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El tamaño de una esperanza, por Teodoro Boot

El 24 de agosto de 1899 nacía en Buenos Aires Jorge Luis Borges
En enero de 1926, en Salto Oriental, Jorge Luis Borges ponía punto final a la presentación de un breve compendio de ensayos aparecidos en distintas revistas, así como en la sección literaria del diario La Prensa. Publicados en julio de ese año quinientos ejemplares, libro y prólogo llevaron un mismo título, El tamaño de mi esperanza. Que así comienza:
A los criollos les quiero hablar: a los hombres que en esta tierra se sienten vivir y morir, no a los que creen que el sol y la luna están en Europa. Tierra de desterrados natos es ésta, de nostalgiosos de lo lejano y lo ajeno: ellos son los gringos deveras, autorícelo o no su sangre, y con ellos no habla mi pluma (…) Quiero conversar con los otros, con los muchachos querencieros y nuestros que no le achican la realidá a este país.
Título, libro y prólogo compartirán un mismo destino: la desaparición forzada.
Anteriormente, Borges había publicado los poemarios Fervor de Buenos Aires y Luna de enfrente, así como la colección de ensayos Inquisiciones, pero será uno posterior, El idioma de los argentinos el que, junto a El tamaño de mi esperanza merecerá la inquina del autor, quien jamás permitió que ninguno de ambos fuera reeditado.
Hubo que esperar su muerte –¡véase cómo al fin de cuentas estábamos predestinados a celebrarla!– para que en 1993, llevada por su amor a la literatura, al dinero al autor –en todo caso, siempre será amor–, su viuda María Kodama decidiera sacarlas de la oscuridad y el olvido.
Cualquiera tiene derecho y hasta el deber de detestar lo que alguna vez ha escrito, pero ¿cómo no preguntarse, en este caso, de dónde la tirria del autor a esos fragmentos de su obra que de ningún modo desentonan con los que más tarde él mismo celebraría?
¿Había otro Borges ahí, el proyecto de un hombre que no fue, detestado por sí mismo hasta decretar su inexistencia, opacado por el que iba envejeciendo entre halagos, agasajos y esa forma prematura de las honras fúnebres que es la celebridad?
A su regreso de la larga estancia europea en que transcurrió su adolescencia, Borges descubrirá ese Buenos Aires que años antes apenas había entrevisto más allá de los visillos de la casa familiar. Y ocurrió que en ese sorprendente mundo en el que acababa de desembarcar, el recienvenido encontraría un nuevo motivo de fascinación: el radicalismo o, con mayor propiedad, Hipólito Yrigoyen, “el único en nuestro país que, privilegiado por la leyenda, va en ella como en un coche cerrado”.
Hacia fines de 1927, Borges se ha vuelto exaltado líder del Comité Yrigoyenista de Intelectuales Jóvenes, con sede en la horrorizada casa paterna de la avenida Quintana 222 y, ya dos semanas antes de los comicios de 1928, proclamaba vencedor al líder radical. Dos años después, como tantos correligionarios, se llama a silencio ante el derrocamiento y la prisión de Yrigoyen.
También hará silencio en 1933 ante su fallecimiento, que conmovió los cimientos de la sociedad argentina de entonces. Extrañamente, este joven que apenas si estaba entrando en la treintena, se había lamentado un año antes: “Vida y muerte le han faltado a mi vida”.
Habrá sido en busca de esa experiencia que viaja a la República Oriental, donde tenía estancia su primo Enrique Amorim, con quien recorrerá las comarcas fronterizas de Artigas, Cuareim, Bella Unión, Rivera, Santana do Livramento. Ahí mismo, el exiliado José Hernández había empezado a borronear los primeros versos de Martín Fierro. Y ahí mismo Borges vio matar a un hombre y conoció esos gauchos que había creído legendarios, los mismos que veinte años después marcharían en masa hacia Montevideo “por la tierra y con Sendic”.
De alguna manera los conocía. Ya había hablado de ellos en su descubrimiento y reivindicación del entrerriano Evaristo Carriego:
La entonación entrerriana del criollismo, afín a la oriental, reúne lo decorativo y lo despiadado, igual que los tigres. Es batalladora, su símbolo es la lanza montonera de las patriadas. Es dulce: una dulzura bochornosa y mortal, una dulzura sin pudor, tipifica las más belicosas páginas de Leguizamón, de Elías Regules y de Silva Valdés.
Será también en Salto Oriental donde en noviembre de 1934 fechará un prólogo que, curiosamente y a diferencia de todos los prólogos, no será solicitado por el prologado sino por el prologuista. Borges lo pedirá por medio de Homero Manzi, común amigo de ambos. Y será el espaldarazo de un ya prestigioso Jorge Luis Borges lo que llevará a “Julián Barrientos” –paisano que cuenta la patriada simplemente “porque anduvo en ella”–, a salir del anonimato y a firmar con su nombre El paso de los Libres, poema gauchesco escrito en prisión, que daba cuenta de la última de las revoluciones radicales. La había encabezado el coronel Roberto Bosch en diciembre de 1933.
Lo habrán impactado los versos, o tal vez que la irrupción de la columna de 150 hombres de Bosch en Paso de los Libres, su derrota en el encuentro de San Joaquín –tras el que, a la vieja usanza, muchos de los rendidos fueron degollados–, la dispersión y el regreso del coronel a su exilio en Brasil, evocaron en Borges la retirada de Ricardo López Jordán tras la batalla de Ñaembé.
Escribe en ese prólogo:
En la patriada actual, cabe decir que está descontado el fracaso: un fracaso amargado por la irrisión. Sus hombres corren el albur de la muerte, de una muerte que será decretada insignificante. La muerte, siéndolo todo, es nada: también los amenazan el destierro, la escasez, la caricatura y el régimen carcelario.
Afrontarlos, demanda un coraje particular. El fracaso previsto y verosímil borra los contactos de la patriada con las operaciones militares de orden común, sólo atentas a la victoria, y la aproxima al duelo, que excluye enteramente las ideas de ganar o perder –sin que ello importe tolerar la menor negligencia, o escatimar coraje–. Ya lo dice Jauretche en una de sus estrofas más firmes: ‘En cambio murió Ramón/ jugando a risa la herida:/ siendo grande la ocasión / lo de menos es la vida’
Se inflama a continuación el prologuista:
Recordemos que ese Ramón Hernández murió de veras y que el poeta que labró más tarde la estrofa compartió con el hombre que murió, esa madrugada y esa batalla.
Y concluye:
La tradición, que para muchos es una traba, ha sido un instrumento venturoso para Jauretche. Le ha permitido realizar obra viva, obra que el tiempo cuidará de no preterir, obra que merecerá –yo lo creo– la amistad de las guitarras y de los hombres.
Será el prólogo a El Paso de los Libres y no Evaristo Carriego la despedida del Borges criollista, porteño y radical, capaz de emoción ante la lucha en pos de una derrota prevista de antemano, para empezar a ser ese ingenioso escéptico que con distante humor inglés ironizaba sobre los oprimidos, los perseguidos y los sufrientes.
Se dirá –Borges lo dirá– que se habla de aquello de lo que se carece, y para demostrarlo le bastará con asegurar que en todas las páginas del Corán, dictadas en el desierto, el camello no aparece mencionado ni una sola vez.
No podemos dar fe de que esto sea cierto –que con la Palabra eterna e increada no se jode– pero resulta llamativo que de las cientos de estrofas de ese largo poema de “Julián Barrientos”, Borges haya elegido justamente esa, la que con modestia y sencillez nos dice que “siendo grande la ocasión/lo de menos es la vida”.
La ocasión, las ocasiones, irán alejando a Borges de la vida de los hombres de su pueblo para acercarlo, cada vez más, a una cazurra existencia cortesana que, por inteligencia y sensibilidad, seguramente padecía, pero de la que por molicie, comodidad y esa desganada vanidad que tan graciosamente sabía lucir, cada día podría apartarse menos.
Se mentarán sus impedimentos físicos, la ceguera que se ensañó con él con tanta alevosía, las tentaciones del fasto y la fama, las desventajas de compartir los agravios de los vencidos… se dirá que al tiempo que se reducía su estatura humana crecía la del artista capaz de escribir las páginas de Ficciones o El Aleph, se dirán tantas cosas… Lo cierto, es que vino a cumplir muy brutalmente en su vida lo que parece ser destino de todos los hombres: hacerse viejo sin volverse mejor.
A veces, más que rememorar su muerte o lamentar su parábola vital, es preferible evocar la esperanza de un joven argentino orgulloso de serlo. Y lo haremos con sus propias palabras: “Nuestra famosa incredulidá no me desanima. El descreimiento, si es intensivo, también es fe y puede ser manantial de obras. Díganlo Luciano Swift y Lorenzo Sterne y Jorge Bernardo Shaw. Una incredulidá grandiosa, vehemente, puede ser nuestra hazaña”.
(Del libro La verdad verdadera, Teodoro Boot,Editorial Ciccus)
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Claudio Lozano: análisis de la crisis de representación y la reconstrucción del lazo social

En exclusiva con La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores, el economista y candidato a diputado por el instrumento electoral de la Unidad Popular, Claudio Lozano, expone su mirada sobre la política argentina, la crisis de representación, la desestructuración social y educativa, y la necesidad de reconstruir el vínculo entre la sociedad y sus instituciones. A lo largo de la conversación, Lozano combina reflexiones históricas, análisis de la realidad actual y propuestas concretas para intervenir desde el Congreso, siempre con el eje puesto en los derechos de los trabajadores, la comunidad y el fortalecimiento del tejido social.
LCV: “El economista Claudio Lozano, si no me equivoco, es candidato a diputado. El partido es Unidad Popular, pero la lista se llama instrumento electoral.”
Claudio Lozano: “No, el partido se llama Instrumento Electoral para la Unidad Popular. Normalmente decimos Unidad Popular para simplificar.”
LCV: “¿Por qué instrumento electoral?”
Claudio Lozano: “Es una pregunta que obliga a una reflexión bastante profunda. Nosotros no creemos en la idea tradicional de los partidos, como estructuras con cuadros que sostienen una concepción de izquierda, derecha o centro y que la proponen a la sociedad. Creemos que esas concepciones están puestas en debate y hay que construir otras cosas, recogiendo lo que la propia sociedad va produciendo. Por eso, nuestro partido se asume como un instrumento de la sociedad, especialmente en el campo de los trabajadores, los pequeños y medianos empresarios, cooperativistas, hombres y mujeres de la cultura, del pensamiento y de la ciencia. Nuestra lista está formada por compañeras y compañeros que trabajan en distintas organizaciones con compromiso, trayectoria y vínculo con trabajadores, cooperativistas y temas como derechos urbanos y ambientales. Es un paso más allá del movimientismo, una herramienta de construcción que respeta la iniciativa social.”
LCV: “¿La diferencia con el PJ sería que el PJ tiene una concepción más estatalista?”
Claudio Lozano: “Exactamente. Creemos que hay que darle más entidad a las organizaciones de la comunidad. El PJ tiene tradición en esto, pero no compartimos la vieja concepción de partidos del siglo XIX y XX, donde las decisiones estaban estructuradas por cuadros que le decían a la sociedad qué hacer. Para nosotros, la sociedad tiene que ser parte de lo que decide sobre su propia organización.”
LCV: “Y las últimas decisiones de la sociedad, ¿te preocupan?”
Claudio Lozano: “Sí, en tanto elecciones mayoritarias. La sociedad ha optado en un contexto de debacle. Desde el fin de la dictadura en 1983-84 hasta hoy, hemos pasado de un 30% a alrededor del 40% de pobreza. La idea de que con la democracia se come, se educa y se cura no se cumplió. Las últimas experiencias de gobierno, tanto Macri como el Frente de Todos, aunque confrontadas, mantienen la continuidad del deterioro de la vida social. Hay un emergente de crisis monumental de representación política. Para mí, el problema central a lo largo de 41 años de democracia ha sido la educación, la falta de aspiraciones formativas y sociales, lo que genera un fenómeno donde la generación actual teme que sus hijos estén peor que ellos. Esto mata cualquier aspiración y lleva a la búsqueda de soluciones inmediatas, como las criptomonedas o la inmediatez tecnológica, en ausencia de bases educativas sólidas y un tejido social fuerte.”
LCV: “¿Creés que la desestructuración social se vincula a la transformación regresiva del país?”
Claudio Lozano: “Sí. La destrucción del sistema público educativo y sanitario se enmarca en una reestructuración capitalista que empieza en la dictadura, con la deuda, la fuga de capitales, la desindustrialización y ajustes sistemáticos del Estado. Esto impacta en la sociedad, en las aspiraciones de las nuevas generaciones y en la percepción de comunidad. Antes, los niños tenían la obligación de estudiar y participar de la vida comunitaria; hoy, esa estructura desapareció, y la competencia reemplaza a la cooperación. La comunidad y el tejido social que existían en barrios como Liniers se ha debilitado, y con ello la capacidad de la sociedad para organizarse y reivindicar derechos.”
LCV: “Vos mencionás la responsabilidad de transmitir esos valores, ¿no?”
Claudio Lozano: “Sí. Esa responsabilidad explica mi trayectoria: la fundación de la CTA, la recuperación de ATE, el trabajo con Adolfo Pérez Esquivel en Servicio Paz y Justicia durante la dictadura, el acompañamiento a Gustavo Conte en derechos humanos en 1984 y ahora la candidatura a diputado. Hay una salida más fácil que competir electoralmente: ser el ‘sabio del pueblo’, dar charlas y organizar estudiantes, lo cual también forma parte de mi rutina y me da placer. Pero considero que hay que intervenir institucionalmente, desde el Congreso, para defender derechos y modificar la sociedad.”
LCV: “¿Cuál sería tu propuesta concreta al llegar al Congreso?”
Claudio Lozano: “Primero, rechazar los decretos inconstitucionales de este gobierno, como el 7023, que derogó y modificó leyes afectando a inquilinos, tarjetas de crédito, prepagas y empresas estatales. Segundo, recuperar la capacidad del Parlamento de auditar la deuda y la fuga de capitales, y cancelar el acuerdo con el Fondo Monetario. Tercero, trabajar para que este gobierno se vaya, porque ha hecho mucho daño social, cultural y político. Presentamos siete causales de juicio político para visibilizar la violación constante de la Constitución y abrir una salida institucional acompañada por la movilización popular. Con estas medidas, nuestra presencia en el Congreso busca defender derechos, recuperar institucionalidad y construir alternativas para el futuro del país.”
LCV: “Es un enfoque integral: derechos, comunidad y control institucional.”
Claudio Lozano: “Exactamente. Además, hay que frenar la penetración del narcotráfico en los barrios populares y fortalecer la comunidad a través de organizaciones, iglesias y movimientos sociales. Nuestra fuerza, con presencia en 16 provincias y más de diez años de existencia, busca confrontar al gobierno y crear un bloque político sólido, democrático y comprometido con los derechos del pueblo argentino. Esto significa garantizar coaliciones sin proyectos contradictorios y con procedimientos internos democráticos, excluyendo la influencia de actores destructivos como los narcos.”
LCV: “En el contexto histórico, también señalaste vínculos con la dictadura y la herencia educativa de ese período.”
Claudio Lozano: “Sí. Por ejemplo, Juan José Catalán, ministro de educación durante la dictadura, aplicó métodos perversos de adoctrinamiento y retraso educativo. Hoy, algunos descendientes de esos actores reproducen estrategias similares. Esto refleja cómo la memoria histórica, la represión y la desigualdad educativa se entrelazan con la política contemporánea. La lucha actual incluye frenar la criminalización de la protesta, defender los derechos sindicales y la organización comunitaria, y enfrentar una fase de revancha oligárquica que amenaza los derechos adquiridos.”
LCV: “Para cerrar, ¿cómo resumirías tu misión en el Congreso?”
Claudio Lozano: “Mi objetivo es claro: desmontar decretos que vulneran derechos, auditar la deuda y la fuga de capitales, suspender pagos abusivos, garantizar la institucionalidad y trabajar para una transición hacia un gobierno que respete la Constitución. Todo esto se hará en diálogo con la movilización popular y defendiendo los intereses de los trabajadores y de la comunidad. Con estas acciones, buscamos que la sociedad vuelva a ser protagonista y que se reconstruya el lazo social que hoy se ha debilitado.”
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Atacan la sede de aceiteros y entran al despacho de Yofra

Uno de los sindicatos más combativos dentro de la CGT, la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA), fue atacada entre 4 y 5 de octubre, un par de días antes de que se iniciara un anunciado paro nacional por negociación paritaria. Huelga que quedó en suspenso por el rápido pedido de las cámaras empresarias de una conciliación obligatoria.
El fin de semana aterior al paro, cuando las negociaciones estaban estancadas por la exigencia de un salario digno que cumpla con el mandato constitucional que de acuerdo a cifras oficiales sería de más de 2.000.000 de pesos como primer sueldo, un grupo de desconocidos desconectaron la energía del edificio, rompieron la puerta de acceso exterior, luego una segunda puerta interna y fueron directo hasta la oficina del Secretario General, Daniel Yofra. Para ingresar allí rompieron otras dos puertas y en ese momento fueron interrumpidos, resultando detenida una persona.
No se trató de un robo ‘al voleo’, no sólo estaba planificado sino que el operativo demostró un conocimiento de la disposición interna de la sede sindical y al mismo tiempo, un completo desinterés por el robo de objetos de valor. En la oficina del Secretario General sólo hay libros, una cafetera y elementos de oficina.
Después de analizar lo sucedido, con prudencia, el sindicato difundió éste domingo un comunicado en el que sostienen:
“El asalto fue perpetrado en un momento histórico donde desde hace dos años vivimos una constante ofensiva contra el salario, los derechos laborales y las organizaciones sindicales de la clase trabajadora argentina, tal como lo advertimos oportunamente en 2023. Y donde se acumulan los ataques directos contra la dirigencia sindical, social y política con persecución, amenazas y detenciones. Es en este contexto que ocurre este hecho contra nuestra organización gremial, que lucha en un sector que es clave en la economía nacional, que está en el primer plano de la agenda política y mediática y en el exacto momento en que inicia la paritaria aceitera. Por todas estas razones señalamos la gravedad de lo ocurrido, exigimos a las autoridades de los gobiernos y las carteras de seguridad nacional y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que se brinden todas las garantías para la integridad personal y el ejercicio de la actividad gremial, y reclamamos el inmediato esclarecimiento de las responsabilidades materiales e intelectuales del asalto a nuestra organización.”
El atentado a la sede sindical aceitera se produjo, también, luego de una postura activa de su dirigencia en pos de la unidad sindical en la que convocaron a un plenario de 200 delegados de diversos gremios, entre ellos UOM, SiPreBA y ATE. Mientras en la CGT se debate la futura conducción a definir dentro de un mes.
De inmediato comenzaron a llegar los comunicados de repudio, primero el de la CTA:
“Se trata de un ataque a una organización sindical que ha dado pruebas de su compromiso en la defensa de los trabajadores. Cualquier agresión o atentado contra una organización sindical o sus dirigentes implica un ataque a la democracia y a toda la clase trabajadora. Desde nuestra CTA exigimos el inmediato esclarecimiento del hecho y que el poder judicial determine quienes son sus responsables materiales e intelectuales. Por último, solicitamos a los gobiernos provincial y municipal que garanticen la seguridad de la organización afectada y sus dirigentes, como así también el ejercicio de la libertad sindical.”
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Conflicto por paritarias de Aceiteros: nueva conciliación obligatoria. Van por un mínimo de 2 millones

Una vez más, el gobierno tuvo que recurrir a la conciliación obligatoria por 15 días. Queda en suspenso el paro nacional de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) San Lorenzo.
El reclamo paritario de ambas organizaciones gremiales está fundamentado en el derecho a un Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) según su definición en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo, esto es, que asegure a los trabajadores en su jornada legal de trabajo la satisfacción de las 9 necesidades allí contempladas: alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión.
Según los estudios basados en la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC), el valor del SMVM según su definición constitucional y legal es de $ 2.344.728 para el mes de septiembre de 2025, que es cuando se abrió la revisión del acuerdo firmado el pasado 9 de abril de 2025.
En un comunicado difundido en el día de hoy, advierten: “Transcurridas más de dos semanas de presentado nuestro reclamo, la pretensión expresada hoy en la audiencia realizada en la Secretaría de Trabajo de la Nación por las cámaras patronales es insuficiente y provocadora, tal como hemos manifestado en el acta. Más cuando se trata del mismo sector que acaba de recibir un beneficio extraordinario de 1.540 millones de dólares tras la medida dispuesta por el Gobierno Nacional sobre las retenciones a las exportaciones. Frente a esa apropiación de renta extraordinaria, la respuesta patronal resulta vergonzosa. Incluso, desde la perspectiva del costo laboral que suelen invocar en su negativa, destacamos que el mismo se redujo en 2024 -alcanzando entre 1,7% a 2,4% de acuerdo a cada empresa- y que aún si aceptaran el aumento que pretendemos, el impacto sobre ese costo sería nulo.”
Luego de considerar que no están dispuesto a acompañar una política salarial que pretende condenar a la pobreza a la clase trabajadora favoreciendo sólo a los grandes grupos económicos, concluyen: “Por ello, reafirmando nuestra defensa del Salario Mínimo Vital y Móvil según su definición en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo, se ha decidido el inicio de una Huelga Nacional Aceitera de cumplimiento en las plantas aceiteras del país.”


Claudio Lozano: análisis de la crisis de representación y la reconstrucción del lazo social

Atacan la sede de aceiteros y entran al despacho de Yofra
