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Daniel Yofra: “No es lo mismo una manifestación de fé que una acción gremial. Si no hacemos huelga no va a ocurrir nada.”

Desde que Daniel Yofra fue elegido como Secretario General de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina, en el año 2013 -y reelegido sucesivamente en elecciones directas- los aceiteros se convirtieron en uno de los gremios mejor pagos y más combativos del país. Hijo de un obrero metalúrgico de Villa Constitución, preso durante la dictadura militar, empezó a trabajar en la cerealera multinacional Dreyfus cerca de Rosario en 1992, unos años después fue elegido delegado y comenzó una trayectoria gremial que lo llevó a convertirse en líder de los Aceiteros. La huelga nacional llevada adelante durante 25 días en el año 2015 para mejorar las condiciones laborales y salariales de sus trabajadores lo puso en la escena nacional.

Con 52 años, ya puede considerarse un dirigente de la nueva guardia, que cree en la independencia de las organizaciones gremiales de los partidos políticos. En las marchas de la Federación van de la mano obreros con los dedos en V o el puño en alto, junto a independientes que no se ven forzados a expresar sus ideas políticas. Sin afiliación partidaria, no siempre consigue el protagonismo que su gremio merece ni participar de la ‘realpolitik’ gremial.

Esta semana, Daniel Yofra dialogó con La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores sobre su mirada del sindicalismo, la postura de la CGT, y la necesidad de utilizar las herramientas gremiales, paro y movilización, para detener el despojo que Milei está llevando adelante. Caracterizó al gobierno como un ‘gobierno de empresarios’ y consideró que de nada sirve que la CGT vaya a mendigar reformas a la ley laboral que no les van a otorgar.

LCV: “Yo no espero nada de la CGT”, tituló Perfil una entrevista que te hizo Fontevecchia, en donde comentabas que si se quiere hacer un paro nacional se puede hacer con o sin CGT. Unos días después el Consejo Directivo de la CGT endureció su postura levantándose de la Mesa de Diálogo con el gobierno. ¿Cómo ves que está la cosa en este momento en la central obrera?¿Es un indicio de que cobran fuerza sectores más combativos?

—Mira, primero quiero aclararte que yo sí espero de la CGT, obviamente. Lo que yo digo es que no hay que esperar a que la CGT haga un paro para hacerlo cada uno cuando tiene un problema, y hoy tenemos muchos problemas. Entonces pienso que ante la falta de actividad de la CGT o de acción o de omisión, me parece que las organizaciones sindicales nos podemos juntar para hacer un paro que necesitamos para enfrentar a este gobierno. Me parece que, en ese sentido, la CGT ha sido muy débil, a mi criterio, para con un gobierno que es muy agresivo con los trabajadores y trabajadoras de nuestro país. Entonces, en el momento donde tendrían que haber parado un poco a este gobierno, que fue cuando se trató la flexibilización laboral, el Rigi, bueno, todo lo que hizo este gobierno en tan poco tiempo, tanto en el Senado como el Diputados, tendrían que haber tomado una decisión totalmente diferente. Hoy ya es suplicarle al gobierno que nos dé algo, y no le da, obviamente. ¿Cuál sería la medida que va a tomar la CGT? Porque una cosa es tomar una medida gremial y otra cosa es ir detrás de una manifestación de fe que sinceramente no tiene nada que ver con nosotros. No podemos esperar un año para ir un 7 de agosto a movilizarnos porque en seis meses nos barrieron con muchas leyes que a trabajadores, militantes, sindicalistas que les ha costado la vida, desapariciones, encarcelamiento y persecución. Entonces parece que no podemos ir detrás de una manifestación de fé.

LCV: Recordemos que los aceiteros, de hecho, cuando fueron los días en que se decidía la Ley Bases en cada una de las cámaras, ustedes hicieron un paro general nacional sin necesidad de esperar a que la CGT diga algo. El problema es que cuando se hace de manera aislada no tiene la repercusión que tendría un paro general. Estás conversando, supongo, si esta es tu postura, con otros sindicatos que estén más decididos a tomar medidas más fuertes ¿no? ¿Cuáles serían?

—Nosotros el primer paro que hicimos por el tratamiento de la Ley Bases, fueron los sindicatos que están dentro de la cadena productiva de la soja y su producto. Pero también depende de cada sector. A ver, nosotros ya habíamos hecho el intento en otro momento, pero sin tener mucho éxito, porque cada uno tiene su organización y las decisiones no las puedo tomar yo. Si yo puedo proponer, creo que es el momento, y entonces decidimos todos los aceiteros del país encabezar una lucha en soledad. Creo que hay otros también que siguen luchando. Lo que pasa es que es como decís vos, más allá de que no estemos aislados en la protesta, tampoco estamos unidos detrás de un objetivo que es defender a los trabajadores y trabajadoras. Me parece que ahí está la clave de la unidad fuerte. Porque si nos unimos solamente para promocionar a otro gobierno que no sea el actual, vamos a fracasar, como han fracasado todas las organizaciones que se han juntado para ese motivo y no para defender a los trabajadores.

Si nos unimos sólo para cambiar de gobierno, vamos a fracasar, como han fracasado las organizaciones que se han juntado con ese objetivo y no para defender a los trabajadores

LCV: Yo tengo una duda siempre con vos, que es la siguiente: Vos estás dentro de la corriente de Moyano, dentro de la CGT ¿No?

—Sí, estoy dentro del Frente Sindical por un Modelo Nacional, con ese grupo estoy.

LCV: Nunca te veo a vos cuando hay reuniones de la CGT o del Fresimona. Sos un tipo de bajo perfil, pero que al mismo tiempo tiene un peso muy importante porque manejas un sindicato que realmente puede causar muchas dificultades para el gobierno, como los portuarios o los camioneros ¿Hay una comunicación tuya por abajo con los otros sectores, o se mantienen un poco aislados? ¿Con qué sindicatos tratan de coordinar? Porque creo que tenés un rol importante en este momento.

—Hay dos motivos por el cual no estoy tan cerca de todo esos grupos que yo banco, que soy dirigente, que han sabido defender a los trabajadores durante todo este tiempo, que es la falta de participación en los partidos políticos. Eso limita mucho a los dirigentes sindicales, porque parecería que uno tiene que estar enrolado dentro de un partido para que te convoquen a distintos sectores. De todos modos, somos convocados pero el que va siempre es Ezequiel Roldán, que es el secretario gremial de la Federación y es secretario adjunto del Sindicato de Capital Federal de Aceiteros y Capital. O sea, la participación de Aceiteros está siempre con los compañeros del Frente Sindical. Obviamente que a veces parece que si no voy yo no hay un representante, pero sí, estamos dentro de la política sindical. Me parece que el tema no pasa por si yo estoy o no estoy, sino que Aceiteros siempre está para cuando lo convocan, estamos. O sea, está Ezequiel que es de Capital Federal, o yo que tengo que volverme a capital porque organizan todos los viernes y yo los viernes estoy en mi casa, en Santa Fe, entonces me cuesta muchísimo la participación un día viernes o sábado. Pero bueno, me parece que en eso estamos dispuestos a lo que los líderes principales de ese movimiento y de los movimientos que luchan por los trabajadores, como Palazzo, como Paco Manrique, como Pablo Moyano, estamos dispuestos a la lucha.

Yo creo en la libertad sindical en todo sentido. Los compañeros aceiteros pueden militar en el peronismo o cualquier otro partido. Pero como organización no vamos a estar a disposición de un partido. Hay que empoderar al movimiento obrero

LCV: Está bueno que hayas mencionado la independencia de tu gremio de los partidos políticos. Algo que en Uruguay, por ejemplo, está más claro. De hecho el PIT-CNT está proponiendo un plebiscito para reformar la jubilación que el candidato del Frente Amplio no apoya. Le preguntamos a uno de los dirigentes del PIT CNT cómo era esto -porque en Argentina es raro esta independencia política- y él fue muy claro: “acá el sindicalismo es clasista”, aunque quieran identificarnos solo con el FA”. Es un poco la que vos estás proponiendo también ¿no?

—Bueno, acá la historia de nuestro país está muy arraigada principalmente al peronismo, ¿no? En donde muchos sindicatos adhieren a esa postura política. Yo considero que últimamente no nos ha dado mucho resultado apoyar un candidato, incluso hacer campaña para esos candidatos proponiendo que tenían que ser nuestros representantes. Yo creo en la libertad sindical en todo sentido, si hay algún compañero aceitero que milita en un partido peronista o en el partido que quiera, no está limitado. Lo que yo digo es que la organización no va a estar a disposición de un partido pensando, o por lo menos creyendo ingenuamente, que un partido nos va a sacar de esta situación a los trabajadores. Nosotros tenemos que empoderar al movimiento obrero y confío en eso porque hay grandes dirigentes que por ahí no son los que mediáticamente quieren ensuciar a la clase trabajadora por sus representantes, no buscando lo mejor de los trabajadores, sino tratando de sacarle el optimismo, de que no crean, bueno, todas esas cosas que tiene el sistema y más de los medios y hace que la gente no tenga más esperanza. Pero hay muchos dirigentes que son representantes fieles del interés de los trabajadores y a eso apuesto. A mí no me molesta que participen de la política porque es necesario, pero creo 40 años democracia me da la razón. En su momento creíamos que Alberto Fernandez era lo mejor que había, era la alternativa para los movimientos obreros y bueno, hoy lo tenemos a Milei, culpa de la inoperancia de Fernández.

Estamos gobernados por empresarios. No tiene sentido ir a mendigar una reforma. Van a hacer lo que quieran con los trabajadores. Ya lo están haciendo

LCV: Yendo a un tema más puntual, el impuesto a las ganancias finalmente salió y salió con un piso bastante ridículo. ¿Ustedes van a hacer presentación ante la justicia como ya están haciendo algunos? No sé si ya la hicieron.

—No, nosotros estamos analizando y aún no hemos hecho nada. De todos modos yo no creo que los compañeros de la CGT que fueron a esa reunión con el representante de los empresarios, que es el secretario de trabajo, hayan pensado de que iban a tener en cuenta lo que pedía de la CGT. No creo que sean tan ingenuos ni infantiles. Parece que hicieron algo por la presión que hay, que es cada vez mayor, de los sindicatos, de que la CGT haga algo. De todos modos considero que si dependemos de la justicia o dependemos de los abogados para que nos saquen el impuesto a las ganancias estamos el horno, porque nosotros venimos de otros tractos sociales y nosotros podemos hacerlo administrativamente, pero si no ponemos a la gente en la calle no tiene sentido. El momento era cuando se trató la ley en Diputados y el Senadores. No digo que sea tarde, porque podemos recuperar el terreno perdido, pero si no hacemos un plan de lucha, si no hacemos huelga, para decirlo con todas las palabras, no va a ocurrir absolutamente nada. Eso es lo que pienso yo.

LCV: Cuando decías que la CGT fue a reunirse con Cordero y no podía pensar que Cordero le iba a dar algo, ¿Para qué pensás que fue la CGT a reunirse?

—Por lo que yo te digo, por la imagen que están teniendo en estos momentos, de que no han hecho absolutamente nada para evitarlo. Entonces van a mendigar una reforma que el mismo Secretario de Trabajo le dice voy a consultar con los empresarios, como si los empresarios pudieran decir: sí es verdad, vamos a dejar de negrear a los trabajadores con la flexibilización laboral, le vamos a sacar el impuesto a las ganancias nuevamente a un millón de trabajadores. A ellos no les importa nada. Si uno no lo entiende a eso vamos a ir mal, porque estamos gobernados por empresarios. Entonces los empresarios van a hacer lo que quieran con los trabajadores y ya lo están haciendo porque están usando esa herramienta. Vos imaginate que aquellos lugares donde no hay una organización que defienda a los trabajadores, se van a abusar. Entonces no solamente va a haber bajos salarios, sino que van a tener una precariedad laboral que hacía muchos no la teníamos. Entonces me parece que la CGT, a ver, después de la reforma laboral, de lo que dijo el Secretario de Trabajo cuando se hablaba de la seguidora que te acordaa que él fue a defenderlo al Congreso, que dijo qué iban a ser los trabajadores con tanto tiempo libre. Entonces ese sadismo que tienen los empresarios de pensar así de los trabajadores, ¿Qué puede esperar uno ante esa situación y vos lo vas a abrazar como si hubiese ido a abrazar tu hijo, a un amigo? Me parece que hay determinadas cosas que no hace falta aclarar mucho, sino con la imagen ya es suficiente.

LCV: Vos cómo ves en este momento que dentro de los trabajadores, al menos de los aceiteros o con los trabajadores que tenés más contacto, ¿Vos crees que todavía siguen creyendo en Milei? Porque fueron muchos los trabajadores que lo votaron, ¿Todavía tienen alguna fe de que esto les va a producir alguna ventaja a Milei en el gobierno?

—Mirá, ya con lo realizado por este gobierno no creo que haya trabajadores que lo sigan apoyando. A ver, a veces a uno le cuesta decir que se equivocó, pero yo no me la agarraría con los votantes, porque muchos de estos compañeros le votaron a Fernández y los defraudó. Me parece que en ese sentido traicionó a la fe de esos votantes y creo que el silencio lo dice. O sea, hay muy pocos que hoy elevan la voz para defenderlo. Obviamente, ellos manejan muchos medios que nos quieren hacer creer que la gente está contenta y eso es mentira. Lo digo yo porque sé de gente que votó a Milei pero igual estaban en la marcha, así que no creo que estén de acuerdo con este gobierno.

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“Sin archivos no hay derechos”: la advertencia de Andrés Pak Linares ante el vaciamiento de la memoria estatal

El archivista y presidente de AFPA (Archivistas de la Función Pública Argentina) Andrés Pak Linares, advierte sobre los riesgos que corren los archivos públicos en un contexto de desfinanciamiento, desmantelamiento institucional y políticas que apelan a la desmemoria. Desde el Archivo General de la Nación hasta los organismos más pequeños del país, Pak Linares plantea que sin una política estatal sólida en materia archivística no solo se pierde historia: también se atenta contra la eficiencia del Estado y, sobre todo, contra el ejercicio pleno de los derechos individuales y colectivos. En diálogo con LCV, insiste en la necesidad de una política de archivos que trascienda gobiernos y coyunturas ideológicas, tal como sucede en otros países de la región.

LCV: ¿Cuáles son los riesgos que corren los archivos? Sobre todo en este momento, con este tipo de gobierno que apela a la destrucción y la desmemoria.

Andrés Pak Linares: “Bueno, nosotros desde AFPA , advertimos en un comunicado en abril de 2023 que todo estaba en peligro. Tristemente se fue cumpliendo esta visión que nosotros teníamos. Y lo vemos —para decirlo de una forma que se entienda, digamos— detrás de cada institución que se cierra o detrás de cada programa que se descontinúa, hay un archivo. Hay un archivo que recoge los documentos que dan cuenta de lo que hizo ese feminismo, de lo que hizo ese programa, ese funcionario”.

LCV: Ese funcionario también, por supuesto.

Andrés Pak Linares: “Claro, porque los archivos son los lugares donde se puso la documentación que refleja el accionar de las instituciones. Hay una trazabilidad de la historia que indica en qué gobiernos se cuidó más la memoria, en cuáles se cuidó más la cuestión archivística, se le dio visibilidad, se le dio formación a la gente.”

LCV: Recuerdo, desde que tengo uso de razón —y sobre todo desde que soy periodista— haber ingresado, y salvo los de la Biblioteca Mariano Moreno y algunos otros que son buenos en sí mismos, pero recuerdo el ingente trabajo de los archivistas para protegerlos del polvo, de los ácaros, de un montón de situaciones en donde uno dice: “Pará, eh, esto sin ir a otras cosas, como por ejemplo los fílmicos y los discos, que vos recordarás en la época del presidente Menem, por ejemplo, los archivos de Radio Nacional se tiraron todos a los containers de basura”.

Andrés Pak Linares: “No es fácil ponernos a hacer cuentas de lo que se ganó y lo que se perdió en los últimos años —a decir, no sé, 40 años—, hay muchos hitos, ¿no? Pero yo empezaría por acá: lo que nosotros planteamos desde AFPA es que lo que falta es una política estatal en materia de archivos. Política estatal, no gubernamental. Después podemos encontrar en los distintos gobiernos algunas acciones positivas, algunas negativas. Querríamos trascender eso a favor de la discusión por una política estatal, que es la responsabilidad estatal de la memoria. Y más que de la memoria, yo diría de archivos. Tenemos otra discusión. Las políticas de memoria útiles, buenas, que nosotros acompañamos y demás, tienen una correlación con las políticas de archivo. Si yo quiero una política de memoria eficiente, necesito una política de archivos eficiente. En ese sentido, y para nombrar hitos venturosos, entre el 2010 y el 2020 funcionó un programa de capacitación por el que pasaron más de 3000 agentes, más de 100 organismos públicos. Discontinuado. En los 90s, por ejemplo —para hablar de distintos gobiernos— durante el proceso de privatizaciones, y por el denodado esfuerzo de trabajadoras y trabajadores del Archivo General de la Nación y de otros archivos, bueno, el Archivo General de la Nación duplicó su patrimonio. Rescatando fondos de organismos privatizados.

LCV: ¿Cuáles serían las deudas de la democracia con la política de archivos?

Andrés Pak Linares: Lo que no tenemos del 83 para acá —para hablar de las deudas- es una actualización normativa, un reconocimiento de la profesión. Reconocimiento que tiene que, además de ver sueldos, verse en estructuras, verse en funcionalidad de los archivos. Entonces, más allá de señalar si este gobierno hizo esto, este gobierno hizo lo otro… nosotros vemos que hay una línea, por así decir, que no termina de instalar una política sólida.

LCV: ¿Cómo ves la política actual en ese sentido?

Estamos viviendo un denodado ataque a toda la estatalidad o a todas las —digamos— funcionalidades estatales, ¿no? Y en ese sentido no hay mucho para destruir. Está todo en peligro. Hay un peligro total, en todos los estamentos.”

LCV: Hay mucho para hablar, te digo, hay mucho para hablar y muy poco tiempo, porque yo te voy a pedir que en un minuto me definas la importancia que tiene —en un país— para su crecimiento intelectual, histórico, político y social, el tener los archivos y poder acceder a ese pasado nuestro que yo entiendo siempre enseña. Bien, en un minuto nada más.

Andrés Pak Linares: “Perfecto. Lo que nosotros planteamos —y esto quizás lo explique bien— es que los archivos tienen una triple función social. Una, la de preservar documentos que puedan oficiar de fuentes para el conocimiento del pasado. Otra, para la eficiencia administrativa. Y acá ya empezamos a abrir el juego: si yo quiero un Estado eficiente, más allá de la ideología o más allá de la dirección política que le dé, necesito archivos adecuados. Y una tercera, que dejo para el final y no es la menos importante: los archivos son el soporte documental para el ejercicio de derechos individuales y colectivos”.

LCV: “Totalmente”.

Andrés Pak Linares: “Entonces, si yo no implemento una política de archivo o directamente ataco la funcionalidad o servicios de archivos, estoy atacando directa o indirectamente —pero más directa que indirectamente— la posibilidad del ejercicio de derechos individuales y colectivos. Para poner un ejemplo de países vecinos: Brasil, hasta hace poco, tenía una política estatal en materia de archivos. Cambiaban los gobiernos —se iba Collor de Mello, venía Lula—, el director del Archivo Nacional de Brasil era el mismo. La CONARC, el Consejo Nacional de Archivo, era el mismo, seguía funcionando. A eso llamamos política estatal.

LCV: “Exactamente”.

Andrés Pak Linares: “Que trascienda las coyunturas. Que trasciendan las coyunturas y las ideologías”.

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Raúl Godoy, trabajador de la fábrica recuperada Zanon: “Nos están asfixiando”.

En un país donde las estadísticas borran a quienes resisten por fuera del mercado, el trabajador y dirigente ceramista, ex diputado del Frente de Izquierda, Raúl Godoy, levanta la voz desde el corazón de una experiencia que desafía las reglas del capitalismo hace casi 25 años. Zanon, la fábrica de cerámicos de Neuquén gestionada por sus trabajadores desde 2001, enfrenta hoy un escenario crítico: tarifas impagables, falta de crédito, desindustrialización y un Estado que nunca apostó por las gestiones obreras.

El viernes 13 de junio a las 17:30 hs en el Auditorio de ATE Nacional “Héctor Quagliaro”, ubicado en Moreno 2654, CABA, convocan a una reunión de solidaridad. En defensa de las gestiones obreras de Neuquén: Zanon, Ceramica Neuquen y Stefani de Cutral Co.
“El gobierno provincial con el uso de las fuerzas represivas: corto la luz y el gas a las cooperativas en plenos fríos. Paralizando asi toda la producción por lo tanto el sustento de cientos de familias. En la provincia de Vaca Muerta que provee energía a un tercio del país cortan los servicios a cooperativas de trabajo. Los trabajadores con un amplio apoyo de la comunidad vienen realizando manifestaciones en Neuquen, pero necesitan hacer visible esta situación a nivel nacional”, explicaron en un comunicado.

De paso por Buenos Aires para impulsar esa reunión de solidaridad y visibilización, Godoy analiza el presente de la cooperativa, recuerda el rol de los gobiernos que prometieron y no cumplieron, y apunta contra un modelo económico que prioriza a las multinacionales mientras deja caer a quienes producen sin patrón. “Lo que es verdaderamente utópico —advierte— es pensar que se puede sostener una cooperativa en medio de este capitalismo destructivo.”

LCV: ¿Dónde estás vos en este momento?

Raúl Godoy: Ahora, en estos momentos estoy en Buenos Aires. Estamos organizando una reunión para este viernes. Fue el pedido de los compañeros, se discutió en asamblea, para poder hacer visible nuestra lucha. Como bien decías al inicio, desde Neuquén siempre hay mucho silencio. Estamos en la Patagonia, lejos del centro político, por lo tanto, para hacer visible una lucha hay que venir hasta Buenos Aires. Entonces, bueno, acá preparando el terreno para poder hacer esta reunión de solidaridad y poder votar un plan de acción.

LCV: Contanos cuál es la situación que están viviendo en este momento en Neuquén.

Raúl Godoy: Claro. Las gestiones obreras, Zanon principalmente, pero después también Cerámica Neuquén, Stefani, y todos, somos parte de la lucha del 2001 en la Argentina, de ese momento donde surgieron y se multiplicaron las asambleas barriales, las ocupaciones de fábricas, gestiones obreras, cooperativas, etc. La gente se recordará lugares emblemáticos como el Bahuen, como Brukman. Fueron más de 250 fábricas y empresas que fueron ocupadas y puestas a producir frente al abandono de la patronal. Frente al cierre masivo de lugares de trabajo, mucha gente ocupó esos lugares y los puso a funcionar. Uno de los casos más emblemáticos fue el de Zanon, que venimos hace muchos años, ¿no? Ya el año que viene cumplimos 25 años, desde que se ocupó la fábrica y se puso a producir.

Bueno, estos años han sido de resistencia, de mucho trabajo. Al inicio, cuando empezó nuestro trabajo, tuvimos un momento donde las maquinarias estaban en buenas condiciones, veníamos con un cierto empuje, y logramos que las fábricas funcionaran, que ingresaran más compañeros y compañeras desocupadas a trabajar. Construimos una escuela, construimos un centro de salud, trabajamos muchísimo con la comunidad. Ahora, con el pasar de los años, los ajustes, una política peor que la otra, nos fueron asfixiando. No nos dieron jamás un acceso a crédito para renovar maquinaria. Entonces es como tener un taxi con un Ford Line, con un Torino, digamos. Es muy difícil seguir manteniendo una producción con fábricas que tienen más de 30 años de antigüedad. Han pasado los gobiernos, nunca accedimos, y ahora nos están apretando con los cuadros tarifarios. Con la política de Milei, de darle prioridad a las empresas multinacionales, nos vinieron a apretar. Y bueno, la parte más delgada de una economía son las cooperativas. No tienen espalda.

LCV: Respecto de la energía, escuchaba algo que tenía que ver con que si en la zona fría, que son ustedes, claro, tienen más de un medidor, significa que un medidor lo están usando de lujo. ¿No es posible que una cooperativa tenga dos medidores?

Raúl Godoy: Mirá, es incluso más complejo. Con las privatizaciones de los 90, que hizo el gobierno de Menem, quedó un desastre. Tenés una empresa que es la transportadora de gas, que es Camuzzi, una multinacional francesa que tiene el monopolio del transporte de gas. Pero además, tenés que contratar otra empresa que sea la proveedora. Ahí tenés una multitud de empresas, una peor que la otra, que especulan, la mayoría son multinacionales. En un momento tenía YPF la concesión, nos daba el gas, pero se retiró por zonas. Para que la gente se dé una idea de lo que estamos hablando, la boleta de gas es de 30 millones de pesos por mes.

LCV: ¿Y lo que gastás en sueldos para una cooperativa?

Raúl Godoy: Tenemos un sueldo básico, porque depende de la venta. En realidad, todos los primeros años de Zanon, los primeros 15 años, te diría, estábamos por encima, lejos, de lo que es el convenio ceramista en general. Siempre pudimos acceder, mientras la cooperativa funcionaba bien, a buenos sueldos. Cuando se empezó a deteriorar la economía, los sueldos los votamos en asamblea.

LCV: Entiendo. Pero lo que quería era que mi oyente entienda: 30 millones en gasto de gas y sueldos de cuánto.

Raúl Godoy: Estamos entre 300 y 400 mil pesos.

LCV: Me lo contabas de tal manera que pensé que me ibas a decir dos millones y medio. 400 mil pesos es una jubilación mínima.

Raúl Godoy: Exactamente. Por ahí si tenés una venta mayor se mejora y si no, no. No es estable. Al haberse caído tanto la producción y la economía en la cooperativa, se cobra lo que se puede. No todos los meses es igual.

LCV: En algún momento, ¿Zanon exportó?

Raúl Godoy: Sí, Zanón llegó a exportar, pero con mucho obstáculo. Hay mucha competencia. Había otras empresas que importaban directamente cerámicos más baratos, de menor calidad, y teníamos que competir. Las cooperativas, para nosotros, en última instancia, son lugares de resistencia. Mantenemos las fábricas abiertas. Pero debería ser un lugar de crecimiento, no de resistencia. Pero en un mercado capitalista absolutamente destructivo, no te dejan jamás.

De hecho, ningún gobierno nos permitió tener acceso a crédito para renovar maquinaria. Desde 2001 para acá, ninguno. Este gobierno menos. Este viene a liquidarte. Los anteriores te ponían un respirador. Este te lo quita y dice: “Si soportás, bien”.

Mirá, siempre cuento la anécdota: muchos estudiantes iban a Zanón a solidarizarse, estudiantes de economía, ingenieros. Uno de ellos era Axel Kicillof. Después llegó a ser ministro de Economía. Nunca pudimos acceder a un crédito, ni siquiera con él. Le vimos las caras a todos. Soluciones, a ninguno.

LCV: Le estoy preguntando esto a toda persona que fabrica algo. Con las importaciones abiertas, sin control, también se han abierto los controles de calidad y salubridad. ¿La cerámica tiene ese problema?

Raúl Godoy: Totalmente. Por ejemplo, Zanón fue la primera fábrica en Latinoamérica en fabricar porcelanato pulido. Con las importaciones empezaron a traer porcelanato chino, malísimo.

LCV: ¡Es el que se quiebra!

Raúl Godoy: Exactamente. Me alegra que lo digas vos, porque si lo digo yo parece parte interesada. Pero es verdad. Traían cerámicos malos, más baratos. La gente, con necesidad, compraba cualquier cosa. Imaginate planes de vivienda o empresas que hacen edificios: ponían lo más barato.

LCV: En los planes de vivienda del peronismo, las casas de obreros eran de materiales de calidad. Hoy el Estado te pone material barato. También hay una mirada política en eso.

Raúl Godoy: Sí, hay una decadencia generalizada. En Neuquén, que tiene mucha renta petrolera, ya no hay planes de vivienda. O están terciarizados. Nosotros planteamos que se estatizara la fábrica y, con control estatal, dedicar nuestra producción a viviendas. El gobierno proveía materia prima, maquinaria. Nosotros laburábamos. Gestión obrera. Ese fue el proyecto. No llegamos. Nadie quiso.

LCV: Nadie. Ni los más peronistas, ni los más socialistas.

Raúl Godoy: Logramos la cooperativa, sostuvimos el equipo, la fábrica abierta, trabajamos con la comunidad. Pero ese proyecto más amplio no se concretó.

LCV: Del 2001 al 2005 hubo una especie de “moda Zanon”. ¿Qué opinás de esos enamoramientos fugaces de la cultura “woke” que luego los abandonan?

Raúl Godoy: Yo creo que el título sería: No me arrepiento de este amor. Lo que hicimos en Zanon fue impresionante. Hasta 2009, cuando llegó la crisis de Lehman Brothers, tuvimos un golpe fuerte. Se encareció la energía, tuvimos que apagar un horno.

LCV: ¿Quién era el ministro de Economía?

Raúl Godoy: No me acuerdo. Pero fue un golpe. Afectó a toda la economía. Pero lo importante es que Zanon fue una gran prueba de cómo los trabajadores podemos gestionar. Se creó una escuela, se trabajó con pueblos originarios. Acá, siempre que hay crisis, los patrones dicen “cierro”. Pero ahora saben que los trabajadores pueden ocupar la fábrica. Eso quedó. Eso está en la conciencia de miles. Y también en la de los patrones.

Hay una empresa, Madigraf, que era de un fondo buitre. Amenazaban con cerrar. Los compañeros grabaron un video con un fantasma que decía “Zanon” en el pecho. Terminó siendo cierto. Ocupada y puesta a producir. Hoy es cooperativa. Produce en el parque industrial de Pilar. Frente a Ford, con 5.000 obreros.

LCV: El tiempo está a favor de los pequeños.

Raúl Godoy: Esperemos. Ninguna lucha fue en vano. Lo que sí es utópico es tener una cooperativa y pensar que, en este capitalismo destructivo, vamos a prosperar. Eso sí es utópico. Pero pensar en un país cooperativo, más grande, es lo único que nos puede salvar de esta barbarie.

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“El peor momento del periodismo argentino en democracia”: Inés Hayes denuncia persecución, censura y violencia estatal

En el marco del Día del Periodista, Inés Hayes —periodista, escritora y editora de La Columna Vertebral— conversó con LCV sobre el informe que elaboraron para visibilizar la grave situación que atraviesa el periodismo en Argentina. En una entrevista cruda y comprometida, Hayes advierte que “en 40 años de democracia, nunca hubo un ataque tan directo de un gobierno hacia quienes ejercemos esta tarea”. Denuncias de represión, estigmatización, uso de trolls oficiales, precarización laboral y una creciente violencia contra la prensa atraviesan su análisis. La entrevista también subraya la necesidad de sindicalización, unidad gremial y solidaridad para enfrentar un contexto que pone en riesgo no solo a los y las periodistas, sino a la democracia misma.

LCV: “¿Qué es lo que han presentado para este Día del Periodista?”

Inés Hayes: “Bueno, hicimos un informe sobre la situación actual del periodismo, eh, y decíamos que en 40 años de democracia nunca había habido un ataque tan directo de un gobierno hacia quienes ejercemos esta tarea”.

LCV: “En ese sentido, ¿podemos ser más concretas? ¿Cuáles son todas las excepcionalidades que hacen que este sea el peor momento de la historia del periodismo argentino?”

Inés Hayes: “Sí. Mirá, por un lado, nunca se ha reprimido tanto y tan directamente a la prensa. Bueno, sabemos que Pablo Grillo estuvo en riesgo su vida, el fotoperiodista que estaba en el Congreso, como bueno, como van todos los fotorreporteros y los periodistas los miércoles a cubrir las movilizaciones de los jubilados y las jubiladas, que lo único que hacen es exigir salarios que les permitan vivir después de haber trabajado toda la vida. Esa es una de las excepcionalidades: la represión tan directa. Y después, la estigmatización a periodistas de todos los arcos ideológicos, desde Ari de El Destape, hasta Alconadamón, hasta Pani. Eso es una excepcionalidad. O sea, yo eso sí lo veo como una excepcionalidad: el tema de tomarse la molestia —que a veces se judicializa y otras simplemente se tira en las redes para la cancelación y el escarnio— el nombre de un periodista, y le dicen a él… bueno, digo, lo de Grillo es una tremenda desgracia que creíamos erradicada en el tiempo. Pero yo no puedo dejar de olvidarme en el Día del Periodista, eh, digo, de José Luis Cabezas, quien no la pudo contar y que también fue víctima de una agresión desde el costado político de nuestro país, digamos, con matices impresionantes y encima con su gente en libertad. Digo, los periodistas argentinos tenemos una larga matriz, una larga historia, quizás desde Moreno que lo tiraron al agua en adelante, de intentos de hacernos callar o de hacernos morigerar lo que pensamos. Últimamente, el insulto, “ensobrados” o “mandriles”, o no sé, todo ese tipo de cosas… y la utilización de las redes creo que es lo que potencia en modo exponencial esta situación. Porque cualquier anónimo hijo de vecino, que está en su casa sin tener nada que hacer, mañana decide que vos o yo somos sujetos de odio para ser.

LCV: “¿Qué rol le das a las redes, al anonimato de las redes, a la ejecución de esta persecución de odio?”

Inés Hayes: “Sí. Eh… creo que otra excepcionalidad es esa, ¿no? Es cómo el gobierno usa las redes. El periodista mismo ataca desde X como si fuera un ciudadano común y no el presidente, que llama a odiarnos, como vos decías. Y tiene todo un ejército de trolls manejando las redes también, eh, no haciendo periodismo, sino propaganda”.

LCV: “Que me parece que también está bueno diferenciar el periodismo de la propaganda”.

Inés Hayes: “Absolutamente. Y no tienen supuestamente presupuesto para aumentar las jubilaciones mínimas, pero sí tienen presupuesto para tener un ejército de trolls odiadores de los y las periodistas”.

LCV: “Sí, eso es muy impresionante”.

Inés Hayes: “Si vos te metés en inteligencia artificial y preguntás causas y consecuencias de las agresiones contra periodistas, inteligencia artificial te devuelve una respuesta muy interesante que dice que la primera consecuencia de las agresiones a los periodistas es el impacto negativo en la libertad de prensa, la difusión de información y, con esto, se decreta la muerte a la democracia”.

LCV: “La inteligencia artificial la tiene clara. ¿Vos creés que nuestra clase política la tiene clara?”

Inés Hayes: “Bueno, una de las cuestiones que marcamos en el informe es justamente pedirle al Poder Ejecutivo que cese con las agresiones, al Poder Judicial que investigue y que dé curso, por ejemplo, a quien le disparó a Pablo Grillo —o sea, que se haga responsable y pase lo que tenga que pasar con esta persona. Que nos cuiden también las fuerzas, que las fuerzas de seguridad del Estado no están para pegarnos ni pegarles a los jubilados, sino para supuestamente cuidar a la ciudadanía. Bueno, que cumplan con su deber. Y a las empresas periodísticas también, que nos protejan cuando vamos a cubrir estas movilizaciones, que nos den los elementos necesarios: casco”.

LCV: “Bueno, parece que vamos a una guerra. Es tristísimo, pero vamos a cumplir con el deber de informar, ¿no?”

Inés Hayes: “Y además te hago un paréntesis en el medio. Aquellos medios como el mío, como el nuestro, como el que tenemos con el equipo de La Columna Vertebral, que no tenemos ninguna posibilidad de tener cascos, chaleco antibalas, y un montón de situaciones que vemos a los compañeros de los medios grandes que van previstos… Nada. Somos la captura fácil de los grillos de la vida. Grillo también era un “frilo”, un freelance. Así que este pedido incluye a los compañeros que están en los medios más, digamos, importantes. Los medios como los nuestros, que son importantes en lo que dicen, pero que tienen recursos escasos, no tienen manera de ofrecer esa protección. Bueno, el tema sería, en la medida de lo posible, sindicalizarse, porque los sindicatos también están tratando de dar respuestas a los que vamos a cubrir en la calle, no solo las empresas periodísticas, ¿no? Y a las empresas también les pedimos que paguen salarios que estén acorde a lo que sale vivir. Porque no pueden pagar 500.000 pesos —diarios conocidos como Página 12 o Perfil“.

LCV: “¿500.000 pesos por mes?”

Inés Hayes: “Por mes, sí, claro. Digo, por 8 horas diarias, 500.000 pesos por mes”.

LCV: “Disculpame, ¿qué es lo que el sindicato provee? ¿Proveen chalecos? ¿Proveen cascos?”

Inés Hayes: “Sí, están proveyendo ahora cascos y elementos de cuidado para ir a las movilizaciones, porque nosotros estamos todos sindicalizados en SiPreBA”.

LCV: “No teníamos esa información”.

Inés Hayes: “Ah, salió hace poquito. Salió la información por correo”.

LCV: “¿Cómo nos encuentra a los periodistas? ¿Nos encuentra unidos? ¿Nos encuentra temerosos? ¿Hay periodistas y hay propagandistas? ¿Cómo es el panorama que me podés mostrar?”

Inés Hayes: “Por lo que nosotros estuvimos viendo cuando hicimos el informe, y los videos que circularon en las redes nuestras, hay una unidad frente a este peligro de la libertad de expresión. O sea, el riesgo que está corriendo la libertad de expresión, y por ende la democracia. Hay una unidad porque es transversal, como decíamos al principio. Y además hay una unidad de las organizaciones: estuvo COPEA, SiPreBA, la directora de la carrera de comunicación de la UBA… Estamos todos juntos y juntas en esta lucha por visibilizar lo que está pasando con el periodismo. Y también lo que queremos decir es que el periodismo garantiza la democracia, el estado de derecho. Y que cuando se persigue al periodismo, también se persigue al estado de derecho y a la democracia”.

LCV:” Obviamente. ¿Cómo creés que lo toma la gente, quien nos escucha, quien nos consume? ¿Se da cuenta? ¿Hay un ida y vuelta?”

Inés Hayes: “Piensan que es un tema de tribu, de sector. Y eso es lo que nosotras tratamos de romper con este informe. Por un lado, decir que somos todas trabajadoras. Por otro lado, que estamos sufriendo el ajuste como toda la sociedad. Y por otro lado, ponerlo sobre la mesa para que no solo lo debatamos quienes trabajamos en comunicación, sino toda la sociedad. Porque lo que decimos nosotras es que el derecho a la información y a la comunicación es de toda la sociedad, no solo de quienes ejercen el periodismo o ejercemos el periodismo. Yo supongo que gracias a programas como el tuyo, que lo está visibilizando, y otros, de a poquito puede llegar a ser un tema de debate común y no de nicho”.

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