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Joselo Schuap: “En abril del año pasado morí, y después resucité; ahora me toca ir a fondo”

Joselo Schuap, cantor popular y primer ministro de Cultura de la historia de Misiones, pasó nuevamente por La Columna Vertebral para contarnos sus objetivos y deseos. Luego de sobrevivir a un grave cuadro de COVID que lo dejó casi un mes en coma, volvió a sus funciones con más fuerzas y se convirtió en uno de los abanderados de la lucha para derogar una ley que le puso plazo a la cultura: en diciembre podría desaparecer el Inca, el Instituto de Teatro, la Comisión de Bibliotecas populares y el Instituto Nacional de Música, entre otros entes. Este jueves será la votación en el Senado que deberá decidir sobre el futuro de nuestros artistas. Schuap advierte sobre la gravedad de la situación: “Un país que no invierte en la cultura va a desaparecer. Lo que formó la patria es la cultura.”
LCV: La provincia de Misiones fue muy afectada por la pandemia como todo el país. Joselo se mantuvo trabajando para asistir a todos los artistas que estaban pasando un mal momento. Se contagió de Covid, estuvo 20 días en coma, tres meses internado, pero acá lo tenemos, acá lo tenemos con más fuerza que antes, ¿No es cierto?
-Sí, una situación que se repitió en todo el mundo. Nunca hubo un parate tan profundo y tan trágico para la industria cultural que este, jamás se detuvo el 100% de la actividad. Eso de quédate en casa mató el trabajo de todos nuestros compañeros y compañeras. Realmente nos causó un daño increíble que todavía nos está costando repuntar, a pesar de que ya casi en todos lados esto ha arrancado de nuevo, y que hay una sensación de, yo quiero creer y tengo esperanza, de que la gente empezó a ver a la cultura y al arte, o al arte, y con una mirada superior a la cultura como un todo, en algo sanador, en algo que cuando no tuvimos la posibilidad de disfrutar, nos dolió mucho. Aquella fábula de las hormigas y la cigarra, que no sé quién habrá escrito, pero la verdad que no le agradezco para nada esa imagen de que las hormigas le advierten a la cigarra que deje de usar su guitarra y que la guarde porque había que prepararse para el invierno y que cuando llegue el invierno ellas iban a estar re guardadas y la cigarra se iba a morir de frío.
La cultura no es un simple pasatiempo, es una industria que se ubica en el sexto nivel lugar de importancia del país
Vino una pandemia y cuando las hormigas estuvieron encerradas en su casa, lo único que tuvieron para sobrevivir fue el canto de la cigarra, y sin embargo no se valoró hasta ese momento como corresponde y como deben ser las cosas. Cuando hablo del canto de la cigarra, hablo de la literatura, hablo del cine, hablo de la música, hablo de las artes plásticas en general, de las expresiones artísticas en general y de cómo el trabajador de la cultura todavía es considerado solamente alguien que lo hace por hobby, alguien que, como un pasatiempo, se dedica a esto. Sin embargo, en la Argentina al menos, la industria cultural está ubicada dentro de las diez industrias más importantes y ni siquiera a veces los propios trabajadores de la cultura saben el valor que tiene su acción. La industria cultural está ubicada entre el 6.º y el 7.º lugar de importancia de la industria del país.
LCV: Cuando hablás de importancia, estás hablando de importancia económica.
Por supuesto, porque la importancia espiritual no está en discusión. La importancia cultural. el espíritu de nuestro pueblo es lo más importante. Pero también en la economía aparece la industria cultural como una de las diez que más generan dinero y que más dólares traen a la Argentina y que están ocupando un lugar fundamental. Es el primer empleo confirmado de que los jóvenes que comienzan, una vez terminado sus estudios secundarios, comienzan a pensar en el arte y ya consiguen trabajo porque son sus propios generadores autónomos de su de su realidad. Entonces, como primer empleo, como generación de trabajo, como traer dólares porque se exporta mucho arte y vienen dólares a la Argentina. Todo eso que la economía, que en realidad los economistas que que pilotearon en este barco que hoy zozobra, nunca pensaron que la cultura podía llegar a colaborar tanto en esto. Y ahí estamos, tratando de hacernos valer también un poco.
Por exigencia del FMI, a partir de diciembre todos los Institutos se quedan sin financiamiento
LCV: Vos me contabas de los efectos que podría tener una ley que en este momento si se sigue corriendo y no se deroga en diciembre, podría ser catastrófica para para toda la gente que vive de la cultura. ¿Nos contas un poco de que se trata eso?
-Tenemos todas las expectativas puestas en la semana que viene. Concretamente para que la gente entienda es que en el año 2017 el presidente Macri con el ministro de Economía Dujovne, solicitaron la aprobación del pacto fiscal, que era un paquete de medidas para que el Fondo Monetario le preste plata a la Argentina. Para que eso ocurra había que eliminar ítems de ahorro, es decir, generar ahorro en una lista de cosas, entre ellas las asignaciones específicas- Esto es un mecanismo fiscal en donde esto de los institutos autárquicos reciben la plata todos los días un poquito y de todo lo que lo que lo que van recibiendo en el año se construye su presupuesto, y con eso el Instituto Nacional de Cine Argentino, el Instituto Nacional de Teatro, el Instituto Nacional de la Música, las Bibliotecas populares a través de la CONADEP y otros en las radios comunitarias, en fin, una gran cantidad de entes autárquico e Institutos Nacionales reciben la plata directamente por asignaciones específicas. El Fondo Monetario le pide a la Argentina que las elimine y eso se vota la madrugada casi con letra chica. Yo quiero creer que así fue. De hecho, estoy convencido y sabemos que muchos de los que votaron esto ni siquiera se dieron cuenta, porque hay un caso puntual, es decir, el desaparecido ya Pino Solanas, amante del cine, luchador del cine, director de cine y también político, jamás hubiera votado algo así para perjudicar al Inca. Es impensable que Pino Solanas haga eso. Sin embargo, votó. Está su firma, está su voto. Entonces fue algo oculto, algo que pasó desapercibido en un paquete gigante de cosas. La cuestión es que ahora, en diciembre de este año del 2022 que estamos, se vencen los cinco años de prórroga que le dieron en aquel momento del 2017. A partir de diciembre todos estos institutos se quedan sin financiamiento directo, la plata se va a Rentas Generales y todos tienen que ir a pelear el recurso con el ministro de Economía de la Nación todos los días, todos los años, y ya sabemos qué pasa con eso. Se quedan sin plata porque Rentas Generales tiene que resolver un montón de cosas, pagar la deuda, devolverle al Fondo Monetario la plata que le prestó, todo eso que ya sabemos. Estos no son subsidios, estos son dineros generados por la lucha de tantos años de los argentinos que piensan conscientemente en que un país que no invierte en la cultura va a desaparecer. Lo que formó la patria es la cultura. La patria es el producto de lo cultural, de quiénes somos. Por eso la patria no puede no invertir en una biblioteca pública en donde un chico abre un libro y mañana va a ser el médico que le salve la vida a su pueblo, o va a ser el docente que enseña o inclusive el presidente que dirija los destinos de la patria. Entonces, concretamente estamos luchando con el diputado Pablo Carro, que presentó un proyecto al que acompañamos muchos para prorrogar por 50 años esto. No se puede eliminar por siempre, sino que lo pateamos no por 5, sino por 50.
LCV: ¿Para prorrogar qué cosa? ¿Para derogar la ley?
-Hay que derogar la ley que tiene como vencimiento el 20 de diciembre o el 10 de diciembre que viene, derogar esa ley y prorrogar las asignaciones con un futuro de 50 años en adelante. Así que eso es lo que tenemos que hacer sí o sí.
El 2 de abril del año pasado morí por un minuto y volví a vivir. La vida me dio una segunda oportunidad y no podemos dudar. Tenemos que ir a fondo
LCV: Sabés que además yo te escucho y te veo tan puesto en el asunto, con tanto conocimiento, y es raro para alguien que te conoció arriba del escenario cantando esas hermosas canciones tuyas, verte en esta postura de funcionario y funcionario comprometido y funcionario consciente. Nosotros la primera entrevista que te hicimos me acuerdo que fue casi para felicitarte porque te habían nombrado como director de Cultura de Misiones. Haceme una breve reseña de qué puede hacer un cantautor cuando quizás tiene que dejar un poco el escenario, porque no estás cantando tanto ahora, pero cuáles han sido los logros de tu de tu gestión en Misiones.
-Yo soy el primer ministro de Cultura de la historia de Misiones de mi provincia, es una Secretaría de Estado con rango ministerial, es decir, mi jefe directo del gobernador. Es la primera vez que la cultura, o alguien representante de la cultura, se sienta en una reunión de gabinete en donde se deciden las cosas, en donde siempre se sentó el ministro de Hacienda, el de Educación, porque Cultura dependía, era una subsecretaría pequeñita dentro del Ministerio de Educación. Yo la verdad es que extraño mucho el escenario, esa es mi vida. Pero el desafío de hoy pasa por esto. Vengo de trabajar en el equipo de Creación y Formación del INAMU con todos los compañeros y compañeras de lucha ahí, lo cual ahí me entrené bastante en estas cuestiones administrativas, aprendo mucho todos los días. Ser ministro no es fácil. En una época en donde hay una pandemia mundial, te puedo asegurar que no se lo deseo a nadie. Sin embargo, siento mucho orgullo por lo que estamos haciendo y yo para cantar las canciones que canté y que escribí y poder seguir cantándola cuando esto termine en mi gestión, yo no puedo no estar comprometido a este nivel, en donde en dónde tengo que ir al frente y acelerar a fondo, porque como recién contabas en la nota, yo resucité. Es decir, el 2 de abril del año pasado me morí unos minutos y volví a vivir. Me quedan las secuelas en el brazo derecho, algunas cosas en las cuerdas vocales, las de la traqueotomía y cosas así. Pero estuve 29 días en coma, soñando y estando como en un limbo que uno está por los medicamentos y la droga. Me desperté pensando que muchas cosas que soñé eran ciertas, muy difíciles de asumir. Entonces digo, si la vida me dio una segunda oportunidad, no queda otra. No podemos dudar acá, tenemos que ir a fondo con esto y agradezco poder estar en este lugar y que sea un músico como yo o alguien que venga de abajo, porque yo fui músico callejero. Yo pasaba la gorra en una esquina.
Asumí como ministro porque la acción cultural necesita ese lugar de reconocimiento
LCV: Me contaban además que ahora los músicos y los artistas de Misiones tienen como un reconocimiento como trabajadores del arte y que tienen descuentos y que tienen obra social. Un montón de cosas se han conseguido.
Son muy sencillas de realizar, pero había que hacerlo. Entonces yo agradezco la posibilidad de estar en este lugar. Es una oportunidad única, yo creo, porque la política y el funcionamiento del Estado nunca pensó en la cultura como algo importante. Como decía el Flaco Spinetta, la música, el arte en general es el souvenir. Es cuando se inaugura una ruta que realmente es lo importante y bueno, viene alguien y tocan ahí unos temas en un escenario y eso es nada más. Sin embargo, nosotros estamos posicionando la industria cultural, pero también con una gestión de la nación muy fuerte. No puedo no nombrar el trabajo de Tristán Bauer, de Lucrecia Cardozo, de Federico Prieto y todo el equipo de la Nación, que están haciendo un laburo excepcional e histórico en la mirada federal. Nunca hubo tanto dinero repartido en el país como en esta gestión de Tristán Bauer. Yo conozco la gestión anterior, inclusive de Teresa Parodi, mi querida amiga, en su momento. Después bueno, vino el descenso de categoría del Ministerio de Cultura, Secretaría, con el gobierno de Mauricio Macri y Avelluto que fue el secretario. Es decir, yo puedo ostentar esto y decirte soy el primer ministro en la historia de la gestión cultural de mi provincia. Yo asumí como ministro, es decir, sería una vergüenza para mí terminar mi gestión y decir que vuelvo a ser un secretario de mucho menos rango, porque la acción cultural necesita el lugar de reconocimiento.

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16 de junio de 1955: Esa maldita costumbre de matar, por Leónidas Ceruti

El mes de junio de 1955, no fue un mes cualquiera durante el segundo gobierno del Gral. Juan Domingo Perón. El día 11, la Iglesia Católica realizó la procesión de Corpus Christi, que excedió lo religioso y se produjo una movilización opositora que reunió 250.000 manifestantes, desplazándose desde la zona de la Catedral a la zona del Congreso Nacional.
Las crónicas reseñan que los activistas dañaron placas conmemorativas a la figura de Eva Perón e izaron la bandera del Vaticano en lugar de la bandera argentina en el mástil del Congreso. El conflicto se agudizó cuando se conoció que durante la procesión se había quemado una bandera argentina y al publicarse en los diarios la fotografía de Perón y Borlenghi mirando los restos de la misma.
El 16 el gobierno había organizado un acto de desagravio a la bandera nacional. El ministro de Aeronáutica, Brigadier Mayor Juan Ignacio de San Martín, dispuso que la aviación testimonie su adhesión al presidente de la República, desagraviando a la vez la memoria del general José de San Martín. Para esto decidió que una formación de aviones sobrevuele la Catedral de Buenos Aires, donde descansan los restos del Libertador. El anuncio del desfile reunió en Plaza de Mayo a un numeroso público. Se trataba de un acto cívico-militar en solidaridad con el gobierno frente a los embates de la oposición.
Pero durante esa jornada, al mediodía se produciría el bombardeo, conocido como la Masacre de Plaza de Mayo. Ese día un grupo de militares y civiles opuestos al gobierno del presidente Perón, intentó asesinarlo y llevar adelante un golpe de estado y, si bien fracasaron en su propósito, durante el mismo varios escuadrones de aviones pertenecientes a la Aviación Naval, bombardearon y ametrallaron la Plaza de Mayo y la Casa Rosada, el edificio de la Confederación General del Trabajo y el edificio que en aquella época servía como residencia presidencial.Causaron la muerte de 700 personas y más de 2000 heridos.
Los relatos de la época comentan que:
“A las 12.40, la escuadra de treinta y cuatro aviones de la Marina de Guerra argentina que había estado sobrevolando la ciudad desde hacía bastante tiempo (22 North American AT-6, 5 Beechcraft AT-11, 3 hidroaviones de patrulla y rescate Catalina), iniciaron sus bombardeos y ametrallamientos al área de la Plaza de Mayo.”
“El capitán de fragata Néstor Noriega, de 39 años de edad, esperaba que el cielo se despejara, la escuadrilla formaba escalonada hacia arriba. A las 12,40 Noriega al mando de su Beechcraft descarga una bomba de 100 kilos que cae sobre la sede presidencial; a continuación los North American al mando del capitán de corbeta Santiago Sabarots descargan bombas de 50 kilos cada uno. La sorpresa del ataque hizo que el mismo cayera sobre la población, que realizaba sus actividades normales debido a que era un día hábil.”
“Entre las primeras víctimas se contaron los ocupantes de los vehículos de transporte público de pasajeros. Un trolebús repleto recibió una bomba de lleno, muriendo todos sus ocupantes.”
“La Plaza de Mayo era un incendio, quienes salían de las bocas del subte se encontraron con la nube de pólvora, los aviones rasantes sobre el casco porteño, la gritería, la desesperación, la gente intentando esconderse como podía, heridos, muertos, mutilados. Los aviones lanzaron sus bolas de fuego y muerte contra los trabajadores que se desplazaban hacia sus tareas, o bien transeúntes distraídos que recorrían ese lugar histórico, mientras se escondían como podían ante la sorpresiva y violenta lluvia de bombas y metrallas”.
Esa mañana fue el bautismo de fuego de los aviones de la aeronáutica contra el pueblo. Los aviadores arrojaron nueve toneladas y media de explosivos, según algunas fuentes, otras, catorce toneladas sobre la población civil inerme.
Perón se había retirado al Ministerio de Guerra ubicado a 200 metros de la Casa Rosada por lo cual no estaba en ella al comenzar los ataques aéreos y el intento de asalto por fuerzas de tierra.
Después de la primera hora de bombardeo los gremios empezaron a convocar a los obreros para organizar una Marcha de Resistencia a la Plaza de Mayo en defensa de Perón. Una bomba cayó sobre la convocatoria a las 13.30 y mató a Armando Fernández, de la Asociación de Trabajadores Jaboneros, Perfumistas y Afines.
Mientras se acentuaban los tiroteos en el centro porteño, se ordenó a la Base Militar de la Fuerza Aérea en Morón el despegue de interceptores a reacción. Los pilotos se encontraban entonces en acaloradas discusiones sobre si debían adherirse o no al movimiento de los sublevados. Rápidamente se hizo al aire una escuadrilla de cuatro Gloster Meteor leales al gobierno. Si bien no pudieron llegar a tiempo para impedir el bombardeo, lograron interceptar una escuadrilla naval rebelde que se retiraba de la zona. El combate se produjo a baja altura sobre el Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery y el Río de la Plata.
La Base Aérea de Morón caería entonces por poco tiempo en manos rebeldes, con lo que estos pudieron hacerse con 4 Meteors. Los hicieron despegar para continuar ametrallando la zona de Plaza de Mayo en apoyo a los rebeldes emplazados en la zona del Ministerio de Marina, extendiendo sus acciones hasta las 17.20. Al no contar con bombas uno de estos aviadores empleó su tanque de combustible como si fuese una bomba de napalm, que cayó sobre los automóviles que se encontraban en el estacionamiento de la Casa de Gobierno.
Ante el fracaso del combate en tierra y luego de ser derribados dos aviones por las baterías antiaéreas montadas en la zona, los aviadores rebeldes recibieron la orden de escapar al territorio uruguayo, pidiendo asilo. De los treinta aviones que huían, algunos aparatos no llegaron a aterrizar en el territorio uruguayo por el excesivo consumo de combustible invertido en los ametrallamientos, por lo que sus pilotos debieron descender forzosamente al Río de la Plata o en campos de la zona de Carmelo.
El pueblo salió a la calle enardecido, solicitando armas al presidente. En un mensaje radial emitido por el General Perón afirmó que “la situación está totalmente dominada. El Ministerio de Marina, donde estaba el comando revolucionario, se ha entregado y está ocupado, y los culpables, detenidos”, e instó a la población: “nosotros, como pueblo civilizado, no podemos tomar medidas que sean aconsejadas por la pasión, sino por la reflexión”.
Se había perpetrado uno de los hechos más cobardes y criminales de militares y civiles de la historia de nuestro país.
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“Sin archivos no hay derechos”: la advertencia de Andrés Pak Linares ante el vaciamiento de la memoria estatal

El archivista y presidente de AFPA (Archivistas de la Función Pública Argentina) Andrés Pak Linares, advierte sobre los riesgos que corren los archivos públicos en un contexto de desfinanciamiento, desmantelamiento institucional y políticas que apelan a la desmemoria. Desde el Archivo General de la Nación hasta los organismos más pequeños del país, Pak Linares plantea que sin una política estatal sólida en materia archivística no solo se pierde historia: también se atenta contra la eficiencia del Estado y, sobre todo, contra el ejercicio pleno de los derechos individuales y colectivos. En diálogo con LCV, insiste en la necesidad de una política de archivos que trascienda gobiernos y coyunturas ideológicas, tal como sucede en otros países de la región.
LCV: ¿Cuáles son los riesgos que corren los archivos? Sobre todo en este momento, con este tipo de gobierno que apela a la destrucción y la desmemoria.
Andrés Pak Linares: “Bueno, nosotros desde AFPA , advertimos en un comunicado en abril de 2023 que todo estaba en peligro. Tristemente se fue cumpliendo esta visión que nosotros teníamos. Y lo vemos —para decirlo de una forma que se entienda, digamos— detrás de cada institución que se cierra o detrás de cada programa que se descontinúa, hay un archivo. Hay un archivo que recoge los documentos que dan cuenta de lo que hizo ese feminismo, de lo que hizo ese programa, ese funcionario”.
LCV: Ese funcionario también, por supuesto.
Andrés Pak Linares: “Claro, porque los archivos son los lugares donde se puso la documentación que refleja el accionar de las instituciones. Hay una trazabilidad de la historia que indica en qué gobiernos se cuidó más la memoria, en cuáles se cuidó más la cuestión archivística, se le dio visibilidad, se le dio formación a la gente.”
LCV: Recuerdo, desde que tengo uso de razón —y sobre todo desde que soy periodista— haber ingresado, y salvo los de la Biblioteca Mariano Moreno y algunos otros que son buenos en sí mismos, pero recuerdo el ingente trabajo de los archivistas para protegerlos del polvo, de los ácaros, de un montón de situaciones en donde uno dice: “Pará, eh, esto sin ir a otras cosas, como por ejemplo los fílmicos y los discos, que vos recordarás en la época del presidente Menem, por ejemplo, los archivos de Radio Nacional se tiraron todos a los containers de basura”.
Andrés Pak Linares: “No es fácil ponernos a hacer cuentas de lo que se ganó y lo que se perdió en los últimos años —a decir, no sé, 40 años—, hay muchos hitos, ¿no? Pero yo empezaría por acá: lo que nosotros planteamos desde AFPA es que lo que falta es una política estatal en materia de archivos. Política estatal, no gubernamental. Después podemos encontrar en los distintos gobiernos algunas acciones positivas, algunas negativas. Querríamos trascender eso a favor de la discusión por una política estatal, que es la responsabilidad estatal de la memoria. Y más que de la memoria, yo diría de archivos. Tenemos otra discusión. Las políticas de memoria útiles, buenas, que nosotros acompañamos y demás, tienen una correlación con las políticas de archivo. Si yo quiero una política de memoria eficiente, necesito una política de archivos eficiente. En ese sentido, y para nombrar hitos venturosos, entre el 2010 y el 2020 funcionó un programa de capacitación por el que pasaron más de 3000 agentes, más de 100 organismos públicos. Discontinuado. En los 90s, por ejemplo —para hablar de distintos gobiernos— durante el proceso de privatizaciones, y por el denodado esfuerzo de trabajadoras y trabajadores del Archivo General de la Nación y de otros archivos, bueno, el Archivo General de la Nación duplicó su patrimonio. Rescatando fondos de organismos privatizados.
LCV: ¿Cuáles serían las deudas de la democracia con la política de archivos?
Andrés Pak Linares: Lo que no tenemos del 83 para acá —para hablar de las deudas- es una actualización normativa, un reconocimiento de la profesión. Reconocimiento que tiene que, además de ver sueldos, verse en estructuras, verse en funcionalidad de los archivos. Entonces, más allá de señalar si este gobierno hizo esto, este gobierno hizo lo otro… nosotros vemos que hay una línea, por así decir, que no termina de instalar una política sólida.
LCV: ¿Cómo ves la política actual en ese sentido?
Estamos viviendo un denodado ataque a toda la estatalidad o a todas las —digamos— funcionalidades estatales, ¿no? Y en ese sentido no hay mucho para destruir. Está todo en peligro. Hay un peligro total, en todos los estamentos.”
LCV: Hay mucho para hablar, te digo, hay mucho para hablar y muy poco tiempo, porque yo te voy a pedir que en un minuto me definas la importancia que tiene —en un país— para su crecimiento intelectual, histórico, político y social, el tener los archivos y poder acceder a ese pasado nuestro que yo entiendo siempre enseña. Bien, en un minuto nada más.
Andrés Pak Linares: “Perfecto. Lo que nosotros planteamos —y esto quizás lo explique bien— es que los archivos tienen una triple función social. Una, la de preservar documentos que puedan oficiar de fuentes para el conocimiento del pasado. Otra, para la eficiencia administrativa. Y acá ya empezamos a abrir el juego: si yo quiero un Estado eficiente, más allá de la ideología o más allá de la dirección política que le dé, necesito archivos adecuados. Y una tercera, que dejo para el final y no es la menos importante: los archivos son el soporte documental para el ejercicio de derechos individuales y colectivos”.
LCV: “Totalmente”.
Andrés Pak Linares: “Entonces, si yo no implemento una política de archivo o directamente ataco la funcionalidad o servicios de archivos, estoy atacando directa o indirectamente —pero más directa que indirectamente— la posibilidad del ejercicio de derechos individuales y colectivos. Para poner un ejemplo de países vecinos: Brasil, hasta hace poco, tenía una política estatal en materia de archivos. Cambiaban los gobiernos —se iba Collor de Mello, venía Lula—, el director del Archivo Nacional de Brasil era el mismo. La CONARC, el Consejo Nacional de Archivo, era el mismo, seguía funcionando. A eso llamamos política estatal.
LCV: “Exactamente”.
Andrés Pak Linares: “Que trascienda las coyunturas. Que trasciendan las coyunturas y las ideologías”.
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Raúl Godoy, trabajador de la fábrica recuperada Zanon: “Nos están asfixiando”.

En un país donde las estadísticas borran a quienes resisten por fuera del mercado, el trabajador y dirigente ceramista, ex diputado del Frente de Izquierda, Raúl Godoy, levanta la voz desde el corazón de una experiencia que desafía las reglas del capitalismo hace casi 25 años. Zanon, la fábrica de cerámicos de Neuquén gestionada por sus trabajadores desde 2001, enfrenta hoy un escenario crítico: tarifas impagables, falta de crédito, desindustrialización y un Estado que nunca apostó por las gestiones obreras.
El viernes 13 de junio a las 17:30 hs en el Auditorio de ATE Nacional “Héctor Quagliaro”, ubicado en Moreno 2654, CABA, convocan a una reunión de solidaridad. En defensa de las gestiones obreras de Neuquén: Zanon, Ceramica Neuquen y Stefani de Cutral Co.
“El gobierno provincial con el uso de las fuerzas represivas: corto la luz y el gas a las cooperativas en plenos fríos. Paralizando asi toda la producción por lo tanto el sustento de cientos de familias. En la provincia de Vaca Muerta que provee energía a un tercio del país cortan los servicios a cooperativas de trabajo. Los trabajadores con un amplio apoyo de la comunidad vienen realizando manifestaciones en Neuquen, pero necesitan hacer visible esta situación a nivel nacional”, explicaron en un comunicado.
De paso por Buenos Aires para impulsar esa reunión de solidaridad y visibilización, Godoy analiza el presente de la cooperativa, recuerda el rol de los gobiernos que prometieron y no cumplieron, y apunta contra un modelo económico que prioriza a las multinacionales mientras deja caer a quienes producen sin patrón. “Lo que es verdaderamente utópico —advierte— es pensar que se puede sostener una cooperativa en medio de este capitalismo destructivo.”
LCV: ¿Dónde estás vos en este momento?
Raúl Godoy: Ahora, en estos momentos estoy en Buenos Aires. Estamos organizando una reunión para este viernes. Fue el pedido de los compañeros, se discutió en asamblea, para poder hacer visible nuestra lucha. Como bien decías al inicio, desde Neuquén siempre hay mucho silencio. Estamos en la Patagonia, lejos del centro político, por lo tanto, para hacer visible una lucha hay que venir hasta Buenos Aires. Entonces, bueno, acá preparando el terreno para poder hacer esta reunión de solidaridad y poder votar un plan de acción.
LCV: Contanos cuál es la situación que están viviendo en este momento en Neuquén.
Raúl Godoy: Claro. Las gestiones obreras, Zanon principalmente, pero después también Cerámica Neuquén, Stefani, y todos, somos parte de la lucha del 2001 en la Argentina, de ese momento donde surgieron y se multiplicaron las asambleas barriales, las ocupaciones de fábricas, gestiones obreras, cooperativas, etc. La gente se recordará lugares emblemáticos como el Bahuen, como Brukman. Fueron más de 250 fábricas y empresas que fueron ocupadas y puestas a producir frente al abandono de la patronal. Frente al cierre masivo de lugares de trabajo, mucha gente ocupó esos lugares y los puso a funcionar. Uno de los casos más emblemáticos fue el de Zanon, que venimos hace muchos años, ¿no? Ya el año que viene cumplimos 25 años, desde que se ocupó la fábrica y se puso a producir.
Bueno, estos años han sido de resistencia, de mucho trabajo. Al inicio, cuando empezó nuestro trabajo, tuvimos un momento donde las maquinarias estaban en buenas condiciones, veníamos con un cierto empuje, y logramos que las fábricas funcionaran, que ingresaran más compañeros y compañeras desocupadas a trabajar. Construimos una escuela, construimos un centro de salud, trabajamos muchísimo con la comunidad. Ahora, con el pasar de los años, los ajustes, una política peor que la otra, nos fueron asfixiando. No nos dieron jamás un acceso a crédito para renovar maquinaria. Entonces es como tener un taxi con un Ford Line, con un Torino, digamos. Es muy difícil seguir manteniendo una producción con fábricas que tienen más de 30 años de antigüedad. Han pasado los gobiernos, nunca accedimos, y ahora nos están apretando con los cuadros tarifarios. Con la política de Milei, de darle prioridad a las empresas multinacionales, nos vinieron a apretar. Y bueno, la parte más delgada de una economía son las cooperativas. No tienen espalda.
LCV: Respecto de la energía, escuchaba algo que tenía que ver con que si en la zona fría, que son ustedes, claro, tienen más de un medidor, significa que un medidor lo están usando de lujo. ¿No es posible que una cooperativa tenga dos medidores?
Raúl Godoy: Mirá, es incluso más complejo. Con las privatizaciones de los 90, que hizo el gobierno de Menem, quedó un desastre. Tenés una empresa que es la transportadora de gas, que es Camuzzi, una multinacional francesa que tiene el monopolio del transporte de gas. Pero además, tenés que contratar otra empresa que sea la proveedora. Ahí tenés una multitud de empresas, una peor que la otra, que especulan, la mayoría son multinacionales. En un momento tenía YPF la concesión, nos daba el gas, pero se retiró por zonas. Para que la gente se dé una idea de lo que estamos hablando, la boleta de gas es de 30 millones de pesos por mes.
LCV: ¿Y lo que gastás en sueldos para una cooperativa?
Raúl Godoy: Tenemos un sueldo básico, porque depende de la venta. En realidad, todos los primeros años de Zanon, los primeros 15 años, te diría, estábamos por encima, lejos, de lo que es el convenio ceramista en general. Siempre pudimos acceder, mientras la cooperativa funcionaba bien, a buenos sueldos. Cuando se empezó a deteriorar la economía, los sueldos los votamos en asamblea.
LCV: Entiendo. Pero lo que quería era que mi oyente entienda: 30 millones en gasto de gas y sueldos de cuánto.
Raúl Godoy: Estamos entre 300 y 400 mil pesos.
LCV: Me lo contabas de tal manera que pensé que me ibas a decir dos millones y medio. 400 mil pesos es una jubilación mínima.
Raúl Godoy: Exactamente. Por ahí si tenés una venta mayor se mejora y si no, no. No es estable. Al haberse caído tanto la producción y la economía en la cooperativa, se cobra lo que se puede. No todos los meses es igual.
LCV: En algún momento, ¿Zanon exportó?
Raúl Godoy: Sí, Zanón llegó a exportar, pero con mucho obstáculo. Hay mucha competencia. Había otras empresas que importaban directamente cerámicos más baratos, de menor calidad, y teníamos que competir. Las cooperativas, para nosotros, en última instancia, son lugares de resistencia. Mantenemos las fábricas abiertas. Pero debería ser un lugar de crecimiento, no de resistencia. Pero en un mercado capitalista absolutamente destructivo, no te dejan jamás.
De hecho, ningún gobierno nos permitió tener acceso a crédito para renovar maquinaria. Desde 2001 para acá, ninguno. Este gobierno menos. Este viene a liquidarte. Los anteriores te ponían un respirador. Este te lo quita y dice: “Si soportás, bien”.
Mirá, siempre cuento la anécdota: muchos estudiantes iban a Zanón a solidarizarse, estudiantes de economía, ingenieros. Uno de ellos era Axel Kicillof. Después llegó a ser ministro de Economía. Nunca pudimos acceder a un crédito, ni siquiera con él. Le vimos las caras a todos. Soluciones, a ninguno.
LCV: Le estoy preguntando esto a toda persona que fabrica algo. Con las importaciones abiertas, sin control, también se han abierto los controles de calidad y salubridad. ¿La cerámica tiene ese problema?
Raúl Godoy: Totalmente. Por ejemplo, Zanón fue la primera fábrica en Latinoamérica en fabricar porcelanato pulido. Con las importaciones empezaron a traer porcelanato chino, malísimo.
LCV: ¡Es el que se quiebra!
Raúl Godoy: Exactamente. Me alegra que lo digas vos, porque si lo digo yo parece parte interesada. Pero es verdad. Traían cerámicos malos, más baratos. La gente, con necesidad, compraba cualquier cosa. Imaginate planes de vivienda o empresas que hacen edificios: ponían lo más barato.
LCV: En los planes de vivienda del peronismo, las casas de obreros eran de materiales de calidad. Hoy el Estado te pone material barato. También hay una mirada política en eso.
Raúl Godoy: Sí, hay una decadencia generalizada. En Neuquén, que tiene mucha renta petrolera, ya no hay planes de vivienda. O están terciarizados. Nosotros planteamos que se estatizara la fábrica y, con control estatal, dedicar nuestra producción a viviendas. El gobierno proveía materia prima, maquinaria. Nosotros laburábamos. Gestión obrera. Ese fue el proyecto. No llegamos. Nadie quiso.
LCV: Nadie. Ni los más peronistas, ni los más socialistas.
Raúl Godoy: Logramos la cooperativa, sostuvimos el equipo, la fábrica abierta, trabajamos con la comunidad. Pero ese proyecto más amplio no se concretó.
LCV: Del 2001 al 2005 hubo una especie de “moda Zanon”. ¿Qué opinás de esos enamoramientos fugaces de la cultura “woke” que luego los abandonan?
Raúl Godoy: Yo creo que el título sería: No me arrepiento de este amor. Lo que hicimos en Zanon fue impresionante. Hasta 2009, cuando llegó la crisis de Lehman Brothers, tuvimos un golpe fuerte. Se encareció la energía, tuvimos que apagar un horno.
LCV: ¿Quién era el ministro de Economía?
Raúl Godoy: No me acuerdo. Pero fue un golpe. Afectó a toda la economía. Pero lo importante es que Zanon fue una gran prueba de cómo los trabajadores podemos gestionar. Se creó una escuela, se trabajó con pueblos originarios. Acá, siempre que hay crisis, los patrones dicen “cierro”. Pero ahora saben que los trabajadores pueden ocupar la fábrica. Eso quedó. Eso está en la conciencia de miles. Y también en la de los patrones.
Hay una empresa, Madigraf, que era de un fondo buitre. Amenazaban con cerrar. Los compañeros grabaron un video con un fantasma que decía “Zanon” en el pecho. Terminó siendo cierto. Ocupada y puesta a producir. Hoy es cooperativa. Produce en el parque industrial de Pilar. Frente a Ford, con 5.000 obreros.
LCV: El tiempo está a favor de los pequeños.
Raúl Godoy: Esperemos. Ninguna lucha fue en vano. Lo que sí es utópico es tener una cooperativa y pensar que, en este capitalismo destructivo, vamos a prosperar. Eso sí es utópico. Pero pensar en un país cooperativo, más grande, es lo único que nos puede salvar de esta barbarie.


16 de junio de 1955: Esa maldita costumbre de matar, por Leónidas Ceruti

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