Entrevistas
Cooperar para vivir: historia de una red solidaria en movimiento

Lo que empezó como un simple intento de compartir recursos informáticos entre ocho cooperativas eléctricas en 1982, terminó convirtiéndose en una experiencia única de organización solidaria. En esta charla con La Columna Vertebral, Omar Marchissio repasa la historia de La Regional, una cooperativa que no solo distribuyó gas cuando nadie más lo hacía, sino que también encontró formas inesperadas de responder a las necesidades más urgentes de su comunidad: desde garrafones hasta ataúdes. Un modelo que demuestra que, incluso en contextos adversos, la unión de trabajadores puede sostener servicios esenciales y dignificar la vida —y también la muerte— en el interior profundo del país.
LCV: “Contanos un poquito de qué se trata esta cooperativa.”
Omar Marchissio: “Eh, bueno, a ver, eh, esta locura, hermosa locura, empezó en el año 1982, que un grupo de cooperativas se juntaron para hacer un centro de cómputos. Porque en ese momento, eh, cada cooperativa tenía su propio centro, lo que hacía bastante engorroso porque no sé si ustedes se acuerdan que no era tan fácil como ahora. Había… se trabajaba con tarjetas micropreforadas y había que… no sé, bueno, se tiraban los datos con la onda. Eh, la verdad que, este… bueno, estas, estas cooperativas se empezaron a charlar entre ellas y lograron, eh, una conexión, vamos a decir así, de juntarse. Y resulta que, en vez del centro de cómputos, terminó con una problemática que era en ese momento el valor del cilindro de tubo de gas. Ah, que… que este… nada que ver, eran todas cooperativas eléctricas. Y bueno, eh, como todas las cooperativas van en ayuda a los servicios que prestan en cada comunidad, se tomó como futuro, eh, porque había una federación, que era FASE, Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas, que conjuntamente con la Secretaría de Energía estaban promocionando las obras para realizar, eh, plantas de gas. Este… aquí que se empezó a charlar, y en vez de hacer un centro de cómputo, hicieron una cooperativa de cooperativas. Porque esa es, digamos, la parte linda de esto.”
LCV: “¿Formaron la federación?”
Omar Marchissio: “No, no, no es una federación. Ah, es una entidad de primer grado, que, eh, son cooperativas asociadas.”
LCV: “Perfecto.”
Omar Marchissio: “Había muy pocas en la Argentina en ese momento, y bueno, eh, se juntaron ocho, y todas cooperativas eléctricas, y fundaron esta cooperativa de cooperativas que es de gas.”
LCV: “Perfecto. Ustedes tienen la sede en Chacabuco. Yo quiero hacer entender al resto de mis oyentes, que están afortunadamente distribuidos por todo el país y seguramente en otros lados, deben entender mejor que yo, porque al ser porteña, un poco este asunto de las cooperativas de distribución de servicios como el gas o como la luz no lo tengo tan claro. Eh, ¿cómo es la acción directa de ustedes con la gente? El beneficio hacia las personas, hacia la comunidad.”
Omar Marchissio: “Está bien. En ese momento —estoy hablando 1983—, cuando se constituye la cooperativa, se funda con ocho cooperativas eléctricas. Y de ahí en más se empieza a trabajar en hacer la planta, que se inauguró el 5 de agosto de 1985. Y ahí se produce el llenado de los tubos de gas de 45 que se distribuyen en estas ocho cooperativas.”
LCV: “¿Y eso a quién da servicio?”
Omar Marchissio: “La cooperativa eléctrica tenía el reparto de los cilindros de 45 directamente a la gente.”
LCV: “Claro. Y hoy vamos al 2025. Hoy, ¿qué servicio están dando y a cuánta gente alcanza? Iba a llegar a eso. Lo que pasa es que se me va el tiempo y yo quiero mostrar qué útiles son hoy porque me faltan poquitos minutos para las 19 y tengo que irme a la tanda. Entonces vamos rapidito.”
Omar Marchissio: “Eh, una vez que en las localidades empieza a llegar el gas natural, eh, las cooperativas dejaron de ser un servicio primordial, el de llenado de cilindro. Y nosotros casi en el 98 estuvimos a punto de desaparecer porque ya no tenía más sentido. Ah, y nos volcamos para el tema de las chanchitas de gas, o sea, domiciliarias o industriales o comerciales.”
LCV: “Ah, las garrafitas.”
Omar Marchissio: “Las garrafitas. El garrafón. Garrafón grande que va con… viene con el camión con gas y se la llena en cualquier domicilio o en cualquier planta industrial.”
LCV: “Cuando yo vivía en provincia hace muchos años atrás y también supe lo que era estar esperando el asfalto, recuerdo esos camioncitos donde mis viejos compraban las garrafas. Lo recuerdo perfectamente. ¿A cuánta gente asisten hoy por hoy?”
Omar Marchissio: “Y no, el universo es grande, porque no solamente tenemos 138 cooperativas asociadas. O sea, de las ocho fundadoras hoy somos 138. Entonces, este… eso hace que tengamos un reparto de gas bastante más… Inclusive hacemos el servicio de la zona norte de BAXA, o sea, las plantas que están en las localidades que no tienen gas natural, sí, nosotros vamos con los camiones y les transportamos el gas.”
LCV: “¿Cuánta gente trabaja más o menos, Omar?”
Omar Marchissio: “Nosotros, 26 personas.”
LCV: “26 personas en las cooperativas, porque aparte de tener el llenado y reparto de cilindro, el gas este en las tachitas —vamos a decir así, que es propano— tenemos una fábrica de ataúdes que… este… si las quieren probar…”
Omar Marchissio: “No, gracias. No, le agradezco, le agradezco. Bueno, tengo unos cuantos… si hay un escape de gas, digamos, en la zona, yo tengo unos cuantos candidatos. Sí, tengo unos cuantos candidatos, si quiere.”
LCV: “Como sobre todo… un tiempo a esta parte… Como también, sobre todo… perdón, Omar, Omar, Omar… Sobre todo, digo, unos cuantos muertos políticos que van a competir en las elecciones de ahora de septiembre. Así que, pero bueno, vayamos cerrando. También tienen los ataúdes y esto forma parte también dentro de las cooperativas. O sea, es un servicio más porque las necesidades de las cooperativas, de cuando fueron cerrando las casas velatorias en cada ciudad, la cooperativa también se hizo cargo.”
Omar Marchissio: “Claro.”
LCV: “Porque además, en medio de la crisis… En medio de la crisis, la verdad que uno se ríe porque… No, porque viste que la reacción del ser humano frente a la muerte es: o te matás de risa o te morís de miedo. Acá, nosotras dos nos morimos de risa. Por el momento nos causa gracia, pero es cierto que frente a la crisis no es menor el tema de que muera un familiar y no tener, más en los pueblos, cómo llevar adelante el servicio. Y esto es algo como muy importante. Omar, se me va el tiempo, lo tengo que ir dejando. Dígame, ¿qué están preparando así último? ¿Qué novedad tiene para contarme? En menos de un minutito, cuéntemelo.”
Omar Marchissio: “Bueno, lo que estamos haciendo también, otro servicio que tenemos es el de compras agrupadas. Ah, generalmente, entre todas las cooperativas, ponemos una cuota y con esa cuota se compran camionetas o materiales para la cooperativa.”

Entrevistas
El voto castigo y la emancipación del peronismo: entrevista a Pablo Touzon

En diálogo con La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores, el politólogo, director de Panamá Revista y codirector de la consultora Escenarios, Pablo Touzon, analizó la última jornada electoral del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires y los resultados que sorprendieron al oficialismo nacional y a las encuestadoras. Habló sobre la economía cotidiana, el voto castigo, el rol de Cristina Kirchner, la crisis del oficialismo y la perspectiva de futuro para el peronismo.
LCV: “¿Cómo viviste la jornada de ayer? ¿Fue todo una gran sorpresa? ¿Te sorprendiste como todos los demás encuestadores? ¿Qué grado de sorpresa hubo? ¿Solamente en el número o también en qué lectura de acuerdo a los focus que estuviste haciendo en los últimos días?”
Pablo Touzon: “Lo que me sorprendió, como al resto de los colegas, fue sobre todo el número, la amplitud. Que el peronismo ganara por algunos puntos ya estaba presente en las últimas semanas, amplificado por el quilombo de las coimas. Lo que me sorprendió fue cómo el peronismo volvió a ser una herramienta de castigo. En los últimos años las mayorías se armaban castigando al peronismo, desde Juntos hasta La Libertad Avanza, con Cristina Kirchner como eje ordenador. Esta vez no hubo un voto castigo contra el peronismo, sino a favor de usarlo como canal de descontento. No creo que hayan aparecido kirchneristas de un día para otro: se respondió a un malestar microeconómico, a la economía del bolsillo de casa. Si bien hubo validación de la baja de la inflación en 2024, desde el triunfo de Adorni hasta acá el gobierno acumuló equivocaciones. El salario no alcanza, la bronca contra el maltrato a jubilados y empleados públicos, el ajuste, todo eso configuró una tormenta perfecta. El menemismo también tuvo corrupción, pero en un contexto de auge. Acá se sumó corrupción con crisis. La apuesta oficialista fue Cristina, pero ella no compitió, lo cual favoreció al peronismo para construir otro relato. Lo de San José 1111 fue patético: soberbia y egoísmo. El peronismo, en cambio, mostró lo que llamo una desobediencia constructiva: no hizo campaña por ‘Cristina Libre’, sino que se emancipó de esa tutela. Es un principio de emancipación del peronismo bonaerense. Como Milei fue una herramienta del pueblo para terminar un orden, ahora el peronismo puede empezar algo nuevo. No es un perdón total al Frente de Todos, pero sí un puntapié.”
LCV: “Durante mucho tiempo la calle definió las protestas en términos de violencia. ¿Hoy ves otra forma de protesta, como lo que pasó ayer en las urnas?”
Pablo Touzon: “Sí. La desaparición de los piquetes en 2024 estuvo bien ponderada, incluso por los pobres. El peronismo tendrá que decidir si empieza un sendero de reforma para entender qué no funcionó del Frente de Todos. En general se vuelve más rebelde cuanto más lejos está del poder. Hoy, con la validación popular en la provincia de Buenos Aires, no puede desertar otra vez. Tiene que decidir qué hacer con la economía. No basta con resistir. Tal vez sea más fácil construir una alternativa cuando el espejo del mal gobierno es tan claro. No digo volver al peronismo del 45, pero sí a una política más humana y profesional. La gente votó profesionales: se cansó de experimentos y de personajes exóticos. Eligió a quienes podían hacerse cargo de la seguridad, de la economía y de los derechos. Frente a improvisación, optó por oficio. El gran agujero del peronismo sigue siendo la economía: no puede repetir errores. No se trata de planes y contención, sino de poner la industria en marcha. Ese es el principal desafío. El gobierno de Adorni quedó sin aliados y subsumido en un PRO que perdió. El peronismo tiene que aprovechar la expectativa, como lo reflejó Nacho Ramírez en su discurso junto a Kicillof. La gente siente que ‘se puede’. En cambio, el gobierno solo propone una mesa política con los mismos mariscales de la derrota, sin gobernadores, lo cual muestra más encierro que apertura.”
LCV: “Ayer corría la versión de que Macri no había mandado fiscales del PRO. ¿Creés que pudo haber hecho eso?”
Pablo Touzon: “Podría ser, pero no creo que tenga tanto poder. Lo que sí es claro es que el PRO ya no existe como estructura: se subsumió en algo que perdió. El error de Macri fue postular a su primo en la Ciudad: se quedó sin territorio. El gobierno quedó sin proyección política. Por eso hoy no hay figuras de peso: Jorge Macri está callado, Vidal también. El PRO se apagó. Al final todo se reduce a memes, a frivolidad política. Pero la payasada se terminó y el gobierno tiene que seguir.”
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Juan Carlos Schmid: “El desafío es transformar la bronca en una alternativa”

En diálogo con La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores, el secretario general del Sindicato de Dragado y Balizamiento y de la CATT, Juan Carlos Schmid, analizó el escenario político posterior a las elecciones, los desafíos del peronismo y el sindicalismo, y la necesidad de construir una alternativa que supere la bronca social. También se refirió a los problemas estructurales de la Argentina, como las jubilaciones, la educación, los cambios en el mundo del trabajo y el rol de los sindicatos frente a las transformaciones tecnológicas.
LCV: “¿Cómo estamos en esta jornada posterior a lo que fueron las elecciones de ayer?”
Juan Carlos Schmid: “Hemos registrado una nueva jornada electoral donde se expresó el pueblo argentino. Habrá que ver de acá en adelante cómo nos organizamos para desplazar definitivamente a este gobierno del escenario nacional.”
LCV: “¿Cuál es el escenario que ves de posibilidades? ¿Esto fue un voto castigo circunstancial o puede abrirse un espacio para que el peronismo, el sindicalismo y las distintas fuerzas sociales construyan una alternativa?”
Schmid: “Tanto en el gobierno nacional como en el kirchnerismo, las peleas internas continúan y no sabemos si podremos conformar esa fuerza necesaria. El desafío es transformar la bronca y el rechazo en una propuesta alternativa. Ese es el gran desafío de la oposición: construir una alternativa que nos saque para adelante, que hable del futuro y que haga que los actores políticos jueguen un papel clave para salir del laberinto en el que está la Argentina.”
LCV: “¿Creés que nuestros dirigentes están a la altura de lo que expresa el voto popular?”
Schmid: “La dirigencia política se ha debatido en la incapacidad de encontrar fórmulas superadoras. El experimento de Milei expresa de alguna manera todo eso.”
LCV: “¿Y entonces, cómo seguimos?”
Schmid: “Buscando dentro del escenario nacional a quienes comprendan que la política es servicio al bien común, al interés general y no un ejercicio de poder infinito. Los actores políticos han perdido hace mucho tiempo el sentido de trascendencia de esta función pública. El político debe ser un servidor de lo público.”
LCV: “¿Habrá reuniones de la CGT, de la CAT y de las dirigencias gremiales para aprovechar este nuevo escenario y retomar los reclamos laborales?”
Schmid: “Una cosa es el reclamo sindical y otra los problemas que debe resolver la política. Hay reclamos que exceden el proceso electoral, que atravesaron gobiernos nacionales y populares, y que también persisten en la etapa de Milei. Son problemas profundos de la economía y de la sociedad que la política no ha resuelto y que requieren una síntesis difícil de alcanzar. Por supuesto que debemos redoblar nuestros reclamos, pero también encontrar el equilibrio exacto del menú.”
LCV: “Lo que planteás requiere paciencia, estrategia y manejar el cansancio social en un contexto de transformaciones en el mundo del trabajo. ¿Cómo se ubican los sindicatos frente a las innovaciones tecnológicas y los nuevos métodos de producción?”
Schmid: “Los reclamos no son homogéneos. El tema jubilatorio, por ejemplo, atraviesa todo el período democrático y aún no se resolvió. Que tengamos jubilados con ingresos tan bajos habla mal de una sociedad que se dice civilizada. Si queremos seguridad social, los recursos no pueden salir solo del trabajo: se necesitan aportes de otros sectores. Eso requiere construir poder social y que la política encuentre fórmulas de respuesta. En los últimos 50 años la tasa de reposición jubilatoria nunca superó el 50 o 60% del salario en actividad, lo que es una debacle. La otra cuestión central es la educación: hubo gobiernos que aumentaron el presupuesto, pero la educación no mejoró. Tenemos una declinación y es un problema social que también involucra a los sindicatos.”
LCV: “Lo que ocurrió en las elecciones también frena, al menos por ahora, la reforma laboral y jubilatoria. ¿Cómo sigue la pelea?”
Schmid: “Está bien que se rechazara, pero las formas de producción siguen ahí: aplicaciones digitales, inteligencia artificial y nuevas dinámicas de trabajo que van a complejizar el futuro. Debemos discutirlo con inteligencia, con debate de carne y hueso, no artificial.”
LCV: “Te felicitamos porque acabás de ser reelegido.”
Schmid: “Sí, el viernes fui reelegido al frente de la FEPINRA. El Congreso se realizará el 6 de octubre.”
LCV: “Esto también es importante porque pone en debate no solo la situación de los trabajadores, sino la de los puertos, el negocio portuario y la cuestión ecológica.”
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Francisco Martínez: “En Textiles Pigüé nadie se queda afuera”

En el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, donde alguna vez funcionó la ex-Gatic, hoy late la vida de la cooperativa Textil Pigüé, una empresa recuperada que reúne a más de 170 trabajadores y trabajadoras. Nacida en 2003 tras el cierre y desalojo de la antigua planta, Textil Pigüé se convirtió en un emblema de autogestión obrera, sosteniendo puestos de trabajo y construyendo comunidad en medio de las crisis económicas que atraviesa el país. Francisco Martínez, su presidente, repasa el presente de la fábrica, los desafíos de la industria textil y el valor de las políticas públicas para fortalecer la economía cooperativa.
LCV: “Francisco, contanos un poco. Ustedes son un lugar de lucha desde 2003, dando un ejemplo de autogestión y recuperando puestos de trabajo. Hoy, con la debacle de la industria textil en Argentina y la competencia desleal de los importadores chinos, ¿cómo están trabajando?”
Francisco Martínez: “Se trabaja con muchísima preocupación, a déficit desde que asumió el gobierno de Javier Milei. Pero en estos 21 años ya vivimos otras crisis. Supimos encarar una fábrica de 25.000 metros cubiertos dedicada a la industria textil, símbolo de lo que fue Gatic. Siempre sostuvimos que ni el mercado ni los gobiernos deciden la suerte de un trabajador: quienes estuvimos desocupados sabemos lo que significa la fragmentación social y familiar. Por eso preferimos que, aunque baje la producción como pasó con Macri —cuando aumentaron un 3000% las tarifas y quedamos con cinco quincenas atrasadas— o como ahora, que bajamos de 180 toneladas a 70, estemos todos adentro. Eso implica trabajar a déficit, pero con horarios, responsabilidades, asistencia social, salud, nutrición y educación. Hoy incluso escrituramos lotes para viviendas familiares. El contexto es duro, pero confiamos en salir adelante gracias a la militancia de trabajadores y trabajadoras. Nosotros no somos patrones ni dueños, somos socios, y aunque competimos en un mercado golpeado, contamos con una estructura sólida. La escrituración de la fábrica en 2014 nos convirtió en sujetos de crédito, algo que pocas recuperadas tienen, y eso nos da mejores condiciones para sostener la producción.”
LCV: “Francisco, es alentador escucharte. Me gustaría que nos hicieras una pintura de qué pasó ayer para ustedes, para el sector cooperativista. ¿Cómo fue la jornada y el cierre, cuando se dieron cuenta de que la provincia se pintaba de azul?”
Francisco Martínez: “Con mucha alegría. Hemos trabajado con políticas públicas concretas de la provincia: escrituración de la planta, de 200 lotes, espacios de primera infancia, huerta, invernadero, urbanización del barrio, infraestructura y una subdelegación del Ministerio de Trabajo en Pigüé para evitar que la gente viaje 50 km a Coronel Suárez. Cada ministerio aportó herramientas y eso nos dio una alegría enorme. La única congoja es que la sexta sección electoral, donde está Pigüé, es difícil para el peronismo y nunca se gana. También sufrió Blanca, cabecera del distrito.”