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España ¿y ahora qué?, por Alvaro Hilario
El domingo 28 de mayo, la ciudadanía fue llamada a las urnas para renovar los gobiernos municipales de todo el Estado español y de doce de las diecisiete comunidades autónomas (equivalentes a las provincias argentinas), devolviendo a la derecha española gran parte del poder perdido en los últimos años: el derechista Partido Popular (PP), arrebató al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) al menos seis de las diez comunidades autónomas que este gobernaba y las ciudades más importantes.
El PP pasó de 5.154.728 (22,62%) votos en 2019 a 7.054.887 (31,53%), subida de votos que se explica casi al completo por el trasvase de votos desde Ciudadanos (Cs), partido que perdió casi 1.700.000 sufragios, desapareciendo del mapa político español al no conseguir representación política ni en las capitales de provincia ni en los parlamentos regionales. El resto del ascenso habría que atribuirlo a la capacidad del PP de atraer a la bolsa de indecisos próximos a su ideario, ya que sus votantes venían movilizados de hacía tiempo.
La extrema derecha, Vox, escisión del propio PP y con quien gobierna en coalición en la comunidad de Castilla y León, también cosechó buenos resultados, pasando de 812.000 a 1.608.401 (7,19%) votos, convirtiéndose en la llave de la gobernabilidad en varias municipalidades y comunidades, como Valencia y Extremadura.
El socialismo aguanta y la abstención sube
El socialismo perdió cerca de 400.000 papeletas, aguantando el tipo pese al desgaste que la gestión de gobierno -tanto a nivel estatal, regional como local- y a la agresiva campaña desarrollada por la derecha. Pero sus aliados por izquierda, -Podemos, en especial- cayeron con tanto estrépito como Cs, impidiendo la reedición de los pactos de carácter progresista que venían gobernando las instituciones, ahora perdidas, desde hace 8 años.
Un caso llamativo es el de la Comunidad de Madrid, donde socialistas y Más Madrid mantuvieron sus votos y el PP, a pesar de perder votos y 3 puntos respecto a 2019, consiguió 6 bancas más y la mayoría absoluta.
La explicación hay que buscarla en el incremento de la abstención: más de 100.000 votantes de Podemos y 75.000 de Cs se quedaron en casa.
La abstención se situó en el 36,09% (12.8 millones de personas), 7 puntos arriba de la registrada hace cuatro años
Volveremos, más adelante, a Madrid, por lo que de paradigmáticas tienen las políticas de su presidenta, Isabel Díez Ayuso, dentro del PP, como se vio a lo largo de la campaña electoral.
A nivel de todo el Estado español, en las municipales, elecciones celebradas en todo el territorio, la abstención se situó en el 36,09% (12,8 millones de personas), 7 puntos por encima a la registrada hace cuatro años, situando la participación electoral del día 28 de mayo como la tercera más baja desde la instauración del actual régimen de monarquía parlamentaria hace 45 años.
La abstención se da en las zonas (regiones, municipalidades, barrios) con menos rentas, las zonas más difíciles de movilizar, zonas susceptibles de votar a una izquierda que ya venía desmovilizada de por sí.
Algunas claves
Hasta aquí, los datos. Veamos ahora algunas claves que nos ayuden a entender el ascenso de la “derecha extrema” y la “extrema derecha”, como hace escasas fechas las definió el presidente Sánchez, el desplome del espectro a la izquierda del socialismo y el adelanto de la convocatoria de las elecciones generales.
Como decíamos, el PP funcionaba en clave electoral desde que Alberto Núñez Feijóo abandonara la presidencia del Gobierno gallego, que ocupaba desde 2009, para dirigir el PP en 2022. Sustituía a Pablo Casado, perdedor en una interna frente a la, desde 2019, presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, política con gran poder dentro de su partido y con mayor protagonismo mediático que el propio Feijóo.
Si en algún lugar ha sido visible la crisis de Podemos, ha sido en Madrid, donde quedó sin representación; allá donde nació
Con las elecciones generales de 2023 como objetivo, la estrategia política y electoral del PP, animada por Ayuso, ha tenido un claro carácter trumpista basado en la simplificación extrema del debate y la agenda, por un lado, y en la propagación de bulos, por el otro; estrategia efectiva para movilizar al electorado de derechas. Así se explica que en unas elecciones locales, donde las personas, los rostros, el día a día, la gestión y los proyectos acostumbran a tener peso en la decisión del electorado (y las mayorías de progreso podían presumir de buena gestión), los temas que han dominado la campaña hayan sido la presencia de condenados por actos de terrorismo en las listas de partidos independentistas y las acusaciones de fraude electoral, pucherazo, vertidas por contra el socialismo, acusaciones sin prueba que vuelven a repetirse. Ayuso es una especialista en convertir cualquier tema en una cuestión personal entre ella y Sánchez o en un mal atribuible a Sánchez, desde la sequía a la guerra en Ucrania, pasando por el pactar con terroristas y entregar el país a ETA (desaparecida hace años).
Al hilo de estas acusaciones, el 6 de junio, entrevistado en una emisora de radio madrileña, el periodista quiso saber si suscribía las graves acusaciones de fraude electoral lanzadas por la presidenta madrileña; Feijóo esquivó una y otra vez la respuesta para, al final, señalar que “hay que interpretar las cosas en su contexto y a lo que se quiere trasladar”, calificándolo poco menos de una ocurrencia copiada a la prensa.
Faltan 48 horas para que expire el plazo para registrar coaliciones electorales. A Podemos y Yolanda Díaz, les quedan dos días para cerrar un acuerdo
En Madrid, ciudad y comunidad, PP y Vox, han experimentado un fuerte retroceso electoral. Las bajadas de impuestos, tan del gusto del PP, los severos recortes en los servicios públicos (sanidad, educación, transporte), la conflictividad social contestados por el siempre impertinente populismo de Ayuso han hecho mella en sus apoyos, pero, aun así, consiguió su objetivo de gobernar en solitario, sin el apoyo de la extrema derecha.
Si en algún lugar del Estado ha sido visible la crisis de Podemos, ha sido Madrid, donde quedó sin representación; allá donde nació. Diferencias personales y políticas ya dividieron el partido hace años, dando lugar a la aparición de Más Madrid, igualada en representación con PSOE. 100.000 papeletas de Podemos quedaron en casa. Tampoco fueron a Más Madrid. Hay desengaño con un proyecto concreto.
Señalo este dato porque en el momento de redactar esta nota, apenas faltan 48 horas para que expire el plazo para registrar coaliciones electorales; en otras palabras, a Podemos y Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno, líder del movimiento Sumar, les quedan dos días para cerrar un acuerdo. En estos momentos, los sondeos de opinión señalan que, con ese acuerdo cerrado, las matemáticas electorales permitirían a Sánchez repetir la mayoría sobre la que, hoy, se apoya su Gobierno en el Congreso de los Diputados, “mayoría de progreso” de la que también forman parte partidos políticos nacionalistas e independentistas de la periferia peninsular, de izquierda y derecha. En caso de concurrir por solitario, el PP podría gobernar con el apoyo de Vox.
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, vicepresidenta del Gobierno, nombrada como su sucesora y lideresa de la izquierda por Pablo Iglesias, se postuló hace meses a encabezar un “proyecto de país” donde ella fuera la primera mujer presidenta de Gobierno. En todo este tiempo, ha recorrido la Península, entrevistándose con personas, colectivos y fuerzas políticas, dando forma a una coalición que se presentó en público el pasado 31 de mayo. Así como a sus antiguos compañeros de Podemos la experiencia de gobierno no les ha dado rédito alguno, Díaz apoya su imagen pública en su gestión al frente del ministerio, gestión que vende como efectiva, profesional, exitosa y muy positiva para las clases populares.
Si bien no se conoce el proyecto de país, tiene a su favor la confluencia con agrupaciones de fuerte implantación territorial en zonas significativas en lo electoral a nivel de todo el Estado, como Cataluña o Valencia, agrupaciones antaño compañeras de viaje de Podemos.
En las comunidades gobernadas por el PP, como Valencia o Madrid, hubo un sistemático desmantelamiento del sector público, en áreas como sanidad y educación
Sánchez adelantó seis meses las elecciones. Evitaba seis meses de acoso trumpista; obliga al PP a pactar con Vox en, al menos, Valencia y Extremadura, antes del 23 de julio; y por la fuerza de los hechos obligaría a pactar a Sumar y Podemos que, aun dando esa imagen, recabarían los suficientes votos como para salvarlo.
No es este el momento, ni yo soy la persona, para hablar de la situación de la izquierda, cuadro en que faltan las ya señaladas fuerzas independentistas de izquierda que como Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Euskal Herria Bildu (EHB), fueron importantes apoyos de Sánchez durante la legislatura.
¿Qué hay en juego?
Convengamos en que cuando hablamos de “mayoría de progreso” estamos utilizando su propia jerga, la jerga de la democracia liberal, del Gobierno de coalición y sus apoyos parlamentarios.
Si hablamos de Defensa, Relaciones Exteriores, el rol de España en la UE, la OTAN, matriz económica, subordinación al capital financiero transnacional y demás lindezas del occidente libre, no hay diferencias entre un gobierno dirigido por la derecha o el progresismo. Si no, que pregunten en Podemos cuántos sapos tuvieron que tragar con el tema de Ucrania y el envío de armas, por ejemplo.
En España no se puede decir que el fascismo volvió: nunca se fue
Las diferencias más apreciables entre un bloque y otro, son el respeto o desmantelamiento de los servicios públicos y el ámbito de lo ideológico. En las comunidades gobernadas durante años por el PP, como Valencia o Madrid, se procedió al sistemático desmantelamiento del sector público en sectores tan sensibles como sanidad y educación, algo que quedó de manifiesto durante la pandemia y va en consonancia con sus políticas populistas de bajadas de impuestos y sus ligazones con el sector privado de ambos rubros, principal beneficiado del desmantelamiento. Obvio, lazos sentimentales acostumbran a unirlos a empresas de estos sectores.
Ayer, 6 de junio, Feijóo, reacio, de momento a aceptar debates cara a cara con Sánchez, a lo Trump, ya anunció todo lo que iba a hacer en caso de llegar a la presidencia del Gobierno: Derogar el Sanchismo. Ningún anuncio fue en positivo: de momento, derogará la ley Trans, la de Memoria democrática … Hará desaparecer el Ministerio de Igualdad …
Transición y continuismo
En España, no se puede decir que el fascismo volviera: nunca se fue. Tras la muerte del dictador, se impuso un blanqueo del estado franquista, de sus instituciones, de su sociedad civil, con sus correspondientes leyes de punto final. Nadie pagó por nada. Incluso los responsables del genocidio demoraron 40 años en ser removidos de sus mausoleos.
Vox, nutrido de ñoquis del PP, entre otros, es más de los mismo, pero sin complejo alguno
La violencia de la transición no fueron los estertores del régimen, de los nostálgicos: era el plomo del estado mismo, creando una nueva opción de terror ante la opinión pública para que esta descartara, de una vez por todas, aquella otra de la ruptura democrática. El anarquismo reunió más de 100.000 personas en su primer acto público y en Portugal se construía la Revolución. Plomo. Y los partidos de orden.
El mismo PP fue fundado por ex ministros del dictador Franco. De hecho, se niegan a condenar el golpe de estado de 17 de julio de 1936.
Vox, nutrido de ñoquis del PP, entre otros, es más de lo mismo, pero sin complejo alguno. Son el complemento perfecto para, mediante pequeños medios de comunicación o redes, instalar debates que el progresismo acaba haciendo propios en sus agendas. No hay más que ver las políticas de inmigración que dominan en la UE, compartidas por socialdemócratas, conservadores y extrema derecha: 23 muertos en la frontera de Melilla, con el ministro Marlaska, del PSOE, juez ajeno a las torturas; Rishi Sunak y sus deportaciones de inmigrantes ilegales a Africa; el Mediterráneo; Hungria y Polonia, su doble rasero… Meloni.
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Agustín Lecchi: “Esta reforma laboral es un negocio redondo para las grandes empresas de medios de comunicación”.
En diálogo con LCV, Agustín Lecchi analiza el escenario que enfrenta el gremio de prensa tras el proceso eleccionario, los desafíos de la nueva conducción y la ofensiva del gobierno nacional sobre los derechos laborales, los medios públicos y la comunicación democrática.
LCV: ¿Cómo fue el proceso eleccionario y con qué panorama se encontraron al asumir la nueva gestión?
Agustín Lecchi: “Empezamos y rápidamente tuvimos que salir a enfrentar la reforma laboral que promueve este gobierno, que incluye el intento de derogación del Estatuto del Periodista y un capítulo de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que profundiza un mercado de medios hiperconcentrado. Desde el primer día estuvimos en la calle enfrentando el DNU 70, la Ley Bases, el intento de privatización de los medios públicos y, además, peleando por el salario y las condiciones de trabajo. Logramos ganar algo de tiempo, que no es menor, pero va a haber que profundizar la lucha.”
LCV: ¿Qué llegada tienen a diputados y senadores para explicar lo que implica la derogación del Estatuto del Periodista?
Agustín Lecchi: “La semana pasada participamos de la Comisión de Previsión y Trabajo del Senado, el mismo día que nos movilizamos en las calles. Por las características de nuestra actividad tenemos compañeros que trabajan dentro del Congreso y eso nos permite dialogar con muchos legisladores y legisladoras que nos escuchan. Ojalá podamos torcer esta decisión del gobierno. En la Ley Bases logramos algo parecido cuando los medios públicos estaban entre las empresas privatizables y conseguimos sacarlos, sobre todo explicando a legisladores de provincias del norte y la Patagonia la importancia estratégica de Radio Nacional y la Televisión Pública.”
LCV: Da la sensación de que el Estatuto se presenta como algo “negociable” frente a otros derechos más visibles.
Agustín Lecchi: “Es así. Nosotros rechazamos toda la reforma, pero en particular la derogación del Estatuto y el capítulo de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que elimina el gravamen que financia medios públicos y fondos de fomento. Acá no solo buscan quebrar al movimiento obrero, sino destruir la comunicación democrática y la pluralidad de voces. Atacan la libertad de expresión y el derecho a la información, porque si yo puedo ser despedido por lo que pienso, se van acallando voces hoy y mañana.”
LCV: ¿Cómo se le explica esto a la sociedad de manera simple?
Agustín Lecchi: “Hay que decirlo en términos básicos: si yo quiero contar una noticia desde mi punto de vista y no coincide con el de la empresa, me pueden echar. No importa si está justificado o no. Eso va generando autocensura. No se trata de un gobierno en particular ni de una línea editorial, sino de evitar la hegemonía de voces, porque con cualquier gobierno sería igual de grave.”
LCV: ¿Ese fue el eje de la exposición en el Senado?
Agustín Lecchi: “Sí, planteamos la importancia de la libertad de expresión y de la tarea periodística garantizada por el Estatuto. Es un gobierno que también atacó leyes de acceso a la información pública, por eso tener una norma que resguarde nuestra profesión es fundamental. El Estatuto no es solo laboral: también protege derechos individuales y profesionales, y esa discusión no puede darse dentro de esta ley.”
LCV: ¿Trabajan la concientización con las audiencias?
Agustín Lecchi: “Lo venimos haciendo hace mucho, pero hay una censura enorme de las grandes empresas de medios sobre la reforma laboral y el Estatuto, porque es algo pedido por ellas. Para las empresas es un negocio redondo: les sacan impuestos y nos sacan derechos. Desde el menemismo, cuando se permitió que fuéramos factureros, se fue degradando la relación laboral y el periodismo pasó a verse como un producto.”
LCV: El gobierno anunció una reducción del 20 % en RTA. ¿Qué saben de eso?
Agustín Lecchi: “Hablan de retiros voluntarios que de voluntarios no tienen nada. La semana pasada hicimos un paro con concentración en la puerta del canal, con acompañamiento de dirigentes de la CGT y la CTA. Hay mucha conflictividad porque la situación salarial es dramática. Nos imponen la paritaria de la administración pública cuando históricamente tuvimos paritarias propias. En Radio Nacional el salario está judicializado y en la Televisión Pública seguimos en conflicto.”
LCV: ¿Cómo se preparan para lo que viene?
Agustín Lecchi: “Vamos a rechazar cualquier intento de avanzar sobre los puestos de trabajo. Estuvimos cuatro meses acampando en la puerta de la TV Pública y cuando hacemos paro es contundente, no sale nada al aire. Sabemos que se viene un año difícil, pero una elección no da un cheque en blanco para hacer cualquier cosa. Tenemos fortaleza gremial para enfrentar lo que haya que enfrentar y para construir propuestas desde los trabajadores.”
LCV: ¿Hubo cambios en la conducción del sindicato?
Agustín Lecchi: “Sí, hubo mucho recambio. Se incorporaron compañeros jóvenes, como Sebastián Díaz en la Secretaría Gremial y delegados de distintos medios. Tenemos una conducción diversa, ideológica y políticamente, pero todos con un objetivo común: defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras de prensa de todos los medios.”
LCV: ¿Cómo es la relación con el Grupo Octubre?
Agustín Lecchi: “Para nosotros es un empleador más. Este año tuvimos mucha conflictividad en Canal 9, Página 12 y Radio Continental. Logramos un impasse porque empezaron a cumplir con el pago de la paritaria. Nuestro objetivo es simple: que paguen lo que se acordó con la cámara empresarial, como cualquier otro medio.”
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“Cuando la vivienda se construye en comunidad: la experiencia de FECOOPTEBA”
Con más de tres décadas de trayectoria, la Federación de Cooperativas de Trabajadores de la Educación de la Provincia de Buenos Aires (FECOOPTEBA) nuclea a cooperativas de vivienda y consumo integradas por docentes y auxiliares de escuelas públicas y privadas. En diálogo con La Columna Vertebral, Marta Andreoli explicó el origen, el funcionamiento solidario y el alcance de una experiencia que ya permitió el acceso a la vivienda a más de mil familias bonaerenses.
Transcripción:
LCV: “Contame un poquito de qué se trata la FECOPEBA, Federación de Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires y cooperativa de vivienda y consumo.”
Marta Andreoli: “FECOPEBA no es una cooperativa en sí misma, sino una federación de cooperativas de vivienda y consumo. Tenemos una historia de 30 años en la provincia de Buenos Aires y está vinculada específicamente a docentes y auxiliares de escuelas de toda la provincia, tanto de gestión pública como privada. Como toda cooperativa, está abierta en cada distrito a que se sumen compañeras y compañeros de las distintas comunidades educativas.”
LCV: “¿Por qué surge la federación a nivel provincial?”
Marta Andreoli: “Hablamos de 30 años porque primero se fue formando cada cooperativa de manera autónoma, autogestionada y autodeterminada. La primera fue en el distrito de La Matanza y, a medida que se fue colaborando con el nacimiento de otras cooperativas, se volvió necesario generar una federación para organizarnos, intercambiar experiencias y seguir creciendo en toda la provincia.”
LCV: “Cuando hablamos de cooperativas de vivienda, históricamente se pensaba en el acceso a la primera casa. Hoy, con el crédito tan escaso, ¿cómo funcionan estas cooperativas?”
Marta Andreoli: “En su origen y en su continuidad, nuestras cooperativas se basan en algo que parece en desuso pero es fundamental: el autoahorro. Cada compañera y cada compañero que se asocia va generando, junto a otros, un capital común. Con ese capital se gestiona la compra de un terreno, generalmente cercano a la zona de trabajo. Luego se realiza todo el trabajo con el municipio para lograr la mayor cantidad de viviendas posibles al costo, porque somos nosotros mismos quienes administramos el dinero.”
LCV: “¿Qué rol cumple el trabajo solidario en ese proceso?”
Marta Andreoli: “El trabajo solidario es clave. Las comisiones trabajan de manera voluntaria y eso permite que entre un 30 y un 35% del costo no pase por un fideicomiso ni por una empresa privada. Ese esfuerzo colectivo se vuelca directamente para que las viviendas salgan a costo. No es un crédito, es una capitalización solidaria entre todos para que cualquier familia, en cualquiera de sus formatos, pueda acceder a su primera vivienda.”
LCV: “¿Cómo se define quién accede primero a la vivienda dentro del grupo?”
Marta Andreoli: “Se prioriza a las familias que alquilan y que tienen hijos pequeños. También se tienen en cuenta situaciones de mayor vulnerabilidad, como quienes viven prestados o en una sola habitación dentro de una casa familiar. En general, quienes alquilan son los primeros en acceder y, muchas veces, se trata de jefas de hogar, mujeres que quedaron solas al frente de la familia, algo muy común.”
LCV: “Una vez comprado el terreno, ¿cómo se garantiza el acceso a los servicios básicos?”
Marta Andreoli: “Depende mucho de la zona. En localidades como Rauch, Carmen de Patagones, Junín o Las Heras existe una colaboración muy fuerte con cooperativas de servicios y de trabajo, porque esas comunidades funcionan así. En otros casos, como hoy en Luján, trabajamos sobre terrenos que no tienen servicios y es obligatorio articular con las cooperativas correspondientes para lograr luz, agua, gas y saneamiento, siempre buscando que el pago sea accesible para las familias.”
LCV: “¿Cómo es el vínculo con los municipios y el Estado?”
Marta Andreoli: “En cada municipio donde trabajamos también hay una tarea pedagógica, porque somos docentes. Hay funcionarios que nos abren las puertas y otros no tanto, pero siempre explicamos cómo funcionamos y que no tenemos fines de lucro. Todo debe estar en blanco, con facturas y regulado tanto en la provincia como a nivel nacional. No existe la posibilidad de coimas ni atajos: los expedientes siguen su curso de manera transparente o no avanzan.”
LCV: “¿A cuántas personas han asistido hasta el momento?”
Marta Andreoli: “Con la suma de las últimas diez viviendas entregadas en La Matanza, entre todas las cooperativas ya alcanzamos las 1.214 viviendas construidas y entregadas.”
LCV: “¿Cómo es la vivienda promedio que construyen?”
Marta Andreoli: “En líneas generales tenemos tres modelos: un monoambiente, una vivienda de dos dormitorios con cocina comedor integrado y una vivienda de tres dormitorios, que llamamos la vivienda grande. En las zonas donde se puede se construyen casas y, más cerca de la General Paz, edificios. Todo depende también de lo que permita cada municipio. Una vivienda grande puede tener entre 65 y 75 metros cuadrados, la mediana entre 45 y 50, y el monoambiente o vivienda de un dormitorio entre 42 y 47 metros cuadrados.”
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Julián Benitez, de la Cámara de la Industria del Juguete: “La Noche de las Jugueterías mostró que el comercio de cercanía sigue siendo clave”
En un contexto de caída del consumo, cambios en los hábitos infantiles y preocupación por la seguridad de los juguetes, la industria juguetera atraviesa un año complejo. Sin embargo, iniciativas como la Noche de las Jugueterías buscan fortalecer al comercio de cercanía y sostener la actividad. En diálogo con LCV, Julián Benítez, gerente de Relaciones Institucionales de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete, analizó los resultados de la jornada, la situación del sector y los desafíos que enfrenta la industria nacional.
LCV: Hace muy pocos días, el 11, se realizó la Noche de las Jugueterías. Contame qué resultados tuvieron, cómo fue la jornada.
Julián Benítez: “Fue una muy buena jornada, con una gran adhesión por parte de los comercios. La gente se acercó para conocer novedades y realizar reservas, lo que muestra una de las fortalezas de las jugueterías de barrio: el comerciante de cercanía puede reservar un juguete a un cliente de toda la vida y guardarlo hasta el momento de una promoción bancaria. Ahora estamos complementando esta iniciativa con los días clave que definen el desempeño de la temporada de fin de año, especialmente Navidad.”
LCV: ¿Cuántos barrios abarcó la Noche de las Jugueterías?
Julián Benítez: “Fue una jornada federal, con participación de jugueterías de todo el país.”
LCV: ¿En qué lugares tuvo más impacto? Pienso en Córdoba, Jujuy.
Julián Benítez: “Siempre de acuerdo a la densidad poblacional, pero el impacto se notó en todo el país. Lo más importante es remarcar que existe una manera diferente de comerciar cuando hablamos de un comercio de proximidad.”
LCV: Recién hablábamos del valor del comercio de cercanía.
Julián Benítez: “El objetivo es invitar a la gente a volver al comercio pyme y a la juguetería tradicional para encontrar el juguete indicado. Ese es el valor agregado: la recomendación del juguetero, que orienta según la edad y los intereses de los chicos, y pone la cara por la calidad de lo que está vendiendo.”
LCV: ¿Cómo convive esto con el crecimiento del comercio online?
Julián Benítez: “Hoy hay una reconfiguración de los canales de comercialización, con un fuerte crecimiento del e-commerce, que es muy útil cuando ya se sabe exactamente qué comprar. Pero no siempre es así, y ahí el comercio de cercanía sigue siendo fundamental. Además, el comercio online explica entre el 25 y el 30% de las ventas totales, mientras que el comercio de proximidad continúa siendo mayoritario.”
LCV: Paso del minorista al fabricante. ¿Cómo está la industria hoy?
Julián Benítez: “El nivel de actividad de las pymes es bajo en comparación con años anteriores. Se trabaja a un solo turno y seis de cada diez máquinas no están funcionando plenamente, lo que implica una capacidad ociosa del 50 al 60%. La principal problemática del año fue la caída del consumo general, que afecta no solo a la industria del juguete sino a todos los sectores.”
LCV: Además hay cambios en los hábitos de los chicos.
Julián Benítez: “Sí, cada vez pasan más tiempo frente a pantallas y menos tiempo jugando con juguetes. Esto no solo preocupa a la industria, sino también a la educación y al desarrollo infantil. Junto a pediatras y especialistas vemos problemas de sedentarismo, obesidad, falta de atención y dificultades para tolerar la frustración, algo que antes se aprendía jugando juegos de mesa en familia.”
LCV: Justamente, los juegos de mesa cumplen un rol educativo.
Julián Benítez: “Exactamente, ayudan a aprender a ganar, perder y respetar reglas, que es la vida misma. Por eso insistimos en volver a poner el juego en agenda, incluso el juego sin consignas, el aburrirse, que es fundamental para estimular la creatividad.”
LCV: También expresaron preocupación por los juguetes importados sin controles sanitarios. ¿Qué están reclamando?
Julián Benítez: “Es un problema multivariable. El contrabando elude los controles oficiales y hace ingresar juguetes que no cumplen con la norma técnica de seguridad ni con los procesos de certificación. Desde agosto cambió el esquema de fiscalización y ahora se controla en el mercado, lo que es un gran desafío en un país tan extenso. Estamos trabajando con la Subsecretaría de Defensa del Consumidor y Lealtad Comercial: ya se retiraron productos peligrosos, se eliminaron publicaciones online y se avanzará con multas. Además del riesgo para los chicos, estos productos generan competencia desleal porque se venden a precios irrisorios al no cumplir ningún control.”
Raul “Rulo” Dellatorre: ““Nunca hubo en la Argentina un proceso de desinversión como el actual”
Agustín Lecchi: “Esta reforma laboral es un negocio redondo para las grandes empresas de medios de comunicación”.

