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Opinión

Los idus de marzo, por Hernán Díaz Varela desde Chubut

Los idus de marzo

El cónsul Julio César fue asesinado el 15 de marzo del año 44 AC –en los idus de marzo según el calendario romano- por un grupo de senadores, entre los cuáles se encontraba Décimo Junio Bruto, primo del César y a quien éste quería como a un hijo. Shakespeare inmortalizó ese vínculo en la escena de la tragedia “Julio César” (1599) en la que, agonizante, el protagonista exclama “Tú también, Bruto, hijo mío”. Un vidente había advertido al César “Cuídate de los idus de marzo” pero él, confiado en su poder, no dio importancia al aviso.

04/03/2020

Sin clases

El gobierno de la provincia del Chubut atraviesa por un momento de extrema fragilidad política e institucional, producto no sólo de su estafa electoral primigenia sino de una sucesión de decisiones sobre el manejo de las finanzas públicas que han acelerado la crisis económica y el endeudamiento. El goteo de fondos de Nación –a cuenta de coparticipación- no alcanzó para nada. La lógica contable de comercial nocturno ochentista del titular del Ministerio de Economía choca contra una realidad que requiere de imaginación y un diálogo político que está en el discurso pero no en los hechos del gobierno de Mariano Arcioni y su devaluado gabinete.

El miércoles pasado, a pesar del pago de una parte de lo adeudado a los docentes, la amenaza de descuentos y del ruego plañidero del gobernador, lo cierto es que en Chubut no comenzaron las clases. Este hecho fue relevado no sólo por la tapa de los diarios nacionales del día siguiente, sino que estuvo presente en el discurso de Alberto Fernández ante la Asamblea Legislativa nacional, al mencionar que las clases habían comenzado normalmente en “casi” todas las provincias, con un reojo hacia Mariano Arcioni, sentado en primera fila el domingo pasado junto al gobernador bonaerense Axel Kicillof.

Sobre la hora, pero no para todxs

Finalmente, mediante Decreto 1080/19 del 2 de marzo, el gobierno canceló ese mismo lunes todos los sueldos de Legislatura provincial correspondientes al mes de enero, y así aseguró la apertura del año legislativo del día martes.

El pago selectivo a los empleados legislativos –con salarios de tercer y cuarto rango que aún no cobraron los demás agentes estatales- y de las hipercalóricas “dietas” de los diputados provinciales en un marco de parálisis financiera y virtual cesación de pagos, para habilitar el inicio de las sesiones ordinarias anuales e iniciar el tratamiento de las leyes del ajuste, fue el equivalente a los pagos de sueldos en primer término a la policía provincial en años anteriores para asegurar la represión de las masivas protestas sociales en la calle. Éste es el concepto del “funcionamiento del Estado” de esta gestión: premios y castigos conforme las necesidades de coyuntura.

Asimismo, en el discurso del gobernador en Legislatura, pivoteando a tres bandas entre el autoelogio, el fraseo marketinero y el análisis FODA, se confirmó la continuidad del pago escalonado de salarios y jubilaciones, entendiendo el mismo como un principio de “previsibilidad” (¿?) para los agentes públicos, y dejó caer perlas lingüísticas como “respetemos el derecho de huelga con los estudiantes en el aula y los maestros enseñando” (sic), mientras en tono neomacrista pedía el esfuerzo actual de todos para llegar a un futuro venturoso. Al mismo tiempo, dentro del paquete de leyes de ajuste el gobernador coló, por cuarta vez, el proyecto para llevar su propio salario a 700 mil pesos.

Un día antes, el lunes 2 de marzo, la primera reunión paritaria docente del año dejó como saldo un “Sigan participando”. No hubo ninguna propuesta concreta del Ministerio de Educación y ni siquiera estuvo presente el ministro Andrés Meiszner, seguramente más preocupado por la investigación fiscal sobre su gestión como presidente del Club Quilmes que por la situación de los maestros chubutenses. De todos modos, su impericia ha estado a la altura de sus antecesores.

Por su parte, el sector docente repitió, una vez más, su repudio al ilegal pago escalonado de haberes de activos y jubilados, que se complete la cláusula gatillo firmada en la paritaria de febrero de 2019, que se arreglen las escuelas, que se actualicen y remitan en tiempo y forma las partidas para su funcionamiento y que se asegure el transporte escolar. Siguen siendo obligaciones incumplidas por parte de un gobierno provincial que les pide responsabilidad a los trabajadores mientras lleva un mes y medio de atraso en pago de salarios y jubilaciones.

Al paro por 72 horas de los docentes  –con posibilidad cierta de extensión- se suma el de los estatales nucleados en ATE, cuyas bases se hartaron de los vaivenes del volátil secretario general Guillermo Quiroga y le arrancaron un paro total de actividades desde el miércoles al viernes de esta semana, empalmando con el de los maestros. Esto implica que, por paro de docentes, retenciones de servicio por salarios impagos, falta de transporte o paro de auxiliares docentes, las escuelas seguirán sin funcionar; a ello se suman los establecimientos que no están en condiciones operativas, un punto sobre el que el comentarista de la realidad devenido gobernador expresó: “El arreglo de las escuelas no debe ser un plan de verano o de invierno, sino un plan de gobierno”. Por ahora, esa te la debo.

Unidos y al Frente

El próximo sábado se reunirá en Trevelin el justicialismo provincial. La convocatoria de este Congreso partidario tiene tres objetivos principales: la muy probable consagración del ex intendente comodorense Carlos Linares –kirchnerista de paladar negro- como nuevo conductor del partido; la “repejotización” de intendentes y referentes peronistas que están hoy en el espacio en diáspora de Chubut al Frente, con especial énfasis en los hermanos Sastre –vicegobernador e intendente de Puerto Madryn- y el intendente de Trelew, Adrián Maderna; y la conformación de una Mesa Política que proponga un “programa de emergencia” al gobierno de Arcioni, una apertura del partido y un llamamiento a la unidad interna como primer paso para integrar un eventual frente o alianza.

Empachados de diagnóstico lo cierto es que, hasta ahora, el único acuerdo político dentro del PJ es empujar el cajón del arcionismo excedente y hacer un funeral vikingo en 2023. De propuestas, ni hablar. El “programa de emergencia” que enuncian referentes justicialistas por los diferentes medios es sólo un título. En el espectro político institucional no hay nada superador al paquete de leyes que el Ejecutivo ingresó esta semana para su tratamiento legislativo, y que tiene como variable de ajuste el salario y las condiciones laborales de los agentes activos y pasivos del sector público. Nunca se trataron seriamente las propuestas de los sindicatos sobre Ley Tributaria de Emergencia o la discusión sobre la matriz distributiva de la riqueza de la provincia. De eso no se habla.

“Por la Legislatura van a pasar proyectos que van a tener que apuntar a salir de la crisis, medidas que no son las más agradables, y se puede hacer una política de integración y compartir objetivos entre diputados que tienen origen del peronismo”, dijo la semana pasada el ex diputado provincial y referente justicialista Blas Meza Evans en declaraciones a la prensa, buscando socializar los costos políticos de las futuras votaciones en la casa de las leyes.

Claramente, no se está tomando dimensión de los problemas cotidianos de la ciudadanía chubutense. Sin efectivo en la calle, con un inminente corte masivo de crédito bancario y financiamiento con tarjetas, una inercia inflacionaria muy alta a pesar del congelamiento de tarifas de servicios públicos y precio de naftas, es de esperar que a mitad del corriente mes –en el que todavía no se pagó la mayor parte de la masa salarial de enero y no hay cronograma al respecto- muchas economías familiares colapsen. Son demasiados frentes: las facturas de servicios, alimentos, transporte y los gastos del inicio de clases. Los pequeños comerciantes ya están afectados por la fuerte retracción del consumo y los supermercados están casi vacíos.

Los sindicatos están comenzando a moverse e intensifican sus reclamos sectoriales, en muchos casos apremiados y/o sobrepasados por sus propias bases, que ya no toleran una “gobernabilidad” a costa de la pauperización de las mayorías; y las organizaciones sociales, si bien están conteniendo un eventual desborde a través de la implementación de programas nacionales como la Tarjeta Alimentaria, entienden que los tiempos se acortan y que debe haber respuestas oficiales ante esta crisis autoinfligida.

Por su parte, si se confirmara a Carlos Linares al frente del PJ, no parece que se fueran a abrir canales de diálogo con provincia por esa vía. Todavía resuenan las denuncias que Linares planteó durante la campaña electoral del año pasado, en la que compitió por la gobernación contra Arcioni. Las heridas que quedaron por la ausencia de ayuda provincial ante el desastre climático sufrido por Comodoro Rivadavia en abril de 2017, sumadas a la causa por corrupción durante esa emergencia, conocida como “Royal Canin”, que involucró a la entonces Ministra de Familia, Leticia Huichaqueo –hoy exonerada de la administración pública-, y a su pareja, aún siguen abiertas.

Si bien Linares tiene comunicación con Nación a través de Julián Leunda, el comodorense recientemente incorporado como asesor presidencial, e interlocución directa con varios referentes nacionales del Frente de Todos,  los esfuerzos del gobierno central hasta fin de mes estarán concentrados en la reestructuración de la deuda externa y las negociaciones con bonistas y el Fondo Monetario Internacional. Recién en abril la Nación podría ocuparse en forma consistente de una situación que, evidentemente, el gobernador no puede encauzar ni, mucho menos, resolver.

Por lo pronto, curándose en salud, el diputado Carlos Eliceche solicitó en la primera sesión de la Legislatura un pedido de informes al Ministerio de Economía –que fue aprobado sobre tablas- sobre estructura de la deuda pública provincial, vencimientos y condiciones de contratación de consultoras para renegociarla.

En este contexto, el malestar social se agudiza; hoy a la tarde el gobernador fue recibido con gritos y reclamos airados por un nutrido grupo de personas que lo aguardaban en cercanías del hangar de Gendarmería en Trevelin, donde arribó en helicóptero debido a la grave situación de los incendios en las laderas de Esquel. La gente está harta y fin de marzo está, quizás,  demasiado lejos.

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Último acto: Frío, sombrío y melancólico, por Hugo Asch*

Crónica del último acto de Milei en Moreno, sin brócoli: mucho frío, público con delay, Nisman, opereta, “no toquen a mi hermana”, ‘políticos corruptos’, ‘me van a matar del disgusto’ y la ilusión del empate técnico.

Por alguna razón, el sombrío cierre de campaña de Javier Milei en el barrio Trujui de Moreno me recordó cosas de mi niñez. Verlo así, tan ajustado y redondito debajo de la campera larga, una chaqueta negra, la remera térmica y el chaleco antibala, me recordó una tarde brava de invierno en la Isla Maciel, al final de un partido entre San Telmo y El Porvenir. Tenía 12 y me había llevado mi amigo Omar con un grupo de hinchas del barrio. La cosa se puso brava al final del partido y hubo gritos, amenazas y el lejano reflejo de un cuchillo en la tribuna local. Los de San Telmo querían robarnos la bandera, así que la solución fui yo. Envolvieron pacientemente el trapo blanco y negro sobre mi cuerpito y así quedé. Relleno y duro como un matambre, bamboleante, inseguro como Milei en el acto de esta noche, con quince vueltas de tela bajo mi sobretodo. Ese día me convertí en héroe. El tono grave de Milei, fallido y forzado como nunca, también me llevó a mis 10 años, cuando contaba mi chiste preferido: el del nene que se queda solito en la casa, escucha ruidos y hace lo que su mamá le había aconsejado. Pone ‘voz de grande’ y grita: “¡Quiéénnn aaabióóó la peta…!”. Más o menos como Milei.

El público, tan muerto de frío como el presidente en campaña y los que lo rodeaban, escaso de reflejos, aplaudía con delay uno o dos segundos más tarde de lo indicado. Cada tanto gritaban melancólicamente: “¡Pre-si-dente, pre-si-dente…!”, como una confirmación, o un anhelo imposible. No se engancharon con la consigna ‘Kirchnerismo nunca más!’, ni festejaron con risotadas cada vez que era citado ‘el enano soviético’. Un público difícil, con más ganas de dormir una siesta tardía que de celebrar a ese líder envasado al vacío.

Milei defendió a la hermana y al mismo tiempo destacó, con detalle exquisito, sus mejores virtudes a la hora de denunciar a los políticos corruptos que se quedan con el dinero de la gente. La asociación era inmediata e inevitable. “¡No proyectes!”, daban ganas de gritarle. Al final era cierto: el tipo efectivamente tiene un inconsciente. El discurso fue errático, tedioso, armado con piezas de diferentes rompecabezas que nunca encajaban. A su habitual obsesión por cantar la del “pingüino y el cajón” esta vez sumó al fiscal Nisman, ten years after. “¡Si se tienen que cargar vidas humanas no les importa nada: se cargaron a Nisman!”, dijo, y provocó un silencio incómodo de respeto y/o perplejidad. El momento más original del acto fue cuando confundió al conurbano bonaerense con California y recordó cuando la gente vivía tranquila, no cerraba con llave la puerta de su casa y los niños jugaban en paz porque no había robos ni comunismo. Milei repitió frases hechas como una ametralladora, habló de una “miserable opereta en su contra” y culpó al kirchernismo hasta del hundimiento del Titanic. Fue todo muy aburrido hasta que su espíritu ganador afloró en todo su esplendor. El que tiene hoy, quiero decir.“¡Los encuestadores coinciden en situarnos en una situación de empate técnico…!”, se entusiasmó ante el desconcierto general. El tenue brillo en sus ojos y la sonrisa congelada de los demás fueron la mejor foto de la noche.

*Hugo Asch, inició su carrera periodística en 1974. Fue redactor de la revista Siete Días, prosecretario y subdirector de Gente, Secretario de Redacción de Clarín, editor general de Perfil y director de Playboy Agentina, entre otros medios de Argentina y España.

En su facebook, hoy, se define como ‘creador digital’.

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Espeluznante, por Hernán López Echagüe

Esa palabra extraña salía a cada rato de la boca de mi tío abuelo, Cango, allá por mil novecientos sesenta y poco, recostado en su mecedora de cañas, en tanto tomaba una copa de vermut, a la que me invitaba a mojarme un dedo y probar. Acá, querido, en Parque Leloir, todo se ha vuelto espeluznante.

¿Espeluznante? Sí, querido. Los ricos están comprándose todas las tierras, y no habrá manera de sacarlos, a menos que agarremos escopetas. Y con la copa en la mano se metía en la casa de campo y regresaba con un diccionario Jackson. Se dejaba caer de nuevo en la mecedora, abría el diccionario y me recitaba, con voz borrachosa: “Espeluznante: sobrecogedor, estremecedor, aterrador, escalofriante, horrible, espantoso, monstruoso, terrorífico, horripilante, pavoroso”. ¿Entendés lo que digo, querido? No, de modo alguno llegaba a entenderlo.

Me llevó muchos años entender, en el sentido más lato, y, digamos, carnal, el significado de esa palabra que durante tiempo había tenido como el arrebato de un viejo que me había hecho conocer el vermut. No resultó difícil caer en la cuenta de que todo lo que ocurre en el mundo estremece y aterra.

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Gaza, ya!!/”Es mi familia, Kay. No soy yo”, por Michael Sfard

Traducción del francés y edición de María Urruzola.

Tribuna de opinión del abogado de Derechos Humanos israelí Michael Sfard, publicada el 28 de agosto en el diario israelí Haaretz. Sfard es un abogado israelí especializado en Derechos Humano y Derecho Internacional Humanitario. Es uno de los juristas más conocidos en Israel por su defensa de los derechos de los palestinos y sus acciones contra la ocupación israelí. Su último libro (2025) se titula: “La ocupación desde el interior: viaje a las fuentes del golpe de régimen”.

“Cuando Michael Corleone (interpretado a la perfección por Al Pacino) lleva a Kay Adams (Diane Keaton) a conocer a su familia en ocasión del casamiento de su hermana, en el primer episodio de la trilogía de El Padrino, ella descubre una historia muy dudosa respecto a la familia a la que está a punto de incorporarse: una familia que arregla sus problemas a través de una mezcla de violencia y corrupción. Cuando Michael se da cuenta que Kay está shockeada, intenta tranquilizarla: “Es mi familia, Kay. No soy yo”.

Uno no elige a la familia, e Israel es mi familia. Y es una familia criminal. Entonces ¿cómo seguir viviendo con semejante familia? Todo está contaminado

Israel está en vías de destruir Gaza. Llámele limpieza étnica, llámele aniquilación, llámele genocidio, llámele como quiera. Yo no tengo ninguna duda de que Raphaél Lemkin, el jurista judeo-polaco que acuñó el término de genocidio (1), declararía, llorando de vergüenza, que el Estado judío comete un genocidio en Gaza. Israel aniquila el sitio y extermina al grupo humano que allí vive. La destrucción física del espacio gazatí es sistemática: casa tras casa, edificio público tras edificio público, infraestructura tras infraestructura. Piense en su barrio: la escuela de sus hijos, la policlínica, el centro comercial, la plaza de juegos, los edificios de casas. Imagínese que todo, absolutamente todo, es borrado de la superficie. Nada de casas, nada de barrio, nada de comundiad. Eso es hoy Gaza. Un lugar que albergaba a más de dos millones de personas se ha transformado en un inmenso terreno baldío, grado cero. Escuelas, clínicas, tiendas, cañerías de agua, electricidad y saneamiento, rutas, veredas -todo se ha transformado en cenizas y polvo. Según datos calculados a partir de imágenes aéreas, 70% de las construcciones de la banda han sido totalmente destruídas o son inhabilitables -y eso antes incluso del « Merkavot Gid’on B » (Ndr: operación Carros de Gedeón, mayo 2025), y la promesa del ministro de Defensa a los rabinos del sionismo religioso de que “Gaza parecerá Beit Hanoun” (Ndr: demolida por completo, buscar en Wikipedia).

Un lugar que albergaba a más de dos millones de personas se ha transformado en un inmenso terreno baldío. Eso es hoy Gaza.

La masacre masiva de habitantes es más caótica todavía que la destrucción del espacio físico. Ella es llevada a cabo por bombardeos desproporcionados, el derrumbe del sistema de salud y, paroxismo del horror, por la hambruna. Al crear deliberadamente una hambruna masiva, al impedir expresamente la entrada de alimentos y de ayuda humanitaria, al desmantelar el sistema internacional que distribuía ayuda en centenares de puntos a lo largo y ancho de la banda y al reemplazarlos por solo cuatro: tres al sur y uno al centro. Al norte, nada. Todo eso para obligar a los Gazatíes a desplazarse. Como se atrae a un perro hacia afuera de una casa, con un plato lleno de comida. Las cifras de quienes mueren de inanición son inimaginables. Las imágenes hielan la sangre. Israel destruye Gaza.

Somos pocos pero tenemos peso. Debemos luchar contra nuestra familia: apoyar a los objetores de conciencia…

Somos pocos, pero tenemos peso. Debemos luchar en conjunto contra nuestra familia: apoyar a los objetores de conciencia, llamar a la aplicación de sanciones contra Israel y a la realización de investigaciones internacionales.

Entonces… ¿cómo seguir viviendo al ser parte de un colectivo que perpetra un exterminio? ¿Cómo levantarse cada mañana y mirar a los ojos al almacenero que vuelve del servicio de reserva militar, al soldado que está sentado en el café, al vecino que sostiene un cartel que dice “Juntos venceremos”? Lo más simple es mirar a Ben Gvir o a Bezalel Smotrich (nota al pie) y decirse que no tenemos nada que ver. Lo más calmante es pensar en esos dos fascistas de zócalo, que al contrario de sus homólogos italianos o alemanes no tienen ni clase ni estética, solo un racismo salvaje y una crueldad sádica, y tranquilizarse uno mismo. Lo más simple es escuchar a Smotrich declamar que es moral matar de hambre a los Gazatíes y no muy grave sacrificar a los rehenes. Lo más simple es menosprecia a Ben Gvir, que se excita ante la idea de limpieza étnica (“aliento a la emigración”, como lo llama) y decirse que eso no somos nostros.

Cuando el tambor de guerra hizo callar a las voces que advertían sobre crímenes de guerra, todos los componentes de la sociedad se encontraron encadenados a la complicidad con el crímen

Pero el proyecto criminal imperdonable de la destrucción de Gaza es un proyecto pan-israelí. No podría haber existido sin la cooperación -activa o silenciosa- de todos los componentes de la sociedad judía de Israel. El gobierno obtuvo la lealtad hacia ese crímen desde los primeros días de la guerra, cuando el ataque israelí sobre Gaza tenía la forma ya de un ataque total contra todo lo que fuera gazatí, un ataque que ni siquiera pretende ser solo sobre objetivos militares.

En ese momento, cuando el tambor de guerra hizo callar a las voces que advertían sobre los crímenes de guerra, todos los componentes de la sociedad se encontraron encadenados a la complicidad con el crímen. Como el nuevo llegado a la mafia, al que se obliga, delante del padrino y sus lugartenientes, a matar a un comerciante que no pagó su protección, sellando así una alianza de sangre con la “familia”. De esa manera, centenares de miles de israelíes respondieron al llamado a bombardear, aplastar, liquidar y hambrear. Centenares de miles que tienen una responsabilidad directa en la exterminación, y millones, indirectamente, ligados al pacto criminal y a su negación, o, cuando la negación ya no es posible, a su justificación.

Ningún colectivo profesional israelí se animó a emitir una protesta moral contra el exterminio

Ya no hay duda hoy y no puede haberla: lo que sucede en Gaza es Israel cometiendo crímenes contra la humanidad a una escala aterrorizante. Destruye todas las infraestructuras vitales y hambrea a su población. Además, declara oficialmente su intención de purificar etnicamente la banda, o de realizar la “visión Trump”, como Netanyahu -el Dark Vador israelí- llama al plan de purificación. E incluso hoy, cuando ya está todo claro y es difícil rechazar la acusación de genocidio, los iraelíes bajan la cortina y siguen con su vida cotidiana. Ningún colectivo profesional israelí se animó a emitir una protesta moral contra el exterminio: ni la asociación de médicos, muda de manera desmoralizante ante la destruccción sistemática del sistema de salud de Gaza y la muerte de más de 1500 miembros de su personal; ni los sindicatos de docentes, cuyo silencio ante la destrucción total del sistema educativo de la banda enseña a sus alumnos israelíes que todos los seres humanos no han sido creados a la imagen de Dios; ni la orden de abogados, cuyo presidente aparece reclamando la detención del ministro de Justicia porque éste cambió la cerradura de su escritorio para humillar al Fiscal General, pero no encuentra motivo para decir una sola palabra sobre los proyectos de transferencia y hambre del gobierno, o los bombardeos sobre los tribunales de Gaza, sobre la desnutrición y el maltrato a los presos palestinos en las carceles israelíes, transformadas en campos de tortura, o sobre la colaboración desesperante de la Corte Suprema con todo eso.

Los medios israelíes son el fogón tribal en el que Gaza se quema

¿Y los Medios israelies de masa? Inútil perder el tiempo con esos que se llaman “periodistas”, que se han puesto de acuerdo para no informar sobre el sufrimiento que infringimos a los habitantes de Gaza -complot que es un crímen profesional-, quienes durante meses azuzaron la guerra y permitieron la incitación a los crímenes, que continuan hoy impidiendo cualquier crítica, que no han dicho una palabra sobre la muerte sistemática de periodistas en Gaza, ni contra la decisión del gobierno de no dejar entrar a periodistas independientes -ni siquiera en los tanques del ejército, ni siquiera para servir al discurso del portavoz oficial. Los medios israelíes son el fogón tribal en el que Gaza se quema.

Uno no elige a la familia, e Israel es mi familia. Y es una familia criminal. Entonces, ¿cómo seguir viviendo con semejante familia? Todo está contaminado. El mismo día en que el diario Haaretz publicó decenas de fotos de niños famélicos creados por nuestras manos, la cadena 13 emitió un programa promocional sobre la alta gastronomía israelí y las estrellas Michelin que nuestros grandes Chefs recibirían en breve.

Michael Corleone pensaba poder seguir en su familia sin llevar una vida criminal. Al final, heredó el lugar de su padre y se volvió el gran padrino de la organización mafiosa de la familia. Hay dos maneras de evitar ese destino: la primera es divorciarse de su familia. Estos dos últimos años, muchos se han ido efectivamente del país. Pero hay otra opción: combatir a la familia. Verdaderamente combatirla. Comprender que en este punto, la familia es el enemigo.

El problema no son, lo repito, Ben Gvir y Smotrich. El mal surge de númerosos lugares del llamado “liberalismo anti-Bibi” propio de nuestra deformada realidad israelí. Pero -y es muy importante esto- hay también miembros de la familia que se rebelan. Docentes, artistas e intelectuales, abogados, periodistas, médicos, trabajadores sociales, universitarios, y numerosos militantes que han tenido el coraje de elevar su voz contra la destrucción en Gaza, con peticiones, videos y manifestaciones.

Somos pocos, pero no sin peso. Juntos, tenemos que luchar contra nuestra familia por todos los medios no violentos. Seguir la vía de Abraham nuestro ancestro quien, según el midrash, quiebra los ídolos a los cuales su padre rendía culto; la vía de Moises, quien se insurge contra su familia adoptiva egipcia para conducir a un pueblo de esclavos hacia la libertad, y la vía de todos los profetas que recriminaron al pueblo pecador y a los reyes criminales. En términos de hoy, eso significa apoyar a los objetores, alentar las investigaciones internacionales y llamar a la imposición de sanciones y al aislamiento político de Israel. Inscribir en el cuerpo lo que no penetra en la cabeza y el corazón, preservar una isla de valores humanos y, sobre todo, parar el exterminio”.

Notas al pie:

Ben Gvir y Bezalel Smotrich: los dos ministros de extrema derecha del gabinete israelí que se enfrentan a sanciones del Reino Unido, Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Noruega, y que son fundamentales para la supervivencia política del primer ministro, Benjamin Netanyahu. Este formó en 2022 el gobierno más derechista de la historia de Israel tras negociar una coalición con Bezalel Smotrich, cuyo partido, Sionismo Religioso, tiene 14 de 120 escaños en la Knéset —el parlamento del país— e Itamar Ben Gvir, líder de la formación Poder Judío, que suma seis diputados. Las dos formaciones reúnen únicamente 20 de los 67 escaños de la coalición en el Parlamento, pero su influencia es enorme, ya que si la abandonan —como ambos amenazan repetidamente con hacer— el Gobierno caerá).

artículo archivado en hebreo: https://archive.md/sJqXp

Michaël Sfard (מיכאל ספרד) representa a varias organizaciones de defensa de los derechos humanos, como Yesh Din, B’Tselem, et Breaking the Silence. Tiene en marcha varios procedimientos judiciales contra la construcción de colonias, el muro de la separación, las expulsiones forzadas y otras políticas de ocupación y apartheid. Su último libro se títula “Ocupación desde el interior”, fue publicado este año 2025, y propone un análisis crítico de la larga ocupación de los territorios palestinos y la erosión de la democracia israelí. Muestra cómo el régimen militar en Cisjordania influyó en la política interior de Israel, en particular en la desviación autoritaria y las reformas judiciales recientes.Su anterior libro, “The Wall and the Gate” (2018) -también disponible en inglés-, cuenta sus batallas jurídicas contra la ocupación y se pregunta sobre el papel del derecho: ¿herramienta de protección o instrumento de dominación?Buena pregunta para todas las democracias.

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