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Miriam Lewin: “Iosi formaba parte de un grupo de espías infiltrados en donde te puedas imaginar”

Miriam Lewin, co-autora del libro “Iosi, el espía arrepentido” recientemente convertido en serie de Amazon Prime Video, pasó por La Columna Vertebral para contar cómo surgió el contacto con Iosi, el detrás de escena de la investigación y la compleja trama de espionaje existente en Argentina.

LCV: ¿Por qué eligieron escribir sobre ese tema?

-Es una larguísima historia. Alrededor del año 2002 yo estaba en Telenoche Investiga a punto de publicar la investigación sobre el padre Grassi, el cura pedófilo de la fundación Felices Los Niños con vínculos con el poder, con el empresariado, con el mundo artístico, un cura muy mediático, y lo cuento porque ya pasaron 20 años casi y hay mucha gente que está escuchando que puede no estar al tanto de lo que fue eso. Me insumía buena parte de mi tiempo, de mi trabajo. Sin embargo, al correo donde recibimos reclamos y denuncias de Telenoche Investiga, me empezó a llegar sistemáticamente un mensaje de una persona que decía tener elementos para resolver el atentado contra la AMIA, y yo pensé que se trataba de una persona que no estaba en sus cabales, que lo que quería, lo que ansiaba era tener sus 5 minutos de fama como ya me había pasado.

Había recibido mensajes de gente que decía que sabía dónde estaba la doctora Giubileo. Entonces yo desconfiaba y no tenía mucho tiempo para perder, pero un día que tenía un rato libre decidí encontrarme con esta persona. Me lo encontré en un barsucho de Constitución después de haberle avisado a mi jefe que me iba a encontrar con una persona que tenía estas características. Me preguntó si quería ir acompañada, le dije que no, y cuando llego al bar me encuentro con una persona absolutamente fuera de sí. Tartamudeaba, transpiraba, temblaba, no podía articular palabra, en principio me habló en hebreo, yo le dije que yo no hablaba hebreo a pesar de que era judía, entonces me empezó a hablar en castellano y a decirme de manera entrecortada, muy emocionado, que él había estado como miembro de un servicio de inteligencia, que no me dijo en ese momento cuál era, que había estado infiltrado en la comunidad judía, que se había hecho pasar por judío y que tenía miedo de que inconscientemente lo que él había hecho hubiera servido para organizar por lo menos el atentado contra la AMIA, me dijo en este momento. Yo me quedé fría, la verdad es que pensé que me estaba grabando con una cámara oculta porque tenía una mochila en el asiento de al lado. Yo miraba alrededor, pensaba que era una trampa, que había gente alrededor que me estaba observando. La cuestión es que yo no sabía si creerle o no, no sabía si no estaba hablando realmente con uno de los terroristas que había cometido el atentado, de qué se trataba todo esto, pero accedí a seguir encontrándome con él. No me preguntes por qué, era un instinto, la percepción de que esto podía llegar a servir. Nos encontrábamos en lugares ya preestablecidos, en general en bares, en hoteles, y él me iba largando con cuentagotas, de manera muy dificultosa y con mucha desconfianza por parte de él y por parte mía, elementos en los que relataba que poco a poco él se había ido haciendo amigo de las personas que había decidido infiltrar, los grupos sionistas, que sus jefes creían que los judíos, como dice un mito, el plan Andinia, una fábula, los judíos nos queríamos apoderar de la Patagonia para crear un segundo Estado del Israel, que éramos una amenaza, y que él poco a poco se había ido dando cuenta de que no se trataba de gente mala, no se trataba de gente peligrosa. Se había ido identificado con la gente de la comunidad a tal punto que se había enamorado perdidamente de una chica judía con la que se había casado en secreto y a la que quería recuperar.

LCV: ¿Cómo llega a convertirse en serie? ¿Cuándo reciben la oferta?

-Yo no lo conocía a Horacio Lutzky. Horacio se venía reuniendo con Iosi a quien conocía porque estaba infiltrado en la comunidad judía de Almagro donde estaba la redacción de Nueva Sion, un periódico progresista judío que Horacio dirigía, o sea que él sí lo conocía a Iosi. Cuando Iosi me presenta a Horacio, a este otro periodista y abogado judío como yo de la comunidad, yo puedo verificar que buena parte de lo que me dice era verdad. No todo, pero buena parte sí. Después de mucho tiempo se publica el libro, Iosi tiene que entrar al Programa Nacional de Protección de Testigos por una incidencia de un periodista a quien habíamos contactado con Horacio para que Iosi pudiera encontrar un ámbito donde encontrar protección y seguridad para declarar porque él no quería declarar en la justicia argentina porque desconfiaba.


“La serie también es un pedido desesperado de justicia”

SOBRE LA REPERCUSIÓN DE LA SERIE

LCV: Me da cosita coincidir con Iosi.

-Imaginate que en ese momento se estaba juzgando a la policía bonaerense que era la maniobra de encubrimiento desde la Justicia Federal y con complicidad de la conducción comunitaria. Imaginate la confianza que podía tener Iosi en su integridad física. Además, estaba convencido de que él le había pasado a su superior, una mujer como en la serie, de nombre Laura, su manipuladora, la jefa de espías, que manejaba alrededor de 30 espías infiltrados en los lugares que te puedas imaginar. Centro de estudiantes, organismos de Derechos Humanos, sindicatos, la comunidad árabe, el movimiento todos por la patria, la agencia Rodolfo Walsh. Imagínate la cantidad de agentes de la Federal que están infiltrados en distintos ámbitos. Esta mujer manejaba de una veintena, una treintena de estos agentes.

LCV: Me dan ganas de preguntarte si vos crees que ese nivel de especialización está vigente o si se ha desmantelado de alguna manera.

-Lo único que te digo es que Iosi se infiltró en la comunidad judía no en dictadura, en democracia, en 1985, y cuando yo le pregunté si el ministro Tróccoli, de quien dependía la Policía Federal, estaba al tanto de esto, él me dijo que la policía, como se ve en la serie, desconfiaba del poder político. En ese momento lo llamaban la sinagoga radical al gobierno de Alfonsín. 

LCV: Tróccoli tuvo además sus desbarranques también con el tema de los desaparecidos.

-Claro. Si vos te pones a pensar que ellos creen que son el poder permanente, como Stiusso. Pasaban los gobiernos y él permanecía.  Entonces la actitud de ellos era de profunda autonomía. Es decir, porque uno no puede pensar que un gobierno que tenía un ministro de economía judío como Grinspun creía en el plan Andinia, no, nada que ver. Los que creían en el plan Andinia, en los judíos como amenaza, eran los policías que estaban en inteligencia. 

Me preguntabas cómo se convirtió en serie. Cuando nosotros después de que Iosi entrara al programa de protección de testigos por esa traición de un colega al que le habíamos abierto la puerta del caso, pero para que nos hiciera un nexo con una organización internacional que podría interesarse en lo que tenía para decir Iosi y protegerlo. Daniel Burman, el director de cine, encontró el libro tres o cuatro días después de que se distribuyera en las librerías, en un lugar por Belgrano, y nos contactó a Lutzky y a mí y nos dijo que quería llevar esto a la pantalla, que le parecía una historia increíble y que había que contarla. Desde entonces lo que hizo Burman fue tener una verdadera militancia por obtener las condiciones para que esto se hiciera realidad. Vos calculá que nos contactó en diciembre del 2015 y que recién ahora hace un mes se estrena Iosi, o sea que pasó muchísima agua bajo el puente. 

LCV: El personaje el actor que hace de Iosi es un descubrimiento total ¿Cómo es el nombre?

-Se llama Gustavo Bassani y viene del teatro. Es un actor joven y talentosísimo. Los talentos de estos directores se juntaron para hacer este exitazo donde además está Alejandro Awada, donde además está Carlos Belloso.

LCV: ¿Empezaron a escribir la segunda temporada?

-No, ya la están grabando. Lo anunció Amazon, están grabando la segunda temporada en este momento y yo calculo que si todo sale bien se estrenará antes del año que viene, porque en general viste que pasa con las series que vos te quedas colgado y después tenés que esperar un año. Esperamos que esto tenga otro tipo de repercusión, no solo artística; es un pedido desesperado de justicia. Tenemos dos atentados, el de la embajada Israel que también aparece fuertemente, también el involucramiento de la Federal y el atentado contra la AMIA con más de 100 muertos y sin justicia. Esto no puede continuar así.

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Crónicas de la vida moderna (Parte I), por Marcelo Cosin

Tras la Segunda Guerra Mundial, la penetración cultural se desplegó como un arma silenciosa: primero entretenimiento, luego consumo, y finalmente la colonización de la imaginación. En los años cincuenta la televisión norteamericana explotó como un espectáculo doméstico: millones de familias hipnotizadas frente a la pantalla, mientras la publicidad convertía el living en sucursal del supermercado. Ese modelo, exportado como parte del poder blando, llegó a la Argentina en los años cincuenta. Lo que aquí empezó como transmisión patriótica se transformó pronto en concursos, series dobladas y shows musicales calcados de la lógica yanqui. Así, la penetración cultural nos cogió desprevenidos: entretenidos, anestesiados, con la guardia baja, fuimos perdiendo referentes propios hasta quedar zombis, analfabetos culturales, vagando en las tinieblas del televisor encendido.

Yo amo a Lucy

Un ejemplo de “penetración cultural” es el estreno en la televisión argentina de la serie I Love Lucy ofrecida en la televisión en Blanco y Negro del canal 7 (único canal estatal) como Yo amo a Lucy.

Producción innovadora. Emitida entre 1951 y 1957, protagonizada por Lucille Ball y Desi Arnaz. Fue pionera en grabarse en estudio con público en vivo y en 35 mm, lo que permitió su exportación internacional.

Argumento. Lucy Ricardo, ama de casa casada con un músico cubano, sueña con convertirse en estrella. Su ingenuidad y ambición la llevan a situaciones cómicas, siempre dentro del marco de la vida doméstica.

Impacto en EE. UU. Fue la serie más vista durante cuatro temporadas consecutivas, ganó cinco premios Emmy y se convirtió en un texto fundacional de la comedia televisiva.Ideología implícita:Refuerza el modelo de familia nuclear urbana.Naturaliza el rol de la mujer como ama de casa, aunque con aspiraciones frustradas de independencia.Introduce el consumo y el espectáculo como horizontes de deseo.Presenta la diversidad (un marido cubano) en clave de integración al “sueño americano”.

La familia Falcón

La familia Falcón (1962–1969) fue una de las primeras telenovelas argentinas emitida por Canal 13, creada por Hugo Moser y patrocinada por Ford para promocionar su modelo Falcon. Bajo la apariencia de comedia familiar, funcionó como un ejemplo claro de penetración cultural e ideológica, al instalar un modelo de familia de clase media “ejemplar” y asociarlo directamente con un producto de consumo extranjero.

Debut. 5 de febrero de 1962 en Canal 13, dirigido por Hugo Moser.

Duración. Se emitió semanalmente hasta 1969, con capítulos de 25 minutos.

Elenco. Pedro Quartucci (padre), Elina Colomer (madre), Roberto Escalada (tío solterón), Virginia Lago, José Luis Mazza, Alberto Fernández de Rosa, entre otros.Patrocinio: El apellido “Falcón” proviene del automóvil Ford Falcon, recién lanzado en Argentina. La serie fue concebida por una agencia de publicidad para promocionar el auto. Tuvo su versión cinematográfica en 1963.

Tema musical. “Juntitos, juntitos”, interpretado por Los Cinco Latinos, reforzaba la idea de unión familiar.

Contenido ideológico. Representaba a la familia de clase media porteña de los años 60: padre trabajador, madre abnegada, hijos obedientes y un tío solterón. Era presentada como “una familia como la suya, como cualquiera de su barrio”. Unidad familiar con autoridad paterna y sin conflictos profundos. Evitaba temas polémicos como divorcio, sexualidad o tensiones sociales.

Lenguaje “limpio”. Estaba prohibido decir malas palabras en televisión.

La serie funcionó como vehículo publicitario: el auto Falcon se convirtió en símbolo de modernidad y aspiración. Instaló un ideal de familia que invisibilizaba la diversidad social y cultural argentina. Fue parte de la estrategia de las empresas extranjeras (como Ford) para asociar sus productos con valores locales, naturalizando el consumo como parte de la vida cotidiana.

Dijo Heriberto Muraro en 1985: “La penetración cultural norteamericana en la Argentina a través de la televisión no es un fenómeno superficial ni espontáneo. Es el resultado de una estrategia sistemática de exportación de modelos culturales, estilos de vida y valores que acompañan la expansión del capitalismo. Los programas televisivos importados —series, formatos, noticieros— no solo entretienen: moldean imaginarios, naturalizan consumos y desplazan tradiciones locales. La televisión se convierte en un vehículo privilegiado de colonización simbólica, porque actúa en la vida cotidiana, en el ocio, en la familia, en la infancia. Así, la dependencia económica se traduce en dependencia cultural. Y lo más grave es que esta penetración se produce con la anuencia de las élites locales, que prefieren importar enlatados antes que invertir en producción nacional. La consecuencia es una sociedad que se reconoce más en los héroes de Hollywood que en sus propios referentes, y que aprende a mirar el mundo con ojos ajenos.”

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URUGUAY: “El 1, del 1, para el 1”, por María Urruzola


La consigna es el resumen de una propuesta política impulsada por la central sindical uruguaya PIT-CNT, que plantea aplicar una sobretasa del 1% al patrimonio personal del 1% más rico de la población, parafinanciar el 1% de las políticas públicas, destinadas específicamente a erradicar la pobreza infantil en Uruguay.

Pese a las reticencias de varios sectores, el debate sobre la imposición a la riqueza, los impuestos al capital y más específicamente los impuestos al patrimonio, está en plena efervescencia a nivel internacional.

A modo de ejemplo se puede mencionar la publicación firmada por siete ganadores del Premio Nobel de Economía en defensa de una imposición al patrimonio de los multimillonarios en Francia; la solicitud de más de 500 destacados economistas para la creación de un Panel Internacional sobre la Desigualdad, según lo recomendado por el Comité de Desigualdad del G20 liderado por Joseph Stiglitz; los debates liderados por Brasil en el ámbito del G20 (con el apoyo de países como Sudáfrica, España y Francia, entre otros) para gravar a los multimillonarios; así como también las recomendaciones de organismos internacionales especializados en materia económica y tributaria, y los debates parlamentarios o reformas parciales que están sucediendo en algunos de los principales países del mundo, como Reino Unido o Francia.

Como lo atestiguan numerosos estudios, la pobreza en Uruguay se manifiesta en múltiples dimensiones que van más allá del ingreso, y su concentración en hogares con niños persiste desde hace varias décadas. El crecimiento económico ha resultado insuficiente hasta ahora para lograr reducciones sustanciales y duraderas en su incidencia y severidad en el futuro de las infancias.


En 2024 los ingresos de un 17,3% de las personas en Uruguay se ubicaban por debajo de la línea de pobreza (según el Instituto Nacional de Estadísticas); esa cifra asciende al 18,9% si se toma en cuenta el indicador oficial de pobreza multidimensional. En el caso de los menores de seis años, la incidencia de la pobreza alcanza al 32,2%, de modo que uno de cada tres niños de cero a seis años vive en hogares con ingresos por debajo de la línea de pobreza. A la vez, la vulnerabilidad a la pobreza (tanto monetaria como multidimensional) alcanza casi al 40% de la población.

Por otra parte, el ingreso y la riqueza muestran una fuerte concentración: el 1% de mayores ingresos percibe el 15% del ingreso total del país. Los recursos originados en la aplicación de esta sobretasa propuesta por el PIT-CNT se propone volcarlos a un fondo estatal específico, cuyas características serían definidas a partir de una propuesta del Consejo Nacional de Políticas Sociales, en consulta con el Consejo
Nacional Consultivo Honorario de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia.


La idea de la central sindical es que las normas que se propongan tendrán que asegurar de modo claro, preciso y públicamente controlable, que el destino de todo lo recaudado esté destinado estrictamente a solventar políticas de reducción de la pobreza de hogares con niños, niñas y adolescentes. Aunque su implementación no permitiría recaudar la totalidad de los fondos necesarios para desplegar el amplio
conjunto de políticas requeridas para erradicar definitivamente la pobreza en hogares con niñas, niños y adolescentes, constituye un aporte sustancial con respecto a la realidad actual.

Las estimaciones actuales señalan que aproximadamente las 25.000 personas de mayor patrimonio de Uruguay poseen entre 1 millón y algo más de 1.000 millones de dólares. Por supuesto que la Confederación de Cámaras Empresariales no está de acuerdo, con el argumento básico de que lo recaudado sería ínfimo y podría retraer las inversiones, por ejemplo en el ámbito inmobiliario (compras con destino a renta). Incluso argumentan que los dos países que tiene una tasa similar (España y Noruega)
recaudan un monto mínimo en relación al PBI.

Hay que tener presente que el dinero de uruguayos en el exterior alcanza aproximadamente unos 62.000 millones de dólares, en depósitos e inversiones financieras (casi el 50% del PBI del país).


Una de las dificultades actuales en Uruguay es que el nuevo gobierno de izquierda que asumió el 1o de marzo de 2025, presidido por el Presidente Yamandú Orsi, prometió no aumentar los impuestos. Varios legisladores pertenecientes al grupo mayoritario del Frente Amplio (MPP, liderado por el difunto José Pepe Mujica) han intentado minimizar la propuesta argumentando que son “apenas” algunos “pocos” senadores que se han sumado a la iniciativa.

Al mismo tiempo, dos de los referentes públicos del Frente Amplio, el ministro de Economía (Gabriel Oddone) y el Intendente de Montevideo (Mario Bergara), ambos economistas, han tenido posiciones divergentes: para el ministro es “inconveniente” y no hay siquiera que discutirlo, y para el jefe del gobierno de Montevideo es “razonable” y, justamente, lo que hay que hacer es discutirlo, porque es una propuesta “seria”.


Por ahora la propuesta agita sobre todo las aguas del oficialismo, ya que los sectores que la impulsan se han propuesto recorrer todos los organismos de base del Frente Amplio (llamados Comité de Base), para llevar la discusión al seno “de la gente”. Allí, el apoyo es bastante más generalizado que en los ámbitos de la élite.


La oposición (del Partido Nacional y del Partido Colorado) están en contra, y argumentan -claro- que se irán los inversores, corriendo, que buscarán la manera de evadir la fiscalidad, y que nadie garantiza que los fondos recaudados vayan efectivamente a la infancia. Sin embargo, el tema de la extrema desigualdad que reina hoy en el mundo es un trasfondo que nadie puede obviar, y es un telón de fondo que cuestiona la viabilidad de un sistema que agudiza las tensiones sociales y concentra la riqueza. Están quienes argumentan que si el capitalismo quiere sobrevivir, no tiene
otro camino que redistribuir de manera más igualitaria, ya que la desigualdad en realidad debilita la economía y amenaza a la democracia.


El nuevo gobierno del Frente Amplio en Uruguay no se ha caracterizado por su audacia programática y el descontento de votantes tradicionales de la izquierda se hace sentir por ahora en las redes sociales. Los juicios sobre el desempeño del presidente Yamandú Orsi están divididos aproximadamente en tercios, con un moderado saldo positivo. Se agudizan las miradas críticas de los votantes de la oposición, pero también hay leve caída entre los votantes frenteamplistas. En el total, 36% aprueba, 32% desaprueba, y para 28% es indiferente.


En opinión de uno de los politólogos mediáticos del país, Alfonso Garcé, “lo que hizo este gobierno fue tirar hielo hasta dejar congeladas las expectativas de que haya algún cambio”. Para la central sindical entonces, en un marco bastante evidente de inmovilidad, la tarea es gigante.

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Uruguay/ “A miles de kilómetros de distancia”, por María Urruzola

El Comité Central Israelita denunció ante la policía uruguaya que el 26 de noviembre dos jóvenes judíos liceales “fueron perseguidos, acosados y amenazados por su condición de judíos”. La justicia está investigando, como corresponde. Cualquier acto de hostigamiento, sea contra quien sea -judíos, negros, homosexuales, transexuales, feministas, mujeres jóvenes, personas con discapacidad, gente en situación de calle, pobres, extranjeros, etc- debe ser condenado.

Sorprende el argumento utilizado por el CCI: “Lamentamos corroborar lo que denunciamos tantas veces: los mensajes de odio solamente generan odio y la demonización de la comunidad judía por HECHOS QUE OCURREN A MILES DE QUILÓMETROS DE NUESTRO PAÍS, habilitan a llevar a cabo acciones de este tipo”.

“Hechos que ocurren a miles de kilómetros de nuestro país”, extraña definición del genocidio de Israel en Gaza (y la ocupación de Cisjordania), visto que la inmensa mayoría de los hechos que han determinado la historia oficial (porque siempre hay otra) de la humanidad, de su humanización y de su deshumanización, han ocurrido a miles de kms de nuestro país. Sin ánimo de agotar los hechos y solo a modo de ejemplo:

-Los progroms contra los judíos (Rusia, 13 mil kms, Polonia, 12 mil)-La Shoá (el holocausto), y su solución final (Alemania y la Europa ocupada, entre 11 y 15 mil kms)

-La Segunda Guerra Mundial (Europa y Asia, 19 mil esta última)-El gueto de Varsovia (12 mil kms)

-El golpe de Franco contra la República Española (10 mil kms)-La creación del Estado de Israel en territorio de Palestina (12 mil kms)-La formalización de la Unión Europea (Amsterdam, 11 mil kms)

-La creación de la ONU (San Francisco, 8 mil kms)

-La guerra de Vietnam (17 mil kms)

-La depresión de 1929 en USA (8 mil kms)

-La guerra de Corea (país al que Uruguay envió 70 mil mantas, 19 mil kilómetros)

O sea: la razón de ser del Comité Central Israelita está a 12 mil kms de nuestro país, el fundamento político de su razón de ser (el sionismo) se creó en Basilea, Suiza (11 mil kms), y el fundador de dicho movimiento, Theodor Herzl, nació en Budapest, a 11 mil kms.

La necesidad de usar eufemismos para hablar del Genocidio cometido por Israel en Gaza, no es exclusividad del Comité Central Israelita, el que tiene por misión representar a la comunidad judía sionista (y no a todos los judíos). Esa necesidad de circunloquios para nombrar el Genocidio en Gaza se ha vuelto una especie de seña de identidad de algunas élites de nuestro país.

Para muestra, veamos algunas frases de los senadores que se reunieron en la Comisión Especial de Seguridad Pública y Convivencia, en su sesión del 30 de setiembre pasado.

Javier García: “ Lo que pasa, como pasa, EN LA TRAGEDIA DE MEDIO ORIENTE ES una cosa, y otra es que nosotros admitamos que consecuencias de estas circunstancias se trasladen y se expresen en atentados contra personas, contra instituciones o contra una forma de entender la vida en sociedad o una fe”.

Andres Ojeda: “Una cosa ES UN CONFLICTO INTERNACIONAL, respecto al cual podrá haber posiciones, y otra cosa muy distinta es una discriminación en Uruguay, donde no puede haber dos lecturas. Y esto es bien claro: no puede haber dos lecturas”.

Roby Schindler (Presidente CCI): “El 1.° de mayo yo escuché un discurso muy encendido en una calle con decenas de miles de trabajadores y noté que SE TRAJO UN ÚNICO CONFLICTO INTERNACIONAL a ese discurso, que según entiendo debería ser en favor de los derechos de los trabajadores. Queriendo o sin querer, no sé a qué cabecita puede llegar ese mensaje demonizador”.

Hay que decir que ese mismo día y a esa misma Comisión se presentó la Asociación Cultural Israelita ‘Dr. Jaime Zhitlovsky’ (que no fue invitada sino que solicitó ser recibida), uno de cuyos directivos (David Fryd) llamó a algunas cosas por su nombre: “Me refiero a cuando decimos qué es antisemitismo y qué no es antisemitismo. Si yo discrepo con lo que hace el Gobierno de Israel hoy en el Medio Oriente, eso no es antisemitismo. Si yo discrepo con la ideología sionista, eso para mí no es antisemitismo. Si yo aceptara que el Gobierno israelí pretende que, a través de sus palabras, nos representa a todos los judíos de la diáspora, a todos los judíos del mundo, eso para mí no es cierto. No estoy de acuerdo con eso y no me hace antijudío ni antiisraelí ni mucho menos antisemita”.

¿Qué les pasa a los políticos en Uruguay que no pueden llamar a un genocidio por su nombre?¿Qué condiciona el uso de su lenguaje? Y sobre todo ¿qué le pasa a los de izquierda, en cuya filosofía (porque ya no ideología) se supone que existen valores como el anticolonialismo, el antiapartheid, la defensa de los derechos humanos, la protección de las infancias?

A miles de kilómetro de nuestro país se decide el destino de la humanidad, porque la neutralidad ante un Genocidio de la magnitud del que comete Israel en Gaza es una forma de complicidad con lo que los poderosos, los milmillonarios, los colonialistas y expansionistas se sientan con derecho a hacer en esta nueva era de avasallamiento del derecho internacional. No es solo un tema político; es un tema moral. A miles de kilómetro de nuestro país, como casi todo.

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