Destacada
Planeta Giussani | Metrópoli Qatar
Sumergirse en el Planeta Mundial es una experiencia intensa. Allí se juegan muchas cosas y se aprenden muchas más. No solo hay futbol, equipos que se mueven con la gracia de un ballet, estudio de psicología (el fenómeno Messi es todavía una incógnita desde ese punto de vista). Conocemos el alma de los relatores, relatoras, hinchas de países insospechados; geografías, negociados e historias. Mil historias. Como ésta que paso a contarles.
Cuando el 2 de diciembre de 2010 Blatter anunció que la Copa del 2022 se jugaría en Qatar, no disimulaba su euforia. No solo él y todos sus pares se llenarían de plata, sino que sería artífice de un episodio único: darle a un pequeño país árabe sin tradición futbolística y con poco más de 2 millones de habitantes, la responsabilidad de organizarlo. Para eso tenía que construir no solo estadios, también ciudades enteras. Contaban con12 años y la seguridad de que, con plata y sin escrúpulos, todo se puede. Así nació, por ejemplo, Lusail, donde jugó Argentina. Familias enteras se endeudaron por años para ir hacia esa meca, en donde no solo podrían apoyar a la selección y ver a Messi en vivo jugando su último mundial, sino también conocerían un país que ofrecía la ilusión de vivir en un parque de diversiones, o en la escenografía de una gran película de ficción.
Claro que en todos los parques de diversiones hay un tren fantasma, o una montaña rusa. Y si consideramos la escenografía de película, esas nuevas ciudades raras rememoran al gran film de Fritz Lang, Metrópoli, filmado en 1927. La historia transcurre en una ciudad futurista del año 2026. (No se las voy a contar, tienen que verla, es de una actualidad pavorosa con una estética moderna)
La referencia no es casual porque son muchas las similitudes entre la película y la historia de esas ciudades irreales cataríes. En principio el año 1927, en el que se estrenó la película. Ese mismo año, el joven Berthold Konrad Hermann Albert Speer se recibía de arquitecto, como su padre, como su abuelo, y como su hijo Albert Speer Jr. Todos geniales en su oficio. Capaces de realizar magníficas construcciones, soñadas, monumentales.
Ese joven de muchos nombres y un apellido, Berthold Konrad Hermann Albert Speer (a partir de ahora ‘Speer padre’) empezaba sus primeras armas profesionales en los tan exóticos como seductores, locos y crueles, años 30.
Cuentan que fu en 1931 cuando Speer padre escuchó por primera vez al naciente líder Adolf Hitler y dicen que cayó rendido ante su ‘seductor’ y vehemente discurso. De inmediato se afilió al partido nacionalsocialista. Consciente o no de que esa afiliación sería un trampolín en su carrera -como siempre ocurre cuando te encolumnas en el movimiento del Sol Naciente- pasó de reformar las oficinas de un diputado nazi, a convertirse en ‘El arquitecto del Diablo’ o el ‘Nazi Bueno’, según quien lo dijera.
Por recomendaciones, de funcionario en funcionario, de nazi en nazi, en 1933 lo contrata Goebbels quien se lo recomienda al mismísimo Hitler quien también cae rendido ante la ambición arquitectónica de joven Speer. Es cierto que no era un tipo común, tan megalómano como su líder, Speer consideraba que la arquitectura era algo trascendente: no solo había que pensar en su función actual sino en sus ruinas. Era imprescindible construir teniendo en cuenta cómo serían destruidas. Magníficas hasta en ruinas, dejar algún legado. Un genio.
Hitler lo admiraba tanto que le dio para hacer las obras más monumentales de su Tercer Reich (la reforma del Estadio Olímpico de Berlín, escenario de los Juegos Olímpicos en 1936, o la Cancillería del Reich, que incluía un enorme salón dos veces mayor que el Salón de los Espejos del Palacio de Versalles). Se convirtió en el arquitecto dilecto de Hitler.
Tenía muchos proyectos en marcha cuando estalla la segunda Guerra Mundial y la ‘hora’ reclamaba otras obras. En 1941, ‘Speer padre’ tuvo a su cargo la construcción de los refugios antiaéreos de Berlín. Hubo 50.000 judíos expulsados de sus hogares y deportados. En febrero de 1942 fue designado ministro de Armamento y Producción Bélica.
Si se están preguntando por qué diablos me detengo en este señor alemán nazi, es porque Albert Speer hijo, fue contratado por el Emir de Qatar para realizar las obras de 12 estadios para el mundial del 2022, y toda la infraestructura necesaria, incluidas ciudades completas.
:quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/lanacionar/PIXR3TVXPNAOHGMO2XKWSUGP5Q.jpg)
Hay que decir que al arquitecto Speer hijo siempre le molestó que le mencionaran al padre. Tenía 12 años cuando lo vio detenido y juzgado en Nuremberg. Quedó en shock, no era para menos. Trató de olvidar y superar el episodio, pero fue arquitecto como él y su abuelo y su bisabuelo. Historias de oficios de familia.
Como dije antes, a Speer Padre lo llamaban el ‘Nazi bueno’. Resulta que en el juicio de Nuremberg se mostró acongojado cuando vio las imágenes de los horrores que cometía el Tercer Reich, los campos de concentración, los trenes a la muerte, las deportaciones. Dijo desconocer en absoluto todo lo que ocurría (a pesar de que el fiscal mostró como prueba una foto del arquitecto con prisioneros). Fue por más, y dijo que se sentía culpable, que se arrepentía y que merecía un castigo por su responsabilidad política. Fue condenado a 20 años de prisión, principalmente a causa del uso que hizo del trabajo esclavo.
Cuando a Speer Jr, el hacedor de los estadios de Qatar, le preguntan por su padre, dice ‘quién puede despreciar a un padre?’. Y entre los recuerdos más tiernos de su infancia figuran las visitas a don Adolf Hitler a quien recuerda mucho más tierno que su padre, era dulce con los niños y les daba caramelos.
Voy a redondear porque se me va el tiempo y a ustedes lapaciencia.
Speer padre murió en Londres el 1 de septiembre de 1981, tenía 73 años. Speer Jr. no pudo ver terminado su proyecto Qatar. Falleció en el 2017. Quizás no supo, como no lo supo su padre, parece, que para construir los estadios murieron más de 6.000 obreros. Llama la atención que la condena a su padre haya sido por trabajo esclavo. Los trabajadores muertos en la construcción de los fastuosos estadios de Qatar eran inmigrantes sin derechos que trabajaban en condiciones infrahumanas. Otra coincidencia es la de pensar en las ruinas. Speer Jr. Sabía que todo lo que estaba armando debía desarmarse porque en Qatar no se juega al fútbol.
El proyecto arquitectónico que presentó a la AFA contenía los borradores de la construcción de ocho estadios de fútbol y conceptos para el tráfico y el alojamiento de los invitados, así como la refrigeración y posterior demolición de los recintos. Un maravilloso sistema de ensamblado que permitiría desarmar los estadios para donarlos a países en vías de desarrollo. Algo así como pensar en qué se haría con sus ruinas, ¿no?
Tan deslumbrado estaba el Emir de Qatar que dijo: “Amo a estos alemanes”. Alemanes a quienes conoció porque un día su hijo, de 21 años, se acercó a Speer Jr. en un stand de feria de empresas de construcción y le preguntó cómo se podían hacer estadios en Qatar –la vida te va cruzando con la gente-. Tiempo después Speer Jr. Retrucó: ‘yo amo a estos árabes’.
Hay algo de historia circular en todo esto que estremece.
Debo decir que el futurismo de Metrópoli la pifió por 4 años. Esto ocurre en el 2022. Veremos qué pasa en el próximo mundial, el 2026.
Destacada
Después del domingo, a redoblar la apuesta, por Alberto Nadra
Un aporte desde mi militancia
Lejos estoy de la soberbia pretensión de explicar a tan pocas horas los resultados de este domingo sombrío. Eludo cifras, porcentajes y bancas, e intento compartir una actualización de las afirmaciones y categorías que vengo planteando hace muchos años, mi forma de militancia con la palabra, así como con la acción que me permiten los años.
Las concibo como un simple aporte al intercambio que debemos darnos quienes nos consideramos parte del movimiento nacional y popular, tanto los que entienden que su misión es mejorar las condiciones de vida del pueblo dentro de este capitalismo senil –pero en pleno reacomodamiento– como quienes siempre consideramos que solo lo lograremos plenamente mediante un transformación revolucionaria en las estructuras económico-sociales, un cambio de mando en el poder y no meramente en la administración temporal de la cosa pública.
La situación es lo suficientemente grave, hemos retrocedido tanto, que aún falta mucho para dirimir esa cuestión.
Ganar batallas, perder la guerra
A lo largo de los años, el peronismo, fuerza mayoritaria entre lo mejor de nuestro pueblo, demuestra que puede lograr la mayoría electoral por períodos, hegemónico en un principio, ligeramente frentista con el tiempo y las dificultades. Sobre todo cuando convoca a otros sectores del campo popular, puede conquistar o reconquistar derechos, mejorar transitoriamente las condiciones para producir y crear trabajo, recuperar el salario o afirmar la soberanía.
Sin embargo, no puede retener esa mayoría electoral, pues el poder real reacciona al ver cualquier amenaza a sus privilegios. Ante esto y hasta ahora, en lugar de redoblar la apuesta, cede ante el poder real y vacila ante la necesidad de producir cambios de fondo en la estructura y la relación de fuerzas social que la determina. Por eso fue y es desplazado, antes por golpes de Estado y ahora también por las urnas.
¿Qué significa redoblar la apuesta?
Para cambiar en serio y ampliar las posibilidades de sostenerlo en el tiempo, no alcanza con las buenas intenciones ni con avances parciales; se exige redoblar la apuesta: confrontar a fondo con el privilegio y enfrentar el “sentido común”, la ideología dominante en toda la sociedad, que es precisamente la del bloque dominante.
¿Qué significa redoblar la apuesta, sea en la gestión para defender conquistas y profundizar el rumbo, sea en el llano para resistir y reunir fuerzas para dar vuelta la taba en favor de las mayorías?
Desde ya no es una convocatoria el exitismo, ni a las chicanas de la interna chica. Significa algo muy distinto a lo que practica la rama partidocrática del heterogéneo movimiento popular, que no solo la hay, sino que es predominante en su dirigencia.
Necesitamos que se reencuentren con el pueblo, que pongan el cuerpo en las luchas que crecen, pero aisladas, sin coordinación ni dirección política.
Es necesario convocar y lograr la unidad, pero la unidad de los luchadores, no un mero rejunte vacío de contenido, que no solo duele, sino que conduce al fracaso, antes o después de un desafío electoral.
Es necesario que esa unidad sea amplia pero a la vez institucionalizada, con protagonismo de las distintas fuerzas, con toda la amplitud que permita un acuerdo programático claro y acompañado por un plan de acción concreto, para gobernantes y gobernados, para dirigentes y militantes.
Preguntas, tan incómodas como necesarias
En ese camino hay que plantearse problemas de fondo como, a título de ejemplo: ¿es posible reconstruir el país y abrir un futuro de progreso y bienestar sin plantear una moratoria unilateral de la deuda externa, por el tiempo que reclame esclarecer su legitimidad y determinar las formas de pagos que permitan crecer a la nuestro país? ¿Es posible sin replantear una estrategia de independencia internacional que incluye acuerdos regionales y apelar a la cooperación e integración con los BRICS? ¿Seguiremos escuchando condenas a la bronca y el combate cuando negar la legitimidad de responder a la violencia es sellar un pacto con la crueldad?
La disyuntiva final
Unidad institucionalizada, programa y plan de acción. Cultivar la bronca, empujar la lucha organizada y transformarla en combate legítimo.
No son frases hechas, ni un recurso más melancólico que práctico.
¿Es difícil? ¡Claro que lo es! Llevamos años y acumulando dolores sin lograrlo. Pero, mientras no se logre, mientras no lo logremos, seguiremos ganando o perdiendo elecciones, conquistando y reconquistando derechos una y otra vez, pero retrocediendo a mediano y largo plazo.
Sé que no digo nada nuevo para tantos luchadores, pero es hora de empezar a decirle a la dirigencia y militancia, principalmente a la peronista, que es eso o seguir profundizando la decadencia, repetir fugaces triunfos y domingos aún más sombríos que el de este 26 de octubre.
Destacada
“Un mi padre de ron”, por Oscar Taffetani
Un amigo cubano -cuyo nombre me reservo- me contó una vez que en sus últimos años Ismaelillo (el hijo de José Martí bautizado José Francisco Martí Zayas Bazán), quien a lo largo de su vida mantuvo una relación particular con los EEUU (creció en Brooklyn, intervino en la guerra de Independencia cubana, apoyó las intervenciones y el protectorado norteamericano y ya convertido en alto jefe militar se apartó de todo al fin de la conspiración de los ABC), solía rondar por hoteles y tabernas esgrimiendo un billete con la cara de su padre y pidiendo en voz alta “un mi padre de ron”. Deliciosa anécdota.
Me acordé de esto cuando ciertos dirigentes nuestros cuestionan -“por principios”- el inesperado salvavidas que Scott Bessent -amigo de Soros- le tiró al ministro Toto C. al comprar pesos argentinos la pasada semana (pesos que muy pronto estará recomprando, con ganancias).
Ay, si eso fuera todo! Esta dirigencia vernácula sigue sin entender que una buena parte del voto favorable al Advenedizo, ayer domingo, se debe a la perspectiva cierta de que al gobierno se le fuera todo de las manos -como a otros- por un “golpe de mercado”.
Fue un voto defensista y conservador, pero no un voto “colonialista”. Nuestros asuntos pendientes (deuda, recursos naturales, Estado, producción) siguen estando pendientes, y mi deseo es que puedan abordarse y resolverse sin perder las instituciones democráticas ni la Independencia argentina.
Nada, eso.
Destacada
“Represión y abandono en el Chaco: la comunidad Qom bajo ataque”
Introducción
En la provincia del Chaco, las comunidades originarias vuelven a ser blanco de la represión estatal. La semana pasada, un violento operativo policial atacó una manifestación pacífica de la comunidad Qom en la localidad de Villa Río Bermejito, dejando decenas de heridos y varios detenidos. Detrás de los palos y las balas de goma, se esconde una crisis humanitaria marcada por el hambre, la falta de agua y la eliminación de pensiones no contributivas.
Para comprender la magnitud de lo que ocurre y el rol del Estado en este conflicto, La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores dialogó con Johana Duarte, secretaria gremial de la UTEP.
LCV: “¿Cómo nace el conflicto que derivó en la represión a la comunidad Qom del Chaco?”
Johana Duarte: “La semana pasada, en la provincia del Chaco, se graficó una situación que venimos denunciando en todo el país, pero que en algunos lugares, como las provincias del norte, se profundiza más: la crisis alimentaria y la que viven las comunidades originarias producto del brutal ajuste que lleva adelante el gobierno nacional. En este caso, también en complicidad con el gobierno provincial, encabezado por Leandro Zdero, alumno perfecto de Milei. Digo ‘alumno perfecto’ porque no solo es cómplice del ajuste nacional, sino que implementa en la provincia más pobre de la Argentina las mismas políticas: ajuste, persecución, estigmatización de los trabajadores y represión. Es un modelo calcado del nacional.”
LCV: “¿Qué situación concreta están atravesando las comunidades en el territorio?”
Johana Duarte: “En la zona del Impenetrable chaqueño, hace varios meses que no llegan alimentos ni asistencia en agua. Son derechos básicos contemplados incluso por un fallo de la Corte Suprema en 2016, que intimó a la provincia a garantizar el cumplimiento de esos derechos. Desde la asunción de Milei en la Nación y de Zdero en el Chaco, esa asistencia se cortó. Las comunidades reclaman hace meses la restitución de esos derechos básicos. A eso se suma la baja masiva de pensiones no contributivas, que eran el único ingreso de muchas familias. La situación es de una gravedad absoluta.”
LCV: “¿Cómo se produjo la represión?”
Johana Duarte: “La semana pasada, en Villa Río Bermejito, las comunidades se habían congregado pacíficamente en la plaza central para movilizarse y exigirle al intendente que reclamara por los derechos que se están vulnerando. Pero el reclamo fue respondido con una represión feroz: más de 300 efectivos de la policía provincial atacaron a manifestantes indefensos, en su mayoría adultos mayores, mujeres y niños. Hubo casi 50 heridos y cinco detenidos. Lo más grave es que el operativo fue encabezado por el propio jefe de la policía del Chaco, mientras las mafias y el narcotráfico avanzan impunes en la capital. Es el modelo de seguridad impuesto por Patricia Bullrich: reprimir a los pobres en lugar de enfrentar el delito real.”
LCV: “¿En qué estado está hoy el conflicto?”
Johana Duarte: “Luego de la represión, las comunidades siguen en asamblea permanente. Reclaman tres cosas urgentes: alimento, acceso al agua y la restitución de las casi 10.000 pensiones dadas de baja arbitrariamente. Además, el Estado Nacional cerró oficinas como ANSES o el Ministerio de Capital Humano, y en esa zona la delegación más cercana está a 80 kilómetros, en Castelli. Es decir, no solo les quitan lo que necesitan, sino que también les niegan dónde reclamarlo.”
LCV: “¿Qué pasos se están dando frente a esta situación?”
Johana Duarte: “Las comunidades continúan en estado de asamblea y han iniciado acampes a la vera de distintas rutas del Chaco. Se exige al Poder Ejecutivo provincial que dé respuesta inmediata. La lucha va a continuar, porque las pensiones son un derecho adquirido y no vamos a permitir que se las arrebaten.”

