El realizador cinematográfico Dario Arcella dialogó con La Columna Vertebral sobre su última película, “Los Relocalizados”, estrenada esta semana en Canal Encuentro y que podrá verse el martes 16 de marzo y el 23 de marzo, en CineAR TV. Director del documental ‘Warnes Aparte’, Arcella junto a un colectivo de artistas que encaró la búsqueda e investigación, fue al encuentro de aquellos protagonistas para ver dónde habían ido a parar los vecinos desalojados. El Warnes y sus habitantes, un emblema del destino de la ciudad, construido para ser un hospital modelo, luego refugio de migrantes excluidos, reprimidos en distintas dictaduras, que los militares usaron como base de operaciones transitorias después del 76 y finalmente fue ‘bombardeado’ -o implosionado- durante el menemismo.
Nora Anchart: Contale vos a la gente que era el Albergue Warnes y por qué es un pedazo de nuestra historia.
—La historia del Warnes para hacerla muy resumida, recordemos que el llamado Albergue Warnes no nació así, si no que nació como proyecto de los hospitales de pediatría más importante de América Latina y probablemente de América teniendo en cuenta lo que es la salud pública en Estados Unidos. Proyecto que nace en el año ’52, filmamos la piedra fundamental donde estuvieron Perón y Evita en la inauguración, no hay registro de eso, busqué el archivo por todas partes y no lo pude conseguir nunca ese material, era un diseño de Ramon Carrillo, original, hacia el año ’49 comenzó a diseñarse y con el Golpe de Estado del ’55, la llamada revolución suspende todo aquello que oliera a peronismo como todos sabemos, el Warnes es un símbolo en ese sentido. Era un hospital con nueve pisos, cinco alas cada uno, eran dos, uno de ellos ya estaba equipado, ya estaba para ser habilitado en un año más o menos. Obviamente se cierra, saquean; yo nací sobre Avenida Las Heras, estaba AMSA que era una clínica que creo que pertenecía a Alvaro Alsogaray o uno de esos, y el ascensor por el cual habré subido o bajado de camisa era del Albergue Warnes, O sea, así hicieron las cosas estos muchachos. Con el tiempo se transformó, fue hasta depósito de escenografía del teatro colon hacia el ’66 o ’67 y ahí comienza a poblarse. Comienza una primera camada de gente, y comienza sin servicio de ninguna naturaleza, nueve pisos, un estado deteriorado, estaba semi demolido a mazazos en partes, una saña total. Hubo un despoblamiento, una primera relocalización hubo, meter a la gente en camiones y dejarlos por cualquier lado pero no sé bien en qué año fue.
Nora Anchart: Si no me falla la memoria eso debe haber sido por el ’74. Cuando yo era una joven militante de la JP, allá por la época de Lanusse, fui a alfabetizar al Warnes, y todavía estaban ahí.
—Después del año ’76 tuve la oportunidad de entrevistarlo a don Julio, se metían adentro, venían los milicos, los corrían, entraban, como era tan grande el predio se volvían a meter por otro lado y así los volvieron locos. Tapiaron todo y finalmente la gente empezó a meterse y los milicos cedieron, olvidaron, dejaron ser y todas esas cosas. Este muchacho Julio me contaba por ejemplo que en los fondos del Warnes existía antigua fábrica de mosaicos que fue utilizada no como centro clandestino sino como un lugar de paso, una especie de depósito, que él vio muchas cosas y me las cuenta cómo las vio por la ventana escondido y etc. El Warnes se nutre de estas historias, gente de todas partes, de Capital, Chaco, fundamentalmente eran del litoral, paraguayos; comienza a poblarse hasta llegar hacia el año ’89 a una población de 3200 personas, nueve pisos, tres mil personas. Quizá desde el punto de vista de lo que es la precariedad, es muy probable que el Warnes haya sido uno de los lugares más difíciles de vivir, por muchas razones, sobre todo del tipo sanitaria. Estamos hablando de un hospital, de lo que iba a ser el hospital más grande de América Latina.
Nora Anchart: Tenemos dos películas, vamos a hacer foco en “Los relocalizados”. Todo lo que se pueden enterar el lunes 15 a las 22 lo van a poder ver por canal encuentro porque integra el quinto ciclo no ficción; ¿Algo más que agregar?
—”Los relocalizados” es la segunda parte de “Warnes Aparte” que fue la primer película que se hizo en ese año, de ahí todo el material de archivo es nuestro, todo el material de demolición lo filmamos a once cámaras. 27 años después con la pregunta que pasó con la gente nos fuimos al barrio, armamos talleres de formación cinematográfica y de recolección de historias y la gente participó desde ahí y la película se construye desde esa mirada comunitaria, con la participación tanto de camarógrafos y sonidistas propios del barrio, lo cual permitía una inserción muy profunda y encima admiradísimo el profesionalismo de estos chicos.
La Confederación General del Trabajo anunció una movilización a la Plaza de Mayo para el jueves 18 de diciembre en rechazo a la reforma laboral que impulsa el gobierno nacional que busca precarizar aún más el trabajo argentino.
El proyecto del presidente Milei pretende instalar un banco de horas que permitiría jornadas de trabajo de 12 horas, habilita el cobro de salarios mediante mercancías y elimina, entre otros, el estatuto del periodista.
Expo Cooperativa 2025: producción, soberanía alimentaria y desarrollo local, por Hernán Rachid
En exclusiva con La Columna Vertebral, e ldirector de Capacitación y Formación del Instituto Provincial de Asociativismo y Cooperativismo (IPAC), Hernán Rachid, detalla cómo avanza la organización de la Expo Cooperativa 2025, profundiza en el rol de las cooperativas en la producción de alimentos y explica por qué la soberanía alimentaria es clave para el desarrollo de las comunidades bonaerenses. También analiza la situación actual del sector agropecuario y la urgencia de fortalecer redes productivas en todo el territorio.
LCV — ¿Cómo va la preparación de la Expo Cooperativa 2025 que tendrá lugar este viernes?
Hernán Rachid: “Este viernes 12 estaremos en el Teatro Argentino, en calle 51, realizando la segunda Expo Cooperativa desde que se jerarquizó nuevamente el órgano de control y fomento de cooperativas en la provincia. La primera edición fue el año pasado y esta segunda llega con gran participación y una amplia oferta de actividades.”
LCV — Dentro de la Expo habrá una feria de alimentación. ¿Quiénes participan y qué ofrecerán?
Hernán Rachid: “Decidimos concentrar la muestra en las cadenas de producción más fuertes de la provincia y por eso montamos una feria de alimentos en el exterior del Teatro Argentino con unas diez cooperativas y federaciones agropecuarias. Participarán Federación Rural, FECOFE, Federación AGROPA y cooperativas de la región y del interior que ofrecerán harinas, lácteos, kiwi y otros productos. Buscamos visibilizar al sector cooperativo y permitir que vecinos y vecinas accedan a alimentos a precios accesibles.”
LCV — Se menciona mucho el concepto de soberanía alimentaria. ¿Cómo lo definirías y cuál es el aporte de las cooperativas?
Hernán Rachid: “La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a producir sus alimentos, especialmente aquellos vinculados a su cultura y consumo habitual, y a acceder a ellos. En las cooperativas de pequeños y medianos productores es un eje central porque involucra el vínculo con el territorio, la comunidad, los consumidores y las formas de producción. Por eso el sector cooperativo lo adopta como un principio fundamental.”
LCV — No todos los productores trabajan bajo el concepto de soberanía alimentaria. ¿Cómo unifican estos esfuerzos en un contexto donde el discurso oficial lo desvaloriza?
Hernán Rachid: “Nuestro enfoque consiste en abordar la crisis del sector agropecuario, donde solo entre el 7% y el 8% de la población vive en el campo y la mayoría está en ciudades. Muchos pueblos del interior no producen sus propios alimentos y dependen de mercados centrales ubicados a cientos de kilómetros. Lo mismo ocurre con la leche, la carne o los huevos. Entendemos la soberanía alimentaria no solo como acceso a alimentos, sino como una estrategia de desarrollo local, trabajo, prestación de servicios, fortalecimiento del comercio interno e impulso para cooperativas y pymes del interior.”
LCV — La soberanía alimentaria implica una cadena productiva compleja. ¿Cómo se integra el sector cooperativo en ese proceso?
Hernán Rachid: “La soberanía alimentaria involucra a toda la cadena de producción. Las cooperativas conviven con productores independientes y empresas en una provincia con una diversidad enorme: fruticultura, horticultura, granos, carnes, olivos e incluso vitivinicultura. En el Congreso de Cooperativas Agropecuarias que organizamos con la Universidad de La Plata y el Ministerio de Desarrollo Agrario, cooperativas grandes, medianas y pequeños productores coincidieron en que la situación es muy preocupante y en que es urgente generar trabajo, fortalecer los pueblos del interior y garantizar el acceso a alimentos.”
Hernán Rachid: “Esperamos que se acerque mucha gente. Además de la feria de alimentos, habrá espectáculos de cooperativas culturales; cooperativas tecnológicas con realidad virtual e inteligencia artificial; cooperativas textiles y gastronómicas para comer en el lugar. Será una exposición diversa, completa y muy rica.”
Crónicas de la vida Moderna, parte II, “Publicidad, marketing y capital”, por Marcelo Cosín
Una canción para acompañar la lectura:
Coca cola refresca mejor, de y por Jorge Schussheim
“Coca Cola refresca mejor, Coca Cola elimina el dolor, Coca Cola querida señora, es el símbolo perfecto del amor”. Esta letra (y la música) la escribió el genial Jorge Schussheim a comienzos de la década del 60.
La publicidad es un género de comunicación dependiente de otra disciplina que la abarca: el marketing. Para no entrar en detalles, la publicidad, que es tan antigua como la Edad Media, tiene su inicio como herramienta fundamental del capitalismo en los años 50, después de la Segunda Guerra Mundial.
Esta crónica se refiere a la publicidad comercial, no a la comunicación política. El marketing comercial es mucho más que una técnica para vender productos: es el sistema que organiza la producción y el consumo dentro del capitalismo. Su función no es sólo conectar empresas con clientes, sino crear necesidades, moldear deseos y transformar la vida cotidiana en mercancía. A través de la publicidad, el marketing convierte objetos comunes en símbolos de felicidad, estatus o amor, instalando la idea de que consumir es la forma natural de existir.
Un ejemplo: un comercial de televisión de aceite Cocinero (Molinos Río de la Plata). En el envase del producto hay una imagen de un cocinero con gorro y una gran sonrisa. En ese comercial, el ama de casa, la señora, tiene la fantasía de que ese cocinero del envase toma vida y la enamora. Algo así como que el cocinero es su amante secreto. ¿Qué tiene que ver esta imagen con un aceite de girasol que sirve para freír papas fritas? Nada. Es cierto: nada que ver.
Si uno se deja guiar por las definiciones, podría suponer que la publicidad sirve para informar las características del producto y, sobre todo, especificar las ventajas sobre productos de la competencia. Pero no es así. La publicidad usa técnicas de persuasión. Autores como Vance Packard y Ernest Dichter abundaron en construcciones teóricas para explicar que la publicidad somete a la sociedad a una especie de esclavitud a normas que predeterminan qué es lo bueno, lo correcto, lo aceptable y, sobre todo, dictaminan acerca del deber ser de la persona.Los slogans muchas veces marcan el sentido de producir estados de ánimo, emociones que tienen que ver con la manipulación del deseo: Coca-Cola – “Destapa la felicidad”.
Nike – “Just Do It”- apela a la motivación personal y la superación. El deseo de ser activo y exitoso se proyecta sobre la marca.
L’Oréal – “Porque tú lo vales”- refuerza la autoestima y el deseo de sentirse valioso. El producto se convierte en un símbolo de reconocimiento personal.
Apple – “Think Different”- no describe tecnología, sino identidad y creatividad. Manipula el deseo de ser único y especial.
Durante más de una década, Cerveza Quilmes tuvo una campaña de publicidad que cambió su imagen y devolvió el liderazgo a la cerveza, que estaba opacada por el vino común de mesa. En los años 70, Quilmes tenía una campaña que intentaba convertir a la cerveza en una bebida familiar, veraniega, para ser consumida en el almuerzo o la cena. Competía con el vino común de mesa y, especialmente, con una marca que se había impuesto gracias a su publicidad. El vino Crespi, cuya campaña se basaba en relatos de una familia joven. El comercial más exitoso de la serie fue uno en el que la mujer le dice al hombre que está embarazada y lo simboliza con una imagen en la que le muestra un par de escarpines. El actor era Hugo Arana y esa campaña lo hizo famoso. La feliz familia de Crespi acompañó a los televidentes por años.
El éxito fue tan rotundo que la familia de Crespi acompaño durante varios años a los argentinos. Allá por 1977/78 el joven matrimonio festejaba un aniversario. El bebé de los escarpines ya tenía 6 años. “Pasan cosas lindas en una familia. Muchas se viven con Crespi seco.”
Lo curioso era la época política en que se desarrolló esa campaña llena de amor, ternura y paternidad: la dictadura militar, en la que se arrojaban seres humanos vivos al Río de la Plata y los dulces bebes eran secuestrados junto a sus escarpines.
Varias marcas de vino competían por ser la bebida preferida de la familia en el almuerzo y la cena. Mientras la cerveza no lograba hacer pie.
Quilmes intentaba, al menos, que en el verano se cambiara el vino por la cerveza con la campaña “A las 9, Quilmes también”, con escenas familiares llenas de amor y ternura. Pero no pudo. La guerra por la bebida en la mesa familiar la ganó el vino, que aumentaba el consumo de varias marcas y, sobre todo, incentivaba la inversión publicitaria.
Una agencia publicitaria llamada Solanas (del hermano de Pino Solanas, Héctor) encontró la fórmula para que la cerveza destituyera al vino. Lo primero que hizo fue una investigación de mercado. ¿Qué descubrió esa investigación? Que los jóvenes estaban ausentes de esas escenas familiares románticas en las que el vino prevalecía. Entonces la agencia encontró dos cosas para hacer que la “birra” se convirtiera en la preferida de la juventud. La primera: descubrir que el alcohol era un paso inicial en la desinhibición del acercamiento sexual. Y después, que los jóvenes ya no estaban en la casa, sino en “los boliches”. Por lo tanto, surgió el slogan “El sabor del encuentro”. Los comerciales contaban cómo una pareja se conocía en un boliche, haciendo que la cerveza fuera el imán que producía el acercamiento.
Estos ejemplos iniciales llaman a la reflexión acerca de la importancia del marketing y la publicidad como factores determinantes en el comportamiento de la sociedad. La publicidad comercial no es un mero instrumento de ventas. La publicidad es la mano armada del capitalismo, que genera consecuencias políticas de mayor importancia.