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Luis Cáceres: “Los enfrentamientos internos nos debilitaron”
Entrevistamos a Lus Cáceres, Secretario General de la UOLRA, gremio de Ladrilleros, para conocer su opinión sobre las primeras medidas del gobierno de Milei y cómo se llegó a una victoria tan rotunda de su candidatura. “Tenemos que hacer una autocrítica”, admitió, a la vez que destacó que los sectores populares que lo votaron van a ser perjudicados.
LCV: ¿Cuál es tu opinión, como dirigente que trabaja con cooperativas y en la elaboración de ladrillos para la construcción, de este inicio de gobierno de Milei?
—Estamos ante un gobierno que tiene la voluntad, tal como lo dijo el presidente, de construir una Argentina que retroceda 100 años, es decir, esa Argentina agroexportadora, oligárquica, donde una minoría se beneficiaba con las exportaciones y la mayoría del pueblo era condenada a la miseria, a la exclusión. Ese es el proyecto que trata de implementar y que tiene toda la decisión de llevarlo adelante, lo que realmente significa transformar definitivamente la Argentina que construyó el peronismo.
LCV: ¿Vos creés que en este tiempo ya mucha de la gente que lo votó está viendo una realidad distinta de la que pensaba que iba a lograr con ese voto?
—Sí. El voto de Milei se compone de dos procedencias, el voto propio de Milei, que es un 30%, y ese voto se compone de gente que estaba cansado de esta realidad, de la dirigencia política, también de gente que votó con esperanza, que quiere un cambio, y dentro de ese voto hay sectores que pertenecen a los sectores populares y creo que a medida que se van sufriendo las consecuencias de este proyecto va generando, si bien es cierto que mayoritariamente siguen creciendo en este proyecto, ya empieza a haber cuestionamiento, arrepentimiento, por lo menos esto es lo que nosotros vamos viviendo. Es increíble pero dentro del sector ladrillero hubo compañeros que votaron a Milei. Yo hice una campaña de Massa presidente a nivel nacional, recorrí todas las provincias donde estamos organizados. Participé de asambleas en fábrica y les decía que ellos iban a decidir con su voto qué Argentina querían y había dos caminos, dos proyectos. Muchos de ellos terminaron votando a Milei y hoy empiezan a arrepentirse de eso.
LCV: ¿Y qué se conversa hoy con ellos cuando tienen esta nueva realidad en donde, por ejemplo, evidentemente si no hay construcción, ustedes tienen afectado su trabajo? ¿Cómo son las conversaciones? ¿Hay una contención?
—De parte de la UOLRA la política siempre es la misma. Nosotros hemos definido reconstruir nuestra organización desde donde viven y trabajan las familias ladrilleras y eso lo hacemos cara a cara. Realmente los sectores humildes, los sectores del trabajo están sufriendo las consecuencias de este ajuste, de la inflación, del aumento del boleto, del transporte. Una situación muy crítica, pero a la vez también vamos encontrando respuestas de la voluntad de no resignarse y de organizarse, como quedó demostrado en el paro y movilización.
LCV: Lo que te preguntaba era con esos compañeros, porque digo, hay una escuela con la que yo no coincido, que es la de decir, ah, lo votaste, jodete; y hay otros compañeros que se están dedicando justamente a lo contrario, y es a contener, a tratar de no ahondar sobre el tema de la equivocación, sino sobre la construcción. ¿Ustedes cómo logran eso?
—Apenas perdimos hicimos la reunión de la comisión directiva con los delegados provinciales, donde hicimos un análisis de por qué habíamos perdido y creo que hicimos todo mal. Hicimos muchas cosas mal. Hicimos también muchas cosas bien, pero lamentablemente los enfrentamientos internos, las disputas nos debilitaron y eso generó las condiciones para que perdiéramos las elecciones. Los que tenemos responsabilidades, tenemos que asumirlas. Y tenemos que ser autocríticos. Entonces, yo no le voy voy a echar la culpa a las compañeras, a los compañeros que por ahí creyeron en Milei, no voy a transferirle la responsabilidad. Inflación teníamos, hay millones de trabajadores y trabajadoras que no tienen derecho, que no les dimos respuesta. Tenemos que hacernos una autocrítica, tenemos que aprender y tenemos que escuchar, y muchas veces no escuchamos.
LCV: Creo que fue un gran error el creer que Milei era un cachivache manejable, porque parece que no lo estaría siendo.
—Sí, creo que no. Tenemos que defender nuestros derechos, pero tenemos también a la vez, paralelamente, reflexionar, analizar, aprender colectivamente, porque creo que lamentablemente pudo más el individualismo que los análisis colectivos, y no tuvimos la respuesta para el momento que vive la Argentina. Necesitamos una diligencia que interprete los problemas de fondo que tiene la Argentina.
LCV: ¿Cómo les pega a ustedes esta paralización de la construcción, tanto pública como privada, en tanto que son los constructores de los ladrillos? ¿O ustedes tienen otro circuito de trabajo?
—Nuestra industria depende de la obra pública, de la inversión del sector privado y de que las trabajadoras y trabajadores tengan como objetivo construir su casa o arreglar su casa. Estas tres cuestiones, desde que asumió Milei, han cambiado. Las obras que ya se iniciaron se están paralizando, para las trabajadoras y trabajadores hoy construir su casa o arreglar su hogar no es su principal objetivo, y el sector privado invierte cuando puede vender algo, si no, no va a invertir, y no está invirtiendo. O sea que todo se empezó a paralizar y eso a nosotros realmente nos afecta y somos un sector débil de la cadena de la construcción.
LCV: Hoy no hay dinero para el arreglo de una casa, para levantar una pieza. No hay.
—Hay familias que se compraban una coca para tomar, y hoy cambiaron eso por una bebida que les sale más barata. Es así en todo, uno empezó a dejar de lado cosas que realmente son importantes y a priorizar el alimento, la plata para poder viajar, y eso que todavía no llegamos a marzo.
LCV: ¿Corre riesgo el cierre de alguno de los hornos de ustedes?
—No, hasta ahora no. Hasta ahora no tenemos por lo menos esa información, pero el futuro realmente es muy incierto. Vamos a ver qué es lo que pasa, porque esto es una decisión política de un gobierno que ganó con el 56% y que ha decidido llevar adelante este proyecto de una manera, por lo menos eso es lo que plantean, que no se va a acordar nada, pero después la realidad lo obliga a acordar, a cambiar, a sacar artículos de la Ley Ómnibus. Una cosa es si Milei logra su objetivo, este es mi proyecto y yo lo llevo adelante y no me importa el costo. Ese es un escenario de Argentina. Otro escenario, si sale una ley del Congreso más acotada. Entonces ahí es otro escenario.
LCV: ¿Hay pagos pendientes que ustedes no están cobrando?
—No, hasta ahora nuestras fábricas son pymes. El sector nuestro como es una actividad que depende del tiempo, estos son los meses donde hay mayor producción, se produce digamos, y después se comercializa cuando llega el momento que viene la lluvia, el frío, entonces tienen todo una arquitectura que ahora no se va a notar, digamos, se va a notar en julio, agosto de este año. Ahí se va a notar con mayor intensidad, cuando se produce el inicio de la temporada.
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“Streaming en Argentina: Pablo Storino revela sueldos, precarización y la batalla del SATSAID por la registración laboral”
En exclusiva con La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores, Pablo Storino, pro secretario gremial del SATSAID, aborda la situación laboral y económica del sector del streaming en Argentina. El dirigente describe las profundas desigualdades entre los distintos canales, los niveles de registración y precarización existentes, y el rol del sindicato frente a este nuevo escenario comunicacional.
LCV:
“¿Cuál es la situación laboral real de los canales de streaming? ¿Cómo es esto que parece un jolgorio? ¿Todo es divertido? Somos todos amigos, nos matamos de risa… pero cuál es la situación económica y laboral de los compañeros de streaming?”
Pablo Storino:
“La situación del mundo del streaming hoy es muy dispar. Existe un grupo reducido —un top 10 o 20— que logró monetizar sus contenidos, profesionalizarse y constituir unidades económicas que permiten formalizar relaciones laborales, registrar trabajadores y blanquear actividades. Pero también hay muchos otros que sobreviven como pueden, trasladando esa precariedad a quienes trabajan allí: falta de registración, salarios muy bajos y condiciones inestables. Esto genera la pregunta de si el streaming es una burbuja o si, con el tiempo, se asentará dejando afuera a quienes no puedan consolidarse como organizaciones empresariales.”
LCV:
“La mayoría está informalizada o son factureros.”
Pablo Storino:
“La situación es heterogénea. Hay empresas como Luzu TV, con 110 trabajadores registrados y salarios que van de dos a cuatro millones de pesos. Y hay otras como Olga, con un alto nivel de precarización, donde muchos jóvenes están como monotributistas cobrando entre 500.000 y 600.000 pesos. En algunos canales hay explotación evidente, y son justamente los que desde el SATSAID estamos denunciando y tratando de regularizar. También existen proyectos como Gentina, Futurock, Vorterix o Bondi que tienen relaciones laborales formalizadas y en condiciones.”
LCV:
“Perfecto. Bien o mal, ¿no? Porque estos sueldos que me decís serían formalizados. ¿Bien o mal?”
Pablo Storino:
“Totalmente. Es trabajo registrado, con aportes a la jubilación, a la obra social y todos los derechos laborales que corresponden.”
LCV:
“Buena cuna tiene ese pibe. Sé que viene de una familia de trabajadores y no se quedó en el camino con la experiencia. ¿Cuál ha sido la experiencia general?”
Pablo Storino:
“Existe una situación común tanto en proyectos identificados con la derecha como con la izquierda. Por ejemplo, algunos streaming de línea más conservadora desconocen las leyes laborales y evaden responsabilidades, pero lo mismo sucede en otros que se presentan como progresistas. Desde el SATSAID entendemos que la falta de registración responde a una lógica económica transversal: no pagar aportes patronales ni cumplir con los pisos salariales establecidos por el convenio colectivo. Contra eso nos enfrentamos todos los días, venga de donde venga.”
LCV:
“La paritaria de los trabajadores de cable: ¿cómo cerró?”
Pablo Storino:
“En este contexto, la paritaria viene cerrando bien. Logramos que las empresas de la Cámara TAC paguen mes a mes el índice de inflación del INDEC, aunque no coincidamos con el método de cálculo del organismo. Por lo menos eso evita una pérdida mayor del poder adquisitivo. Llegar a este acuerdo requirió asambleas, paros y mucha presión, pero finalmente TAC entendió que no íbamos a aceptar que los salarios quedaran por debajo de la inflación.”
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Daniel Yofra: “Vamos a tener que armar Frente Sindical para resistir la reforma laboral”
En exclusiva con La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores, Daniel Yofra expone la postura del Sindicato de Aceiteros frente al avance de la reforma laboral impulsada por el Gobierno nacional. Desde la crítica a la inacción de las centrales sindicales hasta el análisis de la situación industrial y el impacto en los derechos laborales, Yofra plantea la necesidad de construir un frente sindical amplio para enfrentar los cambios propuestos. La conversación aborda tanto las implicancias materiales de la reforma como el rol político del sindicalismo en el actual contexto económico y social.
LCV:
“Contame la postura del Sindicato de Aceiteros frente a la reforma laboral.”
Daniel Yofra:
“Estamos preocupados por lo que está pasando y por la inacción del sindicalismo ante una reforma laboral que, en algunos casos, va a legalizar la precariedad laboral y, en otros, va a intentar imponerla cuando tengan la herramienta para hacerlo. Nosotros vamos a salir a luchar como siempre lo hicimos, como el año pasado con la Ley Bases. Este año no será la excepción. Vamos a oponernos porque es un legado que nos dejaron los trabajadores y trabajadoras aceiteros y desmotadores. Tenemos la responsabilidad de defender lo que otros conquistaron y ya no están: desaparecidos, asesinados, encarcelados. Todo lo que ocurrió en la historia de la lucha obrera hoy lo quieren borrar de un plumazo bajo el título de ‘modernidad laboral’, cuando en realidad quieren volver cien años atrás.”
LCV:
“¿Piensan llevar adelante una huelga si avanza la reforma? Supongo que no como una acción aislada, sino como parte de la unidad sindical.”
Daniel Yofra:
“Estamos tratando de que otras organizaciones se sumen y esperamos que la nueva CGT o el nuevo triunvirato entiendan que hay que ir a una huelga, salvo que tengan otra estrategia que hasta ahora no ha funcionado. Ni siquiera los llaman a discutir la ley. Los empresarios escriben la reforma laboral y este Gobierno la lleva adelante porque tiene compromisos con quienes lo llevaron al poder.”
LCV:
“Esto de que los empresarios escriban las leyes ya pasó con Macri. Hoy, con el respaldo electoral que tiene, Milei cree posible avanzar en reformas que afectan a todos los sectores industriales. ¿Cómo visualizás este escenario, especialmente respecto a la desindustrialización, la caída del empleo y la pérdida de mano de obra calificada?”
Daniel Yofra:
“En nuestro sector no se siente la importación indiscriminada, pero sí afecta a sectores que dependen del mercado interno. Cerraron más de 20.000 pymes y hay 270.000 trabajadores despedidos. Muchas empresas están importando lo que antes producían, como la química de Río Tercero, que fabricaba insumos para colchones y hoy los importa, dejando a más de 200 trabajadores en la calle.”
LCV:
“Si avanzara la flexibilización horaria, el salario variable —el ‘sueldo dinámico’— o las vacaciones en cuotas, ¿cómo sería la industria bajo ese régimen?”
Daniel Yofra:
“Los trabajadores perderían la posibilidad de ordenar su vida fuera del empleo. No podrían programar vacaciones ni prever ingresos básicos. Sería tan simple y grave como eso.”
LCV:
“Muchos argumentan que hoy la informalidad ya impide planificar la vida.”
Daniel Yofra:
“Esto empeoraría la situación de quienes hoy sí tienen estabilidad laboral. Hay casi 9 millones de trabajadores registrados. El año pasado decían que la reforma iba a traer inversiones y empleo; no ocurrió nada. Los empresarios no necesitan que se quiten derechos. Necesitan industrializar la materia prima, necesitan crédito, necesitan que haya consumo. Con salarios por debajo de la pobreza —más del 90% de los registrados están así— no hay consumo, no hay producción y no hay trabajo.”
LCV:
“Se suele decir que los sindicatos industriales están defendiendo a un universo de trabajadores cada vez menor. Lo que planteás va en sentido contrario.”
Daniel Yofra:
“Hoy tenemos dos problemas. Primero, diputados y senadores que nunca trabajaron bajo patrón, dependen de patrones o directamente lo son. Van a instalar mentiras para poner a la sociedad en contra del sindicalismo y de la CGT, que es la central más grande del país y de Sudamérica. Segundo, la inactividad de la CGT. Si no cambia el rumbo, creyendo que sólo con diálogo lo logrará —cuando ni siquiera los llaman— será difícil torcer la historia. Seguramente vamos a tener que armar un frente sindical que luche contra esto.”
LCV:
“Para cerrar: ¿están trabajando en algún proyecto alternativo a la reforma? ¿Hay algo con los diputados sindicales o dentro de la CGT?”
Daniel Yofra:
“No participé de la reunión con los compañeros supuestamente afines al movimiento obrero. Creo que son muy pocos para el momento de la votación y no tengo detalles de la contrapropuesta. Pero no hace falta ser científicos para mejorar la vida laboral. Nosotros lo comprobamos con los comités mixtos de seguridad e higiene. Bajamos la accidentología y las muertes laborales, incluso sin una ley vigente en muchas provincias. Los derechos de los trabajadores también benefician a los empresarios. Ellos se quejan de la industria del juicio, pero no hacen nada para evitar accidentes. ¿Qué quieren? ¿Trabajadores mutilados y sin indemnización?
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“18 años de proscripción, memoria y militancia: conversación con Gustavo Campana”
El periodista Gustavo Campana reconstruye recuerdos personales y políticos alrededor del 17 de noviembre de 1972, fecha del regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina tras 18 años de exilio. Desde la mirada de un niño de 10 años que seguía los acontecimientos desde un televisor en blanco y negro, hasta el análisis histórico de la resistencia, la militancia, el rol del movimiento obrero y las operaciones del poder real, Campana hilvana una lectura profunda del período y de sus continuidades hasta el presente. La charla, atravesada por testimonios personales de quienes vivieron la época, permite comprender por qué el Día de la Militancia es, además de una efeméride, una narrativa colectiva de lucha, memoria y disputa política.
LCV: “¿Dónde estabas vos el 17 de noviembre de 1972?”
Gustavo Campana: “Cumpliendo 10 años y mirando desde el televisor en blanco y negro de mi casa lo que sucedía en Seisa y en sus alrededores. Lo vivía desde un lugar particular, porque el decreto 4161 nos había marcado.
Nací en el 62, por lo tanto Perón era el hombre prohibido, el que no se podía nombrar. Era ese peronismo que, en la clandestinidad, le contaba todos los días al pueblo que seguía vivo.
A principios del 72, finales del 71, empezó a aparecer a través de los noticieros que levantaban un poco la persiana de la censura. Eran esos reportajes donde le preguntaban: ‘¿Qué va a hacer usted para volver?’ ‘Nada. Todos mis enemigos.’ ‘General, durante tanto tiempo hubo gente que quería que usted se muera y hoy no quiere que se refríe.’ ‘Se están acordando tarde, porque ahora me estoy muriendo.’
Todo eso llegaba al living, al televisor sin control remoto y en blanco y negro, y atravesaba a un pibe de 10 años por todas partes.”
LCV: “¿Qué impronta había en tu casa? ¿Qué opinaba tu madre mientras cocinaba o tu padre? ¿Qué les provocaba ese regreso?”
Gustavo Campana: “Mi viejo había sido obrero gráfico y militante socialista. En ese momento trabajaba como portero en Belgrano. No le daba para ser antiperonista, pero estaba cerca. Mi mamá era más silenciosa, pero la información entraba por todos lados.
Y había algo claro: un año después mi viejo no votó ni a Cámpora ni a Perón. Seguramente votó a Corvalán en marzo del 73. En la segunda vuelta no sé; estaba mal. No tan mal… pero por ahí andaba.”
LCV: “Antes de ir al país al que vuelve Perón, una pregunta importante para quienes son jóvenes: ¿por qué el 17 de noviembre se transforma en el Día de la Militancia?”
Gustavo Campana: “Porque ‘lucharon y volvió’. Ese es el dato central.
En ese ‘lucharon’ hay una mixtura entre la resistencia peronista, que se pone de pie tras el golpe del 55, y la juventud maravillosa que se suma a fines de los 60, en el trasvasamiento generacional del que hablaba Perón en sus entrevistas con Pino y Getino.
La Juventud Peronista fue clave, pero no fue la única: estaba el trabajo de la resistencia del 56, el Plan Conintes, la pelea en la calle de los grupos armados —Uturuncos, FAP, Montoneros—, la tendencia, la CGT, el corazón peronista de la CGT de los Argentinos, y el Cordobazo con Atilio López.
Todo ese encadenamiento de hechos empuja a un régimen en decadencia, la tercera etapa de la Revolución Argentina, que había pasado por Onganía, por el experimento breve de Levingston y finalmente por Lanusse.
Todos necesitaban a Perón, propios y extraños.”
LCV: “Estamos haciendo un documental sobre sindicalistas desaparecidos. Ricardo Vaschetti nos decía que desde el minuto cero en que se abrió el proceso electoral que llevó a Cámpora ya se estaba armando el golpe del 76. ¿Coincidís?”
Gustavo Campana: “Sí. El golpe del 76 es un objetivo claro, sobre todo después de la muerte de Perón.
El Grupo Ascuénaga —Martínez de Hoz y compañía, reunidos en un petit hotel de la calle Ascuénaga, propiedad de Blaquier— empieza a tejer la política económica que después se aplicará, respaldada por Rockefeller, el Chase Manhattan Bank y Kissinger.
Después del 11 de septiembre del 73, con el golpe en Chile, se consolidó el Plan Cóndor y la decisión del poder real de cambiar la matriz económica: de un país industrial, con trabajo a tres turnos y 2% de desocupación, a un país rentístico-financiero dedicado a la especulación.
La implosión del país no empieza en el golpe: tiene una etapa anterior, el Rodrigazo, armado por la derecha liberal.”
LCV: “Incluso a nivel leyes: la de represión a movimientos subversivos en espacios sindicales sale en el 74.
Pero volviendo al 72: Cámpora dijo que la primera medida económica de Perón sería la independencia del Fondo Monetario. ¿Qué significa eso?”
Gustavo Campana: “Perón logró durante 9 años que la Argentina no ingresara al Fondo Monetario. Entre 1946 y 1955 fuimos el único país de América Latina que no entró en la institución creada en el 44.
Estados Unidos sabía que Perón era un mal alumno para el orden mundial de posguerra.
En ese período construyó la industria nacional, desarrolló ciencia y tecnología propia y consolidó derechos laborales.
El golpe del 55 tuvo como tarea desarmar todo eso. Fueron 14 toneladas de explosivos en Plaza de Mayo, más el golpe, más los fusilamientos del 56, para poder entrar al Fondo Monetario en el 57.
No es un dato menor. Junto con el Banco Mundial iban a regir los destinos económicos de América Latina.”
LCV: “Cada vez que charlamos pienso: ¿cómo hacer para que seas columnista de La Columna Vertebral? Con vos uno dice ‘plum’ y aparece toda la historia detrás.
Feliz Día del Militante.”
Gustavo Campana: “Para ustedes también. Vamos a seguir encontrándonos en estos espacios.
Y veremos si las chicas de La Columna Vertebral logran seducirme para sumarme.
Un abrazo inmenso.”
LCV: “Quiero cerrar con algo. Yo soy exactamente la generación intermedia: entre el pibe del televisor blanco y negro y la resistencia. Estaba intentando llegar a Ezeiza esa mañana.
Un compañero me decía: ‘¿Dónde estabas vos?’ Yo no pude llegar. ¿Te acordás cómo nos mojamos?
Cada uno tenía su anécdota. La mía es así: le dije a mi mamá que iba a estudiar a la casa de una compañera. Me quedé a dormir. Lluvia torrencial, barro, policía que nos corría, volvimos llenas de barro. Y cuando llego, mi mamá me dice: ‘Yo sabía quién lo tiró.’ Nos empezamos a reír.
Pobre vieja. Al lado de eso, todos los que vinieron después eran santos comparados con nuestra generación.”
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