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Claudio Lozano: “Las Pymes, el movimiento cooperativo y la economía popular deberían articularse en una estrategia común”

Claudio Lozano, ex director del Banco de la Nación Argentina e integrante del partido Unidad Popular, charló con La Columna Vertebral sobre las perspectivas económicas del país, la articulación de distintos actores cooperativos y productivos y la necesidad de una estrategia del Estado.
LCV: Aquí estamos con Claudio Lozano. ¿Estás siendo candidato a presidente dentro del Frente por el Partido Unidad Popular, o eso fue un rumor que largaron las malas lenguas?
-No, no. Lo que sí es cierto que nosotros desde Unidad Popular venimos trabajando para que en el 2023 haya una propuesta política que permita alimentar una idea de futuro. Vemos con preocupación una abierta y creciente distancia por parte de la gestión actual del Frente respecto a lo que fue el mandato electoral del 2019. En ese marco venimos discutiendo hacia el interior con las fuerzas que integran el Frente y también afuera, la necesidad de una propuesta política distinta. Si en ese marco hay que presentar candidaturas presidenciales nosotros estamos dispuestos y obviamente desde Unidad Popular me propondrían a mí, pero eso es algo que tiene que ver con una construcción que seguramente será frentista y con la anuencia del conjunto de las fuerzas que terminen conformando esa propuesta. Lo que sí nosotros tenemos claro es que no podemos ser cómplices de una situación en donde el fracaso de la gestión del gobierno de Alberto Fernández termine asfaltado el retorno del neoliberalismo en la Argentina, ni tampoco estamos dispuestos a aceptar que el Frente de Todos tenga una conducción de carácter conservador. En ambos casos, nosotros tenemos la decisión de seguir alentando lo que siempre creímos y que era parte de las definiciones que el Frente de Todos expresó en el 2019.
LCV: ¿Cuáles serían las reformas que ustedes creen que son viables? Porque yo muchas veces digo cosas que todos me dicen “lo tuyo es una utopía”, pero en realidad creo que se puede hacer, fomentar más las cooperativas, las pymes, la economía popular. Esto de que el capital lo crean solo los empresarios, cuando en realidad el capital por lo general sabemos que lo crean los trabajadores, ¿es una utopía mía o es algo que realmente un economista como vos, que está centrado con los pies en la tierra, piensa que es posible realizar?
-Lo que ha desaparecido es el papel del Estado y de la burguesía nacional, cosa que sí existía a mediados de los 70. Los cambios brutales que la Argentina vivió hacen que, en la cúpula del poder económico, el Estado tenga una presencia insignificante y que el empresariado nacional prácticamente no exista. Lo único que existe son grandes capitales locales o extranjeros, dominantemente extranjeros, y por lo tanto su lógica de acumulación tiene poco que ver con el desarrollo del país. En ese sentido, sí hay todo un espectro de empresarios nacionales de pequeña y mediana empresa, del movimiento cooperativo, de economía popular y de lo que el Estado puede hacer también. Y todo ese bloque debería articularse en una estrategia común. Nosotros venimos hace rato y se lo hemos planteado al Gobierno y lamentablemente no ha dado bola, hemos venido planteando, por un lado, la puesta en marcha de un ingreso básico universal para toda la población en situación de informalidad y desempleo y al mismo tiempo un salario social de empleo y formación para 4 millones de trabajadores de la economía popular equivalente al salario mínimo, y que ese salario social de formación sea un insumo de financiamiento en la conformación de lo que denominamos un área de economía pública y social en donde esté el Estado, las pymes, las cooperativas, y obviamente la economía popular. Esa área tendría que tener un tendría que transformarse en un motor de inversiones sociales absolutamente necesarias que tienen que ver con la reconstitución de las instituciones del bienestar que en la Argentina están hechas polvo. Esto implica infraestructura sanitaria, educacional, planes de vivienda masivos de carácter social, el tema de lo que nosotros venimos promoviendo, que es el tema del redespliegue de la población en el territorio, desarmando conurbanos invivibles y creando ciudades a lo largo y a lo ancho del país, ciudades más pequeñas con una matriz ecológica más sustentable, con un cinturón verde vinculado a la soberanía alimentaria.

“Los grandes capitales son predominantemente extranjeros, y por eso su lógica de acumulación tiene poco que ver con el desarrollo del país”
SOBRE LA PREDOMINANCIA DE GRANDES CAPITALES EN EL PAÍS
Todo eso se puede encarar y podría ser un insumo principal de una estrategia económica absolutamente diferente. La necesidad de inversión para llevar adelante esto es de apenas 2.5 del producto. Es absolutamente factible. Nos permitiría garantizar un piso de ingresos para que ningún hogar esté por debajo de la línea del hambre, y nos permitiría también poner en marcha una estrategia orientada donde la economía popular no sea como es hasta hoy una suerte de actividades que van siendo decididas de manera anárquica por cada uno de aquellos que la lleva adelante. Que sea parte de una estrategia general por parte de un Estado direccionado a la reconstrucción de las condiciones de vida del pueblo argentino que básicamente es la prioridad que andamos necesitando. Así que, en realidad, un ámbito donde el Estado esté articulado en su estrategia junto con la pyme, las cooperativas y la economía popular, es absolutamente imprescindible para crear y potenciar un sujeto económico que discuta la orientación del funcionamiento de la economía.
LCV: Yo creo que el Estado tiene que fomentar la producción de las cosas que necesita. ¿A eso vos te referís cuando decís estrategia de Estado?
-En primer lugar, si vos no tenés dólares, que es la realidad de la Argentina actual, o tenés pocos, y obviamente hay que dejar en claro que no tenés dólares por la mala gestión de la política económica, no es que la Argentina no haya tenido dólares durante estos años. Hubo saldos comerciales abultados de la Argentina que se dilapidaron por la ausencia de regulaciones y controles eficaces sobre el uso y manejo de las divisas. Pero suponiendo que hoy no los tenés, o tenés muy pocos, vos tenés que dinamizar aquellas actividades de la economía argentina que son las que menos dólares consumen, porque no todas las actividades consumen la misma cantidad de dólares. Uno puede producir alimentos en la Argentina sin consumir dólares. No es necesario importar para producir alimentos en nuestro país, no es necesario importar para llevar adelante planes de vivienda en el país, nos necesario importar para fomentar la educación, la cultura, la salud. Hay un montón de actividades donde el consumo de dólares es mínimo o inexistente, y además son actividades sumamente necesarias para lo que es la recomposición de las condiciones de vida de la sociedad argentina. El problema que tenemos hoy es que lo que se aplica es una lógica extrema, propia del neoliberalismo, que implica que frente a la ausencia de dólares paro la actividad y entonces ponen en recesión a la economía, cuando lo que hay que hacer es, en todo caso, morigerar o limitar la actividad de las actividades que consumen dólares. Ese es el tema. No las que no consumen, las que no consumen hay que dinamizarlas y se puede hacer. Y lo que vos planteas tiene que ver con algo que acá directamente ni siquiera se discute, y que es un modo de conseguir divisas, que es la sustitución de importaciones.
Nosotros hicimos, estando yo en el Banco Nación, un estudio, yo era el coordinador del Consejo Consultivo de la Pequeña y Mediana Empresa del Banco, y en ese marco desarrollamos una investigación sobre las oportunidades de sustitución que existen en la Argentina hoy y ahí rectificamos, incluso lo hicimos con la evaluación de los créditos que daba el propio banco, que existían productores, proveedores, ya hoy existiendo en capacidad de reemplazar el 20% de las importaciones industriales de la Argentina, es decir, aproximadamente entre 15 y 20 mil millones de dólares se podrían ahorrar si uno dinamizara a esos productores y proveedores, que no es que hay que crearlos, ya existen y producen. Ahora, por ejemplo, tomábamos YPF. El Banco Nación le daba un crédito a tasa preferencial a YPF, e YPF llevaba adelante su actividad comprando afuera cosas que podía comprar adentro. YPF, empresa pública, el 35% de lo que compró afuera lo podría haber comprado acá adentro. Sin embargo, no lo hizo. Tomamos otra empresa, Aceitera General Deheza, recibió un crédito del Banco Nación y créditos aparte con tasas preferenciales, y el 52% de lo que compró afuera lo podría haber comprado aquí. ¿Qué es lo que no hay? No hay un plan que tenga en claro una estrategia de reindustrialización, que supone coordinar que aquellos sectores que conforman el núcleo dominante de la economía argentina estén obligados, vía el condicionamiento, si yo te doy un crédito a tasa preferencial, puedo obligarte a que compres acá. Los créditos, los subsidios, las estrategias, tienen que estar dirigidas a reconstituir el tejido productivo de la Argentina roto por años del neoliberalismo. Y acá es una barbaridad que nosotros, teniendo productores y proveedores que ya están en condiciones de garantizar producciones que necesitamos, las grandes empresas, en lugar de demandar acá adentro, demanden afuera. Ahí está faltando la política pública.

“Actualmente ya existen productores y proveedores que podrían reemplazar el 20% de las importaciones industriales en Argentina”
SOBRE LA NECESIDAD DE UNA POLÍTICA DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES
LCV: Vos cuando decías que no hay industria nacional más allá de las pymes y cooperativas, etcétera. Una de las cosas que nos había sorprendido en su momento es la existencia de una juventud de la UIA que hablaba de una manera totalmente insospechada para lo que podía ser la UIA que nosotros conocemos. Hemos entrevistado a varios que tienen un discurso que yo creo que da para sentarse a charlar. No sé si vos creés que puede llegar a haber un resquicio de diálogo y de construcción con ese tipo de gente.
-En el Consejo Consultivo de la Pequeña y Mediana Empresa que teníamos en el Banco Nación, la UIA participaba. Hay dentro de la UIA, segmento pymes, empresarios nacionales. Lo que digo es que cuando habla del poder económico, habla en general ya de poderes que están por encima de lo sectorial. Entonces se trata de lo que sería la Asociación de Empresarios Argentinos ahí. Ahí es donde vos tenés los principales grupos locales y extranjeros que controlan la economía argentina. La UIA está controlada por Techint en gran medida, o por el sector de la industria alimentaria, de los grandes oligopolios. Esto no quita que como estructura institucional adentro haya una multiplicidad y una diversidad. Indudablemente está, porque vuelvo a insistir, lo que está fuera de la cúpula de poder económico es la mayor parte de la Argentina, la cúpula es una cúpula sumamente reducida. Lo que tiene es un enorme poder en términos económicos. Cuando vos tomas las 500 firmas más importantes de la Argentina, el 78% del valor agregado por esas firmas está en manos de empresas extranjeras. En ese sentido, y el resto que queda, son algunos grupos locales donde está Arcor, Roca, donde están grupos que en la práctica son transnacionales de origen local, pero que en realidad funcionan como trasnacionales. Esa cúpula es donde no hay empresarios nacionales. Por fuera de esa cúpula, en los distintos sectores, hay. El problema es que tienen una posición subordinada, los que manejan los resortes principales son estos otros, y por eso es que se necesita abrir un ámbito en donde el Estado potencie aquellos actores que tienen una posición subordinada en la discusión del rumbo que tiene que tener la Argentina y que no es el que estos sectores vienen consolidando, que es una Argentina cada vez más reprimarizada, más especializada en exportar sus recursos naturales y cada vez con mayor dificultad para poder organizar una sociedad mínimamente homogénea. Vos tenés hoy, prácticamente, más de la mitad de la población laboral en situación de informalidad.
Cuando uno mira las estadísticas laborales, te vas a encontrar con la sorpresa de que hoy hay un nivel de empleo fabuloso en la Argentina. Ahora, a pesar de que hay un nivel de empleo fabuloso, el nivel de informalidad, es monumental. O sea, el grueso del empleo, es empleo de muy mala calidad. Si tomas el segundo trimestre del 2022, que es el último que hay información, se crearon 599 mil puestos de trabajo, pero de los cuales 400 mil, es decir, el 70% del total del empleo generado, es trabajadores asalariados en negro. Trabajadores que ganan entre 25 y 30 mil pesos, y que, por lo tanto, a pesar de que crece o creas empleo, la pobreza y el hambre siguen creciendo en la Argentina. O sea, con ese tipo de generación de empleo, lo que vos no resolves es la problemática del hambre que vuelve a tener una tendencia ascendente en las últimas mediciones y que está prácticamente orillando otra vez el 40% de la población y el 10% el total de indigentes.

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16 de junio de 1955: Esa maldita costumbre de matar, por Leónidas Ceruti

El mes de junio de 1955, no fue un mes cualquiera durante el segundo gobierno del Gral. Juan Domingo Perón. El día 11, la Iglesia Católica realizó la procesión de Corpus Christi, que excedió lo religioso y se produjo una movilización opositora que reunió 250.000 manifestantes, desplazándose desde la zona de la Catedral a la zona del Congreso Nacional.
Las crónicas reseñan que los activistas dañaron placas conmemorativas a la figura de Eva Perón e izaron la bandera del Vaticano en lugar de la bandera argentina en el mástil del Congreso. El conflicto se agudizó cuando se conoció que durante la procesión se había quemado una bandera argentina y al publicarse en los diarios la fotografía de Perón y Borlenghi mirando los restos de la misma.
El 16 el gobierno había organizado un acto de desagravio a la bandera nacional. El ministro de Aeronáutica, Brigadier Mayor Juan Ignacio de San Martín, dispuso que la aviación testimonie su adhesión al presidente de la República, desagraviando a la vez la memoria del general José de San Martín. Para esto decidió que una formación de aviones sobrevuele la Catedral de Buenos Aires, donde descansan los restos del Libertador. El anuncio del desfile reunió en Plaza de Mayo a un numeroso público. Se trataba de un acto cívico-militar en solidaridad con el gobierno frente a los embates de la oposición.
Pero durante esa jornada, al mediodía se produciría el bombardeo, conocido como la Masacre de Plaza de Mayo. Ese día un grupo de militares y civiles opuestos al gobierno del presidente Perón, intentó asesinarlo y llevar adelante un golpe de estado y, si bien fracasaron en su propósito, durante el mismo varios escuadrones de aviones pertenecientes a la Aviación Naval, bombardearon y ametrallaron la Plaza de Mayo y la Casa Rosada, el edificio de la Confederación General del Trabajo y el edificio que en aquella época servía como residencia presidencial.Causaron la muerte de 700 personas y más de 2000 heridos.
Los relatos de la época comentan que:
“A las 12.40, la escuadra de treinta y cuatro aviones de la Marina de Guerra argentina que había estado sobrevolando la ciudad desde hacía bastante tiempo (22 North American AT-6, 5 Beechcraft AT-11, 3 hidroaviones de patrulla y rescate Catalina), iniciaron sus bombardeos y ametrallamientos al área de la Plaza de Mayo.”
“El capitán de fragata Néstor Noriega, de 39 años de edad, esperaba que el cielo se despejara, la escuadrilla formaba escalonada hacia arriba. A las 12,40 Noriega al mando de su Beechcraft descarga una bomba de 100 kilos que cae sobre la sede presidencial; a continuación los North American al mando del capitán de corbeta Santiago Sabarots descargan bombas de 50 kilos cada uno. La sorpresa del ataque hizo que el mismo cayera sobre la población, que realizaba sus actividades normales debido a que era un día hábil.”
“Entre las primeras víctimas se contaron los ocupantes de los vehículos de transporte público de pasajeros. Un trolebús repleto recibió una bomba de lleno, muriendo todos sus ocupantes.”
“La Plaza de Mayo era un incendio, quienes salían de las bocas del subte se encontraron con la nube de pólvora, los aviones rasantes sobre el casco porteño, la gritería, la desesperación, la gente intentando esconderse como podía, heridos, muertos, mutilados. Los aviones lanzaron sus bolas de fuego y muerte contra los trabajadores que se desplazaban hacia sus tareas, o bien transeúntes distraídos que recorrían ese lugar histórico, mientras se escondían como podían ante la sorpresiva y violenta lluvia de bombas y metrallas”.
Esa mañana fue el bautismo de fuego de los aviones de la aeronáutica contra el pueblo. Los aviadores arrojaron nueve toneladas y media de explosivos, según algunas fuentes, otras, catorce toneladas sobre la población civil inerme.
Perón se había retirado al Ministerio de Guerra ubicado a 200 metros de la Casa Rosada por lo cual no estaba en ella al comenzar los ataques aéreos y el intento de asalto por fuerzas de tierra.
Después de la primera hora de bombardeo los gremios empezaron a convocar a los obreros para organizar una Marcha de Resistencia a la Plaza de Mayo en defensa de Perón. Una bomba cayó sobre la convocatoria a las 13.30 y mató a Armando Fernández, de la Asociación de Trabajadores Jaboneros, Perfumistas y Afines.
Mientras se acentuaban los tiroteos en el centro porteño, se ordenó a la Base Militar de la Fuerza Aérea en Morón el despegue de interceptores a reacción. Los pilotos se encontraban entonces en acaloradas discusiones sobre si debían adherirse o no al movimiento de los sublevados. Rápidamente se hizo al aire una escuadrilla de cuatro Gloster Meteor leales al gobierno. Si bien no pudieron llegar a tiempo para impedir el bombardeo, lograron interceptar una escuadrilla naval rebelde que se retiraba de la zona. El combate se produjo a baja altura sobre el Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery y el Río de la Plata.
La Base Aérea de Morón caería entonces por poco tiempo en manos rebeldes, con lo que estos pudieron hacerse con 4 Meteors. Los hicieron despegar para continuar ametrallando la zona de Plaza de Mayo en apoyo a los rebeldes emplazados en la zona del Ministerio de Marina, extendiendo sus acciones hasta las 17.20. Al no contar con bombas uno de estos aviadores empleó su tanque de combustible como si fuese una bomba de napalm, que cayó sobre los automóviles que se encontraban en el estacionamiento de la Casa de Gobierno.
Ante el fracaso del combate en tierra y luego de ser derribados dos aviones por las baterías antiaéreas montadas en la zona, los aviadores rebeldes recibieron la orden de escapar al territorio uruguayo, pidiendo asilo. De los treinta aviones que huían, algunos aparatos no llegaron a aterrizar en el territorio uruguayo por el excesivo consumo de combustible invertido en los ametrallamientos, por lo que sus pilotos debieron descender forzosamente al Río de la Plata o en campos de la zona de Carmelo.
El pueblo salió a la calle enardecido, solicitando armas al presidente. En un mensaje radial emitido por el General Perón afirmó que “la situación está totalmente dominada. El Ministerio de Marina, donde estaba el comando revolucionario, se ha entregado y está ocupado, y los culpables, detenidos”, e instó a la población: “nosotros, como pueblo civilizado, no podemos tomar medidas que sean aconsejadas por la pasión, sino por la reflexión”.
Se había perpetrado uno de los hechos más cobardes y criminales de militares y civiles de la historia de nuestro país.
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“Sin archivos no hay derechos”: la advertencia de Andrés Pak Linares ante el vaciamiento de la memoria estatal

El archivista y presidente de AFPA (Archivistas de la Función Pública Argentina) Andrés Pak Linares, advierte sobre los riesgos que corren los archivos públicos en un contexto de desfinanciamiento, desmantelamiento institucional y políticas que apelan a la desmemoria. Desde el Archivo General de la Nación hasta los organismos más pequeños del país, Pak Linares plantea que sin una política estatal sólida en materia archivística no solo se pierde historia: también se atenta contra la eficiencia del Estado y, sobre todo, contra el ejercicio pleno de los derechos individuales y colectivos. En diálogo con LCV, insiste en la necesidad de una política de archivos que trascienda gobiernos y coyunturas ideológicas, tal como sucede en otros países de la región.
LCV: ¿Cuáles son los riesgos que corren los archivos? Sobre todo en este momento, con este tipo de gobierno que apela a la destrucción y la desmemoria.
Andrés Pak Linares: “Bueno, nosotros desde AFPA , advertimos en un comunicado en abril de 2023 que todo estaba en peligro. Tristemente se fue cumpliendo esta visión que nosotros teníamos. Y lo vemos —para decirlo de una forma que se entienda, digamos— detrás de cada institución que se cierra o detrás de cada programa que se descontinúa, hay un archivo. Hay un archivo que recoge los documentos que dan cuenta de lo que hizo ese feminismo, de lo que hizo ese programa, ese funcionario”.
LCV: Ese funcionario también, por supuesto.
Andrés Pak Linares: “Claro, porque los archivos son los lugares donde se puso la documentación que refleja el accionar de las instituciones. Hay una trazabilidad de la historia que indica en qué gobiernos se cuidó más la memoria, en cuáles se cuidó más la cuestión archivística, se le dio visibilidad, se le dio formación a la gente.”
LCV: Recuerdo, desde que tengo uso de razón —y sobre todo desde que soy periodista— haber ingresado, y salvo los de la Biblioteca Mariano Moreno y algunos otros que son buenos en sí mismos, pero recuerdo el ingente trabajo de los archivistas para protegerlos del polvo, de los ácaros, de un montón de situaciones en donde uno dice: “Pará, eh, esto sin ir a otras cosas, como por ejemplo los fílmicos y los discos, que vos recordarás en la época del presidente Menem, por ejemplo, los archivos de Radio Nacional se tiraron todos a los containers de basura”.
Andrés Pak Linares: “No es fácil ponernos a hacer cuentas de lo que se ganó y lo que se perdió en los últimos años —a decir, no sé, 40 años—, hay muchos hitos, ¿no? Pero yo empezaría por acá: lo que nosotros planteamos desde AFPA es que lo que falta es una política estatal en materia de archivos. Política estatal, no gubernamental. Después podemos encontrar en los distintos gobiernos algunas acciones positivas, algunas negativas. Querríamos trascender eso a favor de la discusión por una política estatal, que es la responsabilidad estatal de la memoria. Y más que de la memoria, yo diría de archivos. Tenemos otra discusión. Las políticas de memoria útiles, buenas, que nosotros acompañamos y demás, tienen una correlación con las políticas de archivo. Si yo quiero una política de memoria eficiente, necesito una política de archivos eficiente. En ese sentido, y para nombrar hitos venturosos, entre el 2010 y el 2020 funcionó un programa de capacitación por el que pasaron más de 3000 agentes, más de 100 organismos públicos. Discontinuado. En los 90s, por ejemplo —para hablar de distintos gobiernos— durante el proceso de privatizaciones, y por el denodado esfuerzo de trabajadoras y trabajadores del Archivo General de la Nación y de otros archivos, bueno, el Archivo General de la Nación duplicó su patrimonio. Rescatando fondos de organismos privatizados.
LCV: ¿Cuáles serían las deudas de la democracia con la política de archivos?
Andrés Pak Linares: Lo que no tenemos del 83 para acá —para hablar de las deudas- es una actualización normativa, un reconocimiento de la profesión. Reconocimiento que tiene que, además de ver sueldos, verse en estructuras, verse en funcionalidad de los archivos. Entonces, más allá de señalar si este gobierno hizo esto, este gobierno hizo lo otro… nosotros vemos que hay una línea, por así decir, que no termina de instalar una política sólida.
LCV: ¿Cómo ves la política actual en ese sentido?
Estamos viviendo un denodado ataque a toda la estatalidad o a todas las —digamos— funcionalidades estatales, ¿no? Y en ese sentido no hay mucho para destruir. Está todo en peligro. Hay un peligro total, en todos los estamentos.”
LCV: Hay mucho para hablar, te digo, hay mucho para hablar y muy poco tiempo, porque yo te voy a pedir que en un minuto me definas la importancia que tiene —en un país— para su crecimiento intelectual, histórico, político y social, el tener los archivos y poder acceder a ese pasado nuestro que yo entiendo siempre enseña. Bien, en un minuto nada más.
Andrés Pak Linares: “Perfecto. Lo que nosotros planteamos —y esto quizás lo explique bien— es que los archivos tienen una triple función social. Una, la de preservar documentos que puedan oficiar de fuentes para el conocimiento del pasado. Otra, para la eficiencia administrativa. Y acá ya empezamos a abrir el juego: si yo quiero un Estado eficiente, más allá de la ideología o más allá de la dirección política que le dé, necesito archivos adecuados. Y una tercera, que dejo para el final y no es la menos importante: los archivos son el soporte documental para el ejercicio de derechos individuales y colectivos”.
LCV: “Totalmente”.
Andrés Pak Linares: “Entonces, si yo no implemento una política de archivo o directamente ataco la funcionalidad o servicios de archivos, estoy atacando directa o indirectamente —pero más directa que indirectamente— la posibilidad del ejercicio de derechos individuales y colectivos. Para poner un ejemplo de países vecinos: Brasil, hasta hace poco, tenía una política estatal en materia de archivos. Cambiaban los gobiernos —se iba Collor de Mello, venía Lula—, el director del Archivo Nacional de Brasil era el mismo. La CONARC, el Consejo Nacional de Archivo, era el mismo, seguía funcionando. A eso llamamos política estatal.
LCV: “Exactamente”.
Andrés Pak Linares: “Que trascienda las coyunturas. Que trasciendan las coyunturas y las ideologías”.
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Raúl Godoy, trabajador de la fábrica recuperada Zanon: “Nos están asfixiando”.

En un país donde las estadísticas borran a quienes resisten por fuera del mercado, el trabajador y dirigente ceramista, ex diputado del Frente de Izquierda, Raúl Godoy, levanta la voz desde el corazón de una experiencia que desafía las reglas del capitalismo hace casi 25 años. Zanon, la fábrica de cerámicos de Neuquén gestionada por sus trabajadores desde 2001, enfrenta hoy un escenario crítico: tarifas impagables, falta de crédito, desindustrialización y un Estado que nunca apostó por las gestiones obreras.
El viernes 13 de junio a las 17:30 hs en el Auditorio de ATE Nacional “Héctor Quagliaro”, ubicado en Moreno 2654, CABA, convocan a una reunión de solidaridad. En defensa de las gestiones obreras de Neuquén: Zanon, Ceramica Neuquen y Stefani de Cutral Co.
“El gobierno provincial con el uso de las fuerzas represivas: corto la luz y el gas a las cooperativas en plenos fríos. Paralizando asi toda la producción por lo tanto el sustento de cientos de familias. En la provincia de Vaca Muerta que provee energía a un tercio del país cortan los servicios a cooperativas de trabajo. Los trabajadores con un amplio apoyo de la comunidad vienen realizando manifestaciones en Neuquen, pero necesitan hacer visible esta situación a nivel nacional”, explicaron en un comunicado.
De paso por Buenos Aires para impulsar esa reunión de solidaridad y visibilización, Godoy analiza el presente de la cooperativa, recuerda el rol de los gobiernos que prometieron y no cumplieron, y apunta contra un modelo económico que prioriza a las multinacionales mientras deja caer a quienes producen sin patrón. “Lo que es verdaderamente utópico —advierte— es pensar que se puede sostener una cooperativa en medio de este capitalismo destructivo.”
LCV: ¿Dónde estás vos en este momento?
Raúl Godoy: Ahora, en estos momentos estoy en Buenos Aires. Estamos organizando una reunión para este viernes. Fue el pedido de los compañeros, se discutió en asamblea, para poder hacer visible nuestra lucha. Como bien decías al inicio, desde Neuquén siempre hay mucho silencio. Estamos en la Patagonia, lejos del centro político, por lo tanto, para hacer visible una lucha hay que venir hasta Buenos Aires. Entonces, bueno, acá preparando el terreno para poder hacer esta reunión de solidaridad y poder votar un plan de acción.
LCV: Contanos cuál es la situación que están viviendo en este momento en Neuquén.
Raúl Godoy: Claro. Las gestiones obreras, Zanon principalmente, pero después también Cerámica Neuquén, Stefani, y todos, somos parte de la lucha del 2001 en la Argentina, de ese momento donde surgieron y se multiplicaron las asambleas barriales, las ocupaciones de fábricas, gestiones obreras, cooperativas, etc. La gente se recordará lugares emblemáticos como el Bahuen, como Brukman. Fueron más de 250 fábricas y empresas que fueron ocupadas y puestas a producir frente al abandono de la patronal. Frente al cierre masivo de lugares de trabajo, mucha gente ocupó esos lugares y los puso a funcionar. Uno de los casos más emblemáticos fue el de Zanon, que venimos hace muchos años, ¿no? Ya el año que viene cumplimos 25 años, desde que se ocupó la fábrica y se puso a producir.
Bueno, estos años han sido de resistencia, de mucho trabajo. Al inicio, cuando empezó nuestro trabajo, tuvimos un momento donde las maquinarias estaban en buenas condiciones, veníamos con un cierto empuje, y logramos que las fábricas funcionaran, que ingresaran más compañeros y compañeras desocupadas a trabajar. Construimos una escuela, construimos un centro de salud, trabajamos muchísimo con la comunidad. Ahora, con el pasar de los años, los ajustes, una política peor que la otra, nos fueron asfixiando. No nos dieron jamás un acceso a crédito para renovar maquinaria. Entonces es como tener un taxi con un Ford Line, con un Torino, digamos. Es muy difícil seguir manteniendo una producción con fábricas que tienen más de 30 años de antigüedad. Han pasado los gobiernos, nunca accedimos, y ahora nos están apretando con los cuadros tarifarios. Con la política de Milei, de darle prioridad a las empresas multinacionales, nos vinieron a apretar. Y bueno, la parte más delgada de una economía son las cooperativas. No tienen espalda.
LCV: Respecto de la energía, escuchaba algo que tenía que ver con que si en la zona fría, que son ustedes, claro, tienen más de un medidor, significa que un medidor lo están usando de lujo. ¿No es posible que una cooperativa tenga dos medidores?
Raúl Godoy: Mirá, es incluso más complejo. Con las privatizaciones de los 90, que hizo el gobierno de Menem, quedó un desastre. Tenés una empresa que es la transportadora de gas, que es Camuzzi, una multinacional francesa que tiene el monopolio del transporte de gas. Pero además, tenés que contratar otra empresa que sea la proveedora. Ahí tenés una multitud de empresas, una peor que la otra, que especulan, la mayoría son multinacionales. En un momento tenía YPF la concesión, nos daba el gas, pero se retiró por zonas. Para que la gente se dé una idea de lo que estamos hablando, la boleta de gas es de 30 millones de pesos por mes.
LCV: ¿Y lo que gastás en sueldos para una cooperativa?
Raúl Godoy: Tenemos un sueldo básico, porque depende de la venta. En realidad, todos los primeros años de Zanon, los primeros 15 años, te diría, estábamos por encima, lejos, de lo que es el convenio ceramista en general. Siempre pudimos acceder, mientras la cooperativa funcionaba bien, a buenos sueldos. Cuando se empezó a deteriorar la economía, los sueldos los votamos en asamblea.
LCV: Entiendo. Pero lo que quería era que mi oyente entienda: 30 millones en gasto de gas y sueldos de cuánto.
Raúl Godoy: Estamos entre 300 y 400 mil pesos.
LCV: Me lo contabas de tal manera que pensé que me ibas a decir dos millones y medio. 400 mil pesos es una jubilación mínima.
Raúl Godoy: Exactamente. Por ahí si tenés una venta mayor se mejora y si no, no. No es estable. Al haberse caído tanto la producción y la economía en la cooperativa, se cobra lo que se puede. No todos los meses es igual.
LCV: En algún momento, ¿Zanon exportó?
Raúl Godoy: Sí, Zanón llegó a exportar, pero con mucho obstáculo. Hay mucha competencia. Había otras empresas que importaban directamente cerámicos más baratos, de menor calidad, y teníamos que competir. Las cooperativas, para nosotros, en última instancia, son lugares de resistencia. Mantenemos las fábricas abiertas. Pero debería ser un lugar de crecimiento, no de resistencia. Pero en un mercado capitalista absolutamente destructivo, no te dejan jamás.
De hecho, ningún gobierno nos permitió tener acceso a crédito para renovar maquinaria. Desde 2001 para acá, ninguno. Este gobierno menos. Este viene a liquidarte. Los anteriores te ponían un respirador. Este te lo quita y dice: “Si soportás, bien”.
Mirá, siempre cuento la anécdota: muchos estudiantes iban a Zanón a solidarizarse, estudiantes de economía, ingenieros. Uno de ellos era Axel Kicillof. Después llegó a ser ministro de Economía. Nunca pudimos acceder a un crédito, ni siquiera con él. Le vimos las caras a todos. Soluciones, a ninguno.
LCV: Le estoy preguntando esto a toda persona que fabrica algo. Con las importaciones abiertas, sin control, también se han abierto los controles de calidad y salubridad. ¿La cerámica tiene ese problema?
Raúl Godoy: Totalmente. Por ejemplo, Zanón fue la primera fábrica en Latinoamérica en fabricar porcelanato pulido. Con las importaciones empezaron a traer porcelanato chino, malísimo.
LCV: ¡Es el que se quiebra!
Raúl Godoy: Exactamente. Me alegra que lo digas vos, porque si lo digo yo parece parte interesada. Pero es verdad. Traían cerámicos malos, más baratos. La gente, con necesidad, compraba cualquier cosa. Imaginate planes de vivienda o empresas que hacen edificios: ponían lo más barato.
LCV: En los planes de vivienda del peronismo, las casas de obreros eran de materiales de calidad. Hoy el Estado te pone material barato. También hay una mirada política en eso.
Raúl Godoy: Sí, hay una decadencia generalizada. En Neuquén, que tiene mucha renta petrolera, ya no hay planes de vivienda. O están terciarizados. Nosotros planteamos que se estatizara la fábrica y, con control estatal, dedicar nuestra producción a viviendas. El gobierno proveía materia prima, maquinaria. Nosotros laburábamos. Gestión obrera. Ese fue el proyecto. No llegamos. Nadie quiso.
LCV: Nadie. Ni los más peronistas, ni los más socialistas.
Raúl Godoy: Logramos la cooperativa, sostuvimos el equipo, la fábrica abierta, trabajamos con la comunidad. Pero ese proyecto más amplio no se concretó.
LCV: Del 2001 al 2005 hubo una especie de “moda Zanon”. ¿Qué opinás de esos enamoramientos fugaces de la cultura “woke” que luego los abandonan?
Raúl Godoy: Yo creo que el título sería: No me arrepiento de este amor. Lo que hicimos en Zanon fue impresionante. Hasta 2009, cuando llegó la crisis de Lehman Brothers, tuvimos un golpe fuerte. Se encareció la energía, tuvimos que apagar un horno.
LCV: ¿Quién era el ministro de Economía?
Raúl Godoy: No me acuerdo. Pero fue un golpe. Afectó a toda la economía. Pero lo importante es que Zanon fue una gran prueba de cómo los trabajadores podemos gestionar. Se creó una escuela, se trabajó con pueblos originarios. Acá, siempre que hay crisis, los patrones dicen “cierro”. Pero ahora saben que los trabajadores pueden ocupar la fábrica. Eso quedó. Eso está en la conciencia de miles. Y también en la de los patrones.
Hay una empresa, Madigraf, que era de un fondo buitre. Amenazaban con cerrar. Los compañeros grabaron un video con un fantasma que decía “Zanon” en el pecho. Terminó siendo cierto. Ocupada y puesta a producir. Hoy es cooperativa. Produce en el parque industrial de Pilar. Frente a Ford, con 5.000 obreros.
LCV: El tiempo está a favor de los pequeños.
Raúl Godoy: Esperemos. Ninguna lucha fue en vano. Lo que sí es utópico es tener una cooperativa y pensar que, en este capitalismo destructivo, vamos a prosperar. Eso sí es utópico. Pero pensar en un país cooperativo, más grande, es lo único que nos puede salvar de esta barbarie.


16 de junio de 1955: Esa maldita costumbre de matar, por Leónidas Ceruti

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