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29 de mayo de 2015: histórico triunfo de la huelga aceitera, un antes y un después en la lucha, por Leónidas Ceruti.

Si de huelgas se trata

Haciendo un análisis histórico de las huelgas, lo primero que debemos señalar es que cada época de los enfrentamientos entre patrones y obreros, entre el capital y trabajo, hubo una que marcó ese período.

Lo fue por los reclamos, la forma en que se dio, por los métodos utilizados, por el tiempo de duración, por las repercusiones en el resto de la clase obrera y la sociedad, por las enseñanzas que dejó, por si se salió victoriosos o derrotados de las mismas.

En Argentina, la lista es larga, pero se diferenciaron en distintos momentos, y todas ellas entraron en las páginas de la historia de la clase obrera argentina. De una a otra se fueron enriqueciendo las vivencias anteriores, cómo organizar los paros, las movilizaciones, el funcionamiento de los cuerpos de delegados, el accionar de los sindicatos, el ejercicio de la democracia directa, las tomas de fábricas.

De generación en generación, se produjo un puente histórico con conocimientos y hábitos distintos, la síntesis de ese proceso llevó a nuevos intentos, y así se sucedieron acontecimientos de variada índole.

Y la huelga nacional de la Federación Aceitera del 2015, marca esta época, dejó su huella en la memoria histórica de los trabajadores, y la hace merecedora de figurar entre las grandes huelgas protagonizadas por la clase obrera argentina.

A la huelga compañeros, es hora de luchar

Fue una huelga singular, por su contundencia, porque se dio en medio de las paritarias de todos los gremios, diferenciándose por su duración, las formas y decisión de luchar, la unidad, solidaridad, apoyo de las familiares, las prácticas de la democracia obrera, las movilizaciones y las negociaciones en el Ministerio de Trabajo, de Economía y con los empresarios.

Por eso, la misma dio lugar y fue motivo de distintos análisis, para rescatar lo que sucedió. Lo primero, que debemos especificar es que se utilizaron todos los métodos de lucha y las mejores tradiciones a los que recurrieron los trabajadores en su larga historia: huelga, piquetes, bloqueos, actos, asambleas, movilizaciones, comunicados, volanteadas, festivales, negociaciones, difusión de lo que acontecía.

Pero lo novedoso es que se enriqueció cada una de esas formas de lucha, se incorporó otras.

En la Huelga Nacional Aceitera, se llevaron adelante medidas innovadoras, entre las que merecen señalarse: que una Federación Obrera, haga 25 días de paro nacional de cumplimiento real, con 40 plantas paradas, con dos grandes movilizaciones, la segunda por un lapso superior a los cuatro días, con más de mil trabajadores de todo el país para sostener la protesta en forma conjunta en una zona determinada.

Otro punto que debemos subrayar es que durante todo el conflicto, se destacó la práctica de la democracia obrera, con asambleas, deliberaciones, conversaciones, intercambio de opiniones, debates, de cómo llevar adelante el conflicto.

Aplicaron el principio en que se basa esa forma de democracia, que es que quienes la practican, son los que deliberan, deciden y ejecutan, y el poder descansa totalmente en manos de quienes la ejercitan. En contraposición con la democracia representativa, donde los que eligen, no deliberan, ni ejecutan, sino es a través de sus representantes.

A ese bagaje recurrieron los aceiteros. Pero le incorporaron, constantes deliberaciones durante los 25 días, asambleas en las puertas de las 40 fábricas paralizadas, de cómo seguir las negociaciones, y finalmente la Gran Asamblea Nacional Aceitera del 25 de mayo, en Rosario, con la participación más de dos mil aceiteros de todo el país, pasando por las realizadas en los piquetes, y por último la asamblea de la victoria el día 29, con los paritarios recién llegados de Buenos Aires, fueron ejemplo de la participación activa de cada uno de los trabajadores.

Otro hecho clave y que entronca con la historia de lucha de la clase obrera, fueron los Piquetes en las terminales oleaginosas que fueron bloqueadas y cesaron sus producciones los establecimientos de Molinos Río de la Plata y Vicentín, en San Lorenzo, T6, Bunge y Cargill, en Puerto San Martín, y Dreyfus, en Timbúes. Esos cuatro días, le dio otra impronta diferente al conflicto. 
En esas jornadas, se movilizaron al unísono miles de aceiteros, desde distintos puntos del país, para bloquear y hacer piquetes en las mencionadas plantas. Todos juntos en esa zona durante una semana, pero manteniendo las guardias en las 40 fábricas paralizadas.

La solidaridad de clase fue otra de las características del paro. Los trabajadores aceiteros se respaldaron entre ellos, estuvieron codo a codo, y además sintieron el apoyo de sus familias, que los bancaron durante esas 25 jornadas. Y se sumaron algunos gremios y organizaciones políticas y sociales.

Como otras grandes huelgas, está, mostró a los trabajadores a comprender cuál es la fuerza de los patronos y cual la de los obreros. Enseñó a pensar, no sólo en su patrón ni en sus compañeros más próximos, sino en todos los patrones, en toda la clase capitalista y en toda la clase obrera.

Los aceiteros hicieron historia

Este conflicto expuso como ninguno en estas últimas décadas que entre patronos y obreros existe una lucha constante por el salario.

Adrián Dávalos, Secretario General del Sindicato Aceitero de Rosario, comentó sobre la huelga “Se vivió la lucha de clases. Con el paro las empresas perdieron más de lo que debían pagar de aumento en todo el año. Ahí quedó claro cómo piensa un capitalista. Las patronales intentaron derrotarnos aguantando la huelga, y nosotros llevándola hasta el final. Cuando habían pasado más de veinte días de paro y la gente seguía firme supe que ganábamos. La clave fue la unidad en la huelga”.

Por su parte, Daniel Yofra, Secretario General de la Federación Aceitera y Desmotadora, opinó que “En éste último paro la presencia de los trabajadores fue clave; fueron los jugadores principales del partido. Si los compañeros no hubiesen aguantado los 25 días la batalla estaba perdida. Hubo una alineación de los planetas: los trabajadores, la comisión interna (delegados y parte de la comisión directiva), las comisiones directivas de los sindicatos y la Federación. Todos se alinearon con un mismo objetivo. Hoy tenemos una unión orgánica muy difícil de tumbar. A eso hay que sumarle la conciencia de los trabajadores y la relación que los dirigentes tenemos con ellos. Es una relación muy difícil de romper. Nosotros le decíamos al Ministro de Economía Kicillof que nuestros amigos, al igual que nuestras familias y vecinos, son aceiteros. Y esa relación hizo que no nos puedan derrotar. Durante las negociaciones yo pensaba en mis amigos y en mi familia; era un baño de tranquilidad y de fortaleza. Y saber que lo que estábamos pidiendo era nuestro”.

A la vez, cabe preguntarse ¿Porque los aceiteros, hicieron Historia?:
*.-Porque enseñaron a toda la clase obrera, que las huelgas sirven, contrariamente a lo que se sostiene que nada modifican, que nada cambian.

*.-Porque lo que se consiguió fue con la lucha, con el sacrificio, poniendo el cuerpo.

*.-Porque nada vino de arriba, nadie les regaló nada.

*.-Porque sólo Unidos se puede sostener una lucha tan firme contra los empresarios, y durante tantos días.

La contundencia del triunfo de la Federación Aceitera, hizo Historia, porque impactó en el resto de los trabajadores, organizaciones gremiales, políticas, periodistas, analistas económicos, y en la sociedad toda. No siempre una disputa salarial tiene semejante repercusión.

Este conflicto se incorpora a las mejores páginas de la clase obrera argentina, porque como hace años no pasaba, en relación a un conflicto por salarios, hizo que estuviera en los medios de comunicación, nacionales, provinciales y regionales, durante un mes. Pero además, lo original estuvo en que los mismos trabajadores desde los lugares de lucha, con sus escritos, fotos, sus filmaciones, difundieran lo que iba sucediendo.

Fue el punto más alto de un proceso que se inició desde las recordadas huelgas del 2004 y 2005 de los aceiteros de Rosario a la actualidad.

Fueron años de aprendizajes, de logros, de formación, que quedó demostrado en esta huelga que definitivamente hizo HISTORIA.

Todo ello permite tener más sueños para el futuro.

Adrián Dávalos, haciendo un balance comentó que “Ésta ha sido la madre de las batallas pero seguramente habrá muchas batallas más. Para llegar hasta acá fueron muchos años construyendo unidad, conciencia y lucha. Tenemos que seguir fortaleciendo la conciencia e ir por más unidad. Vendrán tiempos como siempre difíciles. La situación de la molienda de girasol está muy complicada. Debemos ser inteligentes y estar preparados para todo lo que pueda venir. ¡¡Viva la lucha obrera!! ¡¡Viva la clase trabajadora!!”

Mientras que Daniel Yofra, reflexionó con estos conceptos “En nuestro caso se da una confluencia de fuerza, idea y sentimiento entre los trabajadores que no queda relegada a una fábrica sino que se multiplica en distintas empresas y provincias. En esta huelga hubo compañeros que nunca habían parado ni una hora. Todas esas cosas están instaladas y son muy difíciles de eliminar. Lo mejor está por venir. Y no lo digo por los resultados sino por la organización. Lo que se viene dando desde el 2009 en la Federación y lo que pasó el 17 de julio de 2013 son secuencias que marcan un principio de solidaridad y de hermandad”. (Daniel Yofra)
¡¡¡¡VIVA EL TRIUNFO DE LA HUELGA NACIONAL ACEITERA DEL 2015¡¡¡¡

(*) Fragmentos del libro “Memorias del Mañana. Las Luchas por el Salario Mínimo, Vital y Movil”, de Leonidas Noni Ceruti, publicado por el SOEAR (Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de Rosario)
Video Paritaria 2015: La gran Huelga Nacional Aceitera
Prensa Federación Aceitera Desmotadora

 

Video Asamblea Nacional Aceitera 25 de mayo de 2015

Publicado en La Izquierda Diario, el 27 de mayo de 2016.

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Responsabilidad empresaria y dictadura: entrevista a Victoria Basualdo

En exclusiva para La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores, la investigadora Victoria Basualdo, realizó un análisis extenso y profundo sobre el vínculo entre responsabilidad empresaria y dictadura, un tema central en sus investigaciones sobre el rol del sector privado durante el terrorismo de Estado en la Argentina. A partir de una mirada histórica y documentada, Basualdo explica cómo operaron distintas empresas en articulación con las fuerzas represivas, cuáles fueron las consecuencias para los trabajadores y por qué estos debates siguen siendo fundamentales para comprender el presente.

LCV: “Vamos a darle la bienvenida a Victoria Basualdo, investigadora del CONICET, con un currículum tan extenso que perderíamos muchísimo tiempo en contarlo, investigadora en FLACSO y una de las protagonistas de un trabajo fundamental que cumple ahora 10 años: Responsabilidad empresarial en delitos de lesa humanidad. Represión a trabajadores durante el terrorismo de Estado. Obviamente vamos a hablar de un evento, pero primero quiero darte la bienvenida. Victoria, ¿cómo estás?”

Victoria Basualdo: “Muy bien, Nora, un gran placer estar acá.”

LCV: “Me alegro. ¿De dónde venís ahora?”

Victoria Basualdo: “Vengo del Congreso, donde hubo una audiencia por la causa Asindar–Villazo, convocada con familiares, organizaciones sindicales, organismos de derechos humanos y sobrevivientes. Fue muy impresionante por este fallo nefasto dado a conocer hace un par de semanas, con 17 absoluciones en el caso nada menos que de la empresa Asindar y del proceso de la lucha histórica del Villazo en Villa Constitución.”

LCV: “Recordemos que Asindar estaba estrechamente ligada a Martínez de Hoz y fue el primer campo experimental, el primer acercamiento empresarial a hacer de la planta un lugar de represión y contención de trabajadores.”

Victoria Basualdo: “Sí, es un caso emblemático de lucha obrera. La lista Marrón es una de las más emblemáticas y combativas de los años 70. Ganan las elecciones en noviembre del 74 en la seccional de Villa Constitución. Tienen tres meses donde introducen muchos cambios y una dinámica asamblearia desde abajo. En marzo de 1975, un año antes del golpe, los acusan de ser el epicentro de un complot subversivo en el cordón industrial y se desata sobre la ciudad un operativo de fuerzas conjuntas inédito, persiguiendo a los trabajadores y a sus organizaciones. Fue un operativo y una metodología represiva facilitada por la ley de septiembre del 74, la 20.840, de penalidad a las actividades sindicales.”

LCV: “Se hablaba de ‘guerrilla fabril’, ¿no? Todo lo que implicaba lucha sindical era tomado como actividad guerrillera y perseguido como terrorismo.”

Victoria Basualdo: “Exactamente. Fue una ofensiva por aire, mar y tierra, con participación de Asindar, donde funcionó un centro clandestino en el albergue de solteros. Todo eso es lo que estos jueces dicen que no ocurrió.”

LCV: “Había también una opinión pública estigmatizante hacia el trabajador sindicalizado. ¿Por qué ese discurso prende?”

Victoria Basualdo: “No sé si prende. Este país tiene una tradición sindical muy fuerte, así que prende en un sector y no en otro. Respecto a la dictadura, hay una línea historiográfica que habla de consenso social. No es mi perspectiva. No creo que ‘la sociedad’ sea responsable en abstracto: hay responsables muy específicos en la cúspide del poder. Luego está la propaganda que logran difundir, y por supuesto siempre hay sectores conservadores; eso existió en todas las épocas.”

LCV: “En el libro que mencionabas, publicado en 2015, hay 25 estudios de empresas involucradas directamente en políticas represivas: Ledesma, Asindar, Mercedes Benz, Ford, etc.”

Victoria Basualdo: “Sí. Ledesma, por ejemplo, es un ingenio azucarero en Jujuy, pero hubo otros ingenios centrales en las políticas represivas. En Ledesma, su titular, Carlos Pedro Blaquier, fue una figura clave en el norte y en el país. En su departamento se tejieron vínculos que terminaron en el golpe del 76. En Tucumán, ingenios como Concepción o La Fronterita también estuvieron implicados.”

LCV: “Falta poco para los 50 años del golpe. Y mientras se prepara la conmemoración, Milei nombra al primer militar al frente de Defensa en democracia y a un jefe de Gabinete que se opuso a la lucha por la identidad. En ese contexto ustedes deciden hacer un encuentro por los 50 años del golpe y los 10 de la publicación. ¿Cuándo y dónde?”

Victoria Basualdo: “Será el martes 9 de diciembre, de 18 a 21, en la sede del sindicato del SuPTe, en Carlos Calvo. Es importante en el camino a los 50 años del golpe y en la década del libro, publicado por la Secretaría de Derechos Humanos, el Programa Verdad y Justicia, FLACSO y el CELS. Fue un gran esfuerzo, con 25 casos de empresas en todo el país, que generó investigación regional y juicios: Asindar, Ledesma con la muerte de Blaquier sin condena, Mercedes Benz a la espera de juicio, La Fronterita, y muchas causas más.”

LCV: “Antes de Milei había equipos y redes que permitían articular estas causas. Hoy eso está desmantelado.”

Victoria Basualdo: “Sí. No sé si hay sutileza, pero sí hay una dirección clara. Publican materiales históricamente endebles, con una narrativa burda. Hay un combate por la historia, una batalla cultural, como dicen ellos.”

LCV: “Volver a encontrarse cuesta mucho hoy.”

Victoria Basualdo: “Totalmente. Este encuentro busca repasar causas de responsabilidad empresarial y volver a reunirnos. El informe de 2015 se entregó al Ministerio Público Fiscal y fue distribuido en todas las causas. Además generó un proceso regional importante. En Brasil se investigaron 13 empresas, incluida Petrobras; surgió el caso Volkswagen, que terminó en un acuerdo en 2020 donde la empresa reconoció parcialmente su responsabilidad y financió investigaciones. Eso modificó la mirada sobre la dictadura y permitió una condena civil y laboral por trabajo esclavo, en un país donde no hubo condenas a militares. Paradójicamente, fue la responsabilidad empresarial lo que abrió el proceso.”

LCV: “En investigaciones que hicimos, notamos que, aunque el 65–70% de los desaparecidos eran obreros, hay menos denuncias y menos visibilidad. Incluso menos testimonios de familias obreras. ¿Vos también ves eso?”

Victoria Basualdo: “Sin duda. La dictadura tuvo un sesgo de clase, de género, de etnicidad y de raza. También los procesos de memoria y justicia tuvieron esas dimensiones. Hay voces mucho menos escuchadas y menos acceso a la justicia. En estos 10 años pasaron muchas cosas: judicialización, internacionalización, foco sobre actores económicos que suelen ser invisibles, y un interés creciente por el ámbito rural, castigado e invisibilizado. También hay auto-invisibilización: la idea fatalista de ‘nací peón y si el patrón me pega es lo que toca’. Es muy difícil conceptualizar lo que te pasa.”

LCV: “Vos dijiste Ligas Agrarias y aparece otro problema: en la memoria urbana, muchos asocian ese proceso solo a jóvenes de colegios privados de Buenos Aires, cuando en realidad era un movimiento de base campesina.”

Victoria Basualdo: “Exacto. Y las mujeres fueron centrales. En el Instituto Gino Germani hay entrevistas a mujeres campesinas de las Ligas Agrarias. Pero en la perspectiva urbana, el caso del joven de clase media solidario tenía más impacto mediático.”

LCV: “Y aún así, ese discurso de ‘los chicos buenos’ invisibiliza la dimensión política real de esa generación.”

Victoria Basualdo: “Tal cual. En eso, Canal Encuentro y la TV Pública cambiaron mucho las representaciones, mostrando voces, caras y acentos de todo el país. Yo soy historiadora y trabajamos siempre de forma interdisciplinaria porque desandar estas representaciones de bronce —idílicas para un lado, demoníacas para el otro— es difícil. Hay que romper esas cristalizaciones.”

LCV: “¿Cómo imaginás el año del 50 aniversario? ¿Habrá avance prodictadura?”

Victoria Basualdo: “Creo que el camino nunca es la defensiva. Frente a los 50 años necesitamos una historia compleja, con contradicciones. Hay discursos que diluyen responsabilidades diciendo que ‘la sociedad’ fue responsable. Yo preferiría hablar de la disputa capital–trabajo que atraviesa estas cinco décadas: los 80 con la recuperación democrática en crisis de deuda; los 90 con el consenso de Washington y la reestructuración brutal; los intentos de confrontar el neoliberalismo luego, con muchas cosas que no se lograron revertir; el macrismo con una ofensiva inicial; el gobierno de Alberto Fernández, insuficiente y atravesado por la pandemia; y hoy, una ofensiva de clase brutal. Esa mirada ordena los 50 años y permite ver continuidades y rupturas.”

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Crisis textil en Mar del Plata: Guillermo Fasano alerta por cierres de pymes, caída del consumo y amenaza importadora

En diálogo con La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores , Guillermo Fasano, empresario textil marplatense y presidente de la Cámara del sector, analiza en profundidad la crítica situación que atraviesa la industria del pulóver en Mar del Plata. Desde la caída del consumo y las tasas de interés “devastadoras” hasta el impacto de la apertura importadora y la pérdida de competitividad, Fasano describe un escenario que combina cierres de empresas, despidos y una transformación histórica del polo textil local. También repasa los orígenes de la tradicional “avenida del pulóver”, la evolución del turismo y los desafíos estructurales que enfrentan hoy las pymes en todo el país.

LCV:
“¿Cómo es la situación que se está atravesando en Mar del Plata?”

Guillermo Fasano:
“El año pasado hicimos un diagnóstico cuando dijimos que el cambio de un modelo de propensión al consumo a un modelo de ajuste había impactado con una baja del nivel de actividad del 30%. Lo afirmábamos a partir de las ventas de nuestra producción, pero sin contemplar aún el impacto que podía generar la apertura de la economía. Todos esperábamos que pudiéramos beneficiarnos de esa apertura para acceder a insumos, ya que somos fabricantes del pulóver marplatense, y que eso viniera acompañado por una baja de impuestos, como había prometido el Gobierno. Sin embargo, en noviembre recibimos la noticia de que el Gobierno bajaba los impuestos a los productos chinos vendidos a través de plataformas, un sistema que impacta muy directamente en nuestro rubro. No solo el productor extranjero compite con el nacional, sino que además reemplaza toda la cadena productiva, ya que la mercadería llega directamente desde depósitos en el exterior hasta el consumidor. Esto se agravó este año con una baja fuerte en el consumo, que para mí se debe, primero, a salarios que no despegan, y segundo, a las altísimas tasas de interés provocadas, a mi entender, por la intención del Gobierno de liberar el tipo de cambio sin tener reservas. La única forma de intentar contener la suba del dólar y el temor inflacionario fue mediante tasas altísimas, lo cual fue devastador. Hoy el problema es la caída del consumo y tasas prohibitivas que los consumidores no están dispuestos a pagar para financiar compras. A esto se suma un atraso cambiario notable, evidente en el turismo. Es un combo explosivo. Hay cierres de empresas, despidos y una situación muy crítica.”

LCV:
“Nos escuchan desde distintos lugares gracias al streaming. Muchos no saben qué es la calle de los pulóveres. Me gustaría que cuentes aquella época, los 70 y 80, cómo era esa calle y cómo está hoy.”

Guillermo Fasano:
“Es una linda historia. Mar del Plata se convirtió en la capital nacional del pulóver a partir de la década del 70. El origen está en la inmigración italiana que llegó al puerto; los hombres trabajaban allí y las mujeres trajeron el oficio de tejer pulóveres, algo que en Argentina no se conocía. Durante el invierno tejían estas prendas nuevas, que no se fabricaban en ningún otro lugar del país. Así, los turistas venían en verano a abastecerse de suéters marplatenses. Se desarrolló una industria con un oficio muy especial: el pulóver tiene procesos complejos, artesanales, de lavado, coloración y diseño que generaron un estilo propio. Como sabíamos que la gente compraba para el invierno siguiente, producíamos todo el año y en diciembre ya teníamos la colección para la temporada futura, marcando también tendencia. Con la llegada de las máquinas automáticas, las primeras aparecieron en Mar del Plata, pero rápidamente se instalaron fábricas grandes en Buenos Aires y allí perdimos en cantidad, aunque no en calidad. Mar del Plata tiene una Facultad de Diseño Textil que nos da una gran ventaja. Así nació la avenida Juan B. Justo, la famosa avenida del pulóver, que desemboca en el puerto, donde los inmigrantes italianos instalaron sus fábricas y comercios. Fueron las mujeres quienes trajeron el oficio y nos convirtieron en la capital del pulóver.”

LCV:
“Fasano, la tuya es una empresa familiar. ¿Cómo se llama?”

Guillermo Fasano:
“Sí. Tenemos una línea de niños que se llama Inés Meer. La empresa tiene 45 años.”

LCV:
“¿Toda tu familia trabaja ahí? ¿La empezaron tus padres, tus hijos, vos?”

Guillermo Fasano:
“Inés Meer es mi esposa. Ella tiene un gusto especial y exquisito, y diseñó toda la colección. Ahora nos estamos retirando un poco: estamos haciendo de abuelos, que es lo que más disfrutamos.”

LCV:
“Inés fue la creadora de los suéters con el redondo de punto smock, ¿no?”

Guillermo Fasano:
“No es creación de ella, pero sí lo impuso. Acá se fabricaba poco de eso, pero nosotros lo popularizamos y distribuimos por todo el país. Mucha gente cree que Mar del Plata es solo un mostrador, pero en realidad abastece de suéters a todo el país. Las grandes marcas que producen en Argentina lo hacen acá: está el oficio, la capacidad y el diseño para hacerlo bien.”

LCV:
“En general, ¿cómo está Mar del Plata? ¿Cómo está el turismo y cómo se prepara para este año?”

Guillermo Fasano:
“Mar del Plata es la ciudad más linda del país. Ha ido quedándose con un público determinado, pero hoy está mutando: hay mucho turismo joven y la ciudad ofrece una diversidad enorme—puerto, gastronomía, hotelería, playas, teatro, cultura y caminabilidad. En los últimos años abrieron playas cerca del faro con un perfil exclusivo, una alternativa para quien no puede ir a Punta del Este. Chapadmalal está creciendo muchísimo, impulsado por los jóvenes. La ciudad está hermosa. Este año es complicado porque muchos turistas se van a Brasil, pero el fin de semana largo de noviembre fue récord. Eso nos da esperanza. Desde el Comité de Turismo trabajamos para atraer visitantes. El que no viene a Mar del Plata no sabe lo que se pierde.”

LCV:
“Para cerrar, como industrial y presidente de la Cámara, ¿qué le pedimos a la economía y al Gobierno?”

Guillermo Fasano:
“Formamos parte del Movimiento Nacional Pyme, donde presentamos una ley integral. Las pymes generamos el 70% del empleo del país. No hay salida sin pymes. Identificamos cuatro problemas clave. El primero es la industria del juicio laboral, que no tiene que ver con los derechos de los trabajadores, sino con mecanismos que perjudican al sector. El segundo es la altísima carga impositiva, especialmente sobre los salarios: de 1.600.000 pesos depositados, al trabajador le llega 1.000.000 y el resto son impuestos; y con ese millón paga un 40% más en el supermercado. El tercero es el financiamiento: tenemos uno de los sistemas financieros más ineficientes del mundo. Hasta hace poco las tarjetas aplicaban tasas del 220% anual mientras la inflación mensual declarada era del 1,8%. El cuarto problema es la burocracia: en un mundo digital no se puede seguir con pilas de papeles para cualquier trámite. Si estos cuatro problemas se resuelven simultáneamente, Argentina va a crecer y generar empleo a través de las pymes.”

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“Queríamos liberar Palestina, pero Palestina nos liberó”, por Riccardo Mancuso

Riccardo Mancuso es licenciado en historia en la universidad de Bologna. Durante sus estudios fue un trabajador de aplicaciones haciendo delivery en bicicleta para solventar los gastos iniciando una actividad sindical como delegado de JustEat para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores precarizados de ‘Deliveroo’ logrando una victoria judicial que sentó precedente. Ya como historiador y referente gremial, hoy es uno de los tantos jóvenes italianos comprometidos en la movilización contra el genocidio de Gaza. Aquí su opinión y la reseña histórica de las luchas obreras en Italia de los últimos años.

El 30 de agosto de 2025, parte de la Flotilla Global Sumud zarpó desde Génova, rumbo a Gaza con el objetivo de tender una mano a la población palestina asediada por la violencia sionista. No es casualidad que la mayor misión humanitaria por mar parta de esta ciudad. Génova tiene un gran significado en la historia italiana: es la ciudad galardonada con la Medalla de Oro de la Resistencia, un bastión del antifascismo militante, y también es la ciudad que albergó la horrenda cumbre del G8 -una herida que nunca ha sanado para quienes experimentaron de primera mano la brutalidad sin sentido del Estado represivo.

En esta ciudad y en esa ocasión, el extremismo del sistema político liberal eligió desplegar toda su brutalidad al quitarle la vida a Carlo Giuliani, asesinado durante los enfrentamientos en la protesta. Ese fue un punto de inflexión en la historia de nuestro país, así como Gaza es un punto de inflexión en la escena internacional. Sólo podía ser desde esta ciudad [Génova] que esta importante operación —que, en un impulso de solidaridad, desplegó toneladas de ayuda humanitaria para la población palestina golpeada por la brutalidad de un genocidio— partiría. El mensaje es claro: queremos romper el aislamiento de quienes son oprimidos y desafiar el bloqueo naval ilegal de las fuerzas israelíes.

La salida de la Flotilla se produce en un momento en que el gobierno de extrema derecha de Giorgia Meloni está siendo cuestionado por su falta de reconocimiento del Estado de Palestina (Italia es uno de los pocos países de Europa que aún no lo ha hecho) y por el envío de armas a Israel. Desde el pogrom del 7 de octubre de 2023, ha crecido en Italia un movimiento ProPal que representa a la juventud palestina (“Giovani Palestinesi”), exigiendo el fin de toda cooperación entre las instituciones italianas e Israel y el reconocimiento del Estado Palestino, junto con su derecho a resistir la limpieza étnica en curso que ocurre no solo en Gaza sino también en Cisjordania.

En el contexto del conflicto radicalizado contra el gobierno posfascista de Giorgia Meloni, los estibadores de Génova —organizados en el CALP (Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios)— y activistas del sindicato de base USB (Unione Sindacale di Base) han decidido tomar una postura firme respecto al movimiento de solidaridad que ahora zarpa: abordan los barcos, bloquean la carga que estaba destinada a abastecer a Israel, y amenazan con que si el ejército israelí interviene y arresta a los voluntarios de la Flotilla, el puerto será cerrado, llamando a todas las ciudades italianas a hacer lo mismo en fábricas, escuelas y oficinas. Los estibadores declararon: «Si tocan la Flotilla, cerraremos Europa —ni un solo clavo saldrá de este lugar».

Los estibadores se han convertido en figuras centrales en el panorama político italiano, marcado por una crisis generalizada de representación, que concierne tanto a los partidos políticos como a los sindicatos. Su postura simbólica ha inspirado al resto del país, que admiró su valentía al actuar como escudo contra la opresión de una población indefensa. Esta no es la primera vez que los estibadores participan en sabotear los envíos: durante el siglo pasado, los estibadores británicos se opusieron al envío de armas hacia la Rusia revolucionaria; sólo que en ese momento, esas armas estaban destinadas a propósitos contrarrevolucionarios. Hoy, los estibadores de Génova eligen levantarse bajo el lema: «¡Ciérrenlo todo!», denunciando la complicidad de Occidente en el genocidio palestino.

La enorme movilización que tomó las calles durante el pasado septiembre y octubre ha sido interpretada por algunos como el éxito de una operación global que perforó el aparato mediático dominante, y por otros como el efecto de la intuición política del movimiento de base, que fue capaz de aprovechar el momento mientras la Flotilla se acercaba a las costas de Gaza, y finalmente como una respuesta espontánea de personas que ya no podían soportar desplazarse con sus teléfonos y ver las horribles imágenes de una masacre en curso sin intervención concreta de ninguna autoridad.

Más allá de cualquier interpretación, las cifras son claras: millones de personas bloquearon las ciudades más grandes de Italia bajo una ola de indignación. En cada actualización de las flotillas navegantes —hasta que los barcos fueron abordados ilegalmente por el ejército israelí— miles de personas se unieron a las calles, gritando «Palestina Libre». Igualmente claro es el papel que, una vez más, juega la clase trabajadora en el contexto global de lo que podría describirse como una guerra mundial fragmentada: solo a través de huelgas y conflictos organizados se puede desmantelar la locura belicista de la bestia capitalista.

Lo que sucedió no debe verse como una mera respuesta emocional contra la masacre de los oprimidos por el opresor. Estamos presenciando un despertar colectivo que ha mostrado cómo el sistema depredador capitalista siempre está buscando sus nuevas víctimas: hoy en día son las vidas de los palestinos las que se consideran inútiles y prescindibles, pero mañana podríamos ser nosotros. Esta movilización ha visto converger múltiples movimientos sociales con el objetivo de despertar conciencias y oponerse a un sistema mortal.

Este contexto reavivó el movimiento de repartidores de Bolonia. Durante algún tiempo en los últimos años, el descontento por un sistema salarial de hambre había estado gestándose, amenazando con una protesta que finalmente estalló al encontrar una salida en los recientes levantamientos por Gaza. Esta estasis había permitido la estabilización de un sector ampliamente desregulado, con la única excepción de la multinacional Takeaway.com (Just Eat), que formalmente clasifica a sus trabajadores como empleados con derechos y protecciones. Deliveroo y Glovo continúan fomentando un sistema de explotación que ignora numerosos fallos judiciales y elude la «Ley de Riders» existente de 2019, gracias a un acuerdo turbio firmado con un sindicato complaciente de derecha, UGL Rider. Este acuerdo también ha sido considerado ilegítimo en varios fallos, incluido uno que reintegró al autor de esta nota después de un despido ilegal por negarse a firmar el nuevo contrato derivado de este acuerdo fraudulento.

Este sistema miserable que enfrenta a las personas entre sí, una vez más ha encontrado la capacidad de la fuerza laboral para organizarse y movilizarse por mejores condiciones salariales. Todo esto está sucediendo en un momento en que se espera que Italia implemente la Directiva Europea sobre trabajo en plataformas, que pide el reconocimiento del estatus de empleado, la obligación de que las empresas demuestren la supuesta autonomía de los trabajadores en los tribunales —a su propio costo— y la negociación colectiva sobre algoritmos.

Estos años han visto el surgimiento de un movimiento internacional sobre el Trabajo en Plataformas que ha proporcionado las herramientas para expandir la lucha a escala global. Las luchas de hoy convergen a través de prácticas ya probadas que llevan un potencial que no debe desperdiciarse, porque los movimientos laborales son internacionalistas y convergentes, o no son.

BIBLIOGRAFÍA

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Piketty T., Il capitale nel XXI secolo, Bompiani, 2014.

Pirone M., Bologna’s Riders: «It’s not for us but for everyone!», Into the Black Box, 2023.

Pirone M., Keep on Moving. L’evoluzione delle piattaforme di food delivery e le sfide del sindacalismo metropolitano dei rider, Into the Black Box, 2019.

Pirone M. (a cura di): Niccolò Cuppini, Mattia Frapporti, Ugo Rossi, Ricard Espelt, Mayo Fuster Morell, Melissa Renau Cano, Annalisa Murgia, Daniela Leonardi, Emiliana Armano, Federico Chicchi, Marco Marrone, Maurilio Pirone, Annamaria Donini, Michele Forlivesi, Ultimo miglio. Lavoro di piattaforma e conflitti urbani, Milano, Fondazione Giangiacomo Feltrinelli, 2023.

Rijtano R., Insubordinati. Inchiesta sui rider, Edizioni Gruppo Abele, 2022.

Salvetti D., Questo lavoro non è vita. La lotta di classe nel XXI secolo. Il caso GKN, Fuori Scena, 2024.

Zuboff Shoshanna, Il capitalismo della sorveglianza. Il futuro dell’umanità nell’era dei nuovi poteri, LUISS, 2018.

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