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Pablo Moyano: “Llamamos al peronismo en general a que salga en serio a la calle”
Pablo Moyano, Secretario General Adjunto de Camioneros, pasó por La Columna Vertebral para charlar sobre el escenario político actual en Argentina, las malas decisiones políticas del gobierno actual y la posición sindical tras los resultados de las PASO.
LCV: Pablo, en estos días has sido noticia por algunas cuestiones picantes, un reclamo de que se pongan toda la carne en el asador, que se lance la campaña y que todos nos pongamos al hombro algo más que el bastón de mariscal, sino una campaña dura. ¿Cuál es tu mirada en este momento sobre todo lo que acabo de decir?
-Bueno, creo que después de lo que pasó en las PASO, donde el 60% de los argentinos votaron por la derecha, fue un llamado de atención fundamentalmente para el peronismo y para los integrantes de Unión por la Patria, y especialmente para el movimiento obrero. Lo que vimos los días posteriores fue un silencio o una inacción de nuestros conductores del partido justicialista, como de distintos sectores de Unión por la Patria. Pero esa autocrítica se está haciendo en cada lugar, en cada espacio. Creo que es el momento de salir; nosotros lo venimos haciendo con asambleas en nuestra organización. Muchas organizaciones generales están haciendo lo mismo.
Hacemos un llamado a todo el peronismo, en todas sus vertientes, como son los movimientos sociales, el movimiento obrero, los gobernadores, los intendentes, a que salgamos en serio a la calle, a las fábricas, a los barrios, a decirle a la gente que, más allá del momento económico que estamos viviendo, va a ser mucho peor si gana la derecha.
LCV: Pero además, no es solamente el tema económico, la situación es casi un cambio cultural. Yo digo, para un peronista como vos, que toda la vida ha sido peronista, hemos visto lo que nuestro país pudo llevar adelante durante décadas, no precisamente las últimas, pero sí en otras donde la clase media consistía en trabajadores con la aspiración de tener su auto, su casa, que sus hijos estudien, entre otras cosas. Cosas que ustedes cuidan, como la salud, que en los grandes gremios se cuida mucho. Camioneros es una muestra, Aceiteros es también una muestra de este cuidado. ¿Por qué crees que todo eso no se ve, no se nota? Y entonces se responde a cierto “canto de sirena” que tiene que ver con romper todo, el cambio, la ruptura…
-Bueno, precisamente porque ha habido medidas del gobierno que han afectado fundamentalmente el bolsillo de los trabajadores. Creo que el acuerdo o el préstamo escandaloso del gobierno anterior de Mauricio Macri nos ha dejado pagando las consecuencias, una muy mala negociación del exministro de economía, Guzmán, que fue postergando los vencimientos de pagos. Sergio (Massa) se encontró con una bomba de tiempo a punto de estallar. Está haciendo lo que puede. Por lo menos tiene autoridad, no es un empleado del Fondo Monetario Internacional y tiene que salir corriendo a juntar plata para pagar. A veces parece medio aburrido con todo lo que nos pasó con la pandemia, pero hay que decirlo, es la realidad. Sí, la pandemia, la guerra, y una sequía que impidió que el gobierno nacional recaudara más de 20,000 millones de dólares. Parece un dato menor, pero es una realidad, y hoy estamos pagando las consecuencias.
La oposición se ha envalentonado por estos desaciertos económicos, sumado a los ataques mediáticos hacia la justicia, los empresarios y los bancos, que continuamente lanzan estos golpes de mercado donde aumentan el dólar día a día, lo que repercute en el precio de los alimentos. Es un combo que hoy afecta a la gente y se ve reflejado en las urnas; este “voto bronca” que generó que casi el 60% de los argentinos haya votado a la derecha.
LCV: Y también existe un cierto vaciamiento de sentido en algunas cosas para muchos de nosotros; la palabra “justicia social” que tuvo sentido durante mucho tiempo, hoy parece haber perdido su valor. Este es el panorama de los jóvenes de hoy, que sienten que se han tomado medidas, pero también se preguntan por qué no pudimos escucharlos en la política.
-Por la soberbia de algunos sectores de nuestro espacio, se ha priorizado a millones de argentinos que hoy dependen de un plan social. Fue un error de la política del gobierno actual y de los funcionarios, que deberían haber creado herramientas para fomentar el trabajo genuino y formal. Toda esa bronca que siente un joven de 20 años se canaliza por no tener un empleo formal, pero no es responsabilidad de los líderes sindicales, sino de los encargados de implementar las políticas en nuestro país.
LCV: Yo te lo preguntaba no solo como dirigente, sino como ciudadano común, porque esto lo vemos todos los días.
-Duele ver tanta bronca en la gente, no solo porque uno es un dirigente que está sentado en una posición de poder, sino porque caminamos por las calles y vemos esa bronca canalizada de un pibe de 20 años. Le preguntas a un joven por qué vota a Milei, qué propuestas tienen. Y ellos se ríen. Eso es lo que más bronca da; nos rompemos el lomo para que la gente tenga laburos, salud, indemnizaciones y después viene un descerebrado con propuestas absurdas como eliminar ministerios esenciales o privatizar servicios públicos. La candidata a vicepresidenta está haciendo un acto en reivindicación con la dictadura militar, y eso es también una responsabilidad de los dirigentes, que durante años no pudieron percibir lo que estaba ocurriendo a nivel popular. Nuestro gremio, junto a otros, lleva adelante más de 100 ollas populares a la semana, pero ¿hasta cuándo vamos a tener que seguir proporcionando comida a la gente en lugar de ofrecerles trabajo?
LCV: Hoy, en 2023, los desafíos siguen creciendo y las contradicciones dentro de nuestro espacio político son cada vez más evidentes. La oposición y la derecha aprovechan estos momentos para fortalecerse, y es doloroso ver a algunos líderes sindicales, como Gerardo Martínez, reuniéndose con figuras políticas que claramente no tienen el mejor interés de los trabajadores en mente.
-Yo no puedo prohibirle a una persona reunirse con alguien. No soy nadie para prohibir una reunión. Yo ni en pedo me reuniría con Milei, que abiertamente te dice que va a sacar las indemnizaciones, los derechos adquiridos, va a aniquilar los convenios colectivos de trabajo, contaminar los ríos que total después privatizamos y no pasa nada. Putea al Papa Francisco, reivindica a los milicos. Pero no soy nadie para evitar que otro compañero se reúna. Los dirigentes estamos de paso. El tema es que le van a cagar la vida a la gente. Cada gremio tiene convenios colectivos de trabajo que han costado vida, muerte, desapariciones de dirigentes, muertes. Y que vengan de un día a querer cambiar todo eso… creo que nadie se va a quedar de brazos cruzados para ver cómo privatizan Aerolíneas, YPF, y dejan trabajadores en la calle. Por lo menos, desde nuestra organización no lo vamos a permitir.
LCV: Dejame algún buen pensamiento para cerrar la nota. Algún buen deseo o algo bueno que esté haciendo en este momento Camioneros con salud o alguna otra cuestión.
-Estamos firmando convenios con empresas que están dejando la actividad, asegurando que los trabajadores sean indemnizados y puedan seguir trabajando. Además, continuamos nuestras acciones sociales en los barrios y estamos realizando plenarios, actividades para que la gente entienda la importancia de votar conscientemente. ¿Cómo puede ser que toda una familia trabajadora haya votado a la derecha? Fracasaron las políticas que no han llegado a los bolsillos del laburante.
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Después del domingo, a redoblar la apuesta, por Alberto Nadra
Un aporte desde mi militancia
Lejos estoy de la soberbia pretensión de explicar a tan pocas horas los resultados de este domingo sombrío. Eludo cifras, porcentajes y bancas, e intento compartir una actualización de las afirmaciones y categorías que vengo planteando hace muchos años, mi forma de militancia con la palabra, así como con la acción que me permiten los años.
Las concibo como un simple aporte al intercambio que debemos darnos quienes nos consideramos parte del movimiento nacional y popular, tanto los que entienden que su misión es mejorar las condiciones de vida del pueblo dentro de este capitalismo senil –pero en pleno reacomodamiento– como quienes siempre consideramos que solo lo lograremos plenamente mediante un transformación revolucionaria en las estructuras económico-sociales, un cambio de mando en el poder y no meramente en la administración temporal de la cosa pública.
La situación es lo suficientemente grave, hemos retrocedido tanto, que aún falta mucho para dirimir esa cuestión.
Ganar batallas, perder la guerra
A lo largo de los años, el peronismo, fuerza mayoritaria entre lo mejor de nuestro pueblo, demuestra que puede lograr la mayoría electoral por períodos, hegemónico en un principio, ligeramente frentista con el tiempo y las dificultades. Sobre todo cuando convoca a otros sectores del campo popular, puede conquistar o reconquistar derechos, mejorar transitoriamente las condiciones para producir y crear trabajo, recuperar el salario o afirmar la soberanía.
Sin embargo, no puede retener esa mayoría electoral, pues el poder real reacciona al ver cualquier amenaza a sus privilegios. Ante esto y hasta ahora, en lugar de redoblar la apuesta, cede ante el poder real y vacila ante la necesidad de producir cambios de fondo en la estructura y la relación de fuerzas social que la determina. Por eso fue y es desplazado, antes por golpes de Estado y ahora también por las urnas.
¿Qué significa redoblar la apuesta?
Para cambiar en serio y ampliar las posibilidades de sostenerlo en el tiempo, no alcanza con las buenas intenciones ni con avances parciales; se exige redoblar la apuesta: confrontar a fondo con el privilegio y enfrentar el “sentido común”, la ideología dominante en toda la sociedad, que es precisamente la del bloque dominante.
¿Qué significa redoblar la apuesta, sea en la gestión para defender conquistas y profundizar el rumbo, sea en el llano para resistir y reunir fuerzas para dar vuelta la taba en favor de las mayorías?
Desde ya no es una convocatoria el exitismo, ni a las chicanas de la interna chica. Significa algo muy distinto a lo que practica la rama partidocrática del heterogéneo movimiento popular, que no solo la hay, sino que es predominante en su dirigencia.
Necesitamos que se reencuentren con el pueblo, que pongan el cuerpo en las luchas que crecen, pero aisladas, sin coordinación ni dirección política.
Es necesario convocar y lograr la unidad, pero la unidad de los luchadores, no un mero rejunte vacío de contenido, que no solo duele, sino que conduce al fracaso, antes o después de un desafío electoral.
Es necesario que esa unidad sea amplia pero a la vez institucionalizada, con protagonismo de las distintas fuerzas, con toda la amplitud que permita un acuerdo programático claro y acompañado por un plan de acción concreto, para gobernantes y gobernados, para dirigentes y militantes.
Preguntas, tan incómodas como necesarias
En ese camino hay que plantearse problemas de fondo como, a título de ejemplo: ¿es posible reconstruir el país y abrir un futuro de progreso y bienestar sin plantear una moratoria unilateral de la deuda externa, por el tiempo que reclame esclarecer su legitimidad y determinar las formas de pagos que permitan crecer a la nuestro país? ¿Es posible sin replantear una estrategia de independencia internacional que incluye acuerdos regionales y apelar a la cooperación e integración con los BRICS? ¿Seguiremos escuchando condenas a la bronca y el combate cuando negar la legitimidad de responder a la violencia es sellar un pacto con la crueldad?
La disyuntiva final
Unidad institucionalizada, programa y plan de acción. Cultivar la bronca, empujar la lucha organizada y transformarla en combate legítimo.
No son frases hechas, ni un recurso más melancólico que práctico.
¿Es difícil? ¡Claro que lo es! Llevamos años y acumulando dolores sin lograrlo. Pero, mientras no se logre, mientras no lo logremos, seguiremos ganando o perdiendo elecciones, conquistando y reconquistando derechos una y otra vez, pero retrocediendo a mediano y largo plazo.
Sé que no digo nada nuevo para tantos luchadores, pero es hora de empezar a decirle a la dirigencia y militancia, principalmente a la peronista, que es eso o seguir profundizando la decadencia, repetir fugaces triunfos y domingos aún más sombríos que el de este 26 de octubre.
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“Un mi padre de ron”, por Oscar Taffetani
Un amigo cubano -cuyo nombre me reservo- me contó una vez que en sus últimos años Ismaelillo (el hijo de José Martí bautizado José Francisco Martí Zayas Bazán), quien a lo largo de su vida mantuvo una relación particular con los EEUU (creció en Brooklyn, intervino en la guerra de Independencia cubana, apoyó las intervenciones y el protectorado norteamericano y ya convertido en alto jefe militar se apartó de todo al fin de la conspiración de los ABC), solía rondar por hoteles y tabernas esgrimiendo un billete con la cara de su padre y pidiendo en voz alta “un mi padre de ron”. Deliciosa anécdota.
Me acordé de esto cuando ciertos dirigentes nuestros cuestionan -“por principios”- el inesperado salvavidas que Scott Bessent -amigo de Soros- le tiró al ministro Toto C. al comprar pesos argentinos la pasada semana (pesos que muy pronto estará recomprando, con ganancias).
Ay, si eso fuera todo! Esta dirigencia vernácula sigue sin entender que una buena parte del voto favorable al Advenedizo, ayer domingo, se debe a la perspectiva cierta de que al gobierno se le fuera todo de las manos -como a otros- por un “golpe de mercado”.
Fue un voto defensista y conservador, pero no un voto “colonialista”. Nuestros asuntos pendientes (deuda, recursos naturales, Estado, producción) siguen estando pendientes, y mi deseo es que puedan abordarse y resolverse sin perder las instituciones democráticas ni la Independencia argentina.
Nada, eso.
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“Represión y abandono en el Chaco: la comunidad Qom bajo ataque”
Introducción
En la provincia del Chaco, las comunidades originarias vuelven a ser blanco de la represión estatal. La semana pasada, un violento operativo policial atacó una manifestación pacífica de la comunidad Qom en la localidad de Villa Río Bermejito, dejando decenas de heridos y varios detenidos. Detrás de los palos y las balas de goma, se esconde una crisis humanitaria marcada por el hambre, la falta de agua y la eliminación de pensiones no contributivas.
Para comprender la magnitud de lo que ocurre y el rol del Estado en este conflicto, La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores dialogó con Johana Duarte, secretaria gremial de la UTEP.
LCV: “¿Cómo nace el conflicto que derivó en la represión a la comunidad Qom del Chaco?”
Johana Duarte: “La semana pasada, en la provincia del Chaco, se graficó una situación que venimos denunciando en todo el país, pero que en algunos lugares, como las provincias del norte, se profundiza más: la crisis alimentaria y la que viven las comunidades originarias producto del brutal ajuste que lleva adelante el gobierno nacional. En este caso, también en complicidad con el gobierno provincial, encabezado por Leandro Zdero, alumno perfecto de Milei. Digo ‘alumno perfecto’ porque no solo es cómplice del ajuste nacional, sino que implementa en la provincia más pobre de la Argentina las mismas políticas: ajuste, persecución, estigmatización de los trabajadores y represión. Es un modelo calcado del nacional.”
LCV: “¿Qué situación concreta están atravesando las comunidades en el territorio?”
Johana Duarte: “En la zona del Impenetrable chaqueño, hace varios meses que no llegan alimentos ni asistencia en agua. Son derechos básicos contemplados incluso por un fallo de la Corte Suprema en 2016, que intimó a la provincia a garantizar el cumplimiento de esos derechos. Desde la asunción de Milei en la Nación y de Zdero en el Chaco, esa asistencia se cortó. Las comunidades reclaman hace meses la restitución de esos derechos básicos. A eso se suma la baja masiva de pensiones no contributivas, que eran el único ingreso de muchas familias. La situación es de una gravedad absoluta.”
LCV: “¿Cómo se produjo la represión?”
Johana Duarte: “La semana pasada, en Villa Río Bermejito, las comunidades se habían congregado pacíficamente en la plaza central para movilizarse y exigirle al intendente que reclamara por los derechos que se están vulnerando. Pero el reclamo fue respondido con una represión feroz: más de 300 efectivos de la policía provincial atacaron a manifestantes indefensos, en su mayoría adultos mayores, mujeres y niños. Hubo casi 50 heridos y cinco detenidos. Lo más grave es que el operativo fue encabezado por el propio jefe de la policía del Chaco, mientras las mafias y el narcotráfico avanzan impunes en la capital. Es el modelo de seguridad impuesto por Patricia Bullrich: reprimir a los pobres en lugar de enfrentar el delito real.”
LCV: “¿En qué estado está hoy el conflicto?”
Johana Duarte: “Luego de la represión, las comunidades siguen en asamblea permanente. Reclaman tres cosas urgentes: alimento, acceso al agua y la restitución de las casi 10.000 pensiones dadas de baja arbitrariamente. Además, el Estado Nacional cerró oficinas como ANSES o el Ministerio de Capital Humano, y en esa zona la delegación más cercana está a 80 kilómetros, en Castelli. Es decir, no solo les quitan lo que necesitan, sino que también les niegan dónde reclamarlo.”
LCV: “¿Qué pasos se están dando frente a esta situación?”
Johana Duarte: “Las comunidades continúan en estado de asamblea y han iniciado acampes a la vera de distintas rutas del Chaco. Se exige al Poder Ejecutivo provincial que dé respuesta inmediata. La lucha va a continuar, porque las pensiones son un derecho adquirido y no vamos a permitir que se las arrebaten.”

