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Como caída del cielo | 3. Atrapados sin salida
Por Laura Giussani Constenla desde Italia
Cerrazón. Esa es la palabra que define este extraño momento histórico. Se cierran los cielos y los mares. Los granos permanecen encerrados en containers mientras el hambre ataca. Bajo cuatro llaves se encierran los nombres de los nuevos enemigos.
Un cataclismo me trajo a Italia, como una moderna Mary Poppins arrastrada por los vientos, sobrevolé el continente y hoy me encuentro convertida en Peter Pan. Solo resta huir de este mundo, aunque piratas haya por todos lados. Vayan, pues, algunas postales de este viaje con ojos quizás demasiado inocentes para entender tanta locura.

Macartismo new age
Sin una pizca de indignación, como quien solo informa, El Corriere della Sera, principal diario italiano, advierte que el Comité Parlamentario para la Seguridad de la República (COPASIR) -compuesto por 5 senadores y 5 diputados- está llevando adelante una investigación para descubrir a los llamados ‘putinianos’. Aparecen las primeras ‘listas negras‘ recibidas, datos secretos y clasificados a los que tiene acceso el tradicional periódico. Escritores, periodistas, influencers y políticos de toda especie forman parte de una suerte de amenaza para la seguridad nacional por su supuesto apoyo a Rusia. Y agrega Il Corriere: “El 12 de junio los exponentes del COPASIR son esperados en Washington para investigar a los filorusos“. Los informantes parlamentarios no tienen descanso, siguen el hilo de las publicaciones, tuits, y mensajes de todo tipo; descubren una campaña de ‘mails bombing’ lanzada sobre los correos electrónicos de diputados y senadores para defender los intereses de Putin. Con astucia, descubren que detrás de dicho intento está el senador del Movimiento 5 Stelle Vito Petrocelli, ya alejado del M5S. Para aclarar la situación, Petrocelli rebate: “Eran mails contrarios a mi remoción de la presidencia de la comisión, pero todos tenían nombre y apellido, incluso ciudad de origen. Yo no soy ‘putiniano’ pero a esta altura en nuestro país existe un neomarcartismo diletante que sigue creciendo y no se detendrá.” Desde el COPASIR braman contra el Corriere della Sera por hacer pública información clasificada, que no confirman ni desmienten. “¡No hay listas negras!”, aclaran una y otra vez, mientras explican el sentido de la investigación parlamentaria que comenzó a principios de mayo de este año: “No es que si uno piensa que Moscú tiene razón no pueda decirlo. El problema se trata solo si alguno recibe una paga para decir esas cosas o miente descaradamente para desinformar”. Es decir, hay listas negras.
Y mientras Italia, al igual que Europa, abre sus puertas solidarias a los más de 4 millones de ucranianos que debieron huir del espanto de la guerra, en Riace, un pequeño pueblo del sur, se lleva a cabo un encuentro internacional en defensa de los más de 80 procesados por ayudar el desembarco de africanos destinados a morir en el Mediterráneo. El mayor exponente de la persecución del Estado, es el ex intendente Mimmo Lucano quien creo un modelo ejemplar de recibimiento a los migrantes por el cual fue condenado a 13 años y 2 meses de prisión en primera instancia. Así están las cosas, negro sobre blanco. Bah, blanco sobre negro.
Ni por cielo ni por mar
El 6 de junio estaba previsto un encuentro entre el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, y el Ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Sarvov. Entre tantas iniciativas diplomáticas para encontrar una salida, Serbia está trabajando en un proyecto denominado ‘Open Balkan‘ en busca de la unidad de la región. No pudo ser. Los países vecinos, Bulgaria, Montenegro y Macedonia, cerraron sus cielos a los aviones rusos. Si teníamos plena conciencia de que la tierra tenía dueños, ahora caemos en la cuenta de que el cielo también. Serbia expresó su desazón por la frustrada reunión: “Un mundo en el que la diplomacia no puede buscar la paz, es un mundo sin paz”, sostuvo el presidente Aleksander Vulin.
No solo los cielos se cierran, también el mar, y la cosa se complica. Mientras el fantasma de una hambruna sin precedentes aparece en el horizonte, millones de toneladas de granos permanecen en los puertos sin poder salir. “El hambre se convirtió en un arma”, titula Il Manifesto, y los hechos parecen darle la razón. Los más perjudicados son y serán Medio Oriente y Africa, en donde solo en el sur ya hay 14 millones de hambrientos. Los cálculos indican que de aquí a octubre habrà 75 millones de toneladas de granos esperando un destino bien guardados en los silos. Turquía está tratando de mediar entre Kiev y Moscú para que se abran las aguas. Un ‘corredor para el pan’. Sí, es increíble pero es así. En tanto, están las denuncias cruzadas, tan improbables como verosímiles. Ucrania habría minado parte del mar para evitar ataques rusos, y desactivar las minas llevaría algunos meses. Estados Unidos denuncia una suerte de piratería rusa que está robando barcos con granos allí donde los vea, por lo cual la USA advirtió a través de un telegrama a 14 países del mundo, en su mayoría africanos que un cargamento de ‘500 mil toneladas de granos’ saqueados por naves rusas podrían llegar a sus puertos: “No deben comprarlos” es la orden del imperio mientras los hambrientos esperan el noble grano permitido por occidente.
La NATO al gobierno, el Capital al Poder
Sin ánimo de abrumar, ni distraerlos de los grandes debates nacionales en los que se discute entre Kulfas y Scioli para manejar el área productiva y energética, les cuento que por acá las cosas tampoco brillan. Y los trascendidos también cunden.
En una nota firmada por Luciana Castellina y Massimo Serafini, aparece una primicia por pocos escuchada, de la que los autores afirman tener varias fuentes inobjetables: la Nato, en su reunión de fin de junio en Madrid no solo discutirá de estrategias militares sino también energéticas. Todo indica que Europa ha decidido entregarle a la Alianza Atlántica el manejo de la administración de la producción de gas, petróleo, y demás yerbas, que también se encuentran bloqueados por la guerra. El primer paso sería un gasoducto Barcelona-Livorno. Il Manifesto no tiene dudas: “La militarización de la política ya está completa. A las armas se le confía la solución de los conflictos mientras la Alianza Atlántica tendrá la responsabilidad de gestionar nuestros balances comerciales”.
Se pinchó el globo
La pandemia fue el primer aviso: las fronteras se pueden cerrar. Ahora, la guerra, o, mejor dicho, el espectacular conflicto mundial por los bienes del planeta, acentuó el bloqueo con todas sus armas: económicas, informativas, políticas, bélicas. Se terminó la era de la globalización. Mientras las derechas siempre apelaron a la necesidad de ‘entrar al mundo’, a muchos nos gustaría huir de ese mundo tan infame, inhumano e irracional.
Las empresas también lo entienden así. El suplemento de Economía de Il Corriere della Sera, titula: “La producción vuelve a casa”. Un largo artículo explica la nueva movida de las multinacionales. Ante las dificultades que se presentaron en estos años para atravesar fronteras libremente, mejor no tener tanta sucursal lejana. No solo no llegan los granos, tampoco las materias primas ni los productos elaborados.
El aire ya no es libre, y aunque no te muevas, yo te toco.
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Uruguay y el factor Blair (Parte I), por María Urruzola
El pasado 22 de octubre, el ex primer ministro británico Tony Blair hizo una mini-parada de algunas horas en Uruguay, proveniente de Paraguay y rumbo a Buenos Aires, escala en la que se reunió ni más ni menos que con el Presidente de la República, Yamandú Orsi, en la casa de gobierno (Torre Ejecutiva) en un encuentro que sorprendió a tirios y troyanos.
“Parada corta pero significativa” escribió el semanario Búsqueda y con grandes titulares explicó el enigma: “Tony Blair ve a Uruguay como “laboratorio de IA” para América Latina, con foco en la administración pública”. Tal la explicación de un medio de centro derecha que suele abrevar en ‘altas fuentes’.
En paralelo a tan insólita visita se dio a conocer un acuerdo firmado en Nueva York durante la última asamblea general de la ONU, entre Uruguay y el “think tank” privado que dirige el ex primer ministro (el“Tony Blair Institute for Global Change”), acuerdo llamado en realidad “carta de intención”, cuyo propósito es “explorar y participar en un programa conjunto de asesoría técnica y desarrollo institucional”.
¿Qué puede “explorar” el Tony Blair Institute en Uruguay?
Según el acuerdo, tres áreas:
1- “Impulsar el desarrollo económico y social en terceros países”
2- “Comunicación estratégica y transformación digital”
3- “Mecanismos de coordinación en América Latina” para implementar la “red regional de unidades de cumplimiento”.
Vale la pena reflexionar sobre la intención de esta carta firmada por “Tony Blair Institute for Global Change”, una ONG que se presenta en su página oficial como especializada en tecnología y se autodefine de una manera críptica: “Como organización sin fines de lucro, podemos trabajar en los contextos más desafiantes y en los proyectos más transformadores, ya que nos centramos en los líderes, no en las ganancias. Y como organización no partidista, podemos aportar lo mejor de nuestra experiencia a los líderes que desean convertir su ambición en acciones significativas para su gente.” Es decir ¿una ONG dedicada a convertir la ambición de los líderes en realidad?
Palabras claves del acuerdo
“Terceros países”: ¿Cuáles serían los ‘terceros países’ cuyo desarrollo inquieta a dicha fundación? El nombre de Blair reapareció con fuerza en el escenario internacional cuando fue mencionado por Donald Trump como uno de los ‘guardianes de la paz’ de la supuesta tregua con Israel. El desconcierto fue generalizado ¿qué podria tener que ver el ex premier británico en ese lugar? Lo cierto es que Blair se convirtió en uno de los artífices de la ‘nueva Gaza’, un ‘tercer país’ que, sin dudas, necesitará desarrollo.
“Transformación digital”: De acuerdo a un informe del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística titulado “Tony Blair y su máquina de lobby tecnológico” , en febrero (2025) durante la Cumbre Mundial de Gobiernos realizada en Dubai, ante un nutrido auditorio conformado por primeros ministros y líderes de todo tipo apareció en una pantalla gigante Larry Ellison, fundador de Oracle, convertido recientemente en el hombre más rico del mundo . Larry Ellison y Tony Blair, hay que consignarlo, son amigos desde comienzos de los años 2000, siendo Blair en esa época Primer Ministro de Reino Unido y un “mimado” del jet set.“Tras una broma sobre su buen amigo Elon Musk, Ellison advirtió a la audiencia que la super inteligencia artificial llegaría antes de lo que cualquiera esperaba. Blair le preguntó entonces qué deberían estar haciendo los gobiernos de todo el mundo. ‘Lo primero que un país necesita hacer es unificar todos sus datos para que puedan ser consumidos y utilizados por el modelo de IA”, respondió Ellison. Argumentó que si bien el Reino Unido tenía una “cantidad increíble de datos poblacionales” aún estaban fragmentados y deberían unificarse en una sola puerta de entrada para que la IA los pueda leer.
( Ver: https://www.whoprofits.org )
Cabe mencionar que la Fundación personal de Ellison invirtió 130 millones de dólares entre 2021 y 2023 en el Instituto Tony Blair para el Cambio Global (TBI) con la promesa de otros 218 millones de dólares en un futuro cercano. Gracias al desinteresado aporte del hombre más rico del mundo el instituto de Blair cuenta con 1.000 empleados que trabajan en al menos 45 países.
Nada mejor que no tener fines de lucro para que te lluevan millones de dólares.
“Unidades de cumplimiento”. ¿Unidades de cumplimiento? Al leerla en la mencionada Carta de Intención sólo se nos hubiera ocurrido decir “No tengo conocimiento“, como decía un viejo ministro de Defensa post-dictadura ¿Qué significaría esa misteriosa terminología?
La respuesta la tuvimos hace un par de semanas cuando se realizó el II Encuentro Internacional de Unidades de Cumplimiento y Centros de Gobierno de América Latina y el Caribe, entre el 8 y el 10 de diciembre últimos, nada menos que en Montevideo, en la misma Torre Ejecutiva del gobierno uruguayo en donde estrecharon sus manos el presidente Orsi y el ex premier Blair. Sí, tuvimos a las mismísimas ‘unidades de cumplimento” reunidas en la casa de gobierno.
El historiador británico Eric Hobsbwan solía repetir que sus alumnos le preguntaban cuando hablaba de la Segunda Guerra Mundial: ¿eso quiere decirque hubo una primera? Aquí lo mismo: parece que hubo un primer encuentro internacional en 2024 en Perú, donde se creó la red de unidades de cumplimiento y centros de gobierno, y tan rápido va el asunto que en el próximo 2026 Uruguay asumirá la presidencia de la Secretaría Técnica de la Red de Centros de Gobierno de América Latina y el Caribe.
Visto desde el ombligo nacional o desde el ego, es un reconocimiento “al liderazgo” del pequeño Uruguay; visto desde la mirada de Blair parece ser la zanahoria para usarnos de laboratorio.
Cuando se lee la información difundida por el gobierno de Uruguay, se descubre que en este segundo encuentro de “unidades de cumplimiento” participaron 12 países de la región y organismos multilaterales como el BID y el PNUD, y dos organizaciones que no son ni países ni organismos: el Tony Blair Institute y Delivery Associates.
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Hace años se popularizó la teoría de los “seis grados de separación” entre cualquier par de personas en el mundo. Esa tesis del “mundo pequeño”, como se le llamó, la elaboró el psicólogo social norteamericano Stanley Milgran, conocido mundialmente por sus estudios sobre la obediencia a la autoridad por parte de la gente común. Aquel experimento donde gente vestida con túnica de médico ordenaba a ciudadanos comunes dar creciente descarga eléctrica a personas del otro lado de un vidrio. Cargas que podían matarlos si no hubieran sido falsas.
En realidad Milgran tomó la tesis de un cuento de un escritor húngaro, Frigyes Karinthy, y la estudió de manera sistemática. La idea del ‘mundo pequeño’ también fue investigado por Microsoft y Facebook, quienes estudiaron sus redes y validaron la hipótesis: Microsoft (2006) encontró una media de 6.6 grados en Messenger, mientras que Facebook (2011) descubrió la distancia media de 4.74 grados entre sus usuarios, mostrando cómo las redes digitales conectan aún más a la gente.
Cuántos serán los grados de separación entre Orsi, Netanyahu y Trump, será tema de la segunda parte de este artículo.
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Luis Lázaro: “Atacar el Estatuto del Periodista es atacar el derecho de la sociedad a informarse”
En el contexto de la reforma laborale presentada por el gobierno nacional bajo la idea de “modernización”, distintos sectores del periodismo advierten sobre el impacto profundo que estas iniciativas tendrían no solo sobre las condiciones de trabajo, sino sobre la democracia misma. En diálogo con La Columna Vertebral, Luis Lázaro analiza el sentido histórico, político y democrático del Estatuto del Periodista, su vigencia frente a la precarización laboral y los riesgos que implica su derogación en un escenario atravesado por la concentración mediática, el avance de las plataformas digitales y la crisis del oficio.
LCV: Para empezar desde cero, ¿por qué fue necesario un estatuto especial para el periodismo y no simplemente las leyes generales de protección del trabajo?
Luis Lázaro: “Todas las normas existen para tutelar determinados derechos o intereses. Si me preguntás cuál es el bien jurídico principal que protege el Estatuto del Periodista, no te diría solamente el trabajo profesional, aunque también lo hace, sino fundamentalmente el derecho a la información de la sociedad. El periodista es el instrumento que tiene la sociedad para conocer la información. Lo que producimos con nuestro trabajo son noticias, datos, miradas sobre la realidad, y por eso esta cuestión afecta de manera directa a la democracia y a los valores democráticos, al punto de que no pueden separarse una cosa de la otra.”
LCV: ¿Por qué hablás de un ataque que va más allá del periodismo?
Luis Lázaro: “Coincido en que estamos frente a un ataque frontal no solo contra el periodismo, sino contra la cultura y la comunicación en general, que aparece de contrabando en una ley mal llamada de modernización. Es un intento de retroceder en el tiempo respecto de conquistas históricas de los trabajadores. Cuando se plantea la derogación de una ley como el Estatuto del Periodista mediante una fórmula técnica e incomprensible para el ciudadano común, también se está atacando a la democracia, porque se debilita uno de los pilares que garantizan el derecho social a la información.”
LCV: ¿Cuál es el origen histórico del Estatuto y qué contexto lo explica?
Luis Lázaro: “El Estatuto del Periodista es de 1946, es decir, del inicio del primer gobierno peronista. El propio Perón, al enviar el proyecto al Congreso, plantea que había empresarios de la información muy ricos y trabajadores que producían esa riqueza muy pobres. El estatuto surge para equilibrar esa relación y para proteger una actividad estratégica para la vida democrática.”
LCV: Durante años se entendió al estatuto como una defensa frente a la inestabilidad laboral. ¿Eso sigue vigente?
Luis Lázaro: “El trabajo periodístico es un trabajo lábil, con mucha rotación. Salvo en algunas grandes empresas, la norma era estar hoy y mañana no. Una de las primeras grandes violaciones al estatuto fue la figura de las ‘colaboraciones’, que convirtió al periodista de planta en alguien que iba a ofrecer notas como si vendiera medialunas, sin nunca llegar a la estabilidad. La violación del estatuto viene desde hace mucho tiempo, y distintos gobiernos intentaron avanzar contra él sin lograrlo.”
LCV: En términos concretos, ¿qué pierde un periodista sin estatuto?
Luis Lázaro: “Primero, la acreditación de la condición profesional. El estatuto permite demostrar que sos trabajador de prensa y, a partir de eso, acceder al derecho constitucional a la información pública. También garantiza el acceso a las fuentes, el secreto profesional, la estabilidad laboral necesaria para investigar y la protección contra el despido arbitrario, especialmente el despido ideológico. La indemnización agravada no es un privilegio, es un mecanismo para que la patronal sepa que despedir a un periodista por su trabajo tiene un costo.”
LCV: ¿Cómo impacta esto en el contexto actual de precarización y plataformas digitales?
Luis Lázaro: “Hoy el estatuto sigue funcionando como un dique de contención frente al avance de las patronales, incluso en un escenario más complejo atravesado por internet. Hay abundante jurisprudencia que reconoce derechos a periodistas que trabajan de forma remota o en medios digitales. Sin el estatuto, las empresas tendrían vía libre para la rotación, el mal pago, el desconocimiento de paritarias y la eliminación de cualquier organización interna.”
LCV: ¿Por qué insistís en que el ataque es también al sistema democrático?
Luis Lázaro: “Porque el producto del periodista abona al sistema democrático. Si sacás de la ecuación el trabajo profesional orientado a informar, dejás a la sociedad desprotegida frente al discurso del odio, la desinformación y la violencia simbólica. Hoy vemos empresarios que no informan, sino que construyen propaladoras de insultos y odio. No es casual que la justicia empiece a reconocer el rol político del discurso de odio en hechos gravísimos de nuestra historia reciente.”
LCV: ¿Cómo evaluás el deterioro actual de la profesión?
Luis Lázaro: “Hay un bastardeo del periodismo. A la precariedad se suma la pérdida de prestigio y de sentido social del oficio. Ver a periodistas de enorme trayectoria vendiendo tortas para sostener un fondo de huelga es una muestra brutal de esa degradación. Esto no empezó ahora, pero hoy se busca arrasar con todo: el estatuto, la ley de medios y las protecciones penales frente a injurias y calumnias.”
LCV: ¿Qué rol juega la formación y la conciencia de las nuevas generaciones?
Luis Lázaro: “Muchos jóvenes no saben qué están defendiendo cuando se habla del estatuto. Ahí hay un trabajo importante de los sindicatos y de la FATPren, pero es cierto que cuesta más comprender estos alcances en una época donde las grandes investigaciones parecen quedar atrás. Sin estabilidad, con sueldos de hambre, es muy difícil sostener un periodismo que repregunte, investigue y confronte al poder.”
LCV: Para cerrar, ¿qué cosas no son negociables en este debate?
Luis Lázaro: “Podemos discutir cambios en los modos de producción, en las tecnologías y en las formas de transmisión, pero hay cuestiones que no son negociables: la estabilidad laboral, la protección frente al despido injustificado, la acreditación profesional, el secreto de las fuentes y el acceso a la información. Eso es la base del periodismo. Quitar esas garantías no perjudica solo a los periodistas, perjudica a toda la sociedad.”
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Paro de controladores aéreos por salarios atrasados y despidos sin resolver
En diálogo con La Columna Vertebral, Julián Gaday, integrante de la comisión directiva y vocero de la Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Navegación Aérea (ATEPSA), explicó cuál es la función de los controladores aéreos, el nivel de responsabilidad que implica su trabajo, las condiciones salariales del sector y los motivos del conflicto que derivó en medidas de fuerza anunciadas a partir del 17 de diciembre.
LCV: ¿Qué es un controlador aéreo?
Julián Gaday (ATEPSA):“Los controladores aéreos somos las personas encargadas de guiar y separar a todos los aviones desde que ponen en marcha los motores hasta que aterrizan en destino: despegue, aterrizaje, ascenso y nivel de crucero. Controlamos básicamente todo el espacio aéreo argentino, incluidos aviones del Estado, militares y comerciales; todo lo que vuele tiene que comunicarse con nosotros. Si no trabajamos, no hay tránsito aéreo, por eso somos un servicio público esencial y se nos hace tan difícil llegar a medidas de fuerza.”
LCV: Quiero poner en valor la responsabilidad que tienen: si se equivocan en una ruta, puede haber consecuencias gravísimas.
Julián Gaday:“Por supuesto. En el centro de control de área de Ezeiza, donde trabajo, controlamos en una hora normal entre 25 y 35 vuelos, y en horas pico hasta 50 aviones por hora. Estamos hablando de miles de vidas que pasan por nuestras voces, nuestras decisiones y nuestras instrucciones, no solo en ruta sino desde que el avión empieza a subir. Básicamente tomamos decisiones para evitar, de manera fundamental, que los aviones se choquen.”
LCV: ¿Cómo es el trabajo en equipo para que un avión esté en vuelo?
Julián Gaday:“ATEPSA representa a todos los trabajadores de los servicios de navegación aérea. Todo comienza en las oficinas ARO, donde se recibe la documentación y el plan de vuelo que presentan los pilotos o las aerolíneas, con la ruta y toda la información necesaria. Allí también se brinda información sobre estado de aerovías, aeropuertos y meteorología. Luego el avión llama a la torre de control, que autoriza la puesta en marcha, el rodaje y el despegue. Una vez en vuelo, pasa a los controladores de área, que controlamos todo el espacio aéreo desde cinco centros en el país, y al aproximarse al destino vuelve a pasar a la torre. También intervienen los servicios de búsqueda y salvamento y las oficinas NOTAM, que notifican cuestiones operativas a los pilotos.”
LCV: ¿Se estudia para ser controlador aéreo? ¿Cómo es la formación?
Julián Gaday:“Sí, se estudia. Hay un curso básico de un año y luego, según el destino, entre seis meses y más de un año para obtener la habilitación local. Yo, por ejemplo, trabajo en el centro de control de área y no puedo controlar en la torre de Ezeiza aunque esté a un piso de distancia, porque no tengo habilitación. Lo mismo sucede entre distintos aeropuertos: cada lugar tiene sus particularidades y son trabajos distintos.”
LCV: Con ese nivel de exigencia, ¿cuánto gana un controlador aéreo?
Julián Gaday:“Un controlador en Ezeiza o Aeroparque puede ganar alrededor de dos millones de pesos. En el interior del país, en aeropuertos con menor complejidad, los salarios rondan entre 1.300.000 y 1.800.000 pesos. En algunos de los cinco centros de control hay trabajadores por debajo de la línea de pobreza. Gran parte del colectivo tiene que hacer trabajos extra para mantener un nivel de vida mínimo que le permita realizar esta tarea, que es vocacional y crítica para la seguridad.”
LCV: ¿Cómo es el diálogo con la empresa y en qué consisten las medidas a partir del 17 de diciembre?
Julián Gaday: “El diálogo es prácticamente nulo. Hemos asistido a varias audiencias, pero es hablar contra una pared. No tenemos respuestas ni soluciones, desconocen el conflicto, los motivos y hasta el convenio colectivo de trabajo. En la última audiencia nos pidieron cinco días más para analizar propuestas que presentamos el 9 de septiembre. Pasaron tres meses sin analizarlas. Reclamamos actualización de viáticos con más de un año de atraso, revisión de categorías de aeropuertos —que por convenio debe hacerse anualmente— y la reincorporación de nueve controladores despedidos ilegalmente. Solo reincorporaron a tres; los otros seis siguen esperando, sin ninguna justificación válida.”
LCV: ¿Están informando para que los pasajeros no se vean sorprendidos?
Julián Gaday: “Notificamos a la empresa hace diez días del cronograma de medidas. Como servicio público esencial, debemos garantizar al menos el 45% de las operaciones, y nuestras medidas afectan alrededor del 10%. Informamos por mail a todas las compañías aéreas para que reprogramen vuelos y avisen con anticipación a los pasajeros. Nuestros usuarios directos son las aerolíneas, no los pasajeros.”
LCV: Se cuestiona que las medidas coincidan con fechas sensibles como Navidad.
Julián Gaday: “Durante todo noviembre hicimos medidas de fuerza sin afectar pasajeros, parando solo vuelos de carga. No tuvimos ninguna respuesta. Recién cuando se afecta al pasajero aparece el conflicto en agenda. Por eso es importante decir que no somos los únicos responsables: del otro lado están la empresa y el Estado, que no negocian ni ofrecen lo mínimo indispensable para llegar a un acuerdo.”
Uruguay y el factor Blair (Parte I), por María Urruzola
Luis Lázaro: “Atacar el Estatuto del Periodista es atacar el derecho de la sociedad a informarse”

