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Florencia Vespignani: “Existe una subestimación a los movimientos sociales y su capacidad de decidir”

Florencia Vespignani, artífice de la remodelación de la estación de tren Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, charló con Laura Giussani Constenla y Nora Anchart a 20 años del asesinato de los dos militantes a manos de la Policía en una de las represiones más cruentas de la democracia.

LCV: ¿Cómo estuvieron las cosas este fin de semana?

-No solo este finde sino que, como se cumplían 20 años, estuvimos intentando dedicarle bastante tiempo previo, así que desde mayo estamos tratando de mejorar la estación. Siempre la estación está en permanente cambio, transformación, algunas cosas se renuevan, otras se vuelven a hacer. Aparte de los dos años de pandemia habíamos estado con poca actividad, entonces este año le dedicamos desde mayo así que estoy cansada, pero a la vez también conmovida, conmocionada. Estos días son así de fuertes, intensos, de volver a pensar y encontrarse con un montón de compañeros y compañeras y por lo menos estoy contenta porque la estación quedó mucho mejor y la pudimos levantar y transformar. Como la estación está siempre viva también es una forma de que también estén vivos nuestros compañeros Darío y Maxi y toda la lucha de ellos que nos simboliza tanto.

LCV: ¿Cuáles eran objetivos de un movimiento social en aquel momento?

-Nosotres nos organizamos en asamblea. Siempre lo bueno de Lanús era que veníamos coordinando con otros movimientos, conocíamos, se habían dado algunos cortes de desocupados y desocupadas en zona sur y algunos íbamos a conocer, porque la verdad con la mayoría de los compañeros que después conformamos La Verón, que es el movimiento donde yo estaba y estaba Darío, se fue armando de la lucha en la calle. Se hacía un corte en Varela, un grupito íbamos a ver quiénes eran y así se fue armando una coordinadora de lucha. Pero concretamente en el barrio eran asambleas. Hace poco por suerte tuve la posibilidad de reconstruir la historia de una compañera nuestra que fue Luisa Canteros, ella fue la primera vecina que empezó a invitarnos, que puso su casa para hacer las asambleas en el patio y empezamos con una asamblea de 20 vecinos y vecinas para ver qué pasaba y estaba la desocupación allá arriba y no se podía, teníamos dificultades.

Había compañeras que venían a las asambleas con dificultades básicas de alimentaciones y eso fue lo que empezó a mover la organización, la necesidad y después la posibilidad de organizarnos y juntarnos con otros para ir a reclamar. Eso fue el inicio. Después de ahí surgieron un montón de cosas, las asambleas, la organización. Nosotras teníamos asambleas todas las semanas y todo lo decidíamos en asamblea, a dónde íbamos, qué hacíamos con los grupos; porque nosotres peleamos también que los planes, cuando nosotros cortábamos y efectivamente lográbamos algún subsidio o plan discutíamos al municipio que queríamos organizar grupos productivos, grupo de salud a partir de las necesidades del barrio. Entonces hacíamos cosas desde limpiar la zanja hasta hacer una pasada por todas las casas por el tema del dengue y después empezamos a exigir y a pedir maquinaria para poder trabajar, entonces tenemos una panadería que todavía sigue funcionando. Por ejemplo, con Darío teníamos el proyecto de hacer bloques para poder hacer viviendas, había herrerías, se intentó hacer huertas. Nosotros le decimos productivos para tratar de volver a organizarnos a través del trabajo. Lo que sí armábamos era en forma, nosotros en ese momento le decíamos trabajo libre y compartido, podía ser una cooperativa, entonces entre todos discutíamos que comprar, dónde venderlo, el precio. La panadería era central por tener un pan barato por el barrio.


“La estigmatización de la lucha social es jodida, porque prepara escenarios donde se justifica la represión”

sobre la subestimación de parte de otras clases

LCV: En su momento recuerdo que no había representación, se buscaba una horizontalidad.

-Sí. Eso sí es horizontalidad, después nosotras lo volvimos a resignificar y hablamos de democracia de base, esto de decidir todo en las asambleas, que era un trabajo muy arduo porque era mucho tiempo que nos llevaba pero era la base que nos daba esa fortaleza, porque después del 26 de junio del 2002 quedó probado eso en el sentido de que después de todo lo que nos pasó y nos corrieran y nosotros volver con un compañero asesinado al barrio, estaba esa fortaleza de decir que esto que hicimos lo habíamos decidido entre todes. Por supuesto los aportes, esto que ahora se habla, yo sé que ese es el tema que más genera, también lo decidíamos entre todos. A mí me indigna bastante porque también me pasa a veces, yo ahora estoy afiliada a Suteba ahora, esto de los micros. Si uno es un trabajador y tiene un mínimo ingreso, aunque sea un desocupado y tenga un plan, si uno tiene y decide hacer un aporte a su propia organización para después justamente poder movilizarse, poder salir, nosotras hacemos día de niño, hacemos un montón de cosas entre todes juntando. A veces era un aporte económico, a veces era la panadería haciendo tortas para poder festejar los cumpleaños de los chicos y chicas del barrio, y todo eso también era aporte que hacía cada familia. Es como que se descalifica eso, no te podés organizar y tener que mendigar que te lleven o no sé, porque eso también es una fortaleza de la organización de pueblo y de los trabajadores y trabajadores en tener su propia economía y poder decidir.

LCV: No es la mirada de los movimientos sociales y se está haciendo de esto una gran melange.

En esto que vos decís de la mirada también hay una subestimación a los movimientos y a los sectores populares de su capacidad de decidir. Porque si te llevan, de alguna forma te están subestimando, y eso tiene que ver con clase, no sé si clase mediera o clase alta, clase alta seguro, es una mirada de clase bastante injusta, pero creo que tiene que ver con eso y eso se propaga para todos lados. Para los movimientos sociales más de izquierda, para los movimientos sociales ligados al gobierno, esto de los choriplaneros, todas esas cosas espantosas que escuchamos ahora y estigmatizan. Ayer se daba este debate, si también esto no es una forma de estigmatizar y nos remite a 20 años de lo que pasó. Porque no nos olvidemos que para llegar al 26 de junio y planificar la represión brutal que hicieron también hubo en la previa palabras que se empezaron a usar en la tele como que éramos subversivos, como que queríamos derrocar al gobierno, hubo escenas donde se hablaba de tumberas, todo eso fue la previa. Entonces la estigmatización de la lucha social y la lucha política es jodida, porque después prepara escenarios donde se justifica la represión, a pesar que la del 26, por todo el contexto político que había también se logró revertir esa idea. Pero no nos olvidemos que los primeros minutos en los medios decía “se enfrentaron entre ellos”.

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Innovación, tecnología y cooperativismo: Cootech dijo presente en la Expo Cooperativa 2025

La cooperativa tecnológica Cootech participó por primera vez de la Expo Cooperativa 2025, realizada en el Teatro Argentino, donde presentó herramientas digitales orientadas al turismo, la gestión rural y la seguridad. En diálogo con La Columna Vertebral, Tatiana Aime detalló los productos exhibidos, el balance de la experiencia y destacó el fuerte perfil de género de la cooperativa.

LCV: La cooperativa estuvo presente, tuvo stand en la Expo Cooperativa 2025 del viernes pasado.
Tatiana Aime: “Sí, así es. Estuvimos en el Teatro Argentino donde se realizó la Expo Cooperativa 2025, la segunda edición, y esta fue la primera vez que nos presentamos mostrando algunos de nuestros productos.”

LCV: ¿Y cuáles son esos productos?
Tatiana Aime: “Los productos que llevamos al stand fueron tres en particular: uno es un software de digitalización de destinos turísticos que permite recorrer virtualmente zonas turísticas, como por ejemplo Berisso, Tapalqué y Carué, donde al ingresar a la página web de cada municipio se puede encontrar digitalizada toda su oferta turística.”

LCV: ¿Esto puede usarse desde el celular?
Tatiana Aime: “Sí, no es necesario ningún tipo de artefacto especial, con una computadora o un celular se puede visualizar perfectamente, lo que permite que cualquier persona que esté viajando por la provincia de Buenos Aires pueda consultar desde el teléfono qué hay para hacer en un destino determinado.”

LCV: Por ejemplo, si quiero ir un fin de semana largo a Carué, ¿la plataforma me muestra qué hay para hacer?
Tatiana Aime: “Exactamente, la página web te muestra los lugares turísticos y las actividades disponibles en Carué.”

LCV: ¿Cómo lo mostraron en el stand?, ¿era interactivo?
Tatiana Aime: “Sí, teníamos una pantalla donde se podía interactuar y recorrer los distintos lugares, y también presentamos realidad aumentada con visores, que permitían señalar y explorar los espacios de forma virtual.”

LCV: ¿Dijiste que presentaron más herramientas además de esta?
Tatiana Aime: “Sí, además presentamos dos herramientas más: una de gestión interna para campos y otra de seguridad rural que actualmente está siendo aplicada en el municipio de Salliqueló.”

LCV: Es la primera vez que participan en la Expo, ¿qué te pareció la experiencia y la interacción con la gente?
Tatiana Aime: “La experiencia fue muy buena, pudimos contactar a distintas cooperativas, charlar, mostrar lo que hacemos y tejer redes, que es algo fundamental dentro del cooperativismo.”

LCV: ¿Qué saldo dejó la Expo en términos de contactos y vínculos?
Tatiana Aime: “Pasaron muchas personas por el stand, pudimos mostrar nuestro trabajo y nos llevamos contactos con los que seguramente podremos hacer cosas a futuro, tanto con otras cooperativas como con usuarios directos.”

LCV: ¿Ustedes también desarrollan software a medida?
Tatiana Aime: “Sí, no solo hacemos los productos que mostramos en la Expo, sino que también desarrollamos software a medida según las necesidades de cada cliente, y este tipo de eventos permite vincularse directamente con quienes tienen una idea o una problemática concreta.”

LCV: Tatiana, sos muy joven, ¿cuántos años tenés?
Tatiana Aime: “Tengo 34 años.”

LCV: Quiero felicitarte porque es importante ver gente joven trabajando y construyendo estos proyectos colectivos.
Tatiana Aime: “Muchas gracias, y quiero destacar que Cotech está compuesta en un 90% por mujeres, algo que nos llena de orgullo, sobre todo teniendo en cuenta que desde el IPAC se viene planteando la equidad de género como un eje central para las cooperativas del próximo año.”

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Paro de controladores aéreos por salarios atrasados y despidos sin resolver

En diálogo con La Columna Vertebral, Julián Gaday, integrante de la comisión directiva y vocero de la Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Navegación Aérea (ATEPSA), explicó cuál es la función de los controladores aéreos, el nivel de responsabilidad que implica su trabajo, las condiciones salariales del sector y los motivos del conflicto que derivó en medidas de fuerza anunciadas a partir del 17 de diciembre.

LCV: ¿Qué es un controlador aéreo?

Julián Gaday (ATEPSA):“Los controladores aéreos somos las personas encargadas de guiar y separar a todos los aviones desde que ponen en marcha los motores hasta que aterrizan en destino: despegue, aterrizaje, ascenso y nivel de crucero. Controlamos básicamente todo el espacio aéreo argentino, incluidos aviones del Estado, militares y comerciales; todo lo que vuele tiene que comunicarse con nosotros. Si no trabajamos, no hay tránsito aéreo, por eso somos un servicio público esencial y se nos hace tan difícil llegar a medidas de fuerza.”

LCV: Quiero poner en valor la responsabilidad que tienen: si se equivocan en una ruta, puede haber consecuencias gravísimas.

Julián Gaday:“Por supuesto. En el centro de control de área de Ezeiza, donde trabajo, controlamos en una hora normal entre 25 y 35 vuelos, y en horas pico hasta 50 aviones por hora. Estamos hablando de miles de vidas que pasan por nuestras voces, nuestras decisiones y nuestras instrucciones, no solo en ruta sino desde que el avión empieza a subir. Básicamente tomamos decisiones para evitar, de manera fundamental, que los aviones se choquen.”

LCV: ¿Cómo es el trabajo en equipo para que un avión esté en vuelo?

Julián Gaday:“ATEPSA representa a todos los trabajadores de los servicios de navegación aérea. Todo comienza en las oficinas ARO, donde se recibe la documentación y el plan de vuelo que presentan los pilotos o las aerolíneas, con la ruta y toda la información necesaria. Allí también se brinda información sobre estado de aerovías, aeropuertos y meteorología. Luego el avión llama a la torre de control, que autoriza la puesta en marcha, el rodaje y el despegue. Una vez en vuelo, pasa a los controladores de área, que controlamos todo el espacio aéreo desde cinco centros en el país, y al aproximarse al destino vuelve a pasar a la torre. También intervienen los servicios de búsqueda y salvamento y las oficinas NOTAM, que notifican cuestiones operativas a los pilotos.”

LCV: ¿Se estudia para ser controlador aéreo? ¿Cómo es la formación?

Julián Gaday:“Sí, se estudia. Hay un curso básico de un año y luego, según el destino, entre seis meses y más de un año para obtener la habilitación local. Yo, por ejemplo, trabajo en el centro de control de área y no puedo controlar en la torre de Ezeiza aunque esté a un piso de distancia, porque no tengo habilitación. Lo mismo sucede entre distintos aeropuertos: cada lugar tiene sus particularidades y son trabajos distintos.”

LCV: Con ese nivel de exigencia, ¿cuánto gana un controlador aéreo?

Julián Gaday:“Un controlador en Ezeiza o Aeroparque puede ganar alrededor de dos millones de pesos. En el interior del país, en aeropuertos con menor complejidad, los salarios rondan entre 1.300.000 y 1.800.000 pesos. En algunos de los cinco centros de control hay trabajadores por debajo de la línea de pobreza. Gran parte del colectivo tiene que hacer trabajos extra para mantener un nivel de vida mínimo que le permita realizar esta tarea, que es vocacional y crítica para la seguridad.”

LCV: ¿Cómo es el diálogo con la empresa y en qué consisten las medidas a partir del 17 de diciembre?

Julián Gaday: “El diálogo es prácticamente nulo. Hemos asistido a varias audiencias, pero es hablar contra una pared. No tenemos respuestas ni soluciones, desconocen el conflicto, los motivos y hasta el convenio colectivo de trabajo. En la última audiencia nos pidieron cinco días más para analizar propuestas que presentamos el 9 de septiembre. Pasaron tres meses sin analizarlas. Reclamamos actualización de viáticos con más de un año de atraso, revisión de categorías de aeropuertos —que por convenio debe hacerse anualmente— y la reincorporación de nueve controladores despedidos ilegalmente. Solo reincorporaron a tres; los otros seis siguen esperando, sin ninguna justificación válida.”

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Cronograma de medidas de fuerza de los controladores aéreos.

LCV: ¿Están informando para que los pasajeros no se vean sorprendidos?

Julián Gaday: “Notificamos a la empresa hace diez días del cronograma de medidas. Como servicio público esencial, debemos garantizar al menos el 45% de las operaciones, y nuestras medidas afectan alrededor del 10%. Informamos por mail a todas las compañías aéreas para que reprogramen vuelos y avisen con anticipación a los pasajeros. Nuestros usuarios directos son las aerolíneas, no los pasajeros.”

LCV: Se cuestiona que las medidas coincidan con fechas sensibles como Navidad.

Julián Gaday: “Durante todo noviembre hicimos medidas de fuerza sin afectar pasajeros, parando solo vuelos de carga. No tuvimos ninguna respuesta. Recién cuando se afecta al pasajero aparece el conflicto en agenda. Por eso es importante decir que no somos los únicos responsables: del otro lado están la empresa y el Estado, que no negocian ni ofrecen lo mínimo indispensable para llegar a un acuerdo.”

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Acerca del imperio de lo inaudito y la apatía, por Hernán López Echagüe

Todo ocurre a cada instante, de modo cruel, y, en ocasiones, espeluznante. La vida se ha convertido en una suerte de encadenamiento de pasos dominados por la inviabilidad de llevarla a cabo. Un vagabundeo desprovisto de mira. Basta con echarle un poco de ojo a los acontecimientos que nos rodean, y nos sumergen, sin pausa, en un estado de las cosas en el que predominan el oscurantismo, la persecución, la barbarie, y el espíritu de la irracionalidad más abyecta. Sin embargo, lo que más pesadumbre causa es el silencio, y la quietud, y el desmembramiento de las voces y los actos de los que, al parecer, a los gritos y gesticulaciones por momentos dignas de conmiseración, condenan el oscurantismo, la persecución, la ignorancia y la irracionalidad. Y, al final de cuentas, no hacen más que brindarle mayor magnitud al descalabro, y, en ocasiones, fundamento. Triste victoria del vacío. ¿Qué decir? ¿Qué escribir?

Mejor lo ha dicho y escrito Julio Cortázar en su artículo “Policrítica a la hora de los chacales”, en 1971. Medio siglo atrás:

“De qué sirve escribir la buena prosa, de qué vale que exponga razones y argumentos si los chacales velan, la manada se tira contra el verbo, lo mutilan, le sacan lo que quieren, dejan de lado el resto, vuelven lo blanco negro, el signo más se cambia en signo menos, los chacales son sabios en los teles, son las tijeras de la infamia y del malentendido, manada universal, blancos negros, albinos, lacayos si no firman y todavía más chacales cuando firman, de qué sirve escribir midiendo cada frase, de qué sirve pesar cada acción, cada gesto que expliquen la conducta, si al otro día los periódicos, los consejeros, las agencias, los policías disfrazados, los asesores del gorila, los abogados de los trusts se encargarán de la versión más adecuada para consumo de inocentes o de crápulas, fabricarán una vez más la mentira que corre, la duda que se instala, y tanta buena gente en tanto pueblo y tanto campo de tanta tierra nuestra, que abre su diario y busca su verdad y se encuentra con la mentira maquillada, los bocados a punto, y va tragando baba prefabricada, mierda en pulcras columnas, y hay quien cree y al creer olvida el resto, tantos años de amor y de combate, porque así es, compadre, los chacales lo saben; la memoria es falible y como en los contratos, como en los testamentos, el diario de hoy con sus noticias invalida todo lo precedente, hunde el pasado en la basura de un presente traficado y mentido.Entonces no, mejor ser lo que se es, decir eso que quema la lengua y el estómago, siempre habrá quien entienda este lenguaje que del fondo viene, como del fondo brotan el semen, la leche, las espigas.Y el que espera otra cosa, la defensa o la fina explicación, la reincidencia o el escape, nada más fácil que comprar el diario made in usa, y leer los comentarios a este texto, las versiones de Reuter o de la UPI donde los chacales sabihondos le darán la versión satisfactoria, donde editorialistas mexicanos o brasileños o argentinos traducirán para él, con tanta generosidad, las instrucciones del chacal con sede en Washington, las pondrán en correcto castellano, mezcladas con saliva nacional, con mierda autóctona, fácil de tragar.No me excuso de nada, y sobre todo no excuso este lenguaje, es la hora del chacal, de los chacales y de sus obedientes: los mando a todos a la reputa madre que los parió, y digo lo que vivo y lo que siento y lo que sufro y lo que espero. Sólo así podremos acabar un día con los chacales y las hienas”.

Ilustración: Silvia Flichman (https://silviaflichman.com.ar/ )

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