Opinión
Crónicas de la pandemia: La crisis es clasista, por Alvaro Hilario

Alvaro Hilario (desde Portugalete, País Vasco)
Solo la primavera, llegando de a poco a nuestras calles, parece conservar el ritmo normal que todo acostumbraba a tener hace unos pocos días. Son ya 13 los días de aislamiento, dos menos en Estado de Alarma, y 15 más los que, como mínimo, se vienen por delante.
Los días pasan despacio, monótonos, pero envueltos en una vorágine de acontecimientos que, al ritmo del contagio, se suceden a nuestro alrededor (¿O debiéramos decir a nuestro margen?), haciendo que la situación sea aún más confusa y sorprendente.
El salto que el covid 19 ha dado hasta tierras americanas hace que el espectáculo cobre una nueva dimensión para todas aquellas personas que tenemos el castellano como principal lengua vehicular. Si antes intuíamos que los despropósitos de las clases políticas y las élites económicas se contagiaban al ritmo del virus, tenemos ahora la certeza de que el capital reacciona de una sola forma, rapaz y torticera, que hoy, viernes, 27 de marzo, en entrevista realizada en Hala Bedi, Raúl Zibechi definía como caracterizada por “lo peor de China y lo peor de Occidente”. Esto es, aislamiento y control social de la población, pero, a diferencia de China, “manteniendo la acumulación de capital”, manteniendo las fábricas abiertas.
Un lugar para los abrazos
Nunca antes en estos últimos 20 años había sentidos más cercanos mi País Vasco y mi Río de la plata, sometidos a la misma incertidumbre, devorados por las mismas preguntas que, en estos momentos, se abren paso en un mismo idioma que quizás nos ayude a construir saberes con los que afrontar colectivamente todo esto que se nos viene; idioma este que también nos permite transmitir una infinidad de deseos y mandar todos esos abrazos que hoy, por desgracia, no podemos darnos. Digo esto, antes de otras consideraciones, porque quiero que tengamos un momento para mandar ánimos a quienes sufren y, en concreto, a todas esas personas de nuestra comunidad, del mundo de la comunicación horizontal, que se han visto golpeados por el virus en estas semanas. Como el compañero Juan Ibarrondo (fundador de medios populares como la revista antiautoritaria “Resiste” o la radio libre Hala Bedi, de Vitoria; escritor, guionista, compañero y amigo), que ha sufrido pérdidas familiares. Y como el compañero Pablo Solanas, colaborador de La Columna Vertebral y partícipe de un buen número de experiencias comunicacionales en Colombia y Argentina. Un abrazo, hermanos.
Al capitalismo se le saltan las costuras
A medida que pasan los días, al sistema se le van saltando las costuras. No se paraliza, no colapsa, pero todos los días nos desayunamos con alguna nueva mala noticia que nos desnuda la amoral identidad del capitalismo, de la voracidad y la codicia que nos han conducido a la situación actual.
Caracterizaremos la situación a grandes rasgos: la población aislada físicamente, recluida en sus hogares, bajo la amenaza del virus y de los cuerpos policiales y militares dispuestos por las autoridades que han decretado el aislamiento. Aislamiento que no es total porque, en todo el Occidente libre, desde Turín hasta Santiago de Chile, pasando por Portugalete y La Plata, no se ha detenido la actividad económica, no se ha detenido la actividad industrial ya que las autoridades, esas que han decretado nuestro arresto, laten al compás de las élites económicas y no de la ciudadanía a quien dicen representar.
Sin embargo, los despidos no cesan. No estamos hablando de suspensiones temporales de la actividad laboral, de expedientes reguladores temporales de empleo, ERTE, sino de cese de la relación entre la persona contratada y la empresa. Despidos que, para el caso del Estado español, hay quien ya cifra en un millón. Además, están los ERTE.
“A medida que pasan los días, al sistema se le van saltando las costuras. No se paraliza, no colapsa, pero todos los días nos desayunamos con alguna nueva mala noticia que nos desnuda la amoral identidad del capitalismo, de la voracidad y la codicia que nos han conducido a la situación actual.”
Tan pesada viene la mano que el Gobierno español ha aprobado hoy mismo, en Consejo de Ministros extraordinario, una moratoria en los despidos que tiene como objetivo canalizar los ajustes de plantilla a través de los ERTE. Así, durante la crisis, el Gobierno prohíbe a las empresas realizar despidos. “No se puede utilizar el coronavirus para despedir”, ha manifestado la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
La crisis, como todas, es clasista. Hay quien pasa la reclusión en un country y quien lo hace en un apartamento de dos ambientes en Capital; quien trabaja desde casa con su computadora y quien debe ir a la fábrica, el super o el hospital.
La ciudadanía que no debe ir a laburar permanece en sus casas amarrada por el miedo y el monopolio de la violencia, por las fuerzas armadas del estado. En este armado, es imprescindible el papel de los medios de formación de masas, máquinas de fabricar miedo y de alabar la inexistente tarea social de las fuerzas armadas, fuerzas armadas que, recordemos, se reservan unas multimillonarias cantidades de los presupuestos de todos los estados que bien podrían destinarse a gasto social y no a defender los intereses económicos del 1% de la población que controla la mayor parte de los recursos económicos mundiales.
“Siendo animales sociales, esta angustia habría de ser enfrentada de modo colectivo.”
Más madera, es el capital
He estado días sin encender la televisión. Lo monotemático de todas las programaciones y las reposiciones de las mismas películas me han ahuyentado del sofá. Como también lo hace esa maldita visión única de los acontecimientos que no se cansan de transmitir: balcones, unidad nacional; unidad nacional, ejército y policía.
No he dejado, sin embargo, de escuchar radio; aunque en esto, como con las redes sociales, hay que poner límites para que la cabeza pueda respirar. Quien más, quien menos sabe lo que es pasar un par de horas atendiendo a dos o tres conversaciones diferentes a la vez por whatsapp.
Ayer, prendí la caja tonta. Al igual que en la radio, la publicidad, esa chispa inherente al capital, no se detiene. Es cierto que ya no pasan propagandas de viajes en crucero ni las muy habituales de comparadores de seguros, autos y compañías que compran autos usados. En estos dichosos días, las propagandas corren de la mano de todas esas compañías que se benefician de mercados cautivos (nunca mejor dicho), como las compañías telefónicas y las eléctricas. A ellas se unen todas las que están haciendo caja con la crisis: todas las empresas de juego online (otra tradicional lacra capitalista aumentada al infinito gracias a las NTI) y de entretenimiento, las grandes cadenas de alimentación, los bancos… Todas incluyen algún mensaje de pretendido ánimo o utilidad social, burdo remedo de disculpa por el fangote de guita acumulado.
Esta misma semana, cambiando impresiones con un amigo y compañero sobre el colapso o no del sistema capitalista, decía yo que el sistema funciona; que unos sectores no producen, pero que lo hacen otros (como alcoholes, barbijos). También, señalaba, hace ya tiempo que la globalización ha convertido todo el sistema en un juguete en manos de los capitales especulativos, capitales que no están relacionados con la producción y que buscan beneficios en plazo inmediato, y que este era un momento muy bueno para estos especuladores –eso que llaman mercado- y para que el proceso de concentración de capital en pocas manos se acelerase; que estos capitales no tienen patria; que, en definitiva, el sistema funcionaba. Y los perjudicados, los de siempre.
“Habrá que apuntar esta tarea de reconstrucción de identidades de clase, de recuperación de nuestras manos, nuestro trabajo y nuestra vida en la lista de la compra. Y mucho amor.”
El compañero no estaba de acuerdo: con gran parte de la población sin producir ni consumir, estamos fuera de toda lógica capitalista. Y las élites económicas locales y regionales aún tienen algo que decir: ni el mundo está tan globalizado ni se puede prescindir de la producción industrial tan alegremente, menos todavía cuando, como en el caso vasco, el centro de gravedad de la economía se ha ido trasladando, poco a poco, de la industria al sector terciario, al sector servicios, con especial importancia de turismo y hostelería, subsectores en plena debacle en estos tiempos de crisis.
Y sí, las élites económicas están nerviosas. En Gran Bretaña, en Estados Unidos (donde 3 millones de personas pidieron el subsidio de desempleo solo en esta semana), en España, en Italia y en el País Vasco, por ejemplo, las patronales piden que se siga produciendo para que el día después no sea peor. Les importan más los beneficios que la salud de la gente que labura.
Por otro lado, el celo con el que las diferentes policías se emplean para que se mantenga el confinamiento brilla por su ausencia si de comprobar las medidas de seguridad para evitar el contagio en los centros de trabajo se trata.
Los gobiernos respaldan estas directrices a la par que intentan buscar soluciones económicas para paliar el desastre que se viene sobre los hogares más humildes y las empresas familiares y/o más chicas, como pueden ser los quioscos y todos los emprendimientos personales, de autónomos. Esto parece tener difícil solución si la respuesta a la crisis recae sobre papá estado.
Sin consumo la inviabilidad de los diferentes capitalismos estatales está cantada y, por otro lado, unas capas populares ya despojadas y carenciadas podrían optar por el estallido social si las cosas, como parece, empeoran. De ahí propuestas como la realizada por Luis de Guindos, ex ministro de Economía español con Mariano Rajoy y actual vicepresidente del Banco Central Europeo, de crear una “renta mínima de emergencia”. “Tiene que actuar el Estado en este período transitorio para que después de la crisis sanitaria, con un impacto económico intenso y profundo, no se produzca una crisis social”.
Sí, el capital tiene miedo de la revuelta y es por ello que ha sacado los tanques a la calle. Puede que las medidas ante una emergencia médica nunca antes imaginada se tomen a las apuradas, sin previsión alguna, pero no sucede lo mismo si de controlar a la población se refiere.
Esto lo estamos viendo en Italia, en las calles del País Vasco (donde pareciera que el virus puede combatirse poniendo, una y otra vez, el himno español desde los vehículos blindados del Ejército) y. con especial virulencia, en las villas y barrios carenciados de Sudamérica. Mucho trabajo para la gendarmería argenta o para las fuerzas armadas uruguayas que lo suyo han aprendido de prácticas antimotines en el Congo y Haití.
El rostro de la crisis
No sabemos quién va a pagar la factura. Mientras el sector privado se borra de la escena, parece ser que va a ser el Estado quien pague los platos rotos, como en 2008. De ser así, llovería sobre mojado. Podemos imaginarnos una etapa de ajustes y recortes en el gasto social más severos que los sufridos durante la década anterior. En un lugar como el Reino de España, donde el estado del bienestar se desmanteló antes de estar construido, con una estructura económica endeble y un desempleo estructural grande, el futuro no es nada halagüeño.
Zibechi, en la radio, sugería que deben ser las empresas que tanto capital han acumulado en estos últimos 30 años, como la Banca, quienes se hagan cargo de pagar los platos rotos de esta situación a la que nos han conducido y que esta emergencia sanitaria no ha hecho más que resaltar, poner negro sobre blanco.
Hemos oído, en estos tiempos, en infinidad de veces, decir que la crisis tiene rostro de mujer y los tiempos del coronavirus no hacen más que subrayar tal afirmación. En nuestro pequeño país vasco, ese que nuestra derecha quiere vender como el “oasis vasco”, un país con mayoría de gente grande, de población envejecida y crecimiento natural inexistente, el mercado laboral reposa en gran parte en los servicios, sector precarizado hasta la saciedad.
En este tenemos algunas actividades fundamentales en estos días y precarizadas hasta la saciedad: el negocio de la alimentación, la limpieza y los cuidados a mayores, a la gente grande. Empleos desempeñados mayoritariamente por mujeres. Lo mismo podríamos decir de hostelería y comercio, unidos al turismo, que se encuentran cerrados y cuentan con una mano de obra femenina en gran proporción.
“En ambas márgenes del Atlántico existe una angustia provocada por lo desconocido, por la virulencia del capital y por lo complicado del momento actual, de la coyuntura. Siendo animales sociales, esta angustia habría de ser enfrentada de modo colectivo.”
Si miramos hacia el cuidado a la gente grande nos encontraremos con que la gente empleada en ello suele ser mujer e inmigrante, que en rara ocasión (como las empleadas de limpieza doméstica) tienen contrato y que al ser los ancianos grupo de riesgo se han quedado sin laburo y sin sueldo.
Más allá de quién pague la factura, estas trabajadoras ya están sufriendo los efectos de la emergencia sanitaria y no tienen ninguna cobertura.
Si el estado y sus soluciones militares no funcionan para las clases populares, habrá que responder desde lo colectivo. Al capitalismo se le saltan las costuras.
En este mundo caracterizado por unas cada día más y mayores carencias en nuestras condiciones de vida y trabajo, agudizadas por este fenómeno del covid 19, la familia tradicional, fuente reproductora de mano de obra, está siendo golpeada. El cambio en las costumbres, en las mentalidades, en la cultura y la aparición de otras realidades, otro tipo de familia más allá de la clásica heteroparental, no ha hecho tanto daño a la familia clásica como el producido por su tutor, el capitalismo. La precarización de trabajo y sueldo, la desaparición del trabajo genuino, la desigualdad entre ingresos y gastos, el costo de la vivienda, la usura, han ido provocando que en las familias trabajen las dos personas que componen la pareja; han provocado que la natalidad disminuya y que se tenga descendencia a edad más avanzada. Esto ha ido dejando desamparada a nuestra gente grande, a nuestros mayores: de la tradicional atención familiar hemos pasado a que esta sea ejercida por el Estado.
En estos días, vemos la cruda realidad que encierra la atención a la tercera edad. El coronavirus está desnudando lo inhumano de esta atención, de este trato que si ya era malo, ha llegado a ser lo peor después de los recortes de los últimos años.
A fecha de hoy, en el Estado español, se registran 64.095 casos confirmados de contagio por coronavirus y 4.934 muertes. En las últimas 24 horas, han fallecido 769 personas. 9.500 profesionales de la Sanidad, contagiados. Dos de cada tres muertos son mayores de 80 años; un tercio del total de decesos corresponde a ancianos ingresados en residencias.
Nuestros mayores, muchos de los cuales padecieron la guerra de 1936-1939, desatada por el golpe de estado fascista, y la posguerra; nuestros mayores, que con sus pequeñas pensiones de jubilación mantuvieron a flote a no pocas familias durante la última crisis, esos que llevan más de un año de lucha por un sistema de pensiones digno, mueren a cientos en morideros de viejos. Al capitalismo se le saltan las costuras.
Responder desde lo colectivo
El democratacristiano Partido Nacionalista Vasco (PNV), creador de la institucionalidad vasca que lleva dirigiendo desde hace tres décadas, acostumbra a referirse a la comunidad autónoma que gobierna como el “oasis vasco”. Los males que aquejan a España no se dan acá.
Sí es cierto que una buena parte de la población –toda la que vota al PNV y al socialismo, al menos- vive satisfecha con el estado de las cosas y confía en sus autoridades. No se puede generalizar ni estigmatizar a grupos de población, pero me atrevería a decir que la aceptación del actual autoritarismo y de los eslóganes que el poder lanza es mayor en los barrios de clases burguesas -baja, media y alta- que en los barrios menesterosos. Cuando se es el último en el reparto, suele pasar.
Teniendo como referente lo que compañeras, amigos y familiares me cuentan respecto al tema de aplausos y otros espectáculos de balcón, estos son más fervorosos en el centro burgués de las ciudades, incluyendo en sus aplausos a las fuerzas policiales, algo que en los barrios populares yo, al menos, no vi aún.
Como en otras ocasiones, tenemos una parte de la población satisfecha y que espera que el sistema representativo de solución a sus necesidades y demandas.
Tenemos otro grupo poblacional, más disperso, menos homogéneo, que desconfía y pone en marcha su capacidad de crítica, de análisis, de trabajo y colaboración para, siquiera, entender qué está sucediendo. En ambas márgenes del Atlántico existe una angustia provocada por lo desconocido, por la virulencia del capital y por lo complicado del momento actual, de la coyuntura. Siendo animales sociales, esta angustia habría de ser enfrentada de modo colectivo.
Así se está haciendo en relación a otro tipo de necesidades y carencias (que varían dependiendo de las regiones y su situación económica), como las redes solidarias para atender a gente grande y demás; como todas las redes de afecto, amor y política que tanto bien nos hacen a la hora de contenernos.
Hemos de decir, en este sentido, que en plena acrítica aceptación de lo que sucede y de las medidas que nuestras autoridades toman, nos encontramos con el hecho de que tanto como individualidades como colectivo no tenemos herramientas, no tenemos saberes, para poder comprobar si es cierto lo que nos dicen, si las medidas que se toman son las acertadas. No tenemos información y sin información, no hay poder.
Hasta tal punto estamos alienados que hemos perdido los saberes colectivos, los tejidos sociales que nos han hecho sobrevivir como raza y como clase.
Habrá que apuntar esta tarea de reconstrucción de identidades de clase, de recuperación de nuestras manos, nuestro trabajo y nuestra vida en la lista de la compra. Y mucho amor.

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“El país del no me acuerdo”, por Marcelo Cosin

Un país raro, el nuestro. Argentina, proviene del latín: argentum. Argentum significa plata. Es decir, guita. Tarasca. Biyuya. Mosca. Mangos.
Y Cristina insiste en que la nuestra es una economía bi-monetaria. Peso y Dólar. Y Milei ya ni se acuerda que hace poco tiempo atrás llamó al peso argentino “excremento”. Y Caputo, el Toto, dijo: “ahora quiero que la gente crea que vamos camino a tener un Peso Fuerte”. Peso Pesado.
Perón exclamó en un discurso de 1948: “¿Alguno de ustedes ha visto un dólar?”. Nadie, en la Argentina, sabía cómo era un dólar. Un país raro. Sin dudas.

Estos son los datos más recientes de inflación de diferentes países en el mundo:
Argentina: 229.8%
Zimbabue: 635.3%
Turquía: 60.9%
Venezuela: 59.6%
Sudán: 200.1%
Sudán del Sur: 120.6%
Egipto: 33.3%
Nigeria: 32.5%
Irán: 31.7%
Pakistán: 23.4%
Estados Unidos: 2.3%
España: 1.9%
Japón: 3.6%
México: 3.93%
Brasil: 5.53%
¿No es raro que seamos más parecidos a Zimbaue (635% de inflación anual) que a España, por ejemplo (1.9% de inflación anual)?
También sé que el Mundo está raro. Desde hace mucho. Un filósofo contemporáneo llamado Mark Fisher, crítico cultural y escritor británico, conocido por su análisis del capitalismo y la cultura contemporánea, que murió en 2017, analiza en su obra ‘Lo raro y lo espeluznante’, cómo ciertos fenómenos culturales y sociales generan una sensación de inquietud y desconcierto. Fisher también desarrolló el concepto de realismo capitalista, que describe la dificultad de imaginar alternativas al sistema actual, lo que contribuye a la percepción de un mundo cada vez más extraño.

¿Ya nadie se acuerda?
Ya nadie se acuerda de que Galileo Galilei fue un astrónomo y físico que defendió el modelo heliocéntrico de Copérnico, lo que lo llevó a enfrentarse con la Inquisición. En 1633, fue juzgado por herejía debido a su apoyo a la idea de que la Tierra giraba alrededor del Sol, lo que contradecía la doctrina oficial de la Iglesia en ese momento.
¿Ya nadie se acuerda como empezó Hitler su persecución a los judíos? La persecución de los judíos por parte de Hitler comenzó poco después de que asumiera el poder en 1933. Desde el inicio, el régimen nazi promovió una intensa propaganda antisemita, culpando a los judíos de la crisis económica y la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial. Las primeras medidas incluyeron el boicot a negocios judíos en abril de 1933 y la Ley para la Restauración del Servicio Profesional Civil, que excluía a los judíos de empleos gubernamentales. En 1935, las Leyes de Núremberg les quitaron la ciudadanía alemana y prohibieron los matrimonios entre judíos y no judíos. A medida que el régimen se radicalizaba, la violencia aumentó, culminando en la Noche de los Cristales Rotos en 1938, cuando miles de negocios y sinagogas fueron destruidos. Estos eventos marcaron el camino hacia la Solución Final, el plan nazi para el exterminio sistemático de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
Ya nadie se acuerda del plan económico de Alfredo Martínez de Hoz en la dictadura de Videla. Algunas de sus medidas clave incluyeron: Congelamiento de salarios y eliminación de controles de precios, lo que provocó una caída del ingreso de los trabajadores en un 40% entre 1976 y 1980.Endeudamiento externo masivo, con préstamos del FMI y otros organismos internacionales. Privilegios para el capital financiero, lo que llevó a la especulación y la famosa época de la “plata dulce”. Desregulación del comercio exterior, favoreciendo la importación y afectando a la industria nacional. Represión sindical, con la disolución de la CGT y la prohibición de huelgas. Este modelo económico profundizó la desigualdad y dejó una deuda externa que condicionó el desarrollo del país por décadas. Aunque hoy no se menciona tanto en el debate público, sus efectos aún se sienten en la estructura económica argentina.
Estos ejemplos de “casi no me acuerdo” son minucias, casi anécdotas. Como por ejemplo que en la última semana de diciembre del 2001 De La Rúa renunció después de dejar 33 muertos por protestar por el corralito de Cavallo, que hoy aún, da opiniones de cómo salir de la “crisis”. O cuando Rodríguez Saa anunció que la deuda no se pagaba y lo aplaudieron algunos que hoy votan en el Congreso a favor de los DNU de Milei.
Tampoco se acuerdan que Raúl Alfonsín fue presidente la República como candidato de la UCR, la misma que hoy acompaña al ultraderechista Javier Milei.
También nos cuesta recordar quien fue José López Rega y que hizo un tal Aldo Rico en los comienzos de la democracia.
Este es un país raro. Sin buena memoria. O sin memoria.
También nos olvidamos que un presidente llamado Menem ganó unas elecciones prometiendo un salariazo y empezó por darle la economía de su gobierno al Grupo Bunge y Born que fue la empresa que financió la idea del neoliberalismo a partir de la campaña publicitaria de La Nueva Fuerza impulsada por un liberal llamado Álvaro Alsogaray que hoy sería considerado por Milei como un comunista más porque decía que la educación, la salud y la vivienda debían estar en manos del Estado.
Un país raro. Con poca memoria. Con un avanzado estado de descomposición.
Para ir un poco a la actualidad, Cristina Fernández de Kirchner no se acuerda de que fue vicepresidenta de un tal Alberto Fernández a quien públicamente un sábado a la mañana lo ungió como candidato a presidente y gracias a eso gobernó cuatro años ninguneándola y sin atender a sus llamados mientras murmuraba “otra vez esa vieja de mierda”.
Sin dudas, para mi juicio, Néstor y Cristina Kirchner fueron los dos mejores presidente y presidenta del siglo XXI, pero no fueron perfectos. Néstor se murió muy joven. No sabemos que hubiera sido del país con un segundo mandato con la experiencia acumulada. Pero perfectos, no. Cristina debería reconocer que se equivocó varias veces. Especialmente en la elección de candidatos. Tenía la suficiente fuerza para oponerse a Scioli. O para sostener a Wado. No lo hizo. Tampoco puede reconocer que posiblemente su etapa esté cumplida y su carisma se hubiera aplicado a lo que dijo en un discurso…” Que alguien agarre el bastón de mariscal”.
Pero El País de no me acuerdo, sigue vigente.
No nos acordamos que Alfonsín dijo que si la sociedad se derechizaba había que acostumbrarse a perder elecciones.
No nos acordamos que la CGT desde Ubaldini no es la CGT de los trabajadores sino la CGT de los empresarios.
No nos acordamos que el Chino Navarro y Pérsico lucraban con los planes sociales.
No nos acordamos que Lousteau casi es Jefe de Gobierno ni que Larreta prácticamente se consideraba presidente.
Un país raro. Sin memoria. Quizás sin futuro.
Publicado en Bardo Moments
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Síntesis de las medidas de gobierno. Oposición se busca, por Marcelo Daniel Cosin

El gobierno de los hermanos Milei tiene diversas caras, máscaras y caretas. Hoy podemos intuir, al menos, que Javier Milei gana las elecciones producto del fracaso de, al menos, los gobiernos de Macri y Fernández (ambos Fernández) como de la inconsistencia de la redundancia de estar atados al FMI. Milei es un gobierno que fue producido por grandes grupos millonarios y antinacionales como la AAE (Magnetto, Rocca Techint y Cia), el grupo América de Eurnekian y los intereses financieros de los grandes grupos financieros. Es cierto que la figura de Milei es disruptiva, psicopática y desequilibrada. Pero eso es una de las máscaras. La verdadera es desvalijar a los ciudadanos y ciudadanas argentinas (jubilados en primer lugar) para acrecentar la fortuna de unos pocos.
El verdadero problema para terminar con este agobio que puede derivar en una guerra civil y policial de proporciones radica en la abstinencia de la oposición. No hay oposición. La oposición es débil y confronta internamente. El socialismo o la izquierda también está fraccionada y no logra sumar adeptos.
El resumen es que el futuro es más que incierto. Sin la aparición de nuevos dirigentes con carisma que encaren un programa de acciones específicas para derrotar al gobierno de Ultra Derecha tenemos Milei o Mileies para rato.
Los hechos que demuestran la política de entrega de Milei y compañía
1. DEUDA La deuda total de la Argentina alcanza a US$ 466.686 millones. Cada argentino, incluidos los bebés de 6 meses y uno que recién nación menos una que recién murió deben 9.932 dólares. Incluido el indigente que duerme en la calle y come algo una vez al día. De esta deuda total, solamente en un año, Milei, su hermana y Caputo, entre otros, agregaron 61 mil millones de dólares.
2. HOSPITAL GARRAHAN Sólo con el presupuesto asignado a la SIDE para espiar periodistas y ciudadanos el Hospital Garrahan podría financiar sus necesidades que sirven para salvar la vida de niños, entre otros, enfermos de cáncer. (El presupuesto asignado a la SIDE (Secretaría de Inteligencia) en 2025 ha sido ampliado en 33.000 millones de pesos, alcanzando un total de 80.872 millones de pesos en los primeros cinco meses del año)
3. ESTAFA $LIBRA – La estafa de la criptomoneda $LIBRA ha generado un gran escándalo en Argentina y Estados Unidos. La justicia ha congelado 57,5 millones de dólares en criptoactivos vinculados a Hayden Davis, el empresario detrás de la moneda, que fue promocionada por el presidente Javier Milei
4. INSULTOS – hay estudios que han cuantificado los insultos y descalificaciones del presidente Javier Milei hacia periodistas, economistas y políticos. Según un análisis del Centro de Datos de Chequeado, desde su asunción en diciembre de 2023, Milei ha pronunciado al menos 1.051 insultos, descalificaciones o ataques en discursos, entrevistas y redes sociales, con un promedio de 2,4 por día. (https://chequeado.com/…/el-insulto-en-el-discurso-de…/)
5. REPRESIÓN A JUBILADOS – Los medios contabilizan 1.231 heridos y 132 detenidos en distintos operativos policiales en las marchas de jubilados de los días miércoles en el Congreso Nacional.
6. EL CIINE ARGENTINO – Algunos datos clave sobre la situación actual:Cero películas aprobadas en la primera gestión del INCAA bajo Milei.Despidos masivos en el sector audiovisual, con más de 170 trabajadores cesanteados.- Caída del cine nacional en taquilla, con una participación de apenas 2,19%, la más baja desde 1997.- Recorte del 71% en subsidios al cine argentino en comparación con 2023.- Posible cierre de Cine.ar y venta del cine Gaumont, según declaraciones de Pirovano.La comunidad cinematográfica ha denunciado que estas políticas han llevado a la destrucción del cine nacional, afectando a más de 600.000 familias que dependen de la industria. Además, festivales emblemáticos como el Festival de Mar del Plata están en riesgo de cancelación
7 TEATRO La crisis económica ha golpeado fuertemente al teatro en Argentina. En el primer cuatrimestre de 2025, la venta de entradas cayó un 7% en comparación con el mismo período de 2024. Esta baja se suma a la caída del 10% registrada en 2024 respecto a 2023, lo que marca una tendencia preocupante para el sector. (https://www.pagina12.com.ar/825395-la-actividad-teatral…) La Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (AADET) ha señalado que el ajuste económico y los ataques a instituciones culturales han sido factores clave en la disminución de espectadores
8 GUERRA CONTRA EL PERIODISMO – Según un informe de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la OEA, se ha registrado un deterioro acelerado en el ambiente para el ejercicio de la libertad de expresión en Argentina, con una baja tolerancia del Ejecutivo hacia las críticas.Ataques verbales: Milei ha utilizado términos como “sicarios con credencial de supuestos periodistas”, acusando a la prensa de manipulación.Restricciones en la Casa Rosada: La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) expresó preocupación por la resolución que limita la acreditación de periodistas en la sede del gobierno.Amenazas y hackeos: El periodista Hugo Alconada Mon denunció intentos de hackeo y amenazas tras revelar un plan de la SIDE para monitorear periodistas y economistas.Solicitada de dirigentes: Un grupo de políticos, incluyendo figuras del PRO, firmó un documento pidiendo a Milei que cese el “hostigamiento contra periodistas”, denunciando descalificaciones y amenazas.Encuestas sobre la percepción pública: Un estudio de Zuban Córdoba reveló que el 67% de la ciudadanía considera grave el uso de insultos contra periodistas, y el 63% cree que esto constituye un ataque a la libertad de prensa.
9 CAPUTO Luis “Toto” Caputo tiene una parte significativa de su patrimonio fuera de Argentina, principalmente en Estados Unidos y en la Isla de Man, un conocido paraíso fiscal. Según su última declaración jurada, posee aproximadamente 3 millones de dólares en cuentas en el exterior. Además, su patrimonio total declarado en 2023 fue de 15.900 millones de pesos, lo que representa un aumento del 2041% respecto al año anterior.
Bardo Moment, 29 de mayo de 2025.
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¿Quiénes le alfombraron el camino?, por Marcelo Daniel Cosín

“Hacelos Concha, Donald Trump” grita en las redes el nuevo líder del neonazismo, el Gordo Dan ¿Cómo llegamos a esta imagen? No fue por culpa de una historia de errores o equivocaciones, sino por debilidad política. Este es el resultado de 80 años de una mezcla de militarismo, reformismo, corrupción y contramarchas. Llegamos al Mileísmo porque nos embarraron con una cultura consumista de falso crecimiento. No pudieron ni el peronismo ni los militares ni los radicales ni los progresistas.
Nos hicieron creer que éramos otra cosa. No somos otra cosa. Somos pequeños. No supimos. No sabemos.
El peronismo fue la reivindicación. Desde el Estatuto del peón rural hasta la conquista de los derechos sociales y la Constitución del 49. La tercera posición fue innovadora. Pero fue reformismo. La revolución quedó en el pasado.
El militarismo -desde 1930, siguiendo en 1955, y sucediéndose alternativamente con breves períodos democráticos hasta el feroz golpe del 76- aportó espanto, persecución y muerte. Pero no sólo eso. Dio el paso inicial a la entrega del patrimonio, de los recursos, de eso que se llama soberanía.
Las dictaduras siempre fueron civiles y clericales y especialmente conservadoras. Inspiradas en el neoliberalismo de Reagan y Tatcher, lanzaron el consumismo disfrazado de felicidad.
El radicalismo, el de Illia, el de Alfonsín, el de De la Rúa, no fueron iguales. Pero siempre acomodando los tantos. Bajando la cabeza. Y en el caso de De la Rúa dejando muertos sembrando las ciudades.
Nos confundieron las luchas armadas. Nos engañaron los montoneros. Nos embaucaron. No es casualidad que gran parte de ellos, como los líderes del mayo francés, hayan terminado en la derecha, en la democracia débil y dirigida por el marketing político.
El reformismo del peronismo kirchnerista con Néstor prendiendo una luz de esperanza. Un líder que crecía desde abajo. Un estratega que suponía 4+4+4+4 con Cristina como continuadora. Reformismo. Ascenso social. Consumo. Capitalismo social. Tener auto.
El capitalismo como el mejor modelo siempre y cuando se lo limite. Estado, pero con mercado. Siempre medias tintas. Preparando el camino, despejando el camino, del neoliberalismo. Primero Scioli, después Alberto Fernández, Massa.
No son equivocaciones. Esos errores conceptuales nos llevaron a Milei.
Milei no vino por casualidad. Le alfombraron el camino.
Hoy, lo peor de lo peor está acá, entre nosotros. La Ultra derecha es poco.
Cuando cayó el muro de Berlín dijimos “algo estaba mal hecho”. Hoy, Trump expresó brevemente la realidad de estos tiempos: “Solo hay dos géneros: masculino y femenino”
Involución.
¿Qué nos espera?


“Sin archivos no hay derechos”: la advertencia de Andrés Pak Linares ante el vaciamiento de la memoria estatal

Raúl Godoy, trabajador de la fábrica recuperada Zanon: “Nos están asfixiando”.
