Destacada
Con V de Vacuna. No de VIP, por Nora Anchart
Destacada
“Queríamos liberar Palestina, pero Palestina nos liberó”, por Riccardo Mancuso
Riccardo Mancuso es licenciado en historia en la universidad de Bologna. Durante sus estudios fue un trabajador de aplicaciones haciendo delivery en bicicleta para solventar los gastos iniciando una actividad sindical como delegado de JustEat para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores precarizados de ‘Deliveroo’ logrando una victoria judicial que sentó precedente. Ya como historiador y referente gremial, hoy es uno de los tantos jóvenes italianos comprometidos en la movilización contra el genocidio de Gaza. Aquí su opinión y la reseña histórica de las luchas obreras en Italia de los últimos años.
El 30 de agosto de 2025, parte de la Flotilla Global Sumud zarpó desde Génova, rumbo a Gaza con el objetivo de tender una mano a la población palestina asediada por la violencia sionista. No es casualidad que la mayor misión humanitaria por mar parta de esta ciudad. Génova tiene un gran significado en la historia italiana: es la ciudad galardonada con la Medalla de Oro de la Resistencia, un bastión del antifascismo militante, y también es la ciudad que albergó la horrenda cumbre del G8 -una herida que nunca ha sanado para quienes experimentaron de primera mano la brutalidad sin sentido del Estado represivo.
En esta ciudad y en esa ocasión, el extremismo del sistema político liberal eligió desplegar toda su brutalidad al quitarle la vida a Carlo Giuliani, asesinado durante los enfrentamientos en la protesta. Ese fue un punto de inflexión en la historia de nuestro país, así como Gaza es un punto de inflexión en la escena internacional. Sólo podía ser desde esta ciudad [Génova] que esta importante operación —que, en un impulso de solidaridad, desplegó toneladas de ayuda humanitaria para la población palestina golpeada por la brutalidad de un genocidio— partiría. El mensaje es claro: queremos romper el aislamiento de quienes son oprimidos y desafiar el bloqueo naval ilegal de las fuerzas israelíes.
La salida de la Flotilla se produce en un momento en que el gobierno de extrema derecha de Giorgia Meloni está siendo cuestionado por su falta de reconocimiento del Estado de Palestina (Italia es uno de los pocos países de Europa que aún no lo ha hecho) y por el envío de armas a Israel. Desde el pogrom del 7 de octubre de 2023, ha crecido en Italia un movimiento ProPal que representa a la juventud palestina (“Giovani Palestinesi”), exigiendo el fin de toda cooperación entre las instituciones italianas e Israel y el reconocimiento del Estado Palestino, junto con su derecho a resistir la limpieza étnica en curso que ocurre no solo en Gaza sino también en Cisjordania.
En el contexto del conflicto radicalizado contra el gobierno posfascista de Giorgia Meloni, los estibadores de Génova —organizados en el CALP (Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios)— y activistas del sindicato de base USB (Unione Sindacale di Base) han decidido tomar una postura firme respecto al movimiento de solidaridad que ahora zarpa: abordan los barcos, bloquean la carga que estaba destinada a abastecer a Israel, y amenazan con que si el ejército israelí interviene y arresta a los voluntarios de la Flotilla, el puerto será cerrado, llamando a todas las ciudades italianas a hacer lo mismo en fábricas, escuelas y oficinas. Los estibadores declararon: «Si tocan la Flotilla, cerraremos Europa —ni un solo clavo saldrá de este lugar».
Los estibadores se han convertido en figuras centrales en el panorama político italiano, marcado por una crisis generalizada de representación, que concierne tanto a los partidos políticos como a los sindicatos. Su postura simbólica ha inspirado al resto del país, que admiró su valentía al actuar como escudo contra la opresión de una población indefensa. Esta no es la primera vez que los estibadores participan en sabotear los envíos: durante el siglo pasado, los estibadores británicos se opusieron al envío de armas hacia la Rusia revolucionaria; sólo que en ese momento, esas armas estaban destinadas a propósitos contrarrevolucionarios. Hoy, los estibadores de Génova eligen levantarse bajo el lema: «¡Ciérrenlo todo!», denunciando la complicidad de Occidente en el genocidio palestino.
La enorme movilización que tomó las calles durante el pasado septiembre y octubre ha sido interpretada por algunos como el éxito de una operación global que perforó el aparato mediático dominante, y por otros como el efecto de la intuición política del movimiento de base, que fue capaz de aprovechar el momento mientras la Flotilla se acercaba a las costas de Gaza, y finalmente como una respuesta espontánea de personas que ya no podían soportar desplazarse con sus teléfonos y ver las horribles imágenes de una masacre en curso sin intervención concreta de ninguna autoridad.
Más allá de cualquier interpretación, las cifras son claras: millones de personas bloquearon las ciudades más grandes de Italia bajo una ola de indignación. En cada actualización de las flotillas navegantes —hasta que los barcos fueron abordados ilegalmente por el ejército israelí— miles de personas se unieron a las calles, gritando «Palestina Libre». Igualmente claro es el papel que, una vez más, juega la clase trabajadora en el contexto global de lo que podría describirse como una guerra mundial fragmentada: solo a través de huelgas y conflictos organizados se puede desmantelar la locura belicista de la bestia capitalista.
Lo que sucedió no debe verse como una mera respuesta emocional contra la masacre de los oprimidos por el opresor. Estamos presenciando un despertar colectivo que ha mostrado cómo el sistema depredador capitalista siempre está buscando sus nuevas víctimas: hoy en día son las vidas de los palestinos las que se consideran inútiles y prescindibles, pero mañana podríamos ser nosotros. Esta movilización ha visto converger múltiples movimientos sociales con el objetivo de despertar conciencias y oponerse a un sistema mortal.
Este contexto reavivó el movimiento de repartidores de Bolonia. Durante algún tiempo en los últimos años, el descontento por un sistema salarial de hambre había estado gestándose, amenazando con una protesta que finalmente estalló al encontrar una salida en los recientes levantamientos por Gaza. Esta estasis había permitido la estabilización de un sector ampliamente desregulado, con la única excepción de la multinacional Takeaway.com (Just Eat), que formalmente clasifica a sus trabajadores como empleados con derechos y protecciones. Deliveroo y Glovo continúan fomentando un sistema de explotación que ignora numerosos fallos judiciales y elude la «Ley de Riders» existente de 2019, gracias a un acuerdo turbio firmado con un sindicato complaciente de derecha, UGL Rider. Este acuerdo también ha sido considerado ilegítimo en varios fallos, incluido uno que reintegró al autor de esta nota después de un despido ilegal por negarse a firmar el nuevo contrato derivado de este acuerdo fraudulento.
Este sistema miserable que enfrenta a las personas entre sí, una vez más ha encontrado la capacidad de la fuerza laboral para organizarse y movilizarse por mejores condiciones salariales. Todo esto está sucediendo en un momento en que se espera que Italia implemente la Directiva Europea sobre trabajo en plataformas, que pide el reconocimiento del estatus de empleado, la obligación de que las empresas demuestren la supuesta autonomía de los trabajadores en los tribunales —a su propio costo— y la negociación colectiva sobre algoritmos.
Estos años han visto el surgimiento de un movimiento internacional sobre el Trabajo en Plataformas que ha proporcionado las herramientas para expandir la lucha a escala global. Las luchas de hoy convergen a través de prácticas ya probadas que llevan un potencial que no debe desperdiciarse, porque los movimientos laborales son internacionalistas y convergentes, o no son.
BIBLIOGRAFÍA
Aloisi A. e De Stefano V., Il tuo capo è un algoritmo. Contro il lavoro disumano, Laterza, Bari, 2021.
Assad Renato, Entregadores Aplicativos. A luta de um novo proletariado, Multifoco, 2024.
Barbieri M., Della subordinazione dei ciclofattorini in LLI, 5, 2, 2019.
De Stavola F., A sud della piattaforma. Flussi logistici, economie barocche e capitalismo digitale in America Latina, Mimesis, 2025.
Fisher M., Realismo capitalista, Nero Editions, 2018.
Harvey D., La crisi della modernità, Il Saggiatore, 1993.
Harvey D., Geografia del demonio. Capitalismo e produzione dello spazio, Ombre corte, 2018.
Marrone M., Rights against the machines! Food delivery, piattaforme digitali e sindacalismo informale: il caso Riders Union Bologna in Labour & Law Issues. 5, 1, 2019
Marrone M., Rights against the machine. Il lavoro digitale e le lotte dei rider, Mimesis, 2021.
Mancuso R., La voce di Riders Union Bologna, Lavoro Diritti Europa, 1, 2021.
Mancuso R., Il primo maggio che verrà, Questione Giustizia, 2021.
Mancuso R., Gig workers, unite!, Jacobin Italia, 2023.
Quondamatteo N., Non per noi ma per tutti. Le lotte dei rider e il futuro del mondo del lavoro, Asterios, 2019.
Peterlongo G., Nella trama dell’algoritmo: lavoro e circuiti informali nella gig economy, Rosenberg&Sellier, 2023.
Piketty T., Il capitale nel XXI secolo, Bompiani, 2014.
Pirone M., Bologna’s Riders: «It’s not for us but for everyone!», Into the Black Box, 2023.
Pirone M., Keep on Moving. L’evoluzione delle piattaforme di food delivery e le sfide del sindacalismo metropolitano dei rider, Into the Black Box, 2019.
Pirone M. (a cura di): Niccolò Cuppini, Mattia Frapporti, Ugo Rossi, Ricard Espelt, Mayo Fuster Morell, Melissa Renau Cano, Annalisa Murgia, Daniela Leonardi, Emiliana Armano, Federico Chicchi, Marco Marrone, Maurilio Pirone, Annamaria Donini, Michele Forlivesi, Ultimo miglio. Lavoro di piattaforma e conflitti urbani, Milano, Fondazione Giangiacomo Feltrinelli, 2023.
Rijtano R., Insubordinati. Inchiesta sui rider, Edizioni Gruppo Abele, 2022.
Salvetti D., Questo lavoro non è vita. La lotta di classe nel XXI secolo. Il caso GKN, Fuori Scena, 2024.
Zuboff Shoshanna, Il capitalismo della sorveglianza. Il futuro dell’umanità nell’era dei nuovi poteri, LUISS, 2018.
Destacada
Expo Cooperativa 2025: diversidad productiva, innovación y economía solidaria en el Teatro Argentino
La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores dialogó con Stefanía De Dios, representante del IPAC, sobre la segunda edición de la Expo Cooperativa, un evento que reúne a más de cien cooperativas, federaciones y empresas recuperadas de toda la provincia. En la entrevista, De Dios adelanta las actividades, talleres, propuestas tecnológicas y culturales que formarán parte de una jornada que busca visibilizar el desarrollo del cooperativismo bonaerense, fortalecer su entramado productivo y acercar al público nuevas experiencias de la economía social.
LCV:
“¿Qué están preparando? ¿Cuáles son las novedades que se vienen con la segunda Expo Cooperativa?”
Stefanía De Dios:
“La Expo Cooperativa se va a desarrollar por segundo año en el Teatro Argentino de La Plata, el viernes 12, no este sino el siguiente. Participarán cooperativas, federaciones y autoridades vinculadas al sector para mostrar su desarrollo y promover el cooperativismo.
Habrá un feriazo de productores locales temprano por la mañana, con venta de hortícolas y productos regionales. También un patio gastronómico, un espacio de textiles con productos navideños, talleres de inteligencia artificial y experiencias 360 organizados por cooperativas tecnológicas.
La Expo se transmitirá todo el día vía streaming y también estarán las empresas recuperadas mostrando sus avances. Esperamos una gran convocatoria, con más de cien cooperativas y federaciones presentes.”
LCV:
“¿Habrá talleres o actividades para quienes quieran ingresar al mundo del cooperativismo?”
Stefanía De Dios:
“Sí. Estarán los organismos institucionales, incluido el IPAC, y entidades de crédito para brindar información.
Cada cooperativa tendrá su stand; muchas preparan talleres, exhiben productos, desarrollos tecnológicos o materiales audiovisuales. Es un evento importante para todas.
Habrá abundante información sobre el desarrollo del sector y también sobre el acompañamiento que hemos realizado desde la gestión. Además, el cooperativismo bonaerense tiene una larga historia de aporte al desarrollo productivo nacional y provincial.”
LCV:
“Inaugura Shildo Honorato, el presidente del IPAC.”
Stefanía De Dios:
“Sí, estará presente y probablemente también otras autoridades provinciales. Axel Kicillof está invitado, así como distintos ministros. La confirmación dependerá de sus agendas, que en este contexto suelen ser complejas, pero esperamos una buena presencia institucional.”
LCV:
“En nuestro programa venimos presentando experiencias muy diversas de cooperativas: familiares, culturales, productoras, tecnológicas, de medios, de miel. ¿Las cooperativas culturales también tendrán espacio el 12?”
Stefanía De Dios:
“Sí, tendrán espacio y realizarán actividades itinerantes y shows en vivo.
Es importante remarcar la heterogeneidad del cooperativismo: desde la economía popular hasta las cooperativas tradicionales de servicios públicos; desde productoras de la región capital hasta tecnológicas que hoy exportan conocimiento.
Esa diversidad es central y trabajamos para que esté representada en la política pública. Todo ese universo estará presente el 12.”
LCV:
“Para cerrar: ¿dónde debe ir la gente que quiera acercarse al feriazo o a la Expo en general? Repetinos el lugar.”
Stefanía De Dios:
“El viernes 12 de diciembre, a partir de las 9 de la mañana, en el Teatro Argentino de La Plata, calle 51 entre 9 y 10.
Habrá actividades en el patio exterior, en el hall y en las salas del subsuelo. En todos esos espacios estarán exponiendo las cooperativas.”
LCV:
“Perfecto, Estefanía. Ojalá pueda acercarme. Un abrazo.”
Stefanía De Dios:
“Más que invitada.”
Destacada
Crónicas de la vida moderna (Parte I), por Marcelo Cosin
Tras la Segunda Guerra Mundial, la penetración cultural se desplegó como un arma silenciosa: primero entretenimiento, luego consumo, y finalmente la colonización de la imaginación. En los años cincuenta la televisión norteamericana explotó como un espectáculo doméstico: millones de familias hipnotizadas frente a la pantalla, mientras la publicidad convertía el living en sucursal del supermercado. Ese modelo, exportado como parte del poder blando, llegó a la Argentina en los años cincuenta. Lo que aquí empezó como transmisión patriótica se transformó pronto en concursos, series dobladas y shows musicales calcados de la lógica yanqui. Así, la penetración cultural nos cogió desprevenidos: entretenidos, anestesiados, con la guardia baja, fuimos perdiendo referentes propios hasta quedar zombis, analfabetos culturales, vagando en las tinieblas del televisor encendido.

Yo amo a Lucy
Un ejemplo de “penetración cultural” es el estreno en la televisión argentina de la serie I Love Lucy ofrecida en la televisión en Blanco y Negro del canal 7 (único canal estatal) como Yo amo a Lucy.
Producción innovadora. Emitida entre 1951 y 1957, protagonizada por Lucille Ball y Desi Arnaz. Fue pionera en grabarse en estudio con público en vivo y en 35 mm, lo que permitió su exportación internacional.
Argumento. Lucy Ricardo, ama de casa casada con un músico cubano, sueña con convertirse en estrella. Su ingenuidad y ambición la llevan a situaciones cómicas, siempre dentro del marco de la vida doméstica.
Impacto en EE. UU. Fue la serie más vista durante cuatro temporadas consecutivas, ganó cinco premios Emmy y se convirtió en un texto fundacional de la comedia televisiva.Ideología implícita:Refuerza el modelo de familia nuclear urbana.Naturaliza el rol de la mujer como ama de casa, aunque con aspiraciones frustradas de independencia.Introduce el consumo y el espectáculo como horizontes de deseo.Presenta la diversidad (un marido cubano) en clave de integración al “sueño americano”.
La familia Falcón
La familia Falcón (1962–1969) fue una de las primeras telenovelas argentinas emitida por Canal 13, creada por Hugo Moser y patrocinada por Ford para promocionar su modelo Falcon. Bajo la apariencia de comedia familiar, funcionó como un ejemplo claro de penetración cultural e ideológica, al instalar un modelo de familia de clase media “ejemplar” y asociarlo directamente con un producto de consumo extranjero.
Debut. 5 de febrero de 1962 en Canal 13, dirigido por Hugo Moser.
Duración. Se emitió semanalmente hasta 1969, con capítulos de 25 minutos.
Elenco. Pedro Quartucci (padre), Elina Colomer (madre), Roberto Escalada (tío solterón), Virginia Lago, José Luis Mazza, Alberto Fernández de Rosa, entre otros.Patrocinio: El apellido “Falcón” proviene del automóvil Ford Falcon, recién lanzado en Argentina. La serie fue concebida por una agencia de publicidad para promocionar el auto. Tuvo su versión cinematográfica en 1963.
Tema musical. “Juntitos, juntitos”, interpretado por Los Cinco Latinos, reforzaba la idea de unión familiar.
Contenido ideológico. Representaba a la familia de clase media porteña de los años 60: padre trabajador, madre abnegada, hijos obedientes y un tío solterón. Era presentada como “una familia como la suya, como cualquiera de su barrio”. Unidad familiar con autoridad paterna y sin conflictos profundos. Evitaba temas polémicos como divorcio, sexualidad o tensiones sociales.
Lenguaje “limpio”. Estaba prohibido decir malas palabras en televisión.
La serie funcionó como vehículo publicitario: el auto Falcon se convirtió en símbolo de modernidad y aspiración. Instaló un ideal de familia que invisibilizaba la diversidad social y cultural argentina. Fue parte de la estrategia de las empresas extranjeras (como Ford) para asociar sus productos con valores locales, naturalizando el consumo como parte de la vida cotidiana.

Dijo Heriberto Muraro en 1985: “La penetración cultural norteamericana en la Argentina a través de la televisión no es un fenómeno superficial ni espontáneo. Es el resultado de una estrategia sistemática de exportación de modelos culturales, estilos de vida y valores que acompañan la expansión del capitalismo. Los programas televisivos importados —series, formatos, noticieros— no solo entretienen: moldean imaginarios, naturalizan consumos y desplazan tradiciones locales. La televisión se convierte en un vehículo privilegiado de colonización simbólica, porque actúa en la vida cotidiana, en el ocio, en la familia, en la infancia. Así, la dependencia económica se traduce en dependencia cultural. Y lo más grave es que esta penetración se produce con la anuencia de las élites locales, que prefieren importar enlatados antes que invertir en producción nacional. La consecuencia es una sociedad que se reconoce más en los héroes de Hollywood que en sus propios referentes, y que aprende a mirar el mundo con ojos ajenos.”

