la sociedad argentina, el ICA solicita al gobierno argentino: 

  1. El mantenimiento de los contratos de archivistas, investigadores y otros integrantes de los equipos para el relevamiento y análisis de la documentación oficial 
  2. El mantenimiento de las resoluciones 308/2010, 1573/2023 y 1131/2015 y la continuidad e implementación efectiva del Sistema de Archivos de la Defensa 
  3. La continuación de las políticas públicas archivísticas destinadas a reforzar el papel de los archivos públicos como herramientas esenciales para conocer la verdad y para sustentar los derechos ciudadanos. 

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Una biblioteca de miles de vidas, por Federico Lorenz

Constituciones, Mafaldas, Nuncamases, Manifiestos Comunistas, una vida de San Martín, de Mitre, La fuerza es el derecho de las bestias, 1984, La náusea, El jorobadito, Poesía completa de Borges, Latín 1, revistas Fierro, revistas Humor, Poder y desaparición, Ciencias Sociales 1, Postales desde Malvinas, Santa Evitas, Cuarteles de inviernos, Biologías, Ingenierías, ICSEs, Sidney Sheldons, Cantos generales, Venas Abiertas, Harry Potters, Martín Fierros, Lingüisticas, Geografías, Cinco Semanas en Globos, Seis personajes en busca de autor, Antologías de terror, Astronomías, Nuevos testamentos, libros en chino libros en ruso no sé qué querían decir los títulos, Patagonias rebeldes, quise sacar fotos, no pude, era sacar fotos o disfrutar ser parte, vi de todo vi una biblioteca miles de vidas miles de horas brazos en alto con libros sin libros cánticos padres madres hijas hijos amigos jubilados jubiladas amigas amigos compañeros docentes no docentes estudiantes señoras en balcones que aplaudían que colgaban banderas y carteles gracias camión de residuos que tocó la bocina y nos dejó pasar y aplaudíó y policías mudos quizás acordándose de alguna seño de algún profe y bocinazos alguno habrá puteado seguro que la mayoría no, aplausos aplausos bocinazos todos en algún momento alumnos todos defendiendo la posibilidad que supimos conseguir a lo largo de la Historia que supimos defender a pesar de momentos durísimos que nos hizo quienes somos defendiendo la educación que es la que nos va a sacar de esto más temprano que tarde si rencor pero con memoria porque tenés que estar realmente muy desquiciado pensando que tenés que romper todo para arreglar algo, para confundirte destruir con construir donde estabas cuando te explicaron eso, cómo quiero a mí país sin chauvinismo lo quiero bien desde abajo como ayer miles y miles de pies de manos de voces diciendo que no que basta.

(Tomado de facebook del autor con su autorización)

Foto de portada: AFP

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