fbpx
Connect with us

LCV

La V Columna | La familia Ingalls

¿Hola, cómo va todo por ahí? Yo aquí estoy, en la costa oeste del Uruguay, esotérico lugar al que vienen a parar los principales ríos del sur de América (como si la tierra estuviera inclinada y trajera todo el agua hacia un mismo punto). Es el nacimiento del Delta. Unas emotivas vacaciones en el sitio en el que viví una época dorada con mi familia, rodeada de verde, bosques, praderas repletas de flores silvestres, lagunas, y pájaros a granel. En una hermosa casita que alguna vez construimos y donde se criaron nuestros hijos. Tiempos en los que parecíamos algo así como la familia Ingalls.

¿Quién no se emocionaba con la Familia Ingalls? Creo que todos, incluso los jóvenes, tienen a los Ingalls como una referencia infantil, el sueño del mundo perfecto. Con conflictos pueblerinos de los que siempre se salía con valores supremos: el trabajo y el amor. Y en el caso de los Ingalls, la fe en Dios y en un mundo construido a fuerza de voluntad que sería siempre mucho mejor. Más edulcorado, imposible, pero difícil no caer en la tentación de imaginar que la vida puede ser perfecta.

En este símil paraíso, me sacudió una noticia aparecida en el diario: parece que la muerte de Michael Landon, el padre héroe de los Ingalls, pudo estar relacionada justamente con esa serie icónica. Landon murió el 1991 a los 54 años, por un cáncer fulminante de páncreas. ¿Qué relación podría tener con algo que filmó entre 1974 y  1983?

Resulta que allí donde se levantaba la Pequeña Casa de las Praderas, quedaba en un paraje llamado Simi Valley, en California. Los productores de la NBC no dudaron: era el escenario perfecto para su historia. Y lo fue: la serie fue un éxito rotundo en el mundo entero.

Hubo muchos chismes y habladurías acerca de lo que sucedía en el set de la familia ideal, que Landon era un alcoholico irredento, había una promiscuidad que incluía triángulos amorosos, hasta la posible explotación infantil que hizo que el personaje de la niña Carrie tuviera como actrices a dos hermanas gemelas para poder repartir el horario de filmación, y otras cuestiones que desmerecían el objetivo moralizador de sus hacedores.

En fin, cosas que pasan en el mundo del espectáculo. Pero lo realmente increíble es que muchos años después se supo que Simi Valey, es decir, el set de filmación, quedaba a pocos kilómetros del Laboratorio de Campo de Santa Susana, donde se experimentaba con energía nuclear para el lanzamiento de cohetes, misiles o energía comercial, que en 1959 sufrió un accidente que provocó un desastre nuclear con consecuencias imprevisibles.

Campo Santa Susana se llamaba la central nuclear en cuestión. De puro curiosa, se me dio por buscar quién era la tal Santa, y descubro que se trató de una mujer, romana, nacida en el año 280 después de cristo, que fue decapitada por negarse a ofrecer sacrificios al Dios Júpiter. Definitivamente, el laboratorio estaba mal aspectado.

Poco se supo en es ese momento del accidente. Los cierto es que durante 14 días se expulsó material radioactivo al aire libre. La única información disponible es que se liberó plutonio y estroncio. Según el Departamento de Control de Sustancias Tóxicas de California, el 26 de julio de 1959 allí se produjo un “colapso parcial de un reactor nuclear”. En ese tiempo no se usaba cúpula de contención en este tipo de plantas, por lo cual el material radiactivo quedó expuesto directamente al aire libre.

Es decir, durante nueve años respiraron el aire contaminado del laboratorio Santa Susana que quedaba a a solo 15 millas de la Pequeña casa de las Pradera. Pasaron muchos años hasta que los científicos descubrieron que allí había ocurrido el peor desastre radiactivo en la historia de Estados Unidos, que según sus habitantes provocó una epidemia de cáncer en la zona. Y exigieron una investigación. De acuerdo con el patólogo forense doctor Michael Hunter, “los estudios concluyeron que la contaminación ambiental fue responsable de hasta 2.000 muertes relacionadas con el cáncer y condujo a un aumento del 60 por ciento en cánceres como pulmón, vejiga, riñón, hígado, sangre, ganglios linfáticos, vías digestivas superiores, entre otros”.

Con respecto al caso de Landon, Hunter se mostró precavido: “A pesar de los estudios científicos que relacionan la proximidad al sitio con tasas elevadas de cáncer, no hay evidencia científica que sugiera que el cáncer de páncreas de Michael fue causado por trabajar tan cerca del área contaminada. Aunque no puedo descartarlo por completo, podría relacionado con otra causa”.

Michel Landon no fue el único en sufrir la enfermedad. De los participantes de la serie, Victor French falleció debido a un cáncer al pulmón; Kevin Hagen y Merlín Olsen no superaron el cáncer de esófago; Charlotte Stewart -la maestra Miss Beadle- tuvo suerte y consiguió curarse de un cáncer de mama.

El reactor nuclear suspendió por el momento su producción ante una avalancha de protesta. Su dueño actual es la empresa Boeing. No solo estaba cerca de la familia Ingalls: quedaba apenas a 20 kilómetros de Hollywood.

Según la información están en pleno trabajo de ‘limpieza del aire contaminado’; cómo se hará eso, no lo sé. Lo que sí es seguro es que el resultado de la investigación será siempre que no hay evidencia científica que sugiera que los casos de cáncer tengan relación con el accidente nuclear. Porque nunca hay evidencia. Porque nadie sabe o todos se hacen los sotas.

Empecé contándoles que alguna vez vivimos al estilo Ingalls, sin moralina pero con el mismo paisaje, un desafío parecido y nuestra familia hermosa. ¿Por qué lo abandonamos? Porque llegó la soja y el glifosato, la papelera y el azufre, mineras a punto de instalarse. Ríos y lagunas se tiñeron de verde. Los peces empezaron a escasear. Y el cáncer era cosa común en el pueblo. Pero claro, no había evidencia científica entre la relación de una cosa y otra.

De lo único que hay evidencia inapelable es que el cigarrillo provoca cáncer. Te señalan con el dedo cuando estás con un pucho en la boca. Solo el cigarrillo hace mal. Del resto, quién sabe. Puede ser una combinación de factores: al final nunca sabremos si es causado por la energía nuclear, los pesticidas, las mineras, o los deshechos industriales. O todo eso. A nadie se le ocurre prohibirlo. Haría falta un gran cartel, como el de los cigarrillos que diga: vivir en un mundo de consumo capitalista provoca cáncer.

En fin, todo empezó con la familia Ingalls y terminó en un descalabro. Y como de moralina hablábamos, termino con moraleja: nada es lo que parece.

Seguir leyendo
Comentá

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Entrevistas

“El exilio dejó huella en Italia”. Entrevista a los directores de Resistenza

Después de su recorrido por Festivales, Salas y otros espacios de Italia y Argentina, “RESISTENZA (historias del exilio argentino en Roma)” está disponible desde el 13/11/25 en la plataforma OpenDDB: https://openddb.it/film/resistenzaargentina/

Un documental que explora los modos que adquirieron la sobrevivencia y la denuncia internacional durante la última dictadura militar. Más allá de la tristeza, el desarraigo y las dificultades económicas, los exiliados argentinos diseminados por el mundo tendieron redes de solidaridad y realizaron un trabajo tenaz dando a conocer las violaciones a los Derechos Humanos en Argentina. No sabían, en ese entonces, que se estaban convirtiendo en protagonistas de un movimiento que dejaría sus huellas a futuro en los países que los acogieron, gracias a una forma de lucha silenciada por el régimen pero que perduró, con amor y creatividad hasta el día de hoy.

En Italia nació una organización italo-argentina, Proyecto Sur. En torno a ellos crecen, desde el pie, nuevas formas de acción en un mundo cada vez más violento y fraccionado. Ahora las murgas argentinas son un símbolo en toda manifestación por la paz y la justicia en Roma

LCV conversó con los directores del documental “Resistenza, historia del exilio argentino en Roma”, Mónica Simoncini y Omar Neri. ¿Por qué Roma? ¿Qué dificultades encontraron? ¿Cómo es trabajar como documentalista hoy? La culpa como trasfondo de estar vivo, la política no cultural de Milei y más.

Exilio revisitado por Laura Giussani constenla. Un planeta de LCV. 11 de octubre de 2025

Continue Reading

LCV

Planeta Giussani/ Houston, tenemos un problema

El 13 de abril de 1970, una frase entró a la historia. Creíamos que la humanidad tenía el poder de conquistar el universo todo. Naves intergalágticas surcaban el espacio. Estados Unidos ya había plantado bandera en la luna. Una nueva misión tenía al mundo en ascuas: el Apolo 13. Todo iba bien hasta que una serie de luces desconocidas y una explosión de origen ignoto obligó a la tripulación del Apolo a llamar a la base en tierra. El mensaje fue claro y conciso: “Houston, tenemos un problema”.

Desde entonces, cada vez que ocurre un imprevisto de difícil solución e incierto origen, apelamos a aquellas palabras de desesperación controlada con las que el astronauta del Apolo 13 compartió su alarma. Y sí, hoy, apelamos una vez más a ella: Houston, tenemos un problema.

Este domingo, la política argentina vio los destellos de luces jamás imaginadas y alguna explosión agitó los ánimos. Qué había pasado?

De manera inusitada, los hermanos Milei, en el peor momento de su gobierno arrasaban en casi todas las provincias, incluída la provincia de Buenos Aires, donde había sufrido una derrota aplastante pocas semanas atrás.

El desconcierto invadió a propios y extraños. Quizás pueda decirse que, de una forma u otra, salvo los Milei, perdieron todos. Y cuando digo todos, digo también la derecha. Curioso ¿no?

Desde el mes de agosto, incluso los medios ‘amigos’ del gobierno se dieron vuelta. Por primera vez se los veía a Feinman, Viale, Laje y hasta Trebucq, entrevistando de manera incisiva al presidente de la Nación. El escándalo Sapagnuolo, el 3% de Karina, las relaciones narco de Espert, eran tapa, día tras día.

Las redes estallaban con incomprobables brotes psicóticos de Milei. Hablábamos de un Plan B en marcha, mientras otros directamente mencionaban un operativo destituyente. Las elecciones intermedias parlamentarias se habían convertido en un referendum: Milei sí o no. Todos tensaron la cuerda. Blanco o negro. Milei o Kirchnerismo, representado por Cristina y su hijo.

El desdoblamiento de las elecciones en la Provincia de Buenos Aires le dieron aire a Kicillof, al no ser una consulta nacional, pudo mostrar el mapa político de el bastión peronista por excelencia. Seguía siendo peronista, es más, kicillofista.

Lejos de retroceder frente a una embestida política, mediática y hasta empresaria, el gobierno fue por más. Más represión, más ajuste, más agresión contra los ejes más sensibles para la población: salud, universidad, discapacitados, jubilados. ‘Ni un paso atrás’ decía Mussolini en pleno liderazco.

Los politólogos y periodistas, encargados de ‘leer’ el mensaje de la ciudadanía, se agarraban la cabeza. La derrota era el número ganador. Hagan sus apuestas señores, quien gana y quien pierde?

Perdimos todos.

Es que había ocurrido un imprevisto, un destello de luces violetas y una explosión: Donald Trump se metía en la campaña. Prometía una salvación económica sí y sólo sí Milei ganaba las elecciones.

Lejos de autoflagelarnos con las responsabilidades de cada uno de los protagonistas, y mucho menos de pensar que de la noche a la mañana el pueblo argentino decidió apoyar la represión a los jubilados, hacer aparte las exigencias del Garraham, reirse de los discapacitados, y escupir sobre la cabeza de centenares de miles de desocupados por un plan económico que detruye la industria junto con el Estado, esta vez, yo prefiero no creer. Prefiero no creer que se fascistizó el electorado de tal modo. Así que busco otras razones.

¿Y si el voto hubiera sido más sensato de lo que pensamos? Qué había enfrente a Milei. Si perdía, caía el gobierno, eso era lo que todos esperábamos con cierta euforia. Y si caía el gobierno ¿qué pasaba?

Posiblemente el electorado pensó: Houston, estamos en problemas.

Y aquí entra el factor Trump. Aceptar el manotazo de ahogado de Trump quizás era lo más pragmático porque si no era eso ¿qué? Sólo se veían dos opciones y ambas significaban ‘volver’. Al peronismo o al macrismo.  Por si no hubiera quedado claro con la victoria de un personaje indefinible, nadie quiere volver a sentir el hastío de los mismos discursos vacíos. Quizás la sociedad está pidiendo a gritos dar vuelta la historia, no volver sino ir.

Una vez más, invito a nuestros lectores y oyentes a pensar que no vivimos en un mundo aparte. Y el mundo, lamentablemente, hoy tiene como protagonista a otro esperpento al que todos hacen reverencia, cruza fronteras, se adjudica paces incomprobables, extorsiona con los impuestos a países de distinta índole. No queremos reyes, pero tenemos un emperador cuyo parecido con American Dad, es preocupante.

Por más que nos dediquemos a analizar de manera pormenorizada los errores de cada partido, partidazo o partiducho, lo que pasa en Argentina no es ajeno a lo que pasa en el mundo. Quizás Milei entendió eso y anda viajando de acá para allá, sembrando su demencial teoría anarcocapitalista en tiempos de tierra fértil.

Parace antiguo, pero la solución quizás no es sólo nacional. Que avance el internacionalismo, pues. Porque más allá de consignas perimidas como “Patria sí, Colonia no” o recordar “Braden o Perón”, el mundo entero está sufriendo un terremoto económico y moral. Las Colonias ahora son ‘países aliados’ y el entramado económico crea fronteras tan volátiles que resulta imposible analizar con la rigidez a la que estábamos acostumbrados.

No somos el peor país del mundo, son tiempos de una humanidad que ya no puede llamarse humana. Bombas, drones, hackers, ataques cibernéticos, enemigos más virtuales que reales.

Por eso, LCV también anda relojeando lo que pasa aquí y allá. Y, por ahora, parece que nadie se salva solo, tampoco a nivel internacional. Ningún país podrá enfrentar las fuerzas de este post capitalismo cínico y voraz.

Si volvemos al chiquitaje interno, y sí, el baile de Cristina en el balcón al conocerse que perdió el peronismo en la provincia de Buenos Aires fue lo más parecido a la quema del cajón de Herminio Iglesias. Pero no son Cristina ni Kiciloff el problema. Ni la izquierda ni los tibios ni los progres nisiquiera la derecha de buena o mala fé. Levantemos la mirada para ver lo que pasa a nuestro alrededor. Dejemos de acusarnos y empecemos a construir, y a coordinar con quienes están sufriendo tanto o más que nosotros.

Son tiemos difíciles, para todos, sobre todo para los que todavía tienen algo que perder. Esa clase media apedreada que se niega a bajar al séptimo círculo del infierno. Pero hay medio país que sabe que es difícil bajar otro peldaño. No son necesariamente gorilas, ni idiotas, ni todos los epítetos que se les ha endilgado en estos días. Muchos desposeídos  apostaron a los hermanitos medio locos. Quizás por empatía. Hartos de ver tantos políticos racionales y nobles que los han llevado a la ruina.

Sigamos pensando y construyendo una sociedad más justa, desde abajo, simplemente como personas, aprendamos a escucharnos, dejemos atrás ese fugaz poder que puede dar una diputación o una secretaría.

Entre tanto, la vieja política tiembla. Cuando pase el temblor ojalá que nos encuentre más fuertes, libres, sinceros. Quizás desorganizados, quizás no unidos, pero dispuestos a llevar adelante las luchas en las que muchos estamos desde hace tiempo y sentimos que son robadas por representantes que no nos representan. La unidad no es todo en la vida. Seamos miles de luces, miles. Miles de fogatas, miles. Ya nos encontraremos de manera natural en un momento histórico en el que valga la pena escucharnos sin insultarnos.

Columna de Laura Giussani Constenla, emitida en La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores, el 27 de octubre de 2025.

Continue Reading

Entrevistas

Roma también tiene su ‘Ronda de los Jueves’

Un placer recibir en este Planeta Giussani a Enrico Calamai, ex diplomático que presenció dos golpes latinoamericanos desde los consulados italianos de Chile y Argentina. Una experiencia que le dejó huella.

En nuestro país fue un vicecónsul que salvó la vida de 300 argentinos comprometiéndose personalmente en darles refugio y llevarlos a Ezeiza a pesar del desacuerdo con la política oficial del gobierno de Italia. Hay quien lo llama el ‘Schlinder’ de argentino.

En el 77, fue retirado del consulado en Argentina. Luego estuvo cumpliendo sus funciones en Nepal y Afganistan, hasta su retiro prematuro. Desde entonces es un activista por los derechos humanos, autor de dos libros “Faremo l’America” y “Niente Asilo Político”, editados por Editori Riuniti y Feltrinelli. Le damos la bienvenida a nuestro Planeta a Enrico Calamai.

Muchos de ustedes lo conocerán por el hermoso documental La Resistenza, que testimonia la labor de los exiliados argentinos en Roma. Si no lo vieron, no se lo pierdan. Conmovedor. Pero hoy queríamos hablar con Calamai sobre la actualidad, su actualidad, como referente y fundador del Colectivo Mani Rosse Antirazziste, creado contra los decretos de Seguridad de Salvini, que cada jueves se reune frente al Viminale -el Ministerio del Interior- para denunciar la responsabilidad Italiana y Europea en diversas masacres, dictaduras, guerras y saqueos de recursos naturales.

Entrevista de laura giussani a Enrico Calamai. roma, 18 de octubre 2025

Continue Reading
Advertisement

Facebook

Copyright © 2017 Zox News Theme. Theme by MVP Themes, powered by WordPress.