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Hoy: “La Argentina que nos merecemos”, documento completo de la CGT.

1º DE MAYO- DIA INTERNACIONAL DEL TRABAJADOR Y LA TRABAJADORA
LA ARGENTINA QUE NOS MERECEMOS, ESTAMOS A TIEMPO
En ocasión de cumplirse 40 años de la recuperación democrática, la situación económica y social y el año electoral obligan a la reflexión de toda la clase dirigente para recuperar el rumbo definitivo hacia EL DESARROLLO, LA PRODUCCIÓN Y EL TRABAJO. Lo hacemos
convencidos de que estos ejes son los únicos que pueden garantizar la justicia y la inclusión social de manera sostenida.


Es con políticas de desarrollo de mediano y largo plazo que podremos salir de la mirada cortoplacista que nos sumerge en la trampa de la emergencia para no pensar el futuro. Es preciso, ciertamente, atender las necesidades del hoy y ahora, que sumergen a amplios sectores de nuestra sociedad en los flagelos de la exclusión y la pobreza. Y las soluciones, tanto para el presente como para el futuro tienen un denominador común: poner en marcha un GRAN ACUERDO POLÍTICO, ECONÓMICO Y SOCIAL que promueva y fortalezca una verdadera y permanente alianza entre la producción y el trabajo, única fórmula sustentable para garantizar un crecimiento inclusivo con justicia social.


Necesitamos recuperar los anhelos que la verdadera democracia debe representar: LA FELICIDAD DEL PUEBLO Y LA GRANDEZA DE LA NACIÓN. Solamente a través de una clase dirigente que comprenda que la política es la única herramienta de transformación de una sociedad injusta y desigual y no la búsqueda de intereses personales, podremos recuperar la esperanza que termine con el desencanto y el descreimiento en las instituciones y en la clase política, terreno fértil para el surgimiento de emergentes que con mensajes antisistema pretenden capitalizar el descontento social, poniendo en serio riesgo la vigencia de un sistema democrático pleno que represente y contenga a todos los sectores de la sociedad por igual.


Con mucha responsabilidad nuestra CGT ha dado un paso muy importante cuidando la unidad mas allá de los matices propios de la diversidad. Lo hacemos convencidos de que nadie tiene una verdad absoluta. Esta es nuestra contribución a la realidad actual del movimiento nacional, deponer posiciones individuales en favor del bien común.


No somos convidados de piedra. Somos la resultante de un proceso histórico que nació en 1945 donde, mas allá de los derechos sociales laborales y económicos que las y los trabajadores incorporáramos a la memoria colectiva, adquirimos para siempre la participación política y el derecho a ser artífices de nuestro propio destino. Parte de esa evolución nos hizo transitar la recuperación democrática aportando gobernabilidad, aún en contextos particularmente adversos. Esto nos da derecho a participar de las decisiones políticas que nuestro movimiento debe expresar.


El actual contexto económico y social es lo suficientemente complejo como para perdernos en mezquindades y tácticas canceladoras. Es preciso, como invoca nuestro Papa Francisco, promover la CULTURA DEL ENCUENTRO. El país necesita de más encuentro, más diálogo, aún en el disenso, especialmente para encarar las políticas que nos permitan alcanzar el rumbo con el que todos, sin exclusiones, podamos identificarnos.


Necesitamos recrear el diálogo para confluir en una plataforma de consenso sobre DIEZ POLÍTICAS DE ESTADO DESTINADAS A DINAMIZAR LOS POTENCIALES ECONÓMICOS PRODUCTIVOS QUE TIENE LA ARGENTINA. Todos sabemos que la foto de la situación actual es bien distinta de la radiografía de nuestro país.


Nadie puede resignarse a creer que las condiciones materiales de Argentina sean el 40% de pobreza y niveles de desigualdad que conspiran contra la necesaria cohesión social. Diseñar un modelo de desarrollo sostenible y llevarlo a cabo, requiere hoy de una condición de primer orden. La verdad histórica es inapelable respecto a la irresponsabilidad con la que se contrajo el endeudamiento, cuyas consecuencias se hacen cada día más condicionantes. Es urgente una rediscusión de plazos y pautas de las condiciones sobre los servicios de la deuda comprometidos con el FMI. Variables económicas fundamentales, exógenas a la actual administración, sufrieron cambios que alteraron las condiciones que inspiraran las negociaciones originales.


Coherentes con la necesidad de dialogo para encontrar soluciones de largo plazo, debemos aprender de las lecciones del pasado reciente. La iniciativa del Consejo Económico y Social su falta de institucionalidad por Ley marca la diferencia entre acuerdos en torno a políticas de Estado y simples expresiones de deseos.


Debemos detener esta escalada del “sálvese quien pueda” que se traduce en desprotección social, pérdida de poder adquisitivo, distorsión de precios relativos por efecto de la inflación y apropiación de rentas extraordinarias. Tenemos que construir UN PACTO ECONÓMICO Y SOCIAL DONDE LA POLÍTICA CON MAYÚSCULAS, ASUMA UN PROTAGONISMO A LA ALTURA DE LOS PROBLEMAS QUE ATRAVESAMOS, transformándola en una oportunidad histórica que nos interpele a adoptar posturas alejadas de la mezquindad política coyuntural y los personalismos sectarios, por la vocación de servicio en la búsqueda y puesta en práctica de amplios consensos políticos superadores, que sean la plataforma de lanzamiento de un proyecto de país transformador del presente y el futuro de las argentinas y argentinos.


Ese modelo económico social al que aspiramos debe estar basado en la producción que impulse a la economía real, que genere el entorno favorable para que el crecimiento de la inversión no se enfoque en la especulación financiera sino a la generación de trabajo
con derechos. Una política productiva inclusiva supone, en el actual contexto globalizado, que nuestro país enfoque sus esfuerzos en generar valor agregado, favoreciendo la exportación de productos intermedios y finales, exportando trabajo argentino.


Esto implica recuperar la CULTURA DEL TRABAJO como eje transformador y efectivamente democratizante de la sociedad. Las y los argentinos que viven de trabajos precarios, los jóvenes que acceden a un mercado de trabajo cada vez más excluyente y segmentado merecen oportunidades de realización que vayan más allá de la mera subsistencia que les imponen los planes sociales. Los niveles de pobreza e indigencia nos deben llevar a pensar una alternativa superadora donde el trabajo y la producción sean ejes que promuevan el progreso y las oportunidades para todos y todas.


Argentina debe integrarse a un mundo que debate el futuro del trabajo de manera moderna e inteligente. Así como el peronismo representó en sus orígenes un cambio de paradigma político social, hoy esa realidad se expresa en discutir los medios de producción y las formas de un capitalismo predatorio, transformándolo hacia una matriz de producción que ponga énfasis en los recursos estratégicos puestos al servicio del trabajo y el desarrollo económico y social.


La actual revolución tecnológica debe perseguir el curso histórico de proveer el progreso a las personas e integrar a la sociedad y no ser el patrimonio de elites que buscan marginar a vastos sectores de la cultura del trabajo. No nos oponemos a los avances tecnológicos, pero estos deben estar al servicio de las grandes mayorías y servir a los pueblos.


El mundo discute un nuevo contrato social como contracara de modelos de negocio rentísticos que pretenden que sea la calidad del trabajo y las y los trabajadores quienes dediquen sus esfuerzos en involucionar hacia modelos precapitalistas. Nuestra vocación de discusión y acuerdos no se agotan en sostener el status quo. El progreso es sinónimo de evolución social y tenemos que animarnos a poner sobre la mesa la fundamentación social del trabajo. No es cuestión de repartir la escasez que ordena un modelo de producción basado exclusivamente en métodos concentradores de riqueza.


Un modelo económico incluyente debe privilegiar el valor del trabajo, distribuir más equitativamente los frutos de la productividad y entender que los derechos de las y los trabajadores no son privilegios sino la necesidad de participar de una sociedad menos desigual. EL MOVIMIENTO SINDICAL ES LA EXPRESIÓN MÁS GENUINA Y APTA PARA REPRESENTAR E INTERPELAR ESTE CONFLICTO DE INTERESES.


El sindicalismo en general y el argentino en particular se pone al frente de discutir un modelo de relaciones laborales que nos coloquen en un mundo que debate la reducción de la jornada de trabajo como medio de generar más empleo y distribuir mejor el beneficio extraordinario del capital. Argentina, desde la irrupción del PERONISMO en la vida política y social del país, encontró en las organizaciones de trabajadores la única herramienta duradera y efectiva de concertación sectorial a través de las negociaciones colectivas.

Es falso e intencional decir que los convenios colectivos de trabajo son anacrónicos y estáticos. Gracias a la dinámica de la negociación colectiva, trabajadores y empresarios tenemos un espacio de concertación sectorial que ha dado muestras de razonabilidad y evolución de las condiciones de trabajo, pero también de producción.


Tenemos ante nosotros, una oportunidad singular desde donde edificar las condiciones que nos permitan salir de la postergación permanente y mirar hacia un futuro que, sin pocos esfuerzos, nos encuentre en un proyecto común de país donde todos somos necesarios y tenemos un rol definido en un proceso de recuperación sostenida en el tiempo. Protagonistas de un modelo inclusivo, de crecimiento productivo, económico y social para poner definitivamente de pie a un país y a una sociedad que no se resigna a las desigualdades sociales y a la postración económica. Un país donde el trabajo digno, la producción, el
desarrollo y la justicia social sean los pilares de una realidad efectiva, consistente y duradera.
La realidad de una nueva Argentina.
LA ARGENTINA QUE LAS Y LOS ARGENTINOS NOS MERECEMOS.
Buenos Aires, 1º de Mayo de 2023
CONSEJO DIRECTIVO NACIONAL

(Ilustración Daniel Santoro)

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Uruguay y el factor Blair (Parte I), por María Urruzola

El pasado 22 de octubre, el ex primer ministro británico Tony Blair hizo una mini-parada de algunas horas en Uruguay, proveniente de Paraguay y rumbo a Buenos Aires, escala en la que se reunió ni más ni menos que con el Presidente de la República, Yamandú Orsi, en la casa de gobierno (Torre Ejecutiva) en un encuentro que sorprendió a tirios y troyanos.

“Parada corta pero significativa” escribió el semanario Búsqueda y con grandes titulares explicó el enigma: “Tony Blair ve a Uruguay como “laboratorio de IA” para América Latina, con foco en la administración pública”. Tal la explicación de un medio de centro derecha que suele abrevar en ‘altas fuentes’.

En paralelo a tan insólita visita se dio a conocer un acuerdo firmado en Nueva York durante la última asamblea general de la ONU, entre Uruguay y el “think tank” privado que dirige el ex primer ministro (el“Tony Blair Institute for Global Change”), acuerdo llamado en realidad “carta de intención”, cuyo propósito es “explorar y participar en un programa conjunto de asesoría técnica y desarrollo institucional”.

¿Qué puede “explorar” el Tony Blair Institute en Uruguay?

Según el acuerdo, tres áreas:

1- “Impulsar el desarrollo económico y social en terceros países”

2- “Comunicación estratégica y transformación digital”

3- “Mecanismos de coordinación en América Latina” para implementar la “red regional de unidades de cumplimiento”.

Vale la pena reflexionar sobre la intención de esta carta firmada por “Tony Blair Institute for Global Change”, una ONG que se presenta en su página oficial como especializada en tecnología y se autodefine de una manera críptica: “Como organización sin fines de lucro, podemos trabajar en los contextos más desafiantes y en los proyectos más transformadores, ya que nos centramos en los líderes, no en las ganancias. Y como organización no partidista, podemos aportar lo mejor de nuestra experiencia a los líderes que desean convertir su ambición en acciones significativas para su gente.” Es decir ¿una ONG dedicada a convertir la ambición de los líderes en realidad?

Palabras claves del acuerdo

“Terceros países”: ¿Cuáles serían los ‘terceros países’ cuyo desarrollo inquieta a dicha fundación? El nombre de Blair reapareció con fuerza en el escenario internacional cuando fue mencionado por Donald Trump como uno de los ‘guardianes de la paz’ de la supuesta tregua con Israel. El desconcierto fue generalizado ¿qué podria tener que ver el ex premier británico en ese lugar? Lo cierto es que Blair se convirtió en uno de los artífices de la ‘nueva Gaza’, un ‘tercer país’ que, sin dudas, necesitará desarrollo.

Transformación digital”: De acuerdo a un informe del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística titulado “Tony Blair y su máquina de lobby tecnológico” , en febrero (2025) durante la Cumbre Mundial de Gobiernos realizada en Dubai, ante un nutrido auditorio conformado por primeros ministros y líderes de todo tipo apareció en una pantalla gigante Larry Ellison, fundador de Oracle, convertido recientemente en el hombre más rico del mundo . Larry Ellison y Tony Blair, hay que consignarlo, son amigos desde comienzos de los años 2000, siendo Blair en esa época Primer Ministro de Reino Unido y un “mimado” del jet set.“Tras una broma sobre su buen amigo Elon Musk, Ellison advirtió a la audiencia que la super inteligencia artificial llegaría antes de lo que cualquiera esperaba. Blair le preguntó entonces qué deberían estar haciendo los gobiernos de todo el mundo. ‘Lo primero que un país necesita hacer es unificar todos sus datos para que puedan ser consumidos y utilizados por el modelo de IA”, respondió Ellison. Argumentó que si bien el Reino Unido tenía una “cantidad increíble de datos poblacionales” aún estaban fragmentados y deberían unificarse en una sola puerta de entrada para que la IA los pueda leer.

( Ver: https://www.whoprofits.org )

Cabe mencionar que la Fundación personal de Ellison invirtió 130 millones de dólares entre 2021 y 2023 en el Instituto Tony Blair para el Cambio Global (TBI) con la promesa de otros 218 millones de dólares en un futuro cercano. Gracias al desinteresado aporte del hombre más rico del mundo el instituto de Blair cuenta con 1.000 empleados que trabajan en al menos 45 países.

Nada mejor que no tener fines de lucro para que te lluevan millones de dólares.

Unidades de cumplimiento”. ¿Unidades de cumplimiento? Al leerla en la mencionada Carta de Intención sólo se nos hubiera ocurrido decir “No tengo conocimiento“, como decía un viejo ministro de Defensa post-dictadura ¿Qué significaría esa misteriosa terminología?

La respuesta la tuvimos hace un par de semanas cuando se realizó el II Encuentro Internacional de Unidades de Cumplimiento y Centros de Gobierno de América Latina y el Caribe, entre el 8 y el 10 de diciembre últimos, nada menos que en Montevideo, en la misma Torre Ejecutiva del gobierno uruguayo en donde estrecharon sus manos el presidente Orsi y el ex premier Blair. Sí, tuvimos a las mismísimas ‘unidades de cumplimento” reunidas en la casa de gobierno.

El historiador británico Eric Hobsbwan solía repetir que sus alumnos le preguntaban cuando hablaba de la Segunda Guerra Mundial: ¿eso quiere decirque hubo una primera? Aquí lo mismo: parece que hubo un primer encuentro internacional en 2024 en Perú, donde se creó la red de unidades de cumplimiento y centros de gobierno, y tan rápido va el asunto que en el próximo 2026 Uruguay asumirá la presidencia de la Secretaría Técnica de la Red de Centros de Gobierno de América Latina y el Caribe.

Visto desde el ombligo nacional o desde el ego, es un reconocimiento “al liderazgo” del pequeño Uruguay; visto desde la mirada de Blair parece ser la zanahoria para usarnos de laboratorio.

Cuando se lee la información difundida por el gobierno de Uruguay, se descubre que en este segundo encuentro de “unidades de cumplimiento” participaron 12 países de la región y organismos multilaterales como el BID y el PNUD, y dos organizaciones que no son ni países ni organismos: el Tony Blair Institute y Delivery Associates.

***

Hace años se popularizó la teoría de los “seis grados de separación” entre cualquier par de personas en el mundo. Esa tesis del “mundo pequeño”, como se le llamó, la elaboró el psicólogo social norteamericano Stanley Milgran, conocido mundialmente por sus estudios sobre la obediencia a la autoridad por parte de la gente común. Aquel experimento donde gente vestida con túnica de médico ordenaba a ciudadanos comunes dar creciente descarga eléctrica a personas del otro lado de un vidrio. Cargas que podían matarlos si no hubieran sido falsas.

En realidad Milgran tomó la tesis de un cuento de un escritor húngaro, Frigyes Karinthy, y la estudió de manera sistemática. La idea del ‘mundo pequeño’ también fue investigado por Microsoft y Facebook, quienes estudiaron sus redes y validaron la hipótesis: Microsoft (2006) encontró una media de 6.6 grados en Messenger, mientras que Facebook (2011) descubrió la distancia media de 4.74 grados entre sus usuarios, mostrando cómo las redes digitales conectan aún más a la gente.

Cuántos serán los grados de separación entre Orsi, Netanyahu y Trump, será tema de la segunda parte de este artículo.


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Luis Lázaro: “Atacar el Estatuto del Periodista es atacar el derecho de la sociedad a informarse”

En el contexto de la reforma laborale presentada por el gobierno nacional bajo la idea de “modernización”, distintos sectores del periodismo advierten sobre el impacto profundo que estas iniciativas tendrían no solo sobre las condiciones de trabajo, sino sobre la democracia misma. En diálogo con La Columna Vertebral, Luis Lázaro analiza el sentido histórico, político y democrático del Estatuto del Periodista, su vigencia frente a la precarización laboral y los riesgos que implica su derogación en un escenario atravesado por la concentración mediática, el avance de las plataformas digitales y la crisis del oficio.

LCV: Para empezar desde cero, ¿por qué fue necesario un estatuto especial para el periodismo y no simplemente las leyes generales de protección del trabajo?

Luis Lázaro: “Todas las normas existen para tutelar determinados derechos o intereses. Si me preguntás cuál es el bien jurídico principal que protege el Estatuto del Periodista, no te diría solamente el trabajo profesional, aunque también lo hace, sino fundamentalmente el derecho a la información de la sociedad. El periodista es el instrumento que tiene la sociedad para conocer la información. Lo que producimos con nuestro trabajo son noticias, datos, miradas sobre la realidad, y por eso esta cuestión afecta de manera directa a la democracia y a los valores democráticos, al punto de que no pueden separarse una cosa de la otra.”


LCV: ¿Por qué hablás de un ataque que va más allá del periodismo?

Luis Lázaro: “Coincido en que estamos frente a un ataque frontal no solo contra el periodismo, sino contra la cultura y la comunicación en general, que aparece de contrabando en una ley mal llamada de modernización. Es un intento de retroceder en el tiempo respecto de conquistas históricas de los trabajadores. Cuando se plantea la derogación de una ley como el Estatuto del Periodista mediante una fórmula técnica e incomprensible para el ciudadano común, también se está atacando a la democracia, porque se debilita uno de los pilares que garantizan el derecho social a la información.”


LCV: ¿Cuál es el origen histórico del Estatuto y qué contexto lo explica?

Luis Lázaro: “El Estatuto del Periodista es de 1946, es decir, del inicio del primer gobierno peronista. El propio Perón, al enviar el proyecto al Congreso, plantea que había empresarios de la información muy ricos y trabajadores que producían esa riqueza muy pobres. El estatuto surge para equilibrar esa relación y para proteger una actividad estratégica para la vida democrática.”


LCV: Durante años se entendió al estatuto como una defensa frente a la inestabilidad laboral. ¿Eso sigue vigente?

Luis Lázaro: “El trabajo periodístico es un trabajo lábil, con mucha rotación. Salvo en algunas grandes empresas, la norma era estar hoy y mañana no. Una de las primeras grandes violaciones al estatuto fue la figura de las ‘colaboraciones’, que convirtió al periodista de planta en alguien que iba a ofrecer notas como si vendiera medialunas, sin nunca llegar a la estabilidad. La violación del estatuto viene desde hace mucho tiempo, y distintos gobiernos intentaron avanzar contra él sin lograrlo.”


LCV: En términos concretos, ¿qué pierde un periodista sin estatuto?

Luis Lázaro: “Primero, la acreditación de la condición profesional. El estatuto permite demostrar que sos trabajador de prensa y, a partir de eso, acceder al derecho constitucional a la información pública. También garantiza el acceso a las fuentes, el secreto profesional, la estabilidad laboral necesaria para investigar y la protección contra el despido arbitrario, especialmente el despido ideológico. La indemnización agravada no es un privilegio, es un mecanismo para que la patronal sepa que despedir a un periodista por su trabajo tiene un costo.”


LCV: ¿Cómo impacta esto en el contexto actual de precarización y plataformas digitales?

Luis Lázaro: “Hoy el estatuto sigue funcionando como un dique de contención frente al avance de las patronales, incluso en un escenario más complejo atravesado por internet. Hay abundante jurisprudencia que reconoce derechos a periodistas que trabajan de forma remota o en medios digitales. Sin el estatuto, las empresas tendrían vía libre para la rotación, el mal pago, el desconocimiento de paritarias y la eliminación de cualquier organización interna.”


LCV: ¿Por qué insistís en que el ataque es también al sistema democrático?

Luis Lázaro: “Porque el producto del periodista abona al sistema democrático. Si sacás de la ecuación el trabajo profesional orientado a informar, dejás a la sociedad desprotegida frente al discurso del odio, la desinformación y la violencia simbólica. Hoy vemos empresarios que no informan, sino que construyen propaladoras de insultos y odio. No es casual que la justicia empiece a reconocer el rol político del discurso de odio en hechos gravísimos de nuestra historia reciente.”


LCV: ¿Cómo evaluás el deterioro actual de la profesión?

Luis Lázaro: “Hay un bastardeo del periodismo. A la precariedad se suma la pérdida de prestigio y de sentido social del oficio. Ver a periodistas de enorme trayectoria vendiendo tortas para sostener un fondo de huelga es una muestra brutal de esa degradación. Esto no empezó ahora, pero hoy se busca arrasar con todo: el estatuto, la ley de medios y las protecciones penales frente a injurias y calumnias.”


LCV: ¿Qué rol juega la formación y la conciencia de las nuevas generaciones?

Luis Lázaro: “Muchos jóvenes no saben qué están defendiendo cuando se habla del estatuto. Ahí hay un trabajo importante de los sindicatos y de la FATPren, pero es cierto que cuesta más comprender estos alcances en una época donde las grandes investigaciones parecen quedar atrás. Sin estabilidad, con sueldos de hambre, es muy difícil sostener un periodismo que repregunte, investigue y confronte al poder.”


LCV: Para cerrar, ¿qué cosas no son negociables en este debate?

Luis Lázaro: “Podemos discutir cambios en los modos de producción, en las tecnologías y en las formas de transmisión, pero hay cuestiones que no son negociables: la estabilidad laboral, la protección frente al despido injustificado, la acreditación profesional, el secreto de las fuentes y el acceso a la información. Eso es la base del periodismo. Quitar esas garantías no perjudica solo a los periodistas, perjudica a toda la sociedad.”

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Paro de controladores aéreos por salarios atrasados y despidos sin resolver

En diálogo con La Columna Vertebral, Julián Gaday, integrante de la comisión directiva y vocero de la Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Navegación Aérea (ATEPSA), explicó cuál es la función de los controladores aéreos, el nivel de responsabilidad que implica su trabajo, las condiciones salariales del sector y los motivos del conflicto que derivó en medidas de fuerza anunciadas a partir del 17 de diciembre.

LCV: ¿Qué es un controlador aéreo?

Julián Gaday (ATEPSA):“Los controladores aéreos somos las personas encargadas de guiar y separar a todos los aviones desde que ponen en marcha los motores hasta que aterrizan en destino: despegue, aterrizaje, ascenso y nivel de crucero. Controlamos básicamente todo el espacio aéreo argentino, incluidos aviones del Estado, militares y comerciales; todo lo que vuele tiene que comunicarse con nosotros. Si no trabajamos, no hay tránsito aéreo, por eso somos un servicio público esencial y se nos hace tan difícil llegar a medidas de fuerza.”

LCV: Quiero poner en valor la responsabilidad que tienen: si se equivocan en una ruta, puede haber consecuencias gravísimas.

Julián Gaday:“Por supuesto. En el centro de control de área de Ezeiza, donde trabajo, controlamos en una hora normal entre 25 y 35 vuelos, y en horas pico hasta 50 aviones por hora. Estamos hablando de miles de vidas que pasan por nuestras voces, nuestras decisiones y nuestras instrucciones, no solo en ruta sino desde que el avión empieza a subir. Básicamente tomamos decisiones para evitar, de manera fundamental, que los aviones se choquen.”

LCV: ¿Cómo es el trabajo en equipo para que un avión esté en vuelo?

Julián Gaday:“ATEPSA representa a todos los trabajadores de los servicios de navegación aérea. Todo comienza en las oficinas ARO, donde se recibe la documentación y el plan de vuelo que presentan los pilotos o las aerolíneas, con la ruta y toda la información necesaria. Allí también se brinda información sobre estado de aerovías, aeropuertos y meteorología. Luego el avión llama a la torre de control, que autoriza la puesta en marcha, el rodaje y el despegue. Una vez en vuelo, pasa a los controladores de área, que controlamos todo el espacio aéreo desde cinco centros en el país, y al aproximarse al destino vuelve a pasar a la torre. También intervienen los servicios de búsqueda y salvamento y las oficinas NOTAM, que notifican cuestiones operativas a los pilotos.”

LCV: ¿Se estudia para ser controlador aéreo? ¿Cómo es la formación?

Julián Gaday:“Sí, se estudia. Hay un curso básico de un año y luego, según el destino, entre seis meses y más de un año para obtener la habilitación local. Yo, por ejemplo, trabajo en el centro de control de área y no puedo controlar en la torre de Ezeiza aunque esté a un piso de distancia, porque no tengo habilitación. Lo mismo sucede entre distintos aeropuertos: cada lugar tiene sus particularidades y son trabajos distintos.”

LCV: Con ese nivel de exigencia, ¿cuánto gana un controlador aéreo?

Julián Gaday:“Un controlador en Ezeiza o Aeroparque puede ganar alrededor de dos millones de pesos. En el interior del país, en aeropuertos con menor complejidad, los salarios rondan entre 1.300.000 y 1.800.000 pesos. En algunos de los cinco centros de control hay trabajadores por debajo de la línea de pobreza. Gran parte del colectivo tiene que hacer trabajos extra para mantener un nivel de vida mínimo que le permita realizar esta tarea, que es vocacional y crítica para la seguridad.”

LCV: ¿Cómo es el diálogo con la empresa y en qué consisten las medidas a partir del 17 de diciembre?

Julián Gaday: “El diálogo es prácticamente nulo. Hemos asistido a varias audiencias, pero es hablar contra una pared. No tenemos respuestas ni soluciones, desconocen el conflicto, los motivos y hasta el convenio colectivo de trabajo. En la última audiencia nos pidieron cinco días más para analizar propuestas que presentamos el 9 de septiembre. Pasaron tres meses sin analizarlas. Reclamamos actualización de viáticos con más de un año de atraso, revisión de categorías de aeropuertos —que por convenio debe hacerse anualmente— y la reincorporación de nueve controladores despedidos ilegalmente. Solo reincorporaron a tres; los otros seis siguen esperando, sin ninguna justificación válida.”

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Cronograma de medidas de fuerza de los controladores aéreos.

LCV: ¿Están informando para que los pasajeros no se vean sorprendidos?

Julián Gaday: “Notificamos a la empresa hace diez días del cronograma de medidas. Como servicio público esencial, debemos garantizar al menos el 45% de las operaciones, y nuestras medidas afectan alrededor del 10%. Informamos por mail a todas las compañías aéreas para que reprogramen vuelos y avisen con anticipación a los pasajeros. Nuestros usuarios directos son las aerolíneas, no los pasajeros.”

LCV: Se cuestiona que las medidas coincidan con fechas sensibles como Navidad.

Julián Gaday: “Durante todo noviembre hicimos medidas de fuerza sin afectar pasajeros, parando solo vuelos de carga. No tuvimos ninguna respuesta. Recién cuando se afecta al pasajero aparece el conflicto en agenda. Por eso es importante decir que no somos los únicos responsables: del otro lado están la empresa y el Estado, que no negocian ni ofrecen lo mínimo indispensable para llegar a un acuerdo.”

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