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Claudio Lozano: “Las Pymes, el movimiento cooperativo y la economía popular deberían articularse en una estrategia común”

Claudio Lozano, ex director del Banco de la Nación Argentina e integrante del partido Unidad Popular, charló con La Columna Vertebral sobre las perspectivas económicas del país, la articulación de distintos actores cooperativos y productivos y la necesidad de una estrategia del Estado.

LCV: Aquí estamos con Claudio Lozano. ¿Estás siendo candidato a presidente dentro del Frente por el Partido Unidad Popular, o eso fue un rumor que largaron las malas lenguas?

-No, no. Lo que sí es cierto que nosotros desde Unidad Popular venimos trabajando para que en el 2023 haya una propuesta política que permita alimentar una idea de futuro. Vemos con preocupación una abierta y creciente distancia por parte de la gestión actual del Frente respecto a lo que fue el mandato electoral del 2019. En ese marco venimos discutiendo hacia el interior con las fuerzas que integran el Frente y también afuera, la necesidad de una propuesta política distinta. Si en ese marco hay que presentar candidaturas presidenciales nosotros estamos dispuestos y obviamente desde Unidad Popular me propondrían a mí, pero eso es algo que tiene que ver con una construcción que seguramente será frentista y con la anuencia del conjunto de las fuerzas que terminen conformando esa propuesta. Lo que sí nosotros tenemos claro es que no podemos ser cómplices de una situación en donde el fracaso de la gestión del gobierno de Alberto Fernández termine asfaltado el retorno del neoliberalismo en la Argentina, ni tampoco estamos dispuestos a aceptar que el Frente de Todos tenga una conducción de carácter conservador. En ambos casos, nosotros tenemos la decisión de seguir alentando lo que siempre creímos y que era parte de las definiciones que el Frente de Todos expresó en el 2019.

LCV: ¿Cuáles serían las reformas que ustedes creen que son viables? Porque yo muchas veces digo cosas que todos me dicen “lo tuyo es una utopía”, pero en realidad creo que se puede hacer, fomentar más las cooperativas, las pymes, la economía popular. Esto de que el capital lo crean solo los empresarios, cuando en realidad el capital por lo general sabemos que lo crean los trabajadores, ¿es una utopía mía o es algo que realmente un economista como vos, que está centrado con los pies en la tierra, piensa que es posible realizar?

-Lo que ha desaparecido es el papel del Estado y de la burguesía nacional, cosa que sí existía a mediados de los 70. Los cambios brutales que la Argentina vivió hacen que, en la cúpula del poder económico, el Estado tenga una presencia insignificante y que el empresariado nacional prácticamente no exista. Lo único que existe son grandes capitales locales o extranjeros, dominantemente extranjeros, y por lo tanto su lógica de acumulación tiene poco que ver con el desarrollo del país. En ese sentido, sí hay todo un espectro de empresarios nacionales de pequeña y mediana empresa, del movimiento cooperativo, de economía popular y de lo que el Estado puede hacer también. Y todo ese bloque debería articularse en una estrategia común. Nosotros venimos hace rato y se lo hemos planteado al Gobierno y lamentablemente no ha dado bola, hemos venido planteando, por un lado, la puesta en marcha de un ingreso básico universal para toda la población en situación de informalidad y desempleo y al mismo tiempo un salario social de empleo y formación para 4 millones de trabajadores de la economía popular equivalente al salario mínimo, y que ese salario social de formación sea un insumo de financiamiento en la conformación de lo que denominamos un área de economía pública y social en donde esté el Estado, las pymes, las cooperativas, y obviamente la economía popular. Esa área tendría que tener un tendría que transformarse en un motor de inversiones sociales absolutamente necesarias que tienen que ver con la reconstitución de las instituciones del bienestar que en la Argentina están hechas polvo. Esto implica infraestructura sanitaria, educacional, planes de vivienda masivos de carácter social, el tema de lo que nosotros venimos promoviendo, que es el tema del redespliegue de la población en el territorio, desarmando conurbanos invivibles y creando ciudades a lo largo y a lo ancho del país, ciudades más pequeñas con una matriz ecológica más sustentable, con un cinturón verde vinculado a la soberanía alimentaria.


“Los grandes capitales son predominantemente extranjeros, y por eso su lógica de acumulación tiene poco que ver con el desarrollo del país”

SOBRE LA PREDOMINANCIA DE GRANDES CAPITALES EN EL PAÍS


Todo eso se puede encarar y podría ser un insumo principal de una estrategia económica absolutamente diferente. La necesidad de inversión para llevar adelante esto es de apenas 2.5 del producto. Es absolutamente factible. Nos permitiría garantizar un piso de ingresos para que ningún hogar esté por debajo de la línea del hambre, y nos permitiría también poner en marcha una estrategia orientada donde la economía popular no sea como es hasta hoy una suerte de actividades que van siendo decididas de manera anárquica por cada uno de aquellos que la lleva adelante. Que sea parte de una estrategia general por parte de un Estado direccionado a la reconstrucción de las condiciones de vida del pueblo argentino que básicamente es la prioridad que andamos necesitando. Así que, en realidad, un ámbito donde el Estado esté articulado en su estrategia junto con la pyme, las cooperativas y la economía popular, es absolutamente imprescindible para crear y potenciar un sujeto económico que discuta la orientación del funcionamiento de la economía.

LCV: Yo creo que el Estado tiene que fomentar la producción de las cosas que necesita. ¿A eso vos te referís cuando decís estrategia de Estado?

-En primer lugar, si vos no tenés dólares, que es la realidad de la Argentina actual, o tenés pocos, y obviamente hay que dejar en claro que no tenés dólares por la mala gestión de la política económica, no es que la Argentina no haya tenido dólares durante estos años. Hubo saldos comerciales abultados de la Argentina que se dilapidaron por la ausencia de regulaciones y controles eficaces sobre el uso y manejo de las divisas. Pero suponiendo que hoy no los tenés, o tenés muy pocos, vos tenés que dinamizar aquellas actividades de la economía argentina que son las que menos dólares consumen, porque no todas las actividades consumen la misma cantidad de dólares. Uno puede producir alimentos en la Argentina sin consumir dólares. No es necesario importar para producir alimentos en nuestro país, no es necesario importar para llevar adelante planes de vivienda en el país, nos necesario importar para fomentar la educación, la cultura, la salud. Hay un montón de actividades donde el consumo de dólares es mínimo o inexistente, y además son actividades sumamente necesarias para lo que es la recomposición de las condiciones de vida de la sociedad argentina. El problema que tenemos hoy es que lo que se aplica es una lógica extrema, propia del neoliberalismo, que implica que frente a la ausencia de dólares paro la actividad y entonces ponen en recesión a la economía, cuando lo que hay que hacer es, en todo caso, morigerar o limitar la actividad de las actividades que consumen dólares. Ese es el tema. No las que no consumen, las que no consumen hay que dinamizarlas y se puede hacer. Y lo que vos planteas tiene que ver con algo que acá directamente ni siquiera se discute, y que es un modo de conseguir divisas, que es la sustitución de importaciones.

Nosotros hicimos, estando yo en el Banco Nación, un estudio, yo era el coordinador del Consejo Consultivo de la Pequeña y Mediana Empresa del Banco, y en ese marco desarrollamos una investigación sobre las oportunidades de sustitución que existen en la Argentina hoy y ahí rectificamos, incluso lo hicimos con la evaluación de los créditos que daba el propio banco, que existían productores, proveedores, ya hoy existiendo en capacidad de reemplazar el 20% de las importaciones industriales de la Argentina, es decir, aproximadamente entre 15 y 20 mil millones de dólares se podrían ahorrar si uno dinamizara a esos productores y proveedores, que no es que hay que crearlos, ya existen y producen. Ahora, por ejemplo, tomábamos YPF. El Banco Nación le daba un crédito a tasa preferencial a YPF, e YPF llevaba adelante su actividad comprando afuera cosas que podía comprar adentro. YPF, empresa pública, el 35% de lo que compró afuera lo podría haber comprado acá adentro. Sin embargo, no lo hizo. Tomamos otra empresa, Aceitera General Deheza, recibió un crédito del Banco Nación y créditos aparte con tasas preferenciales, y el 52% de lo que compró afuera lo podría haber comprado aquí. ¿Qué es lo que no hay? No hay un plan que tenga en claro una estrategia de reindustrialización, que supone coordinar que aquellos sectores que conforman el núcleo dominante de la economía argentina estén obligados, vía el condicionamiento, si yo te doy un crédito a tasa preferencial, puedo obligarte a que compres acá. Los créditos, los subsidios, las estrategias, tienen que estar dirigidas a reconstituir el tejido productivo de la Argentina roto por años del neoliberalismo. Y acá es una barbaridad que nosotros, teniendo productores y proveedores que ya están en condiciones de garantizar producciones que necesitamos, las grandes empresas, en lugar de demandar acá adentro, demanden afuera. Ahí está faltando la política pública.


“Actualmente ya existen productores y proveedores que podrían reemplazar el 20% de las importaciones industriales en Argentina”

SOBRE LA NECESIDAD DE UNA POLÍTICA DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES

LCV: Vos cuando decías que no hay industria nacional más allá de las pymes y cooperativas, etcétera. Una de las cosas que nos había sorprendido en su momento es la existencia de una juventud de la UIA que hablaba de una manera totalmente insospechada para lo que podía ser la UIA que nosotros conocemos. Hemos entrevistado a varios que tienen un discurso que yo creo que da para sentarse a charlar. No sé si vos creés que puede llegar a haber un resquicio de diálogo y de construcción con ese tipo de gente.

-En el Consejo Consultivo de la Pequeña y Mediana Empresa que teníamos en el Banco Nación, la UIA participaba. Hay dentro de la UIA, segmento pymes, empresarios nacionales. Lo que digo es que cuando habla del poder económico, habla en general ya de poderes que están por encima de lo sectorial. Entonces se trata de lo que sería la Asociación de Empresarios Argentinos ahí. Ahí es donde vos tenés los principales grupos locales y extranjeros que controlan la economía argentina. La UIA está controlada por Techint en gran medida, o por el sector de la industria alimentaria, de los grandes oligopolios. Esto no quita que como estructura institucional adentro haya una multiplicidad y una diversidad. Indudablemente está, porque vuelvo a insistir, lo que está fuera de la cúpula de poder económico es la mayor parte de la Argentina, la cúpula es una cúpula sumamente reducida. Lo que tiene es un enorme poder en términos económicos. Cuando vos tomas las 500 firmas más importantes de la Argentina, el 78% del valor agregado por esas firmas está en manos de empresas extranjeras. En ese sentido, y el resto que queda, son algunos grupos locales donde está Arcor, Roca, donde están grupos que en la práctica son transnacionales de origen local, pero que en realidad funcionan como trasnacionales. Esa cúpula es donde no hay empresarios nacionales. Por fuera de esa cúpula, en los distintos sectores, hay. El problema es que tienen una posición subordinada, los que manejan los resortes principales son estos otros, y por eso es que se necesita abrir un ámbito en donde el Estado potencie aquellos actores que tienen una posición subordinada en la discusión del rumbo que tiene que tener la Argentina y que no es el que estos sectores vienen consolidando, que es una Argentina cada vez más reprimarizada, más especializada en exportar sus recursos naturales y cada vez con mayor dificultad para poder organizar una sociedad mínimamente homogénea. Vos tenés hoy, prácticamente, más de la mitad de la población laboral en situación de informalidad.

Cuando uno mira las estadísticas laborales, te vas a encontrar con la sorpresa de que hoy hay un nivel de empleo fabuloso en la Argentina. Ahora, a pesar de que hay un nivel de empleo fabuloso, el nivel de informalidad, es monumental. O sea, el grueso del empleo, es empleo de muy mala calidad. Si tomas el segundo trimestre del 2022, que es el último que hay información, se crearon 599 mil puestos de trabajo, pero de los cuales 400 mil, es decir, el 70% del total del empleo generado, es trabajadores asalariados en negro. Trabajadores que ganan entre 25 y 30 mil pesos, y que, por lo tanto, a pesar de que crece o creas empleo, la pobreza y el hambre siguen creciendo en la Argentina. O sea, con ese tipo de generación de empleo, lo que vos no resolves es la problemática del hambre que vuelve a tener una tendencia ascendente en las últimas mediciones y que está prácticamente orillando otra vez el 40% de la población y el 10% el total de indigentes.

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Después del domingo, a redoblar la apuesta, por Alberto Nadra

Un aporte desde mi militancia

Lejos estoy de la soberbia pretensión de explicar a tan pocas horas los resultados de este domingo sombrío. Eludo cifras, porcentajes y bancas, e intento compartir una actualización de las afirmaciones y categorías que vengo planteando hace muchos años, mi forma de militancia con la palabra, así como con la acción que me permiten los años.

Las concibo como un simple aporte al intercambio que debemos darnos quienes nos consideramos parte del movimiento nacional y popular, tanto los que entienden que su misión es mejorar las condiciones de vida del pueblo dentro de este capitalismo senil –pero en pleno reacomodamiento–  como quienes siempre consideramos que solo lo lograremos plenamente mediante un transformación revolucionaria en las estructuras económico-sociales, un cambio de mando en el poder y no meramente en la administración temporal de la cosa pública.

La situación es lo suficientemente grave, hemos retrocedido tanto, que aún falta mucho  para dirimir esa cuestión.

Ganar batallas, perder la guerra

A lo largo de los años,  el peronismo, fuerza mayoritaria entre lo mejor de nuestro pueblo, demuestra que puede lograr la mayoría electoral por períodos, hegemónico en un principio, ligeramente frentista con el tiempo y las dificultades. Sobre todo cuando convoca a otros sectores del campo popular, puede conquistar o reconquistar derechos, mejorar transitoriamente las condiciones para producir y crear trabajo, recuperar el salario o afirmar la soberanía.

Sin embargo, no puede retener esa mayoría electoral, pues el poder real  reacciona al ver cualquier amenaza a sus privilegios. Ante esto y hasta ahora, en lugar de redoblar la apuesta,  cede ante el poder real y vacila ante la necesidad de producir cambios de fondo en la estructura y la relación de fuerzas social que la determina. Por eso fue y es desplazado, antes por golpes de Estado y ahora también por las urnas.

¿Qué significa redoblar la apuesta?

Para cambiar en serio y ampliar las posibilidades de sostenerlo en el tiempo,  no alcanza con las buenas intenciones  ni con  avances parciales; se exige redoblar la apuesta: confrontar a fondo con el privilegio y  enfrentar el “sentido común”, la ideología dominante en toda la sociedad, que es precisamente la del bloque dominante.

¿Qué significa redoblar la apuesta, sea en la gestión para defender conquistas y profundizar el rumbo,  sea en el llano para resistir y reunir fuerzas para dar vuelta la taba en favor de las mayorías?

Desde ya no es una convocatoria el exitismo, ni a las chicanas de la interna chica. Significa algo muy distinto a lo que practica la rama partidocrática del heterogéneo movimiento popular, que no solo la hay, sino que es  predominante en su dirigencia.

Necesitamos que se reencuentren con el pueblo, que pongan el cuerpo en las luchas que crecen, pero aisladas, sin coordinación ni dirección política.

Es necesario convocar y lograr la unidad, pero la unidad de los luchadores, no un mero rejunte vacío de contenido, que no solo duele, sino que conduce al fracaso, antes o después de un desafío electoral.

Es necesario que esa unidad sea amplia pero a la vez institucionalizada, con protagonismo de las distintas fuerzas, con toda la amplitud que permita un acuerdo programático claro y acompañado por un plan de acción concreto, para gobernantes y gobernados, para dirigentes y militantes.

Preguntas, tan incómodas como necesarias

En ese camino hay que plantearse problemas de fondo como, a título de ejemplo: ¿es posible reconstruir el país y abrir un futuro de progreso y bienestar sin plantear una moratoria unilateral de la deuda externa, por el tiempo que reclame esclarecer su legitimidad y determinar las formas de pagos que permitan crecer a la nuestro país? ¿Es posible sin replantear una estrategia de independencia internacional que incluye acuerdos regionales y apelar a la cooperación e integración con los BRICS? ¿Seguiremos escuchando condenas a la bronca y el combate cuando negar la legitimidad de responder a la violencia es sellar un pacto con la crueldad?

La disyuntiva final

Unidad institucionalizada, programa y plan de acción. Cultivar la bronca, empujar la lucha  organizada y transformarla en combate legítimo.

No son frases hechas, ni un recurso más melancólico que práctico.

¿Es difícil?  ¡Claro que lo es! Llevamos años y acumulando dolores sin lograrlo. Pero, mientras no se logre, mientras no lo logremos, seguiremos ganando o perdiendo elecciones, conquistando y reconquistando derechos una y otra vez, pero retrocediendo a mediano y largo plazo.

Sé que no digo nada nuevo para tantos luchadores, pero es hora de empezar a decirle a la dirigencia y militancia, principalmente a la peronista, que es eso o seguir profundizando la decadencia, repetir fugaces triunfos y domingos aún más sombríos que el de este 26 de octubre.

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“Un mi padre de ron”, por Oscar Taffetani

Un amigo cubano -cuyo nombre me reservo- me contó una vez que en sus últimos años Ismaelillo (el hijo de José Martí bautizado José Francisco Martí Zayas Bazán), quien a lo largo de su vida mantuvo una relación particular con los EEUU (creció en Brooklyn, intervino en la guerra de Independencia cubana, apoyó las intervenciones y el protectorado norteamericano y ya convertido en alto jefe militar se apartó de todo al fin de la conspiración de los ABC), solía rondar por hoteles y tabernas esgrimiendo un billete con la cara de su padre y pidiendo en voz alta “un mi padre de ron”. Deliciosa anécdota.

Me acordé de esto cuando ciertos dirigentes nuestros cuestionan -“por principios”- el inesperado salvavidas que Scott Bessent -amigo de Soros- le tiró al ministro Toto C. al comprar pesos argentinos la pasada semana (pesos que muy pronto estará recomprando, con ganancias).

Ay, si eso fuera todo! Esta dirigencia vernácula sigue sin entender que una buena parte del voto favorable al Advenedizo, ayer domingo, se debe a la perspectiva cierta de que al gobierno se le fuera todo de las manos -como a otros- por un “golpe de mercado”.

Fue un voto defensista y conservador, pero no un voto “colonialista”. Nuestros asuntos pendientes (deuda, recursos naturales, Estado, producción) siguen estando pendientes, y mi deseo es que puedan abordarse y resolverse sin perder las instituciones democráticas ni la Independencia argentina.

Nada, eso.

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“Represión y abandono en el Chaco: la comunidad Qom bajo ataque”

Introducción
En la provincia del Chaco, las comunidades originarias vuelven a ser blanco de la represión estatal. La semana pasada, un violento operativo policial atacó una manifestación pacífica de la comunidad Qom en la localidad de Villa Río Bermejito, dejando decenas de heridos y varios detenidos. Detrás de los palos y las balas de goma, se esconde una crisis humanitaria marcada por el hambre, la falta de agua y la eliminación de pensiones no contributivas.
Para comprender la magnitud de lo que ocurre y el rol del Estado en este conflicto, La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores dialogó con Johana Duarte, secretaria gremial de la UTEP.

LCV: “¿Cómo nace el conflicto que derivó en la represión a la comunidad Qom del Chaco?”
Johana Duarte: “La semana pasada, en la provincia del Chaco, se graficó una situación que venimos denunciando en todo el país, pero que en algunos lugares, como las provincias del norte, se profundiza más: la crisis alimentaria y la que viven las comunidades originarias producto del brutal ajuste que lleva adelante el gobierno nacional. En este caso, también en complicidad con el gobierno provincial, encabezado por Leandro Zdero, alumno perfecto de Milei. Digo ‘alumno perfecto’ porque no solo es cómplice del ajuste nacional, sino que implementa en la provincia más pobre de la Argentina las mismas políticas: ajuste, persecución, estigmatización de los trabajadores y represión. Es un modelo calcado del nacional.”

LCV: “¿Qué situación concreta están atravesando las comunidades en el territorio?”
Johana Duarte: “En la zona del Impenetrable chaqueño, hace varios meses que no llegan alimentos ni asistencia en agua. Son derechos básicos contemplados incluso por un fallo de la Corte Suprema en 2016, que intimó a la provincia a garantizar el cumplimiento de esos derechos. Desde la asunción de Milei en la Nación y de Zdero en el Chaco, esa asistencia se cortó. Las comunidades reclaman hace meses la restitución de esos derechos básicos. A eso se suma la baja masiva de pensiones no contributivas, que eran el único ingreso de muchas familias. La situación es de una gravedad absoluta.”

LCV: “¿Cómo se produjo la represión?”
Johana Duarte: “La semana pasada, en Villa Río Bermejito, las comunidades se habían congregado pacíficamente en la plaza central para movilizarse y exigirle al intendente que reclamara por los derechos que se están vulnerando. Pero el reclamo fue respondido con una represión feroz: más de 300 efectivos de la policía provincial atacaron a manifestantes indefensos, en su mayoría adultos mayores, mujeres y niños. Hubo casi 50 heridos y cinco detenidos. Lo más grave es que el operativo fue encabezado por el propio jefe de la policía del Chaco, mientras las mafias y el narcotráfico avanzan impunes en la capital. Es el modelo de seguridad impuesto por Patricia Bullrich: reprimir a los pobres en lugar de enfrentar el delito real.”

LCV: “¿En qué estado está hoy el conflicto?”
Johana Duarte: “Luego de la represión, las comunidades siguen en asamblea permanente. Reclaman tres cosas urgentes: alimento, acceso al agua y la restitución de las casi 10.000 pensiones dadas de baja arbitrariamente. Además, el Estado Nacional cerró oficinas como ANSES o el Ministerio de Capital Humano, y en esa zona la delegación más cercana está a 80 kilómetros, en Castelli. Es decir, no solo les quitan lo que necesitan, sino que también les niegan dónde reclamarlo.”

LCV: “¿Qué pasos se están dando frente a esta situación?”
Johana Duarte: “Las comunidades continúan en estado de asamblea y han iniciado acampes a la vera de distintas rutas del Chaco. Se exige al Poder Ejecutivo provincial que dé respuesta inmediata. La lucha va a continuar, porque las pensiones son un derecho adquirido y no vamos a permitir que se las arrebaten.”

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