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Uruguay: cuenta regresiva para las elecciones ¿Qué está en juego?

El próximo 27 de octubre, Uruguay irá a las urnas para elegir un nuevo presidente y también para poner la papeleta de un plebiscito singular, llevado adelante por el PIT-CNT, que propone una reforma constitucional con relación a la previsión social. Votar por el Sí, significará darle a los jubilados varios derechos: volver a la edad de 60 años para retirarse (el gobierno de Lacalle Pou había subido a 63 y 65 la edad jubilatoria, establecer que nadie deberá cobrar menos que un salario mínimo, y anular las AFAP, es decir, las jubilaciones privadas.
Para conocer cómo va la campaña, conversamos con Luis Puig, ex diputado del FA, fundador del Partido por la Victoria del Pueblo, mienbro del PIT CNT en donde fue Sec. de DDHH, que está trabajando fuerte por a favor del plebiscito previsional. Una propuesta de la central obrera uruguaya que, curiosamente, no tiene el apoyo de todo del Frente Amplio, en especial de su candidato a presidente, Yamandú Orsi, a pesar de ser una reivindicación histórica del mismo Frente.
Más allá del voto por la ‘papeleta’ plebiscitaria, analizamos las últimas encuestas que le dan amplia ventaja al Frente Amplio, frente a un Partido Nacional que ha sufrido escándalos de todo tipo a lo largo de su gobierno y está unos 20 puntos abajo. Además, causó inquietud la aparición en carrera de un joven candidato, cuasi desconocido, del Partido Colorado, Andrés Ojeda, que lanzó un spot de campaña en la que contaba su propuesta mientras hacía fitness, con pesas que mostraban su buen estado físico. Criticado por la mayoría de los medios, lo cierto es que en pocas semanas consiguió una ovación de los jóvenes en la Socieada Rural y un aumento significativo en las encuestas que lo pone a pocos puntos del Partido Nacional. Es decir, si Orsi no gana en la primera vuelta, podría llegar a darse un ballotage con un personaje que está utilizando las herramientas digitales y desfachatadas que pueden hacernos recordar a Milei, con un aspecto de nuevo dirigente parecido a Bukele.
LCV: Hola, aquí estamos de nuevo en contacto, en este octubre en el que se definirán varias cosas en Uruguay. Cómo va todo?
—Muy bien, un gusto estar conversando contigo desde el Partido por la Victoria del Pueblo y las expectativas reales que tenemos de, en esta etapa, poder alcanzar en octubre dos victorias. La victoria del Frente Amplio, por la cual estamos trabajando para que se produzca en primera vuelta en octubre, y al mismo tiempo algo que consideramos imprescindible que es la victoria del plebiscito por la Seguridad Social, instalando en la Constitución el tema de la seguridad social como un derecho humano fundamental. Creo que es importante para nuestra gente y creo que también es una buena señal para toda la región.
LCV: Reformar la Constitución para establecer que la jubilación corresponda a un salario mínimo signfica considerarla un derecho inamovible, que no puede ser manipulado por los distintos gobiernos ¿Es así?
—Exacto. Hay antecedentes de esto en Uruguay. Por ejemplo, en 1989, mediante una reforma constitucional también se resolvió que las jubilaciones y pensiones aumentaran por el índice medio de salario. Esto significa que se terminó con toda una etapa en la cual los gobiernos podían, en forma discrecional, eliminar los aumentos a los jubilados, haciéndolos por debajo del índice medio de salario. Hoy la lucha de los trabajadores está íntimamente ligada a lo que es las retribuciones de los jubilados. Esto está en la constitución desde 1989, las jubilaciones se ajustan por el índice medio de salario. Ahora lo que está planteado en este proceso de reforma constitucional por iniciativa popular, que es lo que estamos impulsando y donde quienes tomaron la iniciativa son organizaciones sociales de primer nivel en Uruguay, con mucha adhesión, con mucha participación de la gente y que está siendo acompañado también por organizaciones políticas, en el caso del Frente Amplio, por el PVP, el Partido Comunista, el Partido Socialista, Izquierda en Marcha, la lista 5005 y otros sectores que están acompañando; que nos parece fundamental esa decisión de estar junto a los trabajadores, estar junto a los cooperativistas y no ser prescindentes en un tema que para nosotros es fundamental y que tiene que ver con las condiciones de vida de la gente, con la gente que está más jodida, con la gente que han sido más vulnerados sus derechos a lo largo de la historia.
LCV: Gabriel Oddone, que sería el futuro ministro de Economía en caso de que gane el Frente Amplio, cuando le preguntaron por las consecuencias de que gane el plebiscito, dijo que no iban a ser tan dramáticas como la campaña que están llevando a cabo quienes se opones a la reforma. Hay quienes dicen que si gana el plebiscito Uruguay se hundía porque no había fondos. Da la impresión de que el ministro de economía de Yamadú Orsi le bajó los decibeles a la campaña del miedo.
—Creo que esas declaraciones de Oddone son importantes en la medida que es un cambio en cuanto a lo que se viene planteando por parte de algunos sectores políticos y fundamentalmente acá la ofensiva es por parte del gobierno de derecha que intenta convencer de que aprobar una reforma constitucional que, entre otras cosas, incorpora que las jubilaciones no puedan ser menores al salario mínimo nacional, salario mínimo nacional que está en torno a los 22.268 pesos uruguayos, estamos hablando de menos de 500 dólares, para verlo en una medida internacional, y plantean que si ese aumento se da, se provoca una hecatombe, un caos. Casualmente quienes dicen esto son funcionarios del gobierno que ganan 300, 400 mil pesos, que ganan 10 o 15 veces más de lo que significaría ese aumento a los jubilados de llevarlos al salario mínimo nacional. Pero esto no es nuevo en Uruguay, no es nuevo en la región. Cada vez que se ha intentado mejorar las condiciones de vida de los de abajo, aparecen los anuncios de catástrofe. Esos anuncios que no aparecen cuando, por ejemplo, en Uruguay se exoneran 2500 millones de dólares por año a las grandes empresas que además tienen un conjunto de elementos a su favor, empresas transnacionales, pero sin embargo, cuando se los exonera de esa cantidad exorbitante de dinero que después faltan para las políticas públicas, no aparecen las cámaras empresariales, no aparecen los dirigentes del gobierno diciendo que eso puede ocasionar un perjuicio para la economía. Parece que eso está permitido. Pero si se plantea mínimamente mejorar las jubilaciones miserables de los jubilados o las pensiones mínimas, aparecen estos anuncios. En realidad, a lo largo de la historia del país, cuando se discutió, por ejemplo, la ley de 8 horas, se decía que eso iba a generar que las empresas se fundieran. Estamos hablando de principios del siglo XX, 10 años estuvo paralizado en el parlamento un proyecto de ley enviado por el propio presidente de la república Valle de Ordóñez en 1906. Propios sectores del Partido Colorado, al que pertenecía Valle de Ordóñez, y del Partido Blanco se opusieron durante 10 años en el parlamento. Recién se aprobó cuando la mayoría de los gremios organizados habían logrado reducir la jornada de 16. de 14 a 8 horas, con movilización en la calle. También se discutía el salario mínimo rural, el Estatuto del Peón Rural, que si se definía un salario mínimo para los trabajadores en el área rural, el sistema agroexportador de Uruguay iba a sucumbir, porque prácticamente parece que los empresarios se iban a ver en una situación paupérrima. Nada de eso ocurrió cuando se aprobó la Ley de Consejos de Salario en el ‘43, cuando los Gobiernos del Frente Amplio 2007, 2008 se aprobaron las leyes de negociación colectiva, cuando en el 2014 se aprobó la Ley de Responsabilidad Penal del Empleador. Todos esos anuncios de catástrofe, en el cual se unen los dirigentes empresariales, los dirigentes políticos de la derecha, la derecha social y algunos otros, en realidad lo que intentan es generar una situación de confusión y tratar de convencer a la gente que si se mejora un poquito a los de abajo, la hecatombe del país está asegurada. Sin embargo, cuando se privilegia permanentemente a los de arriba, parece que eso no perjudica en absoluto la economía del país.
LCV: En el plebisito también se establece que no puede haber jubilación privada, es decir, lo que en Uruguay se llama AFAP y en Argentina se llamó AFIP. Hay muchos que temen que los que tengan jubilaciones en las AFAP pierdan ese monto que ya han ahorrado allí. ¿Cómo va a ser el sistema de pasaje de las privadas a la estatal?
—En primer lugar, está asegurado, escrito en la papeleta que pretendemos que tenga rasgo constitucional, que nadie va a tener menos cabo de lo que cobra, lo que le correspondería en la suma de BPS por AFAP. Nadie va a cobrar menos y la inmensa mayoría va a cobrar más. Entonces, esa situación que se ha planteado de una supuesta expropiación de los fondos es absolutamente falsa, inventada. Los ingresos van a ir al BPS, pero van a ir acompañados de la historia laboral de cada trabajador. O sea que los aportes que se hayan realizado no van a sufrir ningún menoscabo, nadie va a cobrar menos y muchísimos van a cobrar más. Pero al mismo tiempo decir lo que ha significado este sistema mixto que rige desde la década del ‘90, cuando se aprobó la ley de Privatización del sistema de Seguridad Social, donde nos decían que teníamos que sumarnos al sistema chileno, que era prácticamente la llave de la felicidad. Porque el sistema chileno ha llevado a que cientos de miles de chilenos no se van a poder jubilar nunca y que sus ahorros provisionales se han dilapidado en distintas inversiones de las aseguradoras privadas. Pero hace 28 años que se aprobó esa ley, hay gente a la que se obligó a aportar la mitad para el BPS, la mitad para las AFAP, y veamos cuál es el resultado de ese sistema mixto. Las jubilaciones por el BPS tienen un promedio de unos 30 o 32 mil pesos uruguayos, hablamos de unos 800 dólares, más o menos. Quienes se jubilan por las AFAP tienen un promedio de menos de 6 mil pesos, habiendo aportado la mitad para el BPS y la mitad para las AFAP. Estamos hablando de que está en cinco veces menos la jubilación cuando decían que se iba a tener dos jubilaciones. O sea, las AFAP se han demostrado como una gran estafa, donde los aportes del trabajador se disminuyen automáticamente en un 20% entre comisiones, entre seguro y demás, donde las AFAP cobran por trabajo que hace el BPS, trabajo de administración lo hace el BPS. Por tanto, se ha demostrado la absoluta mentira, la estafa que ha significado, y esto indirectamente ha sido reconocido por los defensores de las AFAP, que dicen que si se pasa todo al BPS, va a costar 18 millones de dólares más por año. ¿Por qué? Porque en realidad se le viene pagando menos de lo que le corresponde a la gente de las AFAP. En promedio, podemos decir que cada renta vitalicia de AFAP, a esos se les está quitando un promedio de 10 mil pesos por mes. Estamos hablando de 250 dólares por mes que se lo viene estafando desde hace años a quienes están incorporados a las AFAP. Por tanto, son una gran estafa las AFAP.
El otro elemento que nos dicen es que queremos poner en la constitución la edad de 60 años y como la expectativa de vida aumenta, eso no podría ser así. En primer lugar, decir que la expectativa de vida no aumenta para todos igual. Hay estudios en Chile que dicen que en un barrio rico y un barrio pobre de Santiago, tiene una diferencia de 15 años de expectativa de vida. Lo mismo pasa en Uruguay, lo mismo pasa en Argentina, tal vez más agravado en Argentina, donde los pobres viven menos que los ricos, porque si tu alimentación en la primera infancia no fue la adecuada, si no tuviste una vivienda digna, si no pudiste tener un proceso de formación tanto alimenticio, de vivienda, de salud y demás, y si aparte tenías que levantarte a las cuatro de la mañana al campo para ordeniar o en la ciudad para ir a trabajar en un andamio con frío o calor, no vas a tener las mismas condiciones y las mismas expectativas de vida que aquellos que han tenido una vida acomodada. Por lo tanto, es falso que la expectativa de vida sea para todos igual. Además, ponerlo en la constitución implica que no puedan seguirla aumentando, que tengan que reformar la Constitución si quieren aumentarlo, porque la ley que aprobó el gobierno neoliberal, este gobierno actual que tenemos en Uruguay, queda establecida una comisión que va a estudiar futuros aumentos en la edad para jubilarse. No solo te la llevaron de 60 a 65. Un compañero nuestro dice que te prometieron los mejores cinco años de tu vida y esos mejores cinco años te los agregaron a la jubilación, la gran mentira del Gobierno, ¿verdad? Por lo tanto, lo que nosotros aspiramos a que nos sigan subiendo indefinidamente la edad para jubilarse, que la vida sea un poco más que trabajar hasta morir.
LCV: Vos que estás dando vueltas, haciendo campaña, recorriendo los pueblos, los barrios, ¿Cuál es el clima que notás?
—Tengo toda la expectativa que logremos desarrollar que acá la dicotomía es privilegio versus sus derechos. Los privilegios de unos pocos, enfrentados a los derechos de la inmensa mayoría. Nosotros estamos reivindicando los derechos de la gente, independientemente de lo que vote. Estamos reivindicando que se puedan consagrar esos tres aspectos en la Constitución, volver la edad a los 60 años y aquel que quiera seguir trabajando porque considera que puede mejorar o que se siente conforme con lo que está haciendo, puede hacerlo. No hay ninguna obligación, si triunfa del plebiscito, que tengas que jubilarte a los 60 años, sí tenés el derecho de hacerlo. Eso es muy importante. Tiene que ver con la libertad, tiene que ver con decidir qué querés hacer de tu vida. Este gobierno que ha hablado mucho de la libertad, me hace acordar algún presidente de la vecina orilla, en realidad cercenaron la libertad de la gente porque los obligan a aceptar, independientemente cuál sea su actividad laboral, los obligan a afiliarse a una AFAP, le niegan la posibilidad de libertad. Entonces nosotros lo que decimos es que se establezca el derecho a poder jubilarse a los 60 años, que se termine con la estafa de las AFAP y que logremos mínimamente elevar las jubilaciones y pensiones mínimas que están en niveles miserables. Entonces eso afecta al conjunto de la población, vote lo que vote. Todos tendríamos que jubilarnos, aunque hay gente que le está vedado ese derecho por su trabajo precario, por la explotación extrema, por la precarización laboral, pero nosotros consideramos que esto es algo que debieran votarlo todos aquellos que no tienen privilegios.
LCV: Las últimas encuestas dan por ganador por amplio margen al Frente, que le llevaría como unos 20 puntos al partido blanco. Ahora apareció un candidato a presidente que se llama Gabriel Ojeda, que es del Partido Colorado y que ha dado un batacazo en las últimas semanas porque empezó a hacer una campaña medio parecida a la que tuvo Milei y el impacto en las redes. Hoy estaba viendo las encuestas que se le está acercando muchísimo al Partido Blanco. Digamos que antes tenían mucha diferencia el Colorado y el Blanco, pero ahora está uno en 17 y el otro en 13%. ¿No tienen miedo a este fenómeno? ¿Que se les venga un Milei por acá también?
—En primer lugar estamos asistiendo desde hace mucho tiempo a las campañas del show, las campañas vacías, las campañas sin ideas. Yo tengo la impresión de que este señor es un invento. He escuchado algunos reportajes donde ni siquiera el que se dice batllista tiene idea de la historia del batllismo. Él más está actuando como aquellos que eran detractores del batllismo. En realidad creo que es un gran invento, no hay ideas allí que uno pueda decir bueno, qué interesante esto que plantea. En realidad su apuesta ha sido a reforzar la coalición de gobierno. Reforzar la coalición, reivindicar a Lacalle Pou, tratar de aprovechar el descontento de algunos sectores del Partido Nacional hoy con la fórmula que presentó Álvaro Delgado y tratar de llevar algunos votos para allí. Yo no digo que Uruguay no tenga peligro en el futuro de que puedan aparecer estos personajes, pero va a depender mucho de lo que haga la izquierda. Si la izquierda no es capaz en el próximo gobierno de mostrar una alternativa de cambio profundo, de plantearse que gobernar para los más vulnerados, de tratar de limitar los privilegios de los de arriba, si no se plantea ir a fondo con un programa de transformaciones, bueno, ahí puede ser que la gente en algún momento se vea decepcionada. Pero nosotros como Partido por la Victoria del Pueblo, como la lista 5567 en Montevideo y en otros departamentos, estamos aspirando a que el Frente Amplio haga un gobierno de transformaciones, haga un gobierno que tenga como centro los derechos de los de abajo, los derechos de los trabajadores, que se ocupe de ir eliminando la precarización laboral que es un drama para la democracia y los derechos de la gente, que sea capaz de enfrentar los privilegios y las presiones de los poderes fácticos, ya sea de los medios de comunicación, de las cámaras empresariales, de los mandos militares en actividad o en retiro, y sea capaz de hacer un gobierno transformador que no tenga miedo a llamarse de izquierda. Entonces eso creo que es el mejor antídoto para que aparezcan estos outsiders, que en realidad solo pueden basarse en el descontento de la gente. Si la izquierda es capaz de seguir o de retomar la movilización y el entusiasmo de la gente, creo que hay muchísimas posibilidades de reafirmar que en Uruguay no va a ocurrir esa situación. Si la izquierda llegara a defeccionar en el próximo gobierno, yo creo que ahí la situación se vuelve muy complicada. Pero nosotros como Partido por la Victoria del Pueblo, como integrante del Frente Amplio, aspiramos a un gobierno de transformaciones, a un gobierno que se vincule con las organizaciones sociales, un gobierno que no vea a la lucha de los trabajadores como un peligro, sino como una garantía de reafirmación de los cambios.

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“Sin archivos no hay derechos”: la advertencia de Andrés Pak Linares ante el vaciamiento de la memoria estatal

El archivista y presidente de AFPA (Archivistas de la Función Pública Argentina) Andrés Pak Linares, advierte sobre los riesgos que corren los archivos públicos en un contexto de desfinanciamiento, desmantelamiento institucional y políticas que apelan a la desmemoria. Desde el Archivo General de la Nación hasta los organismos más pequeños del país, Pak Linares plantea que sin una política estatal sólida en materia archivística no solo se pierde historia: también se atenta contra la eficiencia del Estado y, sobre todo, contra el ejercicio pleno de los derechos individuales y colectivos. En diálogo con LCV, insiste en la necesidad de una política de archivos que trascienda gobiernos y coyunturas ideológicas, tal como sucede en otros países de la región.
LCV: ¿Cuáles son los riesgos que corren los archivos? Sobre todo en este momento, con este tipo de gobierno que apela a la destrucción y la desmemoria.
Andrés Pak Linares: “Bueno, nosotros desde AFPA , advertimos en un comunicado en abril de 2023 que todo estaba en peligro. Tristemente se fue cumpliendo esta visión que nosotros teníamos. Y lo vemos —para decirlo de una forma que se entienda, digamos— detrás de cada institución que se cierra o detrás de cada programa que se descontinúa, hay un archivo. Hay un archivo que recoge los documentos que dan cuenta de lo que hizo ese feminismo, de lo que hizo ese programa, ese funcionario”.
LCV: Ese funcionario también, por supuesto.
Andrés Pak Linares: “Claro, porque los archivos son los lugares donde se puso la documentación que refleja el accionar de las instituciones. Hay una trazabilidad de la historia que indica en qué gobiernos se cuidó más la memoria, en cuáles se cuidó más la cuestión archivística, se le dio visibilidad, se le dio formación a la gente.”
LCV: Recuerdo, desde que tengo uso de razón —y sobre todo desde que soy periodista— haber ingresado, y salvo los de la Biblioteca Mariano Moreno y algunos otros que son buenos en sí mismos, pero recuerdo el ingente trabajo de los archivistas para protegerlos del polvo, de los ácaros, de un montón de situaciones en donde uno dice: “Pará, eh, esto sin ir a otras cosas, como por ejemplo los fílmicos y los discos, que vos recordarás en la época del presidente Menem, por ejemplo, los archivos de Radio Nacional se tiraron todos a los containers de basura”.
Andrés Pak Linares: “No es fácil ponernos a hacer cuentas de lo que se ganó y lo que se perdió en los últimos años —a decir, no sé, 40 años—, hay muchos hitos, ¿no? Pero yo empezaría por acá: lo que nosotros planteamos desde AFPA es que lo que falta es una política estatal en materia de archivos. Política estatal, no gubernamental. Después podemos encontrar en los distintos gobiernos algunas acciones positivas, algunas negativas. Querríamos trascender eso a favor de la discusión por una política estatal, que es la responsabilidad estatal de la memoria. Y más que de la memoria, yo diría de archivos. Tenemos otra discusión. Las políticas de memoria útiles, buenas, que nosotros acompañamos y demás, tienen una correlación con las políticas de archivo. Si yo quiero una política de memoria eficiente, necesito una política de archivos eficiente. En ese sentido, y para nombrar hitos venturosos, entre el 2010 y el 2020 funcionó un programa de capacitación por el que pasaron más de 3000 agentes, más de 100 organismos públicos. Discontinuado. En los 90s, por ejemplo —para hablar de distintos gobiernos— durante el proceso de privatizaciones, y por el denodado esfuerzo de trabajadoras y trabajadores del Archivo General de la Nación y de otros archivos, bueno, el Archivo General de la Nación duplicó su patrimonio. Rescatando fondos de organismos privatizados.
LCV: ¿Cuáles serían las deudas de la democracia con la política de archivos?
Andrés Pak Linares: Lo que no tenemos del 83 para acá —para hablar de las deudas- es una actualización normativa, un reconocimiento de la profesión. Reconocimiento que tiene que, además de ver sueldos, verse en estructuras, verse en funcionalidad de los archivos. Entonces, más allá de señalar si este gobierno hizo esto, este gobierno hizo lo otro… nosotros vemos que hay una línea, por así decir, que no termina de instalar una política sólida.
LCV: ¿Cómo ves la política actual en ese sentido?
Estamos viviendo un denodado ataque a toda la estatalidad o a todas las —digamos— funcionalidades estatales, ¿no? Y en ese sentido no hay mucho para destruir. Está todo en peligro. Hay un peligro total, en todos los estamentos.”
LCV: Hay mucho para hablar, te digo, hay mucho para hablar y muy poco tiempo, porque yo te voy a pedir que en un minuto me definas la importancia que tiene —en un país— para su crecimiento intelectual, histórico, político y social, el tener los archivos y poder acceder a ese pasado nuestro que yo entiendo siempre enseña. Bien, en un minuto nada más.
Andrés Pak Linares: “Perfecto. Lo que nosotros planteamos —y esto quizás lo explique bien— es que los archivos tienen una triple función social. Una, la de preservar documentos que puedan oficiar de fuentes para el conocimiento del pasado. Otra, para la eficiencia administrativa. Y acá ya empezamos a abrir el juego: si yo quiero un Estado eficiente, más allá de la ideología o más allá de la dirección política que le dé, necesito archivos adecuados. Y una tercera, que dejo para el final y no es la menos importante: los archivos son el soporte documental para el ejercicio de derechos individuales y colectivos”.
LCV: “Totalmente”.
Andrés Pak Linares: “Entonces, si yo no implemento una política de archivo o directamente ataco la funcionalidad o servicios de archivos, estoy atacando directa o indirectamente —pero más directa que indirectamente— la posibilidad del ejercicio de derechos individuales y colectivos. Para poner un ejemplo de países vecinos: Brasil, hasta hace poco, tenía una política estatal en materia de archivos. Cambiaban los gobiernos —se iba Collor de Mello, venía Lula—, el director del Archivo Nacional de Brasil era el mismo. La CONARC, el Consejo Nacional de Archivo, era el mismo, seguía funcionando. A eso llamamos política estatal.
LCV: “Exactamente”.
Andrés Pak Linares: “Que trascienda las coyunturas. Que trasciendan las coyunturas y las ideologías”.
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Raúl Godoy, trabajador de la fábrica recuperada Zanon: “Nos están asfixiando”.

En un país donde las estadísticas borran a quienes resisten por fuera del mercado, el trabajador y dirigente ceramista, ex diputado del Frente de Izquierda, Raúl Godoy, levanta la voz desde el corazón de una experiencia que desafía las reglas del capitalismo hace casi 25 años. Zanon, la fábrica de cerámicos de Neuquén gestionada por sus trabajadores desde 2001, enfrenta hoy un escenario crítico: tarifas impagables, falta de crédito, desindustrialización y un Estado que nunca apostó por las gestiones obreras.
El viernes 13 de junio a las 17:30 hs en el Auditorio de ATE Nacional “Héctor Quagliaro”, ubicado en Moreno 2654, CABA, convocan a una reunión de solidaridad. En defensa de las gestiones obreras de Neuquén: Zanon, Ceramica Neuquen y Stefani de Cutral Co.
“El gobierno provincial con el uso de las fuerzas represivas: corto la luz y el gas a las cooperativas en plenos fríos. Paralizando asi toda la producción por lo tanto el sustento de cientos de familias. En la provincia de Vaca Muerta que provee energía a un tercio del país cortan los servicios a cooperativas de trabajo. Los trabajadores con un amplio apoyo de la comunidad vienen realizando manifestaciones en Neuquen, pero necesitan hacer visible esta situación a nivel nacional”, explicaron en un comunicado.
De paso por Buenos Aires para impulsar esa reunión de solidaridad y visibilización, Godoy analiza el presente de la cooperativa, recuerda el rol de los gobiernos que prometieron y no cumplieron, y apunta contra un modelo económico que prioriza a las multinacionales mientras deja caer a quienes producen sin patrón. “Lo que es verdaderamente utópico —advierte— es pensar que se puede sostener una cooperativa en medio de este capitalismo destructivo.”
LCV: ¿Dónde estás vos en este momento?
Raúl Godoy: Ahora, en estos momentos estoy en Buenos Aires. Estamos organizando una reunión para este viernes. Fue el pedido de los compañeros, se discutió en asamblea, para poder hacer visible nuestra lucha. Como bien decías al inicio, desde Neuquén siempre hay mucho silencio. Estamos en la Patagonia, lejos del centro político, por lo tanto, para hacer visible una lucha hay que venir hasta Buenos Aires. Entonces, bueno, acá preparando el terreno para poder hacer esta reunión de solidaridad y poder votar un plan de acción.
LCV: Contanos cuál es la situación que están viviendo en este momento en Neuquén.
Raúl Godoy: Claro. Las gestiones obreras, Zanon principalmente, pero después también Cerámica Neuquén, Stefani, y todos, somos parte de la lucha del 2001 en la Argentina, de ese momento donde surgieron y se multiplicaron las asambleas barriales, las ocupaciones de fábricas, gestiones obreras, cooperativas, etc. La gente se recordará lugares emblemáticos como el Bahuen, como Brukman. Fueron más de 250 fábricas y empresas que fueron ocupadas y puestas a producir frente al abandono de la patronal. Frente al cierre masivo de lugares de trabajo, mucha gente ocupó esos lugares y los puso a funcionar. Uno de los casos más emblemáticos fue el de Zanon, que venimos hace muchos años, ¿no? Ya el año que viene cumplimos 25 años, desde que se ocupó la fábrica y se puso a producir.
Bueno, estos años han sido de resistencia, de mucho trabajo. Al inicio, cuando empezó nuestro trabajo, tuvimos un momento donde las maquinarias estaban en buenas condiciones, veníamos con un cierto empuje, y logramos que las fábricas funcionaran, que ingresaran más compañeros y compañeras desocupadas a trabajar. Construimos una escuela, construimos un centro de salud, trabajamos muchísimo con la comunidad. Ahora, con el pasar de los años, los ajustes, una política peor que la otra, nos fueron asfixiando. No nos dieron jamás un acceso a crédito para renovar maquinaria. Entonces es como tener un taxi con un Ford Line, con un Torino, digamos. Es muy difícil seguir manteniendo una producción con fábricas que tienen más de 30 años de antigüedad. Han pasado los gobiernos, nunca accedimos, y ahora nos están apretando con los cuadros tarifarios. Con la política de Milei, de darle prioridad a las empresas multinacionales, nos vinieron a apretar. Y bueno, la parte más delgada de una economía son las cooperativas. No tienen espalda.
LCV: Respecto de la energía, escuchaba algo que tenía que ver con que si en la zona fría, que son ustedes, claro, tienen más de un medidor, significa que un medidor lo están usando de lujo. ¿No es posible que una cooperativa tenga dos medidores?
Raúl Godoy: Mirá, es incluso más complejo. Con las privatizaciones de los 90, que hizo el gobierno de Menem, quedó un desastre. Tenés una empresa que es la transportadora de gas, que es Camuzzi, una multinacional francesa que tiene el monopolio del transporte de gas. Pero además, tenés que contratar otra empresa que sea la proveedora. Ahí tenés una multitud de empresas, una peor que la otra, que especulan, la mayoría son multinacionales. En un momento tenía YPF la concesión, nos daba el gas, pero se retiró por zonas. Para que la gente se dé una idea de lo que estamos hablando, la boleta de gas es de 30 millones de pesos por mes.
LCV: ¿Y lo que gastás en sueldos para una cooperativa?
Raúl Godoy: Tenemos un sueldo básico, porque depende de la venta. En realidad, todos los primeros años de Zanon, los primeros 15 años, te diría, estábamos por encima, lejos, de lo que es el convenio ceramista en general. Siempre pudimos acceder, mientras la cooperativa funcionaba bien, a buenos sueldos. Cuando se empezó a deteriorar la economía, los sueldos los votamos en asamblea.
LCV: Entiendo. Pero lo que quería era que mi oyente entienda: 30 millones en gasto de gas y sueldos de cuánto.
Raúl Godoy: Estamos entre 300 y 400 mil pesos.
LCV: Me lo contabas de tal manera que pensé que me ibas a decir dos millones y medio. 400 mil pesos es una jubilación mínima.
Raúl Godoy: Exactamente. Por ahí si tenés una venta mayor se mejora y si no, no. No es estable. Al haberse caído tanto la producción y la economía en la cooperativa, se cobra lo que se puede. No todos los meses es igual.
LCV: En algún momento, ¿Zanon exportó?
Raúl Godoy: Sí, Zanón llegó a exportar, pero con mucho obstáculo. Hay mucha competencia. Había otras empresas que importaban directamente cerámicos más baratos, de menor calidad, y teníamos que competir. Las cooperativas, para nosotros, en última instancia, son lugares de resistencia. Mantenemos las fábricas abiertas. Pero debería ser un lugar de crecimiento, no de resistencia. Pero en un mercado capitalista absolutamente destructivo, no te dejan jamás.
De hecho, ningún gobierno nos permitió tener acceso a crédito para renovar maquinaria. Desde 2001 para acá, ninguno. Este gobierno menos. Este viene a liquidarte. Los anteriores te ponían un respirador. Este te lo quita y dice: “Si soportás, bien”.
Mirá, siempre cuento la anécdota: muchos estudiantes iban a Zanón a solidarizarse, estudiantes de economía, ingenieros. Uno de ellos era Axel Kicillof. Después llegó a ser ministro de Economía. Nunca pudimos acceder a un crédito, ni siquiera con él. Le vimos las caras a todos. Soluciones, a ninguno.
LCV: Le estoy preguntando esto a toda persona que fabrica algo. Con las importaciones abiertas, sin control, también se han abierto los controles de calidad y salubridad. ¿La cerámica tiene ese problema?
Raúl Godoy: Totalmente. Por ejemplo, Zanón fue la primera fábrica en Latinoamérica en fabricar porcelanato pulido. Con las importaciones empezaron a traer porcelanato chino, malísimo.
LCV: ¡Es el que se quiebra!
Raúl Godoy: Exactamente. Me alegra que lo digas vos, porque si lo digo yo parece parte interesada. Pero es verdad. Traían cerámicos malos, más baratos. La gente, con necesidad, compraba cualquier cosa. Imaginate planes de vivienda o empresas que hacen edificios: ponían lo más barato.
LCV: En los planes de vivienda del peronismo, las casas de obreros eran de materiales de calidad. Hoy el Estado te pone material barato. También hay una mirada política en eso.
Raúl Godoy: Sí, hay una decadencia generalizada. En Neuquén, que tiene mucha renta petrolera, ya no hay planes de vivienda. O están terciarizados. Nosotros planteamos que se estatizara la fábrica y, con control estatal, dedicar nuestra producción a viviendas. El gobierno proveía materia prima, maquinaria. Nosotros laburábamos. Gestión obrera. Ese fue el proyecto. No llegamos. Nadie quiso.
LCV: Nadie. Ni los más peronistas, ni los más socialistas.
Raúl Godoy: Logramos la cooperativa, sostuvimos el equipo, la fábrica abierta, trabajamos con la comunidad. Pero ese proyecto más amplio no se concretó.
LCV: Del 2001 al 2005 hubo una especie de “moda Zanon”. ¿Qué opinás de esos enamoramientos fugaces de la cultura “woke” que luego los abandonan?
Raúl Godoy: Yo creo que el título sería: No me arrepiento de este amor. Lo que hicimos en Zanon fue impresionante. Hasta 2009, cuando llegó la crisis de Lehman Brothers, tuvimos un golpe fuerte. Se encareció la energía, tuvimos que apagar un horno.
LCV: ¿Quién era el ministro de Economía?
Raúl Godoy: No me acuerdo. Pero fue un golpe. Afectó a toda la economía. Pero lo importante es que Zanon fue una gran prueba de cómo los trabajadores podemos gestionar. Se creó una escuela, se trabajó con pueblos originarios. Acá, siempre que hay crisis, los patrones dicen “cierro”. Pero ahora saben que los trabajadores pueden ocupar la fábrica. Eso quedó. Eso está en la conciencia de miles. Y también en la de los patrones.
Hay una empresa, Madigraf, que era de un fondo buitre. Amenazaban con cerrar. Los compañeros grabaron un video con un fantasma que decía “Zanon” en el pecho. Terminó siendo cierto. Ocupada y puesta a producir. Hoy es cooperativa. Produce en el parque industrial de Pilar. Frente a Ford, con 5.000 obreros.
LCV: El tiempo está a favor de los pequeños.
Raúl Godoy: Esperemos. Ninguna lucha fue en vano. Lo que sí es utópico es tener una cooperativa y pensar que, en este capitalismo destructivo, vamos a prosperar. Eso sí es utópico. Pero pensar en un país cooperativo, más grande, es lo único que nos puede salvar de esta barbarie.
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“El peor momento del periodismo argentino en democracia”: Inés Hayes denuncia persecución, censura y violencia estatal

En el marco del Día del Periodista, Inés Hayes —periodista, escritora y editora de La Columna Vertebral— conversó con LCV sobre el informe que elaboraron para visibilizar la grave situación que atraviesa el periodismo en Argentina. En una entrevista cruda y comprometida, Hayes advierte que “en 40 años de democracia, nunca hubo un ataque tan directo de un gobierno hacia quienes ejercemos esta tarea”. Denuncias de represión, estigmatización, uso de trolls oficiales, precarización laboral y una creciente violencia contra la prensa atraviesan su análisis. La entrevista también subraya la necesidad de sindicalización, unidad gremial y solidaridad para enfrentar un contexto que pone en riesgo no solo a los y las periodistas, sino a la democracia misma.
LCV: “¿Qué es lo que han presentado para este Día del Periodista?”
Inés Hayes: “Bueno, hicimos un informe sobre la situación actual del periodismo, eh, y decíamos que en 40 años de democracia nunca había habido un ataque tan directo de un gobierno hacia quienes ejercemos esta tarea”.
LCV: “En ese sentido, ¿podemos ser más concretas? ¿Cuáles son todas las excepcionalidades que hacen que este sea el peor momento de la historia del periodismo argentino?”
Inés Hayes: “Sí. Mirá, por un lado, nunca se ha reprimido tanto y tan directamente a la prensa. Bueno, sabemos que Pablo Grillo estuvo en riesgo su vida, el fotoperiodista que estaba en el Congreso, como bueno, como van todos los fotorreporteros y los periodistas los miércoles a cubrir las movilizaciones de los jubilados y las jubiladas, que lo único que hacen es exigir salarios que les permitan vivir después de haber trabajado toda la vida. Esa es una de las excepcionalidades: la represión tan directa. Y después, la estigmatización a periodistas de todos los arcos ideológicos, desde Ari de El Destape, hasta Alconadamón, hasta Pani. Eso es una excepcionalidad. O sea, yo eso sí lo veo como una excepcionalidad: el tema de tomarse la molestia —que a veces se judicializa y otras simplemente se tira en las redes para la cancelación y el escarnio— el nombre de un periodista, y le dicen a él… bueno, digo, lo de Grillo es una tremenda desgracia que creíamos erradicada en el tiempo. Pero yo no puedo dejar de olvidarme en el Día del Periodista, eh, digo, de José Luis Cabezas, quien no la pudo contar y que también fue víctima de una agresión desde el costado político de nuestro país, digamos, con matices impresionantes y encima con su gente en libertad. Digo, los periodistas argentinos tenemos una larga matriz, una larga historia, quizás desde Moreno que lo tiraron al agua en adelante, de intentos de hacernos callar o de hacernos morigerar lo que pensamos. Últimamente, el insulto, “ensobrados” o “mandriles”, o no sé, todo ese tipo de cosas… y la utilización de las redes creo que es lo que potencia en modo exponencial esta situación. Porque cualquier anónimo hijo de vecino, que está en su casa sin tener nada que hacer, mañana decide que vos o yo somos sujetos de odio para ser.
LCV: “¿Qué rol le das a las redes, al anonimato de las redes, a la ejecución de esta persecución de odio?”
Inés Hayes: “Sí. Eh… creo que otra excepcionalidad es esa, ¿no? Es cómo el gobierno usa las redes. El periodista mismo ataca desde X como si fuera un ciudadano común y no el presidente, que llama a odiarnos, como vos decías. Y tiene todo un ejército de trolls manejando las redes también, eh, no haciendo periodismo, sino propaganda”.
LCV: “Que me parece que también está bueno diferenciar el periodismo de la propaganda”.
Inés Hayes: “Absolutamente. Y no tienen supuestamente presupuesto para aumentar las jubilaciones mínimas, pero sí tienen presupuesto para tener un ejército de trolls odiadores de los y las periodistas”.
LCV: “Sí, eso es muy impresionante”.
Inés Hayes: “Si vos te metés en inteligencia artificial y preguntás causas y consecuencias de las agresiones contra periodistas, inteligencia artificial te devuelve una respuesta muy interesante que dice que la primera consecuencia de las agresiones a los periodistas es el impacto negativo en la libertad de prensa, la difusión de información y, con esto, se decreta la muerte a la democracia”.
LCV: “La inteligencia artificial la tiene clara. ¿Vos creés que nuestra clase política la tiene clara?”
Inés Hayes: “Bueno, una de las cuestiones que marcamos en el informe es justamente pedirle al Poder Ejecutivo que cese con las agresiones, al Poder Judicial que investigue y que dé curso, por ejemplo, a quien le disparó a Pablo Grillo —o sea, que se haga responsable y pase lo que tenga que pasar con esta persona. Que nos cuiden también las fuerzas, que las fuerzas de seguridad del Estado no están para pegarnos ni pegarles a los jubilados, sino para supuestamente cuidar a la ciudadanía. Bueno, que cumplan con su deber. Y a las empresas periodísticas también, que nos protejan cuando vamos a cubrir estas movilizaciones, que nos den los elementos necesarios: casco”.
LCV: “Bueno, parece que vamos a una guerra. Es tristísimo, pero vamos a cumplir con el deber de informar, ¿no?”
Inés Hayes: “Y además te hago un paréntesis en el medio. Aquellos medios como el mío, como el nuestro, como el que tenemos con el equipo de La Columna Vertebral, que no tenemos ninguna posibilidad de tener cascos, chaleco antibalas, y un montón de situaciones que vemos a los compañeros de los medios grandes que van previstos… Nada. Somos la captura fácil de los grillos de la vida. Grillo también era un “frilo”, un freelance. Así que este pedido incluye a los compañeros que están en los medios más, digamos, importantes. Los medios como los nuestros, que son importantes en lo que dicen, pero que tienen recursos escasos, no tienen manera de ofrecer esa protección. Bueno, el tema sería, en la medida de lo posible, sindicalizarse, porque los sindicatos también están tratando de dar respuestas a los que vamos a cubrir en la calle, no solo las empresas periodísticas, ¿no? Y a las empresas también les pedimos que paguen salarios que estén acorde a lo que sale vivir. Porque no pueden pagar 500.000 pesos —diarios conocidos como Página 12 o Perfil“.
LCV: “¿500.000 pesos por mes?”
Inés Hayes: “Por mes, sí, claro. Digo, por 8 horas diarias, 500.000 pesos por mes”.
LCV: “Disculpame, ¿qué es lo que el sindicato provee? ¿Proveen chalecos? ¿Proveen cascos?”
Inés Hayes: “Sí, están proveyendo ahora cascos y elementos de cuidado para ir a las movilizaciones, porque nosotros estamos todos sindicalizados en SiPreBA”.
LCV: “No teníamos esa información”.
Inés Hayes: “Ah, salió hace poquito. Salió la información por correo”.
LCV: “¿Cómo nos encuentra a los periodistas? ¿Nos encuentra unidos? ¿Nos encuentra temerosos? ¿Hay periodistas y hay propagandistas? ¿Cómo es el panorama que me podés mostrar?”
Inés Hayes: “Por lo que nosotros estuvimos viendo cuando hicimos el informe, y los videos que circularon en las redes nuestras, hay una unidad frente a este peligro de la libertad de expresión. O sea, el riesgo que está corriendo la libertad de expresión, y por ende la democracia. Hay una unidad porque es transversal, como decíamos al principio. Y además hay una unidad de las organizaciones: estuvo COPEA, SiPreBA, la directora de la carrera de comunicación de la UBA… Estamos todos juntos y juntas en esta lucha por visibilizar lo que está pasando con el periodismo. Y también lo que queremos decir es que el periodismo garantiza la democracia, el estado de derecho. Y que cuando se persigue al periodismo, también se persigue al estado de derecho y a la democracia”.
LCV:” Obviamente. ¿Cómo creés que lo toma la gente, quien nos escucha, quien nos consume? ¿Se da cuenta? ¿Hay un ida y vuelta?”
Inés Hayes: “Piensan que es un tema de tribu, de sector. Y eso es lo que nosotras tratamos de romper con este informe. Por un lado, decir que somos todas trabajadoras. Por otro lado, que estamos sufriendo el ajuste como toda la sociedad. Y por otro lado, ponerlo sobre la mesa para que no solo lo debatamos quienes trabajamos en comunicación, sino toda la sociedad. Porque lo que decimos nosotras es que el derecho a la información y a la comunicación es de toda la sociedad, no solo de quienes ejercen el periodismo o ejercemos el periodismo. Yo supongo que gracias a programas como el tuyo, que lo está visibilizando, y otros, de a poquito puede llegar a ser un tema de debate común y no de nicho”.


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