fbpx
Connect with us

Destacada

Italia entre el racismo y la resistencia, por Laura Giussani Constenla

En los últimos días del año, el mundo estuvo en vilo por una embarcación de rescate con cuarenta y nueve personas que ningún país aceptaba, a pesar de las súplicas del Papa y la rebelión de los alcaldes de las principales ciudades italianas. Pasamos de la angustia a la emoción cuando supimos que un pueblo entero de Calabria se lanzaba al mar para rescatar, sin permiso alguno, por pura humanidad, a cincuenta y un kurdos abandonados a su suerte encerrados en un velero sin nadie al mando. Sin embargo, la última noticia de tapa de La Repubblica fue la persecución a un inmigrante deportado que logró huir del avión que debía llevarlo a Dakar, quien, a puro coraje, saltó por la escalinata y corrió por la pista hasta perderse. Dos Italias. Dos mundos. Así ocurrieron las cosas.

Un barco a la deriva

La nave de la ONG Sea Watch en uno de sus tantos rescates en el Mediterráneo

Faltaban apenas dos días para nochebuena cuando una embarcación destinada al salvataje humanitario logró rescatar a treinta y dos inmigrantes en el Mediterráneo. Peregrinaron en busca de algún país que los aceptara. Andando sin rumbo se tropezaron con otros diecisiete náufragos africanos .Ya eran cuarenta y nueve los rescatados por la nave Sea Watch 3. A partir de allí empezó un nuevo infierno. Ni Malta ni Italia aceptaban recibirlos. Hacinados, pasaron el año nuevo sin saber hasta cuándo permanecerían allí, con el agua y la comida racionada. “Tememos que su estado psicológico y de salud pueda empeorar. No podemos creer que ésto esté ocurriendo a pocos kilómetros de las costas europeas” twiteaba la portavoz del Sea Watch Italy.

Matteo Salvini, líder de la neofascista ‘Lega del Nord’ devenido vicepresidente y ministro del Interior, mantenía su postura: tolerancia cero para los migrantes. El Papa Francisco pedía un gesto humanitario a Italia para que les dieran refugio y los alcaldes de varias ciudades italianas, entre ellas Palermo, Nápoles y Florencia, anunciaban que no cumplirían lo establecido en el reciente decreto sobre seguridad e inmigración por considerarlo ‘inhumano’. Según explicó el alcalde de Palermo, Leoluca Orlando: «Viola los derechos humanos e induce al crimen al calificar como ilegales a personas que se encuentran legítimamente en nuestro territorio». Fue necesario que subiera un médico al barco y constatara el estado calamitoso de los refugiados para que Malta aceptara, el 10 de enero, que atracaran en su territorio.

Calabria. Torre Melissa y una lección de humanidad.

En la madrugada de ese mismo 10 de enero, un velero encalló sobre un acantilado del mar Jónico vecino a la ciudad de Torre Melissa. Alrededor de las cuatro de la mañana, los vecinos del lugar se despertaron por gritos desesperados de socorro. Desde el Hotel Miramare pudieron observar en la oscura noche una embarcación que se había dado vuelta. Hombres, mujeres y niños aullaban, lloraban, sentían que era el fin. Los dueños del hotel llamaron de inmediato a las autoridades y a los tres minutos llegó el alcalde, Gino Murgi, quien decidió que no había tiempo para esperar a socorristas. A pesar de la prohibición por decreto de tener ningún gesto humanitario, sin consultar a autoridad alguna, el pueblo se puso en marcha. Formaron una cadena humana que se internó en el mar, con sogas, y la embarcación que puso a disposición el mismo hotel. Hubo gestos heroicos como un joven que se lanzó a nado hasta el velero al notar que había una mujer atrapada con un bebé. Los tres sobrevivieron de milagro. Lívidos, al borde del congelamiento, fueron alojados en las habitaciones del Miramare. Supieron, entonces, que eran cincuenta y un migrantes kurdos que estaban encerrados en el casco de la nave. Abandonados por los dos traficantes que habían recibido su paga para cruzarlos, lograron abrir la escotilla con dificultad cuando el barco se dio vuelta. Luego los traficantes fueron ubicados en el pueblo, se trataba de dos rusos que abandonaron a su suerte a familias enteras.

Domenico Lucano, intendente de Riace, procesado por violar la ley de migración con su política de ‘cálida bienvenida’

Cuando le preguntaron a Murgi sobre la razón de su actitud, simplemente dijo: “Si veo a una niña con su cabello ensortijado empapado y los labios morados, al borde de la muerte, no me pueden pedir que mire para otro lado”. La revuelta humanitaria de los alcaldes, sobre todo del sur de Italia, tuvo como figura emblemática a Domenico Lucano, intendente de Riace. También él enfrentó un naufragio en sus costas años atrás y optó por el rápido rescate. No solo les dio abrigo a los migrantes, inauguró una política que denominó como ‘cálido recibimiento’ en donde les ofrecía alojamiento y trabajo. De ese modo, Riace recobró vida y empuje. Fue esa actitud la que lo llevó al arresto domiciliario, luego estuvo prófugo, casi exiliado, hasta que logró reaparecer en público. Desde noviembre del año pasado se está gestando un movimiento que busca rescatar los valores humanos, defendiendo a los migrantes, en contra de la política de Salvini.

Persecución en el aeropuerto

Hace un par de días, el aeropuerto de Milán fue escenario de un operativo de película. Durante una hora se detuvieron los arribos y las salidas de los aviones. Las pistas fueron rastrilladas de punta a punta por personal de seguridad y se cerraron los rutas de ingreso y egreso. Algunos temieron un atentado terrorista. No. La cuestión era más simple. Un ciudadano egipcio de 30 años que debía ser deportado subió al vuelo de línea que debía transportarlo a Dakar y cuando todo estaba listo para partir, atravesó toda la cabina y bajó por la otra escalera. Una vez en la pista, corrió, corrió, corrió, a toda velocidad, hasta perderse de vista. El Comité de Crisis que había ordenado el cierre del aeropuerto se vio obligado a suspender la medida, mientras continuaba la búsqueda del migrante prófugo. Hasta aquí la noticia del diario. Nada dice de las razones de su desesperación. Qué hace que un hombre arriesgue su vida huyendo de esa forma con tal de no volver a su lugar de origen? Esa es la pregunta que nadie responde cuando se habla de migrantes. Por qué huyen? A qué le temen? Qué responsabilidad tiene Occidente en el desmoronamiento de todo un continente? Si empezáramos por responder esas inquietudes quizás podríamos encontrar la explicación de lo que se ha dado en llamar ‘el drama de los migrantes’ que no es otra cosa que el drama de este mundo, nuestro drama, el de una humanidad a la que se le soltó la cadena.

Seguir leyendo

Destacada

Referendum por la autodeterminación palestina, por María Urruzola

La población palestina en Oriente Medio es una población diversa de aproximadamente siete millones de personas con diferentes estatus legales, que viven en Israel, los Territorios Palestinos Ocupados, Jordania, Líbano, Siria, Egipto y otros países. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) afirmó haber proporcionado asistencia en 2023 a unos 5,9 millones de refugiados palestinos en 58 campos de refugiados en Jordania, Líbano, Siria, la Franja de Gaza y Cisjordania, incluido Jerusalén Este.

La UNRWA, sin embargo, no está presente en todos los países árabes y no todos los palestinos son refugiados. Según la Naciones Unidas, aquellos cuyo “lugar habitual de residencia fue Palestina del 1 de junio de 1946 hasta el 15 de mayo de 1948, y los que perdieron sus hogares y medios de vida como resultado del conflicto de 1948” están cualificados para registrarse como refugiados, así como sus descendientes.

La Carta Magna de la Descolonización, firmada el 14 de diciembre de 1960, establece:

1. La sujeción de pueblos a una subyugación, dominación y explotación extranjeras constituye una negación de los derechos humanos fundamentales, es contraria a la Carta de las Naciones Unidas y compromete la causa de la paz y de la cooperación mundiales.

2. Todos los pueblos tienen el derecho de libre determinación; en virtud de este derecho, determinan libremente su condición política y persiguen libremente su desarrollo económico, social y cultural.

3. La falta de preparación en el orden político, económico, social o educativo no deberá servir nunca de pretexto para retrasar la independencia.

4. A fin de que los pueblos dependientes puedan ejercer pacíficamente y libre mente su derecho a la independencia completa, deberá cesar toda acción armada o toda medida represiva de cualquier índole dirigida contra ellos, y deberá respetarse la integridad de su territorio nacional.

5. En los territorios en fideicomiso y no autónomos y en todos los demás territorios que no han logrado aún su independencia, deberán tomarse inmediatamente medidas para traspasar todos los poderes a los pueblos de esos territorios, sin condiciones ni reservas, en conformidad con su voluntad y sus deseos libremente expresa dos, y sin distinción de raza, credo ni color, para permitirles gozar de una libertad y una independencia absolutas.

6. Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas.

Por lo tanto, un nuevo protectorado en Palestina bajo dirección Trump-Blair y sin retiro de los territorios de las tropas israelíes, contradice, a todas luces estos principios.

La ONU debería organizar un referéndum del pueblo palestino (allí donde se encuentre: Gaza, Cisjordania, Jordania, Líbano, Egipto), para que sea ese pueblo el que decida si acepta lo que ahora algunos se apresuran a tomar como propuesta válida.

Continue Reading

Destacada

Canal 13 cumple 65 años: “Lo más interesante y lo más detestable”, por Claudio Korlemblit

El 1 de octubre de 1960 se inauguró Canal 13, de Buenos Aires, concesionado por un decreto muy cuestionado de 1958 del Gral Aramburu, miembro de la “revolución libertadora”, o más bien, del Golpe del 55 contra Peron. El presidente Illia decidió, poco después de asumir la presidencia, ponerle fecha de vencimiento a la concesión a los 15 años, por lo cual pasó al Estado a fines de 1973.

Durante los siguientes 15 años fue estatal, hasta que la corrupta administración menemista lo entregó al Grupo Clarín, en 1990, bajo cuya tutela lleva 35 años. En total, 65 años de vida, donde se mezcla lo más interesante y lo más detestable de la TV argentina.

A los 20 años, ni bien salí de la colimba, tuve la posibilidad de ingresar al Noticiero del mediodía, que conducía Pinky y luego Perez Loizeau, como “compaginador periodístico”. El canal estaba bajo el control férreo de la Marina, aún con Massera en la cima y sus autoridades eran el triunvirato de Agulleiro, Madariaga y Gavilán, el último a cargo de la gerencia de Noticias. La censura era total, encarnada en los propios noteros y productores que se encargaban de filtrar cualquier desajuste.

La llegada de la democracia fue un remanso, aunque básicamente siguió el mismo plantel de profesionales, mientras que los gerentes fueron elegidos entre los productores más veteranos. No hubo ninguna “razia”, más allá de los directivos que renunciaron.

Al 13 lo dirigieron Yuyo Taboada, Eduardo Metzger y un quinteto de viejos directores de cámaras. La UCR no tenía cuadros para manejar los canales, apenas Miguel Angel Merellano para ATC, cuya gestión terminó en 1985, cuando se cayó el avión que lo transportaba.

A partir de 1990, con la vil entrega de Menem, comenzó el reinado de Clarín, que ya lleva demasiado tiempo y esperamos que termine en breve, ya que la extensión que le otorgó Néstor K. a su licencia expira este año.

Un brindis por su cumpleaños y otro por la esperanza de su recuperacion para el Estado (sin fascistas).

Continue Reading

Archivo

ARCHIVO/”Balada del intruso y la pequeñez”, por Hernán López Echagüe

Ilustración: Silvia Flichman. (silviaflichman.com.ar)

I
Soy un ácrata de cuatro patas desprovisto de significancia alguna, de modo que tengo toda la autoridad, y todo el derecho, y hasta me atrevo a decir la piadosa necesidad de advertirles: todos vivimos atrapados, aplastados, sumergidos, enlodados, castrados, estupidizados, en un cono de insignificancia absoluta. Sépanlo de una buena vez. Lo que decimos significa nada, menos aún lo que pensamos. Nuestra vida está sometida a los antojos de los pocos que resuelven y delimitan y desnaturalizan hasta por ley el significado de lo que decimos, de lo que pensamos y, por sobre todas las cosas, de lo que hacemos. Los hechos no significan nada.
A los hechos los convierten en fantochada, en pirueta de desesperado. Los hechos, a juicio del imbécil, son puestas en escena. Lo que ocurre de veras no le causa ni pizca de significancia, o de significado, o de lo que fuere. Ni asomo de estremecimiento. Así será por siempre. Porque la nada y el todo son finitos. La paciencia también.

II
Había un viejo en el pasaje Bollini, cincuenta años atrás, cuando Bollini era de veras un pasaje hacia tantas fantasías, con sus zaguanes en penumbras, con sus casas petisas y gastadas y abandonadas, un viejo que te decía, frunciendo la cara, ¿Y esto qué me significa?, cada vez que le hablabas de algo de lo que nunca había oído hablar. A veces te largaba:¿Dónde lo encontraste escrito? Ese es el punto focal del malentendido que está conduciendo hacia un pozo ciego a esta humanidad demasiado humana: ¿Y esto y aquello y lo otro, qué mierda me significan?

¿Qué me puede significar, por caso, que me hablen de un tal intelectual orgánico? Un oxímoron, diría un intelectual. El intelectual, palabra de insinuación burguesa y en cierto modo altiva, se supone que usa su intelecto, su capacidad única de discernimiento, para ir más allá de las cosas. Debe quebrar y eludir límites, buscar la región fronteriza de las cosas, de los sucesos. Debe sentirse libre de escribir, decir y callar lo que le dé en gana. Desde luego, tendrá que pagar un precio por eso. Unos le dirán que es un gran tipo y otros le dirán que es un gran hijo de puta. Es, no se crean, un precio alto. Mejor dicho, un precio tan feo como injusto. El intelectual orgánico, en cambio, no existe. A partir del momento en que se siente orgánico, con ciertas ataduras a un proyecto político, a un gobierno, o, si se quiere, con cierta predisposición a la ceguera, no es más que otra pieza de un organismo. Del sistema. Es un tipo que ha hecho una pausa en su facultad de pensar. No se trata de juzgarlo sino de hacérselo saber. Tarea quizá vana, porque muy probablemente te responda: ¿Y esto qué me significa?

III
En las grandes ciudades del país las personas de buen pasar vagan por las galerías de los centros comerciales examinándose atentamente el ombligo, es decir, venerando la idiosincrasia de su ombligo, del hoyito de carne estriada y con pelusas alrededor del cual gira la Tierra, su Tierra, es decir, su auto, su casa, su seguridad suya, su colegio privado de sus hijos, su asistencia médica privada, su televisión por cable, su temporada de descanso en su Brasil, en su Miami o en su Polinesia, su empleada sumisa, su rotweiller, su infidelidad excusable, su apoliticismo político y partidario del político que le asegure que por el resto de sus días tendrá su auto, su casa, su colegio privado, su asistencia médica privada, su televisión por cable, su temporada de descanso en su Brasil, su empleada sumisa, su perro jodido, su permiso para ser infiel y, vaya, claro, su aire de tipo apolítico.

Van de un lugar a otro, el pecho inflado de arrogancia, con algún electrodoméstico a cuestas y un fajo de desdén en la billetera. Caminan sin mirar hacia atrás porque temen convertirse en estatuas de sal, como le ocurrió a la mujer de Lot, y en la escuela nos han enseñado que a las estatuas de sal les cuesta mucho darse maña en el manejo de un control remoto o de una tarjeta de crédito, y, más trabajoso aún, hablar, hacerse entender a la hora de, pongamos, decirle al pibe limpiaparabrisas de la esquina que no está en tus planes bajar la ventanilla de la puerta de tu auto muy tuyo porque tenés la certeza de que detrás del pibe limpiaparabrisas aflorarán cien pibes limpiaparabrisas que te destriparán, y entonces perderás tu auto tuyo y todo lo muy tuyo que representa esa carrocería espléndida. Que es mucho. Y todo tuyo. Un hato grande de ganado que tiene a la pobreza como pecado mortal y desprecia al pobre por encima de todas las cosas. Que ha echado a dormir la visión y toda percepción de su propio sumidero. Que vive en una civilidad fundada en nubes de betún que nunca jamás habrán de disiparse. “En verdad, la representación de la realidad ha sido dada vuelta. La imagen lisa, televisiva, y la prensa, han destruido el pensamiento, la capacidad de ligar lo inmediato a las causas de su existencia. Sólo una sociedad llevada por el terror hasta el extremo de la estupidez y la chatura, despojada de afectos, de imaginación, de sensibilidad, empavorecida, puede haber despojado de significación a lo que ven y perciben acobardados por sus ojos diariamente, pero que la inteligencia no anima” (León Rozitchner, Página/12, julio de 2004)

IV
¿Qué me significa la democracia como camino único, sagrado e inamovible hacia el bienestar de una sociedad? Usted elige, usted decide quién y quiénes serán los paladines de sus necesidades y sus anhelos. Vamos, eso es tomadura de pelo. El voto es un placebo de libre albedrío. No es otra cosa que una melancólica escenificación de civismo, de un celo por las instituciones que dura lo que un parpadeo. Una diligencia tribal: meter una papeleta en un sobre; luego, el sobre en la ranura de una caja, y de regreso a casa comprar ravioles, una botella de vino tinto; almorzar, dormir la siesta que permite este sistema. El de una ranura. Al día siguiente, a cerrar la boca y a obedecer. En la fábrica, en la oficina, en la escuela, en la calle. Y en momento alguno dudar del fatalismo que rige nuestra vida. Todo en orden. Las instituciones, que nunca sabremos para qué sirven, a buen resguardo. Los cerdos en su chiquero, las gallinas en su gallinero y los timoratos en su pecera. Un año más, como tantos otros, de convalecencia de la nada, de antropocentrismo porteño. A las provincias el porteño les presta un poco de atención no más que tres, cuatro veces al año; cuando el noticiero le dice que en tal provincia asesinaron a una familia, cuando en la otra hay pobres que comen gatos, o que más allá un tipo violó a dos mujeres y veintisiete cabras, y, por sobre todas las
cosas, cuando ya en junio se pone a pensar a qué provincia se irá de vacaciones en enero o febrero del año siguiente. ¿Hará frío en Cafayate? ¡Qué va a hacer, si es en el litoral! Yo prefiero las Termas de Río Hondo, en Ushuaia, o Santa Rosa de Calamuchita, por allá, quizá en Neuquén.

V
Al imbécil la mirada de las personas que caminan por la calle no le excitan ningún significado, ni ganas de buscarlo. Le significan algo espantoso, en cambio, los ojos y la mirada de las personas que están echadas en un colchón en la vereda de una calle, junto a los muebles que pudieron reunir y llevarse el día del desalojo. Significan la vagancia, el destino del que eligió la dejadez, la irresponsabilidad, el placer y la libertad de vivir a la intemperie. Yo me rompo el lomo, laburo diez horas sin parar, y estos tipos se meten en el umbral de una iglesia a dormir y emborracharse mientras sus hijos andan pidiendo limosna en trenes y colectivos y restoranes.

VI
¿Qué me significa lo que le pueda significar a un tipo que no hace más que absorber los significados de un eventual y convincente hacedor de la significación? Yo significo, tú significas, él significa. Nosotros significamos un bledo. Hemos logrado (mejor: ¿por qué hacerme cargo de eso?), álguienes, algunos, han logrado despojar al significado de su significación. Un estado de cosas en el que impera la insignificancia.

VII
¿Cómo, de qué manera original o, al menos, novedosa y pasible de asombro, escribir acerca de lo que uno y muchos otros hemos escrito ya tantas veces? Comienza a resultar fastidioso corroborar que las palabras escritas tiempo atrás, y repetidas hasta el cansancio, bien puede uno reiterarlas y reiterarlas, una y otra vez, pese al correr de los años, con formidable oportunidad, y, desde luego, con su debida insignificancia. Feo y grotesco. Melancólico y aterrador el comportamiento del poder político. Eso de la tenacidad en mantener un error, de perseverar en el cretinismo y la insolencia. El gobierno y sus cosos, la oposición acomodadiza y sus cosos, los grandes medios de comunicación y sus escribas y habladores y sus intelectuales cosos, todos, pero absolutamente todos, han resuelto sitiar el discernimiento. Un asedio a la razón. Un bloqueo al sentido común. Porque, al final de cuentas, es cierto que pensar se ha convertido en un hecho revolucionario. O, por qué no, subversivo.
El país está habitado por millones de personas que de modo alguno pueden caer en la osadía de tornar visible su significación.
Permanezcan en sus barrizales, bestias. No se les ocurra asomar por la gran ciudad esas caras insatisfechas y poco logradas. Porque la ciudad, con el activo sostén de sus vecinos ilustres, ha resuelto suprimirlos con la indiferencia. ¿No han comprendido que consigo sólo traen malestar? Nosotros, el poder, no los reprimiremos más de lo que nos permite la ley: será la sociedad, hastiada y saturada de sus desplazamientos por calles y geografías que no les pertenecen, la que les pondrá límite. La que los pondrá en vereda.
Váyanse, muéranse, olvídense de que han nacido, y, si les cabe, si todavía cabe en sus anhelos locos, rueguen al señor, agradezcan el hecho de haber sido alumbrados. Pero nunca olviden el consejo de Celine: “La gran derrota, en todo, es olvidar, sobre todo lo que te mata, y morir sin llegar a comprender jamás hasta qué punto los hombres son bestias. Cuando estemos al borde del hoyo no nos pasemos de listos, pero tampoco olvidemos; hemos de contarlo todo, sin cambiar ni una palabra de las lacras que hemos visto en los hombres, y entonces liar el petate y bajar. Es suficiente como trabajo para toda una vida”.

Publicado en El Psicoanalítico, septiembre de 2016

Continue Reading
Advertisement

Facebook

Copyright © 2017 Zox News Theme. Theme by MVP Themes, powered by WordPress.