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Lorena Álvarez: “La crueldad existe hace años. Hoy estamos descubriendo un nuevo nivel de crueldad desde el gobierno”.

La periodista y columnista de Panamá Revista y la revista Supernova, Lorena Álvarez, reflexiona sobre la evolución de los espacios culturales y la transformación de la vida social a través de las décadas. Desde los bares y recintos donde se forjaban conexiones y recuerdos en tiempos de juventud, hasta las complejidades del presente que reflejan una sociedad cada vez más marcada por la crueldad y la falta de límites, la periodista ofrece una mirada crítica y nostálgica de quienes han sido testigos y partícipes de una cultura en constante cambio. En su conversación, se cruzan temas como la música, los romances, los cines de antaño, y la cultura popular que sigue modelando las identidades, tanto de los jóvenes como de las generaciones pasadas.
LCV: “¿De dónde viene esa retro? ¿La mirada tuya sociológica acerca de estos bares y los lugares de diversión, cómo viene?”
Lorena Álvarez: “Me crié frente a una estación. Yo nací en Caballito, pero me crié en Ballester y me crié frente a una estación. Y tengo una amiga que vivía muy cerquita, la vuelta sigue siendo amiga mía, y nos encantaba escaparnos, tomarnos el tren e irnos a Retiro. Todo empezó llegando a Retiro, y ahí es más cuando empezamos a crecer. Ya de Retiro nos íbamos a Corrientes. O sea que desde muy chica. Y de hecho, los sábados la gran actividad de mis papás era traernos al centro, cine. O sea que de muy chica, yo me metí y yo decía, quiero esa vida cuando sea grande. Claro, cuando empecé a ser más grande, esa vida se empezó a pagar, pero yo ya la empecé a ver de más chiquitita. Y no sé, captaba muchísimo la vida. El Palacio de la Papa Frita, la Paz, es increíble, pero yo conocí quien fue mi marido de toda la vida en La Paz. Ya era casi La Paz decadente, pero yo sabía que lo iba, y donde podía conocer al amor de mi vida, que no fuera en un bar. Y yo voy a decir otra cosa, empecé a salir muy chica. Viste que a los 15, 16, las chicas ya parecemos mucho más grandes. Entonces teníamos como la puerta abierta a un montón de lugares que uno podía ir a. Le decías a tu mamá que ibas a bailar al barrio, y nos tomamos el tren y rajábamos para el centro.”
LCV: ¿Cómo puede ser que dos personas, que tenemos una diferencia de edad interesante, en el medio hayamos disfrutado de lo mismo?
Lorena Álvarez: “El Samobar era un lugar de poesía. Pensemos, porque iba gente de 30 y pico, 40, y iba gente más joven. Entonces eso hizo que se amalgamaran dos generaciones. Porque me pasa que tengo otras amigas que también tienen mi edad, que también fuimos, y conozco gente más grande que vos, que también iba. O sea, digo, recordemos que los 90 tuvieron un dejo de también una gran nostalgia por los 70 y por los 60 musicales. Y en los 90, tuvieron esa cosa muy fuerte del blues que después no pasó nunca más. Acordate, los tipos que venían a tocar a Buenos Aires, como un a un la mar en coche, pero Viv Kin venía cada 6 meses a tocar.”
LCV: En una nota anterior pasé la petrolera Bugi Bugan, por supuesto pasé el remolcador…
Lorena Álvarez: “Mirá, te voy a contar una anécdota. El día que tocó la petrolera, me acuerdo que ese día cayó Jorge Lanata. Sí, cayó Jorge, dos en el mismo lugar. Estaba con el Ruso Verea, y estaban por grabar algo, no sé qué era, para un documental que después yo me quedé charlando con Lanata.”
LCV: Hay todo un laburo, ¿eh? Digamos, para haber destrozado toda esa cultura, no la cultura de los libros de la calle Corrientes, de los libros hurtadillas que se prestaban, de la gente que llevaba sus libros y los canjeaba. Incluso en las mesas de los bares, ¿eh? De eso hay una destrucción. Yo creo que hay una destrucción sistemática e intencionada de romper una vida cultural que hacía que nos igualara realmente. Yo creo, y recuerdo mucho mi generación, que es la generación de los 70, recuerdo lo transversal que era la lectura de un poema, la lectura, el pasarse los libros. Digo, era tan transversal como el sistema de militancia que teníamos…
Lorena Álvarez: “Mirá, me parece que hay un corte que tiene que ver mucho con mi generación. Ahí lo incluí a Pablo, o sea como generación, porque los X hemos sido pésimos transmisores de cultura. Hoy debe haber muchísimos más títulos universitarios, doctorados, máster, la gente va mucho más a la universidad. Pero pensemos en mis abuelos, mi abuelo es del 25, mi abuela del 28, mi mamá es muy joven, de los 50. Bueno, esa generación, mi abuelo, que de haber terminado sexto grado, era muchísimo más culto en términos de cultura general. Escuchaban a Antonio Carrizo, a Larrea. Las familias, había una cosa de la tradición oral. Yo todo el cine argentino que vi, lo vi gracias a mis abuelos y mucho cine gracias a mi mamá. Y ese cine que vi por ahí de chica, que ahora cuando lo vuelvo a ver digo, ‘Che, pero me hiciste ver a Luchino Visconti’. O sea, lo que yo creía que era una película así nomás, ah, vos me hiciste ver, no sé, Días de vino y rosas, creo que es una de las primeras películas de Don Jack Lemmon, que siempre hizo comedia, hace un drama tremendo, que es un drama sobre alcohólicos anónimos. Digo, lo que me hicieron ver de chica, como naturalizando ese traspaso cultural. Nosotros, los ‘X’, que somos los ‘X’, y los millennials, que más o menos, lo escribí en la última nota de Panamá, con nuestra adolescencia eterna, cortamos muchísimo eso. Entonces vos tenés toda una generación de chicos que no sé, no saben esto. Teniendo Google, no lo saben. Y ¿por qué lo sabrían? Si no hay ningún manejo, no hay ninguna instrucción. ¿Cómo uno va a ir a averiguar si alguien no te lo cuenta?”
LCV: Sí, no hay un manejo, no hay una instrucción, pero tampoco están, yo creo, los espacios comunes. A mí me parece que han desaparecido mucho los espacios comunes de estos intercambios, ¿no? Me da la sensación…
Lorena Álvarez: “Pero porque los espacios comunes cambiaron. Mira, uno quería parecerse a la gente más grande, y hoy los que somos más adultos queremos parecernos a los chicos. Entonces, vos tenés un montón de gente de mi edad, que está contentísima escuchando… Todo bien que te guste, todo bien que lo conozcas, pero no es tu música. Es mucho más normal que vos le cuentes al que viene qué escuchaste vos, y le cuentes sobre el Samobar.”
LCV: “Hemos perdido, ¿eh?, en aras de ciertos derechos que son importantes tener, ¿no? El derecho de tu cuerpo, que no te toquen cuando no querés, qué sé yo… Hemos perdido algo que yo le digo a las pibas jóvenes: el conocimiento del cuerpo del otro a través del descubrimiento de chapar. Hoy está mal, se prohíbe. Una cosa es ir a los bifes y otra cosa es ese descubrimiento que te permitía un baile o una música. No se permiten ser cursis…”
Lorena Álvarez: “La cursilería me parece que tiene que ver más con una clase… Bueno, a todo esto, el año pasado, marzo, creo que fue un día antes del Día de la Mujer, me regalaron ir a ver a Luis Miguel. Yo no pierdo ningún resente, no perdí nada de todo esto. No tengo ningún consumo vergonzante, no tengo ningún conflicto con el romanticismo. De hecho, soy muy romántica. De hecho, uno de los grandes problemas que hay es que yo quiero volver al Romanticismo. Lo reclama todo el mundo. El otro día, hace unos días, Malena Pichot, en una serie de tuits muy interesantes, decía ‘volver a la telenovela clásica’, y lo cual yo coincido. Digo, pero ojo, que volver a la telenovela clásica también incluye que va a haber prohibidos, que va a haber otra vez tipos de conflictos que, si le ponemos mucho marco teórico, se pierden. Porque el romance, en general, son amores con… Es muy difícil poner reglas dentro del amor, y me parece que lo que se fue perdiendo es que se le puso tantas reglas a las cosas.”
LCV: “¿Hoy qué les pasa a los escritores que escriben todo lavandina?”
Lorena Álvarez: “Bueno, para mí esto es un tema. Volví a ver hace poquito Los ricos también lloran, que también me asombró, porque Verónica Castro sorpresivamente, yo me había olvidado completamente. Verónica arranca la telenovela con 17, al otro día cumple 18. O sea, tiene 17. Pero el protagonista, Luis Alberto, que yo estoy enamorada de toda la infancia, tiene 32, y no es un tema. O sea, mirá, se llevan 18, sí, es 14 años, pero si es un tema en que él es un inmaduro, y que ella es mucho más madura. La edad, en términos de que él es un marmota, no que es grande. Es más, le están pidiendo que sea responsable. Es como un adolescente tardío, un Peter Pan que se dedica al juego, no quiere laburar, ese es el conflicto, no que tenga 14 años más. Sino tiene 14 años más y la responsable es ella. Me quedé asombrada. Y en Piel naranja una de las cosas más interesantes es la violencia psicológica, porque siempre se piensa en la violencia como violencia física. Y lo que sufre Marilina Ró, la telenovela, es una violencia psicológica insoportable, que todo termina en los protagonistas muertos.”
LCV: “Yo quiero tomar un par de párrafos de la nota que escribiste, que se llama La era está pariendo un límite. Después de escribir esta nota, tiene que venir al programa, dice, “Está bueno, vos ya tomaste lo de Malena Pichot, pero el T de Pichot también clamando por las novelas.” Dices, “Es muy interesante lo que se puede entreleer entre líneas. Muchos de los que respondieron también tenían una gran necesidad de volver al romance, lo cual abre todo el debate. Volver a ese tipo de ficción no es acaso retornar a un pasado donde hay límites y prohibiciones, donde hay buenos y villanos, premios y castigos, no es como volver también a la religión que ¿Qué es la reflexión posterior a esto, es además volver, dice Lorena Álvarez? Ese tipo de ficción es traer de vuelta las flores, los celos, el miedo, el piropo, las tensiones sin amores reglamentados, como suele decir Alejandra Alexandra Cohan más de una vez. Estamos dispuestos a volver a sentir sin anestesia ni victimización, otro interrogante que sería bueno desentrañar…
Lorena Álvarez: “Es que los romances, el romance tal cual, vos sabés que ahora estoy viendo… viste que estoy viendo mucho cine mexicano, de la era dorada. Estoy como copadísima. Estoy volviendo a ver todo eso, la cantidad de romances donde pasan cosas y donde uno tiene que bancarse las angustias. Esta es una época donde uno se anestesia, todos yendo al psiquiatra, al psicólogo, estamos tomando pastillas para no sentir, y en realidad tampoco está pasando nada, porque hay un montón de cosas que no sentimos. O sea, un romance que sale mal, pareciera que no lo podemos vivir. Bueno, hay que vivirlo, la gente está como diciendo: bueno, ¿qué me vas a dar?, ¿qué te voy a dar?”
LCV: “¿Y de los mexicanos, qué más rescatas?”
Lorena Álvarez: “De los mexicanos estoy como loca, porque me estoy dando cuenta que los últimos 25 años han tenido un cine político que nosotros no hemos tenido. Cuando nosotros veamos, pasen 10 años o dentro de tres meses, lo que fue desde el 2000 a esta altura, no vamos a saber qué pasó en este país porque hemos copiado mucho el cine americano. Y si no tenemos grandes películas como El secreto de sus ojos, que son de los 70 o de 1985… estuve viendo cine mexicano, entre el 99 y tenés un montón de claves, como la Ley de Herodes, una que es la primer película que discute y se mete contra el PRI, que dicen que bueno, el PRI pierde después de esa película. Después vi, que son tres películas, que una es interesantísima, La dictadura perfecta… y acá te quería contar una sola cosa con respecto a las nuevas derechas. La dictadura perfecta, que es una película del 2014 que habla de política, medios, y la mar en coche, y adivina lo que descubro: ese título viene de una pelea, hubo una discusión una vez, se cae el muro en el 89, en el 90, Televisa había un programa especial con Enrique Krauze… o sea, te estoy hablando de grandes intelectuales, invitaban a Vargas Llosa y entre el panel estaba, por ahí, Octavio Paz. Entonces, en un momento están hablando de dictaduras, totalitarismo, está lleno de polacos, de rusos, la caída del muro, entonces en un momento Octavio Paz dice: “Bueno, están hablando de dictaduras, que por suerte México no vive”, y Vargas Llosa recoge el guante y dice: “Disculpame, pero México ha sido una de las perfectas dictaduras, es la dictadura perfecta”. Entonces, le explica sobre el PRI y los atentados… empecé a mirar cosas libertarias de hace cinco o seis años, y ves que uno piensa que la derecha no se está formando para nada y mucho de lo que bajan es parte de esa conversación de Vargas Llosa, bajada a chicos más así, pero esto de los 70 años… esto es lo que decían sobre el peronismo y digo, están tomando… o sea, se están culturizando muchísimo más de lo que nosotros imaginamos. Vemos esas imágenes y… bueno, como todo el tiempo se habla todo rápido… qué sé yo, pero digo, entonces, me estoy dando cuenta que tenemos un destino mucho más latinoamericano del que creemos. Y por eso todo lo que son las lecturas que está haciendo hoy parte del peronismo, con lecturas europeas, con lecturas americanas, no están funcionando en este país. Porque nuestro país tiene de verdad una raíz muy latinoamericana, por eso amamos el melodrama, por eso amamos el drama, por eso no está funcionando. Cuando ponen tantos límites en las historias, nos aburren. Cuando yo era chica, o sea, iba a ver a Los Redondos, me encontré hace poco mi agenda que yo tenía con mis actividades que era, “Hoy ir a tal recital”, mis actividades que no hacía nada, a la escuela y de ahí, solo salía, me iba a bailar, salía mucho… Hoy te toca para cultural y encontré la letra de La mentira… o sea, tenía 17, 18 años, me iba a ver a Los Redondos, pero el bolero me mataba, me encantaba…”
LCV: “Pero uno puede ser absolutamente ecléctico, yo a ver, encontré la… estos boleros no son de tu época, ni tampoco de la mía, mucho menos de la tuya, era mi vieja y mi viejo escuchando esto y bailando en el comedor, o sea, en la terraza de casa, poner esto y ver a mi mamá y a mi papá bailando esto y al rato bailando un rock de Elvis Presley… Yo crecí con la música ecléctica en mi casa, del tango al rock, pasando por esto, la salsa y el Caribe, y la música cubana. Digo, mis viejos eran, en ese sentido, la cultura de transmisión, en lo que tenía que ver con la cuestión musical, fue impresionante, ¿no?”
Lorena Álvarez: “La nota también lo digo, que la lucha… porque cuando tus padres ponían, yo estoy segura que al principio, no es que mi papá ponía Charles Aznavour, yo estoy segura que me quería cambiarlo. La realidad es que se internalizó y después hay alguna música que pasó a mis padres de la mía porque también les gustó, pero siempre se respetó esa cosa de “vos también tenés que conocer el pasado…”
LCV: “A veces los sentimientos son un tango o un bolero, o un bolero, digo, como que te llega, como que está adentro, y los pibes, vos ves bluseros o ves pibes que hoy hacen reversiones de cosas maravillosas que tienen que ver con aquella música de sus abuelos o tatarabuelos, ¿no?”
Lorena Álvarez: “El tango es una cosa, el bolero lo tengo incorporado. O sea, lo tengo incorporado porque a mí me llegó de chica, vuelvo a repetir, en el medio estaba con mis cosas, porque no siempre tenés que buscar su espacio, su lugar. Pero no podía alejarme del tango nunca, me alejé del tango y nunca me alejé del bolero… y en ese cuaderno te lo hubiera traído que casi me muero, cuando veo que digo “tal recital, tal otro” y veo que está la letra completa, o sea, yo estaría enamorada de alguno… pues, yo me enamoraba mucho.”
LCV: “Volviendo con la nota, “La era está pariendo un límite” en Panamá Revista. El tema de la frustración, ¿cómo revertir esas frustraciones que nos provoca esta crueldad que nos da una suerte de anomia? Nos quedamos pasmados.”
Lorena Álvarez: “Es que desde que empezó el siglo ha sido absolutamente cruel, no nos estamos dando cuenta. Uno cree que ahora la crueldad llegó porque es oficial, pero la crueldad es política pública. Y si uno empieza a mirar… te estoy diciendo los últimos años, porque fueron un caso tras otro, el caso de Fernando Báez Sosa, lo patean en la cabeza… digo, estoy hablando de casos así, a un chico que lo terminan pateando… claro, la transversal… claro, te roban un celular y te pegan cinco tiros. Digo, la gente… por eso hay que tener cuidado con la palabra crueldad, porque hay una sociedad que ya vive en situación de crueldad todo el tiempo, vas a laburar y te roban. Bueno, esa persona también siente que son crueles con ellos mismos, te dejan a la deriva, de Dios… bueno, se sienten que la gente es cruel con uno mismo. Digo, es el clímax de la crueldad, por eso lo estamos descubriendo ahora, otras nuevas facetas de la crueldad, que es desde el oficialismo.”
LCV: “La explícita, la que no pide perdón, la que se considera con derecho a ser cruel y se acabó.”
Lorena Álvarez: “Claro, pero digo, es una sociedad que ya venía padeciendo hace muchos años.”
LCV: “Y porque por algo votó y admitió una crueldad del discurso que ya estaba evidente en las campañas, ¿no? Porque son vidas crueles.”
Lorena Álvarez: “Por ejemplo, vuelvo a repetir, si vos tenés un 60, un 50% de una economía informal, esa gente ya vive en una situación de crueldad cotidiana. No hay vacaciones, no hay esto, y si laburás, laburás. Entonces, ¿por qué esa persona va a ser permeable a conmoverse con un despido? Es terrible lo que estoy diciendo, pero estás viviendo atado con alambre hace años, y la pandemia lo dejó muy claro. La pandemia desnudó que entre salud y economía, la gente prefería economía. Y acá vuelvo a México, fíjate que dice… no todos los oficialismos perdieron, no es casual que AMLO, o sea, que Claudia Sheinbaum haya ganado. Es que de verdad López Obrador entendió que tenía una economía informal y entre economía y salud, apostó por la economía. Fíjate que a la larga ganó. Parecía cruel porque murió mucha gente, pero bueno, así fue, era lo que parecía que esa gente quería.”
LCV: “Un temita que se desprende también de esta nota y que tiene que ver con la eterna adolescencia a la que mi generación también se somete a través de cirugías, a través de un montón de cuestiones, a través de una cosa es querer estar informado y otra cosa es competir con el hijo o la hija en la situación de la misma ropa, o de la misma música, o del mismo recital, o de la misma historia, o de encontrar a la mamá en el mismo boliche, o al papá en el mismo boliche, da lo mismo. Esta cuestión de romper el límite que hay de autoridad también. En ese sentido, digo, no tenemos autoridad o no hemos desarrollado o no queremos ejercerla, porque también es una generación de culpas…”
Lorena Álvarez: “Nuestra es la generación hija de los 60. Mi mamá, del 53, son generaciones que han sido creadas con mucha mano dura. Entonces a nosotros nos dieron una libertad… te repito, arranqué todo contando que yo salía a los 14, 15 años, a mí me dieron una libertad que mi mamá decía: “a mí no me dejaron salir”. Yo me casé virgen… bueno, vos hacías otra cosa. A mí no me… no me pusieron límites. Por ende, es una generación que tampoco sabe ponerlos. Pues en general, cuando no te ponen límites, tampoco sabes cómo hacerlo, digo.”

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Miguel Ferreyra, pro secretario gremial de Aceiteros: “La huelga es nuestra herramienta para conquistar derechos”

En diálogo con La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores, el dirigente sindical Miguel Ferreyra analizó el reciente encuentro sindical realizado en Córdoba tras la detención de un gremialista. En la entrevista reflexiona sobre la criminalización de la protesta, la importancia del salario mínimo vital y móvil, el rol de la huelga como herramienta central de lucha y los desafíos de un movimiento obrero que debe incluir a trabajadores precarizados y desocupados.
LCV: “Contame cómo transcurrió el encuentro de la semana pasada.”
Miguel Ferreyra: “Lo organizamos rápido. La semana anterior estábamos en la federación charlando con Daniel, nuestro secretario general, y con Ezequiel. Decidimos, dadas las circunstancias de Córdoba, con la detención de Federico Yuliá, secretario general de ATE Córdoba, realizar un encuentro sindical. Siempre venimos haciendo actividades con ellos, capacitaciones y formaciones con abogados que nos representan a ambos gremios. Participaron ATE nacional, ATE Córdoba, la UOM nacional, la UOM Córdoba y el SPR, sindicato de prensa de Buenos Aires. El tema central fue la criminalización del derecho a la protesta. Un compañero había sido detenido por reclamar alimentos para merenderos de la capital cordobesa. Esta avanzada busca restringir el derecho de huelga. El encuentro se organizó de una semana para la otra, los abogados abordaron el tema y luego expusieron Daniel Yofra, Abel Furlán, Rodolfo Aguiar, Perico Julián y el compañero de prensa.”
LCV: “En este tipo de encuentros suele haber riesgo de que se conviertan en debates de consignas que no se concretan. Por el perfil de quienes participaron, da la sensación de que se buscó ir más a fondo. ¿Qué elementos surgieron como necesarios para aplicar en estos días?”
Miguel Ferreyra: “Nos enfocamos en la pelea por un salario mínimo vital y móvil, tal cual lo establece la ley de contrato de trabajo. Entendemos que hoy hay nuevas necesidades que deben cubrirse: alimentación, vivienda, educación, vestimenta, asistencia médica, transporte, vacaciones, previsión. Hace más de diez años sostenemos esta lucha, más allá de los gobiernos de turno. La herramienta fundamental para lograrlo es la huelga. Queríamos aunar criterios con compañeros de otros gremios para exigir un salario mínimo vital y móvil para todos los trabajadores. Y discutir cómo conseguirlo, sabiendo que los gobiernos nacionales y provinciales encarcelan a dirigentes sindicales que luchan. La criminalización de la protesta busca frenar la organización de los trabajadores que pelean por mejorar las condiciones de vida de nuestra clase.”
LCV: “En las últimas elecciones pareciera que el sentido común de la sociedad se desplazó hacia otro lado. Los asalariados en blanco cada vez son menos, crece la precarización y el trabajo en aplicaciones. ¿Cómo impacta esto en la posibilidad de hacer un paro, cuando muchos no tienen esa herramienta?”
Miguel Ferreyra: “Tenemos que entender que estar registrados es una suerte. Pero los compañeros y compañeras que no tienen trabajo también son clase trabajadora. No tienen la posibilidad de vender su fuerza de trabajo con un buen salario registrado. Debemos lograr, desde las centrales obreras, sindicatos y federaciones, que esa otra mitad de la población económicamente activa se organice con nosotros. Si peleamos separados no conseguimos nada. Se trata de ponernos en lugar del otro y tener empatía con quienes no tienen la posibilidad de un trabajo digno ni herramientas para defenderse.”
LCV: “Muchas veces un trabajador registrado habla de vacaciones o aguinaldo, y un repartidor de aplicaciones responde que nunca vio esos derechos. Hay dos mundos laborales muy distintos. ¿Se puede lograr que el trabajador precarizado comprenda que la lucha es por incluirlos y no por formalizar la precarización?”
Miguel Ferreyra: “Es interesante lo que planteás. Debemos expresarnos de modo que el compañero precarizado comprenda que la lucha es juntos, codo a codo en la calle. Nosotros podemos ejercer el derecho a huelga porque estamos dentro del sistema y organizados, pero ¿qué huelga pueden hacer quienes no tienen empleo? Hay que encontrar la manera de organizar también a esos compañeros y compañeras sin trabajo estable. Esa es tarea de los dirigentes sindicales, una tarea militante enorme.”
LCV: “Recuperar derechos perdidos en lugar de darlos por perdidos es un desafío enorme. Los sindicatos también deben hacerse cargo de lo que no se pudo conseguir en más de 40 años de democracia. Con gobiernos liberales y antiobreros se perdieron conquistas, y muchos trabajadores precarizados creyeron que votando a Milei mejorarían sus condiciones. ¿Cómo se enfrenta esto?”
Miguel Ferreyra: “Debemos tener conciencia de clase. A veces es un diálogo de sordos. Un amigo me decía: los próximos jubilados pueden ser las últimas generaciones en cobrar una jubilación. Si no se hace algo, la jubilación desaparecerá. ¿De qué te vas a jubilar si no tenés empleo registrado? ¿Del Uber? ¿Del delivery? Todo esto está ligado al desfinanciamiento de universidades públicas y a los bajos salarios docentes. Es parte de un plan económico que busca poblaciones no educadas. En la secundaria no se habla de derechos laborales, y quienes no acceden a la universidad no llegan a comprenderlos. Por eso es clave recuperar conciencia y organización.”
LCV: “Hoy en mi editorial mencioné que soy autora, junto con Mónica Costa y otras personas, del documental Regístrese, comuníquese y archívese, sobre la historia del ministro de Educación de la dictadura, Catalán, padre del actual ministro, quien implementó una reforma que limitaba la lectoescritura a 12 letras para retrasar el desarrollo. Ese plan educativo se aplicó junto con el plan económico desde marzo de 1976.”
Miguel Ferreyra: “Terrible. No lo sabía. Cuando quieras vamos a Córdoba a presentar el documental.”
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Mujeres protagonistas: Norma Ríos y el noveno encuentro de empresarias en Formosa

En el marco del noveno Encuentro Internacional de Mujeres Empresarias, que se realizará en Formosa bajo el lema Mujeres protagonistas, conversamos con Norma Ríos, presidenta de la Cámara de Mujeres Empresarias de Formosa (CAMEF). La dirigente explicó los objetivos del evento, destacó la importancia de la cooperación en red entre empresarias de distintas regiones y compartió su visión sobre la coyuntura económica nacional y provincial.
LCV: “Decinos de qué se trata este noveno encuentro de mujeres empresarias.”
Norma Ríos: “Nosotros estamos organizando el noveno encuentro internacional de mujeres empresarias en Formosa. Es un congreso que todos los años realizamos. Este año se va a llamar Mujeres protagonistas y vamos a estar hablando en paneles de innovación, de liderazgo inclusivo, de territorio, de cómo desarrollarte en tu lugar, además de ofrecer talleres prácticos para aplicar directamente en los emprendimientos.”
LCV: “Yo tuve oportunidad de conocerte en un encuentro en Buenos Aires, en la Facultad de Ciencias Económicas. ¿Qué frutos dejó ese encuentro y cuántas de las personas que participaron estarán ahora en Formosa?”
Norma Ríos: “Ese encuentro y tantos otros en los que participamos nos permitieron conocernos entre mujeres que trabajamos por el liderazgo y el empoderamiento económico. Hemos hecho alianzas, firmado acuerdos y potenciado proyectos. A este encuentro vendrán participantes de la Patagonia, Buenos Aires, Paraguay, Uruguay y de la Red Internacional de Líderes Empresariales de Rimel, que nació en Formosa. Para nosotras es fundamental trabajar en conjunto, en red, porque nos permite visibilizarnos, empoderarnos y acompañar a las empresarias y emprendedoras. En esta oportunidad, además, tendremos un panel y una charla sobre cómo desarrollarse en el territorio donde se vive.”
LCV: “Este encuentro de mujeres emprendedoras y empresarias seguramente no estará exento del análisis político de la situación económica. ¿Cuál es el mensaje que ustedes llevan respecto de la política económica implementada por el presidente Milei?”
Norma Ríos: “En Formosa gobierna el Dr. Gildo Insfrán, cuya política económica es un modelo a seguir. Es un gobierno presente que acompaña a las empresas a través de bancos, fondos fiduciarios y programas de apoyo a productores agrícolas y ganaderos. Es un modelo provincial único, que nos permite sentirnos respaldados. Nuestro gobernador también acompaña el empleo y ajusta salarios según la inflación; ahora está por anunciar un aumento del 45%. Como formoseños nos sentimos acompañados por la política pública provincial.”
LCV: “¿Este encuentro ofrecerá alguna mirada o propuesta frente a la situación nacional, marcada por la falta de recursos en las provincias y el ajuste presupuestario?”
Norma Ríos: “Desde que Javier Milei llegó al gobierno nacional, respetando la elección de la mayoría, está haciendo un mal gobierno donde no le importa el ciudadano ni tiene perspectiva de género. Eliminó el Ministerio de la Mujer y desmontó derechos que conquistamos. Rechazamos también el ataque a jubilados, a niños con discapacidad, a hospitales y a la investigación científica. Es una política equivocada que rechazamos.”
LCV: “En términos de endeudamiento externo y de manejo de fondos para las provincias, ¿qué visión tienen?”
Norma Ríos: “Rechazamos el manejo extorsivo de los fondos. Milei habla de consenso pero no escucha a los gobernadores. Somos un país federal y cada provincia tiene una realidad distinta. No puede gobernar por decreto ni ignorar a los representantes provinciales.”
LCV: “Podría decirse que el presidente no recorre ni conoce el territorio.”
Norma Ríos: “No conoce mi provincia ni casi ninguna. Lo que no conoce lo critica, y subestima a los habitantes.”
LCV: “Si hay emprendedoras que nos escuchan, ¿todavía están a tiempo de inscribirse y cómo hacerlo?”
Norma Ríos: “Claro que sí. Pueden inscribirse a través del Instagram de la CAMEF o en la página web www.camefor.org. El evento será el 26 de septiembre a partir de las 14 horas en el predio de la Costanera, en Formosa, frente a la ciudad de Alberdi, Paraguay. Habrá seis talleres simultáneos, patio de comidas, patio cervecero y una ronda de negocios con empresarios de Paraguay, Chaco, Corrientes, Misiones y emprendedores locales.”
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“El agua y la vida social de un pueblo: la experiencia cooperativa en Saavedra”

En el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, a 120 km de Bahía Blanca, funciona desde 1974 la Cooperativa de Provisión de Agua Potable y Otros Servicios de Saavedra. Con una comunidad de poco más de 3.000 habitantes, la institución no solo garantiza agua de calidad, sino que también brinda servicios sociales, traslados en ambulancia y hasta un vehículo oncológico. Gabriel Reser, con casi tres décadas en la cooperativa, relata cómo esta iniciativa comunitaria sostiene al pueblo, su relación con el movimiento cooperativo provincial y los nuevos proyectos que buscan mejorar la salud y la vida social de la localidad.
LCV: Contanos a qué se dedica la cooperativa de provisión de agua potable y otros servicios de Saavedra.
Gabriel Reser: Saavedra está en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, a 120 km de Bahía Blanca por la ruta 33, km 110. Es una localidad de 3.000 habitantes. La cooperativa brinda servicio de agua potable y servicios sociales: traslado en ambulancia y un auto oncológico para quien lo necesite.
LCV: ¿Cómo es Saavedra?
Gabriel Reser: Está situada a 10 km del cordón serrano y a 5 km de la ruta 33. Es un lugar espectacular, a 50 km de Sierra de la Ventana. Es una localidad agrícola-ganadera. Hace más de 20 años se creó la Unidad 19, una cárcel, que le dio mucho movimiento al pueblo.
LCV: ¿Qué impacto tuvo la Unidad 19 en la comunidad?
Gabriel Reser: Como en toda localidad chica, es difícil que los jóvenes tengan trabajo. La penitenciaría emplea a unas 400 personas, lo que genera movimiento económico y social.
LCV: Además de la cárcel, ¿qué actividades económicas hay?
Gabriel Reser: La producción es agroganadera, con cereal y hacienda. Pigüé es la cabecera del partido y Villa Blanca es la ciudad más grande de la zona, de la cual dependemos para hospitales y servicios.
LCV: En tu distrito ganó Milei, ¿verdad?
Gabriel Reser: Sí, acá ganó. En el partido de Saavedra también, con una diferencia que rondó los 800 votos.
LCV: ¿Cómo es la convivencia política en una localidad tan chica?
Gabriel Reser: Tenemos la ventaja de conocernos y la desventaja también. Políticamente, lo que se hace es para sumar al pueblo. Saavedra fue ferroviaria, llegó a tener 5.000 habitantes. Con el ferrocarril apagado, la unidad penitenciaria y el campo reactivaron la economía local.
LCV: ¿Cómo es la vida social en Saavedra?
Gabriel Reser: Somos unos 3.000 habitantes, un pueblo de “puerta abierta y llave puesta”. Tenemos dos escuelas primarias, un jardín de infantes, un secundario, dos clubes, biblioteca popular, Banco Provincia. Cultural y deportivamente estamos bien cubiertos.
LCV: ¿Cuándo se creó la cooperativa?
Gabriel Reser: En 1974. En 1979 empezó a proveer agua. Se arrancó con 450 medidores y hoy tenemos 1.050.
LCV: ¿Cuántas personas trabajan en ella?
Gabriel Reser: Siete empleados. Hay área administrativa, servicios sociales y sepelio, traslado en ambulancia y mantenimiento de la red de agua.
LCV: ¿Qué relación tienen con el sistema cooperativo provincial?
Gabriel Reser: Muy buena. El SPAR apoyó con créditos y obras. Se hicieron tres pozos de explotación. El agua es de muy buena calidad por estar cerca de la sierra. Los servicios sociales también acompañan mucho.
LCV: ¿Participan de capacitaciones del IPAC?
Gabriel Reser: Sí. Fue muy positivo que pusieran subdelegados en distintos lugares de la provincia. Estamos a 600 km de La Plata, y las capacitaciones, como la última en Pigüé, son fundamentales para nosotros.
LCV: ¿Qué edad tenés y cuánto llevás en la cooperativa?
Gabriel Reser: Tengo 56 años. El año que viene cumplo 30 en la cooperativa.
LCV: ¿Cómo ha sido la participación de la comunidad en estos años?
Gabriel Reser: Pasó mucha gente por los consejos de administración. No siempre es fácil conformarlos, pero la cooperativa siempre se destacó por el compromiso con el pueblo.
LCV: ¿Tu familia también participa?
Gabriel Reser: No. Mi señora es peluquera y tengo una hija de 15 años que cursa la secundaria en Saavedra.
LCV: ¿Hay algún proyecto nuevo?
Gabriel Reser: Sí. Queremos sumar consultorios médicos, porque el hospital local es chico y faltan especialidades. Ya está en marcha un consultorio odontológico, y la idea es sumar cardiólogo, traumatólogo u otros profesionales que puedan venir periódicamente. Lo hacemos sin rédito económico, solo para cubrir una necesidad de la comunidad.
LCV: Es muy importante lo que cuentan, porque muchas veces las localidades pequeñas no tienen voz.
Gabriel Reser: Nosotros decimos que “Dios está en todos lados, pero atiende en Buenos Aires”. Y sí, estamos alejados: nos tenemos que conformar con un cardiólogo cada 15 días.


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