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Planeta Giussani

Entre la luna y el sol, por Laura Giussani Constenla

El día del eclipse. Magia sideral, literatura en estado puro. Beso, cópula, abrazo, coincidencia perfecta. Magnético y deslumbrante como el cielo mismo, con sus claros y oscuros, estrellas y constelaciones, galaxias, planetas y figuras en movimiento que dibujan danzas incomprensibles. Todo lo que se diga en torno a un eclipse es tan dudoso como verdadero. Pero, está claro que la literatura es más verosímil que la realidad. Quizás porque la realidad es pura literatura. Quién sabe.

¿Cómo no caer en ese encanto? En el estricto sentido de la palabra ‘encanto’: hechizo, magia, seducción. Quién sabe.

No es la primera vez en la que un fenómeno tan estrafalario me llama la atención.

Parece que alguna vez escribí un libro titulado, Cazadores de Luces y de Sombras. Allí cuento la historia de Ignacio Ezcurra, un periodista que partió a Vietnam en abril de 1968 y desapareció el 8 de mayo, pocos días después de su arribo. Buscando en los diarios de la época ví que todos hablaban de ‘El Eclipse’ de abril. Curiosamente, yo recordaba ese día, porque todos estuvimos pendientes. Con solo siete años, preparé mi cajita con un agujero y una radiografía para ver el eclipse y que no me hiciera daño a la vista.

Me pareció digno de mención en el libro visto que era la noticia más destacada de los diarios del momento. Escribí sobre la reunión de Ezcurra con Malcom Brown -un ex corresponsal de guerra en Vietnam que lo orientó antes del viaje- : “Sólo una luz podría opacar otra luz. Observó el cielo, ahora negro, con una clara luna que asomaba pertinaz. Días atrás un eclipse total había llamado la atención de los porteños. Eclipse en Aries, juego de luces y sombras que provocó todo tipo de supercherías; los diarios dedicaron páginas enteras a recordar antiguas leyendas que hablaban de brujas y dragones que despertaban cuando el sol y la luna se peleaban entre sí. “Dicen que ahora habrá que esperar dieciocho años para que vuelva a ocurrir un fenómeno parecido, podemos estar tranquilos, además no caerá en Viernes Santo”, comentó Ignacio. Por alguna razón un eclipse en Pascuas reforzaba la sensación de desprotección.”

Cuando presenté el libro, junto a Eduardo Anguita, Miriam Lewin y Alejando Kaufman, se me acercó una amiga de Enrique ‘Jarito’ Walker -el otro protagonista del libro, alguien cuyo destino venía de la mano al de Ignacio aunque no lo sabía: Ezcurra desaparecía en Vietnam y Enrique Walker, por entonces secretario de redacción de Gente, partía a Saigón en su búsqueda y su vida cobraba un vuelco tal que después del Cordobazo se hacía Montonero y desaparecía en Buenos Aires secuestrado por los militares en 1976-. A la amiga de Jarito lo que más le había impactado era la mención al eclipse. Todo un libro dedicado a narrar conflictos de clase, raciales, políticos y económicos, pero a ella le habían llamado la atención esas diez líneas.

Mientras investigaba la vida de Ezcurra apareció el eclipse y la curiosidad me llevó a buscar textos sobre el curioso fenómeno. Supe, entonces, que era conocido como el “Eclipse Cortez”, en relación a uno similar que ocurrió el 6 de Abril de 1521, al que consideraban como una antesala del ingreso de Hernan Cortez a la Ciudad de México en agosto de 1521. Cuatro meses después. Otro artículo recordaba que la masacre de Tlatelolco, el 2 de Octubre de 1968, tambien se enmarcan en el Eclipse del 13 de Abril de 1968, otro “Eclipse Aries”.

Mentira o verdad, no caben dudas de que el año 68 fue un antes y un después. Asesinan a Marthin Luther King, explota el mayo del 68 en Europa, y los Estados Unidos descubren que la prensa propia -todavía libre-les está haciendo perder la guerra, ese mes son secuestrados y fusilados varios periodistas de occidente en Saigón, entre ellos Ezcurra.

¿Puede un eclipse influir en la historia? Dicen que el ‘efecto eclipse’ dura unos seis meses. Dicen que no todos son iguales y una cosa es que ocurra con el sol en Aries, otra en Acuario o Sagitario. Dicen que el sol representa a la razón, al conocimiento, a la claridad de conceptos, y la luna a las emociones, la esencia, lo intuitivo. Dicen que estamos entrando a una nueva era. Dicen que con el eclipse de diciembre se termina la ‘purga’. Dicen que nos estamos sacando muchas cosas de encima. Dicen que es como cuando las serpientes cambian de piel. Dicen que hay que oír, sentir, aprender a caminar en un nuevo mundo. Dicen que dicen.

Yo no sé. Lo cierto es que desde hace rato que ando rondando tras la idea de esta lucha entre el pensamiento racional y el pensamiento mágico ¿Será que hoy, a las 13 horas, asistiremos a un abrazo entre ambos?

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Entrevistas

“El exilio dejó huella en Italia”. Entrevista a los directores de Resistenza

Después de su recorrido por Festivales, Salas y otros espacios de Italia y Argentina, “RESISTENZA (historias del exilio argentino en Roma)” está disponible desde el 13/11/25 en la plataforma OpenDDB: https://openddb.it/film/resistenzaargentina/

Un documental que explora los modos que adquirieron la sobrevivencia y la denuncia internacional durante la última dictadura militar. Más allá de la tristeza, el desarraigo y las dificultades económicas, los exiliados argentinos diseminados por el mundo tendieron redes de solidaridad y realizaron un trabajo tenaz dando a conocer las violaciones a los Derechos Humanos en Argentina. No sabían, en ese entonces, que se estaban convirtiendo en protagonistas de un movimiento que dejaría sus huellas a futuro en los países que los acogieron, gracias a una forma de lucha silenciada por el régimen pero que perduró, con amor y creatividad hasta el día de hoy.

En Italia nació una organización italo-argentina, Proyecto Sur. En torno a ellos crecen, desde el pie, nuevas formas de acción en un mundo cada vez más violento y fraccionado. Ahora las murgas argentinas son un símbolo en toda manifestación por la paz y la justicia en Roma

LCV conversó con los directores del documental “Resistenza, historia del exilio argentino en Roma”, Mónica Simoncini y Omar Neri. ¿Por qué Roma? ¿Qué dificultades encontraron? ¿Cómo es trabajar como documentalista hoy? La culpa como trasfondo de estar vivo, la política no cultural de Milei y más.

Exilio revisitado por Laura Giussani constenla. Un planeta de LCV. 11 de octubre de 2025

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LCV

Planeta Giussani/ Houston, tenemos un problema

El 13 de abril de 1970, una frase entró a la historia. Creíamos que la humanidad tenía el poder de conquistar el universo todo. Naves intergalágticas surcaban el espacio. Estados Unidos ya había plantado bandera en la luna. Una nueva misión tenía al mundo en ascuas: el Apolo 13. Todo iba bien hasta que una serie de luces desconocidas y una explosión de origen ignoto obligó a la tripulación del Apolo a llamar a la base en tierra. El mensaje fue claro y conciso: “Houston, tenemos un problema”.

Desde entonces, cada vez que ocurre un imprevisto de difícil solución e incierto origen, apelamos a aquellas palabras de desesperación controlada con las que el astronauta del Apolo 13 compartió su alarma. Y sí, hoy, apelamos una vez más a ella: Houston, tenemos un problema.

Este domingo, la política argentina vio los destellos de luces jamás imaginadas y alguna explosión agitó los ánimos. Qué había pasado?

De manera inusitada, los hermanos Milei, en el peor momento de su gobierno arrasaban en casi todas las provincias, incluída la provincia de Buenos Aires, donde había sufrido una derrota aplastante pocas semanas atrás.

El desconcierto invadió a propios y extraños. Quizás pueda decirse que, de una forma u otra, salvo los Milei, perdieron todos. Y cuando digo todos, digo también la derecha. Curioso ¿no?

Desde el mes de agosto, incluso los medios ‘amigos’ del gobierno se dieron vuelta. Por primera vez se los veía a Feinman, Viale, Laje y hasta Trebucq, entrevistando de manera incisiva al presidente de la Nación. El escándalo Sapagnuolo, el 3% de Karina, las relaciones narco de Espert, eran tapa, día tras día.

Las redes estallaban con incomprobables brotes psicóticos de Milei. Hablábamos de un Plan B en marcha, mientras otros directamente mencionaban un operativo destituyente. Las elecciones intermedias parlamentarias se habían convertido en un referendum: Milei sí o no. Todos tensaron la cuerda. Blanco o negro. Milei o Kirchnerismo, representado por Cristina y su hijo.

El desdoblamiento de las elecciones en la Provincia de Buenos Aires le dieron aire a Kicillof, al no ser una consulta nacional, pudo mostrar el mapa político de el bastión peronista por excelencia. Seguía siendo peronista, es más, kicillofista.

Lejos de retroceder frente a una embestida política, mediática y hasta empresaria, el gobierno fue por más. Más represión, más ajuste, más agresión contra los ejes más sensibles para la población: salud, universidad, discapacitados, jubilados. ‘Ni un paso atrás’ decía Mussolini en pleno liderazco.

Los politólogos y periodistas, encargados de ‘leer’ el mensaje de la ciudadanía, se agarraban la cabeza. La derrota era el número ganador. Hagan sus apuestas señores, quien gana y quien pierde?

Perdimos todos.

Es que había ocurrido un imprevisto, un destello de luces violetas y una explosión: Donald Trump se metía en la campaña. Prometía una salvación económica sí y sólo sí Milei ganaba las elecciones.

Lejos de autoflagelarnos con las responsabilidades de cada uno de los protagonistas, y mucho menos de pensar que de la noche a la mañana el pueblo argentino decidió apoyar la represión a los jubilados, hacer aparte las exigencias del Garraham, reirse de los discapacitados, y escupir sobre la cabeza de centenares de miles de desocupados por un plan económico que detruye la industria junto con el Estado, esta vez, yo prefiero no creer. Prefiero no creer que se fascistizó el electorado de tal modo. Así que busco otras razones.

¿Y si el voto hubiera sido más sensato de lo que pensamos? Qué había enfrente a Milei. Si perdía, caía el gobierno, eso era lo que todos esperábamos con cierta euforia. Y si caía el gobierno ¿qué pasaba?

Posiblemente el electorado pensó: Houston, estamos en problemas.

Y aquí entra el factor Trump. Aceptar el manotazo de ahogado de Trump quizás era lo más pragmático porque si no era eso ¿qué? Sólo se veían dos opciones y ambas significaban ‘volver’. Al peronismo o al macrismo.  Por si no hubiera quedado claro con la victoria de un personaje indefinible, nadie quiere volver a sentir el hastío de los mismos discursos vacíos. Quizás la sociedad está pidiendo a gritos dar vuelta la historia, no volver sino ir.

Una vez más, invito a nuestros lectores y oyentes a pensar que no vivimos en un mundo aparte. Y el mundo, lamentablemente, hoy tiene como protagonista a otro esperpento al que todos hacen reverencia, cruza fronteras, se adjudica paces incomprobables, extorsiona con los impuestos a países de distinta índole. No queremos reyes, pero tenemos un emperador cuyo parecido con American Dad, es preocupante.

Por más que nos dediquemos a analizar de manera pormenorizada los errores de cada partido, partidazo o partiducho, lo que pasa en Argentina no es ajeno a lo que pasa en el mundo. Quizás Milei entendió eso y anda viajando de acá para allá, sembrando su demencial teoría anarcocapitalista en tiempos de tierra fértil.

Parace antiguo, pero la solución quizás no es sólo nacional. Que avance el internacionalismo, pues. Porque más allá de consignas perimidas como “Patria sí, Colonia no” o recordar “Braden o Perón”, el mundo entero está sufriendo un terremoto económico y moral. Las Colonias ahora son ‘países aliados’ y el entramado económico crea fronteras tan volátiles que resulta imposible analizar con la rigidez a la que estábamos acostumbrados.

No somos el peor país del mundo, son tiempos de una humanidad que ya no puede llamarse humana. Bombas, drones, hackers, ataques cibernéticos, enemigos más virtuales que reales.

Por eso, LCV también anda relojeando lo que pasa aquí y allá. Y, por ahora, parece que nadie se salva solo, tampoco a nivel internacional. Ningún país podrá enfrentar las fuerzas de este post capitalismo cínico y voraz.

Si volvemos al chiquitaje interno, y sí, el baile de Cristina en el balcón al conocerse que perdió el peronismo en la provincia de Buenos Aires fue lo más parecido a la quema del cajón de Herminio Iglesias. Pero no son Cristina ni Kiciloff el problema. Ni la izquierda ni los tibios ni los progres nisiquiera la derecha de buena o mala fé. Levantemos la mirada para ver lo que pasa a nuestro alrededor. Dejemos de acusarnos y empecemos a construir, y a coordinar con quienes están sufriendo tanto o más que nosotros.

Son tiemos difíciles, para todos, sobre todo para los que todavía tienen algo que perder. Esa clase media apedreada que se niega a bajar al séptimo círculo del infierno. Pero hay medio país que sabe que es difícil bajar otro peldaño. No son necesariamente gorilas, ni idiotas, ni todos los epítetos que se les ha endilgado en estos días. Muchos desposeídos  apostaron a los hermanitos medio locos. Quizás por empatía. Hartos de ver tantos políticos racionales y nobles que los han llevado a la ruina.

Sigamos pensando y construyendo una sociedad más justa, desde abajo, simplemente como personas, aprendamos a escucharnos, dejemos atrás ese fugaz poder que puede dar una diputación o una secretaría.

Entre tanto, la vieja política tiembla. Cuando pase el temblor ojalá que nos encuentre más fuertes, libres, sinceros. Quizás desorganizados, quizás no unidos, pero dispuestos a llevar adelante las luchas en las que muchos estamos desde hace tiempo y sentimos que son robadas por representantes que no nos representan. La unidad no es todo en la vida. Seamos miles de luces, miles. Miles de fogatas, miles. Ya nos encontraremos de manera natural en un momento histórico en el que valga la pena escucharnos sin insultarnos.

Columna de Laura Giussani Constenla, emitida en La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores, el 27 de octubre de 2025.

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Entrevistas

Roma también tiene su ‘Ronda de los Jueves’

Un placer recibir en este Planeta Giussani a Enrico Calamai, ex diplomático que presenció dos golpes latinoamericanos desde los consulados italianos de Chile y Argentina. Una experiencia que le dejó huella.

En nuestro país fue un vicecónsul que salvó la vida de 300 argentinos comprometiéndose personalmente en darles refugio y llevarlos a Ezeiza a pesar del desacuerdo con la política oficial del gobierno de Italia. Hay quien lo llama el ‘Schlinder’ de argentino.

En el 77, fue retirado del consulado en Argentina. Luego estuvo cumpliendo sus funciones en Nepal y Afganistan, hasta su retiro prematuro. Desde entonces es un activista por los derechos humanos, autor de dos libros “Faremo l’America” y “Niente Asilo Político”, editados por Editori Riuniti y Feltrinelli. Le damos la bienvenida a nuestro Planeta a Enrico Calamai.

Muchos de ustedes lo conocerán por el hermoso documental La Resistenza, que testimonia la labor de los exiliados argentinos en Roma. Si no lo vieron, no se lo pierdan. Conmovedor. Pero hoy queríamos hablar con Calamai sobre la actualidad, su actualidad, como referente y fundador del Colectivo Mani Rosse Antirazziste, creado contra los decretos de Seguridad de Salvini, que cada jueves se reune frente al Viminale -el Ministerio del Interior- para denunciar la responsabilidad Italiana y Europea en diversas masacres, dictaduras, guerras y saqueos de recursos naturales.

Entrevista de laura giussani a Enrico Calamai. roma, 18 de octubre 2025

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