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Planeta Giussani

Mayo, mes tumultuoso y seductor, por Laura Giussani Constenla

Esta columna está dedicada a Ignacio Ezcurra, reportero de La Nación, desaparecido y asesinado en Saigón, Vietnam, el 8 de mayo de 1968. Mientras vivimos otro mayo, con otras guerras en donde mueren otros periodistas. Por eso, el 2 de mayo la Unesco le entregó el Premio Mundial a la Libertad de Prensa de 2024, a los periodistas palestinos que cubren los ataques en Gaza. Ya son 26 los periodistas asesinados en ese conflicto. A Ignacio Ezcurra y a ellos, nuestro homenaje.

El diario La Nación nunca averiguó a fondo qué había pasado con su corresponsal

Viajemos pues, un poco en el tiempo.

Mayo de 1968, un mes de impactantes eclipses -como ahora- en el que se entrecruzaron astros y luchas. Quedará en la historia como el mes del Mayo Francés.

Nadie recordaba con exactitud cómo había comenzado todo. ¿La interrupción de una asamblea universitaria? ¿La apertura de un expediente a Daniel Cohn-Bendit? Lo cierto es que el lunes 6 de mayo, los estudiantes de la Universidad de la Sorbonne se apretujaron en el patio central para exigir que reabrieran Nanterre y suspendieran la investigación abierta contra ocho estudiantes ante el consejo de disciplina. Las autoridades de la Universidad llamaron a la policía y el edificio fue desalojado. La chispa que hacía falta.

Fueron días de resistencia, reuniones en cafés, discusiones, manifestaciones espontáneas, represión, gases, balas, idas y venidas, discursos encendidos.

Todos querían detener a los anárquicos jóvenes. El Partido Comunista bramaba contra estos “falsos insurgentes”, a quienes veía como revolucionarios de pacotilla que no admitían disciplina ni orden alguno.

En tanto, Cohn-Bendit desafiaba en las plazas: “Pompidou y todo el resto se quedarían tranquilos si fundáramos un partido que anunciara ‘Esta gente es nuestra’, sabrían con quién entenderse y encontrar la componenda. Ya no tendrían enfrente la anarquía, el desorden, la efervescencia incontrolable”. El filósofo del momento, Herbert Marcuse, asistía extasiado a los episodios parisinos que daban fe de su teoría: la clase obrera había sido asimilada por el capitalismo, ya nada podía esperarse de ella. Todo cambio provendría de los sectores marginales: los estudiantes, las mujeres, los negros, los inmigrantes.

Alrededor de la avenida, a lo largo de las entreveradas callecitas salpicadas por iglesias románicas que conservaban una fragancia mística de incienso, quedaban rastros de la revuelta; por allí habían corrido en desbandada los jóvenes que durante días y noches resistieron a la represión policial.

Cuando la furia daba señales de apaciguarse y el mundo recuperaba su armonía, los turistas, periodistas, señoras y señores burgueses que se habían mantenido al reparo salían como salen lentamente los animales de sus covachas después de una tormenta a husmear qué ha quedado en pie.

Mujeres elegantes, entonces, paseaban coquetos perritos por el Quai des Grands-Augustins, y reían o se sonrojaban al leer los graffiti en sus edificios, “debajo del asfalto está la playa” es uno de los más famosos junto a ‘la imaginación al poder’, pero hubo tantas consignas que conformaban un verdadero manifiesto colectivo: “Van a terminar todos reventando de confort”, “Vivir contra sobrevivir”, “Olvídense de todo lo que han aprendido, comiencen a soñar”, “Abajo el realismo socialista, viva el surrealismo”, “Si lo que ven no es extraño, la visión es falsa”, “La sociedad es una flor carnívora”, “Viva la democracia directa”, “Abramos las puertas de los manicomios y de las prisiones”, “La revolución debe hacerse en los hombres antes de realizarse en las cosas”, “El discurso es contrarrevolucionario”, “Civismo rima con fascismo”, “La barricada cierra la calle pero abre el camino”.

En medio de ese paisaje onírico paisaje de una París revolucionada coincidían varios argentinos como Andrés Percivale y Enrique Walker que iban rumbo a Vietnam para seguir los pasos de Ezcurra y quedaron varados en la ciudad luz por el cierre del aeropuerto. Asistían, incrédulos a una rebelión histórica que se parecía a una puesta pop del Instituto Di Tella, suerte de happening revolucionario con una estética que excedía la izquierda y abrevaba en el pop, en donde podían imaginar a la Minujin entre la bruma de los coches quemados—. También rondaba por allí un abogado santiagueño, Mario Roberto Santucho, que leía todos los volantes, fisgoneaba en las asambleas y vociferaba cuando encontraba consignas que decían: “Las armas de la crítica pasan por la crítica de las armas”. No podía creer que pudieran desperdiciar semejante ocasión. Maldecía por el hecho de que un grupo de jóvenes caprichosos estuviese al mando; no sabían dónde se hallaban los objetivos estratégicos ni hacia dónde disparar sus piedras. Con un poco de organización hubiesen podido tomar radios, canales de televisión, en fin, crear un verdadero desequilibrio y llegar hasta el palacio si los vientos lo indicaban, pensaba Santucho en el mayo francés. Y no era el único perplejo ante esos jóvenes revolucionarios raros.

A los partidos de izquierda tradicionales de Francia la situación les provocaba cierto disgusto, pero había adquirido tal dimensión, la represión era tan persistente, que los sindicatos llamaron a la huelga general y el 13 de mayo del 68 marcharon, unidos, obreros y estudiantes, profesores y vecinos y curiosos y todos aquellos que necesitaban expresar de algún modo su desagrado con el mundo.

Decenas de miles avanzaron, tímidos algunos, con carteles coloridos otros, eufóricos los más, por la elegante avenida Champs-Élysées rumbo al Arco del Triunfo. Multitudinaria hilera de personas que cubrían las calles con banderas y carteles, obreros y estudiantes, ciudad sitiada por la multitud que caminaba a paso ligero con rostros desencajados, respirando aires de libertad y con la fantasía de tomar nuevamente la Bastilla.

Fue Vietnam en mayo, y en mayo fue París, y México y Roma y hubo otro mayo un año después, mayo en el sur, mes tumultuoso y seductor, sol pleno, aire fresco, tiempo de siembras; otoño de tibios días y fuertes aguaceros, grises plomizos o cielos azules, mes de contrastes y transiciones. Primero fue un nombre, Juan José Cabral, que estalló en todo el país. Pintadas en los muros, agitación en los claustros, lágrimas en las esquinas. Todo empezó el 15 de mayo del 69 una manifestación estudiantil que marchaba por las calles de Corrientes en contra de la privatización del comedor universitario fue reprimida con ferocidad. Ametrallaron a mansalva, las balas cayeron sobre una multitud de estudiantes indefensos. Dos de ellos recibieron balazos en los brazos y uno en la cabeza. Un día después Cabral, el del tiro en la cabeza, moría. Los jóvenes del país, en el norte o en el sur, supieron que esa bala estaba destinada a ellos. Muerto en medio de un tumulto, de manera casual, Juan José Cabral se convirtió en estandarte; tomaron su vida y la echaron a andar, con potencia, sin límites. Asambleas espontáneas, discusiones, debates, acción.

Y el 29 de mayo del 69 llegaría el Cordobazo, otra vez, como en París, obreros y estudiantes, pero de eso, hablamos en la próxima.

* Laura Giussani Constenla es autora del libro “Cazadores de luces y de sombras: dos periodistas en tiempos de revueltas, guerras y revoluciones”, editado por Edhasa, que reconstruye la vida de Ignacio Ezcurra, desaparecido en Vietnam, y Enrique Walker, enviado por la revista Gente a Saigón, quien luego fundó Nuevo Hombre, se hizo montonero y fue secuestrado por la dictadura militar argentina. La información de esta columna forman parte de ese libro.

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Destacada

Postales de miércoles I, por Laura Giussani Constenla

Crónica fotográfica de un día de miércoles. Agradecemos el aporte de Carlos Brigo, Mónica Hassemberg, Cora Gamarnik, el equipo de LCV y cantidad de reporteros espontáneos que comparten sus imágenes.

Ciudad de Buenos Aires, miércoles 28 de mayo de 2025. Ver para creer.

Línea A del subte. “No pararemos en la estación Congreso por operativo policial”, anuncia la voz del vagón. Algo de rutina ¿Quién no sabe que los miércoles salen esos jubilados de miércoles a interrumpir el tránsito? Según la voz del subte, no son ellos a obligarlos a caminar una parada sino un operativo policial totalmente desmesurado.

PH: Carlos Brigo

Acompañan a esos jubilados de miércoles -además del Padre Paco, a quien ya estamos acostumbrados a ver- un grupo de sindicalistas, jubilados y religiosos ecuménicos en torno a la virgen de Luján.

PH: Mónica Hassemberg

Ocurrió lo que ocurre todos los miércoles. El ‘operativo policial’ que anunciaba el subte era esa represión de miércoles. Gases, palos, empujones, tiros, detenidos, corridas. En sus puestos, listos, ya.

PH: Carlos Brigo

Carlos Brigo logró captar una imagen reveladora. Un gendarme preparado para reprimir. Se tapa el rostro, es el milico monstruo.

PH: Carlos Brigo

Una vez más, la ligan ‘los viejos’ y los reporteros gráficos. El fotógrafo herido este miércoles es Antonio Becerra, de Tiempo Argentino, el mismo que había sufrido la intimidación de Santiago Caputo, quien le tomó el nombre antes del debate de candidatos de CABA. A pesar de que llevaba la mascara correspondientes, los gases lacrimógenos llegaron a herirlo o intoxicarlo.

PH. Perfil

Por suerte, Pablo Grillo, a quién le rompieron la cabeza (“pérdida de masa encefálica” dijeron los primeros informes) está vivo, la resiste. Y como nadie se salva solo, atrás de él están los familiares, médicos del Ramos Mejía y amigos quienes le ponen cuerpo y vida. Entre tanto, Wanda Nara tiene muchas más líneas en los medios. Y no es por el rating. El rating lo hacen ellos ¿qué ocurriría si en lugar de seguir los avatares de Wanda e Icardi nos bombardearan con los partes diarios médicos de Pablo? Después de cuatro operaciones sigue en terapia intensiva. Atentos a que no haya una infección.

En otro hospital público, los médicos salen a la calle (para qué queremos estos hospitales públicos de mierda que solo salvan reprimidos y pobres? Deben preguntarse los que mandan). Los trabajadores del Garraham, van de asambleas y marchas. Sienten que una nieve extraña caía sobre la ciudad.

Mientras tanto, con máscaras del Eternauta, salen de otra estación de subte, en el miércoles de los jubilados, los científicos. Van al polo científico a decir que está bueno que haya científicos en el país.

https://www.facebook.com/cora.gamarnik/videos/1572893427001442

“Nadie se salva solo” unifica las luchas de jubilados, médicos y científicos.

En la televisión la noticia es otra. Solo el Diego podía lograr este esperpento judicial. Los noticieros ponen placa sobre placa: Ultimo momento, Urgente!!!!!! Ahí está la jueza que prefirió ser protagonista de una serie. Tacones lejanos en el tribunal. Hasta en Napoli gritan justicia.

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LCV

Apagón, El Eternauta y León XIV, por Laura Giussani Constenla

Acá el espacio y el tiempo ya no son lo mismo, así que es complicado esto de saber en qué lugar estamos y cuándo hablamos.

Les quería contar que estamos llegando al último, a la última etapa de este recorrido de la columna vertebral por algunas partes de Europa, que esperamos volver a repetir en algunos meses. Porque es interesante qué está pasando en el mundo ¿no? A veces estamos demasiado atrapados con lo que pasa alrededor nuestro.

a sé que Argentina es un desastre, y todos decimos: “¿Cómo podemos vivir así?”, y estamos realmente preocupados por el gobierno que tenemos. Pero les juro que cuando uno llega a Europa, se preocupa igualmente. Uno cree que va a tomarse un respiro, pero el respiro no llega.

Les cuento mis últimas andanzas, porqué hace un par de semanas que no pude salir al aire. Una de esas razones fue que, un lunes llegué a España a las 10:25 más o menos, al aeropuerto de Barcelona.

Me tomé un metro hasta la casa donde me iba a alojar, que era en un barrio popular que se llama Hospitalet Lobregat. Ahí, cuando bajé del metro, apenas vi el barrio, me encantó por esta cosa que a mí me gustan los barrios populares. Y entonces era de un cosmopolitismo impresionante, un lugar donde, por supuesto, se puede comer más fácilmente un kebab que una tortilla a la española.

Entonces, apenas bajo del metro, pregunto ahí a una señora que estaba dónde podía comer algo. Me dice: “Acá a la vuelta.” Voy a la vuelta y había restaurantes peruanos, árabes, indios, venezolanos, etcétera. Y pregunto en uno peruano, me dice: “No, es que se cortó la luz.” Ah, qué pena. “Sí, se cortó la luz.”

Había obras que se estaban haciendo por los alrededores. Entonces decían: “¿Será por la obra aquella? ¿Será por esta?” No sé. El asunto es que empezaban a pasar las personas y empezaban a correr los rumores de que en realidad la luz no se había cortado solo en el barrio, pero no podíamos saber mucho de qué estaba pasando porque también se habían cortado los celulares.

Entonces nadie se podía comunicar con nadie. Así que, ¿qué es lo que pasaba fuera de ese barrio, que además nosotros no conocíamos? Era imposible de saber.

Veo de repente una señora que está medio llorosa y dice: “Un atentado.” ¿Qué pasa? “Un atentado.” Pasa uno caminando por ahí y dice: “No, se cortó la luz en toda Europa.” En toda Europa.

Finalmente conseguimos un lugar para comer que era de unos árabes, que no entendíamos cómo podían estar cocinando. Y era porque hábilmente tenían una cocina a gas. En cambio, todos los otros bares tenían todo eléctrico. Comimos un rico pollo en el bar de los árabes y nos quedamos horas allí porque no podíamos ir a ningún lado, no nos podíamos comunicar tampoco con la persona que nos tenía que abrir la puerta de la casa.

Era imposible saber. Un señor que estaba al lado, que parecía saber algo, dice: “No, está sin luz España, Francia, Holanda.” L o de la luz era menos grave que los celulares: la incomunicación. La gente no largaba los celulares. Vos veías a la gente con los celulares, tirándolos por el aire, viendo si encontraba alguna intersección del mundo donde una señal cayese en su celular. Tampoco funcionaban los cajeros automáticos ni los postnet de los negocios, es decir, aislados, sin luz y sin plata.

Bueno, finalmente nos compramos una radio a transistores, nuestra vieja y querida radio, y nos enteramos de que había un apagón total en toda España, sur de Francia y Portugal. Todo estuvo bastante tranquilo, pero los comentarios de los que estaban de paso, que nadie sabía nada obviamente, pero uno decía: “No, y esto debe ser cosa o de los rusos o de los americanos.”Me sorprendía que ninguno ponía a los árabes dentro de la conjunción de posibles atacantes o un ciberataque. Un ciberataque… vaya a saber de quién, ¿eh?

hubo miles y miles y miles de personas que se quedaron en los metros y en los trenes. Tratábamos de imagina qué estaría sucediendo. “¿Se estarán chocando los aviones?” ¿cómo será este caos? ¿Qué estará pasando pasando en el resto del país?

Así fue nuestra llegada a España, sin ninguna comunicación oficial hasta muy tarde sobre lo que estaba pasando, y que aún hoy, a una semana y un poco más del gran apagón, nadie tiene la más mínima idea de qué ocurrió, y todos están convencidos de que nunca la tendrán.

Versión completa en el programa grabado en vivo

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Lecturas Recomendadas

El Kit del miedo, por Laura Giussani Constenla

No es fácil escribir algo razonable cuando las ideas salen a borbotones, el vértigo de las noticias nos quita el tiempo necesario para organizarlas. Un kit anti catástrofes, las profecías de Musk, bombardeos, crisis económicas globales, amenazas de aquí y de allá, y hasta el recuerdo de una serie que tuvo en vilo a las pantallas mundiales hace unos cuantos años –Lost-, pasaron como ráfagas por mi cabeza. Confieso que tener la obligación de escribir me ayuda a organizar estas difusas sensaciones iniciales. Intentaremos dilucidar sobre todo esta última curiosidad ¿qué tiene que ver Lost en todo esto?

Preparados, listos, ya!

La Comisión Europea propuso el 26 de marzo de este año los hogares europeos tengan a mano lo esencial para sobrevivir al menos 72 horas para afrontar una multiplicidad de amenazas: desastres naturales, pandemias, ciberataques o incluso una guerra. “Las nuevas realidades exigen un nuevo nivel de preparación en Europa. Nuestros ciudadanos, nuestros Estados miembros y nuestras empresas necesitan las herramientas adecuadas para actuar tanto para prevenir las crisis como para reaccionar con rapidez cuando se produce una catástrofe”, indicó en un comunicado la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen. Según National Geographic, esta estrategia forma parte del programa “ReArm”, un plan integral impulsado por la propia Ursula von der Leyen para reforzar las defensas frente a u hipotético avance bélico como podría se el de Rusia.

Algunos países ya han distribuido gratuitamente entre la población un kit de supervivencia. En Alemania hace algunas semanas recibieron incrédulos su cajita salvadora, la cajita feliz que te permitirá esperar la llegada de auxilio de manera más confortable debajo de algún escombro contiene: Mini botiquin, cinco litros de agua, pinza, destornillador, linterna, metros de soga, cinta adhesiva, una bolsa de dormir, dos pulóveres, un par de latas de comida, bolsas con frutos secos, un jarrito, un jabón, dos pilas, y lo único imprescindible, un silbato. Ya están a la vena kits más sofisticados, claro. Un negocio seguro. La idea es que la población empiece a tener conciencia de que debe organizarse en caso de una debacle (como si la debacle no estuviese en acto, reparten minibotiquines a alemanes y suecos mientras Israel bombardea un hospital y Rusia a civiles desarmados). Europa, en tanto, se prepara, no sabe bien para qué, pero con el Kit a mano. Por lo cual, solicitan que se establezca quién será el encargado de la familia en mantener los elementos de

de salvataje actualizados y bien guardados. 0 deberán llevar una valijita tamaño low cost a todos lados?

Musk y la profecía que se autorrealiza

El 6 de abril, se celebró el Congreso de la Lega di Firenze, encabezado por Matteo Salvini, Vicepresidente del Consejo de Ministros de la República Italiana, y de lo más rancio de la ultraderecha del país, del que participaba el Premier Húngaro Orban, tuvo una aparición estelar en video conferencia el ecléctico empresario y político Elon Musk, cuyas declaraciones fueron aplaudidas a rabiar. Dijo sin ponerse colorado: “Vemos un aumento enorme del número de ataques en Italia y Europa, los medios tratan de reducir el número de ataques terroristas pero la matanza de personas es cada vez más frecuente y en Europa terminaremos viendo ataques de masa, masacres de masa. Sus amigos, sus familias, todos estarán en riesgo, los números son claros.”

Musk fue más allá, y atacó frontalmente a los inmigrantes, causa de todos nuestro males según su mirada: “La inmigración es una locura que llevará a la destrucción a cualquier país que la consienta. Hay 8 mil millones de personas en el mundo y estamos en un país con 50 o 60 millones de habitantes, pero incluso para los Estados Unidos, si una pequeña proporción del resto del mundo se mueve lo transformaría en un país distinto. El país no es la geografía sino la gente que vive en él”, dijo el supermillonario nacido en sudafrica.

Europa y la obediencia debida

A pesar de que el propio ministro del interior italiano se manifestó asombrado por semejante visión apocalíptica, diciendo: “No entendí lo que quiso decir”, ya que no hay indicios de actos terroristas en Italia, ni víctimas escondidas, ni medios cómplices, el gobierno italiano negociaba con Estados Unidos la baja de los impuestos a los productos de la península mientras aplicaba un decreto de seguridad en conformidad con los inverosímiles dichos de Musk. Te doy el decreto si me bajás las tasas? Quién sabe.  

Lógicamente el nuevo decreto aumenta las penas de quienes tengan o difundan materiales químicos para la realización de explosivos. Nada demasiado novedoso, ya que en los últimos años los decretos y leyes antiterrorismo estuvieron a la orden del día. Pero esta nueva reglamentación avanza sobre la represión a reclamos sociales, aumentando las penas a quienes resistan a la autoridad, aunque sea de modo pacífico, a los Okupas que son cadda vez más visto la situación económica, endurece la situación en las cárceles, y de paso da marcha atrás sobre la legislación light que permitía el uso de cannabis entre otras muchas medidas.

La oposición ve con especial preocupación el artículo que recupera la figura de ‘obstrucción a la via pública que prevé que el bloqueo de carreteras o vías férreas «obstruyéndolas con el propio cuerpo» se castigue como infracción penal, en lugar de la infracción administrativa prevista actualmente. La pena aumenta si el acto es cometido por varias personas reunidas. Entre muchas otras medidas que apuntan más al reclamo político, social o gremial que al supuesto terrorismo.

Publicado en el Boletín Oficial el 11 de abril, y vigente desde el día siguiente, Giorgia Meloni y su Consejo de Ministros explican que se considera una necesidad de urgencia tomar medidas para prevenir y combatir el terrorismo, además de tutelar la vida de los agentes de seguridad.

Vale también destacar que últimamente los noticieros italianos se han plagado de imágenes de forcejeos con la policía que no solían verse hace tiempo. El primer impacto fue, justamente, frente a una pequeña convocatoria a la legislatura el día en el que se discutía el Decreto de Seguridad. Cuerpo a cuerpo, policías y militantes daban un espectáculo parecido a un miércoles porteño.

En sintonía con el miedo a posibles ataques que se expande en Europa de la mano de difusores como Elon Musk, también España se sumó estos días a la pandemia del miedo y anunció que activará desde eñ viernes 11 de abril a las 15 hs el Plan de Prevención, Protección y Respuesta Antiterrorista en el marco de las celebraciones de Semana Santa 2025.

Una vez más, Europa reacciona a las amenazas y no a la realidad. Si en lugar de aumentar penas por problemas sociales y dedicar sumas millonarias al rearme y la seguridad, además de inventar kits de salvación, dedicaran esos recursos a una distribución de la riqueza que evite las ocupaciones de edificios y los reclamos sociales y gremiales (italia tiene los sueldos más bajos de Europa, un sueldo medio ronda los 800 euros) otra sería la historia. En lugar de tenerle miedo a los desheredados del mundo, deberían apuntar su temor a quienes poseen el poder real para destruirlos.

LOST-DESAPARECIDO

Hubo una serie que impactó a los ciudadanos del mundo entre el 2004 y 2010. Seis años siguiendo las aventuras de un grupo perdido en una isla en la que no se entendía qué pasaba pero algo malo pasaba. Mucho miedo a lo desconocido que se transformó rápidamente en miedo al otro. Todos contra todos. Desconfianza al palo. Vi todas las temporadas de un tirón para saber qué tenía a mis hijos tan atrapados. Realmente, daban ganas de ver más y más, adictiva como pocas. Igual, sabia que algo no me gustaba, me molestaba y más, me irritaba. Entre los condimentos de la serie estaban un árabe terrorista, algún negro, un asiático, varios rubiecitos yankys, un científico medio loco, en fin…

Recuerdo haberle comentado a mis hijos que me parecía una operación de propaganda yanky, y ellos rieron con gusto. Una vez más su madre encontrando razones políticas escondidas.

Es cierto que puede ser mera casualidad o astucia de un guionista que sabe poner los condimentos necesarios, pero en un país que paga a los productores por cada bandera norteamericana que aparezca, la inocencia me suena a ingenuidad.

Suena extraño imaginar que en estos tiempos vertiginosos alguien pueda estar haciendo una campaña política a veinte años vista, sin embargo, cuando pensamos en el deterioro de nuestra capacidad crítica cabe imaginar que pudo existir una escuela para terminar siendo lo que somos.

Hace rato que me ronda la idea de que no estamos sabiendo ver qué están haciendo de nosotros en el momento en que lo están haciendo.

Pensemos, simplemente, que en esos años, entre el 2004 y el 2010 fueron los años de formación de dos de los principales intelectuales de Milei, quienes también por entonces se formaban en una escuela de cuadros antiterroristas en EEUU, como ya hemos visto en otra entrega planetaria.

El Medio es el mensaje del Miedo

Y para terminar con cuestiones más domésticas, basta ver qué sucedió el día del anuncio de la salida del cepo en nuestro país. Leído desde afuera era todo incomprensible. Las principales notas de los diarios argentinos dedicaban más tiempo en relatar cómo se habían vuelto locos todos con las idas y vueltas, las conferencias de prensa, la cadena nacional, los gestos, el llanto, los abrazos…de las medidas poco y nada de análisis. Lo más importante para el periodismo había sido ese dia que ‘vivimos en peligro’, en peligro de enloquecer. Hicieron lo que quisieron con la prensa y con los seguidores de la prensa, que dedicaron toda su energía en tratar de entender qué diablos estaba pasando. Un día perdido en todo sentido.

Digo esto porque quizás no hay que caer en la trampa. Quieren agotarnos, devorar nuestras neuronas en grandes actuaciones inconducentes. Todos para llegar primero a la primicia. ¿Alguien puede cuantificar el tiempo que le dedicamos a estos trucos mediáticos? Solo imaginar lo fructífero que hubiera sido esperar la noticia a la noche, mirando el cielo y pensando o leyendo o jugando con esos hijos que después parece que no conocen. Que no te abruman, no formes parte del experimento. Si es cierto que el que ríe último ríe mejor, también lo es que el que ‘sabe último, sabe mejor’.

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