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Elecciones en Uruguay: final abierto.

Crónica desde Montevideo de Laura Giussani Constenla
Domingo 20 de octubre. Falta una semana para las elecciones. Montevideo se llena de colores, militantes o promotores se dedican a repartir listas para poner en la urna. Conviven en las esquinas los puestos del Frente Amplio, los Blancos y los Colorados. Caravanas de coches, banderas en los balcones identificando las preferencias de sus habitantes. La rambla es el principal punto de encuentro para convencer a los todavía indecisos. Al salir a pasear por Buceo, Pocitos o Ciudad Vieja conviene llevar un bolso vacío para acumular la cantidad de listas que entregan los diversos partidos.

Aceptar la lista justa no es cosa fácil. Mientras revolvía baratijas en la feria Tristán Narvaja, se acerca una señora sonriente y me entrega una boleta, veo la foto de Orsi y la acepto con una sonrisa. Como yo no voto en Uruguay, se la entrego a mi hija que sí vota: ‘tomá, ya tenés la boleta para poner en la urna’. Me mira con resignación y dice: ‘yo no voto esa lista’. ¿Cómo, no votabas al Frente? Sí, pero no a esa lista. Es así que me entero que además de votar a un presidente que va en representación de cada partido, podés elegir la lista de legisladores que más te guste. Como el FA está cada vez más amplio no es lo mismo votar a los socialistas, que a los comunistas que a los ambientalistas y no sé cuántas listas más. Todo se puso tan confuso que el MPP y Pepe Mujica no representa el ala más de izquierda de ese caleidoscopio frenteamplista. Es decir, también hay una interna en la que se define cuáles son los senadores y diputados que llegarán al Congreso.

Montevideo es un laberinto de diagonales, cortadas y rotondas en donde el río mar está siempre de fondo, podés llegar a la rambla si vas a la izquierda o a la derecha o seguis por tu camino. Perdida por el Parque Rodó apelo a una simpática jovencita que andaba repartiendo boletas. “¿Perdón, sabés dónde queda la calle Libertad?”. (ahora que lo escribo me doy cuenta el significado del nombre de mi calle perdida, es que tenía que ir a Libertad y Artigas -pah!) . La muchacha duda, pero mira a lo lejos y dice “allá termina Libertad ¿ves el cartel?”. Obvio que no lo veía porque estaba como a cien metros. Para ser gentil le pido la lista “A ver ¿a quién tengo que votar para tener tan buena vista?, bromeo. Extiende hacia mí la boleta del musculoso Ojeda. Mi cara de decepción fue evidente. “Uh, justo a Ojeda me querés hacer votar!”. “No lo votes”, gritó de manera cómplice, como si ella tampoco lo fuera a votar. Promotores a sueldo aquí y allá.

¿Qué se vota el 27 de octubre? Presidente y Vicepresidente; 30 senadores, 99 diputados; miembros de las Juntas Electorales Departamentales y dos plebiscitos: el de ‘Previsión Social’, para que la constitución establezca como derecho una jubilación que equivalga a un sueldo mínimo y acabe con las jubilaciones privadas; y ‘Allanamientos Nocturnos” para derogar una ley muy sentida en la población que prohibe que las fuerzas de seguridad entren a un hogar de noche, aún teniendo la órden de un juez.
¿Quiénes son los candidatos a Presidente?
Frente Amplio (Yamandú Orsi- Carolina Cosse): Partido Nacional (Alvaro Delgado – Shirley Valeria Ripoll Fraga); Partido Colorado (Andrés Ojeda – Robert Silva García); Partido Cabildo Abierto (Guido Manini Ríos – Lorena Quintana); Partido Identidad Soberana (Gustavo Salle – María Elvira Canoniero); Partido Independiente (Pablo Mieres – Mónica Gabriela Bottero); Partido Asamblea Popular (Walter Gonzalo Martinez Andrea Revuelta); Partido Constitucional Ambientalista (Eduardo Lust – Luján Criado); Partido Ecologista Radical Intransigente (César Enrique Vega – Sergio Billiris ); Partido Por Los Cambios Necesarios (Guillermo Franchi – Virginia Vaz); Partido Avanzar Republicano (Martín Pérez Banchero)
El clima es curiosamente tranquilo, nadie discute en las calles, y el único candidato que parece romper la monotonía es el improvisado Andrés Ojeda, del Partido Colorado, quien recorre la ciudad acariciando perros -la defensa de los animales son parte fundamental de su campaña-, pasa horas en el gimnasio -tal como indican sus spots y su lomo-, y confiesa ante los medios que ‘la política en Uruguay es un embole’. ¿Cuál es su programa de gobierno? Poco se sabe, por ahora promete sacudir la modorra para divertir un poco a los abúlicos ciudadanos.

Cierto es que tampoco se sabe qué proponen los otros candidatos. El seguro ganador en primera vuelta, Yamandú Orsi, del Frente Amplio, eligió callar durante la campaña. Ni una palabra salió de su boca de no ser en una tribuna, algún programa amigo o en desteñidos spots publicitarios en los que con voz cansina elogia la honestidad y critica los extremos. Tal fue su ausencia de los medios que un programa político de derecha quizo ponerlo en ridículo e inventó una entrevista con inteligencia artificial para poder tener al candidato en el piso. Avisó al público al finalizar la nota. La semiausencia de Orsi y la hiperpresencia de Ojeda también está siendo utilizada por el candidato colorado.
En uno de sus últimos actos de campaña, Orsi invitó a romper el silencio (no el suyo, sino el de la población) y habló también de vencer el miedo, de que sus militantes entreguen aunque sea en secreto la boleta del FA a sus vecinos. Raro, diría Barassi. Ya comentamos el clima de tranquilidad y tolerancia que se notaba en las calles. ¿De qué hablaba Yamandú? Quizás del otro país, el de las ciudades pequeñas, los pueblos, el Uruguay rural. En Colonia, por ejemplo, sólo los más comprometidos hacen campaña abierta para el Frente. Es un departamento Blanco hasta la médula y nadie quiere quedar como sapo de otro pozo y que te mire con desconfianza el funcionario que seguramente tendrá que darte una mano alguna vez.
¿Qué está en juego en éstas elecciones? Los ojos están puestos no sólo en quien será el próximo presidente sino en la interna de la coalición gobernante. Es decir, la aparición de Andrés Ojeda que en apenas unas semanas subió 10 puntos en las encuestas poniéndose a pocos puntos de Delgado, candidato del partido de Lacalle Pou, movió el tablero. Con un marketing impecable, asesorado por un discípulo de Durán Barba, mucho perro, mucho músculo y mucha pinta (he oído a más de una mujer decir que lo iba a votar porque era lindo!), le está dando pelea al tradicional Partido Nacional, los Blancos.
Delgado llega a las elecciones con un gobierno con buena imagen en el exterior pero bastante desgastado. Lacalle Pou se dedicó a surfear escándalos a lo largo de su mandato: Astesiano, Penadés, Marset, los más impactantes. De hecho, acaba de estrenarse un documental producido por La Diaria llamado “El Facilitador” a propósito del tráfico de influencias de Astesiano y Lacalle Pou. Más allá de estos infortunios, poco le ayudó la elección de su vicepresidenta, Alvaro Delgado puso como segunda en la fórmula a Valeria Ripoll, quien hasta hace poco era del Partido Comunista ¿cuánta confianza puede tenerle alguien del Partido Nacional a una comunista despechada? Traidora le gritaban de un lado y del otro.

La otra pata de la alianza gobernante es Guido Manini Ríos, un ex militar nacionalista que en muchos de sus carteles aparece con el correspondiente uniforme. Un partido, el Cabildo Abierto, que tiene pocos años, no demasiados votos, pero que llegó a terciar en el gobierno con apenas un 3% de los votos. Pocos, pero todo suma en tiempos de definiciones de segunda vuelta.
El Frente Amplio ganará en la primera vuelta, de eso no hay dudas. El problema es que si no saca más del 50% irá a ballotage, en donde se unen casi todos los otros partidos, al menos los que tienen un caudal de voto importante (Blancos, Colorados, Cabildo Abierto) puede ocurrir nuevamente que se le arrebate la victoria. En ese caso, es fundamental quién llega a la segunda vuelta: ¿Ojeda o Delgado? He conversado con varios frenteamplistas que ven con entusiasmo el repentino crecimiento del joven Andrés Ojeda, es la oportunidad para darle una cachetada a los Blancos, bajarles el copete. Cuando les pregunto si no tienen miedo de que una incógnita derechosa, que se parece más a Bukele y Milei que al histórico fundador del partido, José Batlle y Ordoñez, se ríen: “No, los uruguayos jamás van a votar a un tipo como Ojeda a la presidencia”. Algo así como decir que si es él quien llega al ballotage primara la cordura y el tradicionalismo. Lo cierto es que en apenas un mes el carilindo Ojeda subió como 10 puntos en las encuestas, poniéndose a tiro del Partido Blanco. Y dedicó las últimas semanas a tratar de convencer a los electores de que está llevando adelante un milagro: “me dijeron que era imposible que gane la interna colorada y aquí estoy. Hoy dicen que es imposible pero con tu voto llegamos al ballotage”. Está por verse si se trata de una autoprofecía capaz de realizarse.
Esa es la gran batalla por estos días. Quién sale segundo en el caso de que el Frente no gane en la primera vuelta. Yamandú Orsi se dedicó a hacer la plancha ya que las encuestas desde el principio le dieron más del 40 %. Casi no hubo campaña frenteamplista mientras Ojeda hizo un derroche publicitario que llenó cada rincón con su cara y metió spots a lo bobo en los medios. Y Delgado, ni fu ni fa, con su vice ex comunista a quien en un acto de campaña dijo que era ‘un bombón’ y se le armó más lío que el que tuvo Lacalle Poú por avalar a un senador pedófilo o abrirle la puerta al narcotráfico con Marset a la cabeza. Su consigna es simple: ‘no volver al pasado’.
¿Qué dicen las últimas encuestas? Todas coinciden con una diferencia de 1 o 2 puntos. Hasta hoy el resultado sería algo así: 46% Frente Amplio; 25% Partido Blanco; 17% Partido Colorado. Con un 8% de indecisos. Es decir. Final abierto.
Sepan disculpar, pero, a veces, la realidad nos regala simbolismos que de tan obvios parecen inventados. Pienso en mí, buscando la intersección de Libertad y Artigas en medio de una marea electoral. Parece cuento. Y también un cuento parece esta desgracia que vivieron los nadadores que participaron de la campaña “yo amo a mi mama” unas semanas antes del día internacional de lucha contra el cáncer de mamas.
Se anotaron 150 nadadores pero se animaron a participar sólo 92, en su mayoría argentinos, junto a uruguayos y chilenos. Hubo 58 que desistieron al notar el ‘olor fétido del agua y su estado barroso poco habitual’. Tenían razón. El hecho ocurrió el 28 de septiembre pero tuvo estado público hace apenas una semana. En la misma rambla en la que todos los partidos se disputaban un espacio para captar votantes y pegadizos slogans inundaban de música el paseo, mientras Andrés Ojeda caminaba acariciando perritos, se realizó la competencia de nadadores bajo el lema ‘amo mi mama’ en la playa cercana al Shopping Punta Carretas (que antes era una cárcel y se hizo famosa por la fuga de más de cien tupamaros en tiempos de la dictadura -hablando de símbolos!-), de los 92 nadadores, 85 terminaron intoxicados con vómitos y diarreas.
“Hicimos las averiguaciones con la gente de la Intendencia de Montevideo (IMM) y nos contaron que lo que ocurrió ese día fue que coincidió con una reparación que estaban haciendo en el colector que lleva al mar las aguas servidas, y que como tuvieron que cerrarlo, estaban volcando esas aguas a través de una reclusa pluvial que está a unos 100 metros de la zona donde estábamos nadando. Así que nadamos en aguas servidas”, señaló a El País Antonio Stankevicius, referente y organizador de NAF Uruguay.
No sería desacertado concluir que en plena campaña, algo huele mal en Uruguay.
En un panorama de propuestas vagas, el plebiscito propuesto por el PIT-CNT es la única medida clara que modificaría la Constitución a favor de los jubilados. Las encuestas no lo dan como ganador hasta el momento. Si sos uruguayo y querés poner la papeleta del SI a la reforma previsional, te puede interesar esta nota. Eso sí, no se puede votar en el exterior, a reservar pasaje.

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“Sin archivos no hay derechos”: la advertencia de Andrés Pak Linares ante el vaciamiento de la memoria estatal

El archivista y presidente de AFPA (Archivistas de la Función Pública Argentina) Andrés Pak Linares, advierte sobre los riesgos que corren los archivos públicos en un contexto de desfinanciamiento, desmantelamiento institucional y políticas que apelan a la desmemoria. Desde el Archivo General de la Nación hasta los organismos más pequeños del país, Pak Linares plantea que sin una política estatal sólida en materia archivística no solo se pierde historia: también se atenta contra la eficiencia del Estado y, sobre todo, contra el ejercicio pleno de los derechos individuales y colectivos. En diálogo con LCV, insiste en la necesidad de una política de archivos que trascienda gobiernos y coyunturas ideológicas, tal como sucede en otros países de la región.
LCV: ¿Cuáles son los riesgos que corren los archivos? Sobre todo en este momento, con este tipo de gobierno que apela a la destrucción y la desmemoria.
Andrés Pak Linares: “Bueno, nosotros desde AFPA , advertimos en un comunicado en abril de 2023 que todo estaba en peligro. Tristemente se fue cumpliendo esta visión que nosotros teníamos. Y lo vemos —para decirlo de una forma que se entienda, digamos— detrás de cada institución que se cierra o detrás de cada programa que se descontinúa, hay un archivo. Hay un archivo que recoge los documentos que dan cuenta de lo que hizo ese feminismo, de lo que hizo ese programa, ese funcionario”.
LCV: Ese funcionario también, por supuesto.
Andrés Pak Linares: “Claro, porque los archivos son los lugares donde se puso la documentación que refleja el accionar de las instituciones. Hay una trazabilidad de la historia que indica en qué gobiernos se cuidó más la memoria, en cuáles se cuidó más la cuestión archivística, se le dio visibilidad, se le dio formación a la gente.”
LCV: Recuerdo, desde que tengo uso de razón —y sobre todo desde que soy periodista— haber ingresado, y salvo los de la Biblioteca Mariano Moreno y algunos otros que son buenos en sí mismos, pero recuerdo el ingente trabajo de los archivistas para protegerlos del polvo, de los ácaros, de un montón de situaciones en donde uno dice: “Pará, eh, esto sin ir a otras cosas, como por ejemplo los fílmicos y los discos, que vos recordarás en la época del presidente Menem, por ejemplo, los archivos de Radio Nacional se tiraron todos a los containers de basura”.
Andrés Pak Linares: “No es fácil ponernos a hacer cuentas de lo que se ganó y lo que se perdió en los últimos años —a decir, no sé, 40 años—, hay muchos hitos, ¿no? Pero yo empezaría por acá: lo que nosotros planteamos desde AFPA es que lo que falta es una política estatal en materia de archivos. Política estatal, no gubernamental. Después podemos encontrar en los distintos gobiernos algunas acciones positivas, algunas negativas. Querríamos trascender eso a favor de la discusión por una política estatal, que es la responsabilidad estatal de la memoria. Y más que de la memoria, yo diría de archivos. Tenemos otra discusión. Las políticas de memoria útiles, buenas, que nosotros acompañamos y demás, tienen una correlación con las políticas de archivo. Si yo quiero una política de memoria eficiente, necesito una política de archivos eficiente. En ese sentido, y para nombrar hitos venturosos, entre el 2010 y el 2020 funcionó un programa de capacitación por el que pasaron más de 3000 agentes, más de 100 organismos públicos. Discontinuado. En los 90s, por ejemplo —para hablar de distintos gobiernos— durante el proceso de privatizaciones, y por el denodado esfuerzo de trabajadoras y trabajadores del Archivo General de la Nación y de otros archivos, bueno, el Archivo General de la Nación duplicó su patrimonio. Rescatando fondos de organismos privatizados.
LCV: ¿Cuáles serían las deudas de la democracia con la política de archivos?
Andrés Pak Linares: Lo que no tenemos del 83 para acá —para hablar de las deudas- es una actualización normativa, un reconocimiento de la profesión. Reconocimiento que tiene que, además de ver sueldos, verse en estructuras, verse en funcionalidad de los archivos. Entonces, más allá de señalar si este gobierno hizo esto, este gobierno hizo lo otro… nosotros vemos que hay una línea, por así decir, que no termina de instalar una política sólida.
LCV: ¿Cómo ves la política actual en ese sentido?
Estamos viviendo un denodado ataque a toda la estatalidad o a todas las —digamos— funcionalidades estatales, ¿no? Y en ese sentido no hay mucho para destruir. Está todo en peligro. Hay un peligro total, en todos los estamentos.”
LCV: Hay mucho para hablar, te digo, hay mucho para hablar y muy poco tiempo, porque yo te voy a pedir que en un minuto me definas la importancia que tiene —en un país— para su crecimiento intelectual, histórico, político y social, el tener los archivos y poder acceder a ese pasado nuestro que yo entiendo siempre enseña. Bien, en un minuto nada más.
Andrés Pak Linares: “Perfecto. Lo que nosotros planteamos —y esto quizás lo explique bien— es que los archivos tienen una triple función social. Una, la de preservar documentos que puedan oficiar de fuentes para el conocimiento del pasado. Otra, para la eficiencia administrativa. Y acá ya empezamos a abrir el juego: si yo quiero un Estado eficiente, más allá de la ideología o más allá de la dirección política que le dé, necesito archivos adecuados. Y una tercera, que dejo para el final y no es la menos importante: los archivos son el soporte documental para el ejercicio de derechos individuales y colectivos”.
LCV: “Totalmente”.
Andrés Pak Linares: “Entonces, si yo no implemento una política de archivo o directamente ataco la funcionalidad o servicios de archivos, estoy atacando directa o indirectamente —pero más directa que indirectamente— la posibilidad del ejercicio de derechos individuales y colectivos. Para poner un ejemplo de países vecinos: Brasil, hasta hace poco, tenía una política estatal en materia de archivos. Cambiaban los gobiernos —se iba Collor de Mello, venía Lula—, el director del Archivo Nacional de Brasil era el mismo. La CONARC, el Consejo Nacional de Archivo, era el mismo, seguía funcionando. A eso llamamos política estatal.
LCV: “Exactamente”.
Andrés Pak Linares: “Que trascienda las coyunturas. Que trasciendan las coyunturas y las ideologías”.
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Raúl Godoy, trabajador de la fábrica recuperada Zanon: “Nos están asfixiando”.

En un país donde las estadísticas borran a quienes resisten por fuera del mercado, el trabajador y dirigente ceramista, ex diputado del Frente de Izquierda, Raúl Godoy, levanta la voz desde el corazón de una experiencia que desafía las reglas del capitalismo hace casi 25 años. Zanon, la fábrica de cerámicos de Neuquén gestionada por sus trabajadores desde 2001, enfrenta hoy un escenario crítico: tarifas impagables, falta de crédito, desindustrialización y un Estado que nunca apostó por las gestiones obreras.
El viernes 13 de junio a las 17:30 hs en el Auditorio de ATE Nacional “Héctor Quagliaro”, ubicado en Moreno 2654, CABA, convocan a una reunión de solidaridad. En defensa de las gestiones obreras de Neuquén: Zanon, Ceramica Neuquen y Stefani de Cutral Co.
“El gobierno provincial con el uso de las fuerzas represivas: corto la luz y el gas a las cooperativas en plenos fríos. Paralizando asi toda la producción por lo tanto el sustento de cientos de familias. En la provincia de Vaca Muerta que provee energía a un tercio del país cortan los servicios a cooperativas de trabajo. Los trabajadores con un amplio apoyo de la comunidad vienen realizando manifestaciones en Neuquen, pero necesitan hacer visible esta situación a nivel nacional”, explicaron en un comunicado.
De paso por Buenos Aires para impulsar esa reunión de solidaridad y visibilización, Godoy analiza el presente de la cooperativa, recuerda el rol de los gobiernos que prometieron y no cumplieron, y apunta contra un modelo económico que prioriza a las multinacionales mientras deja caer a quienes producen sin patrón. “Lo que es verdaderamente utópico —advierte— es pensar que se puede sostener una cooperativa en medio de este capitalismo destructivo.”
LCV: ¿Dónde estás vos en este momento?
Raúl Godoy: Ahora, en estos momentos estoy en Buenos Aires. Estamos organizando una reunión para este viernes. Fue el pedido de los compañeros, se discutió en asamblea, para poder hacer visible nuestra lucha. Como bien decías al inicio, desde Neuquén siempre hay mucho silencio. Estamos en la Patagonia, lejos del centro político, por lo tanto, para hacer visible una lucha hay que venir hasta Buenos Aires. Entonces, bueno, acá preparando el terreno para poder hacer esta reunión de solidaridad y poder votar un plan de acción.
LCV: Contanos cuál es la situación que están viviendo en este momento en Neuquén.
Raúl Godoy: Claro. Las gestiones obreras, Zanon principalmente, pero después también Cerámica Neuquén, Stefani, y todos, somos parte de la lucha del 2001 en la Argentina, de ese momento donde surgieron y se multiplicaron las asambleas barriales, las ocupaciones de fábricas, gestiones obreras, cooperativas, etc. La gente se recordará lugares emblemáticos como el Bahuen, como Brukman. Fueron más de 250 fábricas y empresas que fueron ocupadas y puestas a producir frente al abandono de la patronal. Frente al cierre masivo de lugares de trabajo, mucha gente ocupó esos lugares y los puso a funcionar. Uno de los casos más emblemáticos fue el de Zanon, que venimos hace muchos años, ¿no? Ya el año que viene cumplimos 25 años, desde que se ocupó la fábrica y se puso a producir.
Bueno, estos años han sido de resistencia, de mucho trabajo. Al inicio, cuando empezó nuestro trabajo, tuvimos un momento donde las maquinarias estaban en buenas condiciones, veníamos con un cierto empuje, y logramos que las fábricas funcionaran, que ingresaran más compañeros y compañeras desocupadas a trabajar. Construimos una escuela, construimos un centro de salud, trabajamos muchísimo con la comunidad. Ahora, con el pasar de los años, los ajustes, una política peor que la otra, nos fueron asfixiando. No nos dieron jamás un acceso a crédito para renovar maquinaria. Entonces es como tener un taxi con un Ford Line, con un Torino, digamos. Es muy difícil seguir manteniendo una producción con fábricas que tienen más de 30 años de antigüedad. Han pasado los gobiernos, nunca accedimos, y ahora nos están apretando con los cuadros tarifarios. Con la política de Milei, de darle prioridad a las empresas multinacionales, nos vinieron a apretar. Y bueno, la parte más delgada de una economía son las cooperativas. No tienen espalda.
LCV: Respecto de la energía, escuchaba algo que tenía que ver con que si en la zona fría, que son ustedes, claro, tienen más de un medidor, significa que un medidor lo están usando de lujo. ¿No es posible que una cooperativa tenga dos medidores?
Raúl Godoy: Mirá, es incluso más complejo. Con las privatizaciones de los 90, que hizo el gobierno de Menem, quedó un desastre. Tenés una empresa que es la transportadora de gas, que es Camuzzi, una multinacional francesa que tiene el monopolio del transporte de gas. Pero además, tenés que contratar otra empresa que sea la proveedora. Ahí tenés una multitud de empresas, una peor que la otra, que especulan, la mayoría son multinacionales. En un momento tenía YPF la concesión, nos daba el gas, pero se retiró por zonas. Para que la gente se dé una idea de lo que estamos hablando, la boleta de gas es de 30 millones de pesos por mes.
LCV: ¿Y lo que gastás en sueldos para una cooperativa?
Raúl Godoy: Tenemos un sueldo básico, porque depende de la venta. En realidad, todos los primeros años de Zanon, los primeros 15 años, te diría, estábamos por encima, lejos, de lo que es el convenio ceramista en general. Siempre pudimos acceder, mientras la cooperativa funcionaba bien, a buenos sueldos. Cuando se empezó a deteriorar la economía, los sueldos los votamos en asamblea.
LCV: Entiendo. Pero lo que quería era que mi oyente entienda: 30 millones en gasto de gas y sueldos de cuánto.
Raúl Godoy: Estamos entre 300 y 400 mil pesos.
LCV: Me lo contabas de tal manera que pensé que me ibas a decir dos millones y medio. 400 mil pesos es una jubilación mínima.
Raúl Godoy: Exactamente. Por ahí si tenés una venta mayor se mejora y si no, no. No es estable. Al haberse caído tanto la producción y la economía en la cooperativa, se cobra lo que se puede. No todos los meses es igual.
LCV: En algún momento, ¿Zanon exportó?
Raúl Godoy: Sí, Zanón llegó a exportar, pero con mucho obstáculo. Hay mucha competencia. Había otras empresas que importaban directamente cerámicos más baratos, de menor calidad, y teníamos que competir. Las cooperativas, para nosotros, en última instancia, son lugares de resistencia. Mantenemos las fábricas abiertas. Pero debería ser un lugar de crecimiento, no de resistencia. Pero en un mercado capitalista absolutamente destructivo, no te dejan jamás.
De hecho, ningún gobierno nos permitió tener acceso a crédito para renovar maquinaria. Desde 2001 para acá, ninguno. Este gobierno menos. Este viene a liquidarte. Los anteriores te ponían un respirador. Este te lo quita y dice: “Si soportás, bien”.
Mirá, siempre cuento la anécdota: muchos estudiantes iban a Zanón a solidarizarse, estudiantes de economía, ingenieros. Uno de ellos era Axel Kicillof. Después llegó a ser ministro de Economía. Nunca pudimos acceder a un crédito, ni siquiera con él. Le vimos las caras a todos. Soluciones, a ninguno.
LCV: Le estoy preguntando esto a toda persona que fabrica algo. Con las importaciones abiertas, sin control, también se han abierto los controles de calidad y salubridad. ¿La cerámica tiene ese problema?
Raúl Godoy: Totalmente. Por ejemplo, Zanón fue la primera fábrica en Latinoamérica en fabricar porcelanato pulido. Con las importaciones empezaron a traer porcelanato chino, malísimo.
LCV: ¡Es el que se quiebra!
Raúl Godoy: Exactamente. Me alegra que lo digas vos, porque si lo digo yo parece parte interesada. Pero es verdad. Traían cerámicos malos, más baratos. La gente, con necesidad, compraba cualquier cosa. Imaginate planes de vivienda o empresas que hacen edificios: ponían lo más barato.
LCV: En los planes de vivienda del peronismo, las casas de obreros eran de materiales de calidad. Hoy el Estado te pone material barato. También hay una mirada política en eso.
Raúl Godoy: Sí, hay una decadencia generalizada. En Neuquén, que tiene mucha renta petrolera, ya no hay planes de vivienda. O están terciarizados. Nosotros planteamos que se estatizara la fábrica y, con control estatal, dedicar nuestra producción a viviendas. El gobierno proveía materia prima, maquinaria. Nosotros laburábamos. Gestión obrera. Ese fue el proyecto. No llegamos. Nadie quiso.
LCV: Nadie. Ni los más peronistas, ni los más socialistas.
Raúl Godoy: Logramos la cooperativa, sostuvimos el equipo, la fábrica abierta, trabajamos con la comunidad. Pero ese proyecto más amplio no se concretó.
LCV: Del 2001 al 2005 hubo una especie de “moda Zanon”. ¿Qué opinás de esos enamoramientos fugaces de la cultura “woke” que luego los abandonan?
Raúl Godoy: Yo creo que el título sería: No me arrepiento de este amor. Lo que hicimos en Zanon fue impresionante. Hasta 2009, cuando llegó la crisis de Lehman Brothers, tuvimos un golpe fuerte. Se encareció la energía, tuvimos que apagar un horno.
LCV: ¿Quién era el ministro de Economía?
Raúl Godoy: No me acuerdo. Pero fue un golpe. Afectó a toda la economía. Pero lo importante es que Zanon fue una gran prueba de cómo los trabajadores podemos gestionar. Se creó una escuela, se trabajó con pueblos originarios. Acá, siempre que hay crisis, los patrones dicen “cierro”. Pero ahora saben que los trabajadores pueden ocupar la fábrica. Eso quedó. Eso está en la conciencia de miles. Y también en la de los patrones.
Hay una empresa, Madigraf, que era de un fondo buitre. Amenazaban con cerrar. Los compañeros grabaron un video con un fantasma que decía “Zanon” en el pecho. Terminó siendo cierto. Ocupada y puesta a producir. Hoy es cooperativa. Produce en el parque industrial de Pilar. Frente a Ford, con 5.000 obreros.
LCV: El tiempo está a favor de los pequeños.
Raúl Godoy: Esperemos. Ninguna lucha fue en vano. Lo que sí es utópico es tener una cooperativa y pensar que, en este capitalismo destructivo, vamos a prosperar. Eso sí es utópico. Pero pensar en un país cooperativo, más grande, es lo único que nos puede salvar de esta barbarie.
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“El peor momento del periodismo argentino en democracia”: Inés Hayes denuncia persecución, censura y violencia estatal

En el marco del Día del Periodista, Inés Hayes —periodista, escritora y editora de La Columna Vertebral— conversó con LCV sobre el informe que elaboraron para visibilizar la grave situación que atraviesa el periodismo en Argentina. En una entrevista cruda y comprometida, Hayes advierte que “en 40 años de democracia, nunca hubo un ataque tan directo de un gobierno hacia quienes ejercemos esta tarea”. Denuncias de represión, estigmatización, uso de trolls oficiales, precarización laboral y una creciente violencia contra la prensa atraviesan su análisis. La entrevista también subraya la necesidad de sindicalización, unidad gremial y solidaridad para enfrentar un contexto que pone en riesgo no solo a los y las periodistas, sino a la democracia misma.
LCV: “¿Qué es lo que han presentado para este Día del Periodista?”
Inés Hayes: “Bueno, hicimos un informe sobre la situación actual del periodismo, eh, y decíamos que en 40 años de democracia nunca había habido un ataque tan directo de un gobierno hacia quienes ejercemos esta tarea”.
LCV: “En ese sentido, ¿podemos ser más concretas? ¿Cuáles son todas las excepcionalidades que hacen que este sea el peor momento de la historia del periodismo argentino?”
Inés Hayes: “Sí. Mirá, por un lado, nunca se ha reprimido tanto y tan directamente a la prensa. Bueno, sabemos que Pablo Grillo estuvo en riesgo su vida, el fotoperiodista que estaba en el Congreso, como bueno, como van todos los fotorreporteros y los periodistas los miércoles a cubrir las movilizaciones de los jubilados y las jubiladas, que lo único que hacen es exigir salarios que les permitan vivir después de haber trabajado toda la vida. Esa es una de las excepcionalidades: la represión tan directa. Y después, la estigmatización a periodistas de todos los arcos ideológicos, desde Ari de El Destape, hasta Alconadamón, hasta Pani. Eso es una excepcionalidad. O sea, yo eso sí lo veo como una excepcionalidad: el tema de tomarse la molestia —que a veces se judicializa y otras simplemente se tira en las redes para la cancelación y el escarnio— el nombre de un periodista, y le dicen a él… bueno, digo, lo de Grillo es una tremenda desgracia que creíamos erradicada en el tiempo. Pero yo no puedo dejar de olvidarme en el Día del Periodista, eh, digo, de José Luis Cabezas, quien no la pudo contar y que también fue víctima de una agresión desde el costado político de nuestro país, digamos, con matices impresionantes y encima con su gente en libertad. Digo, los periodistas argentinos tenemos una larga matriz, una larga historia, quizás desde Moreno que lo tiraron al agua en adelante, de intentos de hacernos callar o de hacernos morigerar lo que pensamos. Últimamente, el insulto, “ensobrados” o “mandriles”, o no sé, todo ese tipo de cosas… y la utilización de las redes creo que es lo que potencia en modo exponencial esta situación. Porque cualquier anónimo hijo de vecino, que está en su casa sin tener nada que hacer, mañana decide que vos o yo somos sujetos de odio para ser.
LCV: “¿Qué rol le das a las redes, al anonimato de las redes, a la ejecución de esta persecución de odio?”
Inés Hayes: “Sí. Eh… creo que otra excepcionalidad es esa, ¿no? Es cómo el gobierno usa las redes. El periodista mismo ataca desde X como si fuera un ciudadano común y no el presidente, que llama a odiarnos, como vos decías. Y tiene todo un ejército de trolls manejando las redes también, eh, no haciendo periodismo, sino propaganda”.
LCV: “Que me parece que también está bueno diferenciar el periodismo de la propaganda”.
Inés Hayes: “Absolutamente. Y no tienen supuestamente presupuesto para aumentar las jubilaciones mínimas, pero sí tienen presupuesto para tener un ejército de trolls odiadores de los y las periodistas”.
LCV: “Sí, eso es muy impresionante”.
Inés Hayes: “Si vos te metés en inteligencia artificial y preguntás causas y consecuencias de las agresiones contra periodistas, inteligencia artificial te devuelve una respuesta muy interesante que dice que la primera consecuencia de las agresiones a los periodistas es el impacto negativo en la libertad de prensa, la difusión de información y, con esto, se decreta la muerte a la democracia”.
LCV: “La inteligencia artificial la tiene clara. ¿Vos creés que nuestra clase política la tiene clara?”
Inés Hayes: “Bueno, una de las cuestiones que marcamos en el informe es justamente pedirle al Poder Ejecutivo que cese con las agresiones, al Poder Judicial que investigue y que dé curso, por ejemplo, a quien le disparó a Pablo Grillo —o sea, que se haga responsable y pase lo que tenga que pasar con esta persona. Que nos cuiden también las fuerzas, que las fuerzas de seguridad del Estado no están para pegarnos ni pegarles a los jubilados, sino para supuestamente cuidar a la ciudadanía. Bueno, que cumplan con su deber. Y a las empresas periodísticas también, que nos protejan cuando vamos a cubrir estas movilizaciones, que nos den los elementos necesarios: casco”.
LCV: “Bueno, parece que vamos a una guerra. Es tristísimo, pero vamos a cumplir con el deber de informar, ¿no?”
Inés Hayes: “Y además te hago un paréntesis en el medio. Aquellos medios como el mío, como el nuestro, como el que tenemos con el equipo de La Columna Vertebral, que no tenemos ninguna posibilidad de tener cascos, chaleco antibalas, y un montón de situaciones que vemos a los compañeros de los medios grandes que van previstos… Nada. Somos la captura fácil de los grillos de la vida. Grillo también era un “frilo”, un freelance. Así que este pedido incluye a los compañeros que están en los medios más, digamos, importantes. Los medios como los nuestros, que son importantes en lo que dicen, pero que tienen recursos escasos, no tienen manera de ofrecer esa protección. Bueno, el tema sería, en la medida de lo posible, sindicalizarse, porque los sindicatos también están tratando de dar respuestas a los que vamos a cubrir en la calle, no solo las empresas periodísticas, ¿no? Y a las empresas también les pedimos que paguen salarios que estén acorde a lo que sale vivir. Porque no pueden pagar 500.000 pesos —diarios conocidos como Página 12 o Perfil“.
LCV: “¿500.000 pesos por mes?”
Inés Hayes: “Por mes, sí, claro. Digo, por 8 horas diarias, 500.000 pesos por mes”.
LCV: “Disculpame, ¿qué es lo que el sindicato provee? ¿Proveen chalecos? ¿Proveen cascos?”
Inés Hayes: “Sí, están proveyendo ahora cascos y elementos de cuidado para ir a las movilizaciones, porque nosotros estamos todos sindicalizados en SiPreBA”.
LCV: “No teníamos esa información”.
Inés Hayes: “Ah, salió hace poquito. Salió la información por correo”.
LCV: “¿Cómo nos encuentra a los periodistas? ¿Nos encuentra unidos? ¿Nos encuentra temerosos? ¿Hay periodistas y hay propagandistas? ¿Cómo es el panorama que me podés mostrar?”
Inés Hayes: “Por lo que nosotros estuvimos viendo cuando hicimos el informe, y los videos que circularon en las redes nuestras, hay una unidad frente a este peligro de la libertad de expresión. O sea, el riesgo que está corriendo la libertad de expresión, y por ende la democracia. Hay una unidad porque es transversal, como decíamos al principio. Y además hay una unidad de las organizaciones: estuvo COPEA, SiPreBA, la directora de la carrera de comunicación de la UBA… Estamos todos juntos y juntas en esta lucha por visibilizar lo que está pasando con el periodismo. Y también lo que queremos decir es que el periodismo garantiza la democracia, el estado de derecho. Y que cuando se persigue al periodismo, también se persigue al estado de derecho y a la democracia”.
LCV:” Obviamente. ¿Cómo creés que lo toma la gente, quien nos escucha, quien nos consume? ¿Se da cuenta? ¿Hay un ida y vuelta?”
Inés Hayes: “Piensan que es un tema de tribu, de sector. Y eso es lo que nosotras tratamos de romper con este informe. Por un lado, decir que somos todas trabajadoras. Por otro lado, que estamos sufriendo el ajuste como toda la sociedad. Y por otro lado, ponerlo sobre la mesa para que no solo lo debatamos quienes trabajamos en comunicación, sino toda la sociedad. Porque lo que decimos nosotras es que el derecho a la información y a la comunicación es de toda la sociedad, no solo de quienes ejercen el periodismo o ejercemos el periodismo. Yo supongo que gracias a programas como el tuyo, que lo está visibilizando, y otros, de a poquito puede llegar a ser un tema de debate común y no de nicho”.


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