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Uruguay: Nuevo oligopolio mediático para proteger a Lacalle, por Nicolás Centurión

Publicado en estrategia.la el 24 de julio de 2024
Año electoral en Uruguay: la cascada de casos de corrupción, de clientelismo, de nepotismo y de renuncias que luego terminan con funcionarios que vuelven como en puertas giratorias, no ha cesado. Por eso el gobierno intenta blindarse, resguardarse en los grandes medios de comunicación. Medios que abonaron también al triunfo de Luis Lacalle en su momento y hoy se verán beneficiados.
Un oligopolio mediático está en ciernes y ya cuenta con la firma del primer mandatario.
Tres (no) triste empresas comen a otra para progresar

El presidente Lacalle Pou autorizó a los tres canales cables de Montevideo a conformar un consorcio para apropiarse de la fibra de Antel. Dichos canales son propiedad de los canales 4, 10 y 12, a crear un consorcio que fortalece aún más su posición dominante en el mercado capitalino de la televisión por abonado, pero, además, como los autoriza a vender internet, les permite competir contra ANTEL utilizando la fibra óptica de la empresa pública para hacerlo.
Es decir, una maniobra para torpedear a la empresa estatal. No configura la típica maniobra privatizadora de los 90 en pleno auge del neoliberalismo, pero sí viene a confirmar una vez más el espíritu de este gobierno para con los entes públicos: el desmantelamiento y desguace. El presidente Lacalle Pou autorizó a los tres canales cables de Montevideo a conformar un consorcio para apropiarse de la fibra óptica de la estatal Adminsitración Nacional de Telecomunicaciones (Antel).
Dichos canales son propiedad de los canales 4, 10 y 12, y fueron autorizados a crear un consorcio que fortalece aún más su posición dominante en el mercado capitalino de la televisión por abonado. Pero, además, como los autoriza a vender internet, les permite competir contra ANTEL utilizando la fibra óptica de la empresa pública para hacerlo. Es decir, una maniobra para torpedear a la empresa estatal. No configura la típica maniobra privatizadora de los 90 en pleno auge del neoliberalismo, pero sí viene a confirmar una vez más el espíritu de este gobierno para con los entes públicos: el desmantelamiento y desguace.

La decisión concentra la riqueza y el poder, atenta contra el derecho a la información y la libertad de expresión y es ilegal, porque va en contra de al menos tres artículos de la Ley de Servicios de Comunicación de Audiovisual, 19.307, que está vigente y que establecen la obligación del Estado de impedir la conformación de oligopolios y monopolios e incluso de hacer uso de posiciones dominantes en el mercado.
El presidente Luis Lacalle autorizó a los tres canales de cable de Montevideo a conformar un consorcio para Nuevo oligopolio mediático para proteger a Lacalle. Estos canales de cable son propiedad de los canales (de aire) 4, 10 y 12, y fueron autorizados a crear un consorcio que fortalecerá aún más su posición dominante en el mercado capitalino de la televisión por abonado.
Pero, además, como los autoriza a vender internet, les permite competir contra Antel utilizando la fibra óptica de la empresa pública para hacerlo. Es decir, una maniobra para torpedear a la empresa estatal. No configura la típica maniobra privatizadora de los 90 en pleno auge del neoliberalismo, pero sí viene a confirmar una vez más el espíritu de este gobierno para con los entes públicos: el desmantelamiento y desguace.

La decisión concentra la riqueza y el poder, atenta contra el derecho a la información y la libertad de expresión y es ilegal, porque va en contra de al menos tres artículos de la Ley 19.307 de Servicios de Comunicación de Audiovisual, que está vigente y establece la obligación del Estado de impedir la conformación de oligopolios y monopolios e incluso de hacer uso de posiciones dominantes en el mercado.
El argumento de dichas empresas para asociarse es que han perdido clientes y por ende ganancias. Efectivamente, eso es cierto. Desde el año 2018 las empresas de TV para abonados han pasado de cerca de 733.000 clientes a poco más de 496.000, lo que representa una caída de cerca de más del 32%. Las razones son varias, pero muchas a la vista. Los contenidos por streaming, las plataformas de series y cine brindan una oferta mucho más variada, barata e interactiva que lo que ofrecen los canales de cable.
Es interesante cómo funciona cierta lógica de los liberales. En sus manuales, estas empresas debieran fenecer de “muerte natural”. El mercado no demanda sus servicios, consigue otros servicios que le son más rentables al consumidor y listo. Pero pasó lo contrario, aparece “papá Estado” a intervenir, a salvaguardar dichas empresas que incluso atentan contra el propio Estado.
Nunca pasaría al revés. Nunca una empresa privada va a ayudar a asociarse a otras para que le hagan competencia. Y allí va la segunda paradoja, la famosa y ficcional libre competencia. Otro postulado de los liberales que se ve contradicho por el propio accionar de Lacalle y su gobierno. No permite que las empresas compitan entre sí libremente y da paso a un oligopolio que está más cerca de un monopolio que de la libre competencia.
Lo que nos queda por concluir es que este gobierno apenas se asoma a algo parecido a uno liberal y que de liberal original no tiene nada. Es un capitalismo primarizado y para los amigos.
Hecha la ley…
La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual 19.307, que regula a los servicios de comunicación audiovisual, entre los que se encuentran los de TV para abonados, contiene algunos artículos que también nos muestran el atropello de esta asociación.
El artículo 11 establece que el Estado tiene el deber de garantizar la diversidad y el pluralismo en el sistema de servicios de comunicación audiovisual, en todos los ámbitos de cobertura, previniendo la formación de oligopolios y monopolios
El artículo 51 afirma que los monopolios u oligopolios en la titularidad y control de los servicios de comunicación audiovisual conspiran contra la democracia al restringir el pluralismo y diversidad, por lo que es deber del Estado instrumentar medidas adecuadas para impedir o limitar su existencia y formación, así como establecer mecanismos para su control.
El literal U del artículo 68 señala que el Estado debe prevenir y desalentar las prácticas monopólicas u oligopólicas, las conductas anticompetitivas, predatorias o de abuso de posición dominante
“Lo que nosotros entendemos -y esto lo hemos manifestado en esta misma Comisión en otra oportunidad en la que participamos- es que estamos en una época en la que las competencias, en muchos casos, son de cooperación. Y nosotros entendemos que ofrecer la infraestructura de Antel a los cableoperadores es bueno para Antel porque está, de alguna manera, siendo un negocio», expresó Elisa Facio, Directora General de Secretaría del Ministerio de Industria, Energía y Minería.
» De lo contrario, se queda fuera del negocio, y los cableoperadores de alguna manera igual van a hacer sus tendidos o a contratar con terceras personas, porque no es solo el tendido, también después tienen que tener una salida a internet, y la salida internacional a internet, que es ese tramo 3, la van a contratar con Antel o con Claro o con Movistar o con Dedicado o con el que sea, pero con alguien lo van a contratar”, añadió la funcionaria.
Ante,l desde 2008, ha invertido alrededor de 800 millones de dólares para mejorar la conectividad. Sin embargo, esta administración no solo favorece a los canales privados sino a grandes tiburones de las telecomunicaciones como Claro, Dedicado o Movistar.

El analista y consultor uruguayo Gustavo Gómez se preguntaba en su red social X: “ ¿Qué pasará con los 300 a 350 trabajadores de los cables de Montevideo cuando pasen a ser una sola empresa en lugar de tres? ¿La unificación autorizada por el gobierno de Lacalle Pou traerá despidos para abaratar costos?”
Como un dejavú, amplía: “Hace 30 años los tres canales de TV abierta de Montevideo «compitieron» para que Lacalle Herrera (el padfre del actual mandatario) les diera las tres únicas licencias de TV cable. Comprometieron inversiones y redes independientes. Pero armaron Equital SA (tres dueños, un único cableado) y ofrecieron mismo precio y misma programación. Cero competencia. Más poder.”
En agosto se viene la votación sobre la Ley de Medios que está en discusión en el Parlamento, que concita menos participación ciudadana, eliminación de audiencias públicas, mayor concentración de medios, posibilidad de extranjerización, limitación a la Libertad de Expresión y riesgo de censura previa.
Y en octubre son las elecciones presidenciales. ¡Qué casualidad!
* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP).Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

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Gaza: La resistencia en barco y bicicleta, por Hilario Alvaro, desde el país Vasco

Este verano boreal, aún por finalizar, está teñido por una inusitada actividad de marchas y protestas en calles y plazas europeas, más acostumbradas en estas fechas a las fiestas y al desfile de turistas. En la medida que la Unión Europea y los diferentes gobiernos nacionales muestran su inacción o su abierta complicidad con el genocidio de Gaza, la sociedad civil está tomando el espacio público en demanda del fin de la masacre y de un boicot a Israel. Dos iniciativas coparon la atención en estos primeros días de setiembre: las diarias protestas que exigen la expulsión del equipo israelí de la Vuelta Ciclista a España y la flotilla que, cargada de ayuda humanitaria, está surcando el Mediterráneo con la intención de establecer un corredor humanitario con Gaza.
A la hora de escribir estas líneas (viernes 5 por la noche), 130 caceroladas retumbaban frente a otras tantas municipalidades vascas. El jueves 4 sonaban por séptima semana consecutiva en el centro de Zaragoza. El viernes lo hicieron en Cabezón de la Sal (Cantabria), entre decenas de banderas palestinas, en la salida de la etapa de La Vuelta, en la que participa la escuadra Israel-Premier Tech, propiedad del magnate sionista Sylvan Adams, que se autodefine como «embajador global de Israel». Su objetivo: limpiar la cara de Israel a través del deporte, un Israel que, a diferencia de Rusia, no ha sido expulsado de competición internacional alguna.
Desde que la carrera, comenzada en Italia, pisó la península ibérica se ha convertido en una protesta diaria, continua. En la contrarreloj por equipos, disputada en Figueras (Cataluña), el equipo israelí fue bloqueado en una ruta, a mitad de su participación. Al día siguiente, a pocos quilómetros, en Olot, los manifestantes bloquearon al pelotón entero. Por Navarra, los ciclistas cruzaron pueblos y ciudades repletos de banderas palestinas y pasacalles llamando al boicot a Israel. Los esfuerzos de la organización por retirar las banderas, como en Aragón, o los de la realización de Televisión Española (todas las etapas se retransmiten en directo) por ocultar una dinámica que crece con cada etapa se ven inútiles: son entre 150 y 200 quilómetros por etapa y una población deseosa de hacer pública su repulsa al genocidio.
En Bilbao se situaron a la salida y en la meta de la etapa 11. Si la carrera fue interrumpida ya a los pocos quilómetros de salir, la llegada lo fue más. Instalada en el centro de Bilbao, la meta hervía de manifestantes por Palestina que, desbordando el cordón policial, tomaron el centro de la calzada. La etapa se dio por terminada a 3 quilómetros de la meta. No hubo vencedor. El eco de la protesta fue enorme. El Israel-Premier Tech fue invitado a abandonar la competición, a lo que se negó. El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, en entrevista radiofónica, se reclamó «partidario» de expulsar al Israel-Premier Tech de La Vuelta. No es posible actuar «como si nada ocurriera» en el deporte mientras hay un genocidio en curso, dijo. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, envió en cambio su apoyo a los ciclistas: «No ceder ante el odio y la intimidación», les dijo por redes sociales.

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Las protestas que rodean La Vuelta (pasacalles, banderas, caceroleos, cortes de ruta) son acciones de manual de no violencia. Sin embargo, Javier Guillén, director de La Vuelta, no dudó en calificar de «acción violenta» el bloqueo del equipo de Israel en la contrarreloj. Lo mismo hicieron las autoridades vascas, todas del Partido Nacionalista Vasco. Preocupado por la imagen que la ciudad –posicionada como destino turístico– pudiera dar, el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, añadió que a los manifestantes «no les importó poner en riesgo la seguridad y la vida de los ciclistas profesionales». Pero quien más lejos llegó fue la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que durante un acto partidario del Partido Popular acusó a los manifestantes de Cabezón de la Sal de ser «terroristas de la ETA», «etarras».
Como señalaba en las redes sociales el dibujante y escritor Mauro Entrialgo, estas protestas son efectivas porque tienen consecuencias económicas, uno de los objetivos de las asociaciones convocantes, ligadas a la campaña BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones). Los municipios pagan a la organizadora de La Vuelta, una empresa privada francesa que también se encarga del Tour de France, para que la carrera pase por sus calles.
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En Reino Unido y Alemania la criminalización de las acciones por Palestina es, de todas maneras, bastante mayor que en España. Para muestra, un botón. Hace días, durante un acto a favor de Palestina en Edimburgo, el guionista Paul Laverty, que forma equipo con el director Ken Loach, fue detenido por llevar una remera que condenaba el genocidio. Lo acusaron de un delito de «terrorismo», porque el lema «Genocide in Palestine, time to take action» («Genocidio en Palestina, tiempo de pasar a la acción») representaría un apoyo a la asociación Palestine Action, que el gobierno laborista califica de terrorista. Similares son los argumentos que la Policía y la Justicia alemanas están empleando para castigar a quienes usan la frase «From the River to the Sea, Palestine Will Be Free» («Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá»). En noviembre de 2023, el Ministerio del Interior alemán consideró que se trata de un eslogan de Hamás y, cada vez que se oye esta consigna, la Policía se emplea con violencia contra quien lo profiera, así como contra quienes están en los alrededores, acusándolos, después, de resistencia a la autoridad o desacato, crímenes relativamente graves en la autoritaria sociedad germana. Solo en Berlín, hay hoy unos 9 mil manifestantes pro-Palestina cuyos casos acabarán judicializados.

Mientras crecen en el mundo las voces y las acciones reclamando el fin de la destrucción y el genocidio de Gaza, Israel desoye toda crítica y acelera la ofensiva. Cientos de miles protestaron en las calles de París, Tokio, New York, Buenos Aires, Yemen, Bagdad, Brasil o en la misma Tel Aviv; la ONU exigió un fin de bloqueo que condena al hambre a todo un pueblo, y una flota internacionalista se dirige a Gaza con ayuda humanitara para romper el aislamiento al que están siendo sometido el pueblo Palestino. Los estibadores de Génova advirtieron en una emotiva marcha de antorchas previa a la partida de naves hacia la franja de Gaza: “Deben volver todos sanos y salvos, o bloqueamos los puertos de Europa”. En Nápoles fueron los estudiantes universitarios quienes alzaron la voz: “Si continúa el bloqueo, bloquearemos las puertas de todas las universidades”. En España, una tradicional carrera ciclista que atraviesa distintos pueblos se ha convertido en bandera por la liberación de Palestina. Nada de eso parece estremecer a los gobiernos de Occidente ni detener la ofensiva de Netanyahu. Por el contrario.
Este lunes, una de las barcazas de la flota Global Sumud Flotilla compuesta por una veintena de embarcaciones en las que viajan activistas propalestinos de 44 países, sufrió el primer atentado. Se trata del barco de bandera portuguesa, que transporta al comité de dirección de la flotilla, con la militante sueca Greta Thunberg a la cabeza, que fue atacada por un drón que provocó un incendio en la cubierta principal y en los almacenes situados bajo cubierta, mientras estaba en el puerto de Túnez. No hubo víctimas pero la preocupación crece. El capitan de ese barco es uno de los ocho argentinos que forman parte de la comitiva. Carlos ‘Cascote’ Bértola, militante de HIJOS de La Plata, partió hace diez días a Barcelona para sumarse a esta gesta visto que necesitaban personas con conocimiento en navegación: “Ante un genocidio, quedarse callado no es opción”, declaró. Hoy se encuentra reparando la nave que sufrió graves daños en donde viajan los promotores de la iniciativa. A pesar de todos los inconvenientes la Global Sumud Flotilla se encuentra a escasos 7 km de cumplir con su objetivo.
En tanto, la cadena ‘Al Jazeera’ informó sobre fuertes explosiones en Doha, Qatar. El Ejército israelí ya confirmó el bombardeo que tendría como objetivo liquidar una célula de Hamás en ese país pero no precisó su ubicación mientras ni detalles lo ocurrido. Sin noticias oficiales, versiones indican que habría al menos dos muertos productos del ataque. (LCV)
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Gaza, ya!!/”Es mi familia, Kay. No soy yo”, por Michael Sfard

Traducción del francés y edición de María Urruzola.
Tribuna de opinión del abogado de Derechos Humanos israelí Michael Sfard, publicada el 28 de agosto en el diario israelí Haaretz. Sfard es un abogado israelí especializado en Derechos Humano y Derecho Internacional Humanitario. Es uno de los juristas más conocidos en Israel por su defensa de los derechos de los palestinos y sus acciones contra la ocupación israelí. Su último libro (2025) se titula: “La ocupación desde el interior: viaje a las fuentes del golpe de régimen”.
“Cuando Michael Corleone (interpretado a la perfección por Al Pacino) lleva a Kay Adams (Diane Keaton) a conocer a su familia en ocasión del casamiento de su hermana, en el primer episodio de la trilogía de El Padrino, ella descubre una historia muy dudosa respecto a la familia a la que está a punto de incorporarse: una familia que arregla sus problemas a través de una mezcla de violencia y corrupción. Cuando Michael se da cuenta que Kay está shockeada, intenta tranquilizarla: “Es mi familia, Kay. No soy yo”.
Uno no elige a la familia, e Israel es mi familia. Y es una familia criminal. Entonces ¿cómo seguir viviendo con semejante familia? Todo está contaminado
Israel está en vías de destruir Gaza. Llámele limpieza étnica, llámele aniquilación, llámele genocidio, llámele como quiera. Yo no tengo ninguna duda de que Raphaél Lemkin, el jurista judeo-polaco que acuñó el término de genocidio (1), declararía, llorando de vergüenza, que el Estado judío comete un genocidio en Gaza. Israel aniquila el sitio y extermina al grupo humano que allí vive. La destrucción física del espacio gazatí es sistemática: casa tras casa, edificio público tras edificio público, infraestructura tras infraestructura. Piense en su barrio: la escuela de sus hijos, la policlínica, el centro comercial, la plaza de juegos, los edificios de casas. Imagínese que todo, absolutamente todo, es borrado de la superficie. Nada de casas, nada de barrio, nada de comundiad. Eso es hoy Gaza. Un lugar que albergaba a más de dos millones de personas se ha transformado en un inmenso terreno baldío, grado cero. Escuelas, clínicas, tiendas, cañerías de agua, electricidad y saneamiento, rutas, veredas -todo se ha transformado en cenizas y polvo. Según datos calculados a partir de imágenes aéreas, 70% de las construcciones de la banda han sido totalmente destruídas o son inhabilitables -y eso antes incluso del « Merkavot Gid’on B » (Ndr: operación Carros de Gedeón, mayo 2025), y la promesa del ministro de Defensa a los rabinos del sionismo religioso de que “Gaza parecerá Beit Hanoun” (Ndr: demolida por completo, buscar en Wikipedia).
Un lugar que albergaba a más de dos millones de personas se ha transformado en un inmenso terreno baldío. Eso es hoy Gaza.
La masacre masiva de habitantes es más caótica todavía que la destrucción del espacio físico. Ella es llevada a cabo por bombardeos desproporcionados, el derrumbe del sistema de salud y, paroxismo del horror, por la hambruna. Al crear deliberadamente una hambruna masiva, al impedir expresamente la entrada de alimentos y de ayuda humanitaria, al desmantelar el sistema internacional que distribuía ayuda en centenares de puntos a lo largo y ancho de la banda y al reemplazarlos por solo cuatro: tres al sur y uno al centro. Al norte, nada. Todo eso para obligar a los Gazatíes a desplazarse. Como se atrae a un perro hacia afuera de una casa, con un plato lleno de comida. Las cifras de quienes mueren de inanición son inimaginables. Las imágenes hielan la sangre. Israel destruye Gaza.
Somos pocos pero tenemos peso. Debemos luchar contra nuestra familia: apoyar a los objetores de conciencia…
Somos pocos, pero tenemos peso. Debemos luchar en conjunto contra nuestra familia: apoyar a los objetores de conciencia, llamar a la aplicación de sanciones contra Israel y a la realización de investigaciones internacionales.
Entonces… ¿cómo seguir viviendo al ser parte de un colectivo que perpetra un exterminio? ¿Cómo levantarse cada mañana y mirar a los ojos al almacenero que vuelve del servicio de reserva militar, al soldado que está sentado en el café, al vecino que sostiene un cartel que dice “Juntos venceremos”? Lo más simple es mirar a Ben Gvir o a Bezalel Smotrich (nota al pie) y decirse que no tenemos nada que ver. Lo más calmante es pensar en esos dos fascistas de zócalo, que al contrario de sus homólogos italianos o alemanes no tienen ni clase ni estética, solo un racismo salvaje y una crueldad sádica, y tranquilizarse uno mismo. Lo más simple es escuchar a Smotrich declamar que es moral matar de hambre a los Gazatíes y no muy grave sacrificar a los rehenes. Lo más simple es menosprecia a Ben Gvir, que se excita ante la idea de limpieza étnica (“aliento a la emigración”, como lo llama) y decirse que eso no somos nostros.
Cuando el tambor de guerra hizo callar a las voces que advertían sobre crímenes de guerra, todos los componentes de la sociedad se encontraron encadenados a la complicidad con el crímen
Pero el proyecto criminal imperdonable de la destrucción de Gaza es un proyecto pan-israelí. No podría haber existido sin la cooperación -activa o silenciosa- de todos los componentes de la sociedad judía de Israel. El gobierno obtuvo la lealtad hacia ese crímen desde los primeros días de la guerra, cuando el ataque israelí sobre Gaza tenía la forma ya de un ataque total contra todo lo que fuera gazatí, un ataque que ni siquiera pretende ser solo sobre objetivos militares.
En ese momento, cuando el tambor de guerra hizo callar a las voces que advertían sobre los crímenes de guerra, todos los componentes de la sociedad se encontraron encadenados a la complicidad con el crímen. Como el nuevo llegado a la mafia, al que se obliga, delante del padrino y sus lugartenientes, a matar a un comerciante que no pagó su protección, sellando así una alianza de sangre con la “familia”. De esa manera, centenares de miles de israelíes respondieron al llamado a bombardear, aplastar, liquidar y hambrear. Centenares de miles que tienen una responsabilidad directa en la exterminación, y millones, indirectamente, ligados al pacto criminal y a su negación, o, cuando la negación ya no es posible, a su justificación.
Ningún colectivo profesional israelí se animó a emitir una protesta moral contra el exterminio
Ya no hay duda hoy y no puede haberla: lo que sucede en Gaza es Israel cometiendo crímenes contra la humanidad a una escala aterrorizante. Destruye todas las infraestructuras vitales y hambrea a su población. Además, declara oficialmente su intención de purificar etnicamente la banda, o de realizar la “visión Trump”, como Netanyahu -el Dark Vador israelí- llama al plan de purificación. E incluso hoy, cuando ya está todo claro y es difícil rechazar la acusación de genocidio, los iraelíes bajan la cortina y siguen con su vida cotidiana. Ningún colectivo profesional israelí se animó a emitir una protesta moral contra el exterminio: ni la asociación de médicos, muda de manera desmoralizante ante la destruccción sistemática del sistema de salud de Gaza y la muerte de más de 1500 miembros de su personal; ni los sindicatos de docentes, cuyo silencio ante la destrucción total del sistema educativo de la banda enseña a sus alumnos israelíes que todos los seres humanos no han sido creados a la imagen de Dios; ni la orden de abogados, cuyo presidente aparece reclamando la detención del ministro de Justicia porque éste cambió la cerradura de su escritorio para humillar al Fiscal General, pero no encuentra motivo para decir una sola palabra sobre los proyectos de transferencia y hambre del gobierno, o los bombardeos sobre los tribunales de Gaza, sobre la desnutrición y el maltrato a los presos palestinos en las carceles israelíes, transformadas en campos de tortura, o sobre la colaboración desesperante de la Corte Suprema con todo eso.
Los medios israelíes son el fogón tribal en el que Gaza se quema
¿Y los Medios israelies de masa? Inútil perder el tiempo con esos que se llaman “periodistas”, que se han puesto de acuerdo para no informar sobre el sufrimiento que infringimos a los habitantes de Gaza -complot que es un crímen profesional-, quienes durante meses azuzaron la guerra y permitieron la incitación a los crímenes, que continuan hoy impidiendo cualquier crítica, que no han dicho una palabra sobre la muerte sistemática de periodistas en Gaza, ni contra la decisión del gobierno de no dejar entrar a periodistas independientes -ni siquiera en los tanques del ejército, ni siquiera para servir al discurso del portavoz oficial. Los medios israelíes son el fogón tribal en el que Gaza se quema.
Uno no elige a la familia, e Israel es mi familia. Y es una familia criminal. Entonces, ¿cómo seguir viviendo con semejante familia? Todo está contaminado. El mismo día en que el diario Haaretz publicó decenas de fotos de niños famélicos creados por nuestras manos, la cadena 13 emitió un programa promocional sobre la alta gastronomía israelí y las estrellas Michelin que nuestros grandes Chefs recibirían en breve.
Michael Corleone pensaba poder seguir en su familia sin llevar una vida criminal. Al final, heredó el lugar de su padre y se volvió el gran padrino de la organización mafiosa de la familia. Hay dos maneras de evitar ese destino: la primera es divorciarse de su familia. Estos dos últimos años, muchos se han ido efectivamente del país. Pero hay otra opción: combatir a la familia. Verdaderamente combatirla. Comprender que en este punto, la familia es el enemigo.
El problema no son, lo repito, Ben Gvir y Smotrich. El mal surge de númerosos lugares del llamado “liberalismo anti-Bibi” propio de nuestra deformada realidad israelí. Pero -y es muy importante esto- hay también miembros de la familia que se rebelan. Docentes, artistas e intelectuales, abogados, periodistas, médicos, trabajadores sociales, universitarios, y numerosos militantes que han tenido el coraje de elevar su voz contra la destrucción en Gaza, con peticiones, videos y manifestaciones.
Somos pocos, pero no sin peso. Juntos, tenemos que luchar contra nuestra familia por todos los medios no violentos. Seguir la vía de Abraham nuestro ancestro quien, según el midrash, quiebra los ídolos a los cuales su padre rendía culto; la vía de Moises, quien se insurge contra su familia adoptiva egipcia para conducir a un pueblo de esclavos hacia la libertad, y la vía de todos los profetas que recriminaron al pueblo pecador y a los reyes criminales. En términos de hoy, eso significa apoyar a los objetores, alentar las investigaciones internacionales y llamar a la imposición de sanciones y al aislamiento político de Israel. Inscribir en el cuerpo lo que no penetra en la cabeza y el corazón, preservar una isla de valores humanos y, sobre todo, parar el exterminio”.
Notas al pie:
Ben Gvir y Bezalel Smotrich: los dos ministros de extrema derecha del gabinete israelí que se enfrentan a sanciones del Reino Unido, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Noruega, y que son fundamentales para la supervivencia política del primer ministro, Benjamin Netanyahu. Este formó en 2022 el gobierno más derechista de la historia de Israel tras negociar una coalición con Bezalel Smotrich, cuyo partido, Sionismo Religioso, tiene 14 de 120 escaños en la Knéset —el parlamento del país— e Itamar Ben Gvir, líder de la formación Poder Judío, que suma seis diputados. Las dos formaciones reúnen únicamente 20 de los 67 escaños de la coalición en el Parlamento, pero su influencia es enorme, ya que si la abandonan —como ambos amenazan repetidamente con hacer— el Gobierno caerá).
artículo archivado en hebreo: https://archive.md/sJqXp
Michaël Sfard (מיכאל ספרד) representa a varias organizaciones de defensa de los derechos humanos, como Yesh Din, B’Tselem, et Breaking the Silence. Tiene en marcha varios procedimientos judiciales contra la construcción de colonias, el muro de la separación, las expulsiones forzadas y otras políticas de ocupación y apartheid. Su último libro se títula “Ocupación desde el interior”, fue publicado este año 2025, y propone un análisis crítico de la larga ocupación de los territorios palestinos y la erosión de la democracia israelí. Muestra cómo el régimen militar en Cisjordania influyó en la política interior de Israel, en particular en la desviación autoritaria y las reformas judiciales recientes.Su anterior libro, “The Wall and the Gate” (2018) -también disponible en inglés-, cuenta sus batallas jurídicas contra la ocupación y se pregunta sobre el papel del derecho: ¿herramienta de protección o instrumento de dominación?Buena pregunta para todas las democracias.
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Histórica flota solidaria por Gaza. Portuarios de Génova advierten: “Tienen que volver sin un rasguño o bloqueamos los puertos de Europa”

Este domingo partieron los primeros barcos dirigidos a las costas de Gaza con activistan de 44 países y más de 300 toneladas de ayuda humanitaria. Los ojos del mundo puestos hoy en los puertos de Barcelona y Génova, de donde zarparon los primeros contingentes de la misión Global Sumud Flotilla. Una segunda tanda saldrá el 4 de septiembre desde Túnez, Grecia y Sicilia. Todas se reunirán en aguas internacionales, donde continuarán su ruta hacia Gaza.
Una procesión de antorchas en la noche del sábado fue la conmovedora despedida en Génova de los tripulantes y militantes que lograron reunir más de 280 toneladas de alimentos gracias al concierto solidario Music for Peace y a los mismo trabajadores del puerto genovés por el Colectivo de Trabajadores Portuarios.
“Tienen que volver nuestras muchachas y nuestros muchachos sin un rasguño, y toda nuestra mercadería, que es del pueblo, hasta la últma caja, debe llegar donde debe llegar. De esta región se despachan, por año, alrededor de 14.000 containers hacia Israel. No permitiremos que salga nisiquiera un clavo, si no logran su objetivo. Lanzaremos una huelga internacional, boquearemos las calles, bloquearemos todo”, advirtieron desde el Colectivo Portuario.
Razones para desconfiar no les faltan. Se trata de la tercera flota que sale de Europa con el mismo objetivo. El 27 de julio de 2025. El ejército israelí interceptó una embarcación de la Flotilla de la Libertad que se dirigía hacia Gaza cargada de ayuda humanitaria e impulsada con el objetivo de visibilizar el genocidio que se está cometiendo en Palestina. El primer intento frustrado que el 9 de junio de este año.
Son varios los movimientos que han intentado sin éxito hacer llegar su solidaridad a Gaza. El Global Movement for Gaza, la Sumud Flotilla del Magreb, la Sumud Susantara (Asia) y la coalición internacional de la Flotilla de la Libertad, que lleva más de 15 años organizando misiones por mar, desde que en 2010 un convoy de seis barcos y 700 activistas zarpara hacia Palestina. Esta primera flotilla fue atacada por Israel, y nueve activistas y un periodista murieron en la ofensiva.
El sábado, unas 40.000 personas recorrieron las calles de Génova en una marcha con antorchas, banderas palestinas y pancartas con lemas como ‘Stop Genocide’ y ‘Free Palestine’. La propia alcaldesa, Silvia Salis, acompañó a los manifestantes: «Estoy muy orgullosa de esta ciudad. La respuesta ciudadana con alimentos y apoyo a la misión es conmovedora. Toda Génova está al lado de esta flotilla», declaró
Los barcos genoveses se reunirán en Catania, donde transferirán el material a las embarcaciones italianas que forman parte de la expedición internacional. Además de activistas, participarán integrantes del Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios (Calp), conocidos por su oposición al tránsito de armas en los puertos italianos —algunas de ellas con destino a Israel— y su apoyo constante a la causa palestina.

Los portuarios genoveses ya tuviron una victoria contra el genocidio en Gaza. El 5 de agosto de este año, luego de recibir un informe del puerto de El Pireo sobre el arribo de armas rumbo Israel, lanzaron una huelga en la terminal de Génova. La empresa decidió devolver la carga a Singapur. La movilización logró su objetivo.”Nunca había sucedido antes: bastaba con anunciar la huelga y la empresa paralizaba las descargas. Una victoria impensable”, declaró José Nivoi, representante sindical de USB Mari e Porti y del Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios (CALP) “No es la primera vez que convocamos una huelga contra el transporte de armas a zonas de guerra, pero esta vez el clima era diferente”. Durante la reunión de los delegados de la PSA con los trabajadores, se observó una amplia participación. La huelga anunciada prometía ser unida y decidida, capaz de ralentizar las operaciones con importantes repercusiones económicas y de imagen para Cosco. “Estábamos dispuestos a pararlo todo, pero no creíamos que el anuncio fuera suficiente”, añadió el CALP. “Es una señal contundente. La indignación ya no se limita a los círculos habituales de activistas y militantes: hoy también ha dado lugar a decisiones sin precedentes dentro de gigantes económicos y logísticos como Cosco, Evergreen y la propia terminal de la PSA”.