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Cientos de editoriales y librerías en riesgo por la Ley Ómnibus

Entre los muchos sectores que están expresando su preocupación por la multifacética Ley Ómnibus que en estos días se está discutiendo en el Congreso, se encuentran las editoriales y librerías. Distintas organizaciones (Cámara Argentina del Libro; Cámara Argentina de Papelerías, Librerías y Afines; Cámara de Libreros y Editores Independientes; Fundación El Libro; UEEA, Unión de Escritoras y Escritores de Argentina; SADE, Sociedad Argentina de Escritores, entre otras) difundieron un comunicado conjunto en que rechazan la derogación de la Ley de Defensa de la Actividad Librera N° 25.542 por la cual las editoriales deben establecer un precio fijo para cada título publicado que sea igual para todos, se trate de grandes cadenas comerciales o pequeños negocios de barrio. “La derogación nos afecta a todos. Afecta a la sociedad en su conjunto porque a mediano plazo, la concentración de ventas en las grandes superficies o en las importantes plataformas conllevaría el cierre de las pequeñas librerías, lo que causa un perjuicio para las editoriales al tiempo que perjudica al público lector. La bibliodiversidad se verá reducida al haber menos variedad de títulos publicados“, sostienen los empresarios. emprendedores y libreros del ramo.

Para conocer más sobre el tema, LCV entrevistó a Juan Manuel Pampín, de larga trayectoria como consultor editorial.

Juan Manuel Pampín, presidente de Editorial Corregidor

LCV: ¿Qué es exactamente lo que se pretende al derogar la Ley de defensa de la Actividad librera?

—Posterior a la salida del comunicado, se sumaron desde la red de librerías de México, de Colombia, de Chile, de Editores de Grupo Iberoamericano, Editores de la International Publisher Association, que es la entidad madre que nos agrupa internacionalmente. La Ley 25542 o Ley de defensa de la Actividad librera es la ley que dice que todos los libros deben venderse a un precio único en todo el país. Apunta básicamente a defender a las pequeñas y medianas librerías por sobre lo que son las grandes superficies, los supermercados y digamos, y más recientemente, aunque no tanto, ahora ya posterior a la pandemia contra las plataformas. O sea, el libro X que se te ocurra que es un libro nuevo, en la librería más pequeña de Tandil o en la librería más grande de Buenos Aires, debe costar lo mismo. Si quiero saber cuánto vale el último de Rolón, el último Rolón vale $19.900 $ en cualquier lugar. Todos lo pueden vender, lo que tenés que tener es uniformidad en el precio, y el precio siempre lo determina el editor, o en tal caso el distribuidor o el importador autorizado. Y es un precio único.

LCV: Los que fundamentan la derogación de la ley dicen que libre competencia va a hacer que yo en lugar de pagar Rolón a 19, lo puedo pagar a 10.

—Ponele inicialmente que todos vamos a creer que por una cuestión de oferta y demanda el precio del libro va a bajar, lo que pasa es que eso ahí incluye una gran mentira. Las librerías además del libro de Rolón tienen un montón de otros tantos libros que no se venden como el libro de Rolón. Entonces nosotros ahí creemos que se va a afectar muchísimo la bibliodiversidad y la posibilidad que las librerías, el comercio de cercanía, la librería de tu barrio o de tu pueblo que está ahí cerquita y compite por un mejor servicio, compite porque sabe tu nombre o porque conoce tus gustos, no tenga que competir únicamente por precio.

LCV: ¿Entonces en el sistema este del juego de mercado todo el mundo compraría el best seller y no compraríamos uno que tenga más calidad?

— En realidad, más que eso, lo que seguramente sucedería es que transformaría librerías grises, todas con una oferta muy similar, porque todos tendrían solo lo que se vende. Argentina se caracteriza por tener una red muy importante de librerías, tiene aproximadamente 1500 puntos de venta, de librerías a lo largo y ancho del país. Vas a encontrar este tipo de librerías en Salta, librerías en Tucumán, librerías en Chubut, librerías en Santa Cruz. El entramado de las librerías argentinas, más del 80% son lo que se denominan librerías independientes, que en realidad para el Ministerio de Economía son PYME o Mipymes o micropymes.

LCV: ¿Cuántas editoriales Pymes hay?

—La Cámara Argentina del Libro, que es la entidad madre, o que generalmente agrupa mayormente las editoriales pymes tiene registrados más de 500 socios. Eso no quiere decir que haya solo 500 editoriales, porque hay muchas otras editoriales que deciden no ser socias, o muchos autores que se autoeditan sus propios libros. Lo que nosotros llamamos el sector editorial comercial es la Cámara por método estadístico y demás, y dice durante más de tres años tiene publicados más de tres libros por año con una determinada continuidad y demás, que por eso te digo que es como que es como para para darle justamente cierta actividad, entenderlo como una actividad comercial y no como una actividad de hobby.

LCV: Hay una enorme cantidad de oficios alrededor de la construcción de un libro, ¿verdad?

—Para hacer un solo libro, vamos a imaginarnos que sea de un solo autor y que le lleve más de un año de trabajo escribir una novela, un libro de cuentos, teatro, un libro de ficción. Luego se le suman el corrector, el diagramador, el diseñador de tapa, el propio trabajo del editor. Luego está el trabajo de lo que es la distribución propiamente, la llegada de las librerías. Hay todo un entramado muy importante. Cuando las editoriales grandes compran a las otras que son casi tan grandes como ellas, en realidad no la compran para mejorarla, la compran para destruirla, para correr la competencia. Es como pasó en los 90 con el grupo Penguin con el grupo Random, con el Grupo Mondadori, que antes lo había hecho con Sudamericana. Lo que hizo Planeta con el grupo Emecé que era una editorial hermosa que hoy se transforma en un anaquel dentro del Grupo Planeta con diez libros al año.

LCV: En Inglaterra cuando se derogó la ley del acuerdo de precio fijo, desaparecieron 1/3 de las librerías independientes. Esta supuesta apertura al mercado que quiere Milei, en donde el mundo es una estantería de venta. En este caso, estaría haciendo un retroceso.

—Absolutamente. Una industria editorial fuerte necesita una industria librera fuerte y bibliodiversa. Para dar un ejemplo, el ejemplo del paradigma latinoamericano que es Chile, nos piden que vayamos a exponer muchas veces cuando hay ferias, encuentros o congresos para que les contemos cómo es nuestra ley de precio fijo, porque ellos en Chile no la tienen. Se produce una concentración todavía más grande.

LCV: Hay una diputada que decía se va a terminar el negocio de la Feria del Libro donde el Estado paga una vez al año para que vayamos a pasear. Es una locura, el Estado no pone nada para la Feria.

—La Feria del Libro lleva 48 ediciones si no me equivoco. Mi padre fue uno de los fundadores de la Feria del Libro y el Estado nunca puso un peso. En otros países como Colombia o Guadalajara el Estado pone un montón de guita. Acá por lo general pone poco y mal, porque lo único que hace es pagar su espacio y por lo general lo paga bastante a destiempo. Una lástima que entiendan la cultura como un gasto y no como una inversión. Suena fuerte pero en realidad son brutos. El INAMU no tiene fondeo estatal, el Fondo Nacional de las Artes no tiene fondeo estatal. Ahí también está coartando la libertad.

Ver comunicado completo:

https://www.camaradellibro.com.ar/category/noticias-cal/

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Mapa del resultado electoral a la luz de los conflictos sociales. Sección por sección, por Alberto Nadra

Desde hace tres meses, LCV publica semanalmente el minucioso relevamiento de los conflictos gremiales y sociales realizado por el prestigioso periodista Alberto Nadra. Un boletín semanal informativo que permitía ver un recrudecimiento de las luchas populares a pesar de la indiferencia mediática e, incluso, de buena parte de la dirigencia con la cabeza puesta en las internas de los partidos mayoritarios y con la CGT sumida en un tembladeral hasta noviembre, fecha prevista para la renovación de su su conducción. Entre tanto, de manera espontánea, fragmentada en un inicio y con una incipiente articulación en estos momentos, surgida a partir de la creación de multisectoriales gremiales, estudiantiles, universitaria, y de profesionales de la salud, que están uniendo sus luchas en todo el país. La lectura de los diversos conflictos también puede darnos una idea del ánimo electoral en el resto de las provincias que se pondrá a prueba el 26 de octubre.

Los invitamos a seguir nuestro boletín semanal al que dimos en llamar “Eppur si muove”! con la intención de destacar que, a pesar del andar de la política por caminos estrictamente electorales o personalistas, hay un ‘abajo que se mueve’. Tan es así, que parece que recién hoy tomaron nota y ya podemos hablar de aque “arriba nervioso” al que hacía mención la canción de los queridos Olimareños.

Aquí la trama electoral de la provincia de Buenos Aires analizada por Alberto Nadra.


El voto de la lucha bonaerense

La prueba más contundente de que la dirigencia no logra ver más allá de las urnas -y de que fue la resistencia popular la que marcó el verdadero ritmo de la política- se encuentra en un análisis detallado de los resultados en la provincia de Buenos Aires. Allí, la correlación entre los conflictos en cada territorio y la contundencia de la derrota liberal no es casual: es causal. Sencillamente, esas luchas determinaron el clima político y hacen inexplicable el resultado, y su magnitud, sin ellas.

Primera Sección Electoral

Fuerza Patria (FP) le sacó 10 puntos de diferencia a La Libertad Avanza (LLA) y superó esa cifra en lugares donde se produjeron conflictos como el cierre de Kenvue, ex Johnson&Johnson, los despidos de ILVA y Kimberly Clark (Pilar, donde la diferencia fue del 60,71% al 29,06 %), Georgalos y FATE (Victoria, San Fernando 55,66% a 31,68%) y Cerámica Cortines (Lujan, 51,62% a 36,89%), Pirelli (Merlo, 44,17% al 29,19%), Industrias Secco (San Martin, 52,33 % a 36,15). Por menor diferencia, la LLA también fue derrotada en municipios como Campana, donde cerró motos KTM, o Mercedes, en la que Aceros Borroni redujo personal unilateralmente.

Segunda Sección Electoral

Aquí, donde la diferencia fue de casi seis puntos, las principales acciones fueron protagonizadas por los contratistas de la acería Ternium/Siderar, del grupo Techint de Paolo Rocca.También hubo despidos y suspensiones en Toyota y Celulosa Zarate, donde las químicas Archroma y Clariant, que bajaron definitivamente sus persianas.

Tercera Sección Electoral

La mayor diferencia, lejos, fue en el corazón del conurbano, donde Verónica Magario obtuvo el 53.97% frente al 28,43 del mileismo, cuyas políticas de ajuste fueron resistidas. Es el caso del cierre de Gráfica Morvillo o el intento encaramelos Lipo (Lanús), así como los despidos en Shell (Avellaneda), Molinos de Pérez Companc (Esteban Echeverría), Astra Evangelista, de YPF (Canning, Ezeiza) y Bridgestone (Llavallol). Dánica, también en Lomas de Zamora, finalmente, fue una de las pocas empresas recuperadas durante este periodo, pero con la asistencia provincial.

Cuarta Sección Electoral

La derrota liberal fue por 40,34% a 30,30% en esta sección, en la cual los obreros de las lácteas Vidal (Carlos Casares), La Suipachense (Chivilcoy) y la siderúrgica Acerbrag (Bragado), enfrentaron con tomas y acampe el vaciamiento, los despidos o las suspensiones.

Séptima Sección Electoral

En este caso, la derrota fue por más de cinco puntos, con un núcleo de rechazo en Olavarría, donde solo sufrieron 800 despidos, principalmente de la cerámica Cerro Negro, la cementera Loma Negra y la chilena FABI, fabricante de bolsas industriales.

Simultáneamente, en localidades de casi todas las secciones electorales, miles se movilizaron y enfrentaron el intento de desguace de organismos vitales en cada zona como el INTI, el INTA, Vialidad y otros, finalmente frenado parcialmente por la justicia.

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La Política Post-Milei, por Luis Lea Place


Ilustración de portada: Silvia Flichman (www.silviaflichman.com.ar)

Los problemas políticos de la Argentina post-Milei, parecieran que no son de fácil solución. Sin embargo se podría hacer un esbozo de aproximación a los mismos, a fines reflexivos. Estos no radican en la dificultad de elaboración de un proyecto de país, de programas, planes referidos a las dificultades económicas y sociales, etc. Más bien están relacionadas a los nuevos paradigmas que atraviesan la política. Nunca como antes en la Argentina –y también en otras regiones del mundo- la coyuntura política estuvo tan agenciada a una mutación de una era histórica.

Paradigmas políticos del post-fordismo industrial

Mantenemos la tesis política que estamos asistiendo al fin de la Representación Política, no en el sentido de crisis de representación, sino de crisis de la representación como concepto político. El poder de la política vigente, reside en la representatividad, algo disociado con la nueva subjetividad de la población argentina.

La representación política está asociada a la organización piramidal jerárquica y ambos conceptos están basados en la homogeneidad de la subjetividad de la población. Necesita una sociedad estructurada en una pirámide social, con clases bien definidas, y con una cierta previsión de los comportamientos. Estas condiciones son necesarias para los políticos sin distinción de colores, abarca todo el espectro de la política argentina. El problema consiste en analizar si han cambiado esas condiciones, y cómo afecta o no a los mismos paradigmas de la política. Es relativamente fácil percibir como difícil comprender el comportamiento actual de las personas, comportamientos erráticos, disruptivos, como unos cortocircuitos en la subjetividad y también, obviamente, en nosotros mismos.

El rechazo evidente de la subjetividad de la población a la política partidista, a la actividad política parlamentaria y todo aquello que emane de la organización piramidal deviene del hecho que la política actual tiende a desconocer el ejercicio intelectual autónomo del sujeto, algo muy importante al margen de la valoración que se haga de los mismos. Pero lo que es difícil negar es que ha explotado la multiplicidad en la mente de las personas. Esto se manifiesta en la actitud de rehuir a la unidad política, refractaria a la obediencia, inestabilidad en los pactos de largo plazo; renuente y esquiva de transferir sus propios derechos, no delegar su representatividad, su pensamiento, ni su decisión. Esta subjetividad se caracteriza por su completa desestructuración y sus iniciativas podrán surgir desde cualquier punto de esa mente rizomática. La sociedad que conocimos, surgida de las revoluciones industriales, de grandes fábricas, de trabajo estable, estructurada en clases sociales definidas, con una ordenada explotación de la fuerza de trabajo, ha dejado de existir.

Un ejemplo extremo para hacerse una idea de lo que estamos viviendo: los trabajadores del peaje y su organización sindical, fueron barridos de la faz de la tierra por el tag digital de los vehículos. Esto no es una cuestión de valoración moral, está más allá del bien y del mal, es como la fría indiferencia del universo. Es un plano de inmanencia de una sociedad rizomática de la nueva era. La voluntad política sólo transforma cuando esta agenciada a una inmanencia social. Saltear la inmanencia, la voluntad nos lleva al “comisario politico” encaminado al descubrimiento politico que impresiona del siglo XX: “La primera persona del discurso emancipatorio, indica, en realidad, es el lugar del dominador” (E. Díaz, 2009:45)

Si la política consistía en unir los puntos comunes de las personas, ahora sus puntos comunes son su heterogeneidad. Y las organizaciones piramidales son sólo sustentables con una subjetividad homogénea. No se puede proponer programas homogéneos a personas heterogéneas. Discursos de una cadena de significantes fordistas a una subjetividad rizomática. El fordismo industrial, no sólo aportaba estabilidad a la sociedad, sino también era el “reparo” a sus miedos, pero muy pocas cosas quedaron de las viejas revoluciones industriales, y las personas cada vez más buscan “en el único reparo que le queda, el lenguaje, el intelecto, las facultades comunes del género humano” (P. Virno 2008: 17) De allí el desarrollo de la individuación singular de las personas, únicas e irrepetibles, leídas por la gramática fordista como la exacerbación del viejo individualismo en el contexto del concepto Pueblo, aportando mayor confusión aun. Los nuevos reaccionarios de la era digital, Milei en nuestro caso, supieron ver este fenómeno y elaborar un perfil que hizo “match” con una amplia franja de la sociedad argentina y establecer un nuevo dominio, a través de una organización rizomática. Y a través de ella ejercieron un concepto llamado en teoría: abstracción real. Supieron establecer una fusión entre la enunciación performativa agenciada a la mente social, ganando en varias provincias sin siquiera haberlas visitado. Algo que modifica el paradigma de la política, para auto-relacionarnos en la heterogeneidad de la subjetividad de la multitud.

Decir que Milei es producto del desastre del gobierno anterior es una simplificación que no logra captar los nuevos paradigmas políticos de la era actual. Este fenómeno político venía madurando subterráneamente en la mente de la población y es la razón por la cual gana Macri en el 2015, prometiendo mantener las políticas del anterior gobierno. Enunciación que cuestionaría a los que sostienen la simplificación anterior. Si bien es una conjunción, no surge tanto de la coyuntura política como de la modificación de una era histórica. La idea de esta nota apunta a reflexionar –desde la polémica de Hobbes-Spinoza posterior al Pacto de Westfalia- que la categoría Multitud ayuda a explicar un cierto número de comportamientos sociales contemporáneos.

Fundamentalmente significó el inicio del ciclo de la soberanía estatal del 1600, y el paso del concepto Multitud al concepto Pueblo, fenómeno que alcanzaría su máximo desarrollo y forma clásica durante el capitalismo industrial. Sin embargo el destituido concepto Multitud siguió existiendo en los intersticios de la sociedad moderna.

Quizás sea la revancha Nómade en Europa, o la revancha del Gaucho argentino de las pampas, perseguido para trabajar, respetar las leyes, ser incorporado al ejército y acatar el nuevo orden que había llegado a la humanidad en sus distintos momentos. Quizás valga la pena preguntarse si es que no estamos verdaderamente en un nuevo quiebre, pero esta vez el paso es del concepto Pueblo a Multitud. O quizás -como dice P. Virno- “estemos en un nuevo siglo XVII, en una época en la cual las viejas categorías explotan y es preciso acuñar otras nuevas. Muchos conceptos que parecían extravagantes e inusuales -la noción de democracia directa no representativa- por ejemplo ya tienden quizás, a urdir un nuevo sentido aspirando a su vez a devenir ellas también ´obvias´”. (P. Virno. 2008: 15). Hoy por hoy parecería que estamos viviendo la venganza nómade. Pero esta regresión, en realidad no lo es. Es como el concepto de Nietzsche, El Eterno Retorno. Siempre se vuelve al devenir, que siempre es singular. Se vuelve a lo mismo, pero ese mismo es algo nuevo. Se vuelve del concepto pueblo a la multitud, pero a la multitud contemporánea. Comprender la singularidad del fenómeno político de Milei, es una oportunidad para evitar que la reacción política argentina, se reacomode y arremeta en un próximo período aún con mayor profesionalismo. Como es el caso de V. Orban (Hungría), un gobierno reaccionario rizomático pero con inmanencia, sustentabilidad, como no pudo Milei. Debemos hacer un esfuerzo para despojarnos de las estructuraciones, dejar de conservar la ilusión de las certezas “una ambición metafísica de conservar el puesto perdido, ambición que en definitiva continua prefiriendo siempre un puñado de “certezas” a toda una carreta de hermosas posibilidades; acaso existan incluso fanáticos puritanos de la conciencia que prefieren echarse a morir sobre una nada segura antes que sobre un algo incierto.” (Nietzsche, 2007:29)

A modo de conclusiones

# El 7 de agosto de 2018 en la movilización de las mujeres a favor del aborto legal, seguro y gratuito (aproximadamente más de un millón en CABA y 3 millones en el país) el colectivo de Mujeres Argentinas apareció como fruto de una interconectividad entre ellas. Una de las mujeres explicaba cómo fue interpelada por otra mujer: “¡vos no me representas!” Ella contestó: “yo no te represento, ni quiero hacerlo, yo me represento a mí misma y desde allí me conecto con mis compañeras”. “Dijimos: ¡ha llegado la hora de poner el cuerpo!…he hicimos un chat!…mientras se reían. ¡Un cuerpo virtual! “Así se formó una red de mujeres que no nos conocíamos personalmente, y esa red conectada con otra y otras; y así llegamos a millones.”

# La movilización dejó una espesa capa de importante signos a dilucidar. Las mujeres argentinas han quedado en un lugar de sabiduría. Quizás sin saberlo, al luchar en contra del patriarcado, dejaron al desnudo la nefasta pirámide jerárquica, autoritaria. No hubo delegados, asambleas, comisiones directivas, secretarios generales, jefas, nada de dichas estructuras. Todo deconstruido gracias a la conectividad digital que permitió la gran movilización de los cuerpos heterogéneos.

# En el fordismo la estructuración organizativa piramidal permitía las relaciones de las personas, para luego transformarla en un elemento de dominio en contra de las mismas personas que la crearon a través de las representaciones (burocracia sindical, parlamento, partidos políticos etc.)

# Las relaciones digitales nos permiten relacionarnos al margen de las estructuras y la distancia en tiempo real. Y son fructíferas siempre y cuando se complete el ciclo de volver al contacto entre personas. Caso contrario la relación sería “conjuntiva” (F. Berardi) anti-empática, ajena a la vida, como es fácil observar en la vida cotidiana.

# No se puede crear una alternativa autónoma, ya sea en el globo o regiones a la Elite Financiera Global que funciona en red y en tiempo real, desde los volúmenes de tiempo, estructuras perimidas y representaciones políticas. “La batalla contemporánea de la dominación está entablada entre las fuerzas equipadas respectivamente, con las armas de la aceleración y la demora” (Z. Bauman).

# El estado también es una estructura piramidal, que mediante la lógica digital podemos acceder a políticas públicas no estatales. La humanidad no sólo es incapaz para volar como los pájaros ni correr como las chitas, pero si fabricar aviones y autos; también somos altamente incapaces para manejar conscientemente nuestras propias relaciones sociales administrativas más elementales. . Parafraseando a Backfeed, en el reino animal, los individuos son capaces de cooperar en una actividad social, de forma colaborativa, sin planes ni objetivos previos, sin sentido predeterminado ni jerarquías, como son los casos de los bancos de peces pequeños, abejas, etc. Nosotrxs no. El Estado como todo espacio fordista, lineal, formado por un conjunto jerárquico de lugares como espacios de localización territorial, tiende a la desaparición frente a la informática digital (ver Tiempo y Espacio…LLP y PCC). Desde la década del ’90 del siglo XX, su debilidad no ha dejado de crecer, la caída del socialismo y del estado de bienestar, manifiestan que ha dejado de ser un instrumento para resolver las injusticias sociales como en el pasado, cualquiera sea su composición. Lxs defensores/as del Blockchain radicalizado, sostienen que es factible disolver todas las instituciones del Estado en millones de compromisos micro-sociales-económicos-admirativos-jurídicos- etc. respaldado por contratos informatizados, siempre sobre la base del predominio de la riqueza sin valor. (L.P.-Cazes C. 2022: 171).

# Afirma el concepto que las nuevas generaciones, no se basan en la unidad, en la identidad, en lo homogéneo, en un programa; no forman una asamblea, un partido político, un movimiento, como en la representación piramidal; sino que fluyen en el co-funcionamiento, en el ensamble, en una relación diferencial entre heterogéneos que emerge en el plano de inmanencia de la materia social, son lazos en la multiplicidad. En eso consiste la acción política no representativa de la multitud. Permite el libre desarrollo de la individuación en una red autónoma, que acentúa a su vez la robustez de la Multitud. No es una nueva representación, es una discontinuidad del paradigma de la representación. Al no ser representada deviene Real.

Septiembre de 2025

Ilustración de portada: Silvia Flichman. Oleo y Collage

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Archivo

Anticipo de “Papeles Quemados”, último libro de Ricardo Ragendorfer

Para los amantes de nuestra sección de Archivos LCV, llegó el libro que estaban esperando. “Papeles Quemados”, publicado este mes por editorial Planeta, rescata las crónicas que Ricardo Ragendorfer escribió para Télam entre 2021 y 2023 y que sufrieron los efectos destructores que impuso la “batalla cultural” iniciada por Javier Milei en 2024. Algunas de ellas ya fueron ‘resucitadas’ por La Columna Vertebral en esta misma sección. Un material valioso que pretende vencer la censura ocurrida luego del cierre de la Agencia Nacional de Noticias que inhabilitó su plataforma y ya no fue posible acceder a la cablera de fotos y notas y tampoco a su valioso archivo. “Papeles Quemados”, historias escritas con la inconfundible pluma de Ragendorfer que entrelazan datos curiosos sobre protagonistas del dos siglos de historia, ya sean famosos del poder, del mundo artístico y también seres anónimos. Allí se entrelazan crónicas que van de San Martín, a Capablanca pasando por el Che Guevara o Ringo Bonavena.

A modo de anticipo, LCV comparte hoy una de estas joyas: “Romance de la muerte de Juan Lavalle”.

Romance de la muerte de Juan Lavalle

Su nombre completo era Juan Galo de Lavalle. Y en 1814, siendo teniente de las tropas del Directorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata combatió al general José Gervasio Artigas durante el segundo Sitio de Montevideo. Ese fue su bautismo de fuego.

A partir de entonces, su carrera militar y política fue ascendente.

En 1828 derrocó al gobernador de Buenos Aires, Manuel Dorrego, antes de vencerlo en la batalla de Navarro y ordenar su fusilamiento.

En aquel entonces, Juan Bautista Alberdi, un muchacho de de apenas 18 años, seguía con suma atención el desarrollo de los acontecimientos.

Se trataba de un ávido lector de Montesquieu. Y para canalizar su visión del mundo, se identificaba con la causa unitaria.

Una década después, durante una mañana otoñal, marchó al exilio. Y ya en el bote que lo arrimaba al bergantín a punto de zarpar hacia Montevideo, se permitió un gesto cargado de teatralidad: arrojar al agua la divisa punzó que el régimen rosista hacía usar a los ciudadanos.

Entre las múltiples ocupaciones que desplegó en esa ciudad resalta la de secretario del general Juan Lavalle, quien estaba sumido en los preparativos de su ofensiva bélica contra Juan Manuel de Rosas.

Alberdi se sentía un espectador privilegiado de la Historia.

Pero el vínculo entre ellos fue difícil, dado el pésimo talante del militar y su tozudez política. En resumen, la simpatía de Alberdi por el ideario de la Revolución Francesa chocaba con las fantasías napoleónicas de Lavalle. De modo que ese lazo laboral no fue duradero.

Aún así, el 2 de junio del año siguiente Alberdi acudió a la Puerta de la Ciudadela para ver a Lavalle partir hacia la isla Martín García al frente del Ejército Libertador, una fuerza de casi tres mil hombres que batallaría contra los federales. Fue la última imagen del general que él se llevó a los ojos.

Disparos al amanecer

Lo cierto es que Lavalle creía estar bendecido por la Providencia. Semejante pálpito se derrumbó como un castillo de naipes al ser derrotado, dos años más tarde, por el general Manuel Uribe en la batalla de Faimallá, en Tucumán.

A partir de entonces inició una larga marcha hacia la nada. Únicamente conservaba doscientos hombres extenuados. Su propia estampa alta y rubia lucía declinada. Poco quedaba del héroe de Ituzaingó, Riobamba y Maipú. Frágil de salud y remordido por el fusilamiento de Dorrego, el general estaba por cumplir 44 años cuando se acercó con su milicia a San Salvador de Jujuy. Corría el 8 de octubre de 1841.

Esa noche de cielo encapotado la tropa quedó acampada en las afueras de la ciudad al mando del coronel Juan Esteban Pedernera.

Lavalle avanzo hacia el casco urbano para pernoctar bajo algún techo, a sabiendas de que la autoridad unitaria había puesto los pies en polvorosa. Lo acompañaban su edecán, Pedro Lacasa, el secretario civil, Félix Frías, dos oficiales y ocho soldados. Allí también estaba Damasita Boedo, su soldadera, una despampanante pelirroja que encubría sus curvas con ropaje varonil.

San Salvador era la viva imagen de la desolación y el presagio. Lavalle y los suyos encontraron refugio en el viejo caserón de la familia Zerranuza, abandonado unos días antes por el delegado unitario, Elías Bedoya, ahora en desaforada fuga.

El general y Damasita se instalaron en el dormitorio que enfrentaba al segundo patio. Frías y Lacasa, en una habitación pegada al zaguán. Otra fue ocupada por los dos oficiales. Y los soldados se tendieron en el primer patio. Menos el centinela, apostado junto al portón de cedro macizo.

Al clarear se detuvo ante aquella vivienda una partida federal de quince jinetes al mando de Fortunato Blanco. Buscaban a Bedoya sin imaginar quién realmente se alojaba allí.

El centinela atrancó el portón y dio la voz de alarma.

Lacasa y Frías se lanzaron al dormitorio de Lavalle. El edecán exclamó:

– ¡Los enemigos están en el portón, general!

– ¿Qué clase de enemigo son? –quiso saber Lavalle.

– Son paisanos –respondió Frías.

El secretario evitaba mirar a Damasita con poca ropa, casi desnuda.

–No hay cuidado. Manden a ensillar, que nos abriremos paso –fueron las palabras de Lavalle mientras comenzaba a calzarse las botas.

Sobre la mesita de noche estaba su pistolón francés. Y él lo observó de soslayo. Damasita, desde el lecho, también.

Lacasa y Frías fueron hacia el fondo para buscar los caballos.

Frías se apresuró en partir en su cabalgadura por la salida posterior para avisar a Pedernera lo que sucedía. Sin embargo, sufrió una demora por eludir la posición de la patrulla atacante.

Mientras tanto, en el acampe tropero –a medio kilómetro– prevalecía la incertidumbre; hasta allí había llegado el griterío de los federales. Pedernera entonces ordenó a los soldados ponerse en movimiento. De pronto –tal como lo consignaría él en 1886, al dictar sus memorias–, fue audible a lo lejos “tres descargas de tercerola seguida de otra distinta; luego, un silencio espeso”.

Aquellos mismos estruendos hicieron que Lacasa, aún en los palenques, volviera sobre sus pasos. Lo que vio en el siguiente instante quedaría grabado para siempre en sus retinas: Lavalle despatarrado en el zaguán con la garganta destrozada en medio de un charco de sangre, y las convulsiones del final. A centímetros de la mano izquierda yacía su pistolón.

Sólo Damasita estuvo con él en el momento de los disparos. Y seguía ahí, semidesnuda.

Lacasa la cubrió con su capote.

Los federales ya se habían alejado.

La marcha fúnebre

Desde ese preciso momento, el tiempo empezó a transcurrir con una lentitud exasperante. Y el silencio era sepulcral.

Algunos soldados rodearon el cuerpo. Otros estaban ante el portón con los ojos clavados en la cerradura rota que uno de ellos señalaba con un dedo. La escena parecía congelada. Y sin palabras se dio por sentado que un balazo de tercerola la había atravesado para impactar en el cuello del general.

Su cadáver quedó en el caserón, mientras la tropa reiniciaba el repliegue hacia el Alto Perú. Pero, súbitamente, Pedernera detuvo la marcha y mandó a dos soldados y un teniente a rescatarlo. Ellos volvieron con el muerto cargado en su caballo. Un poncho le hacía de mortaja.

Durante la travesía, por la mente de Frías desfilaron postales dispersas sobre su última etapa junto a Lavalle. Una etapa difícil de descifrar, en la que sus actitudes, reacciones y reflejos ya resultaban inquietantes. Entre éstas, su inclinación por desatender las responsabilidades militares para entregarse a los placeres de la carne.

Como cuando –aún muy afectado por la derrota de Quebracho Herrado– se recluyó en una hacienda de Catamarca para compartir con la bella Solana Montemayor –esposa del gobernador riojano, Tomás Brizuela– cuatro días y noches sin salir de la cama, mientras sus oficiales, desesperados, iban y venían de un lado a otro de la puerta a la espera de instrucciones.

En aquella circunstancia, Frías le dijo a Pedernera:

–La causa de la libertad, señor coronel, se pierde por las mujeres.

La respuesta fue:

–Hay algo peor, don Félix: durante la batalla él se colocaba tan cerca de las líneas de tiro, que parecía buscar la muerte.

Es posible que Frías evocara tal diálogo durante esa mezcla de huida lenta y procesión fúnebre. Y quizás entonces haya volteado la vista hacia el caballo cargado con el cuerpo del general bajo una nube de moscas. El sol abrasador no favorecía su conservación.

Damasita cabalgaba a una distancia prudencial.

Frías enfocó su mirada en ella.

Fruto de una aristocrática familia salteña, esa mujer de 23 años era hija del coronel José Boedo y Aguirre, sobrina del diputado Mariano Boedo y hermana de José Félix Boedo, un joven federal fusilado con un tío materno en vísperas al desastre de Famaillá por orden de Lavalle. Y a pesar de la súplica de clemencia llorada por Damasita.

Pero luego se le presentó otra vez, para decir:

–Quiero seguir tus ejércitos. ¡Soy unitaria!

El amor entre ellos tuvo esa penumbra.

Frías –que no comulgaba con la idea del tiro que atravesó la cerradura– seguía observando a la soldadera del general.

Sólo Damasita –pensó él– atesoraba el misterio de su muerte. ¿Acaso lo vio infringirse ese desenlace o fue ella la llave vengadora de su final?

La travesía fue tortuosa. Por su avanzada descomposición, al cuerpo de Lavalle hubo que desencarnarlo en el poblado de Huancalera. Pero los huesos –debidamente lavados–, la cabeza –envuelta en un pañuelo muy ajustado– y el corazón –sumergido en aguardiente– fueron llevados a fines 1r42 a la ciudad trasandina de Valparaíso.

Fue precisamente allí donde Juan Bautista Alberdi supo los detalles del final de Lavalle por boca de Frías.

Ambos por entonces estaban exiliados en Chile.

Damasa jamás volvió a Salta. Y murió con su secreto en 1880.

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