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Una historia de la Clase Obrera, por Leónidas Ceruti

Los libros de Leónidas Ceruti, “Aceiteros y Desmontadores Hacemos Historia 1947-2017. 70 años. Tomo I” (publicado por la Federación Aceitera) y en “Clase contra Clase. Argentina entre 1952-1976. El Quinto Relato”, son una impecable investigación histórica sobre las luchas obreras en Argentina. Exceden largamente la memoria de los Aceiteros porque ningún gremio actúa solo, se encuentra ensamblado en un contexto social, histórico, cultural y económico. Aquí compartimos algunos fragmentos seleccionados por el autor.

El plan de lucha de l 1963 de la CGT.
Durante enero del año 1963, se celebró el Congreso Normalizador de la CGT, en el que se eligió una nueva conducción, formada por dirigentes de las 62 Organizaciones Peronistas, y de los gremios independientes en partes iguales, designándose un secretariado a cuyo frente se ubicó a José Alonso, con la bendición de Vandor. Se decidió un Plan de Lucha, con cinco etapas, desde mayo de 1963 hasta julio de 1965, con un programa que incluía reclamos en lo social, económico y político. (….) La primera etapa se inició el 27 de mayo de 1963, con una semana de protesta, culminando el 31 con una huelga general nacional de 24 horas. Las otras etapas del Plan de Lucha de la CGT se implementarían durante el gobierno de Illia, y la conflictividad iría en aumento. Finalizaba otra etapa de enfrentamientos entre la clase obrera y la burguesía. Se dieron negociaciones, traiciones, tomas de fábricas, presentación de programas obreros, lo que trajo nuevas experiencias, donde no faltó la represión.
El gobierno de Illia y la CGT.
Al entregarle el 12 de octubre de 1963 José María Guido a Arturo Illía los atributos presidenciales, le traspasó también el poco cómodo cargo de adversario de la CGT. La relación del movimiento obrero con el nuevo gobierno radical, desde el comienzo fue conflictiva, ya que estaba en pleno desarrollo el Plan de Lucha de la CGT, que no se interrumpió ni se levantó con la asunción del nuevo gobierno. Con los años, en 1970, Ricardo Balbín, denunció que dicho plan fue gestado por Levingston y Alonso. A partir de la segunda mitad del 63, el sindicalismo sufrió un aislamiento relativo. En agosto Miguel Gazzera, dirigente sindical peronista, realizó un informe en el que aconsejaba seguir una línea de oposición frontal al gobierno de Illía, al que “hay que golpear violentamente con huelgas”. Ese era uno de los flancos débiles del radicalismo, sus escasas vinculaciones con los gremios. El 6 de diciembre, la CGT convocó a la primera huelga contra Illía, y al mes el Comité Confederal decidió el calendario de la Segunda Etapa del Plan de Lucha. El mismo consistió en ocupaciones masivas de fábricas durante mayo y junio. El secretario general de la CGT, José Alonso, calificó al gobierno como surgido “de un acto electoral fraudulento, en el cual los trabajadores no pudieron votar por sus candidatos ni ser electos”. Se cuestionaba la capacidad del gobierno, su lentitud, el creciente costo de vida y la desocupación. En febrero de 1964, se informó la continuación del plan de lucha, y Alonso declaró que las ocupaciones de fábricas eran actos legítimos. El movimiento obrero estaba organizado a través de distintos agrupamientos. Por una parte, se encontraban las 62 Organizaciones, que agrupaban a la mayoría de los sindicatos de obreros fabriles; por otra los Gremios Independientes, entre los que se encontraban sindicatos importantes como la Unión Ferroviaria y la Federación de Trabajadores de Luz y Fuerza; el Movimiento de Unidad y Coordinación Sindical (MUCS), de orientación comunista, y finalmente un agrupamiento antiperonista, que no forma parte de la CGT, los 32 Gremios Mayoritarios Democráticos.
El Vandorismo
Durante esos años, se fue dando un proceso donde se consolidó fundamentalmente el llamado “Vandorismo”. Las características de esa dirigencia gremial fueron: burocratización de los dirigentes y de las estructuras sindicales, integración al sistema político institucional, métodos autoritarios, negociaciones, pragmatismo, matonaje, utilización de la representatividad de los sindicatos en las disputas políticas dentro del peronismo. El poder de la burocracia sindical estaba sustentado entre otros factores en:*.- La Ley 14.455 de Asociaciones Profesionales, sindicato único, no federaciones, sindicatos nacionales, sindicatos de primer grado: negociaciones y disciplina dentro del gremio.*.- Poder Financiero de los dirigentes sindicales y los sindicatos. *.- Violencia y gansterismo de los gremialistas: control de la oposición.*.- Dominio de las elecciones de los gremios: Potestad de las Juntas Electorales. Entre 1957 y 1972, sobre 25 sindicatos con más de 25.000 afiliados, solo 2 derrotas electorales.
El ejemplo de esos dirigentes sindicales fue el “lobo” Vandor, como lo apodaban sus incondicionales 220.000 metalúrgicos. Negociador con empresarios y militares, fogueado en la resistencia, estuvo preso tres meses durante la “Libertadora”. Patotero, violento, fue la pesadilla de los radicales en los años de Illía, que se puso el saco y la corbata para asistir a la asunción del golpista Onganía. Fue el cerebro dominante del poderoso aparato de la CGT, que agrupaba hacia 1964 a unos dos millones de trabajadores y movía anualmente un presupuesto superior a los cien millones de pesos. A los 16 años trabajó en la fundición Renaud, en Rosario, luego en 1941 se incorporó a la marina como aspirante a suboficial en la Escuela de Mecánica de la Armada, llegando a cabo primero maquinista. Luego en los establecimientos Philips lo eligieron delegado de la fábrica. Con el golpe del 55, fue detenido y estuvo detenido cuarenta y ocho días en la Penitenciaria y noventa en Caseros. Encabezó la línea blanda dentro del sindicalismo, buscando el poder por la estrategia de la evolución en contraposición a Framini, hombre de barricada, de la línea dura, que buscaba el poder por la revolución.
Vandor, era pragmático y oportunista, intentó la creación de un proyecto político de los trabajadores, o sea un movimiento político de base sindical. Entre sus amigos estaban los dirigentes Amadeo Olmos y Miguel Gazzera. Principalmente durante 1965 y 1966, se dio el enfrentamiento entre Vandor vs Perón-Isabel, impulsando el llamado “Peronismo sin Perón”. Rodolfo Walsh, en un artículo periodístico del 22 de mayo de 1969 titulado ¿Qué es el vandorismo?, luego de historiar los orígenes y desarrollo de la industria metalúrgica, comentó el surgimiento y la personalidad de Vandor de esta manera “A propuesta de Paulino Niembro, que en su carácter de componedor de tendencias declina aspiraciones propias, el congreso de la UOM reunido en el Luna Park elige secretario general de la Capital a un delegado de la firma holandesa Phillips. Lo apodan, precisamente “el holandés”, alguno de los antepasados debió sustituir el Van Thorpe original por el de Vandor, con que figura en las boletas. Su prontuario “depurado en agosto de 1958, dice que nació en Bovril, provincia de Entre Ríos, el 26 de febrero de 1923.
Alrededor de este hombre ha de confluir la mayoría de expectativas, temores, ansiedades y mitos de la historia del gremialismo argentino. Es poco lo que se sabe de su pasado. Seis años transcurridos en la Armada, de donde egresó como cabo primero, alimentan la versión de que fue siempre un agente del servicio de informaciones navales. Otras fantasías se oponen a ésa: en junio de 1955 habría encabezado las columnas metalúrgicas que desafiando precisamente el bombardeo de la Marina acudieron en auxilio de Perón. Unos lo pintan regando con clavos Miguelitos los caminos de la represión, en el año 56, otro, negociando en secreto con los jefes de esa represión”. Luego vendría la época de Frondizi y el Plan Conintes, y de esa época Walhs dijo que “Doce mil metalúrgicos han caído en esa primera ola represiva, pero el gremio mantiene su poder. La influencia de Vandor es importante. Su despido de Phillips, tres meses de cárcel, cierto papel en la Resistencia, le abren el camino”. (33)
Otro dirigente de importancia y con gran poder en esos años fue José Alonso, designado secretario general de la CGT desde 1963. Fue un sindicalista con ilusiones “Neocorporativas”, plasmadas en un documento sobre el cambio de estructuras, titulado “La CGT en marcha hacía el cambio de estructuras”, publicado en enero de 1965. Por una parte había tejido cordiales relaciones tanto con las cúpulas eclesiásticas como militares, y por otra había logrado independizarse del todopoderoso Augusto Vandor. Así como el “lobo” era un hombre de acción, Alonso brillaba en los gabinetes, estudioso, muy lúcido y despierto estratega. Llegó a secretario general de la central obrera como mero títere del metalúrgico, pero fue sustentando ideas propias y no se lo podía desalojar de su cargo. Su fuente de poder residía en la burocracia cegetista y en su gremio integrado mayoritariamente por mujeres, al que un jerarca gremial descalifico llamándolo el sindicato de “Cincuenta costureras”. (34)
Las 11.000 fábricas tomadas en junio de 1964
El Comité Central Confederal, de la CGT, el 1º de mayo de 1964, aprobó “poner en ejecución la segunda etapa del plan de lucha que abarcó: a) entre el lunes 18 de mayo y el 15 de junio, ocupación parcial, zonal y por grupos en la forma que indicara el Consejo Directivo de la CGT; b) entre el 15 y el 16 de junio, como culminación de esta segunda etapa, ocupación total y simultánea en todo el país por el término de 24 horas; c) el Consejo Directivo de la CGT planificará con la consulta correspondiente a los organismos confederados todas estas acciones de lucha a los efectos de una perfecta eficacia y sincronización;…”. Las masivas tomas de fábricas se desarrollaron a lo largo de siete operativos, entre el 21 de mayo y el 24 de junio de 1964.
Las jornadas elegidas fueron el 21, 27, y 29 de mayo, 2, 3, 5, 18 y 24 de junio, en las cuales según datos de la CGT, 3.913.000 trabajadores ocuparon 11.000 establecimientos. Dichas ocupaciones se cumplieron con justeza matemática. No hubo ni un desajuste, ni una vacilación, ni una demora. “Nosotros no lo hubiéramos hecho mejor”, manifestó con asombro un militar en actividad. En junio, la revista Primera Plana, señalo a Vandor, como el principal inspirador del Plan de lucha de la CGT y como un activo opositor al gobierno, convencido de que caería y la necesidad de que el sector sindical participe activamente en ese proceso, junto a las FFAA. La tercera etapa, se inició el 3 de agosto de 1964, para exigir al gobierno “el cambio de estructuras económicas, social y política”. Las medidas de lucha esta vez fueron los cabildos abiertos entre agosto y septiembre. Mientras que durante noviembre y diciembre se desarrolló la cuarta etapa, con concentraciones y marchas en distintas ciudades, para culminar con una huelga general por 48 hs el 17 y 18 de diciembre. Ese mes dio comienzos el operativo retorno de Perón al país, que había declarado en Madrid “Volveré este año a la Argentina. Imagino que el presidente Illía, al insinuar mi regreso, lo hace de buena fe, ofreciéndome garantías”. A la vez, un vocero de la CGT, declaró “Nuestro próximo paso será lisa y llanamente, ocupar las fábricas para hacerlas producir. Es decir: una auténtica revolución social. Pero no tendremos que llegar a tanto. Antes deberá ocurrir algo…”.
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Claudio Lozano: análisis de la crisis de representación y la reconstrucción del lazo social

En exclusiva con La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores, el economista y candidato a diputado por el instrumento electoral de la Unidad Popular, Claudio Lozano, expone su mirada sobre la política argentina, la crisis de representación, la desestructuración social y educativa, y la necesidad de reconstruir el vínculo entre la sociedad y sus instituciones. A lo largo de la conversación, Lozano combina reflexiones históricas, análisis de la realidad actual y propuestas concretas para intervenir desde el Congreso, siempre con el eje puesto en los derechos de los trabajadores, la comunidad y el fortalecimiento del tejido social.
LCV: “El economista Claudio Lozano, si no me equivoco, es candidato a diputado. El partido es Unidad Popular, pero la lista se llama instrumento electoral.”
Claudio Lozano: “No, el partido se llama Instrumento Electoral para la Unidad Popular. Normalmente decimos Unidad Popular para simplificar.”
LCV: “¿Por qué instrumento electoral?”
Claudio Lozano: “Es una pregunta que obliga a una reflexión bastante profunda. Nosotros no creemos en la idea tradicional de los partidos, como estructuras con cuadros que sostienen una concepción de izquierda, derecha o centro y que la proponen a la sociedad. Creemos que esas concepciones están puestas en debate y hay que construir otras cosas, recogiendo lo que la propia sociedad va produciendo. Por eso, nuestro partido se asume como un instrumento de la sociedad, especialmente en el campo de los trabajadores, los pequeños y medianos empresarios, cooperativistas, hombres y mujeres de la cultura, del pensamiento y de la ciencia. Nuestra lista está formada por compañeras y compañeros que trabajan en distintas organizaciones con compromiso, trayectoria y vínculo con trabajadores, cooperativistas y temas como derechos urbanos y ambientales. Es un paso más allá del movimientismo, una herramienta de construcción que respeta la iniciativa social.”
LCV: “¿La diferencia con el PJ sería que el PJ tiene una concepción más estatalista?”
Claudio Lozano: “Exactamente. Creemos que hay que darle más entidad a las organizaciones de la comunidad. El PJ tiene tradición en esto, pero no compartimos la vieja concepción de partidos del siglo XIX y XX, donde las decisiones estaban estructuradas por cuadros que le decían a la sociedad qué hacer. Para nosotros, la sociedad tiene que ser parte de lo que decide sobre su propia organización.”
LCV: “Y las últimas decisiones de la sociedad, ¿te preocupan?”
Claudio Lozano: “Sí, en tanto elecciones mayoritarias. La sociedad ha optado en un contexto de debacle. Desde el fin de la dictadura en 1983-84 hasta hoy, hemos pasado de un 30% a alrededor del 40% de pobreza. La idea de que con la democracia se come, se educa y se cura no se cumplió. Las últimas experiencias de gobierno, tanto Macri como el Frente de Todos, aunque confrontadas, mantienen la continuidad del deterioro de la vida social. Hay un emergente de crisis monumental de representación política. Para mí, el problema central a lo largo de 41 años de democracia ha sido la educación, la falta de aspiraciones formativas y sociales, lo que genera un fenómeno donde la generación actual teme que sus hijos estén peor que ellos. Esto mata cualquier aspiración y lleva a la búsqueda de soluciones inmediatas, como las criptomonedas o la inmediatez tecnológica, en ausencia de bases educativas sólidas y un tejido social fuerte.”
LCV: “¿Creés que la desestructuración social se vincula a la transformación regresiva del país?”
Claudio Lozano: “Sí. La destrucción del sistema público educativo y sanitario se enmarca en una reestructuración capitalista que empieza en la dictadura, con la deuda, la fuga de capitales, la desindustrialización y ajustes sistemáticos del Estado. Esto impacta en la sociedad, en las aspiraciones de las nuevas generaciones y en la percepción de comunidad. Antes, los niños tenían la obligación de estudiar y participar de la vida comunitaria; hoy, esa estructura desapareció, y la competencia reemplaza a la cooperación. La comunidad y el tejido social que existían en barrios como Liniers se ha debilitado, y con ello la capacidad de la sociedad para organizarse y reivindicar derechos.”
LCV: “Vos mencionás la responsabilidad de transmitir esos valores, ¿no?”
Claudio Lozano: “Sí. Esa responsabilidad explica mi trayectoria: la fundación de la CTA, la recuperación de ATE, el trabajo con Adolfo Pérez Esquivel en Servicio Paz y Justicia durante la dictadura, el acompañamiento a Gustavo Conte en derechos humanos en 1984 y ahora la candidatura a diputado. Hay una salida más fácil que competir electoralmente: ser el ‘sabio del pueblo’, dar charlas y organizar estudiantes, lo cual también forma parte de mi rutina y me da placer. Pero considero que hay que intervenir institucionalmente, desde el Congreso, para defender derechos y modificar la sociedad.”
LCV: “¿Cuál sería tu propuesta concreta al llegar al Congreso?”
Claudio Lozano: “Primero, rechazar los decretos inconstitucionales de este gobierno, como el 7023, que derogó y modificó leyes afectando a inquilinos, tarjetas de crédito, prepagas y empresas estatales. Segundo, recuperar la capacidad del Parlamento de auditar la deuda y la fuga de capitales, y cancelar el acuerdo con el Fondo Monetario. Tercero, trabajar para que este gobierno se vaya, porque ha hecho mucho daño social, cultural y político. Presentamos siete causales de juicio político para visibilizar la violación constante de la Constitución y abrir una salida institucional acompañada por la movilización popular. Con estas medidas, nuestra presencia en el Congreso busca defender derechos, recuperar institucionalidad y construir alternativas para el futuro del país.”
LCV: “Es un enfoque integral: derechos, comunidad y control institucional.”
Claudio Lozano: “Exactamente. Además, hay que frenar la penetración del narcotráfico en los barrios populares y fortalecer la comunidad a través de organizaciones, iglesias y movimientos sociales. Nuestra fuerza, con presencia en 16 provincias y más de diez años de existencia, busca confrontar al gobierno y crear un bloque político sólido, democrático y comprometido con los derechos del pueblo argentino. Esto significa garantizar coaliciones sin proyectos contradictorios y con procedimientos internos democráticos, excluyendo la influencia de actores destructivos como los narcos.”
LCV: “En el contexto histórico, también señalaste vínculos con la dictadura y la herencia educativa de ese período.”
Claudio Lozano: “Sí. Por ejemplo, Juan José Catalán, ministro de educación durante la dictadura, aplicó métodos perversos de adoctrinamiento y retraso educativo. Hoy, algunos descendientes de esos actores reproducen estrategias similares. Esto refleja cómo la memoria histórica, la represión y la desigualdad educativa se entrelazan con la política contemporánea. La lucha actual incluye frenar la criminalización de la protesta, defender los derechos sindicales y la organización comunitaria, y enfrentar una fase de revancha oligárquica que amenaza los derechos adquiridos.”
LCV: “Para cerrar, ¿cómo resumirías tu misión en el Congreso?”
Claudio Lozano: “Mi objetivo es claro: desmontar decretos que vulneran derechos, auditar la deuda y la fuga de capitales, suspender pagos abusivos, garantizar la institucionalidad y trabajar para una transición hacia un gobierno que respete la Constitución. Todo esto se hará en diálogo con la movilización popular y defendiendo los intereses de los trabajadores y de la comunidad. Con estas acciones, buscamos que la sociedad vuelva a ser protagonista y que se reconstruya el lazo social que hoy se ha debilitado.”
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Atacan la sede de aceiteros y entran al despacho de Yofra

Uno de los sindicatos más combativos dentro de la CGT, la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA), fue atacada entre 4 y 5 de octubre, un par de días antes de que se iniciara un anunciado paro nacional por negociación paritaria. Huelga que quedó en suspenso por el rápido pedido de las cámaras empresarias de una conciliación obligatoria.
El fin de semana aterior al paro, cuando las negociaciones estaban estancadas por la exigencia de un salario digno que cumpla con el mandato constitucional que de acuerdo a cifras oficiales sería de más de 2.000.000 de pesos como primer sueldo, un grupo de desconocidos desconectaron la energía del edificio, rompieron la puerta de acceso exterior, luego una segunda puerta interna y fueron directo hasta la oficina del Secretario General, Daniel Yofra. Para ingresar allí rompieron otras dos puertas y en ese momento fueron interrumpidos, resultando detenida una persona.
No se trató de un robo ‘al voleo’, no sólo estaba planificado sino que el operativo demostró un conocimiento de la disposición interna de la sede sindical y al mismo tiempo, un completo desinterés por el robo de objetos de valor. En la oficina del Secretario General sólo hay libros, una cafetera y elementos de oficina.
Después de analizar lo sucedido, con prudencia, el sindicato difundió éste domingo un comunicado en el que sostienen:
“El asalto fue perpetrado en un momento histórico donde desde hace dos años vivimos una constante ofensiva contra el salario, los derechos laborales y las organizaciones sindicales de la clase trabajadora argentina, tal como lo advertimos oportunamente en 2023. Y donde se acumulan los ataques directos contra la dirigencia sindical, social y política con persecución, amenazas y detenciones. Es en este contexto que ocurre este hecho contra nuestra organización gremial, que lucha en un sector que es clave en la economía nacional, que está en el primer plano de la agenda política y mediática y en el exacto momento en que inicia la paritaria aceitera. Por todas estas razones señalamos la gravedad de lo ocurrido, exigimos a las autoridades de los gobiernos y las carteras de seguridad nacional y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que se brinden todas las garantías para la integridad personal y el ejercicio de la actividad gremial, y reclamamos el inmediato esclarecimiento de las responsabilidades materiales e intelectuales del asalto a nuestra organización.”
El atentado a la sede sindical aceitera se produjo, también, luego de una postura activa de su dirigencia en pos de la unidad sindical en la que convocaron a un plenario de 200 delegados de diversos gremios, entre ellos UOM, SiPreBA y ATE. Mientras en la CGT se debate la futura conducción a definir dentro de un mes.
De inmediato comenzaron a llegar los comunicados de repudio, primero el de la CTA:
“Se trata de un ataque a una organización sindical que ha dado pruebas de su compromiso en la defensa de los trabajadores. Cualquier agresión o atentado contra una organización sindical o sus dirigentes implica un ataque a la democracia y a toda la clase trabajadora. Desde nuestra CTA exigimos el inmediato esclarecimiento del hecho y que el poder judicial determine quienes son sus responsables materiales e intelectuales. Por último, solicitamos a los gobiernos provincial y municipal que garanticen la seguridad de la organización afectada y sus dirigentes, como así también el ejercicio de la libertad sindical.”
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Conflicto por paritarias de Aceiteros: nueva conciliación obligatoria. Van por un mínimo de 2 millones

Una vez más, el gobierno tuvo que recurrir a la conciliación obligatoria por 15 días. Queda en suspenso el paro nacional de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) San Lorenzo.
El reclamo paritario de ambas organizaciones gremiales está fundamentado en el derecho a un Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) según su definición en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo, esto es, que asegure a los trabajadores en su jornada legal de trabajo la satisfacción de las 9 necesidades allí contempladas: alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión.
Según los estudios basados en la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC), el valor del SMVM según su definición constitucional y legal es de $ 2.344.728 para el mes de septiembre de 2025, que es cuando se abrió la revisión del acuerdo firmado el pasado 9 de abril de 2025.
En un comunicado difundido en el día de hoy, advierten: “Transcurridas más de dos semanas de presentado nuestro reclamo, la pretensión expresada hoy en la audiencia realizada en la Secretaría de Trabajo de la Nación por las cámaras patronales es insuficiente y provocadora, tal como hemos manifestado en el acta. Más cuando se trata del mismo sector que acaba de recibir un beneficio extraordinario de 1.540 millones de dólares tras la medida dispuesta por el Gobierno Nacional sobre las retenciones a las exportaciones. Frente a esa apropiación de renta extraordinaria, la respuesta patronal resulta vergonzosa. Incluso, desde la perspectiva del costo laboral que suelen invocar en su negativa, destacamos que el mismo se redujo en 2024 -alcanzando entre 1,7% a 2,4% de acuerdo a cada empresa- y que aún si aceptaran el aumento que pretendemos, el impacto sobre ese costo sería nulo.”
Luego de considerar que no están dispuesto a acompañar una política salarial que pretende condenar a la pobreza a la clase trabajadora favoreciendo sólo a los grandes grupos económicos, concluyen: “Por ello, reafirmando nuestra defensa del Salario Mínimo Vital y Móvil según su definición en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo, se ha decidido el inicio de una Huelga Nacional Aceitera de cumplimiento en las plantas aceiteras del país.”


Claudio Lozano: análisis de la crisis de representación y la reconstrucción del lazo social

Atacan la sede de aceiteros y entran al despacho de Yofra
