Entrevistas
Del Bagazo al Humus: Economía Circular con Mosca Soldado Negra en La Plata

En la ciudad de La Plata, una cooperativa gastronómica viene desarrollando un proyecto pionero que combina producción alimentaria, reciclaje de residuos orgánicos y desarrollo sustentable con tecnología basada en insectos. Ezequiel De Los Santos, integrante de la cooperativa, nos cuenta cómo el trabajo colectivo, la economía circular y la ciencia pueden transformar desechos en recursos valiosos, generar empleo y fomentar una mirada distinta sobre la producción y el consumo.
LCV: ¿De qué se trata exactamente el tema de la mosca soldado negra?
Ezequiel De Los Santos: “La Mosca Soldado Negra es un insecto que, en su etapa de larva, consume productos orgánicos. Luego, cuando se convierte en mosca, ya está genéticamente modificada: no tiene boca y no es la misma que solemos ver en la comida. Junto con otras cooperativas, hace un año y medio comenzamos una planta piloto ubicada en nuestra fábrica de panificados y cerveza, en La Plata. A través de esta planta, procesamos nuestros residuos orgánicos.”
LCV: ¿Cómo se vincula una cosa con la otra? ¿Los residuos del emprendimiento gastronómico se procesan con esta mosca para provocar qué?
Ezequiel: “Los subproductos que genera la mosca incluyen una harina que no es apta para consumo humano, pero sí se usa como alimento para animales de granja. En nuestro patio tenemos gallinas ponedoras que consumen este subproducto. También se produce humus que mejora la tierra, aceites esenciales, y la larva disecada sirve como proteína para animales. En algunos países ya se utiliza incluso en alimentos comestibles. Este proceso nos permite extender la cadena de valor que comenzó, por ejemplo, cuando se preparó una empanada.”
LCV: ¿Cuál es el acompañamiento que tienen con la cooperativa de trabajo “Creando Inclusión” de Benavides?
Ezequiel: “Fueron fundamentales en la formación, redacción del proyecto y desarrollo de materiales de comercialización como etiquetas. En este momento estamos por lanzar el humus y haciendo pruebas alimenticias con nuestros animales. Aún no trabajamos con los aceites esenciales, pero sí reciclamos el bagazo de la cerveza, que es el grano húmedo posterior a la cocción. Reciclamos casi el 80% de ese residuo con la mosca. Antes se lo llevaba gente que cría porcinos o iba a relleno sanitario. También trabajamos con otras cooperativas como el grupo Alfa de Quilmes y la cooperativa de ingenieros de CABA, que fueron clave en la investigación. Nosotros aportamos el espacio físico y los residuos orgánicos.”
LCV: ¿Cuántos son ustedes trabajando?
Ezequiel: “Somos 22 compañeros.”
LCV: ¿Cómo es la formación del grupo? ¿Tienen capacitaciones o formación profesional específica?
Ezequiel: “Tenemos una formación interna para quienes ingresan a la cooperativa que abarca economía social, cooperativismo, derechos humanos, masculinidades y género. Además, hay compañeros que han estudiado ingeniería química, cine, gastronomía, medicina, sociología, trabajo social y gestión cultural. Al ser una ciudad universitaria, hay mucha diversidad de saberes. En lo técnico trabajamos articuladamente con la cooperativa de ingenieros para llevar adelante el proyecto.”
LCV: ¿Las empanadas y las pizzas las recomendás? ¿Hacen delivery? ¿Tienen clientela fija o empresas con las que trabajan?
Ezequiel: “Sí, tenemos un local en 10 y diagonal 73, a dos cuadras de Plaza Moreno. Abrimos de 12 a 15 y de 19 a 23. Hacemos delivery propio, no usamos aplicaciones. Todos los compañeros de reparto son parte de la cooperativa. Ofrecemos 13 variedades de empanadas vegetarianas, omnívoras y veganas; pizzas individuales y grandes, horneadas o para hornear. Tenemos 43 variedades de pizzas que se pueden pedir mitad y mitad. Las masas son de harina integral y blanca, ambas agroecológicas. Además, hacemos panificados como panes de molde integrales y multicereal orgánicos, y producimos cerveza artesanal. Llegamos a casi todo el casco urbano, y a través de la cooperativa ‘Mi Ciudad de La Plata’, llegamos a barrios periféricos como Berisso, Ensenada y Los Hornos. También participamos en ferias, festivales, catering y eventos privados. Mucho trabajo.”

Entrevistas
Cadena nacional sin audiencia: Rulo Dellatorre analiza el discurso de Milei y la desconexión del gobierno con la realidad

En exclusiva con La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores, conversamos con Raúl “Rulo” Dellatorre, periodista económico, para analizar el impacto —o la falta del mismo— que tuvo la reciente cadena nacional del presidente Javier Milei. En un diálogo claro y directo, Dellatorre desarma los principales argumentos del discurso, señala sus inconsistencias económicas y reflexiona sobre el desencanto creciente entre los votantes. Una entrevista imprescindible para comprender el clima social y político actual.
LCV: “Tenemos con nosotros al colega, compañero y amigo Rulo de la Torre, Raúl de la Torre, para hacer un análisis de lo que fue la cadena nacional del presidente este último viernes.”
Raúl Dellatorre: “Sí, porque si hay dos momentos difíciles para meter una cadena nacional, es el viernes, que dejás a todo el mundo con los gobelinos en la garganta, o el lunes, que también tiene el efecto de arrancar la semana.”
LCV: “Sin embargo, hay un primer fenómeno que me gustaría analizar: la cadena no tuvo efecto en la gente.”
Raúl Dellatorre: “No solo no tuvo efecto, sino que hubo un fenómeno llamativo. La empresa que tradicionalmente mide la audiencia en televisión abierta tiene un espacio donde podés seguir la medición canal por canal al instante. Durante el discurso de Milei, ese monitoreo se cortó y se dejó de publicar. Recién un tiempo después se informó que el acumulado de audiencia en los canales públicos fue de entre 17 y 18%, entre cinco canales, lo que se traduce en un promedio de 0 coma algo en cada uno.”
LCV: “Habría que compararlo con un viernes cualquiera a esa hora de la noche, cuando hay programas que la gente busca para relajarse.”
Raúl Dellatorre: “Olvidate, con cosas como La Voz o programas de gente que canta, ese número es mucho más alto. Yo tuve una primera impresión cuando avisé en mis chats: ‘Che, cadena nacional’, y me respondieron: ‘Ni loco’. Pensé que iba a ser la única que lo iba a escuchar por defecto profesional. Si eso pasa incluso en círculos profesionales, imaginate el resto. La gente no quiere arruinar su viernes con un discurso. Me parece que hasta eso perdió. Cristina fue criticada por abusar de la cadena nacional, pero en este caso es al revés: ya no es por abuso, sino por desuso. A nadie le importa lo que tenga para decir.”
LCV: “¿Creés que este desapego tiene que ver con el desencanto que está generando el gobierno?”
Raúl Dellatorre: “Sí, tiene que ver con eso. Esta política tan alejada de la gente genera desinterés. Además, el discurso ya no genera respeto ni atención. Al principio podía divertir a algunos, pero eso ya no pasa. Y ni siquiera fue agresivo esta vez; intentó sonar serio.”
LCV: “¿Cuántas mentiras dijo por minuto?”
Raúl Dellatorre: “Es difícil medirlo, pero conté más de 23 en total, así que es más de una por minuto. Vamos con las más evidentes. Una fue cuando dijo que desde el Congreso están proponiendo más deuda y que eso es una masacre para los jóvenes. Lo dice el gobierno que más está endeudando al país. Cada 15 días licitan bonos. Este miércoles, por ejemplo, van a licitar 15 billones de pesos. Si no le renuevan esa deuda, temen que esa plata se vaya al dólar. Son todos bancos los que la tienen, y para conseguir que se la presten ofrecen tasas superiores al 60% anual. Eso es más de 5% mensual, el triple de la inflación esperada. Además, no lo computan como déficit, sino como capitalización. Es como si tenés una deuda con la tarjeta, te cobran intereses, pero no lo contás como deuda nueva. Es autoengaño. Otra gran mentira fue que dijo que el Congreso quiere aumentar impuestos para pagarles más a jubilados, hospitales y universidades. Eso lo dice después de haberle bajado las retenciones a las exportaciones agrícolas. Le preocupa aumentar partidas para servicios públicos, pero no cuando se trata de beneficios para grandes exportadores. Es la misma plata que se deja de recaudar, pero ahí no le angustia.”
LCV: “¿Creés que la gente se da cuenta de estas contradicciones? ¿O todavía persiste esa ilusión de país de las maravillas?”
Raúl Dellatorre: “Creo que todavía tiene alguna vigencia esa ilusión. Más allá de los afectados directos, como quienes tienen un hijo internado en el Garrahan o estudian en la universidad, que sí entienden lo brutal de los recortes, hay muchos que no terminan de vincular el deterioro con una política deliberada. Incluso con los jubilados, algunos no asocian la pérdida de poder adquisitivo con el gobierno. Pero la discapacidad, por ejemplo, sí genera una reacción. Me temo que muchos desencantados no van a votar por la oposición, sino que simplemente se quedarán en su casa.”
LCV: “En mi vida voté en blanco, y agradezco no tener que votar en la provincia de Buenos Aires. La oferta Espinosa y los desconocidos que presenta el oficialismo no motivan nada.”
Raúl Dellatorre: “¿Querés decir que la oferta es espinosa o te referís a Espinosa? Porque son las dos cosas. Espinosa está en oferta, y además, los testimoniales no ayudan. Esa idea de ‘votame, pero no voy a asumir’ no suma. Hay un desencanto muy grande, muy colectivo.”
LCV: “Está faltando una propuesta más clara. Algo más que decir ‘estoy en contra de Milei’.”
Raúl Dellatorre: “Totalmente. Está faltando. Decir ‘estoy en contra de Milei’ ya no alcanza, porque cualquiera puede decirlo hoy, incluso un diputado como Zago. El punto no es estar en contra, sino tener algo que proponer.”
Destacada
El futuro de ARSAT en jaque, por Claudio Marín: “Estamos sosteniendo lo insostenible”

La empresa estatal ARSAT, símbolo del desarrollo tecnológico nacional y la soberanía digital, atraviesa una de las peores crisis de su historia. Desde hace más de un año, los salarios están congelados, el capital humano se desintegra y el futuro de la conectividad federal parece incierto. Claudio Marín, secretario general del Sindicato de las Telecomunicaciones FOETRA, dialogó con La Columna Vertebral sobre el vaciamiento que sufre la empresa, la pérdida de trabajadores calificados y las luchas gremiales que buscan frenar una destrucción silenciosa, pero letal.
LCV: “¿Qué está pasando con nuestro satélite? Con nuestros satélites, ¿y qué es lo que pretende hacer este gobierno con ellos? ¿Qué pasa con la Red Federal de Fibra Óptica? ¿Qué pasa con la empresa estatal de comunicaciones ARSAT?”
Claudio Marín: “Si uno habla de ARSAT, habla de una empresa que tiene un fin ideado para un Estado en vías de desarrollo. Pensar en ARSAT es pensar en el desarrollo de todo el territorio, especialmente de las regiones menos favorecidas por la geografía, por donde no necesariamente circula el Producto Bruto Interno. Es pensar en la integración para que todos puedan acceder a la conectividad, sin sufrir una brecha digital injusta entre quienes tienen más posibilidades y quienes tienen menos. Cuando hablamos de comunicación con el mundo, de vigilancia de nuestras fronteras, de desarrollo tecnológico, hablamos también de ARSAT. La ciencia y la tecnología avanzan en función de la necesidad, y en ese sentido, es clave que el desarrollo científico-tecnológico responda a las demandas de nuestra región y de nuestro país. ARSAT fue creada para fines colectivos. En un país sin proyecto de desarrollo, donde estos valores no son fundamentales, la empresa queda reducida a un conjunto de fierros abandonados.”
LCV: “¿Cuál es el proyecto estratégico para una empresa estratégica como ARSAT?”
Claudio Marín: “Si no hay estrategia en lo económico, social y político, ARSAT no tiene destino. Para decirlo claro: una cosa son los fierros que componen la empresa, pero si no hay un proyecto estratégico, esa infraestructura se va a anquilosar y a quedar tecnológicamente obsoleta. Además, ¿qué pasa con quienes crearon ARSAT, con quienes la imaginaron y la dotaron de su capital más importante: el capital humano? Hoy hay una pérdida concreta del 50% del poder adquisitivo del salario. Nosotros, como gremio, venimos logrando paritarias que acompañan la inflación, aunque el índice que marca el INDEC no refleja lo que realmente sufrimos al comprar. Aun cumpliendo con la inflación, una cosa es tener cláusula gatillo como veníamos haciendo, y otra es que desde hace un año los salarios estén congelados. Lo que podías comprar en diciembre de 2023, hoy es la mitad. Esa es la realidad. De 700 trabajadores de ARSAT, alrededor de 150 se fueron porque ya no alcanzan los sueldos.”
LCV: “¿Y a dónde se van esos trabajadores? ¿A empresas privadas o al exterior?”
Claudio Marín: “No me consta que se vayan fuera del país, pero son trabajadores con gran experiencia y conocimiento. Armar un equipo con ese nivel técnico es dificilísimo. Son compañeras y compañeros que se pierden y cuesta mucho volver a reunirlos con la misma sincronía. Además, todos entraron con un proyecto colectivo. No es lo mismo que ir a hacer pizzas, aunque hasta en una pizzería cada uno tiene un rol específico que se coordina con el otro. En ARSAT había un horizonte, un objetivo a futuro. Eso desapareció. Hoy estamos frente a un universo distópico.”
LCV: “¿Qué pueden hacer ustedes, desde el gremio, frente a esta crisis? ¿Qué están haciendo?”
Claudio Marín: “Desde nuestra dimensión sindical, sabemos que se necesita resolver el presente: los huevos hoy, no la gallina para mañana. Por eso estamos ejerciendo presión con medidas de acción sindical, paros y movilizaciones. Llevamos ya 14 paros totales en ARSAT. Además, llevamos la lucha al plano judicial: la semana pasada movilizamos frente al tribunal del trabajo que tenía una audiencia conciliatoria. La actitud del juzgado fue positiva; busca reunir a las partes para encontrar una salida. No todos los tribunales tienen esa postura. También denunciamos en la OIT, en la Secretaría de Trabajo, presentamos notas y buscamos dialogar con las autoridades. Intentamos todas las fórmulas para recomponer el salario, pero no hemos tenido éxito. La política actual es el no-diálogo. Desde ese lugar, hay un trabajo que compartimos todos los sindicalistas: sostener el ánimo del compañero que sigue sosteniendo su puesto de trabajo. Eso no es menor. La crisis genera un estrés enorme. Salir cada mañana a cumplir un horario, pero sin el proyecto que te movilizaba, te quiebra. Por eso, hoy el sostén anímico y la moral combativa de quienes van todos los días a trabajar es una de las tareas más importantes. Y no es una tarea menor recordar que los logros tienen carácter colectivo y solidario.”
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Leandro Monk, referente de FACTTIC: “El gobierno de Milei está haciendo un pymecidio”

En un contexto nacional complejo, con una fuerte caída del empleo y una crisis estructural que afecta especialmente a las pequeñas y medianas empresas, las cooperativas tecnológicas enfrentan nuevos desafíos. Leandro Monk, referente de la Federación Argentina de Cooperativas de Trabajo de Tecnología, Innovación y Conocimiento (Facttic), conversó con La Columna Vertebral sobre el impacto del contexto económico actual en el sector cooperativo, las dificultades para exportar servicios, la migración de talentos, y el valor de pertenecer a una federación. Un testimonio que combina diagnóstico, crítica y compromiso con un modelo de trabajo solidario.
LCV: “¿Cuál es la situación actual de las cooperativas tecnológicas?”
Leandro Monk: “La situación de las cooperativas tecnológicas no escapa a la de cualquier pyme en Argentina. Las cooperativas que generaban divisas y exportaban servicios hoy ya no pueden hacerlo, porque lo que se produce en el país dejó de ser exportable. El gobierno dice que acomodó la macroeconomía, pero en realidad la desorganizó. Tampoco se puede trabajar en el mercado interno, donde hay un proceso que podría llamarse ‘pymesidio’. El sector tecnológico, que era uno de los más pujantes y exportadores, ha sido muy golpeado y pauperizado.”
LCV: “¿Ustedes pertenecen a lo que se llama la economía del conocimiento?”
Leandro Monk: “Sí. La mayoría de las cooperativas que integran la federación se dedican al desarrollo de software. Somos cooperativas integradas por personas que programan.”
LCV: “¿Cuáles eran sus exportaciones? Leímos que han desaparecido 30.000 pymes recientemente, afectando a 70.000 puestos de trabajo.”
Leandro Monk: “Hasta hace poco, había más trabajo que personas disponibles. Ahora la situación cambió: se trabaja en proyectos de menor calidad y hay más oferta que demanda. En diciembre de 2023 quienes exportaban ganaban lo mismo que ahora. Exportábamos de dos formas: equipos completos que desarrollaban un proyecto de software, o personas que se sumaban temporalmente a proyectos de terceros, siempre trabajando desde Argentina.”
LCV: “¿Qué implica eso en términos de organización frente a la deslocalización?”
Leandro Monk: “A diferencia de las empresas tradicionales, las cooperativas no podemos deslocalizarnos. Si una persona de una cooperativa se va a vivir a otro país, lo que gana como parte de la cooperativa termina invirtiéndose allá, no en Argentina. Esa migración de personas implica que el dinero generado en el país se gasta afuera: el litro de leche se compra en Madrid, no en Buenos Aires.”
LCV: “¿Están surgiendo nuevas dificultades con esta globalización del trabajo?”
Leandro Monk: “Sí. Hay cooperativas que no pudieron constituirse porque sus asociados estaban en distintas provincias o países, y no podían fijar un domicilio legal. Hoy, con la hiperconexión, podés tener una cooperativa con diez años de trayectoria cuyos integrantes ya no viven en Argentina, salvo uno. Participamos de un espacio internacional llamado PATIO, donde compartimos experiencias con cooperativas de 25 países. Esto demuestra que el fenómeno no es exclusivo de Argentina. Muchos asociados son nómades digitales.”
LCV: “Desde una mirada de política pública, ¿cuál es el sentido de no fortalecer este sector?”
Leandro Monk: “Es una contradicción. En lugar de fortalecer las cooperativas para que las divisas queden en el país, se permite su desmantelamiento. Si yo trabajo desde el extranjero para una cooperativa argentina, los impuestos y el consumo quedan en el país donde resido. Es un éxodo no solo de cerebros, sino también de recursos.”
LCV: “¿Cómo funciona el vínculo con los asociados que viven fuera?”
Leandro Monk: “Las cooperativas no funcionan como bolsas de trabajo. El contrato lo toma la cooperativa, y algunos compañeros lo ejecutan, no importa dónde estén. La mayoría —un 99%— de los asociados de las cooperativas de la federación vive en Argentina y trabaja desde distintas localidades del país.”
LCV: “¿Cuál es el promedio de edad en el sector cooperativo tecnológico?”
Leandro Monk: “Las cooperativas más antiguas ya tienen 20 años. En mi caso, trabajo en una con 18 años de existencia. La mayoría de los cooperativistas tienen entre 30 y 50 años. Los más jóvenes que se suman aportan una mirada diferente, más individualista quizás, reflejo de relaciones sociales mediadas por la tecnología. Pero quienes se acercan a las cooperativas lo hacen con alguna sensibilidad hacia lo colectivo y lo social.”
LCV: “¿Qué beneficios tienen las cooperativas tecnológicas al integrarse a Factic?”
Leandro Monk: “El principal beneficio es el acompañamiento desde el nacimiento de cada cooperativa. Ayudamos a fortalecerse en lo comercial, en lo organizativo, y en lo legal. Para nosotros es fundamental que todos puedan vivir dignamente de su trabajo, con todos los derechos laborales. Las cooperativas más antiguas apoyan a las más nuevas. Nos ayudamos a mantener trabajo estable y cumplir con toda la normativa vigente, a pesar de que el INAES y el Estado muchas veces adoptan una postura hostil hacia las cooperativas. Cumplir la ley es esencial para trabajar con libertad e independencia.”
LCV: “¿Qué otros espacios de trabajo existen dentro de la federación?”
Leandro Monk: “Tenemos grupos temáticos como la Mesa de Géneros y la Mesa de Deconstrucción. Nuestro sector está altamente masculinizado, por lo que consideramos fundamental trabajar con los varones sobre estos temas. Hay estereotipos culturales que aún hoy influyen, como la idea de que los varones están más interesados en lo técnico. Por eso trabajamos también desde lo simbólico, lo educativo y lo cultural.”


Cadena nacional sin audiencia: Rulo Dellatorre analiza el discurso de Milei y la desconexión del gobierno con la realidad

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