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Experiencia Chilterra: trabajadores mapuches ocupan el Fundo Huite
Gabriel Troncoso, coordinador entre las comunidades mapuches y el sindicato Chilterra, charló con Laura Giussani Constenla sobre la ocupación productiva en demanda de restitución territorial que están realizando de uno de los predios del grupo lechero Chilterra, que en julio de este año comenzó un proceso de reorganización judicial por deudas de US$ 60 millones de dólares.
LCV: Nosotros entramos en contacto con ustedes porque nos pareció muy interesante una experiencia que nos hizo llegar Raúl Godoy sobre la recuperación de un emprendimiento productivo que se estaba haciendo en conjunto entre la comunidad mapuche y el sindicato, en donde supongo que sos el coordinador de esta fusión. ¿Me puedes contar un poco de que se trata?
-Yo soy parte del sindicato de Chilterra. Soy uno de los socios fundadores, pero también soy parte de una coordinación de comunidades que nos alineamos en torno a las reivindicaciones territoriales. Nosotros reivindicamos el derecho a la libre determinación como pueblo mapuche. Yo llegué al sindicato a trabajar más que nada por mi experticia en temas de carpintería. Llegué ahí, pero la empresa estaba pasando por un complejo momento, los acreedores la estaban tirando a quiebra, estaban pidiendo la quiebra de la empresa.
Estamos hablando de Chilterra, más bien la razón social de Agrícolas del Río, pero la corporación es Chilterra, tiene más de 7000 hectáreas de fondo, una lechería. Ellos le entregan leche a la planta Prolesur, perteneciente a Soprole de Fonterra, que son también acreedores. Son los que están pidiendo la quiebra de esta empresa. Así que, viendo esta situación, empezamos a organizarnos con el tema sindicato para poder tener una voz como trabajadores y viendo que teníamos tanto por perder se nos ocurrió la idea de poder generar vínculos con la comunidad mapuche para poder darle fuerza política y apoyo también a toda esta gente. La gran mayoría del sindicato igual son de comunidades mapuche y bueno, gente que estaba en riesgo su trabajo, son como 200 personas. En este sentido nosotros quisimos abordar el tema e hicimos ocupación de uno de los predios principales. Hicimos la ocupación productiva. Nunca se dejó de producir, pero con esto por lo menos pudimos parar la quiebra que estaban pidiendo los acreedores, que principalmente es el Banco Rabobank, de capital holandés y capital neozelandeses que es Fonterra, que son los dueños de su prole. El Banco Itaú también está. Nosotros al ingresar al predio y marcarlo como una reivindicación mapuche evitamos que se liquidaran los activos y nos dieran un año y medio para la reestructuración de la empresa, porque la empresa se sometió a una reestructuración judicial. Ganamos un año y medio de plazo para poder reestructurar la empresa y ahora nosotros estamos ejerciendo control territorial del predio productivamente, pero a la vez también queremos impulsar un proyecto productivo a través de cooperativas de trabajo. En conjunto con las comunidades y el sindicato vamos a seguir trabajando la tierra, pero a través de cooperativas de trabajo, con lo cual queremos formar una federación de cooperativas y los beneficios tributarios queremos ocuparlo en fundaciones educacionales que estén a cargo de las comunidades mapuche en torno a nuestra cultura, nuestra propia educación. Todo esto es marcando en el tema de la autonomía.
LCV: ¿Cuánta gente está en este momento participando de esta toma y recuperación de la unidad productiva?
-Los trabajadores son alrededor de 200 personas y las comunidades mapuches somos lofs. Cada lof puede tener cuatro comunidades, pero como nosotros nos organizamos por alianzas hablamos de territorios, entonces estaríamos hablando del territorio de Valdivia, de Futrono, los lagos, y más. Son territorios. Estamos hablando de todas las grandes tierras del Sur.
LCV: Nos pareció muy interesante tenerte en este programa hoy, porque generalmente está muy estigmatizado el tema mapuche. Generalmente se habla simplemente de gente que quiere quedarse en una tierra y nada más. Y acá estamos hablando de unidades productivas, de gente que produce, gente que hasta este momento ha sido explotada por una transnacional y que no solo quieren recuperar la tierra, sino que requieren recuperar la producción.
-Claro, nosotros no solamente nos enfocamos en el tema de la tierra, porque aquí las políticas públicas, por lo menos aquí en Chile, a través de CONADI y la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, ellos tienen una política pública de restitución de tierras que ellos le llaman un beneficio, el cual nosotros le llamamos que es un derecho de restitución, pero bueno, le cambian el nombre según cómo les convenga. La cosa es que ellos nunca lo acompañan con un proyecto productivo y las tierras que compran porque ellos no expropian, ellos compran a los latifundios, a las forestales, ellos compran y ahí nos entregan la tierra a nosotros. Pero en este proceso de compra de tierra se llevan los árboles, se llevan todo, son tierras sumamente sobre explotadas, que ya tenés que esperar entre 20 y 30 años para hacerlas producir. Entonces prácticamente nos están devolviendo pobreza.
Nosotros estamos apostando por generar un proyecto productivo en torno a la recuperación de tierras, pero no solamente para nosotros, sino que para el pueblo en general, porque nosotros estamos apostando por la soberanía alimentaria y eso no solamente se enfoca o se minimiza al tema de nuestro pueblo o nuestras comunidades, sino que al pueblo oprimido en general. Nuestra batalla no es contra el pueblo, nuestra batalla es contra las transnacionales, contra el capitalismo, contra los estados que son gente opresores, que son manipulados por los poderes fácticos. Nosotros tenemos bien identificados cuáles son nuestros enemigos. Aquí siempre tratan de criminalizar nuestra lucha y dicen que nosotros queremos generar otro país. Mentira. Nosotros somos un pueblo que existe mucho antes de la República y que incluso la República al recién formarse nos reconocieron como nación. Hay que recordar que la Corona española firmó más de 28 tratados internacionales con nosotros, nos reconocieron como nación independiente. Y ellos cuando se independizaron, estamos hablando de la República de Chile, la República Argentina, firmaron también tratados internacionales, también con la nación mapuche y ellos violaron estos tratados internacionales. Por lo tanto, aquí hubo un genocidio, un etnocidio y nos robaron el territorio y se la entregaron a colonos, alemanes, suizos, ingleses y a nosotros nos redujeron en la pobreza extrema.
Aquí estamos hablando de que ellos nos entregaron tierra improductiva, que eran cerros prácticamente, lo que son los mal llamados títulos de merced, como si fuera un regalo lo que nos estaban dando, pero en realidad nos arrinconaron. Con los cerros que ya no servían para nada, ahí nos arrinconaron. Incluso esas mismas tierras que son reconocidas por el Estado de Chile como tierra indígena de la dictadura de Pinochet, también nos robaron esas tierras. Entonces aquí hay una injusticia sistemática por parte de los Estados y nosotros estamos tratando ahora de no caer en el jueguito de que nos criminalicen, sino que nosotros no queremos ser parte del problema, queremos ser parte de la solución y por eso estamos apostando por este proyecto productivo en conjunto con el Sindicato de trabajadores de Chilterra.
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Después del domingo, a redoblar la apuesta, por Alberto Nadra
Un aporte desde mi militancia
Lejos estoy de la soberbia pretensión de explicar a tan pocas horas los resultados de este domingo sombrío. Eludo cifras, porcentajes y bancas, e intento compartir una actualización de las afirmaciones y categorías que vengo planteando hace muchos años, mi forma de militancia con la palabra, así como con la acción que me permiten los años.
Las concibo como un simple aporte al intercambio que debemos darnos quienes nos consideramos parte del movimiento nacional y popular, tanto los que entienden que su misión es mejorar las condiciones de vida del pueblo dentro de este capitalismo senil –pero en pleno reacomodamiento– como quienes siempre consideramos que solo lo lograremos plenamente mediante un transformación revolucionaria en las estructuras económico-sociales, un cambio de mando en el poder y no meramente en la administración temporal de la cosa pública.
La situación es lo suficientemente grave, hemos retrocedido tanto, que aún falta mucho para dirimir esa cuestión.
Ganar batallas, perder la guerra
A lo largo de los años, el peronismo, fuerza mayoritaria entre lo mejor de nuestro pueblo, demuestra que puede lograr la mayoría electoral por períodos, hegemónico en un principio, ligeramente frentista con el tiempo y las dificultades. Sobre todo cuando convoca a otros sectores del campo popular, puede conquistar o reconquistar derechos, mejorar transitoriamente las condiciones para producir y crear trabajo, recuperar el salario o afirmar la soberanía.
Sin embargo, no puede retener esa mayoría electoral, pues el poder real reacciona al ver cualquier amenaza a sus privilegios. Ante esto y hasta ahora, en lugar de redoblar la apuesta, cede ante el poder real y vacila ante la necesidad de producir cambios de fondo en la estructura y la relación de fuerzas social que la determina. Por eso fue y es desplazado, antes por golpes de Estado y ahora también por las urnas.
¿Qué significa redoblar la apuesta?
Para cambiar en serio y ampliar las posibilidades de sostenerlo en el tiempo, no alcanza con las buenas intenciones ni con avances parciales; se exige redoblar la apuesta: confrontar a fondo con el privilegio y enfrentar el “sentido común”, la ideología dominante en toda la sociedad, que es precisamente la del bloque dominante.
¿Qué significa redoblar la apuesta, sea en la gestión para defender conquistas y profundizar el rumbo, sea en el llano para resistir y reunir fuerzas para dar vuelta la taba en favor de las mayorías?
Desde ya no es una convocatoria el exitismo, ni a las chicanas de la interna chica. Significa algo muy distinto a lo que practica la rama partidocrática del heterogéneo movimiento popular, que no solo la hay, sino que es predominante en su dirigencia.
Necesitamos que se reencuentren con el pueblo, que pongan el cuerpo en las luchas que crecen, pero aisladas, sin coordinación ni dirección política.
Es necesario convocar y lograr la unidad, pero la unidad de los luchadores, no un mero rejunte vacío de contenido, que no solo duele, sino que conduce al fracaso, antes o después de un desafío electoral.
Es necesario que esa unidad sea amplia pero a la vez institucionalizada, con protagonismo de las distintas fuerzas, con toda la amplitud que permita un acuerdo programático claro y acompañado por un plan de acción concreto, para gobernantes y gobernados, para dirigentes y militantes.
Preguntas, tan incómodas como necesarias
En ese camino hay que plantearse problemas de fondo como, a título de ejemplo: ¿es posible reconstruir el país y abrir un futuro de progreso y bienestar sin plantear una moratoria unilateral de la deuda externa, por el tiempo que reclame esclarecer su legitimidad y determinar las formas de pagos que permitan crecer a la nuestro país? ¿Es posible sin replantear una estrategia de independencia internacional que incluye acuerdos regionales y apelar a la cooperación e integración con los BRICS? ¿Seguiremos escuchando condenas a la bronca y el combate cuando negar la legitimidad de responder a la violencia es sellar un pacto con la crueldad?
La disyuntiva final
Unidad institucionalizada, programa y plan de acción. Cultivar la bronca, empujar la lucha organizada y transformarla en combate legítimo.
No son frases hechas, ni un recurso más melancólico que práctico.
¿Es difícil? ¡Claro que lo es! Llevamos años y acumulando dolores sin lograrlo. Pero, mientras no se logre, mientras no lo logremos, seguiremos ganando o perdiendo elecciones, conquistando y reconquistando derechos una y otra vez, pero retrocediendo a mediano y largo plazo.
Sé que no digo nada nuevo para tantos luchadores, pero es hora de empezar a decirle a la dirigencia y militancia, principalmente a la peronista, que es eso o seguir profundizando la decadencia, repetir fugaces triunfos y domingos aún más sombríos que el de este 26 de octubre.
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“Un mi padre de ron”, por Oscar Taffetani
Un amigo cubano -cuyo nombre me reservo- me contó una vez que en sus últimos años Ismaelillo (el hijo de José Martí bautizado José Francisco Martí Zayas Bazán), quien a lo largo de su vida mantuvo una relación particular con los EEUU (creció en Brooklyn, intervino en la guerra de Independencia cubana, apoyó las intervenciones y el protectorado norteamericano y ya convertido en alto jefe militar se apartó de todo al fin de la conspiración de los ABC), solía rondar por hoteles y tabernas esgrimiendo un billete con la cara de su padre y pidiendo en voz alta “un mi padre de ron”. Deliciosa anécdota.
Me acordé de esto cuando ciertos dirigentes nuestros cuestionan -“por principios”- el inesperado salvavidas que Scott Bessent -amigo de Soros- le tiró al ministro Toto C. al comprar pesos argentinos la pasada semana (pesos que muy pronto estará recomprando, con ganancias).
Ay, si eso fuera todo! Esta dirigencia vernácula sigue sin entender que una buena parte del voto favorable al Advenedizo, ayer domingo, se debe a la perspectiva cierta de que al gobierno se le fuera todo de las manos -como a otros- por un “golpe de mercado”.
Fue un voto defensista y conservador, pero no un voto “colonialista”. Nuestros asuntos pendientes (deuda, recursos naturales, Estado, producción) siguen estando pendientes, y mi deseo es que puedan abordarse y resolverse sin perder las instituciones democráticas ni la Independencia argentina.
Nada, eso.
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“Represión y abandono en el Chaco: la comunidad Qom bajo ataque”
Introducción
En la provincia del Chaco, las comunidades originarias vuelven a ser blanco de la represión estatal. La semana pasada, un violento operativo policial atacó una manifestación pacífica de la comunidad Qom en la localidad de Villa Río Bermejito, dejando decenas de heridos y varios detenidos. Detrás de los palos y las balas de goma, se esconde una crisis humanitaria marcada por el hambre, la falta de agua y la eliminación de pensiones no contributivas.
Para comprender la magnitud de lo que ocurre y el rol del Estado en este conflicto, La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores dialogó con Johana Duarte, secretaria gremial de la UTEP.
LCV: “¿Cómo nace el conflicto que derivó en la represión a la comunidad Qom del Chaco?”
Johana Duarte: “La semana pasada, en la provincia del Chaco, se graficó una situación que venimos denunciando en todo el país, pero que en algunos lugares, como las provincias del norte, se profundiza más: la crisis alimentaria y la que viven las comunidades originarias producto del brutal ajuste que lleva adelante el gobierno nacional. En este caso, también en complicidad con el gobierno provincial, encabezado por Leandro Zdero, alumno perfecto de Milei. Digo ‘alumno perfecto’ porque no solo es cómplice del ajuste nacional, sino que implementa en la provincia más pobre de la Argentina las mismas políticas: ajuste, persecución, estigmatización de los trabajadores y represión. Es un modelo calcado del nacional.”
LCV: “¿Qué situación concreta están atravesando las comunidades en el territorio?”
Johana Duarte: “En la zona del Impenetrable chaqueño, hace varios meses que no llegan alimentos ni asistencia en agua. Son derechos básicos contemplados incluso por un fallo de la Corte Suprema en 2016, que intimó a la provincia a garantizar el cumplimiento de esos derechos. Desde la asunción de Milei en la Nación y de Zdero en el Chaco, esa asistencia se cortó. Las comunidades reclaman hace meses la restitución de esos derechos básicos. A eso se suma la baja masiva de pensiones no contributivas, que eran el único ingreso de muchas familias. La situación es de una gravedad absoluta.”
LCV: “¿Cómo se produjo la represión?”
Johana Duarte: “La semana pasada, en Villa Río Bermejito, las comunidades se habían congregado pacíficamente en la plaza central para movilizarse y exigirle al intendente que reclamara por los derechos que se están vulnerando. Pero el reclamo fue respondido con una represión feroz: más de 300 efectivos de la policía provincial atacaron a manifestantes indefensos, en su mayoría adultos mayores, mujeres y niños. Hubo casi 50 heridos y cinco detenidos. Lo más grave es que el operativo fue encabezado por el propio jefe de la policía del Chaco, mientras las mafias y el narcotráfico avanzan impunes en la capital. Es el modelo de seguridad impuesto por Patricia Bullrich: reprimir a los pobres en lugar de enfrentar el delito real.”
LCV: “¿En qué estado está hoy el conflicto?”
Johana Duarte: “Luego de la represión, las comunidades siguen en asamblea permanente. Reclaman tres cosas urgentes: alimento, acceso al agua y la restitución de las casi 10.000 pensiones dadas de baja arbitrariamente. Además, el Estado Nacional cerró oficinas como ANSES o el Ministerio de Capital Humano, y en esa zona la delegación más cercana está a 80 kilómetros, en Castelli. Es decir, no solo les quitan lo que necesitan, sino que también les niegan dónde reclamarlo.”
LCV: “¿Qué pasos se están dando frente a esta situación?”
Johana Duarte: “Las comunidades continúan en estado de asamblea y han iniciado acampes a la vera de distintas rutas del Chaco. Se exige al Poder Ejecutivo provincial que dé respuesta inmediata. La lucha va a continuar, porque las pensiones son un derecho adquirido y no vamos a permitir que se las arrebaten.”

