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Sinfonía de un cálculo, por Pablo Touzón.
Mucho antes del primer aleteo de murciélago en Wuhan, la política argentina ya se encontraba en crisis. Una crisis que no era “formal”, en el sentido exclusivamente institucional de la palabra, pero si de todo lo demás. Los años de la “década perdida de la Grieta” no sólo habían sido años perdidos desde el punto de vista económico y social, sino que además habían profundizado una mutación profunda en las élites política argentinas, una que reduce toda la complejidad del ejercicio del gobierno a una sola variable: la estrategia electoral. La monótona Era de los pisos, los techos y los ballotages. Del 2018 en adelante -derrumbe de la economía mediante, y luego de la derrota de Cristina Fernández de Kirchner frente a Esteban Bullrich en las elecciones legislativas- la dirigencia argentina parecía haberse quedado sin opciones. Pero un sistema tan “cristino-céntrico” dependía, paradojalmente, de su buena salud política. Probablemente por conveniencias e imposibilidades cruzadas –el macrismo porque no quería, el peronismo porque no podía- la jubilación política de Cristina nunca llegaba.
Siendo este el cuadro de situación, la solución solo podía partir de ella, una que pareció llegar con la designación de Alberto Fernández –su ex peor critico- como candidato. En el minuto 44 del segundo tiempo, y ante la inviabilidad del sistema de la Grieta como mecanismo de gobierno mínimamente eficaz, el peronismo en cabeza de su ultima jefa construyó su Unidad eternamente reperfilada en semanas, con eje bonaerense y sabor aperturista. El retorno de los hijos pródigos y el “volvemos mejores” que implicaba, en principio, una autocritica en la práctica y la promesa, aunque sea, de un posible nuevo punto de partida.
La llegada de la pandemia pareció confirmar lo acertado de esta visión. Los primeros meses de la cuarentena consolidaron a las tres figuras centrales de gobierno del “país bonaerense” –el trio Alberto, Horacio y Axel- en el marco de un nuevo consenso político, aunque sea de mínima. Y si bien estaba claro que este era posible por la reducción de toda la problemática argentina a una sola variable –el combate al coronavirus- fue también una validación de un nuevo método, aunque más no sea embrionario. Hay (hubo) poder ahí. A la pregunta: “¿Que hubiese pasado si gobernaba Macri? le sucedía de manera natural otra: “¿Y si Cristina fuese Presidente? La ucronia celebraba el cambio, y las encuestas también.
¿Qué fue de la “Primavera Pandémica”, la de los aplausos a los médicos y los tuteos entre políticos? ¿Porqué fue tan efímera y evanescente?
Algunos meses después, sin embargo, ese escenario ya no existe. ¿Qué fue de la “Primavera Pandémica”, la de los aplausos a los médicos y los tuteos entre políticos? ¿Porqué fue tan efímera y evanescente? La respuesta exige una jerarquización de variables. Y en la Argentina, esa jerarquía pasa siempre primero por el Sillón de Rivadavia.

El Teorema de Bartleby
“Presidente, Usted es el comandante en esta batalla”. La sentencia del diputado radical Mario Negri gráfica el estado general de la política en aquellos primeros meses de pandemia. Hasta el incidente Vicentin, Alberto Fernández pudo –y esto fue un logro político y comunicacional notable- hacer coincidir la agenda nacional con su propia agenda política. Ordenar la discusión publica en sus propios términos. La cuestión Vicentin no sólo puso en crisis esta capacidad -desde ese momento, el Gobierno parece siempre correr la agenda desde atrás, siendo la única excepción la semana del “gol de Guzmán” en la negociación de la deuda- sino que también mostró hacia fuera los déficits y problemas del “Modelo Alberto” en términos del proceso de toma de decisiones en políticas publicas. El fin de un romance de cuarentena.
El fin de un romance de cuarentena.
Antes de la asunción presidencial, el criterio para la integración del gabinete y de los equipos de trabajo fue esencialmente de política “interna”: como cristalizar el archipiélago del Frente de Todos dentro del Estado. El único eje ordenador consistió en tratar de hacer respetar los pesos y contrapesos políticos del universo de la unidad peronista, en desmedro de cierta capacidad de operación y gestión estatal. Ya entonces podía observarse en esta etapa un proceso de toma de decisiones un tanto caotizado, en donde muchas veces la asignación de cargos parecía depender más de un “libre juego de oferta y demanda de la rosca” que de un ordenamiento presidencial en el sentido estricto. Un pecado de origen que balcanizó después en buena medida la propia administración, con una cadena de mandos–concepto a la moda- por lo menos confusa. La excepción fue el Ministerio de Economía, que fue a la vez “blindado” y “unidireccionalizado” al convertirse en el Ministerio de la renegociación con los bonistas, una misión que a la vez le introdujo una suerte de “obsolescencia programada” a la gestión Guzmán.
La prensa opositora explica hasta el día de hoy este fenómeno haciendo eje exclusivo en las tensiones de la convivencia con CFK –quien manda acá, los vetos, el títere- pero la realidad “es mas compleja”. La relación con Cristina y el cristinismo parecía ser –al menos, hasta el tweet del Incidente Zaiat, que abrió la tranquera al declaracionismo critico del universo social cristinista y una nueva etapa dentro de la coalición- lo más estable e inteligible dentro del gobierno, un factor ordenador dentro de un Frente que no lo está. Se sabe, el cristinismo posee todavía una serie de factores conocidos que, además de la propia figura de CFK, lo convierte en un primus ínter pares dentro de la galaxia peronista: tiene un liderazgo claro y nítido, estructura nacional, base electoral, cuadros fogueados en la gestión estatal nacional y un relato monolítico. El equilibro dentro del Frente de Todos necesario para hacer realidad su promesa electoral más política –expandirse por afuera de las fronteras sociológicas y territoriales del kirchnerismo, ampliar la base, construir una coalición hacia afuera con nuevas alianzas sociales y económicas- implicaba intentar al menos constituir un ordenamiento similar del otro lado.
El peronismo no K siempre mostró la misma foto: una larga mesa llena de caciques y sin ningún indio.
El peronismo no cristinista –gobernadores, sindicalistas, intendentes, formadores de opinión- siempre careció de un eje ordenador, un elemento aglutinante que le permitiese dotarse de un rumbo claro y una estrategia nítida. Algo que, nobleza obliga, siempre es difícil de realizar entre iguales en poder. El tacticismo hardcore de Sergio Massa, su confinamiento bonaerense y su relación oscilante y móvil con el peronismo federal impidieron que sea él quien se ponga la corona definitiva. No quería, no podía, o una mezcla de ambas. En cualquier caso, el peronismo no K siempre mostró la misma foto: una larga mesa llena de caciques y sin ningún indio, que se definía más por lo que no era que por lo que es. El nombre de una negación. La aparición de Alberto como candidato y sus primeras señales públicas –las constantes visitas a Córdoba, la relación especial con Omar Perotti, el apoyo público a Hugo Moyano, el “un presidente y 24 gobernadores- parecieron abonar a la idea de que ese “gran ordenador” finalmente había llegado: la Presidencia de la República. Un peronismo federal que con espacios en el gobierno y agenda pudiese empezar a “existir” a nivel nacional.

Alberto, sin embargo, como el joven Bartleby del cuento de Melville, “prefirió no hacerlo”. Se replegó en cambio sobre si mismo desde el inicio, organizando un esquema de poder en donde los hombres del presidente proceden casi invariablemente de dos orígenes: el PJ porteño o el reciente Grupo Callao. Ni Movimiento Evita por “izquierda” ni Córdoba por “derecha”. En el gabinete, Gabriel Katopodis fue de las notables excepciones, junto a Felipe Solá y Luis Basterra. La orden emitida fue clara y nítida: no armar ninguna fuerza propia ni dar ninguna proyección política al Gabinete. En ese sentido el cumplimiento de la orden fue total, dando lugar a un resultado paradojal: Alberto, efectivamente, está solo, y para bien o para mal su destino político depende de su propia imagen personal y de la comunicación que este pueda establecer directamente con la sociedad. De su palabra y la confianza que esta pueda generar allende los mares del peronismo. Esa soledad deliberadamente buscada constituye sin embargo uno de los nudos centrales del problema político del Gobierno. La política, como la física, rehúye el vacío, y la expansión del peso del cristinismo en la administración se debe menos a un intento “bolivariano” de la vicepresidenta que a la invisibilidad e inexistencia de algún esquema alternativo. Termina imponiéndose por default lo que si existe. El neo-sciolismo resultante es sólo una consecuencia.
Ante lo cual se abre otra pregunta: ¿Podría haber sido de otra manera? El debate entre dos lógicas políticas igualmente válidas pero contrapuestas; una que sostiene que “la dueña de los votos”, por personalidad y derecho, no tiene porque hacer concesiones a los sectores de la coalición que lidera; la otra que considera que fue precisamente ese método político el que llevó al sendero de derrotas históricas del peronismo (2013-15-17), la formación de Cambiemos y la entronización de Mauricio Macri, y que la premisa lógica de que hacer lo mismo lleva al mismo resultado hacia necesario construir algo nuevo. El Frente de Todos entero fue construido sobre esta pregunta.
El peronismo sigue encerrado en su misma cosmovisión, incapaz ya de ejercer lo que fue uno de sus activos históricos, la magia camaleónica que lo hacia capaz de mutar para interpretar, siempre, su propio presente.
Alberto empezó a responderla con el pasar de los meses y con su propio estilo “reperfilante”: de alguna manera, perimetró su propio posibilismo y se mudó a vivir ahí. Para él, el punto de partida de su gobierno y de la coalición que lo anima parece ser su punto de llegada. Una foto y no una película, lo que permite tal vez un funcionamiento de mínima pero que de ninguna manera abre la posibilidad de una etapa nueva, ni para el peronismo ni para el pais. Asumió desde el vamos esa imposibilidad. No se hace porque no se puede y no se puede porque no se hace. Como si de la divisa con la que Beatriz Sarlo etiquetó al kirchnerismo – “La audacia y el cálculo”- solo hubiese quedado el cálculo. Incluso la lógica comunicacional y narrativa de la mayoría del elenco albertista opera como una banda tributo al periodo anterior: los “Danger Four” del kirchnerismo. Mucho más importante que dilucidar si Cristina dio esta orden o la otra, lo más relevante del caso es que en realidad podría no dar ninguna. En rigor de verdad, no le hace falta: el peronismo sigue encerrado en su misma cosmovisión, incapaz ya de ejercer lo que fue uno de sus activos históricos, la magia camaleónica que lo hacia capaz de mutar para interpretar, siempre, su propio presente. Esto es un problema porque la misma agenda del cristinismo parece cada vez más limitada, repetitiva y entrópica: Clarín, la fibra óptica, Comodoro Py. Nada nuevo bajo un sol alrededor del que todos orbitan, en una coalición que permanentemente se mira al espejo en un ejercicio desnudo de endogamia.
El peronismo odia y ama a Cristina y se aferra a ella y la rechaza por partes iguales.
Este dilema, claro, no termina en la Presidencia de la Nación; a todo el resto del peronismo siempre le fue casi imposible armar y proyectar lo que Martin Rodríguez llama una “estructura de sentimientos” alternativa; más allá del álgebra politológico, la suma y resta de “poderes”, un nuevo Mito. El primer Alberto lo esbozó, un Trotsky retornado de Alma Ata que una vez sentado nuevamente en el Kremlin perdona a los purgados e instaura un nuevo “kirchnerismo con rostro humano”. La dinámica de su propio sistema, ese cepo autoimpuesto, le impidió ir más allá de ese gesto inicial. La palabra “moderación”, en este punto, es equívoca: supone que el problema era “la intensidad”, a la cual en todo caso solo quedaba bajarle un poco el volumen; como si la solución al mal sexo pasase por la castración. Un diagnostico que impide la gestación de una intensidad nueva: un nuevo amor. Pero en todo caso, Alberto es la expresión de una imposibilidad más grande, una que abarca a todo el peronismo y que no termina ni se agota en él. Una acción política que sostiene en la práctica que el cristinismo es –como afirmaba Sartre sobre el marxismo- “el horizonte insuperable de nuestro tiempo”. ¿Encontró el peronismo su versión definitiva, y ya no puede cambiar? El peronismo odia y ama a Cristina y se aferra a ella y la rechaza por partes iguales, en el ejercicio histérico de quien en el fondo teme que, más allá de ella y lo que representa, solo exista la nada.

Política del Psicodrama y Política de Crisis
El sociólogo francés Raymond Aron sostuvo en 1968 que el Mayo Francés fue en realidad el ejercicio colectivo de un “psicodrama”, una Revolución que se actúa porque no se hace. Una definición que perfectamente podría caberle a la política argentina contemporánea: en ausencia de toda agenda económica y social consistente –una que no existe hace ya muchos, demasiados años- las elites políticas actúan su propio trauma. El modelo del Sindicato Argentino de Actores. El carnaval que en aquel Paris se planteaba en la calle, en la Argentina sucede en Palacio. Una forma de “vivir la crisis” que se vuelve cada vez más peligrosa a medida que la crisis internacional y nacional avanza. El retorno de la Grieta actual es sobre todo la expresión de esa impotencia.
Este fenómeno lo encarna perfectamente Sergio Berni, tal vez el único hijo “nuevo” de esta Argentina 2020. La crisis policial terminó de comprobar el divorcio completo entre gestión y política, entre la performance y la idea de resultado. Por grotesco que parezca, la suya es una versión exacerbada de una forma de hacer política en este presente. Un General de las redes sociales que disocia su figura de su administración y que busca obsesivamente la explotación “cristinista” de un electorado bolsonarista que en el fondo desea que llegue. Más que gobernar su cartera, quiere desesperadamente una elección. La política reducida a un fenómeno exclusivamente electoral: gobernar no existe más. De ahí que la pregunta sea más “que es Berni”, que representa, antes de “que hace”. Berni es la fusión imaginaria entre el Ministerio de Desarrollo Social y el de Seguridad, un Leviatán de Youtube que es en realidad un espejo fidedigno y desagradable de un estado de la política nacional.
En la Argentina, los cambios y las transformaciones solo son posibles con una combinación dinámica y difícil de “hegemonía” en la fortaleza –por periodos, este fue el caso de Alfonsín, Menem, Néstor y Cristina- y pacto en la debilidad –Alfonsín y Duhalde 2002, la causa común frente a los alzamientos carapintadas. Hoy ambas opciones parecen estar descartadas. Las escenas de las últimas semanas en la Provincia de Buenos Aires –las tomas, los pitufos- revelan un escenario en donde los mecanismos políticos –formales o no- construidos para procesar y contener la crisis social después del 2001 parecen empezar a desbordarse. Y el peronismo conurbanizado del 2020 juega sus cartas mas importantes en la gestión de esta emergencia: casi podría decirse, su última justificación histórica. Asi como el macrismo creyó, ingenuamente, en el advenimiento de un “shock de inversiones” y una “lluvia de dólares” automática por el solo hecho de su arribo al poder, el peronismo procedió con el mismo automatismo en relación al gobierno de la crisis. Creyó, sin más, en su propio “shock de gobernabilidad” basado exclusivamente en llegar relativamente unificado a la Casa Rosada. ¿qué pasa si al “Partido del Poder” el poder se le escapa?
No se puede ser “normal” –algo que, en la Argentina de la ultima década equivale al sistema político de la Grieta- en un momento de excepción
La política de la crisis tiene –o debería tener- un nuevo arsenal creativo a disposición. Un cambio de frente, una ruptura de la inercia, nuevas alianzas que correspondan a la actualidad del desafío histórico que tiene que enfrentar. No es una “elección”, es una necesidad histórica. No se puede ser “normal” –algo que, en la Argentina de la ultima década equivale al sistema político de la Grieta- en un momento de excepción. Esto es así incluso si muchos los protagonistas de la etapa son idénticos a los de la etapa anterior: ni el Duhalde del 2002 fue exactamente igual al de “la Mazorca”, ni el Kirchner de 2003 al del gobernador filo cavallista que supo ser en los ’90. Para el caso, tampoco el Francisco de la tapa de la Rolling Stone fue el Bergoglio de León Ferrari. Si se quiere, algo así como una versión política de lo que el cristianismo llama “el milagro de la transfiguración”. En “Anatomía de un Instante”, el impresionante libro de Javier Cercas, el español describe como tanto la época como las circunstancias extraordinarias que le tocó enfrentar modelaron el liderazgo improbable de Adolfo Suarez en la transición española. Pero para eso hace falta primero asumir la necesidad de esta transformación. En todo caso, hoy aplicar la metodología del cristinismo 2014 a la Argentina del 2020 equivale a recetarle buscapina a un enfermo de migraña. Más allá de los “deseos” personales, sencillamente no funciona.
Cristina y Macri tienen, tal vez, el derecho adquirido de ser cada más parecidos a ellos mismos: después de todo, son la cristalización definitiva de un periodo anterior, uno que, está probado, no morirá sólo y por efecto de la erosión geológica. La crisis, sin embargo, tiene otros tiempos y otra velocidad que los de la onanista clase dirigente argentina. Un desacople peligroso. O como sostenía Antonio Gramsci: “El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”.

(Publicado en http://www.panamarevista.com el 5 de octubre de 2020)
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“18 años de proscripción, memoria y militancia: conversación con Gustavo Campana”
El periodista Gustavo Campana reconstruye recuerdos personales y políticos alrededor del 17 de noviembre de 1972, fecha del regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina tras 18 años de exilio. Desde la mirada de un niño de 10 años que seguía los acontecimientos desde un televisor en blanco y negro, hasta el análisis histórico de la resistencia, la militancia, el rol del movimiento obrero y las operaciones del poder real, Campana hilvana una lectura profunda del período y de sus continuidades hasta el presente. La charla, atravesada por testimonios personales de quienes vivieron la época, permite comprender por qué el Día de la Militancia es, además de una efeméride, una narrativa colectiva de lucha, memoria y disputa política.
LCV: “¿Dónde estabas vos el 17 de noviembre de 1972?”
Gustavo Campana: “Cumpliendo 10 años y mirando desde el televisor en blanco y negro de mi casa lo que sucedía en Seisa y en sus alrededores. Lo vivía desde un lugar particular, porque el decreto 4161 nos había marcado.
Nací en el 62, por lo tanto Perón era el hombre prohibido, el que no se podía nombrar. Era ese peronismo que, en la clandestinidad, le contaba todos los días al pueblo que seguía vivo.
A principios del 72, finales del 71, empezó a aparecer a través de los noticieros que levantaban un poco la persiana de la censura. Eran esos reportajes donde le preguntaban: ‘¿Qué va a hacer usted para volver?’ ‘Nada. Todos mis enemigos.’ ‘General, durante tanto tiempo hubo gente que quería que usted se muera y hoy no quiere que se refríe.’ ‘Se están acordando tarde, porque ahora me estoy muriendo.’
Todo eso llegaba al living, al televisor sin control remoto y en blanco y negro, y atravesaba a un pibe de 10 años por todas partes.”
LCV: “¿Qué impronta había en tu casa? ¿Qué opinaba tu madre mientras cocinaba o tu padre? ¿Qué les provocaba ese regreso?”
Gustavo Campana: “Mi viejo había sido obrero gráfico y militante socialista. En ese momento trabajaba como portero en Belgrano. No le daba para ser antiperonista, pero estaba cerca. Mi mamá era más silenciosa, pero la información entraba por todos lados.
Y había algo claro: un año después mi viejo no votó ni a Cámpora ni a Perón. Seguramente votó a Corvalán en marzo del 73. En la segunda vuelta no sé; estaba mal. No tan mal… pero por ahí andaba.”
LCV: “Antes de ir al país al que vuelve Perón, una pregunta importante para quienes son jóvenes: ¿por qué el 17 de noviembre se transforma en el Día de la Militancia?”
Gustavo Campana: “Porque ‘lucharon y volvió’. Ese es el dato central.
En ese ‘lucharon’ hay una mixtura entre la resistencia peronista, que se pone de pie tras el golpe del 55, y la juventud maravillosa que se suma a fines de los 60, en el trasvasamiento generacional del que hablaba Perón en sus entrevistas con Pino y Getino.
La Juventud Peronista fue clave, pero no fue la única: estaba el trabajo de la resistencia del 56, el Plan Conintes, la pelea en la calle de los grupos armados —Uturuncos, FAP, Montoneros—, la tendencia, la CGT, el corazón peronista de la CGT de los Argentinos, y el Cordobazo con Atilio López.
Todo ese encadenamiento de hechos empuja a un régimen en decadencia, la tercera etapa de la Revolución Argentina, que había pasado por Onganía, por el experimento breve de Levingston y finalmente por Lanusse.
Todos necesitaban a Perón, propios y extraños.”
LCV: “Estamos haciendo un documental sobre sindicalistas desaparecidos. Ricardo Vaschetti nos decía que desde el minuto cero en que se abrió el proceso electoral que llevó a Cámpora ya se estaba armando el golpe del 76. ¿Coincidís?”
Gustavo Campana: “Sí. El golpe del 76 es un objetivo claro, sobre todo después de la muerte de Perón.
El Grupo Ascuénaga —Martínez de Hoz y compañía, reunidos en un petit hotel de la calle Ascuénaga, propiedad de Blaquier— empieza a tejer la política económica que después se aplicará, respaldada por Rockefeller, el Chase Manhattan Bank y Kissinger.
Después del 11 de septiembre del 73, con el golpe en Chile, se consolidó el Plan Cóndor y la decisión del poder real de cambiar la matriz económica: de un país industrial, con trabajo a tres turnos y 2% de desocupación, a un país rentístico-financiero dedicado a la especulación.
La implosión del país no empieza en el golpe: tiene una etapa anterior, el Rodrigazo, armado por la derecha liberal.”
LCV: “Incluso a nivel leyes: la de represión a movimientos subversivos en espacios sindicales sale en el 74.
Pero volviendo al 72: Cámpora dijo que la primera medida económica de Perón sería la independencia del Fondo Monetario. ¿Qué significa eso?”
Gustavo Campana: “Perón logró durante 9 años que la Argentina no ingresara al Fondo Monetario. Entre 1946 y 1955 fuimos el único país de América Latina que no entró en la institución creada en el 44.
Estados Unidos sabía que Perón era un mal alumno para el orden mundial de posguerra.
En ese período construyó la industria nacional, desarrolló ciencia y tecnología propia y consolidó derechos laborales.
El golpe del 55 tuvo como tarea desarmar todo eso. Fueron 14 toneladas de explosivos en Plaza de Mayo, más el golpe, más los fusilamientos del 56, para poder entrar al Fondo Monetario en el 57.
No es un dato menor. Junto con el Banco Mundial iban a regir los destinos económicos de América Latina.”
LCV: “Cada vez que charlamos pienso: ¿cómo hacer para que seas columnista de La Columna Vertebral? Con vos uno dice ‘plum’ y aparece toda la historia detrás.
Feliz Día del Militante.”
Gustavo Campana: “Para ustedes también. Vamos a seguir encontrándonos en estos espacios.
Y veremos si las chicas de La Columna Vertebral logran seducirme para sumarme.
Un abrazo inmenso.”
LCV: “Quiero cerrar con algo. Yo soy exactamente la generación intermedia: entre el pibe del televisor blanco y negro y la resistencia. Estaba intentando llegar a Ezeiza esa mañana.
Un compañero me decía: ‘¿Dónde estabas vos?’ Yo no pude llegar. ¿Te acordás cómo nos mojamos?
Cada uno tenía su anécdota. La mía es así: le dije a mi mamá que iba a estudiar a la casa de una compañera. Me quedé a dormir. Lluvia torrencial, barro, policía que nos corría, volvimos llenas de barro. Y cuando llego, mi mamá me dice: ‘Yo sabía quién lo tiró.’ Nos empezamos a reír.
Pobre vieja. Al lado de eso, todos los que vinieron después eran santos comparados con nuestra generación.”
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Elecciones presidenciales en Chile: el análisis de Marcelo Cantelmi
En medio de un clima social agitado y un mapa electoral latinoamericano que oscila entre el desencanto y la desconfianza, conversamos con el periodista Marcelo Cantelmi para comprender qué hay detrás del resultado electoral chileno y del avance de fuerzas conservadoras en la región. Cantelmi propone leer los comicios más allá de las etiquetas tradicionales y sugiere que la clave está en un electorado que ya no vota a favor de un proyecto, sino en contra de aquello que teme. En esta entrevista, analiza la derrota del gobierno de Boric, el ascenso de Jeanette Jara y Franco Parisi, la figura de Kast y los paralelos con Argentina.
LCV:
“¿Cómo viste las elecciones en Chile?”
Marcelo Cantelmi:
“A ver, vamos a ir aclarando un poco las piezas. En Chile izquierda no hay: lo que existe es una centroizquierda. Estas etiquetas las vengo discutiendo mucho; prefiero sintetizarlo preguntando si es antisistema o prosistema, si es anticapitalista o está dentro del capitalismo. El gobierno de Boric, que gana las internas frente al Partido Comunista, tiene una línea claramente pro sistema. No nacionalizó nada ni aplicó políticas propias del viejo manual del PT o de la izquierda tradicional latinoamericana. En concreto, es socialdemocracia. Pero como estamos tan girados a la derecha, pensamos que un socialdemócrata como Willy Brandt o Mitterrand es un hombre de izquierda, cuando en realidad la socialdemocracia la inventó el propio capitalismo. Este tiene muchas variantes, una de las cuales surge tras la Comuna de París: el welfare, el Estado benefactor, que luego crece con la Revolución Industrial y deriva en lo que llamamos socialdemocracia o centroizquierda. La señora Jeanette Jara tiene un mérito enorme, no solo personal sino como significante: gana las elecciones viniendo del Partido Comunista en un país donde la gente realmente cree que el comunismo es una estructura enorme. Milei, Trump, ven comunistas por todas partes. Es notable. El comunismo les debe mucho. Recuerdo un chiste familiar de alguien que decía: ‘Si viene el comunismo, me voy al campo’. Más allá de que tengo diferencias con el comunismo por lo ocurrido en dictaduras, el tema izquierda–derecha es importante valorarlo así. ¿Qué pasó en Chile? Gana Jara con un gobierno muy deficiente detrás. La discusión concreta es eficiencia o ineficiencia. Boric hizo lo posible, pero no gobernó bien: no resolvió la Constitución, un verdadero fracaso. La seguridad social en Chile es muy mala: el salario mínimo está lejos de la línea de pobreza, la desocupación juvenil supera los 20 puntos y la salud pública puede tardar más de un año en atenderte. Él no pudo resolver deudas que venían del levantamiento de 2019, cuyo reclamo principal no era cambiar el sistema sino mejorar el existente. Ese reclamo sigue abierto y lo recibirá quien gane. Por eso es interesante que Jara gane con el 26,7% y aparezca Franco Parisi, un economista independiente, populista, antisistema, muy crítico, representante de la clase media, que sorprende con casi el 20%. No figuraba en las encuestas, que son un mamarracho en Chile. Sumando ambos porcentajes, casi la mitad del país dice: ‘No sé si me gusta Jara, no sé si me gusta lo que hizo Boric, pero no sé si me gusta lo que va a hacer el otro’.”
LCV:
“Claro.”
Marcelo Cantelmi:
“O sea, en eso no se diferencian: siguen votando en contra de algo. El gobierno intentó diferenciarse, incluso anunciando que iba a dejar el Partido Comunista. Pero objetivamente Jara es una excomunista, como muchos de su espacio. Y el comunismo se volvió un fantasma que recorre la academia más que la política real. En América Latina nunca hubo tanto capitalismo como en estos años; hasta las dictaduras son capitalistas. La discusión profunda sobre la izquierda se perdió. Hoy lo que hay son derechas duras, dictaduras o centroizquierdas tímidas como la chilena o la de Lula, cuyo gabinete es mayoritariamente de derecha. A los latinoamericanos nos gusta el centro y a veces la centroderecha. ¿Y quién es Kast? Un conservador que le gana a Boric hace cuatro años en primera vuelta; luego un regimiento de jóvenes lo salva a Boric en el balotaje. Entonces Kast se había parado en una derecha medieval, con comentarios antipáticos hacia las mujeres, grotesca, pinochetista. Ahora se cuidó: hizo una campaña inteligente borrándose. Tenía por derecha a un ultraderechista libertario, Johannes Kaiser, enamorado de Milei, de Trump y de la dictadura. Kast dejó que hablara él y se quedó como el centro. Puede provocar que en el balotaje quienes estén contra Jara lo voten. Matei y ese sector ya dijeron que lo acompañarán. Sumando sus votos, Kast puede ser el próximo presidente. Muy difícil que Jara logre revertirlo, sobre todo porque Parisi no habló y la disciplina del voto en balotaje es baja.”
LCV:
“No, por eso pensaba si en campaña llegara a prevalecer un discurso más pinochetista o antiderechos, si podría seducir como en Argentina o si allá dirían ‘no, tanto no’.”
Marcelo Cantelmi:
“No, no, estoy en desacuerdo. Los argentinos votaron porque estamos mal y no queremos estar peor. El problema es que lo que hay del otro lado no explica cómo va a mejorar la situación. Se termina votando en contra. Yo tampoco quiero que vuelva lo anterior, pero tampoco quiero esto: la pérdida de valores y culturales es enorme. El fenómeno antivacunas es hijo de la política de Milei. Es un mamarracho. No solo acá: el mundo entero está retrocediendo 200 años. ¿Por qué? Porque se vota cruzado. No se vota a favor, se vota en contra, y al votarse en contra uno se defiende. Vivimos un cuarto de siglo grave: la concentración del ingreso irrita a la gente, con razón, y esa irritación se expresa en votos contra el sistema.”
LCV:
“Exactamente, exactamente.”
Marcelo Cantelmi:
“En Chile pasa lo mismo. A veces me aburren análisis muy profundos sobre la progresía chilena: la discusión real es el bolsillo y el fracaso de los gobiernos progresistas en escuchar demandas simples como llegar a fin de mes, pagar el alquiler, acceder a un crédito, comprarse un auto, irse de vacaciones. Esa discusión la cedieron a la derecha. Hablaba con el presidente del Senado de España, del PP, y me decía: ‘La gente vota con el bolsillo y con la bronca por la corrupción’. Y es así. A veces incluso la corrupción pasa a segundo plano porque aparece la lógica del ‘roban pero hacen’. Cuando estás mal, nada de eso importa demasiado. Hasta Pinochet robó, convengamos. Así estamos.”
LCV:
“Para cerrar: ¿te imaginás a Milei cruzando la cordillera para abrazar al nuevo presidente si se da ese pronóstico?”
Marcelo Cantelmi:
“Sí. La imaginación política de Milei es esquemática. No distingue matices. Fue a Bolivia a saludar a Paz, un hombre de centroderecha, no de ultraderecha. Es de una democracia cristiana que cree en amortiguadores sociales que Milei considera socialistas, cuando en realidad son necesarios para que el sistema no colapse. A Kast le va a pasar lo que le pasó a Piñera: la demanda de las clases medias de Chile es muy clara. Es la de quienes iban a Plaza Italia a decir: ‘No podemos vivir como en Estados Unidos con sueldos de Namibia’. O de África. Esa demanda sigue abierta. Boric no la resolvió. Y eso es lo que le va a decir la audiencia urbana a Kast. El problema central es ese, y no sé si Kast está dispuesto a resolverlo.”
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Eppur si muove!/del 16 al 21N. “Mientras el gobieno usa la tarjeta, se prepara un diciembre caliente”, por Alberto Nadra
Nadie sabe hasta dónde llegará la alquimia del poder que le permitió al gobierno ganar por amplio margen las últimas elecciones promocionando un plan de rescate financiero extraordinario de Trump. Lo cierto es que se trató de una promesa que de acuerdo a TheThe Wall Street Journal no se cumplirá ya que los bancos implicados no recibieron el respaldo que esperaban por parte del Tesoro de Estados Unidos. Apenas una ayudita para enero y el rezo de Caputo para mantener el riesgo país. ¿Cuántas veces los economistas han dicho como si fuesen abuelas ‘no hay que gastar más de lo que se tiene? Pues bien, el gobierno está tarjeteando como cualquier mortal.
Entre tanto, las fábricas siguen cerrando, los despidos ya son masivos, no hay perspectivas de reactivación y una reforma laboral junto a una Ley educativa ‘novedosa’ avanza sobre un proyecto que parece insostenible. Los jubilados ya forman parte de la rutina de los miércoles, igual que la represión. La CGT inaugura nuevo triunvirato con uno de sus líderes que ha resuelto visitar fábricas en conflicto. Algo bastante básico que sin embargo no ocurría hace tiempo. Los organismos de DDHH y distintas centrales obreras se suman a una marcha para el 11 de diciembre por el Día Internacional de los Derechos Humanos. La UTA amenaza con un paro nacional en ese mismo mes si le pagan los sueldos en cuotas tal como está previsto.
Un hecho curioso resalta que sin Estado tampoco hay producción: en Bahía Blanca un supermercado mayorista debe cerrar por el pésimo estado de las rutas. Sus camiones ya no pueden entrar ni salir. Sin Vialidad Nacional, no hay caminos.
Como siempre, LCV les cuenta el abajo que se mueve.
Sintesis semanal de noticias sociales y gremiales, del 16 al 21 de noviembre 2025
MARCHA POR LOS DERECHOS HUMANOS EL 11 DE DICIEMBRE. Hugo “Cachorro” Godoy, confirmó que las dos CTA se unirán a la movilización convocada por los organismos de derechos humanos a Plaza de Mayo el próximo 11 de diciembre, en el marco de las actividades previstas por el Día Internacional de los Derechos Humanos. En su cuenta de twit, Godoy aseguró que este año marcharán “contra la represión, la persecución política, el negacionismo y la reivindicación de la dictadura genocida” del gobierno de Javier Milei.
SINDICATOS DE PRENSA Y ASOCIACIONES PROFESIONALES DENUNCIAN INTERNACIONALMENTE AL GOBIERNO POR FALTA DE LIBERTAD DE PRENSA. En una audiencia celebrada el miércoles en la Universidad de Miami, en el marco del 194° Período de Sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el secretario adjunto electo de SiPreBA y tesorero de FATPREN, Francisco “Paco” Rabini, denunció al gobierno nacional por lo que calificó como un “ataque recurrente, planificado y persistente” contra periodistas y trabajadores de prensa. Estuvieron presentes representantes el CELS, SiPreBA, FATPREN, ARGRA, FOPEA, instituciones académicas como la Carrera de Comunicaciones de la UBA. Entre las razones de la denuncia figuran los constantes ataques a los fotoreporteros que han sido baleados y apaleados en diversas marchas, dejando a Pablo Grillo al borde de la muerte. Rabini consideró que existe una política que parte del propio presidente para amedrentar a la prensa y citó un twit en el que el presidente Javier Milei expresó: “No odiamos lo suficiente a los periodistas”.
CRISTIAN JERÓNIMO DE GIRA POR LOS CONFLICTOS. Acompañado por el dirigente de la UTEP, Alejandro «Peluca» Gramajo, José Minaberrigaray de SETIA, Pablo Flores de AEFIP y representantes de Municipales, el flamante cosecretario general de la CGT Cristian Jerónimo se acercó al acampe de ILVA donde, desde hace más de 80 días, hay trabajadores esperando una respuesta de la empresa a los 300 despidos repentinos. Allí fue recibido, además, por representantes de la Federación de Ceramistas que están apoyando el conflicto desde el comienzo. «Queremos que sientan que hay una central sindical que va a estar más presente que nunca y que no los va a dejar hasta que no resolvamos este problema, y tantos, como hay, a lo largo y ancho del país. También es un mensaje para todos los trabajadores que están en conflicto, queremos que sepan que hay una central de puertas abiertas para luchar por los derechos de todos los trabajadores». Más allá del apoyo político de la CGT, dejó un aporte para el fondo de huelga y prometió la intervención de la central obrera para dialogar con las partes e intentar resolver el conflicto. Se trata del primer acto de la ‘nueva CGT’ que busca relacionarse con los trabajadores de base.
ECONOMÍA FAMILIAR. TARJETAS EN CRISIS. LA DEUDA NUESTRA DE CADA DÍA. Según un Informe el Banco Central (BCRA) la mora de las familias sigue en aumento. En noviembre de 2023 el incumplimiento de pago en préstamos familiares y cuotas se ubicaba en 2,7%, es decir que en la era Milei subió 4,6 puntos porcentuales. La suba se concentró en dos líneas: préstamos personales (donde el porcentaje aumentó desde el 8,2% al 9,1%) y tarjetas de crédito (con un incremento desde el 6,7% al 7,4%)
INDUSTRIA
LA UTA ADVIERTE: SI NO PAGAN EN FECHA PARAMOS TODO EL TRANSPORTE EN DICIEMBRE. Así lo anunció el secretario de prensa de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Mario Caligari. El sindicato se declaró en estado de alerta por las demoras en el cobro de los sueldos. Los empresarios del sector explican que no están recibiendo del gobierno los subsidios acordados y prevén un pago en cuotas de salario y el aguinaldo de diciembre. “Nosotros no financiamos el sueldo ni los aguinaldos”, dijeron en el gremio.“El síndrome del llanto lo tienen desde toda la vida”, afirmó Caligari.
CHOFERES DE LA LÍNEA 60 PRESIONA A LA UTA POR PLAN DE LUCHA. El cuerpo de delegados y los trabajadores de línea 60 perteneciente a la empresa Monsa protestaron este viernes en la cabecera que la empresa tiene en Maschwitz. Exigen plan de lucha a la conducción de la UTA dirigida por Roberto Fernández ante la nueva apertura paritarias. Buscan una recomposición salarial de 2500000 de pesos y mejores condiciones de trabajo. Ratificaron que, si la empresa paga los sueldos y el aguinaldo en cuotas, profundizarán las medidas de fuerza a partir de diciembre.
¿UNA NAVIDAD SIN TURRÓN? La empresa Georgalos que produce el clásico Mantecol comienza un esquema trimestral de suspensiones en su planta de Victoria. La medida que afectará a más de 600 trabajadores. La empresa justifica ese accionar por el derrumbe de ventas y la apertura de importaciones que colmó el mercado de productos brasileros. Según la empresa, la decisión surge a partir de un drástico derrumbe en las ventas.
LA RIOJA. CONTINÚA EL CIERRE DE FÁBRICAS. 150 despedidos en los últimos días. De acuerdo a la información de Página 12, la empresa textil Luxo abandonó el parque industrial por la drástica caída de las ventas. “Es muy triste y doloroso ver como se deciden estas políticas a nivel nacional”, lamentó el gobierno provincial, que intentó un rescate que resultó infructuoso. En esa provincia, también en los últimos días, se habían conocido otras dos bajas: la fábrica de calzados Vulcalar, radicada en Sanagasta, con 80 personas cesanteadas, y la productora de paneles solares Solartec, que operaba desde 1988, al no poder competir con los productos chinos, cuyos precios “son muy difíciles de igualar”. Entre las tres se perdieron más de 150 puestos directos.
BAHÍA BLANCA: CIERRA EL SUPERMERCADO YAGUAR POR EL PÉSIMO ESTADO DE LAS RUTAS. En la tarde del domingo se supo que habría despidos en la sucursal de la mayorista Yaguar. La situación fue peor: hubo un cierre total del establecimiento y el lunes 30 trabajadores de la sucursal bahíense quedaron en la calle. Los sindicatos de Comercio y Camioneros reclaman la reincorporación de todos los despedidos. Más allá de la baja de las ventas, en este caso la razón que esgrime la empresa es el pésimo estado de las rutas que impide el ingreso y egreso de camiones. El centro comercial de Yaguar se encuentra en la intersección de dos rutas nacionales, Ruta Nacional 33 y Ruta Nacional 35. La falta de inversiones de Nación que mantiene a la obra pública parada provoca que 50 familias queden en la calle.
IMPREVISTO CIERRE DE FRÁVEGA DE TEMPERLEY. El Sindicato de Empleados de Comercio de Lomas de Zamora (CEC), que conduce Rubén Crosta, denunció el cierre «intempestivo» de la sucursal de Frávega ubicada en Temperley. El gremio exigió la reincorporación del personal despedido y advirtió sobre un plan de la compañía para llevar adelante 300 despidos a nivel nacional.
SAN LUIS: ALERTA UOM, CIERRA AUTOPARTISTA DANA. La decisión de la empresa de autopartes Dana de cerrar de manera definitiva su planta en la localidad de Naschel, San Luis, encendió las alarmas en el sector industrial de la provincia, afectada por la crisis generalizada del sector en todo el país. La medida, tomada por la sede central de la firma en Estados Unidos, implica el despido de la totalidad de los 60 trabajadores que se desempeñaban en el lugar, sumándose a la ola de cierres y suspensiones que atraviesa la industria metalmecánica.
PARITARIA RECORD DE TRABAJADORES DE VIGILANCIA PRIVADA EN COMPLEJOS OLEAGINOSOS DE SANTA FE. El Sindicato Único de Trabajadores de Vigilancia Privada (SUTRAVIP) cerró una paritaria histórica para los vigiladores del complejo agroexportador del cordón industrial del sur santafesino. El acuerdo ubica nuevamente al sector entre los mejores remunerados del país y garantiza un salario conformado de $2.160.034,20 desde febrero de 2026 para los trabajadores del departamento San Lorenzo.
HISTÓRICO. CONVENIO CON TRABAJADORES MINEROS RECONOCE CUIDADOS ESPECIALES E INCORPORA PERSPECTIVA DE GÉNERO. La Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM) y la Asociación Sindical del Personal Jerárquico, Profesional y Técnico de la Actividad Minera Argentina (Asijemin) firmaron un acuerdo inédito que incorpora derechos innovadores y establece una serie de herramientas destinadas a favorecer la conciliación entre el trabajo y la vida personal. Desde el sindicato sostienten que el nuevo convenio colectivo incorpora reivindicaciones largamente esperadas sobre salud y contiene “un enfoque en la inclusión y la perspectiva de género”.
LA CRISIS EN LA INDUSTRIA NO TIENE TECHO. Un informe del periodista David Cufré demuestra que la tendencia al cierre no disminuyó después de las elecciones:
Mabe, empresa mexicana, una de las principales fabricantes de electrodomésticos de línea blanca, cerró la planta en Río Segundo, Córdoba, con 160 despidos.
La Suipachense, empresa láctea con 75 años de historia, fue declarada en quiebra y dejó en la calle a 145 trabajadores.
TN Platex cerró la producción de medias y prendas deportivas en su planta en Monte Caseros, Corrientes, con 36 despidos.
Dulces Otito, en San Pedro, Jujuy, una marca con más de 70 años de vida y en un contexto económico complicado a nivel nacional, decidió cerrar sus puertas y echó a 40 trabajadores.
Alimentos Refrigerados, una firma histórica que elaboraba postres y yogures para SanCor, fue declarada en quiebra en Córdoba y dejó sin empleo a 200 personas.
Nueva Dalmacia, alimenticia cordobesa, cerró y echó a sus 17 empleados por WhatsApp.
Georgalos oficializó un programa de suspensiones que se extenderá por un trimestre en su establecimiento de Victoria, Buenos Aires, afectando a la totalidad de su personal mediante turnos alternados. La decisión, según la empresa, responde a la caída en el nivel de ventas y al aumento de la competencia de productos brasileños.
Avery Dennison, dedicada a la fabricación de etiquetas para envases, cerró su planta en San Luis, dejando a 40 familias sin empleo.
Tía Maruca cerró de manera abrupta una histórica planta productora de galletitas en la localidad bonaerense de Chascomús y desvinculó a 27 empleados.
Didier, empresa alimenticia de mermeladas y tomates, en San Rafael, Mendoza, cerró después de 20 años. En esa provincia también cayó Comeca, que producía latas para conservas, y está tecleando Eco Génesis, que se dedica al deshidratado de hortalizas.
Blanco Nieve, textil que producía para la marca Casablanca, cerró tras 30 años en Río Grande, Tierra del Fuego. En esa provincia también hubo 150 despidos de trabajadores metalúrgicos de Newsan, en Ushuaia, y cerró la textil Fabrisur.
Alliance One, multinacional tabacalera, concretó el cierre de su planta de acopio en Perico, Jujuy, con 115 trabajadores despedidos.
Frigorífico Anselmo cerró en Tres Arroyos, con 100 empleos perdidos. Essen, la fábrica de ollas, despidió a 30 trabajadores de su planta en Venado Tuerto.
SECTOR PUBLICO
“¿Cuál debería ser nuestro salario como mínimo?” Así se titula un informe de ATE Indec que sostiene que una familia necesitó más de 2 millones de pesos en octubre para cubrir consumos mínimos. El mismo estudio revela una pérdida salarial histórica del 54,8% desde 2015 y exige un aumento de emergencia del 118%, paritarias abiertas y medidas urgentes para frenar el deterioro del ingreso estatal.
PERSECUSION EN EL CONICET. Empleados del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) denunciarion a través de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) que el organismo científico a cargo del libertario Daniel Salamone, abrió sumarios en contra de investigadores que protestaron en 2024 contra el ajuste al sistema de ciencia y tecnología. El gremio advirtió sobre sumarios que “afectan a personas de diferentes jerarquías dentro de la institución, algunas en clara situación de precarización laboral”.
BAHÍA BLANCA: TRABAJADORAS TRANS EXIGEN QUE SE CUMPLA EL CUPO LABORAL. Este jueves 20 las escalinatas del municipio se llenaron de ‘voces travas’. En el día de la Memoria Trans, una veintena de personas se manifestaron en reclamo de justicia por el travesticidio de Rosario Sansone a un año y semanas de su asesinato, y la lucha por la aplicación del Cupo Laboral Trans, que es ley pero no se hace realidad.
SIN SOLUCIÓN PARA LOS TRABAJADORES DE JUSTICIA. OTRO PARO EL VIERNES 28 DE NOVIEMBRE. La Unión de Empleados de la Justicia de la Nación (UEJN), que conduce Julio Piumato, anunció un paro nacional para el viernes 28 de noviembre y puso un ultimátum a la Corte Suprema y el Poder Ejecutivo. La organización reclama comenzar la recuperación con un incremento adicional de, al menos, el 3% de poder adquisitivo perdido en 2025 y advierten sobre proyectos que afectarían al personal y al sistema jubilatorio del sector.
SANTA CRUZ: REINCORPORAN A TRABAJADORES AUTOCONVOCADOS DE LA SALUD SUSPENDIDOS POR PROTESTAR. El pasado jueves 20 de noviembre, la Justicia de Santa Cruz dictó una resolución que ordena la inmediata reincorporación de los 26 trabajadores de la salud pública que habían sido suspendidos por participar de una protesta en el Ministerio de Salud en septiembre por reapertura de paritarias. Los trabajadores recibieron el respaldo inmediato de otros sectores, mostrando que la solidaridad es el camino para enfrentar los ataques a los derechos laborales. El gremio ATSA había presentado un recurso de amparo colectivo, que finalmente fue aceptado por la Justicia. La medida, firmada por el juez Andrade, deja sin efecto las sanciones impuestas por la cartera sanitaria provincial y constituye una derrota para las autoridades que intentaron disciplinar a quienes luchan por mejores condiciones laborales y salariales.
EDUCACIÓN
TRASCENDIÓ UN BORRADOR DE LA LEY DE LIBERTAD EDUCTIVA Y ESTALLÓ EL DEBATE: “UN MAMARRACHO”. Así la definió Hugo Yasky, quien tildó el proyecto como un caso de “terraplanismo educativo”. Entre las medidas más criticadas está la idea de eliminar la responsabilidad indelegable del Estado, transfiriéndola “directamente a las familias” bajo un sistema que dicho borrador llamó como educación en el hogar (homeschooling), además de incorporar “agentes educativos” sin requisitos profesionales, entre otras medidas.
“18 años de proscripción, memoria y militancia: conversación con Gustavo Campana”
Elecciones presidenciales en Chile: el análisis de Marcelo Cantelmi

