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La V Columna | Está en el aire
“La ofensiva en curso sólo tiene precedentes en el contexto de la escalada autoritaria de la década del 70 del siglo pasado”, sentenció el profesor. Una frase fuerte “para tomar real conciencia del momento que estamos atravesando basta conocer mínimamente el clima de precarización, inestabilidad, vigilancia, control político, persecución y miedo en el que trabajan tantas educadoras y educadores, profesores, maestros y educadores sociales hoy en nuestro país y en nuestra educación pública”. ¿Quién dice ésto? Agustín Cano, secretario general de ADUR (sindicato docentes universitarios de Uruguay). Sí, estamos en Uruguay y los aires tampoco son tan puros.
A decir verdad, hace años que el aire no es puro. Aquí, allá y en el mundo entero, asistimos impávidos a cosas nunca vistas: lluvias de cenizas o ácidos, lava volcánica, químicos venenosos lanzados desde avionetas, virus desconocidos. A pesar del tapabocas podemos sentir ese aire viciado. ¿A qué huele? Huele a rancio.
En Uruguay, la victoria de la LUC dio espacio a que se corra el eje. Van un poquito más allá. Los maestros y docentes están en la mira. Cualquier cartelito dentro de una escuela puede ser motivo de represalias. Laicididad, dicen. El gran orgullo uruguayo, un Estado laico con una educación laica, convertido por arte de magia en el tapabocas oriental. Todo un símbolo. Vivimos en la era del tapa boca: en boca cerrada no salen ideas.

Vivimos en la era del tapa boca: en boca cerrada no salen ideas
Llevado al extremo, el gobierno de Lacalle Pou entiende la política como una profesión de fe. Y en una escuela laica eso no se puede permitir. Por un pase de varita mágica una de las premisas más progresistas del siglo XX se convierte en herramienta de censura.
Como todos los años, los profesores de Magisterio pintaron los muros con un recibimiento a los futuros estudiantes. “Bienvenida generación 2022. No seremos maestros del privilegio, seremos maestros del pueblo”, escribieron. Horror. Marche preso. Tres estudiantes detenidos por un rato a quienes pueden amenazar con sanciones o procesamientos. La política debe quedar afuera de los muros y los muros tienen que permanecer blancos. Blanco que te quiero blanco. Rancio que te huelo rancio.
Elina Moreno, integrante del Centro de Estudiantes de Magisterio (CEM) señaló que, tras la vuelta completa a la presencialidad, en diversos centros se evidencian “techos que se llueven, ventanas rotas, estudiantes que pasan frío”, además de que “se dan becas a muy pocas personas, y muchas compañeras dejan de estudiar” por esa ausencia. “La inversión que hacen es en tapar los muros y no en arreglar las condiciones”. Por eso también estaban pintando las paredes.
El anuncio de una reforma pedagógica en la que podrían quedar afuera cantidad de materias consideradas ‘opcionales’, que van desde la filosofía o historia a la astronomía o el arte, es otra espada de Damócles sobre la cabeza de maestros y profesores, además de la persecución sindical permanente en cosas mínimas. La represión ya no es lo que era, ahora da señales previas, anuncia, avisa, y el que avisa no es traidor.
Hubo docentes a quienes se les prohibió ejercer de por vida por sacarse una foto en la escuela con una cartelito apoyando el Sí al referéndum contra la LUC. Otros, amonestados por utilizar la cartelera gremial en apoyo a las consignas de su sindicato. Tonterías, dirán, pero el miedo se expande como aceite. Durante la campaña por el Sí a la derogación de algunos artículos de la Ley de Urgente Consideración, fueron muchas las profesoras que evitaron llevar un saquito rosa a clase por temor a represalias. Así de simple es controlar una sociedad. Por ahora.

¿El Estado no tiene otra cosa que ofrecer que estos estúpidos inteligentes?
Tiempo de tapabocas porque algo peligroso está en el aire y huele a rancio, tan rancio como las palabras que lo describen. Guerra es una de ellas. En Argentina está de moda la guerra. Estamos en guerra contra todo. Guerra al narcotráfico, a la inflación, a la pobreza. Nadie le ha declarado la guerra todavía a la estupidez.
Créase o no, existen tipos cuyo trabajo es ‘hacer inteligencia’. ¿Qué será eso? ¿Cómo justificarán su sueldo esos miles de supuestos inteligentes?
Alguien les dijo que hay una bomba que desactivar. No saben dónde está pero su tic tac tic tac se escucha en todo el país. Si estalla provoca el famoso ‘estallido social’. Por eso hay decenas, centenas, miles de hombres y mujeres inverosímiles, que viven en una burbuja, más desconocidos que el mismo rostro del demonio, que se convirtieron en craneadores del control social, agentes de inteligencia. Piensan y piensan alternativas. Preparan el terreno. Rastrillan, miran, espían, actúan.
Cuando los pobres avanzan sobre la ciudad y amenazan un acampe, una línea de policías desarmados los frena; los que tienen carpas o reposeras no pasarán. ‘No pasarán’ ¿se acuerdan? Eran otros tiempos. De hecho ni intentan pasar. Madres con hijos y amigos y vecinos y gente de cien mil raleas no tiran piedras ni putean. Todo indica que el ‘operativo provocación’ salió mal. Las madres daban vuelta su carrito y se disponían a pasar por alguna calle paralela. No era la reacción esperada por nuestros inteligentes espías. Estos piqueteros ya no son lo que eran. Más mansos que Lassie. A probar con otra cosa.
También intentaron con piedras contra el Congreso y lo disfrazaron de magnicidio, hubo baja de planes a participantes de marchas. Hasta pidieron que se le bajara la personería gremial a uno de los sindicatos más importantes del país. ¿Qué es eso de luchar por la reincorporación de un par de despedidos? ‘Que le corten la cabeza’ gritan al igual que la reina de Corazones en Alicia en el País de las maravillas.
Tic tac tic tac. Saben que se viene el estallido si no desactivan la bomba. ¿El Estado no tiene otra cosa para ofrecer que estos estúpidos inteligentes?
Entrevistas
“El exilio dejó huella en Italia”. Entrevista a los directores de Resistenza
Después de su recorrido por Festivales, Salas y otros espacios de Italia y Argentina, “RESISTENZA (historias del exilio argentino en Roma)” está disponible desde el 13/11/25 en la plataforma OpenDDB: https://openddb.it/film/resistenzaargentina/
Un documental que explora los modos que adquirieron la sobrevivencia y la denuncia internacional durante la última dictadura militar. Más allá de la tristeza, el desarraigo y las dificultades económicas, los exiliados argentinos diseminados por el mundo tendieron redes de solidaridad y realizaron un trabajo tenaz dando a conocer las violaciones a los Derechos Humanos en Argentina. No sabían, en ese entonces, que se estaban convirtiendo en protagonistas de un movimiento que dejaría sus huellas a futuro en los países que los acogieron, gracias a una forma de lucha silenciada por el régimen pero que perduró, con amor y creatividad hasta el día de hoy.
En Italia nació una organización italo-argentina, Progetto Sud. En torno a ellos crecen, desde el pie, nuevas formas de acción en un mundo cada vez más violento y fraccionado. Ahora las murgas argentinas son un símbolo en toda manifestación por la paz y la justicia en Roma
LCV conversó con los directores del documental “Resistenza, historia del exilio argentino en Roma”, Mónica Simoncini y Omar Neri. ¿Por qué Roma? ¿Qué dificultades encontraron? ¿Cómo es trabajar como documentalista hoy? La culpa como trasfondo de estar vivo, la política no cultural de Milei y más.
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Planeta Giussani/ Houston, tenemos un problema
El 13 de abril de 1970, una frase entró a la historia. Creíamos que la humanidad tenía el poder de conquistar el universo todo. Naves intergalágticas surcaban el espacio. Estados Unidos ya había plantado bandera en la luna. Una nueva misión tenía al mundo en ascuas: el Apolo 13. Todo iba bien hasta que una serie de luces desconocidas y una explosión de origen ignoto obligó a la tripulación del Apolo a llamar a la base en tierra. El mensaje fue claro y conciso: “Houston, tenemos un problema”.
Desde entonces, cada vez que ocurre un imprevisto de difícil solución e incierto origen, apelamos a aquellas palabras de desesperación controlada con las que el astronauta del Apolo 13 compartió su alarma. Y sí, hoy, apelamos una vez más a ella: Houston, tenemos un problema.
Este domingo, la política argentina vio los destellos de luces jamás imaginadas y alguna explosión agitó los ánimos. Qué había pasado?
De manera inusitada, los hermanos Milei, en el peor momento de su gobierno arrasaban en casi todas las provincias, incluída la provincia de Buenos Aires, donde había sufrido una derrota aplastante pocas semanas atrás.
El desconcierto invadió a propios y extraños. Quizás pueda decirse que, de una forma u otra, salvo los Milei, perdieron todos. Y cuando digo todos, digo también la derecha. Curioso ¿no?
Desde el mes de agosto, incluso los medios ‘amigos’ del gobierno se dieron vuelta. Por primera vez se los veía a Feinman, Viale, Laje y hasta Trebucq, entrevistando de manera incisiva al presidente de la Nación. El escándalo Sapagnuolo, el 3% de Karina, las relaciones narco de Espert, eran tapa, día tras día.
Las redes estallaban con incomprobables brotes psicóticos de Milei. Hablábamos de un Plan B en marcha, mientras otros directamente mencionaban un operativo destituyente. Las elecciones intermedias parlamentarias se habían convertido en un referendum: Milei sí o no. Todos tensaron la cuerda. Blanco o negro. Milei o Kirchnerismo, representado por Cristina y su hijo.
El desdoblamiento de las elecciones en la Provincia de Buenos Aires le dieron aire a Kicillof, al no ser una consulta nacional, pudo mostrar el mapa político de el bastión peronista por excelencia. Seguía siendo peronista, es más, kicillofista.
Lejos de retroceder frente a una embestida política, mediática y hasta empresaria, el gobierno fue por más. Más represión, más ajuste, más agresión contra los ejes más sensibles para la población: salud, universidad, discapacitados, jubilados. ‘Ni un paso atrás’ decía Mussolini en pleno liderazco.
Los politólogos y periodistas, encargados de ‘leer’ el mensaje de la ciudadanía, se agarraban la cabeza. La derrota era el número ganador. Hagan sus apuestas señores, quien gana y quien pierde?
Perdimos todos.
Es que había ocurrido un imprevisto, un destello de luces violetas y una explosión: Donald Trump se metía en la campaña. Prometía una salvación económica sí y sólo sí Milei ganaba las elecciones.
Lejos de autoflagelarnos con las responsabilidades de cada uno de los protagonistas, y mucho menos de pensar que de la noche a la mañana el pueblo argentino decidió apoyar la represión a los jubilados, hacer aparte las exigencias del Garraham, reirse de los discapacitados, y escupir sobre la cabeza de centenares de miles de desocupados por un plan económico que detruye la industria junto con el Estado, esta vez, yo prefiero no creer. Prefiero no creer que se fascistizó el electorado de tal modo. Así que busco otras razones.
¿Y si el voto hubiera sido más sensato de lo que pensamos? Qué había enfrente a Milei. Si perdía, caía el gobierno, eso era lo que todos esperábamos con cierta euforia. Y si caía el gobierno ¿qué pasaba?
Posiblemente el electorado pensó: Houston, estamos en problemas.
Y aquí entra el factor Trump. Aceptar el manotazo de ahogado de Trump quizás era lo más pragmático porque si no era eso ¿qué? Sólo se veían dos opciones y ambas significaban ‘volver’. Al peronismo o al macrismo. Por si no hubiera quedado claro con la victoria de un personaje indefinible, nadie quiere volver a sentir el hastío de los mismos discursos vacíos. Quizás la sociedad está pidiendo a gritos dar vuelta la historia, no volver sino ir.
Una vez más, invito a nuestros lectores y oyentes a pensar que no vivimos en un mundo aparte. Y el mundo, lamentablemente, hoy tiene como protagonista a otro esperpento al que todos hacen reverencia, cruza fronteras, se adjudica paces incomprobables, extorsiona con los impuestos a países de distinta índole. No queremos reyes, pero tenemos un emperador cuyo parecido con American Dad, es preocupante.
Por más que nos dediquemos a analizar de manera pormenorizada los errores de cada partido, partidazo o partiducho, lo que pasa en Argentina no es ajeno a lo que pasa en el mundo. Quizás Milei entendió eso y anda viajando de acá para allá, sembrando su demencial teoría anarcocapitalista en tiempos de tierra fértil.
Parace antiguo, pero la solución quizás no es sólo nacional. Que avance el internacionalismo, pues. Porque más allá de consignas perimidas como “Patria sí, Colonia no” o recordar “Braden o Perón”, el mundo entero está sufriendo un terremoto económico y moral. Las Colonias ahora son ‘países aliados’ y el entramado económico crea fronteras tan volátiles que resulta imposible analizar con la rigidez a la que estábamos acostumbrados.
No somos el peor país del mundo, son tiempos de una humanidad que ya no puede llamarse humana. Bombas, drones, hackers, ataques cibernéticos, enemigos más virtuales que reales.
Por eso, LCV también anda relojeando lo que pasa aquí y allá. Y, por ahora, parece que nadie se salva solo, tampoco a nivel internacional. Ningún país podrá enfrentar las fuerzas de este post capitalismo cínico y voraz.
Si volvemos al chiquitaje interno, y sí, el baile de Cristina en el balcón al conocerse que perdió el peronismo en la provincia de Buenos Aires fue lo más parecido a la quema del cajón de Herminio Iglesias. Pero no son Cristina ni Kiciloff el problema. Ni la izquierda ni los tibios ni los progres nisiquiera la derecha de buena o mala fé. Levantemos la mirada para ver lo que pasa a nuestro alrededor. Dejemos de acusarnos y empecemos a construir, y a coordinar con quienes están sufriendo tanto o más que nosotros.
Son tiemos difíciles, para todos, sobre todo para los que todavía tienen algo que perder. Esa clase media apedreada que se niega a bajar al séptimo círculo del infierno. Pero hay medio país que sabe que es difícil bajar otro peldaño. No son necesariamente gorilas, ni idiotas, ni todos los epítetos que se les ha endilgado en estos días. Muchos desposeídos apostaron a los hermanitos medio locos. Quizás por empatía. Hartos de ver tantos políticos racionales y nobles que los han llevado a la ruina.
Sigamos pensando y construyendo una sociedad más justa, desde abajo, simplemente como personas, aprendamos a escucharnos, dejemos atrás ese fugaz poder que puede dar una diputación o una secretaría.
Entre tanto, la vieja política tiembla. Cuando pase el temblor ojalá que nos encuentre más fuertes, libres, sinceros. Quizás desorganizados, quizás no unidos, pero dispuestos a llevar adelante las luchas en las que muchos estamos desde hace tiempo y sentimos que son robadas por representantes que no nos representan. La unidad no es todo en la vida. Seamos miles de luces, miles. Miles de fogatas, miles. Ya nos encontraremos de manera natural en un momento histórico en el que valga la pena escucharnos sin insultarnos.
Columna de Laura Giussani Constenla, emitida en La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores, el 27 de octubre de 2025.
Entrevistas
Roma también tiene su ‘Ronda de los Jueves’
Un placer recibir en este Planeta Giussani a Enrico Calamai, ex diplomático que presenció dos golpes latinoamericanos desde los consulados italianos de Chile y Argentina. Una experiencia que le dejó huella.
En nuestro país fue un vicecónsul que salvó la vida de 300 argentinos comprometiéndose personalmente en darles refugio y llevarlos a Ezeiza a pesar del desacuerdo con la política oficial del gobierno de Italia. Hay quien lo llama el ‘Schlinder’ de argentino.
En el 77, fue retirado del consulado en Argentina. Luego estuvo cumpliendo sus funciones en Nepal y Afganistan, hasta su retiro prematuro. Desde entonces es un activista por los derechos humanos, autor de dos libros “Faremo l’America” y “Niente Asilo Político”, editados por Editori Riuniti y Feltrinelli. Le damos la bienvenida a nuestro Planeta a Enrico Calamai.
Muchos de ustedes lo conocerán por el hermoso documental La Resistenza, que testimonia la labor de los exiliados argentinos en Roma. Si no lo vieron, no se lo pierdan. Conmovedor. Pero hoy queríamos hablar con Calamai sobre la actualidad, su actualidad, como referente y fundador del Colectivo Mani Rosse Antirazziste, creado contra los decretos de Seguridad de Salvini, que cada jueves se reune frente al Viminale -el Ministerio del Interior- para denunciar la responsabilidad Italiana y Europea en diversas masacres, dictaduras, guerras y saqueos de recursos naturales.
“18 años de proscripción, memoria y militancia: conversación con Gustavo Campana”
Elecciones presidenciales en Chile: el análisis de Marcelo Cantelmi

