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Germán Abdala: “No me imagino la vida sin mar”, por Darío Brenman

El 14 de noviembre de 1992 participó en Parque Sarmiento con varios sindicatos disidentes de la CGT de la fundación de la Central de Trabajadores Argentinos. Hubo un momento de emoción cuando la concurrencia comenzó a gritar y aplaudir mientras Germán Abdala, Diputado Nacional y secretario de ATE Capital, haciendo esfuerzos para contener la emoción, sonríe, saluda y se abre paso entre el resonar de los bombos, en su silla de ruedas empujado por su esposa. Un solo clamor resuena en el estadio: “Ole, ole, olè Germán, Germán Germán”.
El 13 de julio de 1993 a las nueve de la mañana a los 35 años dejó existir. Le había pedido a Víctor que no lo velaran: “ No me bancaria la corona de flores de ningún hijo de puta”. “Un periodista señaló: “Murió uno de los últimos militantes de los 70 en estado puro”.
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“Estoy convencido de que un día el pueblo va a triunfar, estoy convencido que nací para ser un militante de ese pueblo, y estoy convencido de que en términos históricos ese día llevaremos las banderas que hoy llevamos porque el final del camino es nuestro”. Con esta frase de Germán Abdala inicia la biografía realizada por el historiador Norberto Galasso, publicada por Colihue.
Abdala nació el 12 de febrero de 1955, su familia vivía en Santa Teresita, pequeño pueblo junto al mar que no tenía asistencia de salud alguna, sus padres tuvieron que trasladarse cerca de San Clemente del Tuyú, en una Estancia llamada La Linconia, que era del ferrocarril Gibson de los ingleses, donde había un médico.
Germán diría alguna vez: “no me veo sin el mar, no me siento yo, no me imagino la vida sin el mar, sería como querer imaginarme la vida sin amigos, sin un buen vino tinto, si una mujer desnuda como cantan Serrat o Benedetti ¿no? Allí en el mar siempre estoy yo, allí quedaré siempre”. Ese presagio se cumplió en 1993 cuando a partir de su muerte su cenizas fueron volcadas al mar
El padre fue su primer referente político. En sus largas caminatas le hablaba del fatídico derrocamiento de Perón, de los nuevos tiempos que se avecinaban en Argentina que pasaban a estar “en manos de los gorilas”, del pacto Perón Frondizi en el 58. Según Germán fue su padre el que le transmitió la necesidad de leer sobre temas históricos: Perón, Cooke y Mao. El que lo acercó a las unidades básicas de la zona donde vivió el entusiasmo por el regreso del General perón a la Argentina después de 17 años de destierro “Pero por sobre todo me inculcó la solidaridad” decía el líder sindical.
Realizó su escuela primaria en San Clemente del Tuyú. A los 13 años sus padres se separaron, y la decisión familiar fue enviar a los tres hermanos a residir a Buenos Aires. Ingresó en 1972 al colegio Industrial Manuel Belgrano donde hizo hasta quinto año, pero no se recibió porque no quiso presentarse a rendir las materias que se había llevado a examen. En ese momento con 17 años vivía entre Barracas y Parque Patricios.
En las unidades básicas de estas zonas, Germán concretó su primera acción militante defendiendo a la gente del barrio ante la compañía de luz que les habían instalado medidores para cobrar sus tarifas desmesuradas. En ese contexto participó en un operativo mediante el cual voltearon los postes de luz y provocaron un apagón en la zona. Se ocultó en una casa y allí estuvo escondido durante tres días hasta que llegó su padre para rescatarlo, esa fue su primera acción en favor de las barriadas.
A los 17 años aprendió algo de pintura y ensayó su primer trabajo en una repartición estatal algo así como una subsecretaría de pintura relacionada con la Secretaría de Minería donde se ocupaba de pintar automóviles del ministerio. Fue en ese lugar donde entabló sus relaciones más profundas con Víctor De Gennaro.
Después de aquellas primeras experiencias en Villas y asentamientos de Barracas y Parque de los Patricios ingresó a la agrupación Amado Olmos. El peronismo ejerció una poderosa influencia en los jóvenes pero en él predominaba “la consustanciación con el barrio, con la gente común, su condición popular qué le viene de su nacimiento en un pueblo sin pretensiones” expresa Galasso.
Era un momento donde los sectores populares vivieron sus mejores días, cuando el 11 de marzo de 1973 la fórmula Cámpora – Solano Lima triunfó por amplio margen sobre la fórmula radical. Aun así se preocupaba por los enfrentamientos entre la juventud y los sectores ortodoxos del peronismo de esa época. En algún rincón perdido quedó una tapa de la Revista El Descamisado donde aparece con los compañeros de la Villa llevando una bandera a Ezeiza. Cuando llegó la dictadura militar Germán no tenía ni ganas de ir al mar que era su locura. Una noche su padre se encontró con un electricista vecino de Germán y cuando le preguntó por su hijo, aquel hombre le comentó que unos tipos medios raros habían andado por el vecindario preguntando por Germán Abdala. Manzur activando toda su intuición de padre no tardó un instante en aparecer por la casa de Germán. Le contó lo sucedido y empezaron a empacar los libros de Marx, Lenin, Perón y Evita, revistas políticas y sindicales. Si encontraban uno de esos libros, era un hombre muerto o en el mejor de los casos preso y torturado. Llenaron varias cajas vacías. A las 22:00 horas salieron de esa casita que quedaba en Federico Lacroze rumbo a la casa de Manzur en Almagro para esconder las cosas.
En esa época Germán viajaba al interior del país donde daba charlas para pocas personas en cocinas de compañeros o en modesto rincones sindicales. También participaba del “grupo de los 25” donde ya asomaba Saúl Ubaldini. Durante varios meses el objetivo fue contactar a los dispersos y conversar largamente con ellos sobre la necesidad de normalizar el sindicato. Esa responsabilidad cayó sobre las espaldas de Germán, Víctor De Gennaro y el “Colorado” Quagliaro quien ejercíó una importante tarea desde Rosario. Además estaba Carlos Custer con fuertes vínculos con la Iglesia Católica.
Algunos militantes recuerdan que en una movilización grande relacionada con los Derechos Humanos, Germàn les comentó a sus pares que iba a llegar unos minutos más tarde porque se había comprometido a encabezar una columna. Al rato lo ven llegar con unos pocos compañeros de la comunidad gay. Es decir en 1985 mostraba desde dónde venía la política 40 o treinta años antes de que se instalara en la Argentina está más que legítima demanda.
En ese momento los gremios estaban intervenidos por la dictadura militar. En ATE se había producido una autointervención a través de las negociaciones realizadas por el gremialista Juan Horvath quien desde hacía varios años manejaba los hilos de la organización gremial. Estaba claro que este sindicalista negociaba todo el tiempo con la dictadura a tal punto que acompañó a los oficiales representantes del gobierno, junto a otros gremialistas a la reunión de la Organización Internacional del Trabajo, evidenciando una política complaciente con el dictador Videla.
Este hecho generó mucho malestar en las filas de los agremiados a ATE. Fue por eso que Germán conjuntamente con otros militantes, forzaron la convocatoria a un plenario de delegados y ganaron la conducción de la agrupación. Desde ese momento comenzaron a cuestionar las políticas de Horvath a través en principio de cartas. Como no había respuesta por parte de la conducción la situación se tornó mucho más confrontativa entre el interventor y los “rebeldes”. Horvath para desprestigiar a los mismos los acusaba de antiperonistas, zurdos, troskos. Lo que faltaba era construir una nueva agrupación e ir a elecciones. Fue así que se creó la Agrupación Nacional Unidad y Solidaridad en ATE (ANUSATE) con el objetivo de recuperar el gremio.
La conformación de este sector gremial fue para un 9 de diciembre en la parroquia de San Cruz donde un día antes el represor Alfredo Astiz logró infiltrarse en un grupo de madres en la Casa de Nazareth y aprisiona y asesina a Azucena Villaflor y las monjas francesas.
Si bien los convocantes a la reunión militante se enteraron de este hecho, dudan acerca de la reunión del día siguiente. Fue Germán uno de los que insiste en no dar un paso atrás y llevar adelante el proyecto a pesar de los riesgos. La reunión se llevó a cabo y surgió la nueva conducción sindical.
El 27 de abril de 1979 se realizó un importante paro impulsado por “los 25”. Fue una fuerte expresión contra la dictadura militar quien había lanzado un decreto ilegalizando los sindicatos. El que más rédito sumó a esa jornada histórica fue Germàn, referente de ANUSATE , Mineria, y a partir de entonces figura destacada en la lista verde en la seccional Buenos Aires. El año 1982 fue muy intenso tanto en el país como el crecimiento de la agrupación, Germán es ya ampliamente conocido entre sus integrantes, participando en un congreso realizado en Venezuela en la localidad de San Antonio de los Altos.
A mediados de 1983 Horvath arremetió contra la seccional capital de ANUSATE y expulsó a varios de sus integrantes. Por esta razón nació la propuesta del sector salud de ATE Capital para constituir otra agrupación que a iniciativa de Germàn se llamó Ramón Carrillo. La misma fue la que propuso las candidaturas de Germàn Abdala y Juan Carlos Ybarra para la seccional de ATE Capital.
Durante el gobierno de Alfonsín, a fines de 1984 se realizó el primer congreso nacional de delegados y octavo plenario de la Agrupación Nacional Solidaridad de ATE. En ese contexto la burocracia de ATE a través de Horvath, incentiva la necesidad de convocar a elecciones confiando en poder aplastar el empuje de los jóvenes opositores.
La campaña fue muy violenta. Clarín denunció dos atentados ocurridos en Santa Fe, uno en el local de la lista verde, estudio jurídico de Jorge Hoffman, por entonces un importante militante de esa corriente, que fue atacado a balazos, y otro en el domicilio de Raúl Sufritti.
Finalmente el 6 de noviembre de 1984 se realizaron las elecciones donde la lista verde de ANUSATE, logró imponerse por 23.548 votos sobre 18.855 de la lista azul y blanca de Horvath. Un joven Germán Abdala fue elegido nuevo Secretario General de la seccional capital.
Ese momento de gloria donde todo parecía que estaba a su alcance, su familia, el trabajo, la consolidación de sus ideas políticas y su proyectos futuros se vieron empapado por una tragedia persona: su enfermedad.
Fue en un partido de fútbol en la localidad de Lanús, Germán sufrió una caída fuerte. Su dolor era tan grande que sus compañeros tuvieron que llevarlo de urgencia al Hospital. El diagnóstico inicial fue que se había sacado el huesito dulce de lugar, había que operar. Cuando el cirujano abrió la herida realizó una exclamación maldiciendo lo que ve: un tumor de sacro que siempre estuvo ahí agazapado. El día que le dieron el alta le sugirieron tratamiento oncológico urgente.
Después de recorrer los mejores especialistas inclusive en España, recién en 1986 dan con el mejor que residía en Argentina que les dice: “si no hubiese habido alguna operación en 1984 podría haber extirpado el tumor de cuajo, pero aquella operación sin estudios previos indicó el aviso para que el cáncer despierte y se traslade a otros lugares del cuerpo”.
Aún así Germán a pesar de su enfermedad se concentraba en la lucha sindical y acentuó su replanteo hacia la acción política.Y fue así que en 1986 en un bar de Carlos Clavo y San José se reunieron con Carlos “Chacho” Alvarez, Darío Alessandro, “Pipi” Bilancieri y Juan Carlos Ybarra y se creó el Movimiento de Renovación Peronista. Este grupo participó en la interna del peronismo de donde saldrían los candidatos a las elecciones de 1989 apoyando la corriente renovadora.
Pipi Bilancieri, amigo personal de Germàn relató en este libro que en un viaje a la costa lo empieza a notar diferente a Germán. Un día le pregunto si le pasaba algo. Al cabo de un rato Germán le confiesa que está liquidado, “ tengo cáncer” .
Al poco tiempo viajó a Estados Unidos donde existía una clínica especializada en casos pocos comunes como el suyo: “ En Estados Unidos, dice Germàn, estuve en varias oportunidades. En el 88 me hicieron el tratamiento más grande y más importante, junto con una operación de casi 7 horas de cirugía. No había para ese tipo de enfermedad protocolo científico sobre este tipo de cáncer, solo se sabe que es congénito”. Cuando llegó a la Argentina meses después lo esperaban en Ezeiza una multitud de compañeros que querían saludarlo y abrazarlo, por eso decidieron ir al anfiteatro de ATE Nacional para reunir a todos los que lo querían saludar. Fue algo poco común.
Cuando volvió a viajar a Estados Unidos lo habían metido en la lista de diputados por la Capital Federal por iniciativa de Carlos Grosso. En ese país y saliendo del quirófano le informaron que había sido elegido. A su regreso alquiló una quinta en las afueras de La Plata, vivía pendiente de la morfina, que ya casi no le hacía efecto. Gradualmente iba perdiendo la vista, pero tenía la lucidez intacta.
A pesar de su enfermedad Germàn acentuó su militancia en el campo político. El peronismo había encontrado la posibilidad de recuperarse con la renovación, liderada por Antonio Cafiero, pero Carlos Menem logró imponerse en las internas partidarias. Cuando llegó a la presidencia se alió a los grupos económicos más poderosos de la Argentina ante el desconcierto de las grandes masas peronistas.
Germàn en ese momento no dejó de criticar el modelo económico encarnado en las privatizaciones. Se consigue constituir la Comisión Bicameral de Seguimiento a las Privatizaciones de la cual es designado vicepresidente segundo, y también integró la Comisión de Cuestiones Laborales. Su labor se centra firmemente en oponerse a las privatizaciones de Aerolíneas Argentinas, ENTEL, y de otras empresas públicas , entre ellas Altos Hornos Zapla.
En abril de 1990 volvió a Estados Unidos a entrevistarse con un prestigioso especialista quien le prometió dar un diagnóstico definitivo. Germán le solicitó que se le diga toda la verdad. El médico le dijo: “Sr Abdala tengo que decirle que su cáncer es definitivamente terminal. La única alternativa es que arranque de cuajo el cáncer, es una operación que tendría que seccionar de la cintura para abajo”. “Cortarme en dos exclamó Germàn, usted me está proponiendo darme un serrucho desde la cintura para abajo”. El médico replicó que con esa operación se salvará y vivirá mucho más años. Germán se negó y dijo: “no doctor vivir a cualquier, precio no. Yo quiero vivir entero, si el cáncer me tiene que matar, que me mate, pero no haré nada para darle el gusto de morirme en vida”.
Cuando regresó a la Argentina en mayo del 90 se encuentra con su amigo Pipi Bilancieri y le dice: “No quiero más Pipi”. Estaba acostado en la cama se destapa y le muestra su cuerpo. Le habían hecho más de 20 operaciones en Estados Unidos y Cuba. Germán en un momento dado le dice a su amigo: “Pipi, no es triste morir, lo triste r es morir al pedo”.
El 6 de mayo en un esfuerzo descomunal participó de un acto en la planta de la Petroquímica Mosconi, compartiendo la vigilia contra las privatizaciones con el sacerdote Luis Farinello, y los trabajadores de la empresa.

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16 de junio de 1955: Esa maldita costumbre de matar, por Leónidas Ceruti

El mes de junio de 1955, no fue un mes cualquiera durante el segundo gobierno del Gral. Juan Domingo Perón. El día 11, la Iglesia Católica realizó la procesión de Corpus Christi, que excedió lo religioso y se produjo una movilización opositora que reunió 250.000 manifestantes, desplazándose desde la zona de la Catedral a la zona del Congreso Nacional.
Las crónicas reseñan que los activistas dañaron placas conmemorativas a la figura de Eva Perón e izaron la bandera del Vaticano en lugar de la bandera argentina en el mástil del Congreso. El conflicto se agudizó cuando se conoció que durante la procesión se había quemado una bandera argentina y al publicarse en los diarios la fotografía de Perón y Borlenghi mirando los restos de la misma.
El 16 el gobierno había organizado un acto de desagravio a la bandera nacional. El ministro de Aeronáutica, Brigadier Mayor Juan Ignacio de San Martín, dispuso que la aviación testimonie su adhesión al presidente de la República, desagraviando a la vez la memoria del general José de San Martín. Para esto decidió que una formación de aviones sobrevuele la Catedral de Buenos Aires, donde descansan los restos del Libertador. El anuncio del desfile reunió en Plaza de Mayo a un numeroso público. Se trataba de un acto cívico-militar en solidaridad con el gobierno frente a los embates de la oposición.
Pero durante esa jornada, al mediodía se produciría el bombardeo, conocido como la Masacre de Plaza de Mayo. Ese día un grupo de militares y civiles opuestos al gobierno del presidente Perón, intentó asesinarlo y llevar adelante un golpe de estado y, si bien fracasaron en su propósito, durante el mismo varios escuadrones de aviones pertenecientes a la Aviación Naval, bombardearon y ametrallaron la Plaza de Mayo y la Casa Rosada, el edificio de la Confederación General del Trabajo y el edificio que en aquella época servía como residencia presidencial.Causaron la muerte de 700 personas y más de 2000 heridos.
Los relatos de la época comentan que:
“A las 12.40, la escuadra de treinta y cuatro aviones de la Marina de Guerra argentina que había estado sobrevolando la ciudad desde hacía bastante tiempo (22 North American AT-6, 5 Beechcraft AT-11, 3 hidroaviones de patrulla y rescate Catalina), iniciaron sus bombardeos y ametrallamientos al área de la Plaza de Mayo.”
“El capitán de fragata Néstor Noriega, de 39 años de edad, esperaba que el cielo se despejara, la escuadrilla formaba escalonada hacia arriba. A las 12,40 Noriega al mando de su Beechcraft descarga una bomba de 100 kilos que cae sobre la sede presidencial; a continuación los North American al mando del capitán de corbeta Santiago Sabarots descargan bombas de 50 kilos cada uno. La sorpresa del ataque hizo que el mismo cayera sobre la población, que realizaba sus actividades normales debido a que era un día hábil.”
“Entre las primeras víctimas se contaron los ocupantes de los vehículos de transporte público de pasajeros. Un trolebús repleto recibió una bomba de lleno, muriendo todos sus ocupantes.”
“La Plaza de Mayo era un incendio, quienes salían de las bocas del subte se encontraron con la nube de pólvora, los aviones rasantes sobre el casco porteño, la gritería, la desesperación, la gente intentando esconderse como podía, heridos, muertos, mutilados. Los aviones lanzaron sus bolas de fuego y muerte contra los trabajadores que se desplazaban hacia sus tareas, o bien transeúntes distraídos que recorrían ese lugar histórico, mientras se escondían como podían ante la sorpresiva y violenta lluvia de bombas y metrallas”.
Esa mañana fue el bautismo de fuego de los aviones de la aeronáutica contra el pueblo. Los aviadores arrojaron nueve toneladas y media de explosivos, según algunas fuentes, otras, catorce toneladas sobre la población civil inerme.
Perón se había retirado al Ministerio de Guerra ubicado a 200 metros de la Casa Rosada por lo cual no estaba en ella al comenzar los ataques aéreos y el intento de asalto por fuerzas de tierra.
Después de la primera hora de bombardeo los gremios empezaron a convocar a los obreros para organizar una Marcha de Resistencia a la Plaza de Mayo en defensa de Perón. Una bomba cayó sobre la convocatoria a las 13.30 y mató a Armando Fernández, de la Asociación de Trabajadores Jaboneros, Perfumistas y Afines.
Mientras se acentuaban los tiroteos en el centro porteño, se ordenó a la Base Militar de la Fuerza Aérea en Morón el despegue de interceptores a reacción. Los pilotos se encontraban entonces en acaloradas discusiones sobre si debían adherirse o no al movimiento de los sublevados. Rápidamente se hizo al aire una escuadrilla de cuatro Gloster Meteor leales al gobierno. Si bien no pudieron llegar a tiempo para impedir el bombardeo, lograron interceptar una escuadrilla naval rebelde que se retiraba de la zona. El combate se produjo a baja altura sobre el Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery y el Río de la Plata.
La Base Aérea de Morón caería entonces por poco tiempo en manos rebeldes, con lo que estos pudieron hacerse con 4 Meteors. Los hicieron despegar para continuar ametrallando la zona de Plaza de Mayo en apoyo a los rebeldes emplazados en la zona del Ministerio de Marina, extendiendo sus acciones hasta las 17.20. Al no contar con bombas uno de estos aviadores empleó su tanque de combustible como si fuese una bomba de napalm, que cayó sobre los automóviles que se encontraban en el estacionamiento de la Casa de Gobierno.
Ante el fracaso del combate en tierra y luego de ser derribados dos aviones por las baterías antiaéreas montadas en la zona, los aviadores rebeldes recibieron la orden de escapar al territorio uruguayo, pidiendo asilo. De los treinta aviones que huían, algunos aparatos no llegaron a aterrizar en el territorio uruguayo por el excesivo consumo de combustible invertido en los ametrallamientos, por lo que sus pilotos debieron descender forzosamente al Río de la Plata o en campos de la zona de Carmelo.
El pueblo salió a la calle enardecido, solicitando armas al presidente. En un mensaje radial emitido por el General Perón afirmó que “la situación está totalmente dominada. El Ministerio de Marina, donde estaba el comando revolucionario, se ha entregado y está ocupado, y los culpables, detenidos”, e instó a la población: “nosotros, como pueblo civilizado, no podemos tomar medidas que sean aconsejadas por la pasión, sino por la reflexión”.
Se había perpetrado uno de los hechos más cobardes y criminales de militares y civiles de la historia de nuestro país.
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“Sin archivos no hay derechos”: la advertencia de Andrés Pak Linares ante el vaciamiento de la memoria estatal

El archivista y presidente de AFPA (Archivistas de la Función Pública Argentina) Andrés Pak Linares, advierte sobre los riesgos que corren los archivos públicos en un contexto de desfinanciamiento, desmantelamiento institucional y políticas que apelan a la desmemoria. Desde el Archivo General de la Nación hasta los organismos más pequeños del país, Pak Linares plantea que sin una política estatal sólida en materia archivística no solo se pierde historia: también se atenta contra la eficiencia del Estado y, sobre todo, contra el ejercicio pleno de los derechos individuales y colectivos. En diálogo con LCV, insiste en la necesidad de una política de archivos que trascienda gobiernos y coyunturas ideológicas, tal como sucede en otros países de la región.
LCV: ¿Cuáles son los riesgos que corren los archivos? Sobre todo en este momento, con este tipo de gobierno que apela a la destrucción y la desmemoria.
Andrés Pak Linares: “Bueno, nosotros desde AFPA , advertimos en un comunicado en abril de 2023 que todo estaba en peligro. Tristemente se fue cumpliendo esta visión que nosotros teníamos. Y lo vemos —para decirlo de una forma que se entienda, digamos— detrás de cada institución que se cierra o detrás de cada programa que se descontinúa, hay un archivo. Hay un archivo que recoge los documentos que dan cuenta de lo que hizo ese feminismo, de lo que hizo ese programa, ese funcionario”.
LCV: Ese funcionario también, por supuesto.
Andrés Pak Linares: “Claro, porque los archivos son los lugares donde se puso la documentación que refleja el accionar de las instituciones. Hay una trazabilidad de la historia que indica en qué gobiernos se cuidó más la memoria, en cuáles se cuidó más la cuestión archivística, se le dio visibilidad, se le dio formación a la gente.”
LCV: Recuerdo, desde que tengo uso de razón —y sobre todo desde que soy periodista— haber ingresado, y salvo los de la Biblioteca Mariano Moreno y algunos otros que son buenos en sí mismos, pero recuerdo el ingente trabajo de los archivistas para protegerlos del polvo, de los ácaros, de un montón de situaciones en donde uno dice: “Pará, eh, esto sin ir a otras cosas, como por ejemplo los fílmicos y los discos, que vos recordarás en la época del presidente Menem, por ejemplo, los archivos de Radio Nacional se tiraron todos a los containers de basura”.
Andrés Pak Linares: “No es fácil ponernos a hacer cuentas de lo que se ganó y lo que se perdió en los últimos años —a decir, no sé, 40 años—, hay muchos hitos, ¿no? Pero yo empezaría por acá: lo que nosotros planteamos desde AFPA es que lo que falta es una política estatal en materia de archivos. Política estatal, no gubernamental. Después podemos encontrar en los distintos gobiernos algunas acciones positivas, algunas negativas. Querríamos trascender eso a favor de la discusión por una política estatal, que es la responsabilidad estatal de la memoria. Y más que de la memoria, yo diría de archivos. Tenemos otra discusión. Las políticas de memoria útiles, buenas, que nosotros acompañamos y demás, tienen una correlación con las políticas de archivo. Si yo quiero una política de memoria eficiente, necesito una política de archivos eficiente. En ese sentido, y para nombrar hitos venturosos, entre el 2010 y el 2020 funcionó un programa de capacitación por el que pasaron más de 3000 agentes, más de 100 organismos públicos. Discontinuado. En los 90s, por ejemplo —para hablar de distintos gobiernos— durante el proceso de privatizaciones, y por el denodado esfuerzo de trabajadoras y trabajadores del Archivo General de la Nación y de otros archivos, bueno, el Archivo General de la Nación duplicó su patrimonio. Rescatando fondos de organismos privatizados.
LCV: ¿Cuáles serían las deudas de la democracia con la política de archivos?
Andrés Pak Linares: Lo que no tenemos del 83 para acá —para hablar de las deudas- es una actualización normativa, un reconocimiento de la profesión. Reconocimiento que tiene que, además de ver sueldos, verse en estructuras, verse en funcionalidad de los archivos. Entonces, más allá de señalar si este gobierno hizo esto, este gobierno hizo lo otro… nosotros vemos que hay una línea, por así decir, que no termina de instalar una política sólida.
LCV: ¿Cómo ves la política actual en ese sentido?
Estamos viviendo un denodado ataque a toda la estatalidad o a todas las —digamos— funcionalidades estatales, ¿no? Y en ese sentido no hay mucho para destruir. Está todo en peligro. Hay un peligro total, en todos los estamentos.”
LCV: Hay mucho para hablar, te digo, hay mucho para hablar y muy poco tiempo, porque yo te voy a pedir que en un minuto me definas la importancia que tiene —en un país— para su crecimiento intelectual, histórico, político y social, el tener los archivos y poder acceder a ese pasado nuestro que yo entiendo siempre enseña. Bien, en un minuto nada más.
Andrés Pak Linares: “Perfecto. Lo que nosotros planteamos —y esto quizás lo explique bien— es que los archivos tienen una triple función social. Una, la de preservar documentos que puedan oficiar de fuentes para el conocimiento del pasado. Otra, para la eficiencia administrativa. Y acá ya empezamos a abrir el juego: si yo quiero un Estado eficiente, más allá de la ideología o más allá de la dirección política que le dé, necesito archivos adecuados. Y una tercera, que dejo para el final y no es la menos importante: los archivos son el soporte documental para el ejercicio de derechos individuales y colectivos”.
LCV: “Totalmente”.
Andrés Pak Linares: “Entonces, si yo no implemento una política de archivo o directamente ataco la funcionalidad o servicios de archivos, estoy atacando directa o indirectamente —pero más directa que indirectamente— la posibilidad del ejercicio de derechos individuales y colectivos. Para poner un ejemplo de países vecinos: Brasil, hasta hace poco, tenía una política estatal en materia de archivos. Cambiaban los gobiernos —se iba Collor de Mello, venía Lula—, el director del Archivo Nacional de Brasil era el mismo. La CONARC, el Consejo Nacional de Archivo, era el mismo, seguía funcionando. A eso llamamos política estatal.
LCV: “Exactamente”.
Andrés Pak Linares: “Que trascienda las coyunturas. Que trasciendan las coyunturas y las ideologías”.
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Raúl Godoy, trabajador de la fábrica recuperada Zanon: “Nos están asfixiando”.

En un país donde las estadísticas borran a quienes resisten por fuera del mercado, el trabajador y dirigente ceramista, ex diputado del Frente de Izquierda, Raúl Godoy, levanta la voz desde el corazón de una experiencia que desafía las reglas del capitalismo hace casi 25 años. Zanon, la fábrica de cerámicos de Neuquén gestionada por sus trabajadores desde 2001, enfrenta hoy un escenario crítico: tarifas impagables, falta de crédito, desindustrialización y un Estado que nunca apostó por las gestiones obreras.
El viernes 13 de junio a las 17:30 hs en el Auditorio de ATE Nacional “Héctor Quagliaro”, ubicado en Moreno 2654, CABA, convocan a una reunión de solidaridad. En defensa de las gestiones obreras de Neuquén: Zanon, Ceramica Neuquen y Stefani de Cutral Co.
“El gobierno provincial con el uso de las fuerzas represivas: corto la luz y el gas a las cooperativas en plenos fríos. Paralizando asi toda la producción por lo tanto el sustento de cientos de familias. En la provincia de Vaca Muerta que provee energía a un tercio del país cortan los servicios a cooperativas de trabajo. Los trabajadores con un amplio apoyo de la comunidad vienen realizando manifestaciones en Neuquen, pero necesitan hacer visible esta situación a nivel nacional”, explicaron en un comunicado.
De paso por Buenos Aires para impulsar esa reunión de solidaridad y visibilización, Godoy analiza el presente de la cooperativa, recuerda el rol de los gobiernos que prometieron y no cumplieron, y apunta contra un modelo económico que prioriza a las multinacionales mientras deja caer a quienes producen sin patrón. “Lo que es verdaderamente utópico —advierte— es pensar que se puede sostener una cooperativa en medio de este capitalismo destructivo.”
LCV: ¿Dónde estás vos en este momento?
Raúl Godoy: Ahora, en estos momentos estoy en Buenos Aires. Estamos organizando una reunión para este viernes. Fue el pedido de los compañeros, se discutió en asamblea, para poder hacer visible nuestra lucha. Como bien decías al inicio, desde Neuquén siempre hay mucho silencio. Estamos en la Patagonia, lejos del centro político, por lo tanto, para hacer visible una lucha hay que venir hasta Buenos Aires. Entonces, bueno, acá preparando el terreno para poder hacer esta reunión de solidaridad y poder votar un plan de acción.
LCV: Contanos cuál es la situación que están viviendo en este momento en Neuquén.
Raúl Godoy: Claro. Las gestiones obreras, Zanon principalmente, pero después también Cerámica Neuquén, Stefani, y todos, somos parte de la lucha del 2001 en la Argentina, de ese momento donde surgieron y se multiplicaron las asambleas barriales, las ocupaciones de fábricas, gestiones obreras, cooperativas, etc. La gente se recordará lugares emblemáticos como el Bahuen, como Brukman. Fueron más de 250 fábricas y empresas que fueron ocupadas y puestas a producir frente al abandono de la patronal. Frente al cierre masivo de lugares de trabajo, mucha gente ocupó esos lugares y los puso a funcionar. Uno de los casos más emblemáticos fue el de Zanon, que venimos hace muchos años, ¿no? Ya el año que viene cumplimos 25 años, desde que se ocupó la fábrica y se puso a producir.
Bueno, estos años han sido de resistencia, de mucho trabajo. Al inicio, cuando empezó nuestro trabajo, tuvimos un momento donde las maquinarias estaban en buenas condiciones, veníamos con un cierto empuje, y logramos que las fábricas funcionaran, que ingresaran más compañeros y compañeras desocupadas a trabajar. Construimos una escuela, construimos un centro de salud, trabajamos muchísimo con la comunidad. Ahora, con el pasar de los años, los ajustes, una política peor que la otra, nos fueron asfixiando. No nos dieron jamás un acceso a crédito para renovar maquinaria. Entonces es como tener un taxi con un Ford Line, con un Torino, digamos. Es muy difícil seguir manteniendo una producción con fábricas que tienen más de 30 años de antigüedad. Han pasado los gobiernos, nunca accedimos, y ahora nos están apretando con los cuadros tarifarios. Con la política de Milei, de darle prioridad a las empresas multinacionales, nos vinieron a apretar. Y bueno, la parte más delgada de una economía son las cooperativas. No tienen espalda.
LCV: Respecto de la energía, escuchaba algo que tenía que ver con que si en la zona fría, que son ustedes, claro, tienen más de un medidor, significa que un medidor lo están usando de lujo. ¿No es posible que una cooperativa tenga dos medidores?
Raúl Godoy: Mirá, es incluso más complejo. Con las privatizaciones de los 90, que hizo el gobierno de Menem, quedó un desastre. Tenés una empresa que es la transportadora de gas, que es Camuzzi, una multinacional francesa que tiene el monopolio del transporte de gas. Pero además, tenés que contratar otra empresa que sea la proveedora. Ahí tenés una multitud de empresas, una peor que la otra, que especulan, la mayoría son multinacionales. En un momento tenía YPF la concesión, nos daba el gas, pero se retiró por zonas. Para que la gente se dé una idea de lo que estamos hablando, la boleta de gas es de 30 millones de pesos por mes.
LCV: ¿Y lo que gastás en sueldos para una cooperativa?
Raúl Godoy: Tenemos un sueldo básico, porque depende de la venta. En realidad, todos los primeros años de Zanon, los primeros 15 años, te diría, estábamos por encima, lejos, de lo que es el convenio ceramista en general. Siempre pudimos acceder, mientras la cooperativa funcionaba bien, a buenos sueldos. Cuando se empezó a deteriorar la economía, los sueldos los votamos en asamblea.
LCV: Entiendo. Pero lo que quería era que mi oyente entienda: 30 millones en gasto de gas y sueldos de cuánto.
Raúl Godoy: Estamos entre 300 y 400 mil pesos.
LCV: Me lo contabas de tal manera que pensé que me ibas a decir dos millones y medio. 400 mil pesos es una jubilación mínima.
Raúl Godoy: Exactamente. Por ahí si tenés una venta mayor se mejora y si no, no. No es estable. Al haberse caído tanto la producción y la economía en la cooperativa, se cobra lo que se puede. No todos los meses es igual.
LCV: En algún momento, ¿Zanon exportó?
Raúl Godoy: Sí, Zanón llegó a exportar, pero con mucho obstáculo. Hay mucha competencia. Había otras empresas que importaban directamente cerámicos más baratos, de menor calidad, y teníamos que competir. Las cooperativas, para nosotros, en última instancia, son lugares de resistencia. Mantenemos las fábricas abiertas. Pero debería ser un lugar de crecimiento, no de resistencia. Pero en un mercado capitalista absolutamente destructivo, no te dejan jamás.
De hecho, ningún gobierno nos permitió tener acceso a crédito para renovar maquinaria. Desde 2001 para acá, ninguno. Este gobierno menos. Este viene a liquidarte. Los anteriores te ponían un respirador. Este te lo quita y dice: “Si soportás, bien”.
Mirá, siempre cuento la anécdota: muchos estudiantes iban a Zanón a solidarizarse, estudiantes de economía, ingenieros. Uno de ellos era Axel Kicillof. Después llegó a ser ministro de Economía. Nunca pudimos acceder a un crédito, ni siquiera con él. Le vimos las caras a todos. Soluciones, a ninguno.
LCV: Le estoy preguntando esto a toda persona que fabrica algo. Con las importaciones abiertas, sin control, también se han abierto los controles de calidad y salubridad. ¿La cerámica tiene ese problema?
Raúl Godoy: Totalmente. Por ejemplo, Zanón fue la primera fábrica en Latinoamérica en fabricar porcelanato pulido. Con las importaciones empezaron a traer porcelanato chino, malísimo.
LCV: ¡Es el que se quiebra!
Raúl Godoy: Exactamente. Me alegra que lo digas vos, porque si lo digo yo parece parte interesada. Pero es verdad. Traían cerámicos malos, más baratos. La gente, con necesidad, compraba cualquier cosa. Imaginate planes de vivienda o empresas que hacen edificios: ponían lo más barato.
LCV: En los planes de vivienda del peronismo, las casas de obreros eran de materiales de calidad. Hoy el Estado te pone material barato. También hay una mirada política en eso.
Raúl Godoy: Sí, hay una decadencia generalizada. En Neuquén, que tiene mucha renta petrolera, ya no hay planes de vivienda. O están terciarizados. Nosotros planteamos que se estatizara la fábrica y, con control estatal, dedicar nuestra producción a viviendas. El gobierno proveía materia prima, maquinaria. Nosotros laburábamos. Gestión obrera. Ese fue el proyecto. No llegamos. Nadie quiso.
LCV: Nadie. Ni los más peronistas, ni los más socialistas.
Raúl Godoy: Logramos la cooperativa, sostuvimos el equipo, la fábrica abierta, trabajamos con la comunidad. Pero ese proyecto más amplio no se concretó.
LCV: Del 2001 al 2005 hubo una especie de “moda Zanon”. ¿Qué opinás de esos enamoramientos fugaces de la cultura “woke” que luego los abandonan?
Raúl Godoy: Yo creo que el título sería: No me arrepiento de este amor. Lo que hicimos en Zanon fue impresionante. Hasta 2009, cuando llegó la crisis de Lehman Brothers, tuvimos un golpe fuerte. Se encareció la energía, tuvimos que apagar un horno.
LCV: ¿Quién era el ministro de Economía?
Raúl Godoy: No me acuerdo. Pero fue un golpe. Afectó a toda la economía. Pero lo importante es que Zanon fue una gran prueba de cómo los trabajadores podemos gestionar. Se creó una escuela, se trabajó con pueblos originarios. Acá, siempre que hay crisis, los patrones dicen “cierro”. Pero ahora saben que los trabajadores pueden ocupar la fábrica. Eso quedó. Eso está en la conciencia de miles. Y también en la de los patrones.
Hay una empresa, Madigraf, que era de un fondo buitre. Amenazaban con cerrar. Los compañeros grabaron un video con un fantasma que decía “Zanon” en el pecho. Terminó siendo cierto. Ocupada y puesta a producir. Hoy es cooperativa. Produce en el parque industrial de Pilar. Frente a Ford, con 5.000 obreros.
LCV: El tiempo está a favor de los pequeños.
Raúl Godoy: Esperemos. Ninguna lucha fue en vano. Lo que sí es utópico es tener una cooperativa y pensar que, en este capitalismo destructivo, vamos a prosperar. Eso sí es utópico. Pero pensar en un país cooperativo, más grande, es lo único que nos puede salvar de esta barbarie.


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