Sin categoría
Roberto Ottini: “Ser cocinero es una profesión muy dura, y muchos estudiantes no entienden eso”

El chef italiano Roberto Ottini, uno de los referentes de la cocina italiana en Argentina, charló con Nora Anchart y Laura Giussani Constenla sobre el oficio de cocinero, las dificultades y su historia personal.
https://soundcloud.com/user-106881388/roberto-ottini-ser-cocinero-es-una-profesion-muy-dura-y-muchos-estudiantes-no-entienden-eso

Destacada
Histórica flota solidaria por Gaza. Portuarios de Génova advierten: “Tienen que volver sin un rasguño o bloqueamos los puertos de Europa”

Este domingo partieron los primeros barcos dirigidos a las costas de Gaza con activistan de 44 países y más de 300 toneladas de ayuda humanitaria. Los ojos del mundo puestos hoy en los puertos de Barcelona y Génova, de donde zarparon los primeros contingentes de la misión Global Sumud Flotilla. Una segunda tanda saldrá el 4 de septiembre desde Túnez, Grecia y Sicilia. Todas se reunirán en aguas internacionales, donde continuarán su ruta hacia Gaza.
Una procesión de antorchas en la noche del sábado fue la conmovedora despedida en Génova de los tripulantes y militantes que lograron reunir más de 280 toneladas de alimentos gracias al concierto solidario Music for Peace y a los mismo trabajadores del puerto genovés por el Colectivo de Trabajadores Portuarios.
“Tienen que volver nuestras muchachas y nuestros muchachos sin un rasguño, y toda nuestra mercadería, que es del pueblo, hasta la últma caja, debe llegar donde debe llegar. De esta región se despachan, por año, alrededor de 14.000 containers hacia Israel. No permitiremos que salga nisiquiera un clavo, si no logran su objetivo. Lanzaremos una huelga internacional, boquearemos las calles, bloquearemos todo”, advirtieron desde el Colectivo Portuario.
Razones para desconfiar no les faltan. Se trata de la tercera flota que sale de Europa con el mismo objetivo. El 27 de julio de 2025. El ejército israelí interceptó una embarcación de la Flotilla de la Libertad que se dirigía hacia Gaza cargada de ayuda humanitaria e impulsada con el objetivo de visibilizar el genocidio que se está cometiendo en Palestina. El primer intento frustrado que el 9 de junio de este año.
Son varios los movimientos que han intentado sin éxito hacer llegar su solidaridad a Gaza. El Global Movement for Gaza, la Sumud Flotilla del Magreb, la Sumud Susantara (Asia) y la coalición internacional de la Flotilla de la Libertad, que lleva más de 15 años organizando misiones por mar, desde que en 2010 un convoy de seis barcos y 700 activistas zarpara hacia Palestina. Esta primera flotilla fue atacada por Israel, y nueve activistas y un periodista murieron en la ofensiva.
El sábado, unas 40.000 personas recorrieron las calles de Génova en una marcha con antorchas, banderas palestinas y pancartas con lemas como ‘Stop Genocide’ y ‘Free Palestine’. La propia alcaldesa, Silvia Salis, acompañó a los manifestantes: «Estoy muy orgullosa de esta ciudad. La respuesta ciudadana con alimentos y apoyo a la misión es conmovedora. Toda Génova está al lado de esta flotilla», declaró
Los barcos genoveses se reunirán en Catania, donde transferirán el material a las embarcaciones italianas que forman parte de la expedición internacional. Además de activistas, participarán integrantes del Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios (Calp), conocidos por su oposición al tránsito de armas en los puertos italianos —algunas de ellas con destino a Israel— y su apoyo constante a la causa palestina.

Los portuarios genoveses ya tuviron una victoria contra el genocidio en Gaza. El 5 de agosto de este año, luego de recibir un informe del puerto de El Pireo sobre el arribo de armas rumbo Israel, lanzaron una huelga en la terminal de Génova. La empresa decidió devolver la carga a Singapur. La movilización logró su objetivo.”Nunca había sucedido antes: bastaba con anunciar la huelga y la empresa paralizaba las descargas. Una victoria impensable”, declaró José Nivoi, representante sindical de USB Mari e Porti y del Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios (CALP) “No es la primera vez que convocamos una huelga contra el transporte de armas a zonas de guerra, pero esta vez el clima era diferente”. Durante la reunión de los delegados de la PSA con los trabajadores, se observó una amplia participación. La huelga anunciada prometía ser unida y decidida, capaz de ralentizar las operaciones con importantes repercusiones económicas y de imagen para Cosco. “Estábamos dispuestos a pararlo todo, pero no creíamos que el anuncio fuera suficiente”, añadió el CALP. “Es una señal contundente. La indignación ya no se limita a los círculos habituales de activistas y militantes: hoy también ha dado lugar a decisiones sin precedentes dentro de gigantes económicos y logísticos como Cosco, Evergreen y la propia terminal de la PSA”.
Lecturas Recomendadas
Carta a los hipócritas de Europa, por Franco ‘Biffo’ Berardi

Publicado por el Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico
estrategia.la, 28 de agosto de 2025
Franco «Bifo» Berardi
La razón y los derechos humanos debían ser considerados valores universales, pero ahora me doy cuenta de que para los intelectuales europeos universal significa blanco
Hubo un tiempo en que se suponía que los filósofos eran los custodios de la coherencia ética y de la decencia intelectual. Esta tradición parece totalmente olvidada en el actual panorama cultural de Europa.El conformismo, la hipocresía y la complicidad con los malhechores han sustituido al coraje intelectual. Hace unas semanas un destacado filósofo alemán publicó un texto lleno de comprensión para Israel, justo cuando Israel estaba inmerso en una acción de asesinato en masa que cada vez más personas denuncian como genocidio.

En ese texto, el destacado filósofo (y algunos de sus colegas) escribieron que “Comparar el resultante derramamiento de sangre en Gaza con un genocidio está más allá de los límites de un debate aceptable”, pero omitió explicar por qué a Israel se le permite encarcelar a millones de personas, invadir y destruir las casas de millones de palestinos, matar a diez mil niños en dos meses, pero no se nos permite denunciar estas acciones como genocidio.
Israel está atacando indiscriminadamente al pueblo palestino atrapado en la prisión infernal de Gaza, pero los filósofos no deberían llamarlo genocidio, particularmente en Alemania.
¿Por qué?
Cuando los intelectuales alemanes dijeron las palabras: Nie wieder, entendí (ingenuamente por supuesto) que querían decir: nunca más limpieza étnica, nunca más deportaciones masivas, nunca más discriminación racial, nunca más campos de exterminio, nunca más nazismo.Pero ahora –leyendo las palabras del destacado filósofo, y leyendo las palabras de los miembros de la élite política europea, y sobre todo escuchando el silencio de los demás– entiendo que esas dos palabras tenían un significado diferente. Entiendo que desde el punto de vista alemán esas palabras (nie wieder) deben interpretarse de esta manera: después de matar a seis millones de judíos, dos millones de romaníes, trescientos mil comunistas y veinte millones de soviéticos, nosotros, los alemanes, en toda circunstancia protegeremos a Israel, porque ya no son enemigos de nuestra raza superior, de modo que se les ha concedido el privilegio que ya tenemos desde hace quinientos años: el privilegio de los colonizadores, de los explotadores, de los exterminadores.
Los israelíes han sido cooptados en el Club Suprematista, por lo que ahora se les permite hacer lo que hicimos con los pueblos indígenas del sur y del norte de América, y con los aborígenes de Australia, y así sucesivamente.
Los israelíes han sido cooptados en el Club Suprematista
Nosotros, la raza blanca, hemos decidido que nuestro nuevo aliado pueda construir en la costa del Mar Mediterraneo un campo de exterminio: llamémoslo Auschwitz en la playa. Los intelectuales europeos guardan tanto silencio al respecto, que yo me permito decir que la categoría está extinta y ha sido reemplazada por la Corporación de los Hipócritas.En Francia y Alemania las autoridades políticas parecen no estar dispuestas a aceptar que alguien diga la verdad sobre lo que está sucediendo en Gaza y en Cisjordania: se prohíben las voces disidentes, se retiran los libros de los estantes de las bibliotecas y se prohíbe la libertad de expresión, cuando se trata de los efectos de 75 años de violencia israelí, cuando se trata de las masacres que los Übermenschen perpetran diariamente contra los Untermenschen.
Para proteger nuestra perfecta democracia, las autoridades alemanas actúan como lo hacían en los tiempos de la Stasi. Para proteger nuestra democracia perfecta, diariamente se mata a niños en Palestina. Están pasando hambre, sufriendo sed, frío, lluvia, enfermedades y obviamente bombas, más bombas, pero a los intelectuales europeos no se les permite decir que esto es un genocidio.
Los jóvenes marchan en las ciudades contra el apartheid de ocupación israelí y la limpieza étnica, una gran parte del pueblo judío se rebela contra el genocidio pero los hipócritas europeos los acusan de antisemitismo.
Creía que la razón y los derechos humanos debían ser considerados valores universales, pero ahora me doy cuenta de que para los intelectuales europeos universal significa: blanco.
La hipocresía ha alimentado la ola de racismo y agresividad que está aumentando en todos los países de la Unión.
Los intelectuales silenciosos de Europa se hacen responsables de la creciente ola de fascismo que se está apoderando de toda la Unión.
Horkheimer y Adorno escribieron estas palabras en 1941: “El concepto mismo de Ilustración… contiene el germen de la regresión que está teniendo lugar hoy en todas partes. Si la Ilustración no abraza la conciencia de este momento regresivo, está firmando su propia sentencia de muerte. Si dejamos la reflexión sobre el lado destructivo del progreso a los enemigos del progreso, el pensamiento, cegado por el pragmatismo, perderá su capacidad…”
Estas palabras pueden repetirse ahora, si seguimos cerrando los ojos ante la realidad de decenas de miles de personas ahogadas en el Mar Mediterráneo y ante la realidad del Holocausto infligido al pueblo palestino.
*Es escritor, filósofo y activista izquierdista italiano. Su último libro es ‘El tercer inconsciente’.
Destacada
Leandro Monk, referente de FACTTIC: “El gobierno de Milei está haciendo un pymecidio”

En un contexto nacional complejo, con una fuerte caída del empleo y una crisis estructural que afecta especialmente a las pequeñas y medianas empresas, las cooperativas tecnológicas enfrentan nuevos desafíos. Leandro Monk, referente de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo de Tecnología, Innovación y Conocimiento (Facttic), conversó con La Columna Vertebral sobre el impacto del contexto económico actual en el sector cooperativo, las dificultades para exportar servicios, la migración de talentos, y el valor de pertenecer a una federación. Un testimonio que combina diagnóstico, crítica y compromiso con un modelo de trabajo solidario.
LCV: “¿Cuál es la situación actual de las cooperativas tecnológicas?”
Leandro Monk: “La situación de las cooperativas tecnológicas no escapa a la de cualquier pyme en Argentina. Las cooperativas que generaban divisas y exportaban servicios hoy ya no pueden hacerlo, porque lo que se produce en el país dejó de ser exportable. El gobierno dice que acomodó la macroeconomía, pero en realidad la desorganizó. Tampoco se puede trabajar en el mercado interno, donde hay un proceso que podría llamarse ‘pymesidio’. El sector tecnológico, que era uno de los más pujantes y exportadores, ha sido muy golpeado y pauperizado.”
LCV: “¿Ustedes pertenecen a lo que se llama la economía del conocimiento?”
Leandro Monk: “Sí. La mayoría de las cooperativas que integran la federación se dedican al desarrollo de software. Somos cooperativas integradas por personas que programan.”
LCV: “¿Cuáles eran sus exportaciones? Leímos que han desaparecido 30.000 pymes recientemente, afectando a 70.000 puestos de trabajo.”
Leandro Monk: “Hasta hace poco, había más trabajo que personas disponibles. Ahora la situación cambió: se trabaja en proyectos de menor calidad y hay más oferta que demanda. En diciembre de 2023 quienes exportaban ganaban lo mismo que ahora. Exportábamos de dos formas: equipos completos que desarrollaban un proyecto de software, o personas que se sumaban temporalmente a proyectos de terceros, siempre trabajando desde Argentina.”
LCV: “¿Qué implica eso en términos de organización frente a la deslocalización?”
Leandro Monk: “A diferencia de las empresas tradicionales, las cooperativas no podemos deslocalizarnos. Si una persona de una cooperativa se va a vivir a otro país, lo que gana como parte de la cooperativa termina invirtiéndose allá, no en Argentina. Esa migración de personas implica que el dinero generado en el país se gasta afuera: el litro de leche se compra en Madrid, no en Buenos Aires.”
LCV: “¿Están surgiendo nuevas dificultades con esta globalización del trabajo?”
Leandro Monk: “Sí. Hay cooperativas que no pudieron constituirse porque sus asociados estaban en distintas provincias o países, y no podían fijar un domicilio legal. Hoy, con la hiperconexión, podés tener una cooperativa con diez años de trayectoria cuyos integrantes ya no viven en Argentina, salvo uno. Participamos de un espacio internacional llamado PATIO, donde compartimos experiencias con cooperativas de 25 países. Esto demuestra que el fenómeno no es exclusivo de Argentina. Muchos asociados son nómades digitales.”
LCV: “Desde una mirada de política pública, ¿cuál es el sentido de no fortalecer este sector?”
Leandro Monk: “Es una contradicción. En lugar de fortalecer las cooperativas para que las divisas queden en el país, se permite su desmantelamiento. Si yo trabajo desde el extranjero para una cooperativa argentina, los impuestos y el consumo quedan en el país donde resido. Es un éxodo no solo de cerebros, sino también de recursos.”
LCV: “¿Cómo funciona el vínculo con los asociados que viven fuera?”
Leandro Monk: “Las cooperativas no funcionan como bolsas de trabajo. El contrato lo toma la cooperativa, y algunos compañeros lo ejecutan, no importa dónde estén. La mayoría —un 99%— de los asociados de las cooperativas de la federación vive en Argentina y trabaja desde distintas localidades del país.”
LCV: “¿Cuál es el promedio de edad en el sector cooperativo tecnológico?”
Leandro Monk: “Las cooperativas más antiguas ya tienen 20 años. En mi caso, trabajo en una con 18 años de existencia. La mayoría de los cooperativistas tienen entre 30 y 50 años. Los más jóvenes que se suman aportan una mirada diferente, más individualista quizás, reflejo de relaciones sociales mediadas por la tecnología. Pero quienes se acercan a las cooperativas lo hacen con alguna sensibilidad hacia lo colectivo y lo social.”
LCV: “¿Qué beneficios tienen las cooperativas tecnológicas al integrarse a Factic?”
Leandro Monk: “El principal beneficio es el acompañamiento desde el nacimiento de cada cooperativa. Ayudamos a fortalecerse en lo comercial, en lo organizativo, y en lo legal. Para nosotros es fundamental que todos puedan vivir dignamente de su trabajo, con todos los derechos laborales. Las cooperativas más antiguas apoyan a las más nuevas. Nos ayudamos a mantener trabajo estable y cumplir con toda la normativa vigente, a pesar de que el INAES y el Estado muchas veces adoptan una postura hostil hacia las cooperativas. Cumplir la ley es esencial para trabajar con libertad e independencia.”
LCV: “¿Qué otros espacios de trabajo existen dentro de la federación?”
Leandro Monk: “Tenemos grupos temáticos como la Mesa de Géneros y la Mesa de Deconstrucción. Nuestro sector está altamente masculinizado, por lo que consideramos fundamental trabajar con los varones sobre estos temas. Hay estereotipos culturales que aún hoy influyen, como la idea de que los varones están más interesados en lo técnico. Por eso trabajamos también desde lo simbólico, lo educativo y lo cultural.”


Histórica flota solidaria por Gaza. Portuarios de Génova advierten: “Tienen que volver sin un rasguño o bloqueamos los puertos de Europa”

Carta a los hipócritas de Europa, por Franco ‘Biffo’ Berardi
