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Dossier LCV: Siglo XXI, de las 8 a las 6 hs. Parte III

En las entregas anteriores recorrimos la historia del concepto jornada laboral y la lucha por las 8 horas. Nos topamos con un rey que mucho antes de los Mártires de Chicago, en el mil quinientos y pico, ordenó que sus súbditos y empleados debían trabajar solo 8 horas y en horarios en los que el sol no cayera a pique. Era el medioevo. Después vino el progreso y la Revolución industrial, con sus chimeneas y los niños de Dickens. Hablamos del 1° de mayo, y de todo lo que tuvo que soportar la clase trabajadora (asesinatos, torturas, detenciones) para que las 8 horas fueran ley. Nos sorprendió que un empresario americano, adorador de Hitler, poco antes de la crisis del 29, anunciara que sus obreros eran más productivos si trabajaban solo 8 hs, algo que implementó en sus fábricas ¿bondad o un modo de frenar el conflicto en puerta? El siglo XXI nos encuentra con un debate parecido al del siglo XIX, en situaciones bastantes disímiles. O no.

Ya vimos, también, la aparición del reclamo de 6 horas laborales, los pronósticos de las consecuencias de la llamada Inteligencia Artificial, y las primeras empresas en instalar la idea de ‘menos horas, más productividad’. En esta tercera, y última, entrega nos detendremos en cómo fue ganando espacio en varios empresarios, sindicalistas y países la idea de que trabajar menos y ganar lo mismo es viable, hasta la Organización Mundial de la Salud la sugiere. Ahora sí, prepárense para leer este nuevo informe especial. Empecemos por casa.

Osvaldo López: “No hay relación directa entre las horas trabajadas y el nivel de producción”

Argentina

El primero abrir el debate en este sentido fue el senador nacional Osvaldo López (ARI – Tierra del Fuego) quien en julio de 2013 puso a consideración del Congreso un proyecto de ley para reducir la jornada laboral a 6 horas diarias, 36 horas semanales, con igual salario, para todos los trabajadores en relación de dependencia que desempeñen su labor en la actividad pública o privada. «Necesitamos trabajar para vivir, y vivir es un concepto que tenemos que recuperar. Es perfectamente realizable. No hay una relación aritmética entre las horas trabajadas y el nivel de producción, cambiar la jornada de trabajo de 8 a 6 horas no significa la mengua de la producción». Un visionario.

Luego, Nicolás del Caño incorporó a su plataforma electoral, en el 2017, la reducción a 6 hs diarias de trabajo y fue quien más habló del tema ese año. Una lucha histórica de las izquierdas en el mundo.

El Papa Francisco también defendió la reducción de la jornada laboral para que todos pudieran trabajar en un mensaje del 16 de octubre de 2021

En noviembre de 2022 algunos dirigentes del Frente de Todos hicieron propia la iniciativa de reducir la jornada a 6 hs o trabajar solo 4 días a la semana en una reunión realizada en el Congreso de la Nación. Entre ellos el sindicalista Hugo Yasky, quien en julio había presentadoun proyecto para establecer una semana laboral de cuatro días y asegurar que la jornada laboral no exceda las ochohorasdiarias o las cuarenta horas semanales. La iniciativa fue acompañada por otro diputado del FDT, Sergio Palazzo, quien consideró que la jornada laboral no debería exceder las seis horas diarias o las 36 semanales.

Por su parte, el ministro de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, Walter Correa dijo: “Yo tengo la posibilidad y fortuna de ser ministro de Trabajo de la provincia de Buenos Aires y estoy a favor de reducir la jornada laboral“, aseguró.

Como ya se dijo, este año, la CGT abrió el debate para incorporar las 6 hs en la negociación con el Estado y las privadas. Así lo expresó en un comunicado difundido el acto del 1° de Mayo, convocado por la central obrera, presidido por Héctor Daer y Carlos Acuña.

Hugo Chávez: “Carlos Marx lo dijo: ‘El capitalismo termina conviertiendo al trabajador en un esclavo’, de forma tal que esta es una ley liberadora y justa”

Ecuador y Venezuela

Sin hacer demasiada alharaca, Ecuador lleva la punta. Es el primer país del mundo en establecer por ley la jornada de 6 hs semanales. Fue en 1997. Ese año, luego de algunas reducciones previas, fijó la jornada laboral en 40 hs semanales. Decisión que no se modificó hasta la actualidad.

En abril de 2012, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez promulgó la reforma a la Ley del Trabajo, donde, entre otras cosas, anunció la reducción a la jornada laboral. “La jornada laboral se reduce a 40 horas diurnas con la obligación y el derecho de los trabajadores de dos días continuos de descanso. Carlos Marx lo dijo: ‘El capitalismo termina convirtiendo al trabajador en un esclavo’, de forma tal que esta es una ley liberadora y justa”, señaló. También en este caso, la noticia pasó casi inadvertida. Tomamos noción de estos antecedentes cuando Boric hizo algo parecido en Chile. ¿Había sido el primero? No. Esos eran Ecuador y Venezuela.

Francia

Francia fue otro Estado pionero al regular la jornada de trabajo según las necesidades. En el año 2000, se convirtió en el país industrializado con la menor carga horaria para sus trabajadores: un promedio de 35 horas a la semana. “La idea fue combinar una reducción en las horas de trabajo en la semana con una mayor flexibilidad en la organización del tiempo de trabajo a partir de la negociación entre empresa y el sindicato, de forma de atender a las necesidades de ambos”, escribió Andrés Marinakis, especialista en Políticas de Mercado e Instituciones Laborales de la OIT para el Cono Sur de América Latina.

A pesar de este avance legislativo, 8 años después de su sanción ya había aumentado un 35% la cantidad de trabajadores cuyas jornadas semanales superaban las 40 horas. Entre la ley y el hecho hay un buen trecho.

Suecia

La idea fue tomada por Suecia, que en el 2015 llevó adelante un experimento de 6 horas de trabajo diario con igual sueldo que duró dos años. El ensayo se limitó a regular la jornada laboral solo en una residencia de ancianos de Gotemburgo (Suecia). Si bien el experimento obtuvo resultados positivos para los trabajadores, resultó más caro de lo esperado, por lo cual se interrumpió.

Chile aprobó la reducción gradual. En el 2028 la jornada laboral será de 40 hs semanales

Chile

El martes 11 de abril de 2023, el Congreso chileno aprobó una ley que reduce gradualmente las horas de trabajo en un plazo de cinco años. Es decir, en el 2024 la jornada será de 44 horas semanales. Dos años después será de 42 horas y en el 2028 solo deberán trabajar 40 hora semanales, el tiempo recomendado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La ley prevé la posibilidad de trabajar cuatro días y descansar tres. También propone un máximo de 5 horas extras por semana en lugar de las 12 admitidas en la actualidad.

Con esta modificación gradual, durante la presidencia de Gabriel Boric, Chile se sumó a la ola latinoamericana en favor de las 40 horas, ya implementadas por Ecuador y Venezuela. Todavía en la mayoría de los países de la región la jornada es de 48 horas semanales.

España

El 13 de abril de este año, 2023, el Gobierno español lanzó un programa piloto de semana laboral de cuatro días. “Por fin España pondrá en marcha el proyecto para la reducción de jornada. Hacemos real lo que antes era utópico: ganar tiempo y calidad de vida sin perder derechos. Esto es solo el principio”, dijo el diputado Íñigo Errejón, de la fuerza Más País, principal impulsora de la iniciativa.

Por el momento, no es ley, apenas una propuesta para ir hacia ese objetivo, que apunta a seducir a pequeñas y medianas empresas se adhieran a la propuesta, con la idea de que una jornada menor beneficiará la producción, con un financiamiento parcial para solventar los gastos de reorganización y salariales. Cada una de las pymes beneficiarias recibirán un importe máximo de 200.000 euros para dicho fin. Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y candidata para las próximas elecciones presidenciales en españa, pidió seguir los pasos de Chile que unos días antes había aprobado una ley que reduce la semana laboral de 45 a 40 horas.

Según la OMS, 745.000 personas fallecieron por accidentes cardiovasculares o cerebrales por jornadas de trabajo extendidas, en el año 2016

Mexico

El 1 de febrero de 2023, el Jefe de Bancada del PRD, senador Miguel Ángel Mancera Espinoza,presentó ante el Congreso de México una propuesta para reducir la jornada laboral de las y los trabajadores del Estado. La idea es poner un límite de seis horas para quienes trabajan de día y cinco para el trabajo nocturno, con dos días de descanso semanales. Actualmente, la ley establece que la jornada máxima para las y los trabajadores del Estado es de ocho horas para el trabajo diurno, mientras que en la noche debe ser de siete horas. Además, por cada seis días de trabajo, corresponde mínimo un día de descanso. El legislador explicó los motivos de su iniciativa: “Son muy relevantes las cifras que tenemos de muertes de trabajadoras y de trabajadores, precisamente por accidentes cardiovasculares, por accidentes cerebrales en jornadas extendidas”. En su presentación, Mancera cita una investigación de la OMS que afirma que en 2016 cerca de 745 mil personas fallecieron por accidente cerebrovascular y cardiopatía isquémica a causa de jornadas laborales prolongadas. Y agregó que entre el 2000 al 2016 esa cifra de fallecidos aumentó un 42 por ciento.

Colombia.

El 10 de marzo de 2023, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, reveló que habrá cambios en la jornada laboral oficial en Colombia a partir del 15 de julio de 2023 . Por una ley sancionada en el 2021 se había acordado la reducción progresiva de la jornada de trabajo semanal de 48 a 42 horas en los próximos años. Dicha ley establece que no puede haber ninguna baja en el salario ni en el precio de la hora de trabajo, y se podrán distribuir en 5 o 6 días a la semana, garantizando al meno un día de descanso.

Según el anuncio oficial, a partir del 15 de julio de éste año se reducirá una hora, ya no se trabajarán 48 horas a la semana, tal y como ocurre ahora, sino 47. De manera de poder disminuir otra hora el 15 de julio del 2024, año en que será de 46 horas semanales.

Investigación y textos: Laura Giussani Constenla

17 de mayo de 2023

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Esperemos que así sea, por Laura Giussani Constenla

En esta despedida de octubre, descubro que mis octubres personales coinciden con los colectivos. Partí de la dársena D, a bordo del Eugenio G, rumbo a lo que después comprenderíamos que era el exilio, un 8 de octubre. Sí, el día que cayó el Che y nació Perón (o viceversa). Volví al país (el día más feliz de mi vida) el 17 de octubre de 1983, San Perón, patas en la fuente con la esperanza que asoma.

No podía perderme las elecciones. Vine por un mes, con una valijita casi tan chica como la que llevaba cuando me fui. Nunca volví a Roma.

Por esos tiempos, nos escribíámos cartas. Qué mejor para celebrar los cuarenta años de democracia que compartir las cartas que le escribí a mis viejos – que seguían en Roma- el día de las elecciones y los tres sucesivos (sí, podíamos tardar tres días en escribir una carta). Sin necesidad de apelar a la memoria, así viví yo las elecciones del 83.

Siento que mi voto los incluye

Buenos Aires, 30 de octubre 1983

Queridos todos:

Aquí estoy. Contenta, antes de ir finalmente a votar. Este es un especie de milagro, todos nos preguntamos incrédulos cómo pasó, pero pasó. HOY son las elecciones! Lo único que me entristece un poquito es que ustedes no puedan estar aquí conmigo, siento que mi voto los incluye, quizás por eso voy a cortar tanto las boletas: Alfonsín, por la democracia, Conte por los desaparecidos, PI por izquierda. Díganle a Franco que voto concejales del PI por su amigo (le pongo el voto yo, que esté tranquilo)

Un beso grande, hoy va a ser un día de fiesta, ustedes están conmigo, y ya muy prontito brindaremos todos juntos.

Nos vemos,

Laura

“Mire, mire, qué locura. Mire, mire qué emoción! Se acabó la dictadura la reputamadrequelosreparió”

Buenos Aires, 1 de noviembre de 1983.

Queridos Mami y Papi:

Ahora les mando las impresiones inmediatas del día de las elecciones (y los dos sucesivos).

El domingo fue todo muy extraño. Fui a votar después de hablar con ustedes. La cola fue muy larga (dos horas) pero tranquila, yo no podía creerlo, hasta que no entre en el cuarto oscuro pensaba que me iban a hacer algún problema. Una vez adentro me invadió un nerviosismo, como yo cortaba las boletas era un quilombo, no encontraba la de Conte (PDC-demócratas cristianos), en fin, después me calmé, encontré las boletas, salí y la introduje en la urna, sello y listo. Había votado. Les juro que daba mucha pena la idea de tanta gente querida que no podía votar (por desaparecidos o exiliados).

Me tomé un taxi y fui a lo de Jero y Clelia donde había un asado. Fueron cayendo de a uno de sus respectivas mesas electorales, se mezclaba la alegría, la melancolía, la ansiedad y el nerviosismo. Pero reinaba una euforia increíble esperando los resultados. De los que estábamos allí, Héctor (marido de Clelia), Hugo (marido de Alejandra) y yo habíamos votado Alfonsín, el resto a Alende (Clelia Luro no pudo votar porque llevó el documento original en vez del duuplicado, estaba a las puteadas).

En la lindísima casa de Clelia y Jero pasamos la tarde. A las 19 entramos en la histeria de los resultados, los primeros datos eran todos de Alfonsín que arrasaba, pero pensábamos que era casualidad. Los que votaban al PI estaban tristes porque Alende ni aparecía, y porque el peronismo estaba por el piso. La derrota del peronismo, tan rotunda, provocaba en todos sentimientos contrastantes, incluso para los que habíamos votado a Alfonsín pero veníamos del peronismo. Pensábamos en amigos peronistas que debían estar llorando. Además, había por la calle cada radical que daba asco (comentarios comunes tipo: “Los peronistas son negros ignorantes”), había en el aire una cierta revancha de clase. Los datos, igual, después demostraron que a Alfonsín lo votaron de todos los sectores, también populares (ganó en el cordón industrial). Pero en Capital te identificabas más con algunos peronistas de buena voluntad que con algunos radicales. No sé si puedo expresar lo que sentíamos, aclaro que yo lo voté convencida de que era lo mejor y lo sigo pensando, eran los “correligionarios” medio imbancables.

Bueno, sigo. A las 23 horas nos fuimos en coche para el centro, todavía no había resultados significativos, no sabíamos quién ganaba, íbamos a festejar las elecciones y el fin de la dictadura. Saludábamos a todos (peronistas y radicales) y cantábamos a voz en cuello por las ventanillas: “Mire, mire, que locura/mire mire que emoción/se acabó la dictadura/la reputa madre que los reparió”. La calle era una fiesta. Todos los coches tocaban bocinas, la gente te sonreía.

Llegamos caminando hasta el obelisco. Pasaban los resultados en el noticiero luminoso de la 9 de julio. Ya la victoria de Alfonsín era clara. Los peronistas no sabían qué hacer con su alma. Los honrados se retiraron a llorar, supongo, los patoteros reaccionaban violentamente. El clima se cortaba con cuchillo, estaba lleno de cana que daba miedo (parecían decididos a actuar). Ahí empezó el bajón de todos, habíamos ido a festejar que se iban los militares y nos habíamos encontrado con que lo que más se festejaba era que se iban los peronistas. Hubo momentos de tensión. Había una sede del PJ, la calle se había llenado de radicales, todo era rojo y blanco,. Los peronistas entraron a cantar la marcha con bronca, los radicales les cantaban “Alfonsín, Alfonsín”, los peronistas empezaron a tirarnos botellas vacías, empezó la corrida, los patrulleros se preparaban. Nos alejamos. Estábamos con bronca, yo tenía muchas ganas de llorar, eran todos síntomas malos. Clellia hija se puso a putear a los gritos con lágrimas en los ojos: “E·sto es una mierda, esta democracia es una mierda, porque nosotros somos una mierda que no sabe vivir en democracia, carajo!”. La idea era esa, los que la escuchaban la apoyaban. Era todo absurdo, teníamos que estar contentos y estábamos tristes. Cada tanto nos poníamos a cantar pero no era una felicidad plena.

A las cuatro de la mañana nos fuimos para la UCR. Pasamos antes por la sede del PJ. Estaban todos locos, les inventaban datos absurdos y ellos festejaban la victoria!

Llegamos a Alsina y Entre Ríos (UCR) y ahí nos levantamos la moral. La gente estaba distendida, contenta, el canto más lindo y común radical es: “Y siga, siga, siga el baile/al compás del tamboril/que vamos a ser gobierno/de la mano de Alfonsín”. Acá nos prendimos en los cánticos Hugo, Héctor y yo. Nos mejoró el humor (de los peronistas, Hugo decía que era lógico, esto era un parto y doloroso, pero que podía salir algo bueno). Otros cantos eran: “Salta, salta, salta/pequeña langosta/Lorenzo y los milicos son la misma bosta” o “Me parece que el trolo no puede ganar/me parece que el trolo no puede ganar/gana el macho/gana el macho radical” (machistas, eh?).

Nos fuimos a dormir un poco más contentos.

Al día siguiente las cosas se calmaron.

Los peronistas empezaron a reaccionar bien. Ubaldini habló, casi llorando, muy bien (“hemos luchado por la democracia y lucharemos para defenderla”). El resto de las declaraciones las saben (Luder, Isabel, etc). Yo me puse realmente contenta, empezamos a vislumbrar que quizás se nos hacía, conseguiríamos un mínimo de unidad. A la noche se festejó de vuelta y esta vez fue muy lindo. (todos los que me encontré, la noche anterior les había pasado lo mismo, depresión, también porque explotaba la bronca y veías lo mal que habíamos estado, los muertos, etc). Pero el lunes fue bárbaro. Los intransigentes del peronismo salieron también a festejar en forma unitaria. Llegué con Moira a Corrientes y había dos grupos enfrentados, los peronistas (pocos) en la vereda y un grupo de radicales en la calle. Cantaban cosas juntas contra la dictadura, los peronistas sacaban más el tema de los desaparecidos (eran de intransigencia) “Madres de la Plaza, el pueblo las abraza” o “Milicos, muy mal paridos, que es lo que han hecho con los desaparecidos…”Saludaron con la V, los radicales aplaudieron y se acercaron a abrazarlos. Yo la abracé a Moira gritando que quizás se nos hacía, lo conseguíamos. Seguimos dando vueltas, fuimos a La Paz. Nos fuimos a dormir temprano (a las 2), la noche anterior nadie durmió.

En fin, trato de contarles cómo lo vivimos, quizás allí pasó algo parecido. Tengo ganas de compartir con ustedes todo lo que vivo aquí. Estoy realmente contenta de haber venido. Pero me gustaría estar juntos. Quizás, si las cosas siguen así, podemos venirnos todos. Hay mucha esperanza, la gente quiere algo nuevo. También hay miedo de que no dure (comentario general: primer cadáver que aparece me voy para siempre de este país de mierda).

Pero hay mucha fé que esta vez el gobierno consiga durar. Esperemos que así sea.

Les mando un beso grande a todos.

Abrazos,

Laura

(El manuscrito de esta carta forma parte de la Colección Cartas de la Dictadura, preservada junto a otras miles en el Archivo de la Biblioteca Nacional. Se puede consultar on line en el catálogo de la BN. Si tenés cartas para donar, escribi a: archivosycolecciones@bn.gob.ar )

Foto portada tomada por Víctor Sokolowicz, en villa Borghese, a la joven que escribió estas cartas.

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Exclusivo: La historia del dólar según Maurizio Lazzarato

¿En qué momento todo empezó a tener precio? ¿Por qué el dólar es la moneda de uso internacional? A veces damos por sabido lo no sabido, como lógico lo ilógico, y como natural lo cultural. Luego de leer el excelente libro ‘El imperio del dólar’, de Maurizio Lazzarato, publicado por Tinta Limón en Argentina, nos lanzamos en su búsqueda y lo encontramos en París, ciudad donde vive este filósofo y sociólogo italiano, formado en la Universidad de Padova en los tiempos en que Tony Negri era un brillante profesor, luego detenido -junto a otros académicos- el 7 de abril de 1979 acusándolo de ser ideólogo de las Brigadas Rojas, cuando era, en realidad, un referente intelectual importante en un movimiento territorial llamado ‘Autonomía Operaia’. Después de esa democrática razzia de la Universitá di Padova, uno de sus estudiantes más brillantes, militante de Autonomía Operaia, debió partir del país para no correr la misma suerte que sus profesores. Ese estudiante era Maurizio Lazzarato, hoy miembro del Colegio Internacional de Filosofía de París y autor de decenas de libros con algunos de los intelectuales más destacados de Europa. Aceptó la entrevista de inmediato a pesar de que nos presentamos de manera simple: ‘somos un medio de y para trabajadores y trabajadoras, en esta ocasión no queremos hablar de Vattimo ni Virno ni Badiou ni Negri, apenas entender cómo se construyó el poder del dólar. ¿Qué mejor que la mirada crítica de un filósofo?’ Puso cara de curiosidad y dijo:“Dai, cominciamo, fammi una domanda”. Así surgió esta clase magistral que recorre las distintas guerras que promovieron el dólar, las revoluciones del siglo XX, y el andamiaje utilizado para llevarnos a un sistema basado en la deuda y el crédito.

LCV- Por lo que vimos, el dólar se convirtió en la moneda de cambio para las operaciones comerciales internacionales después del Acuerdo de Bretton Wood, de julio de 1944, en donde participaron 44 países y ganó la posición de Estados Unidos de que el dólar se convertiría en la moneda de uso internacional ¿Podemos decir que el dólar es uno de los grandes vencedores de la 2da Guerra Mundial?

ML– Si. Pero también podemos decir que ya había vencido en la Primera Guerra Mundial. Durante la primera guerra mundial los EEUU empezaron a ocupar el lugar del imperio británico porque les prestaron plata para la guerra a los países europeos. Por lo tanto, en aquel momento ya eran el ‘salvataje’ de Europa otorgando grandes créditos. Ahí empezó el cambio entre el imperio británico y los EEUU. Estados Unidos tuvo peso en las negociaciones de Versalles después de la Primera Guerra Mundial. Los americanos no pidieron el reembolso de la deuda cuando entraron en la guerra -y entraron muy tarde-. Otorgaron prestamos muy altos antes de entrar en el conflicto, y obligaron a Francia e Inglaterra a ponerle sanciones muy pesadas a Alemania para poder pagar la deuda con EEUU. Esto provocó, prácticamente, el surgimiento del nazismo. El nazismo nace, de hecho, porque el tratado de Versalles fue una venganza contra Alemania.

Después de la Primera Guerra Mundial, tiempos de Peaky Blinders, comenzaba la caída del imperio Americano y el ascenso del dólar en el mundo

Todo empezó en la Primera Guerra. Eran los acreedores del mundo y se resuelve definitivamente en la Segunda Guerra con el pasaje de la libra esterlina al dólar, ahí se impone el dominio del dólar porque Keynes había propuesto una moneda que no fuese una Moneda Nacional como moneda de intercambio internacional. Keynes quería inventar el Bancor que sería una moneda construida que no tenía el handicap de favorecer tanto a los EEUU, pero su propuesta fue bochada e impusieron el dólar que se convirtió en una moneda central. Todavía mantenía el patrón oro, pero era una moneda internacional. Después entró en crisis con las guerras de Corea y Vietnam, las dos guerras que llevaron adelante los EEUU contra las luchas de liberación del Sur Global, y la balanza de pagos entró en pasivo. Fundamentalmente por los gastos bélicos que debieron afrontar. Las guerras de Corea y Vietnam comenzaron a poner en crisis al dólar y su relación con el oro. A fines de los sesenta ya se desenganchó el dólar del oro, cosa que se decretó, finalmente, en 1971 cuando Nixon declaró la convertilidad del dólar al oro y el dólar se convierte en una moneda absolutamente política. Ya no tiene límites. Antes existía una relación entre su función económica y la política, que estaba marcada por el oro, a partir de ahí, son los EEUU quienes definen el valor del dólar. Son ellos los que decidieron el valor de las mercancías: 1 dólar vale 1 dólar, una definición totalmente autorreferencial. Piensan: “el dólar es nuestra moneda, el resto es vuestro problema”. Ahí se constituye el dólar como lo estamos viviendo hoy.

Apocalipsis Now. Así definió Francis Coppola el horror de Vietnam y lo convirtió en arte. La película: un clásico

Pero con una variante importante. En la 1ra y 2da Guerra, los EEUU eran los que le daban crédito al resto del mundo, ahora se invierte y utilizan el déficit de la balanza de pagos que había aumentado desde los años 60, utilizan ese déficit para intrumentar la dolarización del mundo. La dolarización del mundo está fundada sobre el déficit americano. Es decir, los americanos deben estar permanentemente en déficit para poder dolarizar el mundo.

LCV– Aquí me perdí un poco ¿cómo puede el déficit ser un trampolín a la dominación financiera del mundo?

ML: El déficit es el sistema por el cual funciona norteamérica. Los norteamericanos tienen el déficit más grande del mundo. Un déficit astronómico respecto a los otros países, en comparación con Europa o Sudamérica, por ejemplo. Pero su déficit le permite controlar la moneda a nivel internacional.

LCV- Raro ésto. Podrías explicarlo con más detalle?

ML- Sí, porque si vemos el caso de China, con cómo se ha construido la globalización, para que el dólar se vuelva moneda internacional vos hacés entrar mercadería en dólares. Así funciona. Si fuese un crédito no podría funcionar esa moneda. En el año 71, cuando el dólar se independizó del oro, implementaron la ‘economía de la del crédito”. Toda la economía fue construida como una economía de la deuda. Lo que sucede, fundamentalmente es que de esta forma logran frenar el salario. El salario de los trabajadores debe congelarse pero la demanda de mercadería debe continuar ¿cómo se hace para detener el salario y mantener el consumo? A través de los créditos. Se les otorga no solo a los trabajadores, también a los Estados que deben financiarse a través de la deuda. A partir de los setenta todo está organizado en torno al endeudamiento. Endeudamiento del Estado, endeudamiento de las empresas, de todos. Y se construyó este sistema de deuda en dólares. El dólar es la moneda de la deuda. Estados Unidos tiene la mayor deuda del mundo. Nadie tiene semejante deuda. Para todos valen las reglas: cuando estás endeudado debes reducir los gastos del Estado, reducir los salarios, pero a ellos no se le aplica esta regla. Es el único país que no la aplica. Se trata de una relación evidentemente política. Es más, ellos continúan imprimiendo billetes. Fundamentalmente, el resto del mundo financia a los Estados Unidos.

LCV- ¿Cómo funciona ese mecanismo?

ML- Pongamos el caso de China que desde hace 30 años vive en un mundo que se construyó con esta relación. China se convirtió en la fábrica del mundo. La mercadería que produce la vende a los EEUU y recibe dólares. Pero con esos dólares lo único que puede hacer es comprar la deuda de EEUU a una tasa muy baja. Es decir, no solo China, si no todos financiamos el déficit general americano. Los gastos militares de Estados Unidos son financiados por el resto del mundo. Estados Unidos se financia con los bonos del tesoro que son comprados por el resto del mundo a tasas muy bajas. Esta es la forma como, a través de la moneda, capturan la riqueza mundial.

LCV- En varias de tus investigaciones pusiste en relación la guerra con la moneda…

ML- Históricamente fue así. Por ejemplo, el pasaje del imperio británico al norteamericano fue al ritmo de las guerras, como dije antes, la primera guerra y la segunda guerra mundial. Después las guerras de los 50 y 60. El pasaje de la economía al dólar fue el resultado de grandes conflictos armados en donde los EEUU, ya sea porque ya eran una potencia, ya sea porque las guerras no eran en su territorio, ya sea porque eran una potencia financiera, se consolida en torno a la guerra.

LCV- Hay cosas curiosas como las revoluciones socialistas o comunistas, como el caso de Unión Soviética o Alemania durante la primera guerra mundial.

ML- Hubo revoluciones también después. Es cierto que durante la primera guerra estuvo la revolución rusa que dio vuelta la relación de fuerzas, pero después la cosa continuó: Vietnam, China, las revoluciones del sur global, todo siguió ocurriendo. Es más, el siglo XX fue el siglo de las revoluciones. Nunca hubo tantas como en ese siglo. Hubo revoluciones fundamentales como la de China. Si bien la revolución terminó, aunque hoy sigue definiéndose como socialista pero no se entiende porqué, el resultado del conflicto actual entre el norte y el sur, es el resultado de las revoluciones del siglo XX. Los Estados Unidos controlan la riqueza del mundo a través del dólar porque es una moneda internacional y no sólo de los EEUU. En la última globalización, la hegemonía del dólar se puso en discusión. Esta es la verdadera razón de la guerra de Ucrania. El sur global, China, Rusia, y también como quieren hacer Lula o Argentina, no quieren ya que el intercambio entre ellos pase por los dólares. Porque pasar por el dólar significa pagar un impuesto, es decir, financiar a los Estados Unidos.

LCV- Ahí quería llegar. También en Africa empiezan a preguntarse porqué todo debe pasar por el dólar. Imagino que esto puede entenderse como un momento crítico para Estados Unidos.

ML– En este momento, el dólar no está en crisis. Se ha valorizado por la guerra, porque los capitales de muchos países migraron a Estados Unidos. Esto pone en crisis a los países más pobres porque la deuda explota. El hecho de que el dólar suba y que la Reserva Federal esté obligada a subir los intereses, hace que la moneda se valorice. Esto ocurre en lo inmediato.

A mediano plazo, muchos países querrían que su producción no fuese facturada en dólares, cosa que ya ocurre entre algunos países como entre Arabia Saudita y Rusia. Y también China realiza intercambios con monedas locales, pero la idea es sustituir el sistema actual que les permita no caer en la trampa del dólar.

Esto de Arabia Saudita es muy importante. Porque el dólar se reconstruyó durante la crisis del 73, cuando los países árabes aumentaron, y mucho, el precio del petróleo. Los Estados Unidos fueron a Arabia Saudita y les dijeron: “No hay problema, ustedes pueden aumentar cuanto quieran el precio del petróleo pero debe hacerse la operación den dólares”, es entonces cuando nacen los petrodólares y con ellos el engranaje fundamental de la producción, basada en la energía fósil comercializada en dólares. Una de las razones del renacimiento del dólar fue gracias a los petrodólares y es significativo que Arabia Saudita, que estuvo en el origen de ese proceso, rompa con EEUU y acepte comerciar en otra moneda. Es una señal que amenaza el poder del dólar a nivel mundial.

(La entrevista fue realizada por zoom, en italiano, por Laura Giussani Constenla, quién estuvo a cargo también de la traducción. Pronto subiremos el original completo junto a un especial de LCV sobre la historia del dinero para nuestro canal de youtube: LCV-Historia de Trabajadores)

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Buenos Aires: sin penas ni olvidos

La semana pasada me tocó sobrevolar por Buenos Aires. Aunque viva del otro lado del río, allí están buen parte de mis afectos. Vivo en la frontera de la orilla oriental del río Uruguay, por eso veo a diario la televisión argentina y escucho las radios porteñas. Lejos de lo que podía imaginar en estos tiempos de cambio en los que un candidato esperpéntico parece tener posibilidades de llegar a la presidencia con promesas apocalípticas -y en un momento de extrema incertidumbre y desazón, con una inflación galopante y la pobreza en aumento-, no percibí ni el miedo ni el odio que los medios difunden día a día.

Algo, sí, había quedado atrás: la euforia. No era tristeza ni depresión, simplemente conciencia de un estado de cosas. Viaje relámpago, sin encuentros festivos pero sí sentidos. Más comidas caseras y menos restaurantes (por suerte!). Días de reencuentros en casas, sin maquillajes, en los que sentí el mismo estado de ánimo: la vida sigue y, como siempre, hay que ponerle el cuerpo. Cero desesperación. La vida real.

Por primera vez, volví serena de Buenos Aires, sin esa sensación de resaca, de quien anduvo en un hermoso carrousell que mareaba. De algún modo, volvíamos a estar en sintonía, cada quien atento a lo que pasa, haciendo lo que siente y necesita hacer, pero poniendo el foco también en casa, reconstruyéndose, pisando tierra. Sin esa euforia política cocainómana que les atacó a muchos en medio de una realidad que de alegre tenía poco. ‘Los pobres’ y las injusticias no aparecieron hace un mes pero de pronto todos cayeron en la cuenta de que se acabó la fiesta. Hace rato que se habían apagado las luces del boliche.

Y, sin embargo, la sensación era agradable.

En esa semana gris de primavera en la que me tocó Buenos Aires, la UNESCO declaraba Patrimonio de la Humanidad al sitio de memoria de la ESMA. Yo desayunaba en casa de una amiga que hace más de veinte años milita y labura en consolidar la memoria que veía en directo la transmisión del debate de la UNESCO. Aparecí como Mafalda recién levantada y ella me explicó todo -yo no tenía ni idea de que ése día podía ser un ‘Día Histórico’-. Y lo fue. Y la delegación argentina se levantó, se abrazó y lloró. Y los conocíamos a todos. Y casi que lloramos también, por ellos y por nosotros. Porque al final, hay recompensa, diría Ceratti. Estábamos felices, satisfechas con lo que entre todos habíamos logrado.

Por suerte, en esos días no tuve tiempo de ver televisión y me asomé poco a las redes, tenía mucho tramiterío por hacer. Uno de ellos en la ex ESMA, justamente. Al salir, me encontré con un contingente de chicos de la secundaria -del Mariano Moreno- justo cuando el guía que los esperaba comenzaba a hablar. Me quedé escuchando, como una alumna del Moreno más. El guía estaba super capacitado, no era un maestro, era un guía que sabía que debía promover preguntas. De a poco los pibes se empezaron a animar y comenzó el diálogo con el guía. Diálogo. Otra emoción. Esa mañana había leído una noticia de que por primera vez declaraba en España una testigo de la tortura durante el franquismo. ¿Cómo no sentirnos orgullosos de formar parte de esa Argentina que es vanguardia en Derechos Humanos?

Otro de los ‘trapicheos’ -como diría mi amigo Falbo- era en la Biblioteca Nacional. Esta vez iba como ‘investigadora’, seis meses atrás me había jubilado allí después de diez años de laburo. Consulté lo que tenía que consultar y volví a mi lugar de trabajo, mi vida entre el 2012 y el 2022. Allí también todo seguía su curso. No le tenían miedo a la motosierra de Milei aunque se preparaban a evitarla. Pasar por el Archivo también me llenó de orgullo. Caramba! Cómo no sentirlo. Empezó con la gestión de Horacio González y hoy es uno de los archivos personales más importantes y serios del país. Y, se sabe, en un archivo se preserva la vida en su máxima expresión. Cuando voy a tomar el ascensor para retirarme, en el tercer piso, el piso ‘del público’, por donde pasan centenares de personas por semana, un mural en la pared con la cara de Horacio González tan parecido al que una conoció y su frase icónica entre los trabajadores de la BN: “Sin nosotros, no somos nada”. La dijo en su despedida casi como un chiste, no sabía cómo cerrar una frase y se la mandó. Yo estaba ahí cuando la pronunció, fue casi un suspiro, todos sonreímos, no sé quién fue que reparó tanto en ella que la convirtió en ‘bandera a la victoria”. Durante todo el macrismo la pizarra de la oficina de Recursos Humanos la tuvo anotada ¿Cómo no sentirse orgullosa?

Ver a mi familia, amigos y compañeros, que le siguen poniendo el cuerpo a la vida, con sueños personales y colectivos ¿Cómo no sentirme orgullosa?

Todos sabemos que la vida sigue andando. Cada cual hará lo que puede, como fue siempre. Solo debemos desintoxicarnos. Basta de borracheras, basta de miedo. En política, muchos se empiezan a animar a hablar. Por ahí va la cosa.

Laura Giussani Constenla, 26 de septiembre 2023

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