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El poder de los intendentes: dos ejemplos en Jujuy y Córdoba

Existen casos que demuestran el impacto y la capacidad de cambio que pueden tener los intendentes y los trabajadores municipales en la vida de los vecinos: en la localidad de Palma Sola, Jujuy, el municipio local realizó un relevamiento que terminó con el reconocimiento de 23 mil hectáreas para la agricultura familiar, en tanto que en Villa Ciudad Parque, Córdoba, está en funcionamiento un polo productivo estatal impulsado por su intendente para “garantizar alimentos sanos” y “regular los precios”.

En Jujuy, el municipio de Palma Sola colaboró con la Secretaría de Agricultura Familiar y el Parque Nacional Calilegua para realizar un relevamiento territorial de 23 mil hectáreas en lo que había sido declarado como “Área de Producción Campesina”. Tras dos años de trabajo de los equipos técnicos de organismos nacionales, el relevamiento concluyó y 63 familias campesinas recibieron una certificación que los acredita como poseedores de sus tierras.

Miguel Ángel Gómez, secretario de Agricultura Familiar, explicó que la tarea del municipio fue determinar “una zona de producción de alimentos”, en tanto que los técnicos del Parque Nacional Calilegua y la SAF certificaron que las familias tienen el derecho de posesión, “porque trabajan la tierra hace más de 20 años en la región”.

En el relevamiento se delimitó las hectáreas que cada familia trabaja y posee para luego certificarlas en los organismos nacionales. Gómez reconoció como fundamental la decisión política del municipio para que los productores obtuvieran la tierra que trabajan hace décadas.

Por esta razón, el funcionario celebró la iniciativa y deseó que la propuesta sea replicada en otros municipios con el fin de establecer zonas de producción de la agricultura “que sean certificados por organismos nacionales y permitan al productor tener más garantías sobre sus tierras”.

Las 24 Horas de Jujuy – Reconocen la posesión de 23.000 hectáreas para la  producción de la agricultura familiar en Jujuy

En Córdoba, y más puntualmente en Villa Ciudad Parque, la transformación tiene un nombre propio: Pablo Riveros, catalogado por algunos como “el intendente hippie” por ser artesano y tener rastas, a pesar de que él mismo asegure que de hippie “no tiene nada”.

Riveros comenzó formando la organización social “Semillas del Sur”, cuyos principios tienen que ver con la soberanía alimentaria, el ambiente sano y la economía social. Con el crecimiento del proyecto comunitario, apoyado por vecinos de diferentes corrientes políticas, decidieron crear en 2009 Unión Vecinal, agrupación política que llegaría a ganar las elecciones en 2019 tras haberse presentado en 2011 y 2015. Desde el inicio se trató de un proyecto orientado a lo comunitario, con las miras puestas en lograr la soberanía alimentaria de la comuna y una producción sustentable para el ambiente.

Tras asumir al frente de la comuna, los objetivos perseguidos eran más alcanzables y concretos. Finalmente, bajo el liderazgo de Riveros y este proyecto comunitario fue que se creó un polo productivo agroecológico hecho por y para los vecinos. En diálogo con la Tinta, el jefe comunal explicó que el comienzo de esta empresa estatal se dio “a partir de una cuestión directamente ideológica de nuestra gestión, como política pública de gobierno, la producción de alimentos, debido a la crisis alimentaria que hay en la región y en el país. Me parece que el Estado tiene que no solamente garantizar alimentos sanos, sino también tener su propia forma de regular los precios”.

En el polo se producen hortalizas, tierra, lombricompuesto, plantines de verduras, de nativas y ornamentales. Se trata de una empresa comunal que, por un lado, comercializa su producción los sábados de forma directa con los vecinos, en tanto que otra parte de lo cosechado es destinado al Programa de Asistencia Integral Córdoba. De esa manera, comedores de escuelas son capaces de recibir verduras sin agrotóxicos, cosechadas por los vecinos de la comuna teniendo en cuenta al medioambiente.

El polo productivo fue posible gracias al programa “Sembrar soberanía” del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a través del cual se gestionó un subsidio. Esto quiere decir que, debido a la existencia del programa, los distintos municipios solo necesitarían un poco de voluntad política para aplicar y comenzar a producir de forma sana y barata.

“El camino hasta lograr una producción agroecológica fue una decisión política de cuando como organización trabajamos el territorio, la organización sigue existiendo y tiene más fuerza que nunca, pero hoy nos toca estar de este lado del Estado y generar políticas públicas de abastecimiento de alimentos. Así que dentro de las limitaciones que tenemos para producir en términos de espacio, recurso hídrico y capacidad productiva, en términos de mano de obra nos está yendo muy bien”, puntualizó Riveros.

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Después del domingo, a redoblar la apuesta, por Alberto Nadra

Un aporte desde mi militancia

Lejos estoy de la soberbia pretensión de explicar a tan pocas horas los resultados de este domingo sombrío. Eludo cifras, porcentajes y bancas, e intento compartir una actualización de las afirmaciones y categorías que vengo planteando hace muchos años, mi forma de militancia con la palabra, así como con la acción que me permiten los años.

Las concibo como un simple aporte al intercambio que debemos darnos quienes nos consideramos parte del movimiento nacional y popular, tanto los que entienden que su misión es mejorar las condiciones de vida del pueblo dentro de este capitalismo senil –pero en pleno reacomodamiento–  como quienes siempre consideramos que solo lo lograremos plenamente mediante un transformación revolucionaria en las estructuras económico-sociales, un cambio de mando en el poder y no meramente en la administración temporal de la cosa pública.

La situación es lo suficientemente grave, hemos retrocedido tanto, que aún falta mucho  para dirimir esa cuestión.

Ganar batallas, perder la guerra

A lo largo de los años,  el peronismo, fuerza mayoritaria entre lo mejor de nuestro pueblo, demuestra que puede lograr la mayoría electoral por períodos, hegemónico en un principio, ligeramente frentista con el tiempo y las dificultades. Sobre todo cuando convoca a otros sectores del campo popular, puede conquistar o reconquistar derechos, mejorar transitoriamente las condiciones para producir y crear trabajo, recuperar el salario o afirmar la soberanía.

Sin embargo, no puede retener esa mayoría electoral, pues el poder real  reacciona al ver cualquier amenaza a sus privilegios. Ante esto y hasta ahora, en lugar de redoblar la apuesta,  cede ante el poder real y vacila ante la necesidad de producir cambios de fondo en la estructura y la relación de fuerzas social que la determina. Por eso fue y es desplazado, antes por golpes de Estado y ahora también por las urnas.

¿Qué significa redoblar la apuesta?

Para cambiar en serio y ampliar las posibilidades de sostenerlo en el tiempo,  no alcanza con las buenas intenciones  ni con  avances parciales; se exige redoblar la apuesta: confrontar a fondo con el privilegio y  enfrentar el “sentido común”, la ideología dominante en toda la sociedad, que es precisamente la del bloque dominante.

¿Qué significa redoblar la apuesta, sea en la gestión para defender conquistas y profundizar el rumbo,  sea en el llano para resistir y reunir fuerzas para dar vuelta la taba en favor de las mayorías?

Desde ya no es una convocatoria el exitismo, ni a las chicanas de la interna chica. Significa algo muy distinto a lo que practica la rama partidocrática del heterogéneo movimiento popular, que no solo la hay, sino que es  predominante en su dirigencia.

Necesitamos que se reencuentren con el pueblo, que pongan el cuerpo en las luchas que crecen, pero aisladas, sin coordinación ni dirección política.

Es necesario convocar y lograr la unidad, pero la unidad de los luchadores, no un mero rejunte vacío de contenido, que no solo duele, sino que conduce al fracaso, antes o después de un desafío electoral.

Es necesario que esa unidad sea amplia pero a la vez institucionalizada, con protagonismo de las distintas fuerzas, con toda la amplitud que permita un acuerdo programático claro y acompañado por un plan de acción concreto, para gobernantes y gobernados, para dirigentes y militantes.

Preguntas, tan incómodas como necesarias

En ese camino hay que plantearse problemas de fondo como, a título de ejemplo: ¿es posible reconstruir el país y abrir un futuro de progreso y bienestar sin plantear una moratoria unilateral de la deuda externa, por el tiempo que reclame esclarecer su legitimidad y determinar las formas de pagos que permitan crecer a la nuestro país? ¿Es posible sin replantear una estrategia de independencia internacional que incluye acuerdos regionales y apelar a la cooperación e integración con los BRICS? ¿Seguiremos escuchando condenas a la bronca y el combate cuando negar la legitimidad de responder a la violencia es sellar un pacto con la crueldad?

La disyuntiva final

Unidad institucionalizada, programa y plan de acción. Cultivar la bronca, empujar la lucha  organizada y transformarla en combate legítimo.

No son frases hechas, ni un recurso más melancólico que práctico.

¿Es difícil?  ¡Claro que lo es! Llevamos años y acumulando dolores sin lograrlo. Pero, mientras no se logre, mientras no lo logremos, seguiremos ganando o perdiendo elecciones, conquistando y reconquistando derechos una y otra vez, pero retrocediendo a mediano y largo plazo.

Sé que no digo nada nuevo para tantos luchadores, pero es hora de empezar a decirle a la dirigencia y militancia, principalmente a la peronista, que es eso o seguir profundizando la decadencia, repetir fugaces triunfos y domingos aún más sombríos que el de este 26 de octubre.

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“Un mi padre de ron”, por Oscar Taffetani

Un amigo cubano -cuyo nombre me reservo- me contó una vez que en sus últimos años Ismaelillo (el hijo de José Martí bautizado José Francisco Martí Zayas Bazán), quien a lo largo de su vida mantuvo una relación particular con los EEUU (creció en Brooklyn, intervino en la guerra de Independencia cubana, apoyó las intervenciones y el protectorado norteamericano y ya convertido en alto jefe militar se apartó de todo al fin de la conspiración de los ABC), solía rondar por hoteles y tabernas esgrimiendo un billete con la cara de su padre y pidiendo en voz alta “un mi padre de ron”. Deliciosa anécdota.

Me acordé de esto cuando ciertos dirigentes nuestros cuestionan -“por principios”- el inesperado salvavidas que Scott Bessent -amigo de Soros- le tiró al ministro Toto C. al comprar pesos argentinos la pasada semana (pesos que muy pronto estará recomprando, con ganancias).

Ay, si eso fuera todo! Esta dirigencia vernácula sigue sin entender que una buena parte del voto favorable al Advenedizo, ayer domingo, se debe a la perspectiva cierta de que al gobierno se le fuera todo de las manos -como a otros- por un “golpe de mercado”.

Fue un voto defensista y conservador, pero no un voto “colonialista”. Nuestros asuntos pendientes (deuda, recursos naturales, Estado, producción) siguen estando pendientes, y mi deseo es que puedan abordarse y resolverse sin perder las instituciones democráticas ni la Independencia argentina.

Nada, eso.

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“Represión y abandono en el Chaco: la comunidad Qom bajo ataque”

Introducción
En la provincia del Chaco, las comunidades originarias vuelven a ser blanco de la represión estatal. La semana pasada, un violento operativo policial atacó una manifestación pacífica de la comunidad Qom en la localidad de Villa Río Bermejito, dejando decenas de heridos y varios detenidos. Detrás de los palos y las balas de goma, se esconde una crisis humanitaria marcada por el hambre, la falta de agua y la eliminación de pensiones no contributivas.
Para comprender la magnitud de lo que ocurre y el rol del Estado en este conflicto, La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores dialogó con Johana Duarte, secretaria gremial de la UTEP.

LCV: “¿Cómo nace el conflicto que derivó en la represión a la comunidad Qom del Chaco?”
Johana Duarte: “La semana pasada, en la provincia del Chaco, se graficó una situación que venimos denunciando en todo el país, pero que en algunos lugares, como las provincias del norte, se profundiza más: la crisis alimentaria y la que viven las comunidades originarias producto del brutal ajuste que lleva adelante el gobierno nacional. En este caso, también en complicidad con el gobierno provincial, encabezado por Leandro Zdero, alumno perfecto de Milei. Digo ‘alumno perfecto’ porque no solo es cómplice del ajuste nacional, sino que implementa en la provincia más pobre de la Argentina las mismas políticas: ajuste, persecución, estigmatización de los trabajadores y represión. Es un modelo calcado del nacional.”

LCV: “¿Qué situación concreta están atravesando las comunidades en el territorio?”
Johana Duarte: “En la zona del Impenetrable chaqueño, hace varios meses que no llegan alimentos ni asistencia en agua. Son derechos básicos contemplados incluso por un fallo de la Corte Suprema en 2016, que intimó a la provincia a garantizar el cumplimiento de esos derechos. Desde la asunción de Milei en la Nación y de Zdero en el Chaco, esa asistencia se cortó. Las comunidades reclaman hace meses la restitución de esos derechos básicos. A eso se suma la baja masiva de pensiones no contributivas, que eran el único ingreso de muchas familias. La situación es de una gravedad absoluta.”

LCV: “¿Cómo se produjo la represión?”
Johana Duarte: “La semana pasada, en Villa Río Bermejito, las comunidades se habían congregado pacíficamente en la plaza central para movilizarse y exigirle al intendente que reclamara por los derechos que se están vulnerando. Pero el reclamo fue respondido con una represión feroz: más de 300 efectivos de la policía provincial atacaron a manifestantes indefensos, en su mayoría adultos mayores, mujeres y niños. Hubo casi 50 heridos y cinco detenidos. Lo más grave es que el operativo fue encabezado por el propio jefe de la policía del Chaco, mientras las mafias y el narcotráfico avanzan impunes en la capital. Es el modelo de seguridad impuesto por Patricia Bullrich: reprimir a los pobres en lugar de enfrentar el delito real.”

LCV: “¿En qué estado está hoy el conflicto?”
Johana Duarte: “Luego de la represión, las comunidades siguen en asamblea permanente. Reclaman tres cosas urgentes: alimento, acceso al agua y la restitución de las casi 10.000 pensiones dadas de baja arbitrariamente. Además, el Estado Nacional cerró oficinas como ANSES o el Ministerio de Capital Humano, y en esa zona la delegación más cercana está a 80 kilómetros, en Castelli. Es decir, no solo les quitan lo que necesitan, sino que también les niegan dónde reclamarlo.”

LCV: “¿Qué pasos se están dando frente a esta situación?”
Johana Duarte: “Las comunidades continúan en estado de asamblea y han iniciado acampes a la vera de distintas rutas del Chaco. Se exige al Poder Ejecutivo provincial que dé respuesta inmediata. La lucha va a continuar, porque las pensiones son un derecho adquirido y no vamos a permitir que se las arrebaten.”

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