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Patricia González: “El gobierno actual quiere forzar un retroceso en todo lo conquistado en derechos de género y de igualdad”

Entre el 7 y el 9 de marzo se realizará un nuevo Encuentro Nacional de Mujeres trabajadoras de la AEFIP, en el Hotel sindical ‘Presidente Perón’ de Huerta Grande. El lugar elegido, Huerta Grande, fue un mojón en la lucha de la clase obrera. Allí se realizó en junio de 1962 un plenario de las 62 organizaciones peronistas del que participaron, entre otros, Andrés Framini, referente de la Federación Obrera Textil y entonces parte de la dirección ejecutiva de la CGT y Amado Olmos, dirigente del gremio de la Sanidad. Allí se dio a conocer el programa de Huerta Grande, un documento histórico de diez puntos que bien vale recordar. Uno de ellos dice: fiscalizar rigurosamente las sociedades comerciales. En esta entrevista con Patricia González, Secretaria de género e igualdad de oportunidades de Aefip MDN, reivindica la función social que llevan adelante sus afiliados en un momento en que el Estado se ha convertido en ‘mala palabra’ para el Presidente Milei.

LCV: Este 8 de marzo la AEFIP vuelve a reunir a sus trabajadoras en un Encuentro Nacional. Tienen ya una historia detrás en ese sentido, incluso muchas mujeres desaparecidas en la dictadura para reivindicar en este día ¿no?
—Sí, claro que sí. Nosotros en nuestro sindicato tenemos una larga historia, una construcción en el tiempo que apunta a destacar la militancia de nuestras mujeres y a empoderarnos, ¿no? Está un poco tan de moda la palabra, pero en el fondo tiene que ver con eso. Nosotros hace 19 años que venimos haciendo unos congresos, actualmente se llaman Encuentros Nacionales, donde confluimos las dirigentes y delegadas de todo el país para repensar nuestra realidad, para discutir sobre los nuevos desafíos y, obviamente, para rendir homenaje, reconocer el camino recorrido por las que nos antecedieron, incluso y claramente por las que les costó la vida, literalmente, como fue en la época de la dictadura con las compañeras desaparecidas.
LCV: ¿Cuál es el lema de este encuentro que empieza el jueves 7, sigue el 8 y termina el 9? 7, 8, 9 en la localidad de Huerta Grande de Córdoba?
—El lema de este años del Encuentro Nacional de Mujeres de la AEFIP es “Estado y políticas públicas” ¿Y por qué elegimos ese tema? Porque creemos que es lo que está más en riesgo y es lo que tenemos que salir a defender y es lo que hace a nuestra identidad, primero como trabajadoras que somos parte de un Estado, trabajadoras estatales, más allá de que la AEFIP tiene como un tinte muy profesionalizado y demás, y en tanto garantes de esas políticas públicas, porque al buscar y al legitimar la recaudación de impuestos como una acción de justicia social, estamos garantizando el funcionamiento de esas políticas públicas y la construcción de más políticas públicas. En tanto mujeres, está muy claro que también en el gobierno actual hay un ataque y un querer forzar un retroceso en todo lo conquistado en cuanto a derechos de género, derechos de igualdad. Entonces me parece que estas tres temáticas son esenciales en este momento del contexto de nuestro país y hacen específicamente a la identidad de las trabajadoras de AEFIP.
LCV: En este momento está atacado el Estado y está atacada la condición de trabajador del Estado y está mucho más atacada si la condición es trabajadora del Estado. ¿Qué pensás de los conflictos que se están viviendo en este momento tan virulentos donde la palabra que utiliza Manuel Adorni para describir es desaparece el INADI, desaparece Télam, sabiendo que la palabra desaparecido tiene una connotación tan fuerte?
—Hay un tinte de mucha agresividad. Primero, no creo que puedan desaparecer institutos en la sociedad que se han construido con mucha militancia, con mucho contenido. Ninguno de estos institutos que han mencionado desde el INADI y desde Télam y desde todas las empresas u organismos del Estado que se dicen quieren privatizar o hacer desaparecer, no por nada una ley respalda todo eso. Cuando sale una ley de nuestro Congreso eso tiene que ver con que hay una necesidad social para que eso funcione y para que esté a disposición de la sociedad para generar mejores condiciones de vida. Con lo cual nada de eso puede desaparecer de un día para el otro. Pero sí es verdad que hay una intención de daño, esta cosa de instalar el daño, de promover la violencia; como que esa es la forma legítima de hacer las cosas hoy por hoy en la gestión actual del gobierno. Y creo que eso es lo más terrible, que utilicen como forma de legitimar su acción estos pasos violentos o estas disposiciones del gobierno. Eso creo que es lo más doloroso. Obviamente después las consecuencias que ya sabemos que tienen.
LCV: La pobreza, la caída en la pobreza de tanta gente.
—Sí, y lo que viene después de situaciones de pobreza tan duras.
LCV: Ustedes han atravesado conflictos sumamente complejos en distintas épocas de su vida. Es un sindicato que ha sabido de achicamientos.
—Sí y esta estabilidad que nosotros tenemos hoy es el producto de eso. Es un sindicato chico, porque es dentro del Estado un sindicato específico para la AEFIP, pero es un sindicato en el cual hemos sabido construir mucha fortaleza. Esto lo digo incluso desde nuestros orígenes, nosotros logramos un convenio colectivo propio en medio de la dictadura, digo, cuántos se animaban a salir a hacer paros, cortes y demás para conseguir un convenio colectivo con lo que estaba pasando en ese contexto de país, que era tan atroz y había tantos derechos llevados puestos. Y eso se ha repetido en distintos momentos de nuestra historia, que ha habido gobiernos que iban por un achicamiento del Estado, por implementar o instalar esta lógica de que el Estado no sirve, de que el Estado se tiene que achicar y que eso se traduce en un beneficio para la sociedad, cuando es al revés. Todo eso siempre vino de la mano de querer arrebatar derechos, de generar mal clima laboral, situaciones hasta de violencia institucional, y eso nos dio una dinámica fortalecernos y de estar acostumbrados a cada tanto tener que salir a revalidar y preservar lo conquistado, como decimos en el ámbito sindical.
LCV-Es interesante esa mirada. Generalmente no se relaciona el tema del pago de impuestos con una función social.
Trabajar en un organismo impositivo no significa ignorar la esencia de nuestra labor que no es ‘contra’ nadie sino a favor del bien colectivo.Tenemos el rol de proveer para el funcionamiento del Estado. Hay que comprender que tenemos una función social, el Estado no funciona sin los recursos de los cuales se hace, en su mayor medida, de la recaudación que hace este organismo. Y también está atado de la mano de que esta función social que tiene que ver en el ámbito laboral, lo que tiene que ver con la búsqueda de la eliminación del trabajo en negro, de buscar eliminar desigualdades, de que haya una comunidad de trabajadores que trabajen en condiciones dignas. Si uno no está en un trabajo en blanco, difícilmente pueda trabajar en condiciones dignas.
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Claudio Lozano: análisis de la crisis de representación y la reconstrucción del lazo social

En exclusiva con La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores, el economista y candidato a diputado por el instrumento electoral de la Unidad Popular, Claudio Lozano, expone su mirada sobre la política argentina, la crisis de representación, la desestructuración social y educativa, y la necesidad de reconstruir el vínculo entre la sociedad y sus instituciones. A lo largo de la conversación, Lozano combina reflexiones históricas, análisis de la realidad actual y propuestas concretas para intervenir desde el Congreso, siempre con el eje puesto en los derechos de los trabajadores, la comunidad y el fortalecimiento del tejido social.
LCV: “El economista Claudio Lozano, si no me equivoco, es candidato a diputado. El partido es Unidad Popular, pero la lista se llama instrumento electoral.”
Claudio Lozano: “No, el partido se llama Instrumento Electoral para la Unidad Popular. Normalmente decimos Unidad Popular para simplificar.”
LCV: “¿Por qué instrumento electoral?”
Claudio Lozano: “Es una pregunta que obliga a una reflexión bastante profunda. Nosotros no creemos en la idea tradicional de los partidos, como estructuras con cuadros que sostienen una concepción de izquierda, derecha o centro y que la proponen a la sociedad. Creemos que esas concepciones están puestas en debate y hay que construir otras cosas, recogiendo lo que la propia sociedad va produciendo. Por eso, nuestro partido se asume como un instrumento de la sociedad, especialmente en el campo de los trabajadores, los pequeños y medianos empresarios, cooperativistas, hombres y mujeres de la cultura, del pensamiento y de la ciencia. Nuestra lista está formada por compañeras y compañeros que trabajan en distintas organizaciones con compromiso, trayectoria y vínculo con trabajadores, cooperativistas y temas como derechos urbanos y ambientales. Es un paso más allá del movimientismo, una herramienta de construcción que respeta la iniciativa social.”
LCV: “¿La diferencia con el PJ sería que el PJ tiene una concepción más estatalista?”
Claudio Lozano: “Exactamente. Creemos que hay que darle más entidad a las organizaciones de la comunidad. El PJ tiene tradición en esto, pero no compartimos la vieja concepción de partidos del siglo XIX y XX, donde las decisiones estaban estructuradas por cuadros que le decían a la sociedad qué hacer. Para nosotros, la sociedad tiene que ser parte de lo que decide sobre su propia organización.”
LCV: “Y las últimas decisiones de la sociedad, ¿te preocupan?”
Claudio Lozano: “Sí, en tanto elecciones mayoritarias. La sociedad ha optado en un contexto de debacle. Desde el fin de la dictadura en 1983-84 hasta hoy, hemos pasado de un 30% a alrededor del 40% de pobreza. La idea de que con la democracia se come, se educa y se cura no se cumplió. Las últimas experiencias de gobierno, tanto Macri como el Frente de Todos, aunque confrontadas, mantienen la continuidad del deterioro de la vida social. Hay un emergente de crisis monumental de representación política. Para mí, el problema central a lo largo de 41 años de democracia ha sido la educación, la falta de aspiraciones formativas y sociales, lo que genera un fenómeno donde la generación actual teme que sus hijos estén peor que ellos. Esto mata cualquier aspiración y lleva a la búsqueda de soluciones inmediatas, como las criptomonedas o la inmediatez tecnológica, en ausencia de bases educativas sólidas y un tejido social fuerte.”
LCV: “¿Creés que la desestructuración social se vincula a la transformación regresiva del país?”
Claudio Lozano: “Sí. La destrucción del sistema público educativo y sanitario se enmarca en una reestructuración capitalista que empieza en la dictadura, con la deuda, la fuga de capitales, la desindustrialización y ajustes sistemáticos del Estado. Esto impacta en la sociedad, en las aspiraciones de las nuevas generaciones y en la percepción de comunidad. Antes, los niños tenían la obligación de estudiar y participar de la vida comunitaria; hoy, esa estructura desapareció, y la competencia reemplaza a la cooperación. La comunidad y el tejido social que existían en barrios como Liniers se ha debilitado, y con ello la capacidad de la sociedad para organizarse y reivindicar derechos.”
LCV: “Vos mencionás la responsabilidad de transmitir esos valores, ¿no?”
Claudio Lozano: “Sí. Esa responsabilidad explica mi trayectoria: la fundación de la CTA, la recuperación de ATE, el trabajo con Adolfo Pérez Esquivel en Servicio Paz y Justicia durante la dictadura, el acompañamiento a Gustavo Conte en derechos humanos en 1984 y ahora la candidatura a diputado. Hay una salida más fácil que competir electoralmente: ser el ‘sabio del pueblo’, dar charlas y organizar estudiantes, lo cual también forma parte de mi rutina y me da placer. Pero considero que hay que intervenir institucionalmente, desde el Congreso, para defender derechos y modificar la sociedad.”
LCV: “¿Cuál sería tu propuesta concreta al llegar al Congreso?”
Claudio Lozano: “Primero, rechazar los decretos inconstitucionales de este gobierno, como el 7023, que derogó y modificó leyes afectando a inquilinos, tarjetas de crédito, prepagas y empresas estatales. Segundo, recuperar la capacidad del Parlamento de auditar la deuda y la fuga de capitales, y cancelar el acuerdo con el Fondo Monetario. Tercero, trabajar para que este gobierno se vaya, porque ha hecho mucho daño social, cultural y político. Presentamos siete causales de juicio político para visibilizar la violación constante de la Constitución y abrir una salida institucional acompañada por la movilización popular. Con estas medidas, nuestra presencia en el Congreso busca defender derechos, recuperar institucionalidad y construir alternativas para el futuro del país.”
LCV: “Es un enfoque integral: derechos, comunidad y control institucional.”
Claudio Lozano: “Exactamente. Además, hay que frenar la penetración del narcotráfico en los barrios populares y fortalecer la comunidad a través de organizaciones, iglesias y movimientos sociales. Nuestra fuerza, con presencia en 16 provincias y más de diez años de existencia, busca confrontar al gobierno y crear un bloque político sólido, democrático y comprometido con los derechos del pueblo argentino. Esto significa garantizar coaliciones sin proyectos contradictorios y con procedimientos internos democráticos, excluyendo la influencia de actores destructivos como los narcos.”
LCV: “En el contexto histórico, también señalaste vínculos con la dictadura y la herencia educativa de ese período.”
Claudio Lozano: “Sí. Por ejemplo, Juan José Catalán, ministro de educación durante la dictadura, aplicó métodos perversos de adoctrinamiento y retraso educativo. Hoy, algunos descendientes de esos actores reproducen estrategias similares. Esto refleja cómo la memoria histórica, la represión y la desigualdad educativa se entrelazan con la política contemporánea. La lucha actual incluye frenar la criminalización de la protesta, defender los derechos sindicales y la organización comunitaria, y enfrentar una fase de revancha oligárquica que amenaza los derechos adquiridos.”
LCV: “Para cerrar, ¿cómo resumirías tu misión en el Congreso?”
Claudio Lozano: “Mi objetivo es claro: desmontar decretos que vulneran derechos, auditar la deuda y la fuga de capitales, suspender pagos abusivos, garantizar la institucionalidad y trabajar para una transición hacia un gobierno que respete la Constitución. Todo esto se hará en diálogo con la movilización popular y defendiendo los intereses de los trabajadores y de la comunidad. Con estas acciones, buscamos que la sociedad vuelva a ser protagonista y que se reconstruya el lazo social que hoy se ha debilitado.”
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Atacan la sede de aceiteros y entran al despacho de Yofra

Uno de los sindicatos más combativos dentro de la CGT, la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA), fue atacada entre 4 y 5 de octubre, un par de días antes de que se iniciara un anunciado paro nacional por negociación paritaria. Huelga que quedó en suspenso por el rápido pedido de las cámaras empresarias de una conciliación obligatoria.
El fin de semana aterior al paro, cuando las negociaciones estaban estancadas por la exigencia de un salario digno que cumpla con el mandato constitucional que de acuerdo a cifras oficiales sería de más de 2.000.000 de pesos como primer sueldo, un grupo de desconocidos desconectaron la energía del edificio, rompieron la puerta de acceso exterior, luego una segunda puerta interna y fueron directo hasta la oficina del Secretario General, Daniel Yofra. Para ingresar allí rompieron otras dos puertas y en ese momento fueron interrumpidos, resultando detenida una persona.
No se trató de un robo ‘al voleo’, no sólo estaba planificado sino que el operativo demostró un conocimiento de la disposición interna de la sede sindical y al mismo tiempo, un completo desinterés por el robo de objetos de valor. En la oficina del Secretario General sólo hay libros, una cafetera y elementos de oficina.
Después de analizar lo sucedido, con prudencia, el sindicato difundió éste domingo un comunicado en el que sostienen:
“El asalto fue perpetrado en un momento histórico donde desde hace dos años vivimos una constante ofensiva contra el salario, los derechos laborales y las organizaciones sindicales de la clase trabajadora argentina, tal como lo advertimos oportunamente en 2023. Y donde se acumulan los ataques directos contra la dirigencia sindical, social y política con persecución, amenazas y detenciones. Es en este contexto que ocurre este hecho contra nuestra organización gremial, que lucha en un sector que es clave en la economía nacional, que está en el primer plano de la agenda política y mediática y en el exacto momento en que inicia la paritaria aceitera. Por todas estas razones señalamos la gravedad de lo ocurrido, exigimos a las autoridades de los gobiernos y las carteras de seguridad nacional y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que se brinden todas las garantías para la integridad personal y el ejercicio de la actividad gremial, y reclamamos el inmediato esclarecimiento de las responsabilidades materiales e intelectuales del asalto a nuestra organización.”
El atentado a la sede sindical aceitera se produjo, también, luego de una postura activa de su dirigencia en pos de la unidad sindical en la que convocaron a un plenario de 200 delegados de diversos gremios, entre ellos UOM, SiPreBA y ATE. Mientras en la CGT se debate la futura conducción a definir dentro de un mes.
De inmediato comenzaron a llegar los comunicados de repudio, primero el de la CTA:
“Se trata de un ataque a una organización sindical que ha dado pruebas de su compromiso en la defensa de los trabajadores. Cualquier agresión o atentado contra una organización sindical o sus dirigentes implica un ataque a la democracia y a toda la clase trabajadora. Desde nuestra CTA exigimos el inmediato esclarecimiento del hecho y que el poder judicial determine quienes son sus responsables materiales e intelectuales. Por último, solicitamos a los gobiernos provincial y municipal que garanticen la seguridad de la organización afectada y sus dirigentes, como así también el ejercicio de la libertad sindical.”
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Conflicto por paritarias de Aceiteros: nueva conciliación obligatoria. Van por un mínimo de 2 millones

Una vez más, el gobierno tuvo que recurrir a la conciliación obligatoria por 15 días. Queda en suspenso el paro nacional de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) San Lorenzo.
El reclamo paritario de ambas organizaciones gremiales está fundamentado en el derecho a un Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) según su definición en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo, esto es, que asegure a los trabajadores en su jornada legal de trabajo la satisfacción de las 9 necesidades allí contempladas: alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión.
Según los estudios basados en la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) del Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC), el valor del SMVM según su definición constitucional y legal es de $ 2.344.728 para el mes de septiembre de 2025, que es cuando se abrió la revisión del acuerdo firmado el pasado 9 de abril de 2025.
En un comunicado difundido en el día de hoy, advierten: “Transcurridas más de dos semanas de presentado nuestro reclamo, la pretensión expresada hoy en la audiencia realizada en la Secretaría de Trabajo de la Nación por las cámaras patronales es insuficiente y provocadora, tal como hemos manifestado en el acta. Más cuando se trata del mismo sector que acaba de recibir un beneficio extraordinario de 1.540 millones de dólares tras la medida dispuesta por el Gobierno Nacional sobre las retenciones a las exportaciones. Frente a esa apropiación de renta extraordinaria, la respuesta patronal resulta vergonzosa. Incluso, desde la perspectiva del costo laboral que suelen invocar en su negativa, destacamos que el mismo se redujo en 2024 -alcanzando entre 1,7% a 2,4% de acuerdo a cada empresa- y que aún si aceptaran el aumento que pretendemos, el impacto sobre ese costo sería nulo.”
Luego de considerar que no están dispuesto a acompañar una política salarial que pretende condenar a la pobreza a la clase trabajadora favoreciendo sólo a los grandes grupos económicos, concluyen: “Por ello, reafirmando nuestra defensa del Salario Mínimo Vital y Móvil según su definición en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo, se ha decidido el inicio de una Huelga Nacional Aceitera de cumplimiento en las plantas aceiteras del país.”


Claudio Lozano: análisis de la crisis de representación y la reconstrucción del lazo social

Atacan la sede de aceiteros y entran al despacho de Yofra
