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Dossier LCV: Siglo XXI, de las 8 a las 6 hs. Parte III
En las entregas anteriores recorrimos la historia del concepto jornada laboral y la lucha por las 8 horas. Nos topamos con un rey que mucho antes de los Mártires de Chicago, en el mil quinientos y pico, ordenó que sus súbditos y empleados debían trabajar solo 8 horas y en horarios en los que el sol no cayera a pique. Era el medioevo. Después vino el progreso y la Revolución industrial, con sus chimeneas y los niños de Dickens. Hablamos del 1° de mayo, y de todo lo que tuvo que soportar la clase trabajadora (asesinatos, torturas, detenciones) para que las 8 horas fueran ley. Nos sorprendió que un empresario americano, adorador de Hitler, poco antes de la crisis del 29, anunciara que sus obreros eran más productivos si trabajaban solo 8 hs, algo que implementó en sus fábricas ¿bondad o un modo de frenar el conflicto en puerta? El siglo XXI nos encuentra con un debate parecido al del siglo XIX, en situaciones bastantes disímiles. O no.
Ya vimos, también, la aparición del reclamo de 6 horas laborales, los pronósticos de las consecuencias de la llamada Inteligencia Artificial, y las primeras empresas en instalar la idea de ‘menos horas, más productividad’. En esta tercera, y última, entrega nos detendremos en cómo fue ganando espacio en varios empresarios, sindicalistas y países la idea de que trabajar menos y ganar lo mismo es viable, hasta la Organización Mundial de la Salud la sugiere. Ahora sí, prepárense para leer este nuevo informe especial. Empecemos por casa.
Osvaldo López: “No hay relación directa entre las horas trabajadas y el nivel de producción”
Argentina
El primero abrir el debate en este sentido fue el senador nacional Osvaldo López (ARI – Tierra del Fuego) quien en julio de 2013 puso a consideración del Congreso un proyecto de ley para reducir la jornada laboral a 6 horas diarias, 36 horas semanales, con igual salario, para todos los trabajadores en relación de dependencia que desempeñen su labor en la actividad pública o privada. «Necesitamos trabajar para vivir, y vivir es un concepto que tenemos que recuperar. Es perfectamente realizable. No hay una relación aritmética entre las horas trabajadas y el nivel de producción, cambiar la jornada de trabajo de 8 a 6 horas no significa la mengua de la producción». Un visionario.
Luego, Nicolás del Caño incorporó a su plataforma electoral, en el 2017, la reducción a 6 hs diarias de trabajo y fue quien más habló del tema ese año. Una lucha histórica de las izquierdas en el mundo.
El Papa Francisco también defendió la reducción de la jornada laboral para que todos pudieran trabajar en un mensaje del 16 de octubre de 2021
En noviembre de 2022 algunos dirigentes del Frente de Todos hicieron propia la iniciativa de reducir la jornada a 6 hs o trabajar solo 4 días a la semana en una reunión realizada en el Congreso de la Nación. Entre ellos el sindicalista Hugo Yasky, quien en julio había presentadoun proyecto para establecer una semana laboral de cuatro días y asegurar que la jornada laboral no exceda las ochohorasdiarias o las cuarenta horas semanales. La iniciativa fue acompañada por otro diputado del FDT, Sergio Palazzo, quien consideró que la jornada laboral no debería exceder las seis horas diarias o las 36 semanales.
Por su parte, el ministro de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, Walter Correa dijo: “Yo tengo la posibilidad y fortuna de ser ministro de Trabajo de la provincia de Buenos Aires y estoy a favor de reducir la jornada laboral“, aseguró.
Como ya se dijo, este año, la CGT abrió el debate para incorporar las 6 hs en la negociación con el Estado y las privadas. Así lo expresó en un comunicado difundido el acto del 1° de Mayo, convocado por la central obrera, presidido por Héctor Daer y Carlos Acuña.
Hugo Chávez: “Carlos Marx lo dijo: ‘El capitalismo termina conviertiendo al trabajador en un esclavo’, de forma tal que esta es una ley liberadora y justa”
Ecuador y Venezuela
Sin hacer demasiada alharaca, Ecuador lleva la punta. Es el primer país del mundo en establecer por ley la jornada de 6 hs semanales. Fue en 1997. Ese año, luego de algunas reducciones previas, fijó la jornada laboral en 40 hs semanales. Decisión que no se modificó hasta la actualidad.
En abril de 2012, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez promulgó la reforma a la Ley del Trabajo, donde, entre otras cosas, anunció la reducción a la jornada laboral. “La jornada laboral se reduce a 40 horas diurnas con la obligación y el derecho de los trabajadores de dos días continuos de descanso. Carlos Marx lo dijo: ‘El capitalismo termina convirtiendo al trabajador en un esclavo’, de forma tal que esta es una ley liberadora y justa”, señaló. También en este caso, la noticia pasó casi inadvertida. Tomamos noción de estos antecedentes cuando Boric hizo algo parecido en Chile. ¿Había sido el primero? No. Esos eran Ecuador y Venezuela.
Francia
Francia fue otro Estado pionero al regular la jornada de trabajo según las necesidades. En el año 2000, se convirtió en el país industrializado con la menor carga horaria para sus trabajadores: un promedio de 35 horas a la semana. “La idea fue combinar una reducción en las horas de trabajo en la semana con una mayor flexibilidad en la organización del tiempo de trabajo a partir de la negociación entre empresa y el sindicato, de forma de atender a las necesidades de ambos”, escribió Andrés Marinakis, especialista en Políticas de Mercado e Instituciones Laborales de la OIT para el Cono Sur de América Latina.
A pesar de este avance legislativo, 8 años después de su sanción ya había aumentado un 35% la cantidad de trabajadores cuyas jornadas semanales superaban las 40 horas. Entre la ley y el hecho hay un buen trecho.
Suecia
La idea fue tomada por Suecia, que en el 2015 llevó adelante un experimento de 6 horas de trabajo diario con igual sueldo que duró dos años. El ensayo se limitó a regular la jornada laboral solo en una residencia de ancianos de Gotemburgo (Suecia). Si bien el experimento obtuvo resultados positivos para los trabajadores, resultó más caro de lo esperado, por lo cual se interrumpió.
Chile aprobó la reducción gradual. En el 2028 la jornada laboral será de 40 hs semanales
Chile
El martes 11 de abril de 2023, el Congreso chileno aprobó una ley que reduce gradualmente las horas de trabajo en un plazo de cinco años. Es decir, en el 2024 la jornada será de 44 horas semanales. Dos años después será de 42 horas y en el 2028 solo deberán trabajar 40 hora semanales, el tiempo recomendado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La ley prevé la posibilidad de trabajar cuatro días y descansar tres. También propone un máximo de 5 horas extras por semana en lugar de las 12 admitidas en la actualidad.
Con esta modificación gradual, durante la presidencia de Gabriel Boric, Chile se sumó a la ola latinoamericana en favor de las 40 horas, ya implementadas por Ecuador y Venezuela. Todavía en la mayoría de los países de la región la jornada es de 48 horas semanales.
España
El 13 de abril de este año, 2023, el Gobierno español lanzó un programa piloto de semana laboral de cuatro días. “Por fin España pondrá en marcha el proyecto para la reducción de jornada. Hacemos real lo que antes era utópico: ganar tiempo y calidad de vida sin perder derechos. Esto es solo el principio”, dijo el diputado Íñigo Errejón, de la fuerza Más País, principal impulsora de la iniciativa.
Por el momento, no es ley, apenas una propuesta para ir hacia ese objetivo, que apunta a seducir a pequeñas y medianas empresas se adhieran a la propuesta, con la idea de que una jornada menor beneficiará la producción, con un financiamiento parcial para solventar los gastos de reorganización y salariales. Cada una de las pymes beneficiarias recibirán un importe máximo de 200.000 euros para dicho fin. Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y candidata para las próximas elecciones presidenciales en españa, pidió seguir los pasos de Chile que unos días antes había aprobado una ley que reduce la semana laboral de 45 a 40 horas.
Según la OMS, 745.000 personas fallecieron por accidentes cardiovasculares o cerebrales por jornadas de trabajo extendidas, en el año 2016
Mexico
El 1 de febrero de 2023, el Jefe de Bancada del PRD, senador Miguel Ángel Mancera Espinoza,presentó ante el Congreso de México una propuesta para reducir la jornada laboral de las y los trabajadores del Estado. La idea es poner un límite de seis horas para quienes trabajan de día y cinco para el trabajo nocturno, con dos días de descanso semanales. Actualmente, la ley establece que la jornada máxima para las y los trabajadores del Estado es de ocho horas para el trabajo diurno, mientras que en la noche debe ser de siete horas. Además, por cada seis días de trabajo, corresponde mínimo un día de descanso. El legislador explicó los motivos de su iniciativa: “Son muy relevantes las cifras que tenemos de muertes de trabajadoras y de trabajadores, precisamente por accidentes cardiovasculares, por accidentes cerebrales en jornadas extendidas”. En su presentación, Mancera cita una investigación de la OMS que afirma que en 2016 cerca de 745 mil personas fallecieron por accidente cerebrovascular y cardiopatía isquémica a causa de jornadas laborales prolongadas. Y agregó que entre el 2000 al 2016 esa cifra de fallecidos aumentó un 42 por ciento.
Colombia.
El 10 de marzo de 2023, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, reveló que habrá cambios en la jornada laboral oficial en Colombia a partir del 15 de julio de 2023 . Por una ley sancionada en el 2021 se había acordado la reducción progresiva de la jornada de trabajo semanal de 48 a 42 horas en los próximos años. Dicha ley establece que no puede haber ninguna baja en el salario ni en el precio de la hora de trabajo, y se podrán distribuir en 5 o 6 días a la semana, garantizando al meno un día de descanso.
Según el anuncio oficial, a partir del 15 de julio de éste año se reducirá una hora, ya no se trabajarán 48 horas a la semana, tal y como ocurre ahora, sino 47. De manera de poder disminuir otra hora el 15 de julio del 2024, año en que será de 46 horas semanales.
Investigación y textos: Laura Giussani Constenla
17 de mayo de 2023
Destacada
Italia ¿Qué es ‘Progetto Sur’? Frente a la indiferencia de los Estados, la solidaridad de los pueblos
Hace unas semanas nos internamos en la nueva realidad italiana. Esa que no se ve pero existe. La que une pasado, actualidad y futuro. Comenzamos con una entrevista a Enrico Calamai, quien en tiempos de dictadura en Argentina fue uno de los protagonistas invisibles de una epopeya: dar refugio y salvar la vida de unos 300 argentinos a pura convicción y coraje, quien hoy es un referente de los Derechos Humanos con una pequeña organización, “Mani Rosse”, que cada jueves pintan sus manos de rojo sangre para recordar a los muertos de un mundo injusto: migrantes ahogados en el Mediterráneo, víctimas de guerras y hambrunas, aquellos ‘condenados de la tierra’ de la que nos hablaba Frantz Fanon.
Continuamos conversando con los directores de “Resistenza-Historia del exilio argentino en Roma”, quienes nos llevaron a los años de plomo, en los cuales centenares de miles de argentinos debieron huir del país con lo puesto y aún así crearon redes de solidaridad, amor y denuncia internacional en los países donde posaron sus huesos, con culpa, dolor, angustia.
El documental puso el foco en Italia y pudo realizarse gracias a la colaboración de un grupo de jóvenes italo argentinos que forman parte de una organización llamada ‘Progetto Sur’. Tirando de la punta del ovillo, llegamos a ellas, Claudia Gatti y Romina Cozzanti, referentes de la asociación, nacida después del 2001, que contactó con aquella huella creada en los años setenta-ochenta y hoy trabajan por la colaboración de dos pueblos unidos por historia y cultura. Cambian los tiempos, las formas, la política y la tecnología. Llegan las pandemias y otras calamidades desconocidas, pero aún queda la esperanza de un mundo mejor.
Aquí, la última entrevista de lo que podemos considerar una trilogía: revisitando exilios, mirando el mañana.
Este Planeta Giussani hace lo posible para entenderse con ese Planeta Tierra con la Inteligencia Artificial a flor de piel. Aún así, no lo logramos. La comunicación es entrecortada. Cuarenta minutos nos dan. Quién puede hacer algo en sólo cuarenta minutos cuando hay tanto para hablar, conocer, descubrir, pensar. Vaya, entonces, esta segunda parte con Romina, a quien dejamos sin palabras.
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Entrevistas
“El exilio dejó huella en Italia”. Entrevista a los directores de Resistenza
Después de su recorrido por Festivales, Salas y otros espacios de Italia y Argentina, “RESISTENZA (historias del exilio argentino en Roma)” está disponible desde el 13/11/25 en la plataforma OpenDDB: https://openddb.it/film/resistenzaargentina/
Un documental que explora los modos que adquirieron la sobrevivencia y la denuncia internacional durante la última dictadura militar. Más allá de la tristeza, el desarraigo y las dificultades económicas, los exiliados argentinos diseminados por el mundo tendieron redes de solidaridad y realizaron un trabajo tenaz dando a conocer las violaciones a los Derechos Humanos en Argentina. No sabían, en ese entonces, que se estaban convirtiendo en protagonistas de un movimiento que dejaría sus huellas a futuro en los países que los acogieron, gracias a una forma de lucha silenciada por el régimen pero que perduró, con amor y creatividad hasta el día de hoy.
En Italia nació una organización italo-argentina, Progetto Sud. En torno a ellos crecen, desde el pie, nuevas formas de acción en un mundo cada vez más violento y fraccionado. Ahora las murgas argentinas son un símbolo en toda manifestación por la paz y la justicia en Roma
LCV conversó con los directores del documental “Resistenza, historia del exilio argentino en Roma”, Mónica Simoncini y Omar Neri. ¿Por qué Roma? ¿Qué dificultades encontraron? ¿Cómo es trabajar como documentalista hoy? La culpa como trasfondo de estar vivo, la política no cultural de Milei y más.
LCV
Planeta Giussani/ Houston, tenemos un problema
El 13 de abril de 1970, una frase entró a la historia. Creíamos que la humanidad tenía el poder de conquistar el universo todo. Naves intergalágticas surcaban el espacio. Estados Unidos ya había plantado bandera en la luna. Una nueva misión tenía al mundo en ascuas: el Apolo 13. Todo iba bien hasta que una serie de luces desconocidas y una explosión de origen ignoto obligó a la tripulación del Apolo a llamar a la base en tierra. El mensaje fue claro y conciso: “Houston, tenemos un problema”.
Desde entonces, cada vez que ocurre un imprevisto de difícil solución e incierto origen, apelamos a aquellas palabras de desesperación controlada con las que el astronauta del Apolo 13 compartió su alarma. Y sí, hoy, apelamos una vez más a ella: Houston, tenemos un problema.
Este domingo, la política argentina vio los destellos de luces jamás imaginadas y alguna explosión agitó los ánimos. Qué había pasado?
De manera inusitada, los hermanos Milei, en el peor momento de su gobierno arrasaban en casi todas las provincias, incluída la provincia de Buenos Aires, donde había sufrido una derrota aplastante pocas semanas atrás.
El desconcierto invadió a propios y extraños. Quizás pueda decirse que, de una forma u otra, salvo los Milei, perdieron todos. Y cuando digo todos, digo también la derecha. Curioso ¿no?
Desde el mes de agosto, incluso los medios ‘amigos’ del gobierno se dieron vuelta. Por primera vez se los veía a Feinman, Viale, Laje y hasta Trebucq, entrevistando de manera incisiva al presidente de la Nación. El escándalo Sapagnuolo, el 3% de Karina, las relaciones narco de Espert, eran tapa, día tras día.
Las redes estallaban con incomprobables brotes psicóticos de Milei. Hablábamos de un Plan B en marcha, mientras otros directamente mencionaban un operativo destituyente. Las elecciones intermedias parlamentarias se habían convertido en un referendum: Milei sí o no. Todos tensaron la cuerda. Blanco o negro. Milei o Kirchnerismo, representado por Cristina y su hijo.
El desdoblamiento de las elecciones en la Provincia de Buenos Aires le dieron aire a Kicillof, al no ser una consulta nacional, pudo mostrar el mapa político de el bastión peronista por excelencia. Seguía siendo peronista, es más, kicillofista.
Lejos de retroceder frente a una embestida política, mediática y hasta empresaria, el gobierno fue por más. Más represión, más ajuste, más agresión contra los ejes más sensibles para la población: salud, universidad, discapacitados, jubilados. ‘Ni un paso atrás’ decía Mussolini en pleno liderazco.
Los politólogos y periodistas, encargados de ‘leer’ el mensaje de la ciudadanía, se agarraban la cabeza. La derrota era el número ganador. Hagan sus apuestas señores, quien gana y quien pierde?
Perdimos todos.
Es que había ocurrido un imprevisto, un destello de luces violetas y una explosión: Donald Trump se metía en la campaña. Prometía una salvación económica sí y sólo sí Milei ganaba las elecciones.
Lejos de autoflagelarnos con las responsabilidades de cada uno de los protagonistas, y mucho menos de pensar que de la noche a la mañana el pueblo argentino decidió apoyar la represión a los jubilados, hacer aparte las exigencias del Garraham, reirse de los discapacitados, y escupir sobre la cabeza de centenares de miles de desocupados por un plan económico que detruye la industria junto con el Estado, esta vez, yo prefiero no creer. Prefiero no creer que se fascistizó el electorado de tal modo. Así que busco otras razones.
¿Y si el voto hubiera sido más sensato de lo que pensamos? Qué había enfrente a Milei. Si perdía, caía el gobierno, eso era lo que todos esperábamos con cierta euforia. Y si caía el gobierno ¿qué pasaba?
Posiblemente el electorado pensó: Houston, estamos en problemas.
Y aquí entra el factor Trump. Aceptar el manotazo de ahogado de Trump quizás era lo más pragmático porque si no era eso ¿qué? Sólo se veían dos opciones y ambas significaban ‘volver’. Al peronismo o al macrismo. Por si no hubiera quedado claro con la victoria de un personaje indefinible, nadie quiere volver a sentir el hastío de los mismos discursos vacíos. Quizás la sociedad está pidiendo a gritos dar vuelta la historia, no volver sino ir.
Una vez más, invito a nuestros lectores y oyentes a pensar que no vivimos en un mundo aparte. Y el mundo, lamentablemente, hoy tiene como protagonista a otro esperpento al que todos hacen reverencia, cruza fronteras, se adjudica paces incomprobables, extorsiona con los impuestos a países de distinta índole. No queremos reyes, pero tenemos un emperador cuyo parecido con American Dad, es preocupante.
Por más que nos dediquemos a analizar de manera pormenorizada los errores de cada partido, partidazo o partiducho, lo que pasa en Argentina no es ajeno a lo que pasa en el mundo. Quizás Milei entendió eso y anda viajando de acá para allá, sembrando su demencial teoría anarcocapitalista en tiempos de tierra fértil.
Parace antiguo, pero la solución quizás no es sólo nacional. Que avance el internacionalismo, pues. Porque más allá de consignas perimidas como “Patria sí, Colonia no” o recordar “Braden o Perón”, el mundo entero está sufriendo un terremoto económico y moral. Las Colonias ahora son ‘países aliados’ y el entramado económico crea fronteras tan volátiles que resulta imposible analizar con la rigidez a la que estábamos acostumbrados.
No somos el peor país del mundo, son tiempos de una humanidad que ya no puede llamarse humana. Bombas, drones, hackers, ataques cibernéticos, enemigos más virtuales que reales.
Por eso, LCV también anda relojeando lo que pasa aquí y allá. Y, por ahora, parece que nadie se salva solo, tampoco a nivel internacional. Ningún país podrá enfrentar las fuerzas de este post capitalismo cínico y voraz.
Si volvemos al chiquitaje interno, y sí, el baile de Cristina en el balcón al conocerse que perdió el peronismo en la provincia de Buenos Aires fue lo más parecido a la quema del cajón de Herminio Iglesias. Pero no son Cristina ni Kiciloff el problema. Ni la izquierda ni los tibios ni los progres nisiquiera la derecha de buena o mala fé. Levantemos la mirada para ver lo que pasa a nuestro alrededor. Dejemos de acusarnos y empecemos a construir, y a coordinar con quienes están sufriendo tanto o más que nosotros.
Son tiemos difíciles, para todos, sobre todo para los que todavía tienen algo que perder. Esa clase media apedreada que se niega a bajar al séptimo círculo del infierno. Pero hay medio país que sabe que es difícil bajar otro peldaño. No son necesariamente gorilas, ni idiotas, ni todos los epítetos que se les ha endilgado en estos días. Muchos desposeídos apostaron a los hermanitos medio locos. Quizás por empatía. Hartos de ver tantos políticos racionales y nobles que los han llevado a la ruina.
Sigamos pensando y construyendo una sociedad más justa, desde abajo, simplemente como personas, aprendamos a escucharnos, dejemos atrás ese fugaz poder que puede dar una diputación o una secretaría.
Entre tanto, la vieja política tiembla. Cuando pase el temblor ojalá que nos encuentre más fuertes, libres, sinceros. Quizás desorganizados, quizás no unidos, pero dispuestos a llevar adelante las luchas en las que muchos estamos desde hace tiempo y sentimos que son robadas por representantes que no nos representan. La unidad no es todo en la vida. Seamos miles de luces, miles. Miles de fogatas, miles. Ya nos encontraremos de manera natural en un momento histórico en el que valga la pena escucharnos sin insultarnos.
Columna de Laura Giussani Constenla, emitida en La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores, el 27 de octubre de 2025.
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