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Miguel Ángel Bustinduy: “Necesitamos una ley federal para que Nación vuelva a manejar el transporte de todo el país”

Miguel Ángel Bustinduy, líder de la agrupación Juan Manuel Palacios en la UTA, charló con La Columna Vertebral sobre las razones detrás del paro de colectivos que se dio la semana pasada en distintas provincias, las duras condiciones del sector durante la pandemia y la necesidad de que el Gobierno Nacional tome medidas para regular el transporte.
LCV: En pandemia los colectiveros fueron esenciales pero al mismo tiempo las empresas estaban complicadas porque no había nadie que viajara ¿Cómo se manejó eso?
-Nos tocó vivir algo nuevo y se fue llevando adelante a medida que lo fuimos poniendo, cumpliendo el tema de los protocolos, encontrando una realidad que era todos los días y con el miedo que nos daba llevar adelante nuestro labor. Para nosotros, para muchas actividades y para todos los que tenían que seguir la actividad trabajando y enfrentando lo que en realidad no conocíamos y daba mucho terror. Porque hablar de la pandemia de hoy después de todo lo que nos tocó perder, de todo lo que se opinó, como pasa en nuestro país que todo el mundo opina pero después los resultados dicen otra cosa. Lo llevamos adelante cumpliendo los protocolos lo mejor que se podía. Encima nos tocó la realidad esta que cuando hablamos de organización o al lugar que pertenecemos que es nuestro gremio, vos sentís que eso es lo que te tiene que cubrir y estar a tu lado en esos momentos y es que realmente una organización tiene que estar al lado del que más necesita.
LCV: ¿La organización de Fernández de la UTA estuvo a nivel?
-Estuvo ausente durante toda la pandemia.
LCV: ¿En donde se notó la ausencia?
-En todo. En el tema de salud, en los temas salariales en todo el país. Hubo una desidia salarial cuando el Estado nacional pone el dinero para que se lleven adelante las cosas con la compensaciones tarifarias, siempre estuvo el aporte para el tema salarial y no llegó nunca. En el caso de los compañeros de larga distancia que tuvieron una actividad que dejó de funcionar, pero siempre hubo ATP o posiciones económicas del gobierno para que los compañeros sigan cobrando proporcionalmente los salarios. Nunca llegaron esos salarios. Hubo ayuda a las empresas para que se pudieran mantener dándole una proporción también para que completen además del ATP y el salario básico. Nunca llegó ese dinero, no hubo un control. No hubo una asistencia para decir “esto es lo que tienen que cobrar, esto no lo tienen que cobrar”. En el interior del país fue una desidia y hasta el día de hoy la pasamos muy mal.
LCV: ¿Cuál es la postura que tiene la UTA respecto de ese tema y cuál es la postura que tiene tu agrupación?
-Fue parte de tomar la decisión para una nueva conducción, porque cuando vos hablas de la posición de la UTA con respecto a los paros, sí, jugar una medida o ver la posición que va a tomar una organización con respecto a lo que sucede o a los acontecimientos políticos que se vienen dando en un país no se logra de un día para el otro. Es una construcción que se va haciendo de conciencia, de trabajo, de resultado, de pasiones. Lo que uno hace todos los días y va con un trabajo continuo para que cuando tengamos que tomar alguna medida o tengamos que fijar una posición política a nivel nacional, todo el mundo sepa de qué estamos hablando y por qué se realiza. Nosotros esto nacionalmente con la importancia de nuestra organización, salvando la situación de que todas las organizaciones son importantes pero la nuestra para lo que es el movimiento obrero es muy importante. Esa posición nacional la perdimos y pasamos a otra cuestión que es hasta la especulación por ahí hasta personal de ver dónde juega nuestra organización cuando nos conviene y cómo juega el movimiento obrero. Es al revés, nosotros desde nuestra organización pudimos estar en disidencia muchas veces con la CGT y se formaron otras agrupaciones, pero siempre para construir y lograr un movimiento obrero mucho más fuerte
LCV: La semana que viene la CGT tiene una reunión importante y estaría proponiendo un paro para la bajada de precios y demás ¿Cuál es tu postura? ¿No le debemos a la gente una postura de unidad?
-Volviendo al tema del principio de nuestra ubicación con respecto al Frente Sindical, nosotros viste que con este tema de que uno tiene una agrupación dentro de nuestra organización que es la UTA vos decís “bueno, estos políticos juegan con un sector, juegan con el otro”…en realidad todo es política y vos tenés un momento que coincidís y no. No es nuevo lo de nuestra agrupación. Al contrario, tratamos de volver al lugar que tuvimos siempre que es el de trabajar para el movimiento obrero y tratar de ubicarnos en los momentos políticos cuando sentimos que corren riesgo los derechos que defendemos. Ahora, esto no es nuevo. Fíjate que en los ’90 cuando fue el MTA, los mismos gremios que hoy seguramente estamos en el Frente Sindical fueron los que en los ’90 estuvieron en el MTA y con esto tampoco quiero hablar mal de los sectores que en algún momento en el país piensan distinto o no, pero bueno.

“La UTA estuvo ausente durante toda la pandemia”
ACERCA DEL ROL DEL GREMIO DURANTE LA PANDEMIA
LCV: Entiendo lo que es Moyano desde el MTA y Moyano siempre.
-Vos fíjate que el nacimiento del MTA allá por el 91, Huerta Grande y todo lo que nos tocó vivir en esa época, la formación de esa agrupación que nunca dejó de pertenecer a la CGT pero no estaba de acuerdo con la política de la CGT en ese momento y menos con la del gobierno por lo que significó los ’90 para la República Argentina. Esa cuestión nos pasó y no fue nuevo lo que nos llegó con Macri tampoco. Sabíamos más o menos ya por experiencia lo que podía pasar, entonces empezamos a trabajar en función de eso y también fue lo que terminó con la formación de la educación y tomar otro destino. Hay momentos en la conducción y en la vida misma que uno tiene que tomar decisiones. Nosotros tenemos compañeros de 25 y 30 años trabajando en nuestra organización y de oficialismo. Nosotros en nuestra organización venimos del 90 dentro de nuestra organización trabajando desde lo más bajo y formándonos de delegados, tratando de formar y lo hicimos dentro, vos imagínate que tomar una decisión a esta altura, salir de esta organización porque no coincidís son decisiones fuertes y que realmente duelen.
LCV: Se sale de una comodidad para dar una pelea.
-Tenés que vivir la situación porque está siempre el tema del verticalismo dentro de las organizaciones y nuestros movimientos que dicen “sacá los pies del plato”. Cuando tenemos una mesa y están los platos en el lugar y entonces vos podés hablar de ciertas cuestiones de sacar el pie del plato o no. Pero cuando ya no tenés mesa ni plato y esto ya es un cachivache vos decís “pará”. Hay que hacer otro tipo de construcción y si ya no contenemos, no tenemos política social, no generamos salarios, perdimos la presencia, estamos viendo cómo especulamos con los gobiernos para donde va, ya no somos más una organización sindical. Hay que volver a retomar. Estamos discutiendo algo que tenga que ver con los trabajadores.
No sé cuál es la posición de la CGT porque nosotros con el Frente Sindical integramos la CGT y la integramos para lograr la unidad del movimiento obrero y para que estemos fuertes porque sabemos que es un momento donde necesitamos la unidad, como dice el compañero Manrique de la SMATA: la unidad hasta que duela. Hay veces que la unidad duele pero la necesitamos. La madurez sindical te lleva a este momento del país que es más importante a veces la unidad y estar juntos que estar discutiendo cuestiones que las vamos a seguir discutiendo cuando podamos y puertas adentro y seguirán estas cuestiones porque estuvieron siempre y yo creo que nuestro movimiento tiene estas cosas. Discutimos, no estamos de acuerdo, formamos otra agrupación, seguimos creciendo y discutiendo, pero cuando el país necesitó del momento obrero que esté unido para defender la vida, la fuente de trabajo, lo que nos queda, lo que se quieren llevar siempre, porque esto nunca termina, tenemos que estar juntos.
LCV: ¿En qué se basa esta enorme diferencia de precios en los boletos entre las distintas provincias?
-Tiene que ver con todo lo que venimos hablando. La política que querés llevar adelante en el país y qué queres del transporte en nuestro país. El transporte como bien decías vos es importante. Si vos le querés dar un tono social o queres dejar independientemente que se maneje como transporte y que todo el mundo pague, si puede viajar, viaja, sino no viaja. Eso depende de cómo se quiera manejar. Nosotros transportamos todos los días, a la mañana, tarde, noche, trasladamos a toda la gente que va a cumplir su día de laburo, los fines de semana salvo la familia que pasea, tiene todo un tema social. No es lo mismo pagar una tarifa para nosotros de 18 que pagarla 70. Lo que decimos subsidio es una compensación tarifaria. De 18, si hay que pagarlo hoy con la realidad de los costos tenés que ir a una tarifa de 200 pesos y no es lo mismo pagarlo 18 que 200. El Estado compensa la otra parte que falta para que la otra tarifa esté en 18. Esto siempre tuvo un esquema social y se manejó porque desde el Ministerio de Transporte de Nación tenían todas las empresas del país, salía la compensación tarifaria. El Estado nacional regulaba la tarifa, cuando yo te digo que de esa tarifa de 200 ese dinero que falta está compensado, pero está también dentro de lo que compensa el esquema de los salarios de los trabajadores que trabajan en la actividad. Entonces decís “por qué terminan hablando del tema de la compensación tarifaria del subsidio”. Porque si tenemos el salario incluido ahí tenemos que hablar de eso porque para mí no es lo mismo, si tiene que ir la plata al interior y no va, va a repercutir en los salarios.
Esto en el año 2016, con el presidente Macri, se hizo el pacto fiscal y los gobernadores firmaron el pase del transporte. Entonces él compensó con coparticipación y les dijo a todas las provincias “háganse cargo del transporte, yo no subsidio más”. En ese momento nosotros lo planteamos en la organización. Dijimos esta es una política que nos va a sacar el esquema en todo el país y nos va a perjudicar porque nos está desregulando el transporte. ¿Cómo hace una provincia con el tema de coparticipable, una vez que tuvo ese dinero, cómo va a solventar sueldos de 120 mil pesos cuando en la provincia los sueldos que salen del Estado gubernamental son de 60 mil? Esto nos va a perjudicar, tenemos que plantear otro esquema que ya está. Aparte no inventemos nada porque lo tenemos inventado y solucionado el esquema del transporte nacional. Esto va a terminar precarizando la actividad en el interior del país y en el propio AMBA también y va a llevar a situaciones complicadas a las empresas que están trabajando porque cuando vos no tenés tarifa y la tarifa no es que te sale lo que vos transportas, porque en algunos lugares cuando vos tenés la tarifa pero también la posición económica de los trabajadores no está en su lugar no puede viajar nadie. Esto está manejado para que realmente nos perjudique. No estuvimos de acuerdo con eso y eso generó un deterioro que nos trajo a la actualidad.
LCV: ¿Ahora están en conversación? ¿Cómo llegamos después del paro del interior que fue fuerte la semana pasada? ¿Están en tratativas con el Ministerio?
-Nosotros estamos en tratativas con el Ministerio, pero en realidad fue un paro que generó una distracción para no llevar esto a ningún lado, porque nosotros lo que tenemos que cambiar es volver a tener una ley federal para que se trate y vuelva el transporte nacional a administrar las empresas y el subsidio de todo el país. Porque hoy el dinero sale pero no llega a los lugares donde tiene que llegar y llegamos a una discusión y económicamente nosotros cada vez estamos peor. La escala nacional cuando se firma el aumento que sale para el AMBA, vos firmás y el aumento es para todo el país. No sé por qué se firma primero CABA y el Gran Buenos Aires y se deja todo el interior, sino hagámoslo al revés. Firmá el interior y después CABA Y Buenos Aires.
LCV: Peaje: ¿Cuál fue tu primer trabajo?
-Trabajé en Marshall en Parque Patricios en expedición. La fábrica de heladeras en Parque Patricios a los 17 años. Fui a la Colimba y cuando volví esperé a cumplir los 21 años para tener el registro y entrar al colectivo

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16 de junio de 1955: Esa maldita costumbre de matar, por Leónidas Ceruti

El mes de junio de 1955, no fue un mes cualquiera durante el segundo gobierno del Gral. Juan Domingo Perón. El día 11, la Iglesia Católica realizó la procesión de Corpus Christi, que excedió lo religioso y se produjo una movilización opositora que reunió 250.000 manifestantes, desplazándose desde la zona de la Catedral a la zona del Congreso Nacional.
Las crónicas reseñan que los activistas dañaron placas conmemorativas a la figura de Eva Perón e izaron la bandera del Vaticano en lugar de la bandera argentina en el mástil del Congreso. El conflicto se agudizó cuando se conoció que durante la procesión se había quemado una bandera argentina y al publicarse en los diarios la fotografía de Perón y Borlenghi mirando los restos de la misma.
El 16 el gobierno había organizado un acto de desagravio a la bandera nacional. El ministro de Aeronáutica, Brigadier Mayor Juan Ignacio de San Martín, dispuso que la aviación testimonie su adhesión al presidente de la República, desagraviando a la vez la memoria del general José de San Martín. Para esto decidió que una formación de aviones sobrevuele la Catedral de Buenos Aires, donde descansan los restos del Libertador. El anuncio del desfile reunió en Plaza de Mayo a un numeroso público. Se trataba de un acto cívico-militar en solidaridad con el gobierno frente a los embates de la oposición.
Pero durante esa jornada, al mediodía se produciría el bombardeo, conocido como la Masacre de Plaza de Mayo. Ese día un grupo de militares y civiles opuestos al gobierno del presidente Perón, intentó asesinarlo y llevar adelante un golpe de estado y, si bien fracasaron en su propósito, durante el mismo varios escuadrones de aviones pertenecientes a la Aviación Naval, bombardearon y ametrallaron la Plaza de Mayo y la Casa Rosada, el edificio de la Confederación General del Trabajo y el edificio que en aquella época servía como residencia presidencial.Causaron la muerte de 700 personas y más de 2000 heridos.
Los relatos de la época comentan que:
“A las 12.40, la escuadra de treinta y cuatro aviones de la Marina de Guerra argentina que había estado sobrevolando la ciudad desde hacía bastante tiempo (22 North American AT-6, 5 Beechcraft AT-11, 3 hidroaviones de patrulla y rescate Catalina), iniciaron sus bombardeos y ametrallamientos al área de la Plaza de Mayo.”
“El capitán de fragata Néstor Noriega, de 39 años de edad, esperaba que el cielo se despejara, la escuadrilla formaba escalonada hacia arriba. A las 12,40 Noriega al mando de su Beechcraft descarga una bomba de 100 kilos que cae sobre la sede presidencial; a continuación los North American al mando del capitán de corbeta Santiago Sabarots descargan bombas de 50 kilos cada uno. La sorpresa del ataque hizo que el mismo cayera sobre la población, que realizaba sus actividades normales debido a que era un día hábil.”
“Entre las primeras víctimas se contaron los ocupantes de los vehículos de transporte público de pasajeros. Un trolebús repleto recibió una bomba de lleno, muriendo todos sus ocupantes.”
“La Plaza de Mayo era un incendio, quienes salían de las bocas del subte se encontraron con la nube de pólvora, los aviones rasantes sobre el casco porteño, la gritería, la desesperación, la gente intentando esconderse como podía, heridos, muertos, mutilados. Los aviones lanzaron sus bolas de fuego y muerte contra los trabajadores que se desplazaban hacia sus tareas, o bien transeúntes distraídos que recorrían ese lugar histórico, mientras se escondían como podían ante la sorpresiva y violenta lluvia de bombas y metrallas”.
Esa mañana fue el bautismo de fuego de los aviones de la aeronáutica contra el pueblo. Los aviadores arrojaron nueve toneladas y media de explosivos, según algunas fuentes, otras, catorce toneladas sobre la población civil inerme.
Perón se había retirado al Ministerio de Guerra ubicado a 200 metros de la Casa Rosada por lo cual no estaba en ella al comenzar los ataques aéreos y el intento de asalto por fuerzas de tierra.
Después de la primera hora de bombardeo los gremios empezaron a convocar a los obreros para organizar una Marcha de Resistencia a la Plaza de Mayo en defensa de Perón. Una bomba cayó sobre la convocatoria a las 13.30 y mató a Armando Fernández, de la Asociación de Trabajadores Jaboneros, Perfumistas y Afines.
Mientras se acentuaban los tiroteos en el centro porteño, se ordenó a la Base Militar de la Fuerza Aérea en Morón el despegue de interceptores a reacción. Los pilotos se encontraban entonces en acaloradas discusiones sobre si debían adherirse o no al movimiento de los sublevados. Rápidamente se hizo al aire una escuadrilla de cuatro Gloster Meteor leales al gobierno. Si bien no pudieron llegar a tiempo para impedir el bombardeo, lograron interceptar una escuadrilla naval rebelde que se retiraba de la zona. El combate se produjo a baja altura sobre el Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery y el Río de la Plata.
La Base Aérea de Morón caería entonces por poco tiempo en manos rebeldes, con lo que estos pudieron hacerse con 4 Meteors. Los hicieron despegar para continuar ametrallando la zona de Plaza de Mayo en apoyo a los rebeldes emplazados en la zona del Ministerio de Marina, extendiendo sus acciones hasta las 17.20. Al no contar con bombas uno de estos aviadores empleó su tanque de combustible como si fuese una bomba de napalm, que cayó sobre los automóviles que se encontraban en el estacionamiento de la Casa de Gobierno.
Ante el fracaso del combate en tierra y luego de ser derribados dos aviones por las baterías antiaéreas montadas en la zona, los aviadores rebeldes recibieron la orden de escapar al territorio uruguayo, pidiendo asilo. De los treinta aviones que huían, algunos aparatos no llegaron a aterrizar en el territorio uruguayo por el excesivo consumo de combustible invertido en los ametrallamientos, por lo que sus pilotos debieron descender forzosamente al Río de la Plata o en campos de la zona de Carmelo.
El pueblo salió a la calle enardecido, solicitando armas al presidente. En un mensaje radial emitido por el General Perón afirmó que “la situación está totalmente dominada. El Ministerio de Marina, donde estaba el comando revolucionario, se ha entregado y está ocupado, y los culpables, detenidos”, e instó a la población: “nosotros, como pueblo civilizado, no podemos tomar medidas que sean aconsejadas por la pasión, sino por la reflexión”.
Se había perpetrado uno de los hechos más cobardes y criminales de militares y civiles de la historia de nuestro país.
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“Sin archivos no hay derechos”: la advertencia de Andrés Pak Linares ante el vaciamiento de la memoria estatal

El archivista y presidente de AFPA (Archivistas de la Función Pública Argentina) Andrés Pak Linares, advierte sobre los riesgos que corren los archivos públicos en un contexto de desfinanciamiento, desmantelamiento institucional y políticas que apelan a la desmemoria. Desde el Archivo General de la Nación hasta los organismos más pequeños del país, Pak Linares plantea que sin una política estatal sólida en materia archivística no solo se pierde historia: también se atenta contra la eficiencia del Estado y, sobre todo, contra el ejercicio pleno de los derechos individuales y colectivos. En diálogo con LCV, insiste en la necesidad de una política de archivos que trascienda gobiernos y coyunturas ideológicas, tal como sucede en otros países de la región.
LCV: ¿Cuáles son los riesgos que corren los archivos? Sobre todo en este momento, con este tipo de gobierno que apela a la destrucción y la desmemoria.
Andrés Pak Linares: “Bueno, nosotros desde AFPA , advertimos en un comunicado en abril de 2023 que todo estaba en peligro. Tristemente se fue cumpliendo esta visión que nosotros teníamos. Y lo vemos —para decirlo de una forma que se entienda, digamos— detrás de cada institución que se cierra o detrás de cada programa que se descontinúa, hay un archivo. Hay un archivo que recoge los documentos que dan cuenta de lo que hizo ese feminismo, de lo que hizo ese programa, ese funcionario”.
LCV: Ese funcionario también, por supuesto.
Andrés Pak Linares: “Claro, porque los archivos son los lugares donde se puso la documentación que refleja el accionar de las instituciones. Hay una trazabilidad de la historia que indica en qué gobiernos se cuidó más la memoria, en cuáles se cuidó más la cuestión archivística, se le dio visibilidad, se le dio formación a la gente.”
LCV: Recuerdo, desde que tengo uso de razón —y sobre todo desde que soy periodista— haber ingresado, y salvo los de la Biblioteca Mariano Moreno y algunos otros que son buenos en sí mismos, pero recuerdo el ingente trabajo de los archivistas para protegerlos del polvo, de los ácaros, de un montón de situaciones en donde uno dice: “Pará, eh, esto sin ir a otras cosas, como por ejemplo los fílmicos y los discos, que vos recordarás en la época del presidente Menem, por ejemplo, los archivos de Radio Nacional se tiraron todos a los containers de basura”.
Andrés Pak Linares: “No es fácil ponernos a hacer cuentas de lo que se ganó y lo que se perdió en los últimos años —a decir, no sé, 40 años—, hay muchos hitos, ¿no? Pero yo empezaría por acá: lo que nosotros planteamos desde AFPA es que lo que falta es una política estatal en materia de archivos. Política estatal, no gubernamental. Después podemos encontrar en los distintos gobiernos algunas acciones positivas, algunas negativas. Querríamos trascender eso a favor de la discusión por una política estatal, que es la responsabilidad estatal de la memoria. Y más que de la memoria, yo diría de archivos. Tenemos otra discusión. Las políticas de memoria útiles, buenas, que nosotros acompañamos y demás, tienen una correlación con las políticas de archivo. Si yo quiero una política de memoria eficiente, necesito una política de archivos eficiente. En ese sentido, y para nombrar hitos venturosos, entre el 2010 y el 2020 funcionó un programa de capacitación por el que pasaron más de 3000 agentes, más de 100 organismos públicos. Discontinuado. En los 90s, por ejemplo —para hablar de distintos gobiernos— durante el proceso de privatizaciones, y por el denodado esfuerzo de trabajadoras y trabajadores del Archivo General de la Nación y de otros archivos, bueno, el Archivo General de la Nación duplicó su patrimonio. Rescatando fondos de organismos privatizados.
LCV: ¿Cuáles serían las deudas de la democracia con la política de archivos?
Andrés Pak Linares: Lo que no tenemos del 83 para acá —para hablar de las deudas- es una actualización normativa, un reconocimiento de la profesión. Reconocimiento que tiene que, además de ver sueldos, verse en estructuras, verse en funcionalidad de los archivos. Entonces, más allá de señalar si este gobierno hizo esto, este gobierno hizo lo otro… nosotros vemos que hay una línea, por así decir, que no termina de instalar una política sólida.
LCV: ¿Cómo ves la política actual en ese sentido?
Estamos viviendo un denodado ataque a toda la estatalidad o a todas las —digamos— funcionalidades estatales, ¿no? Y en ese sentido no hay mucho para destruir. Está todo en peligro. Hay un peligro total, en todos los estamentos.”
LCV: Hay mucho para hablar, te digo, hay mucho para hablar y muy poco tiempo, porque yo te voy a pedir que en un minuto me definas la importancia que tiene —en un país— para su crecimiento intelectual, histórico, político y social, el tener los archivos y poder acceder a ese pasado nuestro que yo entiendo siempre enseña. Bien, en un minuto nada más.
Andrés Pak Linares: “Perfecto. Lo que nosotros planteamos —y esto quizás lo explique bien— es que los archivos tienen una triple función social. Una, la de preservar documentos que puedan oficiar de fuentes para el conocimiento del pasado. Otra, para la eficiencia administrativa. Y acá ya empezamos a abrir el juego: si yo quiero un Estado eficiente, más allá de la ideología o más allá de la dirección política que le dé, necesito archivos adecuados. Y una tercera, que dejo para el final y no es la menos importante: los archivos son el soporte documental para el ejercicio de derechos individuales y colectivos”.
LCV: “Totalmente”.
Andrés Pak Linares: “Entonces, si yo no implemento una política de archivo o directamente ataco la funcionalidad o servicios de archivos, estoy atacando directa o indirectamente —pero más directa que indirectamente— la posibilidad del ejercicio de derechos individuales y colectivos. Para poner un ejemplo de países vecinos: Brasil, hasta hace poco, tenía una política estatal en materia de archivos. Cambiaban los gobiernos —se iba Collor de Mello, venía Lula—, el director del Archivo Nacional de Brasil era el mismo. La CONARC, el Consejo Nacional de Archivo, era el mismo, seguía funcionando. A eso llamamos política estatal.
LCV: “Exactamente”.
Andrés Pak Linares: “Que trascienda las coyunturas. Que trasciendan las coyunturas y las ideologías”.
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Raúl Godoy, trabajador de la fábrica recuperada Zanon: “Nos están asfixiando”.

En un país donde las estadísticas borran a quienes resisten por fuera del mercado, el trabajador y dirigente ceramista, ex diputado del Frente de Izquierda, Raúl Godoy, levanta la voz desde el corazón de una experiencia que desafía las reglas del capitalismo hace casi 25 años. Zanon, la fábrica de cerámicos de Neuquén gestionada por sus trabajadores desde 2001, enfrenta hoy un escenario crítico: tarifas impagables, falta de crédito, desindustrialización y un Estado que nunca apostó por las gestiones obreras.
El viernes 13 de junio a las 17:30 hs en el Auditorio de ATE Nacional “Héctor Quagliaro”, ubicado en Moreno 2654, CABA, convocan a una reunión de solidaridad. En defensa de las gestiones obreras de Neuquén: Zanon, Ceramica Neuquen y Stefani de Cutral Co.
“El gobierno provincial con el uso de las fuerzas represivas: corto la luz y el gas a las cooperativas en plenos fríos. Paralizando asi toda la producción por lo tanto el sustento de cientos de familias. En la provincia de Vaca Muerta que provee energía a un tercio del país cortan los servicios a cooperativas de trabajo. Los trabajadores con un amplio apoyo de la comunidad vienen realizando manifestaciones en Neuquen, pero necesitan hacer visible esta situación a nivel nacional”, explicaron en un comunicado.
De paso por Buenos Aires para impulsar esa reunión de solidaridad y visibilización, Godoy analiza el presente de la cooperativa, recuerda el rol de los gobiernos que prometieron y no cumplieron, y apunta contra un modelo económico que prioriza a las multinacionales mientras deja caer a quienes producen sin patrón. “Lo que es verdaderamente utópico —advierte— es pensar que se puede sostener una cooperativa en medio de este capitalismo destructivo.”
LCV: ¿Dónde estás vos en este momento?
Raúl Godoy: Ahora, en estos momentos estoy en Buenos Aires. Estamos organizando una reunión para este viernes. Fue el pedido de los compañeros, se discutió en asamblea, para poder hacer visible nuestra lucha. Como bien decías al inicio, desde Neuquén siempre hay mucho silencio. Estamos en la Patagonia, lejos del centro político, por lo tanto, para hacer visible una lucha hay que venir hasta Buenos Aires. Entonces, bueno, acá preparando el terreno para poder hacer esta reunión de solidaridad y poder votar un plan de acción.
LCV: Contanos cuál es la situación que están viviendo en este momento en Neuquén.
Raúl Godoy: Claro. Las gestiones obreras, Zanon principalmente, pero después también Cerámica Neuquén, Stefani, y todos, somos parte de la lucha del 2001 en la Argentina, de ese momento donde surgieron y se multiplicaron las asambleas barriales, las ocupaciones de fábricas, gestiones obreras, cooperativas, etc. La gente se recordará lugares emblemáticos como el Bahuen, como Brukman. Fueron más de 250 fábricas y empresas que fueron ocupadas y puestas a producir frente al abandono de la patronal. Frente al cierre masivo de lugares de trabajo, mucha gente ocupó esos lugares y los puso a funcionar. Uno de los casos más emblemáticos fue el de Zanon, que venimos hace muchos años, ¿no? Ya el año que viene cumplimos 25 años, desde que se ocupó la fábrica y se puso a producir.
Bueno, estos años han sido de resistencia, de mucho trabajo. Al inicio, cuando empezó nuestro trabajo, tuvimos un momento donde las maquinarias estaban en buenas condiciones, veníamos con un cierto empuje, y logramos que las fábricas funcionaran, que ingresaran más compañeros y compañeras desocupadas a trabajar. Construimos una escuela, construimos un centro de salud, trabajamos muchísimo con la comunidad. Ahora, con el pasar de los años, los ajustes, una política peor que la otra, nos fueron asfixiando. No nos dieron jamás un acceso a crédito para renovar maquinaria. Entonces es como tener un taxi con un Ford Line, con un Torino, digamos. Es muy difícil seguir manteniendo una producción con fábricas que tienen más de 30 años de antigüedad. Han pasado los gobiernos, nunca accedimos, y ahora nos están apretando con los cuadros tarifarios. Con la política de Milei, de darle prioridad a las empresas multinacionales, nos vinieron a apretar. Y bueno, la parte más delgada de una economía son las cooperativas. No tienen espalda.
LCV: Respecto de la energía, escuchaba algo que tenía que ver con que si en la zona fría, que son ustedes, claro, tienen más de un medidor, significa que un medidor lo están usando de lujo. ¿No es posible que una cooperativa tenga dos medidores?
Raúl Godoy: Mirá, es incluso más complejo. Con las privatizaciones de los 90, que hizo el gobierno de Menem, quedó un desastre. Tenés una empresa que es la transportadora de gas, que es Camuzzi, una multinacional francesa que tiene el monopolio del transporte de gas. Pero además, tenés que contratar otra empresa que sea la proveedora. Ahí tenés una multitud de empresas, una peor que la otra, que especulan, la mayoría son multinacionales. En un momento tenía YPF la concesión, nos daba el gas, pero se retiró por zonas. Para que la gente se dé una idea de lo que estamos hablando, la boleta de gas es de 30 millones de pesos por mes.
LCV: ¿Y lo que gastás en sueldos para una cooperativa?
Raúl Godoy: Tenemos un sueldo básico, porque depende de la venta. En realidad, todos los primeros años de Zanon, los primeros 15 años, te diría, estábamos por encima, lejos, de lo que es el convenio ceramista en general. Siempre pudimos acceder, mientras la cooperativa funcionaba bien, a buenos sueldos. Cuando se empezó a deteriorar la economía, los sueldos los votamos en asamblea.
LCV: Entiendo. Pero lo que quería era que mi oyente entienda: 30 millones en gasto de gas y sueldos de cuánto.
Raúl Godoy: Estamos entre 300 y 400 mil pesos.
LCV: Me lo contabas de tal manera que pensé que me ibas a decir dos millones y medio. 400 mil pesos es una jubilación mínima.
Raúl Godoy: Exactamente. Por ahí si tenés una venta mayor se mejora y si no, no. No es estable. Al haberse caído tanto la producción y la economía en la cooperativa, se cobra lo que se puede. No todos los meses es igual.
LCV: En algún momento, ¿Zanon exportó?
Raúl Godoy: Sí, Zanón llegó a exportar, pero con mucho obstáculo. Hay mucha competencia. Había otras empresas que importaban directamente cerámicos más baratos, de menor calidad, y teníamos que competir. Las cooperativas, para nosotros, en última instancia, son lugares de resistencia. Mantenemos las fábricas abiertas. Pero debería ser un lugar de crecimiento, no de resistencia. Pero en un mercado capitalista absolutamente destructivo, no te dejan jamás.
De hecho, ningún gobierno nos permitió tener acceso a crédito para renovar maquinaria. Desde 2001 para acá, ninguno. Este gobierno menos. Este viene a liquidarte. Los anteriores te ponían un respirador. Este te lo quita y dice: “Si soportás, bien”.
Mirá, siempre cuento la anécdota: muchos estudiantes iban a Zanón a solidarizarse, estudiantes de economía, ingenieros. Uno de ellos era Axel Kicillof. Después llegó a ser ministro de Economía. Nunca pudimos acceder a un crédito, ni siquiera con él. Le vimos las caras a todos. Soluciones, a ninguno.
LCV: Le estoy preguntando esto a toda persona que fabrica algo. Con las importaciones abiertas, sin control, también se han abierto los controles de calidad y salubridad. ¿La cerámica tiene ese problema?
Raúl Godoy: Totalmente. Por ejemplo, Zanón fue la primera fábrica en Latinoamérica en fabricar porcelanato pulido. Con las importaciones empezaron a traer porcelanato chino, malísimo.
LCV: ¡Es el que se quiebra!
Raúl Godoy: Exactamente. Me alegra que lo digas vos, porque si lo digo yo parece parte interesada. Pero es verdad. Traían cerámicos malos, más baratos. La gente, con necesidad, compraba cualquier cosa. Imaginate planes de vivienda o empresas que hacen edificios: ponían lo más barato.
LCV: En los planes de vivienda del peronismo, las casas de obreros eran de materiales de calidad. Hoy el Estado te pone material barato. También hay una mirada política en eso.
Raúl Godoy: Sí, hay una decadencia generalizada. En Neuquén, que tiene mucha renta petrolera, ya no hay planes de vivienda. O están terciarizados. Nosotros planteamos que se estatizara la fábrica y, con control estatal, dedicar nuestra producción a viviendas. El gobierno proveía materia prima, maquinaria. Nosotros laburábamos. Gestión obrera. Ese fue el proyecto. No llegamos. Nadie quiso.
LCV: Nadie. Ni los más peronistas, ni los más socialistas.
Raúl Godoy: Logramos la cooperativa, sostuvimos el equipo, la fábrica abierta, trabajamos con la comunidad. Pero ese proyecto más amplio no se concretó.
LCV: Del 2001 al 2005 hubo una especie de “moda Zanon”. ¿Qué opinás de esos enamoramientos fugaces de la cultura “woke” que luego los abandonan?
Raúl Godoy: Yo creo que el título sería: No me arrepiento de este amor. Lo que hicimos en Zanon fue impresionante. Hasta 2009, cuando llegó la crisis de Lehman Brothers, tuvimos un golpe fuerte. Se encareció la energía, tuvimos que apagar un horno.
LCV: ¿Quién era el ministro de Economía?
Raúl Godoy: No me acuerdo. Pero fue un golpe. Afectó a toda la economía. Pero lo importante es que Zanon fue una gran prueba de cómo los trabajadores podemos gestionar. Se creó una escuela, se trabajó con pueblos originarios. Acá, siempre que hay crisis, los patrones dicen “cierro”. Pero ahora saben que los trabajadores pueden ocupar la fábrica. Eso quedó. Eso está en la conciencia de miles. Y también en la de los patrones.
Hay una empresa, Madigraf, que era de un fondo buitre. Amenazaban con cerrar. Los compañeros grabaron un video con un fantasma que decía “Zanon” en el pecho. Terminó siendo cierto. Ocupada y puesta a producir. Hoy es cooperativa. Produce en el parque industrial de Pilar. Frente a Ford, con 5.000 obreros.
LCV: El tiempo está a favor de los pequeños.
Raúl Godoy: Esperemos. Ninguna lucha fue en vano. Lo que sí es utópico es tener una cooperativa y pensar que, en este capitalismo destructivo, vamos a prosperar. Eso sí es utópico. Pero pensar en un país cooperativo, más grande, es lo único que nos puede salvar de esta barbarie.


16 de junio de 1955: Esa maldita costumbre de matar, por Leónidas Ceruti

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