“El fútbol no es lo más importante. La salud es lo primero”. A pesar de la afirmación de Gianni Infantino, presidente de la FIFA, hace menos de un mes, ya fueron confirmados cinco casos positivos de COVID-19 entre los miles de obreros que siguen trabajando, sin descanso, en la construcción de estadios para el Mundial de Qatar de 2022. Y eso no es todo: según varias organizaciones internacionales de Derechos Humanos, se estima que aproximadamente 2000 personas murieron en el país asiático desde que comenzó el trabajo para la Copa del Mundo. Sin embargo nadie piensa en detener la obra ante el silencio de los medios masivos de comunicación.
En ocasiones, sus empleadores les quitan el pasaporte para que no puedan irse a sus países
En un informe realizado por la Confederación Sindical Internacional (CSI) en el año 2014, se refleja que el 90% de los obreros son inmigrantes de India, Nepal, Tailandia, y demás países aledaños que viajan con la promesa de un mejor futuro para ellos y sus familias, pero se encuentran con una realidad completamente adversa. No sólo los salarios son inferiores a lo prometido y percibidos a destiempo, sino que, en ocasiones, sus empleadores les quitan el pasaporte para que no puedan irse a sus países y los amenazan con despedirlos y darles sus datos a la policía local en caso de que se escapen. Según la ONG Amnistía Internacional, a todo esto se suma el trabajo forzado y una jornada laboral que supera las 12 horas en un país donde, en verano, la temperatura toca picos de más de 40 grados entre mayo y octubre. Los trabajadores viven en campamentos, frecuentemente en condiciones de hacinamiento. Los datos de las muertes provienen de las embajadas de cada país, ya que las autoridades oficiales son de causas naturales, aunque no sea muy natural hacer trabajos forzados durante 12 horas bajo un sol de 45 grados.
“Todo el planeta debe saber que el Mundial de 2022 se jugará en estadios manchados con sangre”
Se ha pedido desde estas organizaciones no gubernamentales, tanto a la FIFA como a las autoridades de Qatar, que hagan cumplir con los derechos laborales y humanos correspondientes. Sin embargo, la Fundación para la Democracia Internacional señala que al día de hoy llevamos la espeluznante cifra de 2000 personas que perdieron su vida en obras. Sostuvieron: “Todo el planeta debe saber que el Mundial de 2022 se jugará en estadios manchados con sangre”. Sangre trabajadora, obrera, inmigrante, por la que nadie se escandaliza, por la que nadie vela más que sus familias. Sharan Burrow, secretaria general de la CSI, sentenció: “Qatar es un estado esclavista. La FIFA lo sabe”.
Por otra parte, y lamentablemente, no podemos decir que esta problemática sea novedosa. También ocurrió, por ejemplo, para el último Mundial de Rusia que se celebró en el año 2018. La organización Human Rights Watch realizó un extenso informe un año previo a la competencia en el que señaló la explotación que soportaron los trabajadores en la construcción de los estadios. Falta de contratos, impago de salarios, demoras para cobrar y trabajo al aire libre en temperaturas extremadamente bajas son algunos de los padecimientos que los obreros reclamaron en aquel momento, incluso manifestándose a través de huelgas, a pesar del peligro de ser arrestados y deportados. El sindicato Building and Wood Workers’ International (Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera) reportó 17 muertes en los estadios.
“Qatar es un estado esclavista. La FIFA lo sabe”.
Para el Mundial de Brasil, en 2014, se estima que hubo aproximadamente 9 trabajadores que perdieron la vida en las obras, en su mayoría debido a accidentes laborales (caídas desde grandes alturas). La presión para finalizar los estadios cuando se aproximaba la fecha del torneo llevó a jornadas inhumanas y a que, más allá de las escasas medidas de seguridad, la justicia ordenara en todo momento la continuidad de la construcción. Para los Juegos Olímpicos de Sochi, también en Rusia, se estima que el número de fallecidos llegó a 60.
Al día de hoy, el coronavirus tiene paralizado el mundo del fútbol. No hay competencias, ni de clubes ni de selecciones nacionales. Las eliminatorias para el Mundial de Qatar están suspendidas por el momento y aún no hay información sobre su continuidad. Mientras tanto, la fecha del Mundial no se mueve y los obreros, como siempre, con calor o con frío, diez, doce, catorce o dieciocho horas por día, sin sus familias y con peligro de contagio, siguen trabajando. Para ellos no hay salud. Porque la salud es más importante que el fútbol, pero no más importante que terminar los estadios de fútbol. Eso es esencial. Esencial para el negocio.
La Confederación General del Trabajo anunció una movilización a la Plaza de Mayo para el jueves 18 de diciembre en rechazo a la reforma laboral que impulsa el gobierno nacional que busca precarizar aún más el trabajo argentino.
El proyecto del presidente Milei pretende instalar un banco de horas que permitiría jornadas de trabajo de 12 horas, habilita el cobro de salarios mediante mercancías y elimina, entre otros, el estatuto del periodista.
Expo Cooperativa 2025: producción, soberanía alimentaria y desarrollo local, por Hernán Rachid
En exclusiva con La Columna Vertebral, e ldirector de Capacitación y Formación del Instituto Provincial de Asociativismo y Cooperativismo (IPAC), Hernán Rachid, detalla cómo avanza la organización de la Expo Cooperativa 2025, profundiza en el rol de las cooperativas en la producción de alimentos y explica por qué la soberanía alimentaria es clave para el desarrollo de las comunidades bonaerenses. También analiza la situación actual del sector agropecuario y la urgencia de fortalecer redes productivas en todo el territorio.
LCV — ¿Cómo va la preparación de la Expo Cooperativa 2025 que tendrá lugar este viernes?
Hernán Rachid: “Este viernes 12 estaremos en el Teatro Argentino, en calle 51, realizando la segunda Expo Cooperativa desde que se jerarquizó nuevamente el órgano de control y fomento de cooperativas en la provincia. La primera edición fue el año pasado y esta segunda llega con gran participación y una amplia oferta de actividades.”
LCV — Dentro de la Expo habrá una feria de alimentación. ¿Quiénes participan y qué ofrecerán?
Hernán Rachid: “Decidimos concentrar la muestra en las cadenas de producción más fuertes de la provincia y por eso montamos una feria de alimentos en el exterior del Teatro Argentino con unas diez cooperativas y federaciones agropecuarias. Participarán Federación Rural, FECOFE, Federación AGROPA y cooperativas de la región y del interior que ofrecerán harinas, lácteos, kiwi y otros productos. Buscamos visibilizar al sector cooperativo y permitir que vecinos y vecinas accedan a alimentos a precios accesibles.”
LCV — Se menciona mucho el concepto de soberanía alimentaria. ¿Cómo lo definirías y cuál es el aporte de las cooperativas?
Hernán Rachid: “La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a producir sus alimentos, especialmente aquellos vinculados a su cultura y consumo habitual, y a acceder a ellos. En las cooperativas de pequeños y medianos productores es un eje central porque involucra el vínculo con el territorio, la comunidad, los consumidores y las formas de producción. Por eso el sector cooperativo lo adopta como un principio fundamental.”
LCV — No todos los productores trabajan bajo el concepto de soberanía alimentaria. ¿Cómo unifican estos esfuerzos en un contexto donde el discurso oficial lo desvaloriza?
Hernán Rachid: “Nuestro enfoque consiste en abordar la crisis del sector agropecuario, donde solo entre el 7% y el 8% de la población vive en el campo y la mayoría está en ciudades. Muchos pueblos del interior no producen sus propios alimentos y dependen de mercados centrales ubicados a cientos de kilómetros. Lo mismo ocurre con la leche, la carne o los huevos. Entendemos la soberanía alimentaria no solo como acceso a alimentos, sino como una estrategia de desarrollo local, trabajo, prestación de servicios, fortalecimiento del comercio interno e impulso para cooperativas y pymes del interior.”
LCV — La soberanía alimentaria implica una cadena productiva compleja. ¿Cómo se integra el sector cooperativo en ese proceso?
Hernán Rachid: “La soberanía alimentaria involucra a toda la cadena de producción. Las cooperativas conviven con productores independientes y empresas en una provincia con una diversidad enorme: fruticultura, horticultura, granos, carnes, olivos e incluso vitivinicultura. En el Congreso de Cooperativas Agropecuarias que organizamos con la Universidad de La Plata y el Ministerio de Desarrollo Agrario, cooperativas grandes, medianas y pequeños productores coincidieron en que la situación es muy preocupante y en que es urgente generar trabajo, fortalecer los pueblos del interior y garantizar el acceso a alimentos.”
Hernán Rachid: “Esperamos que se acerque mucha gente. Además de la feria de alimentos, habrá espectáculos de cooperativas culturales; cooperativas tecnológicas con realidad virtual e inteligencia artificial; cooperativas textiles y gastronómicas para comer en el lugar. Será una exposición diversa, completa y muy rica.”
Crónicas de la vida Moderna, parte II, “Publicidad, marketing y capital”, por Marcelo Cosín
Una canción para acompañar la lectura:
Coca cola refresca mejor, de y por Jorge Schussheim
“Coca Cola refresca mejor, Coca Cola elimina el dolor, Coca Cola querida señora, es el símbolo perfecto del amor”. Esta letra (y la música) la escribió el genial Jorge Schussheim a comienzos de la década del 60.
La publicidad es un género de comunicación dependiente de otra disciplina que la abarca: el marketing. Para no entrar en detalles, la publicidad, que es tan antigua como la Edad Media, tiene su inicio como herramienta fundamental del capitalismo en los años 50, después de la Segunda Guerra Mundial.
Esta crónica se refiere a la publicidad comercial, no a la comunicación política. El marketing comercial es mucho más que una técnica para vender productos: es el sistema que organiza la producción y el consumo dentro del capitalismo. Su función no es sólo conectar empresas con clientes, sino crear necesidades, moldear deseos y transformar la vida cotidiana en mercancía. A través de la publicidad, el marketing convierte objetos comunes en símbolos de felicidad, estatus o amor, instalando la idea de que consumir es la forma natural de existir.
Un ejemplo: un comercial de televisión de aceite Cocinero (Molinos Río de la Plata). En el envase del producto hay una imagen de un cocinero con gorro y una gran sonrisa. En ese comercial, el ama de casa, la señora, tiene la fantasía de que ese cocinero del envase toma vida y la enamora. Algo así como que el cocinero es su amante secreto. ¿Qué tiene que ver esta imagen con un aceite de girasol que sirve para freír papas fritas? Nada. Es cierto: nada que ver.
Si uno se deja guiar por las definiciones, podría suponer que la publicidad sirve para informar las características del producto y, sobre todo, especificar las ventajas sobre productos de la competencia. Pero no es así. La publicidad usa técnicas de persuasión. Autores como Vance Packard y Ernest Dichter abundaron en construcciones teóricas para explicar que la publicidad somete a la sociedad a una especie de esclavitud a normas que predeterminan qué es lo bueno, lo correcto, lo aceptable y, sobre todo, dictaminan acerca del deber ser de la persona.Los slogans muchas veces marcan el sentido de producir estados de ánimo, emociones que tienen que ver con la manipulación del deseo: Coca-Cola – “Destapa la felicidad”.
Nike – “Just Do It”- apela a la motivación personal y la superación. El deseo de ser activo y exitoso se proyecta sobre la marca.
L’Oréal – “Porque tú lo vales”- refuerza la autoestima y el deseo de sentirse valioso. El producto se convierte en un símbolo de reconocimiento personal.
Apple – “Think Different”- no describe tecnología, sino identidad y creatividad. Manipula el deseo de ser único y especial.
Durante más de una década, Cerveza Quilmes tuvo una campaña de publicidad que cambió su imagen y devolvió el liderazgo a la cerveza, que estaba opacada por el vino común de mesa. En los años 70, Quilmes tenía una campaña que intentaba convertir a la cerveza en una bebida familiar, veraniega, para ser consumida en el almuerzo o la cena. Competía con el vino común de mesa y, especialmente, con una marca que se había impuesto gracias a su publicidad. El vino Crespi, cuya campaña se basaba en relatos de una familia joven. El comercial más exitoso de la serie fue uno en el que la mujer le dice al hombre que está embarazada y lo simboliza con una imagen en la que le muestra un par de escarpines. El actor era Hugo Arana y esa campaña lo hizo famoso. La feliz familia de Crespi acompañó a los televidentes por años.
El éxito fue tan rotundo que la familia de Crespi acompaño durante varios años a los argentinos. Allá por 1977/78 el joven matrimonio festejaba un aniversario. El bebé de los escarpines ya tenía 6 años. “Pasan cosas lindas en una familia. Muchas se viven con Crespi seco.”
Lo curioso era la época política en que se desarrolló esa campaña llena de amor, ternura y paternidad: la dictadura militar, en la que se arrojaban seres humanos vivos al Río de la Plata y los dulces bebes eran secuestrados junto a sus escarpines.
Varias marcas de vino competían por ser la bebida preferida de la familia en el almuerzo y la cena. Mientras la cerveza no lograba hacer pie.
Quilmes intentaba, al menos, que en el verano se cambiara el vino por la cerveza con la campaña “A las 9, Quilmes también”, con escenas familiares llenas de amor y ternura. Pero no pudo. La guerra por la bebida en la mesa familiar la ganó el vino, que aumentaba el consumo de varias marcas y, sobre todo, incentivaba la inversión publicitaria.
Una agencia publicitaria llamada Solanas (del hermano de Pino Solanas, Héctor) encontró la fórmula para que la cerveza destituyera al vino. Lo primero que hizo fue una investigación de mercado. ¿Qué descubrió esa investigación? Que los jóvenes estaban ausentes de esas escenas familiares románticas en las que el vino prevalecía. Entonces la agencia encontró dos cosas para hacer que la “birra” se convirtiera en la preferida de la juventud. La primera: descubrir que el alcohol era un paso inicial en la desinhibición del acercamiento sexual. Y después, que los jóvenes ya no estaban en la casa, sino en “los boliches”. Por lo tanto, surgió el slogan “El sabor del encuentro”. Los comerciales contaban cómo una pareja se conocía en un boliche, haciendo que la cerveza fuera el imán que producía el acercamiento.
Estos ejemplos iniciales llaman a la reflexión acerca de la importancia del marketing y la publicidad como factores determinantes en el comportamiento de la sociedad. La publicidad comercial no es un mero instrumento de ventas. La publicidad es la mano armada del capitalismo, que genera consecuencias políticas de mayor importancia.