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Catamarca: Cuando el río suena

Una noticia sacudió la redacción de LCV este fin de semana. Desde Andalgalá nos llegaba un mensaje que decía: “Los vecinos auto convocados del Distrito Choya nos vemos con la imperiosa necesidad y obligación de contar lo que sucede en nuestro pueblo. El pasado viernes 27 de enero a la 01.30 de la madrugada nos despertó el ruido ensordecedor del río que avanzaba, el día 02 de febrero a la madrugada nuevamente a las 03:00 am. aproximadamente nos volvimos a despertar con un movimiento violento, las vibraciones del suelo, el olor a azufre que parece olor a podrido, ya no es olor a tierra mojada como habitualmente se sentía cuando crecía el río. En esa incertidumbre y oscuridad de la noche en la que no te ves ni las manos porque también se corta la electricidad, nos vemos en la aflicción de estar en vela porque no sabemos si lo que arrastra el río también avanza por la calle o tapando nuestro pueblo.” ¿Sería el movimiento de la tierra producido por la minera?

La Columna Vertebral se comunicó con varias vecinas del lugar para conocer la situación. Ximena Sinchicay aseguró: ‘es un miedo constante, a pesar de que desde el año pasado estamos pidiendo que paren con las obras porque sabíamos que iba a ser un verano difícil.”

TESTIMONIO DE XIMENA SINCHICAY

Los habitantes de Choya, un pueblo que creció a los márgenes del río que lleva su nombre, con unos setecientos habitantes, saben que es época de lluvias. Lluvias generalmente bien recibidas, la cuenca seca del río se llena y permite que crezcan los frutales y pasten los animales. El agua siempre fue señal de buenas cosechas en lo que Mariano Noe dió en llamar -en su tesis de doctorado en 2011 – ‘El Corazón Membrillero’ del país.

Aunque todavía continúan las actividades frutihortícolas y pastoriles, el futuro es incierto. La lluvia ya no es lo que era. El agua se convirtió en barro. En este momento los pobladores de Choya están incomunicados, los caminos cortados, y no tienen agua potable desde hace más de quince días.

Otra vecina, Soledad, nos brindó un testimonio tan claro como desgarrador sobre la noche de pesadilla en la que pensaron que había llegado el fin: “La estamos pasando mal, se están viendo las consecuencias del movimiento de los cerros…El sábado pasado nos despertamos a la madrugada con un ruido…empezaron a temblar las ventanas, los techos, no sabíamos si era un temblor, salimos y nos dimos cuenta de que era el río, nos asustamos, yo tengo un bebé, y entré, puse en una bolsa algunas cosas, leche, pañales… y había que empezar a pensar para dónde ir y era de noche, no sabíamos por dónde venía, si por la calle, por el río, estaba todo oscuro, fue un momento de mucha angustia, no sabíamos si ir para el cerro…”

El mensaje de los autoconvocados terminaba diciendo que no hay peor ciego que el que no quiere ver: “¿Acaso debemos esperar que un alud desaparezca a nuestro pueblo para que hagan algo? ¿Debe arrastrarnos el río para que crean lo que sucede? Incluso entonces, lo seguirán negado, son tan necios y segados por la avaricia que no ven más allá de sus bolsillos y bien estar. ¿Hasta cuándo debemos aguantar esta situación? No hay ni habrá licencia social para la minería”.

Escuchas el río?” nos preguntó Miriam, otra vecina con la que conversamos. Imposible no sentir la misma angustia.

De acuerdo a todos los testimonios recogidos por LCV, la situación empeoró  hace unos diez meses.

¿Qué pasaba hace 10 meses?

El año pasado la estación de las lluvias se extendió. En marzo, los vecinos comenzaron a preocuparse. Fue por entonces que el Dr en Ciencias Geológicas, Aldo Luis Banchig -licenciado en el 89 en la Universidad de San Juan con una tesis que obtuvo un sobresaliente, y doctorado en 1995, en la misma institución, con otra tesis que recibió igual calificación y recomendación para su publicación- pasó por Choya para brindar una charla a los vecinos sobre los riesgos que podían correr ante el movimiento de tierras en el cerro. “Sera un gran daño, y tendrá graves consecuencias, cuando inicie la época de lluvias el mismo río arrastrara el cerro removido la roca removida, provocando deslizamiento de terrenos o alud y seguramente el agua no podrá utilizarse por los sedimentos”, advirtió en marzo de 2022.

La postura de Banchig, al igual que la de otros ambientalistas, fue criticada de manera sarcástica por el Colegio de Ingenieros de Minas de Catamarca como producto de una mirada apocalíptica que poco se condecía con la ciencia. Nacido en Andalgalá, Banchig estudió en San Juan y se especializó en las capas geológicas de  cadenas montañosas como el Aconquija. Sus títulos e investigaciones no fueron suficiente para que el ente colegiado de los ingenieros mineros respetara su postura. 

Cambios en Proyecto MARA: Glencore gana participación por u$s 155 millones  - El Cronista

Ese mismo mes, FM Independiente de Catamarca, publicaba la respuesta oficial a la falta de agua potable en Choya: “El jefe de AYSA Andalgalá, Aldo Reales, aseguró que las crecientes en esta época del año complican la potabilidad del agua en Andalgalá, descartando que los problemas provengan de las actividades de apertura de huellas que realiza la empresa MARA en el sector de Campo Grande, como se trata de instalar, sembrando desinformación en la comunidad, desde sectores anti mineros.” De acuerdo al funcionario la falta de agua potable se debía a que ‘en Choya tenemos un poco más de sedimentación a la hora de las crecidas porque un tiempo atrás hemos tenido muchos incendios en la zona del cerro, y ahora con la lluvia nos arrastra un poco de cenizas”. Un poco de cenizas.  

Fue en abril cuando el proyecto MARA, de capitales canadienses y suizos con participación estatal invitaba a una conferencia de prensa a los principales medios nacionales que se hicieron eco de las palabras del contador Nicolás Bareta, alto ejecutivo de la empresa Yamana quien a pesar de su título trabajó para distintas mineras y llegó a ser presidente de la Cámara Minera de Santa Cruz hasta convertirse en el gerente general del proyecto MARA. Frente a los entusiasmados periodistas de medios como Bae, el Cronista y Ambito, el contador explicó que utilizarían la infraestructura de Alumbrera, proyecto minero que tuvo una vida más corta que la esperada.

“La Alumbrera debió cerrarse en 2014 o 2015, pero el pit Bajo El Durazno le estiró la vida. Alumbrera I debió agotarse en 2013, pero como no hubo exploración no duró los 50 años que se esperaba. Y continuó hasta junio de 2018 por que Mauricio Macri quitó las retenciones en marzo de 2016. La producción más fuerte se dio entre 2005 y 2011, esos fueron los mejores años en términos de producción”, señaló el contador. En una entrevista con el diario Ámbito agregó que por suerte ahora está previsto por ley qué hacer cuando se debe cerrar uno de estos emprendimientos mineros: “A diferencia de 1995 ahora tenemos una regulación de cierre, con líneas general esa nivel nacional, que se emitieron en el 2020. Son las guías más modernas de cierre del mundo, se trabajó con instituciones internacionales, y Catamarca muchos años antes que la Nación, en 2014, había empezado a trabajar una ley de cierres.” Todo previsto, entonces, existe un fondo de caución para los posibles daños que pudiera ocasionar una clausura temprana de las minas.

Según las palabras del mismo Barreta, la inversión prevista para construir la nueva mina en el ‘corazón membrillero’ del país está prevista en u$s2.996 millones, hasta el 2026 habrá empleo para 3.500 personas y luego quedarán trabajando en la mina solo 1.000 obreros.

Muchas voces se levantaron para advertir que dicho emprendimiento pone en riesgo la red social y económica del municipio de Andalgalá, que cuenta con 18.000 habitantes según el censo de 2010. Queda claro que los miles de millones de dólares no pasarán por los bolsillos de la población que solo podrá aspirar a mil puestos de trabajo.

En el caso de que canadienses y suizos decidieran marcharse o que se verificara un impacto ambiental que provocara su clausura, el Estado podrá hacer uso de la caución prevista por la Ley de cierre. El gerente general especificó que “el costo total para cerrar la mina después de 30 años llega a 400 millones de dólares”.

Mientras el gran anuncio se hizo en abril, ese mismo mes vino la gran represión. “Tuvimos una jornada muy violenta por parte de la policía. Hace un mes los vecinos de Choya estamos acampando y bloqueando el camino a la empresa MARA para el acceso a la mina de Capillitas. Ayer tenían que hacer el recambio de personal de la empresa, subir combustibles y demás. El fiscal (Martín) Camps de Andalgalá dio la orden de allanar el camino y la gente fue desalojada muy violentamente. Eso fue en el transcurso de la siesta”, contó al diario Tiempo Enzo Brizuela, de la Asamblea El Algarrobo. Por la noche hubo protestas y marchas a la comisaría y a la casa de Camps (¡vaya nombre para reprimir!). El lunes, el propio Camps procesó a cuatro vecinos por el bloqueo y le abrió causas por ‘desobediencia civil’ a varios miembros de la Asamblea El Algarrobo.

También en abril, El Algarrobo denunció que la propia empresa había reconocido en su informe de impacto ambiental la pretensión de instalar “una escombrera en la cuenca alta del río Choya». El colectivo planteó que «se confirman así las sospechas de vecinas y vecinos que notaron afectada la calidad del agua del río, como consecuencia del movimiento de tierras y los deslizamientos producidos por la apertura de caminos». La consigna, antes y después de la represión, es «Bajen las máquinas del cerro. No a la megaminería».

Sobre llovido, mojado. Hacen falta autopistas


No solo no bajaron las máquinas sino que subieron más. Ahora hacía falta una autopista para llegar a la mina. El cerro se pobló de camiones gigantes, excavadoras y toda la maquinaria necesaria para domar los cerros, correr la tierra y que pudieran pasar los transportes. Lo llaman trabajo de infraestructura para la producción.

El diario Ámbito festejaba la iniciativa en un artículo del 31 de octubre de 2022: “Más de 50 vecinos y vecinas de la localidad andalgalense de Choya y 77 de la localidad de El Potrero accedieron a un trabajo formal en obras de mejoramiento del sistema de conducción de agua para riego de las fincas de ambos lugares de Catamarca, mediante una acción coordinada entre la Cámara de Proveedores Mineros local y el Proyecto Integrado MARA Agua Rica – Alumbrera.

En el caso de Choya, las obras iniciaron hace un par de meses y ya avanzaron en más de 3 mil metros de construcción y revestimiento de canales, que antes eran acequias precarias, de la mano de 3 empresas contratistas locales las que a su vez pudieron convertirse en proveedoras mineras.”

La conclusión del periódico nacional era: “Muchos consiguieron su primer trabajo formal, de calidad, registrado y en blanco, y otros tantos pudieron acceder a una fuente laboral luego de pasar varios años desocupados o haciendo changas.”

Nadie tenía intención de detener esta nueva ola de progreso industrial. ¿Quién podría estar en contra de lograr unas decenas de ‘trabajos formales’? En la página oficial del gobierno de Catamarca publicaron en enero de este año el siguiente anuncio: “El Gobierno de la provincia avanza con la obra básica y pavimentación de la Ruta Provincial Nº47, que conecta las localidades andalgalenses de Chaquiago a Choya.

La obra se ejecuta por administración con equipos y personal del Ministerio de Infraestructura y Obras Civiles y Vialidad Provincial (Camiones Tatu, Camiones Regadores de Agua, Cargador Frontal, Motoniveladora, Excavadoras, Vibrocompactador) y tiene una longitud de 9.8 kilómetros.

Inicia en el Arroyo Seco que limita con la Plazoleta de Choya, y finaliza pasando el acceso a la Planta Potabilizadora de Agua de la Localidad de Choya, casi al pie de la Cuesta de Minas Capillitas. Con la pavimentación de esta ruta se agilizarán los servicios de salud y urgencias, el transporte productivo y además se generará una nueva opción turística a uno de los lugares más hermosos de Catamarca: la cuesta de Minas Capillitas.”

Algo falló. Choya nunca estuvo tan incomunicada como ahora. Y la planta potabilizadora debió cerrarse por el aluvión de barro imposible de filtrar. Los presagios del Dr. Banchig parecían hacerse realidad.

El huevo de la serpiente

Todo empezó con Menem. El 31 de octubre de 1997, el entonces presidente asistió al acto inaugural de la Minera Alumbrera destinada a explotar oro, cobre y molibdeno, con fondos de empresas multinacionales que exportarían las materias primas para su procesamiento en el exterior. Las empresas se fueron alternando en diversos consorcios que derivaron finalmente en el proyecto Agua Rica que se propone triplicar la producción de la Alumbrera de la mano de multinacionales como Yamana Gold, Glencore y Newmont.

El 15 de febrero de 2010 fue la primera represión grave con balazos de goma, golpes y detenidos que provocó una pueblada. En marzo de 2010, página 12 publicaba: “En un hecho sin precedentes, el gobierno de Catamarca otorgó el área urbana de la ciudad de Andalgalá en concesión para explotación minera. Incluso aclaró que, de ser necesario, los vecinos dejarán sus viviendas para que la minera avance con la extracción del mineral. Andalgalá es la tercera ciudad en importancia de la provincia, fue fundada en 1658 y sus 17 mil habitantes no pueden creer que la actividad minera prevalezca sobre sus 350 años de historia.”

Hace más de doce años, la comunidad de Andalgalá marcha todos los sábados en contra de la minería. Según Darío Aranda: “Las promesas de Minera Alumbrera: 6000 puestos de trabajo, desarrollo local, un barrio para 5000 personas, un hospital de alta complejidad y cuidado del ambiente. Nada de eso se cumplió. Y en 2009 se anunció el avance del proyecto Agua Rica, un yacimiento de oro, cobre, plata y molibdeno publicitado como tres veces más grande que Alumbrera. Ubicado mucho más cerca de la ciudad de Andalgalá (a sólo 17 kilómetros), y donde nacen los ríos que proveen de agua a la región.”

Agotados los recursos de la Alumbrera en Andalgalá, la nueva minera se llama “Mara” (Minera Agua Rica-Alumbrera). No hubo resistencia que pudiera frenarla, a pesar de las marchas, las puebladas y los plebiscitos. Hoy los vecinos están a oscuras, sin agua, y con el río que suena.

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16 de junio de 1955: Esa maldita costumbre de matar, por Leónidas Ceruti

El mes de junio de 1955, no fue un mes cualquiera durante el segundo gobierno del Gral. Juan Domingo Perón. El día 11, la Iglesia Católica realizó la procesión de Corpus Christi, que excedió lo religioso y se produjo una movilización opositora que reunió 250.000 manifestantes, desplazándose desde la zona de la Catedral a la zona del Congreso Nacional.

Las crónicas reseñan que los activistas dañaron placas conmemorativas a la figura de Eva Perón e izaron la bandera del Vaticano en lugar de la bandera argentina en el mástil del Congreso. El conflicto se agudizó cuando se conoció que durante la procesión se había quemado una bandera argentina y al publicarse en los diarios la fotografía de Perón y Borlenghi mirando los restos de la misma.

El 16 el gobierno había organizado un acto de desagravio a la bandera nacional. El ministro de Aeronáutica, Brigadier Mayor Juan Ignacio de San Martín, dispuso que la aviación testimonie su adhesión al presidente de la República, desagraviando a la vez la memoria del general José de San Martín. Para esto decidió que una formación de aviones sobrevuele la Catedral de Buenos Aires, donde descansan los restos del Libertador. El anuncio del desfile reunió en Plaza de Mayo a un numeroso público. Se trataba de un acto cívico-militar en solidaridad con el gobierno frente a los embates de la oposición.

Pero durante esa jornada, al mediodía se produciría el bombardeo, conocido como la Masacre de Plaza de Mayo. Ese día un grupo de militares y civiles opuestos al gobierno del presidente Perón, intentó asesinarlo y llevar adelante un golpe de estado y, si bien fracasaron en su propósito, durante el mismo varios escuadrones de aviones pertenecientes a la Aviación Naval, bombardearon y ametrallaron la Plaza de Mayo y la Casa Rosada, el edificio de la Confederación General del Trabajo y el edificio que en aquella época servía como residencia presidencial.Causaron la muerte de 700 personas y más de 2000 heridos.

Los relatos de la época comentan que:

“A las 12.40, la escuadra de treinta y cuatro aviones de la Marina de Guerra argentina que había estado sobrevolando la ciudad desde hacía bastante tiempo (22 North American AT-6, 5 Beechcraft AT-11, 3 hidroaviones de patrulla y rescate Catalina), iniciaron sus bombardeos y ametrallamientos al área de la Plaza de Mayo.”

“El capitán de fragata Néstor Noriega, de 39 años de edad, esperaba que el cielo se despejara, la escuadrilla formaba escalonada hacia arriba. A las 12,40 Noriega al mando de su Beechcraft descarga una bomba de 100 kilos que cae sobre la sede presidencial; a continuación los North American al mando del capitán de corbeta Santiago Sabarots descargan bombas de 50 kilos cada uno. La sorpresa del ataque hizo que el mismo cayera sobre la población, que realizaba sus actividades normales debido a que era un día hábil.”

“Entre las primeras víctimas se contaron los ocupantes de los vehículos de transporte público de pasajeros. Un trolebús repleto recibió una bomba de lleno, muriendo todos sus ocupantes.”

“La Plaza de Mayo era un incendio, quienes salían de las bocas del subte se encontraron con la nube de pólvora, los aviones rasantes sobre el casco porteño, la gritería, la desesperación, la gente intentando esconderse como podía, heridos, muertos, mutilados. Los aviones lanzaron sus bolas de fuego y muerte contra los trabajadores que se desplazaban hacia sus tareas, o bien transeúntes distraídos que recorrían ese lugar histórico, mientras se escondían como podían ante la sorpresiva y violenta lluvia de bombas y metrallas”.

Esa mañana fue el bautismo de fuego de los aviones de la aeronáutica contra el pueblo. Los aviadores arrojaron nueve toneladas y media de explosivos, según algunas fuentes, otras, catorce toneladas sobre la población civil inerme.

Perón se había retirado al Ministerio de Guerra ubicado a 200 metros de la Casa Rosada por lo cual no estaba en ella al comenzar los ataques aéreos y el intento de asalto por fuerzas de tierra.

Después de la primera hora de bombardeo los gremios empezaron a convocar a los obreros para organizar una Marcha de Resistencia a la Plaza de Mayo en defensa de Perón. Una bomba cayó sobre la convocatoria a las 13.30 y mató a Armando Fernández, de la Asociación de Trabajadores Jaboneros, Perfumistas y Afines.

Mientras se acentuaban los tiroteos en el centro porteño, se ordenó a la Base Militar de la Fuerza Aérea en Morón el despegue de interceptores a reacción. Los pilotos se encontraban entonces en acaloradas discusiones sobre si debían adherirse o no al movimiento de los sublevados. Rápidamente se hizo al aire una escuadrilla de cuatro Gloster Meteor leales al gobierno. Si bien no pudieron llegar a tiempo para impedir el bombardeo, lograron interceptar una escuadrilla naval rebelde que se retiraba de la zona. El combate se produjo a baja altura sobre el Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery y el Río de la Plata.

La Base Aérea de Morón caería entonces por poco tiempo en manos rebeldes, con lo que estos pudieron hacerse con 4 Meteors. Los hicieron despegar para continuar ametrallando la zona de Plaza de Mayo en apoyo a los rebeldes emplazados en la zona del Ministerio de Marina, extendiendo sus acciones hasta las 17.20. Al no contar con bombas uno de estos aviadores empleó su tanque de combustible como si fuese una bomba de napalm, que cayó sobre los automóviles que se encontraban en el estacionamiento de la Casa de Gobierno.

Ante el fracaso del combate en tierra y luego de ser derribados dos aviones por las baterías antiaéreas montadas en la zona, los aviadores rebeldes recibieron la orden de escapar al territorio uruguayo, pidiendo asilo. De los treinta aviones que huían, algunos aparatos no llegaron a aterrizar en el territorio uruguayo por el excesivo consumo de combustible invertido en los ametrallamientos, por lo que sus pilotos debieron descender forzosamente al Río de la Plata o en campos de la zona de Carmelo.

El pueblo salió a la calle enardecido, solicitando armas al presidente. En un mensaje radial emitido por el General Perón afirmó que “la situación está totalmente dominada. El Ministerio de Marina, donde estaba el comando revolucionario, se ha entregado y está ocupado, y los culpables, detenidos”, e instó a la población: “nosotros, como pueblo civilizado, no podemos tomar medidas que sean aconsejadas por la pasión, sino por la reflexión”.

Se había perpetrado uno de los hechos más cobardes y criminales de militares y civiles de la historia de nuestro país.

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“Sin archivos no hay derechos”: la advertencia de Andrés Pak Linares ante el vaciamiento de la memoria estatal

El archivista y presidente de AFPA (Archivistas de la Función Pública Argentina) Andrés Pak Linares, advierte sobre los riesgos que corren los archivos públicos en un contexto de desfinanciamiento, desmantelamiento institucional y políticas que apelan a la desmemoria. Desde el Archivo General de la Nación hasta los organismos más pequeños del país, Pak Linares plantea que sin una política estatal sólida en materia archivística no solo se pierde historia: también se atenta contra la eficiencia del Estado y, sobre todo, contra el ejercicio pleno de los derechos individuales y colectivos. En diálogo con LCV, insiste en la necesidad de una política de archivos que trascienda gobiernos y coyunturas ideológicas, tal como sucede en otros países de la región.

LCV: ¿Cuáles son los riesgos que corren los archivos? Sobre todo en este momento, con este tipo de gobierno que apela a la destrucción y la desmemoria.

Andrés Pak Linares: “Bueno, nosotros desde AFPA , advertimos en un comunicado en abril de 2023 que todo estaba en peligro. Tristemente se fue cumpliendo esta visión que nosotros teníamos. Y lo vemos —para decirlo de una forma que se entienda, digamos— detrás de cada institución que se cierra o detrás de cada programa que se descontinúa, hay un archivo. Hay un archivo que recoge los documentos que dan cuenta de lo que hizo ese feminismo, de lo que hizo ese programa, ese funcionario”.

LCV: Ese funcionario también, por supuesto.

Andrés Pak Linares: “Claro, porque los archivos son los lugares donde se puso la documentación que refleja el accionar de las instituciones. Hay una trazabilidad de la historia que indica en qué gobiernos se cuidó más la memoria, en cuáles se cuidó más la cuestión archivística, se le dio visibilidad, se le dio formación a la gente.”

LCV: Recuerdo, desde que tengo uso de razón —y sobre todo desde que soy periodista— haber ingresado, y salvo los de la Biblioteca Mariano Moreno y algunos otros que son buenos en sí mismos, pero recuerdo el ingente trabajo de los archivistas para protegerlos del polvo, de los ácaros, de un montón de situaciones en donde uno dice: “Pará, eh, esto sin ir a otras cosas, como por ejemplo los fílmicos y los discos, que vos recordarás en la época del presidente Menem, por ejemplo, los archivos de Radio Nacional se tiraron todos a los containers de basura”.

Andrés Pak Linares: “No es fácil ponernos a hacer cuentas de lo que se ganó y lo que se perdió en los últimos años —a decir, no sé, 40 años—, hay muchos hitos, ¿no? Pero yo empezaría por acá: lo que nosotros planteamos desde AFPA es que lo que falta es una política estatal en materia de archivos. Política estatal, no gubernamental. Después podemos encontrar en los distintos gobiernos algunas acciones positivas, algunas negativas. Querríamos trascender eso a favor de la discusión por una política estatal, que es la responsabilidad estatal de la memoria. Y más que de la memoria, yo diría de archivos. Tenemos otra discusión. Las políticas de memoria útiles, buenas, que nosotros acompañamos y demás, tienen una correlación con las políticas de archivo. Si yo quiero una política de memoria eficiente, necesito una política de archivos eficiente. En ese sentido, y para nombrar hitos venturosos, entre el 2010 y el 2020 funcionó un programa de capacitación por el que pasaron más de 3000 agentes, más de 100 organismos públicos. Discontinuado. En los 90s, por ejemplo —para hablar de distintos gobiernos— durante el proceso de privatizaciones, y por el denodado esfuerzo de trabajadoras y trabajadores del Archivo General de la Nación y de otros archivos, bueno, el Archivo General de la Nación duplicó su patrimonio. Rescatando fondos de organismos privatizados.

LCV: ¿Cuáles serían las deudas de la democracia con la política de archivos?

Andrés Pak Linares: Lo que no tenemos del 83 para acá —para hablar de las deudas- es una actualización normativa, un reconocimiento de la profesión. Reconocimiento que tiene que, además de ver sueldos, verse en estructuras, verse en funcionalidad de los archivos. Entonces, más allá de señalar si este gobierno hizo esto, este gobierno hizo lo otro… nosotros vemos que hay una línea, por así decir, que no termina de instalar una política sólida.

LCV: ¿Cómo ves la política actual en ese sentido?

Estamos viviendo un denodado ataque a toda la estatalidad o a todas las —digamos— funcionalidades estatales, ¿no? Y en ese sentido no hay mucho para destruir. Está todo en peligro. Hay un peligro total, en todos los estamentos.”

LCV: Hay mucho para hablar, te digo, hay mucho para hablar y muy poco tiempo, porque yo te voy a pedir que en un minuto me definas la importancia que tiene —en un país— para su crecimiento intelectual, histórico, político y social, el tener los archivos y poder acceder a ese pasado nuestro que yo entiendo siempre enseña. Bien, en un minuto nada más.

Andrés Pak Linares: “Perfecto. Lo que nosotros planteamos —y esto quizás lo explique bien— es que los archivos tienen una triple función social. Una, la de preservar documentos que puedan oficiar de fuentes para el conocimiento del pasado. Otra, para la eficiencia administrativa. Y acá ya empezamos a abrir el juego: si yo quiero un Estado eficiente, más allá de la ideología o más allá de la dirección política que le dé, necesito archivos adecuados. Y una tercera, que dejo para el final y no es la menos importante: los archivos son el soporte documental para el ejercicio de derechos individuales y colectivos”.

LCV: “Totalmente”.

Andrés Pak Linares: “Entonces, si yo no implemento una política de archivo o directamente ataco la funcionalidad o servicios de archivos, estoy atacando directa o indirectamente —pero más directa que indirectamente— la posibilidad del ejercicio de derechos individuales y colectivos. Para poner un ejemplo de países vecinos: Brasil, hasta hace poco, tenía una política estatal en materia de archivos. Cambiaban los gobiernos —se iba Collor de Mello, venía Lula—, el director del Archivo Nacional de Brasil era el mismo. La CONARC, el Consejo Nacional de Archivo, era el mismo, seguía funcionando. A eso llamamos política estatal.

LCV: “Exactamente”.

Andrés Pak Linares: “Que trascienda las coyunturas. Que trasciendan las coyunturas y las ideologías”.

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Raúl Godoy, trabajador de la fábrica recuperada Zanon: “Nos están asfixiando”.

En un país donde las estadísticas borran a quienes resisten por fuera del mercado, el trabajador y dirigente ceramista, ex diputado del Frente de Izquierda, Raúl Godoy, levanta la voz desde el corazón de una experiencia que desafía las reglas del capitalismo hace casi 25 años. Zanon, la fábrica de cerámicos de Neuquén gestionada por sus trabajadores desde 2001, enfrenta hoy un escenario crítico: tarifas impagables, falta de crédito, desindustrialización y un Estado que nunca apostó por las gestiones obreras.

El viernes 13 de junio a las 17:30 hs en el Auditorio de ATE Nacional “Héctor Quagliaro”, ubicado en Moreno 2654, CABA, convocan a una reunión de solidaridad. En defensa de las gestiones obreras de Neuquén: Zanon, Ceramica Neuquen y Stefani de Cutral Co.
“El gobierno provincial con el uso de las fuerzas represivas: corto la luz y el gas a las cooperativas en plenos fríos. Paralizando asi toda la producción por lo tanto el sustento de cientos de familias. En la provincia de Vaca Muerta que provee energía a un tercio del país cortan los servicios a cooperativas de trabajo. Los trabajadores con un amplio apoyo de la comunidad vienen realizando manifestaciones en Neuquen, pero necesitan hacer visible esta situación a nivel nacional”, explicaron en un comunicado.

De paso por Buenos Aires para impulsar esa reunión de solidaridad y visibilización, Godoy analiza el presente de la cooperativa, recuerda el rol de los gobiernos que prometieron y no cumplieron, y apunta contra un modelo económico que prioriza a las multinacionales mientras deja caer a quienes producen sin patrón. “Lo que es verdaderamente utópico —advierte— es pensar que se puede sostener una cooperativa en medio de este capitalismo destructivo.”

LCV: ¿Dónde estás vos en este momento?

Raúl Godoy: Ahora, en estos momentos estoy en Buenos Aires. Estamos organizando una reunión para este viernes. Fue el pedido de los compañeros, se discutió en asamblea, para poder hacer visible nuestra lucha. Como bien decías al inicio, desde Neuquén siempre hay mucho silencio. Estamos en la Patagonia, lejos del centro político, por lo tanto, para hacer visible una lucha hay que venir hasta Buenos Aires. Entonces, bueno, acá preparando el terreno para poder hacer esta reunión de solidaridad y poder votar un plan de acción.

LCV: Contanos cuál es la situación que están viviendo en este momento en Neuquén.

Raúl Godoy: Claro. Las gestiones obreras, Zanon principalmente, pero después también Cerámica Neuquén, Stefani, y todos, somos parte de la lucha del 2001 en la Argentina, de ese momento donde surgieron y se multiplicaron las asambleas barriales, las ocupaciones de fábricas, gestiones obreras, cooperativas, etc. La gente se recordará lugares emblemáticos como el Bahuen, como Brukman. Fueron más de 250 fábricas y empresas que fueron ocupadas y puestas a producir frente al abandono de la patronal. Frente al cierre masivo de lugares de trabajo, mucha gente ocupó esos lugares y los puso a funcionar. Uno de los casos más emblemáticos fue el de Zanon, que venimos hace muchos años, ¿no? Ya el año que viene cumplimos 25 años, desde que se ocupó la fábrica y se puso a producir.

Bueno, estos años han sido de resistencia, de mucho trabajo. Al inicio, cuando empezó nuestro trabajo, tuvimos un momento donde las maquinarias estaban en buenas condiciones, veníamos con un cierto empuje, y logramos que las fábricas funcionaran, que ingresaran más compañeros y compañeras desocupadas a trabajar. Construimos una escuela, construimos un centro de salud, trabajamos muchísimo con la comunidad. Ahora, con el pasar de los años, los ajustes, una política peor que la otra, nos fueron asfixiando. No nos dieron jamás un acceso a crédito para renovar maquinaria. Entonces es como tener un taxi con un Ford Line, con un Torino, digamos. Es muy difícil seguir manteniendo una producción con fábricas que tienen más de 30 años de antigüedad. Han pasado los gobiernos, nunca accedimos, y ahora nos están apretando con los cuadros tarifarios. Con la política de Milei, de darle prioridad a las empresas multinacionales, nos vinieron a apretar. Y bueno, la parte más delgada de una economía son las cooperativas. No tienen espalda.

LCV: Respecto de la energía, escuchaba algo que tenía que ver con que si en la zona fría, que son ustedes, claro, tienen más de un medidor, significa que un medidor lo están usando de lujo. ¿No es posible que una cooperativa tenga dos medidores?

Raúl Godoy: Mirá, es incluso más complejo. Con las privatizaciones de los 90, que hizo el gobierno de Menem, quedó un desastre. Tenés una empresa que es la transportadora de gas, que es Camuzzi, una multinacional francesa que tiene el monopolio del transporte de gas. Pero además, tenés que contratar otra empresa que sea la proveedora. Ahí tenés una multitud de empresas, una peor que la otra, que especulan, la mayoría son multinacionales. En un momento tenía YPF la concesión, nos daba el gas, pero se retiró por zonas. Para que la gente se dé una idea de lo que estamos hablando, la boleta de gas es de 30 millones de pesos por mes.

LCV: ¿Y lo que gastás en sueldos para una cooperativa?

Raúl Godoy: Tenemos un sueldo básico, porque depende de la venta. En realidad, todos los primeros años de Zanon, los primeros 15 años, te diría, estábamos por encima, lejos, de lo que es el convenio ceramista en general. Siempre pudimos acceder, mientras la cooperativa funcionaba bien, a buenos sueldos. Cuando se empezó a deteriorar la economía, los sueldos los votamos en asamblea.

LCV: Entiendo. Pero lo que quería era que mi oyente entienda: 30 millones en gasto de gas y sueldos de cuánto.

Raúl Godoy: Estamos entre 300 y 400 mil pesos.

LCV: Me lo contabas de tal manera que pensé que me ibas a decir dos millones y medio. 400 mil pesos es una jubilación mínima.

Raúl Godoy: Exactamente. Por ahí si tenés una venta mayor se mejora y si no, no. No es estable. Al haberse caído tanto la producción y la economía en la cooperativa, se cobra lo que se puede. No todos los meses es igual.

LCV: En algún momento, ¿Zanon exportó?

Raúl Godoy: Sí, Zanón llegó a exportar, pero con mucho obstáculo. Hay mucha competencia. Había otras empresas que importaban directamente cerámicos más baratos, de menor calidad, y teníamos que competir. Las cooperativas, para nosotros, en última instancia, son lugares de resistencia. Mantenemos las fábricas abiertas. Pero debería ser un lugar de crecimiento, no de resistencia. Pero en un mercado capitalista absolutamente destructivo, no te dejan jamás.

De hecho, ningún gobierno nos permitió tener acceso a crédito para renovar maquinaria. Desde 2001 para acá, ninguno. Este gobierno menos. Este viene a liquidarte. Los anteriores te ponían un respirador. Este te lo quita y dice: “Si soportás, bien”.

Mirá, siempre cuento la anécdota: muchos estudiantes iban a Zanón a solidarizarse, estudiantes de economía, ingenieros. Uno de ellos era Axel Kicillof. Después llegó a ser ministro de Economía. Nunca pudimos acceder a un crédito, ni siquiera con él. Le vimos las caras a todos. Soluciones, a ninguno.

LCV: Le estoy preguntando esto a toda persona que fabrica algo. Con las importaciones abiertas, sin control, también se han abierto los controles de calidad y salubridad. ¿La cerámica tiene ese problema?

Raúl Godoy: Totalmente. Por ejemplo, Zanón fue la primera fábrica en Latinoamérica en fabricar porcelanato pulido. Con las importaciones empezaron a traer porcelanato chino, malísimo.

LCV: ¡Es el que se quiebra!

Raúl Godoy: Exactamente. Me alegra que lo digas vos, porque si lo digo yo parece parte interesada. Pero es verdad. Traían cerámicos malos, más baratos. La gente, con necesidad, compraba cualquier cosa. Imaginate planes de vivienda o empresas que hacen edificios: ponían lo más barato.

LCV: En los planes de vivienda del peronismo, las casas de obreros eran de materiales de calidad. Hoy el Estado te pone material barato. También hay una mirada política en eso.

Raúl Godoy: Sí, hay una decadencia generalizada. En Neuquén, que tiene mucha renta petrolera, ya no hay planes de vivienda. O están terciarizados. Nosotros planteamos que se estatizara la fábrica y, con control estatal, dedicar nuestra producción a viviendas. El gobierno proveía materia prima, maquinaria. Nosotros laburábamos. Gestión obrera. Ese fue el proyecto. No llegamos. Nadie quiso.

LCV: Nadie. Ni los más peronistas, ni los más socialistas.

Raúl Godoy: Logramos la cooperativa, sostuvimos el equipo, la fábrica abierta, trabajamos con la comunidad. Pero ese proyecto más amplio no se concretó.

LCV: Del 2001 al 2005 hubo una especie de “moda Zanon”. ¿Qué opinás de esos enamoramientos fugaces de la cultura “woke” que luego los abandonan?

Raúl Godoy: Yo creo que el título sería: No me arrepiento de este amor. Lo que hicimos en Zanon fue impresionante. Hasta 2009, cuando llegó la crisis de Lehman Brothers, tuvimos un golpe fuerte. Se encareció la energía, tuvimos que apagar un horno.

LCV: ¿Quién era el ministro de Economía?

Raúl Godoy: No me acuerdo. Pero fue un golpe. Afectó a toda la economía. Pero lo importante es que Zanon fue una gran prueba de cómo los trabajadores podemos gestionar. Se creó una escuela, se trabajó con pueblos originarios. Acá, siempre que hay crisis, los patrones dicen “cierro”. Pero ahora saben que los trabajadores pueden ocupar la fábrica. Eso quedó. Eso está en la conciencia de miles. Y también en la de los patrones.

Hay una empresa, Madigraf, que era de un fondo buitre. Amenazaban con cerrar. Los compañeros grabaron un video con un fantasma que decía “Zanon” en el pecho. Terminó siendo cierto. Ocupada y puesta a producir. Hoy es cooperativa. Produce en el parque industrial de Pilar. Frente a Ford, con 5.000 obreros.

LCV: El tiempo está a favor de los pequeños.

Raúl Godoy: Esperemos. Ninguna lucha fue en vano. Lo que sí es utópico es tener una cooperativa y pensar que, en este capitalismo destructivo, vamos a prosperar. Eso sí es utópico. Pero pensar en un país cooperativo, más grande, es lo único que nos puede salvar de esta barbarie.

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