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El Rodrigazo y las coordinadoras de gremios del 75′, por Leónidas Ceruti
“Si los patrones coordinan para explotar, los trabajadores coordinamos para erradicar la explotación”.
ANTECEDENTES ECONÓMICOS DEL “RODRIGAZO”
Fallecido Perón y con la asunción de su esposa Isabelita, se fortaleció el poder de José López Rega, creció la ofensiva de la derecha peronista y de la “Triple A”, aumentaron los desaciertos económicos; todo lo cual fue creando un clima de crisis económica, social y política.
Las condiciones de la economía capitalista mundial hasta principios del ‘74 permitían que los capitalistas de la Argentina vendieran caro y compraran relativamente barato. Eso se expresó en la balanza comercial y de pagos favorable (1.000 millones de dólares en 1973). En consecuencia, buenas reservas de oro y en divisas; por ende, posibilidades de emisión monetaria que no equivalía a la falsificación de billetes, expandiendo aún más el mercado; y, por otra parte, el crédito abundante, ágil y barato era un factor más para compensar la caída de la tasa de ganancia.
La caída de Gelbard, en octubre de 1974, fue la expresión del fin de las posibilidades del “distribucionismo” iniciado en 1973. La firma del Acta de Compromiso Nacional en febrero del ‘75 fue su certificado de defunción, ya que las “partes” que inicialmente pactaron voluntariamente la distribución dejaron de poder concertar y el Estado -en febrero del ‘75- impuso a las “partes” el 15%, lo que para “unos” era demasiado poco y para “otros” excesivo.
El Gobierno -que nació apoyado en la Unión Nacional de la mediana y gran burguesía industrial por un lado y el proletariado por el otro- perdió aceleradamente el respaldo de ambos y sólo conservó el sostén del cascarón burocrático sindical, partidista y empresario, que fue quedando más vacío de contenido.
El proletariado marchaba a su constitución fabril, generando nuevas formas organizativas; los empresarios de la CGE dejaron de responder a Broner y pasaron a seguir a los ex dirigentes de la UIA o a los de la gran burguesía nucleados en la Asamblea Permanente de Entidades Empresarias. El Partido Justicialista sufrió, además de la fragmentación, los efectos de su aislamiento de la clase obrera.
CAMBIOS POLÍTICOS Y NUEVAMENTE LA REPRESIÓN
Luego del 25 de mayo de 1973, toda la legislación represiva sancionada por la Dictadura Militar fue derogada y disuelto el Fuero Antisubversivo. Pero esa primavera duró poco y comenzó una etapa signada por la represión. Todo empezó con el envío de un proyecto del Poder Ejecutivo a las Cámaras para modificar el Código Penal. La reforma fue considerada de la misma naturaleza que las leyes promulgadas por el régimen militar que gobernó el país entre 1966 y 1973.
La primera respuesta vino del General Perón, quien advirtió que si la ley no era aprobada se apelaría a las mismas armas que se buscaba combatir; y el 23 de enero de 1974 declaró al diario La Nación: “Nosotros vamos a proceder de acuerdo a la necesidad, cualquiera sean los medios. Si no hay ley, fuera de la ley, también lo vamos a hacer y lo vamos a hacer violentamente. Porque a la violencia no se le puede oponer otra cosa que la propia violencia. Eso es una cosa que la gente debe tener en claro, pero lo vamos a hacer, no tenga la menor duda”.
Después de la muerte de Perón se tomaron distintas medidas represivas. En septiembre de 1974 se aprobó la ley de represión del terrorismo, que penaba la difusión de información relacionada con esos hechos y la obstrucción al trabajo cuando el conflicto era declarado ilegal. De acuerdo a esa ley, el Ministerio de Trabajo prohibió las huelgas por motivos salariales, los paros y las ocupaciones de plantas, y comenzó a intimar, amenazar y suspender personerías gremiales.
Pero al poco tiempo, el Ejecutivo Nacional sancionó el Decreto Nº 261, en el que se anunció oficialmente que se había ordenado a las Fuerzas Armadas tomar intervención en la “lucha antisubversiva”, firmado por la presidenta María Estela de Perón y los ministros Rocamora, Ivanissevic, Vignes, Savino, López Rega, Gómez Morales, Otero. En el Articulo Nº 1 se decía que “El Comando General del Ejército procederá a ejecutar todas las operaciones militares que sean necesarias a efectos de neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos…”.
En octubre de ese año se sancionó el decreto 2770, por el cual se creó el Consejo de Seguridad Interna, fijando sus atribuciones, y el Consejo de Defensa. Ese decreto llevaba la firma del presidente provisional Italo Luder y los ministros Arauz Castex, Vottero, Ruckauf, Emery, Cafiero y Robledo.
Hasta ese momento, la participación de las Fuerzas Armadas en forma abierta era “evitada” y la lucha era encabezada por grupos paramilitares, “ejecutores del trabajo sucio”, a través de la Triple A.
En el mes de noviembre se declaró el estado de sitio en todo el país. Fue en esa circunstancia que fueron detenidos cientos de militantes y puestos a disposición del Poder Ejecutivo.
La represión a la clase obrera apareció con toda su magnitud el 20 de marzo de 1975 en Villa Constitución, a través de las fuerzas conjuntas reclutas por la SIDE, que incluían a la Policía Federal, Provincial, Ejército y Gendarmería, grupos de choque -entre los cuales iban armados los guardias blancos pagados por las acerías de Martínez de Hoz- y miembros de la Triple A. Las órdenes firmadas por Rocamora, Savino y López Rega eran claras: ahogar en sangre a los obreros y activistas de Villa Constitución.
LAS LUCHAS DE JUNIO-JULIO DE 1975 EN LA ZONA NORTE DEL GRAN ROSARIO Y EL PAÍS

En los primeros meses de 1975, ante el deterioro del salario tras la trepada de los precios, creció la preocupación en el movimiento obrero.
Debían reunirse las Comisiones Paritarias, congeladas por dos años desde 1973. La convocatoria del Gobierno no estipulaba topes en la discusión salarial.
En marzo, el Ministerio de Economía concedió un aumento de emergencia de 400 pesos mensuales y devaluó la moneda en un 50%.
Los obreros del Sindicato de Obreros y Empleados Petroquímicos Unidos (SOEPU) de San Lorenzo (Pcia. de Santa Fe), durante varias semanas, discutieron en la fábrica la situación que se les planteaba. Comenzaron los contactos con otros sindicatos y las reuniones se intensificaron. El punto central de las deliberaciones era cómo organizarse, cómo encarar la lucha por las paritarias y señalaron:
“Es indudable que la carestía crece día a día y, por lo tanto, es lógico que los trabajadores tengan expectativas sobre la posibilidad de conseguir importes reivindicaciones. Estas expectativas han venido generándose especialmente a partir de las falencias que ha venido teniendo este gobierno. Por eso los trabajadores tratan de conseguir en las paritarias partes de esas reivindicaciones tanto tiempo postergadas. Lo del ‘arbitraje obligatorio’ no es nuevo. Ya estamos acostumbrados desde la época de la dictadura militar y ahora lo vemos de nuevo con este ‘gobierno popular’. Tampoco son nuevas las maniobras de la burocracia sindical contra las aspiraciones de los trabajadores. Nosotros creemos, lo venimos sosteniendo y pregonando desde hace tiempo: los trabajadores de base deben tener la máxima participación en la elaboración de los anteproyectos de convenio. El proceso de discusión debe venir desde abajo, impulsado por los delegados y activistas de cada sección y luego a través de las asambleas de cada lugar de trabajo y gremio.” (1)
Con el antecedente inmediato de la experiencia de la Intersindical de San Lorenzo (1969-1973), se pensó en la “coordinación de las luchas”. Luego de varias asambleas en Sulfacid, los obreros se pronunciaron por la instancia de aunar las distintas luchas de la zona. En el SOEPU acordaban con lo resuelto:
“Los trabajadores de la zona tienen características y reivindicaciones similares. Nuestro gremio no permanece ajeno a este proceso de luchas que se va dando en toda la zona y, constantemente, cuando han surgido conflictos por reivindicaciones concretas, hemos expresado nuestra solidaridad permanente en cada uno de ellos. Creemos que ha llegado el momento en que esta solidaridad efectiva se plasme en la unidad de los trabajadores a partir de las necesidades concretas”.
“Los distintos gremios de la zona ya han intentado en varias oportunidades constituir a un organismo que los nuclee. Algunos de estos intentos tuvieron resultados más satisfactorios que otros, pero hasta ahora no se ha llegado a una coordinación solidaria efectiva y permanente. Esta ausencia ha permitido que las patronales, que sí actúan apoyándose mutuamente, derrotaran algunas luchas de gremios de la zona, que se desarrollaron en forma aislada. Las experiencias vividas no pueden caer en el vacío. Es necesario concretar este viejo anhelo de los trabajadores de la zona, que puede traducirse en la celebración de un acuerdo destinado a asegurar la mejor defensa de las luchas obreras. No queremos la desunión actual del movimiento obrero que se manifiesta en todo el país, y creemos que hay que concretar la unidad de los trabajadores sobre la base de una práctica verdaderamente democrática.” (2)
En mayo, la CGT Nacional logró un arreglo con el Gobierno: habría un aumento masivo y uniforme del 38%. El Ministro de Economía Gómez Morales manifestó su desacuerdo y renunció antes de que se firmaran los acuerdos de las paritarias.
El 2 de junio asumió en su remplazo Celestino Rodrigo, con un plan económico que constaba de la aplicación de una política de “shock” para desacelerar la inflación y favorecer la inversión mediante el aumento de la rentabilidad. Se trataba de lograr una contracción del salario real y un aumento de las tarifas tanto de los servicios públicos como de los combustibles. La devaluación beneficiaba a los exportadores de cereales y a los ganaderos y tendía a la concentración del gran capital industrial. Vía devaluación y reembolsos se apoyaban las exportaciones industriales dominadas por las multinacionales.
Tras los primeros aumentos de precios, desde el Ministerio de Economía, se ofertó un incremento salarial del 45% que no tuvo eco.
El 14 de junio, se reanudaron las paritarias. Los aumentos logrados en las mismas oscilaron desde el 60 u 80% hasta el 200%; pero éstos debían ser ratificados por el Gobierno. De homologarse lo surgido de las paritarias se daría por tierra con el Plan Rodrigo.
No fue homologado ningún convenio luego que varios gremios firmaran sus acuerdos. Sobre la última semana de junio, el Gobierno informó que finalizaba el plazo para las Paritarias.
El estado deliberativo aumentó y crecieron las movilizaciones.
Se sucedieron un Plenario de la CGT, la marcha de ocho a diez mil obreros de la Ford Motor Argentina de Pacheco, y en Rosario, se sucedieron paros de los choferes de colectivos, docentes y empleados de comercio. En la zona industrial protestaron los Ceramistas y el SOEPU dio a conocer un comunicado “ante la falta de aceptación por parte de la patronal de las justas reivindicaciones peticionadas por la organización sindical, permanecemos en estado de asamblea permanente, rechazando el aumento del 45% ofrecido por la parte empresaria. La cifra no cubre las aspiraciones mínimas de los trabajadores”, y destacando la masiva concentración de los Petroquímicos ante el Ministerio de Trabajo, para lograr el aumento del 150% y otras aspiraciones. (3)
A raíz del estado de movilización, el viernes 27 de junio, se realizó un paro con una gran concentración en Plaza de Mayo, convocado por la CGT, las 62 Organizaciones y la UOM.
Hubo agitadas gestiones sindicales ante una posible derogación de las Convenciones Colectivas del Trabajo.
Al día siguiente, la Presidenta Isabel Perón contestó y dio a conocer su determinación: la anulación de las Paritarias y el otorgamiento de un aumento general del 50 % y de un 15 % más en octubre y enero de 1976.
Con el Plan Rodrigo se había puesto de manifiesto una planificación distributiva contra el proletariado, que culminó con la anulación de los contratos colectivos de trabajo.
La anulación del contrato equivale a la anulación del derecho, al quitar al proletariado su carácter de libre vendedor de su mercancía (la fuerza de trabajo), base de su igualdad y libertad en el plano jurídico. La anulación de los contratos colectivos trascendía por ello el mero hecho económico y se transformaba en la patada inicial del golpe lopezreguista, que, anulando al ciudadano, anulaba al parlamento y transformaba al proletariado de esclavo social jurídicamente libre en esclavo social jurídicamente sometido: de ciudadano a súbito del lopezreguismo autocrático.

Frente a la voluntad de anulación del contrato por el Ejecutivo isabelino, se levantó la voluntad política del proletariado que con su movimiento autónomo le dijo “No a la No-homologación de los convenios colectivos”.
En la Zona Norte del Gran Rosario, el estado deliberativo entre los activistas, los miembros de comisiones internas y las conducciones sindicales aumentó, con reuniones e intercambio de opiniones sobre las medidas a tomar. Lo sucedido fue narrado por un ex obrero Petroquímico:
“En PASA se convocó inmediatamente a una asamblea de fábrica. En poco tiempo nos reunimos en el galpón de mantenimiento los obreros del turno, dejando pequeñas guardias, los de la noche no fueron a sus casas. Fue una asamblea con pocas palabras. El ‘Negro’ Sosa, nuestro secretario general, hizo una panorámica de la situación, concluyendo “tenemos que sacar la lucha fuera de la fábrica. A la empresa ya la pusimos contra la pared, ahora hay que doblegar la política del gobierno”, que había demostrado su carácter de clase, a pesar de su careta popular. Los discursos eran encendidos y cortos. Impactantes, muy aclamados. Paradoja: no era contra la dictadura militar y sí contra el ‘gobierno de los descamisados’. Proponemos medidas de acuerdo con el momento y carácter de la lucha: “Tenemos que movilizarnos conjuntamente a los otros obreros de la zona”. Yo planteó con otros compañeros: “Marchemos hacia Rosario, tratando de levantar las otras fábricas”. La consigna fue “Acabar con la medida decretada, respetar los acuerdos firmados”. Todos los trabajadores de la zona industrial recibieron nuestra visita.” (4)
Comenzó la marcha hacia Rosario, tomando contacto con cada una de las fábricas de la zona. Desde los aceiteros de San Lorenzo hasta los textiles en Arroyito se fueron sumando a la caravana. “En el centro de Rosario nos encontramos con contingentes de obreros de la ciudad y de Villa Constitución. Cantando nuestras consignas nos apoderamos del centro de la ciudad. Finalmente nos concentramos frente a la CGT pidiendo a grito vivo para que los burócratas salieran al balcón. Una delegación de los sindicatos movilizados fue a pedirles que asumieran la acción que espontáneamente -no tanto- la clase trabajadora manifestaba en la calle el repudio a las medidas del gobierno peronista”. (5)
Las crónicas periodísticas destacaron “Un numeroso grupo de obreros procedente de la zona industrial comprendida entre Puerto San Martín y Granadero Baigorria recorrió en la tarde de ayer el centro de nuestra ciudad. Los manifestantes portaban un cartel que decía: ‘Plena vigencia a la Ley 14.250’ y apoyaban con estribillos esa petición. Se trataba de trabajadores petroquímicos, químicos, ceramistas, del tractor, mecánicos, jaboneros y también textiles. La manifestación tenía como objetivo pedir por la plena vigencia de la Ley 14.250, la homologación de los convenios de trabajo ya concertados y la libre discusión de los restantes, y que la CGT ratifique el pedido elevado el jueves pasado durante la movilización en la Plaza de Mayo”.(6)
Se sumaron los metalúrgicos de Rosario y de Villa Constitución, y en una columna que superaba el número de tres mil personas; recorrieron las calles céntricas, se dirigieron al local de la CGT, donde el Secretario General, desde los balcones se dirigió a los trabajadores exhortándolos a mantener la calma y reiterando la postura de la CGT Rosario de “acatamiento a todo lo que disponga la CGT Nacional”. La mayoría de los manifestantes, que exigían una posición más drástica, respondieron con silbidos e insultos, retornando hacia la zona bancaria y solicitando la adhesión de los trabajadores bancarios, mientras se sumaban a la protesta los docentes.
Durante varios días, los obreros reclamaron con masivas manifestaciones (algunas, superaban los ocho mil obreros), la libre discusión de los convenios en el marco de la Ley 14.250 y la homologación de los ya pactados. Los dirigentes sindicales de varios gremios fueron desbordados por las bases.
Ante la movilización de la clase obrera en todo el territorio nacional, la CGT Nacional adoptó la determinación de realizar un paro por 48 horas, a partir de la hora cero del día 7 de julio.
La paralización del país fue total; mientras tanto, desde el gobierno y la burocracia sindical se intentaba negociar y, cuando se estaba cumpliendo el segundo día del cese de actividades, el Gobierno cedió: los acuerdos logrados en Paritarias fueron homologados.
EL SURGIMIENTO DE LAS “COORDINADORAS”: SU SIGNIFICADO
En las jornadas de junio-julio de 1975, surgieron en los principales centros industriales las Coordinadoras. En la Zona Norte del Gran Rosario, se conformó la “Coordinadora de Gremios en Lucha” y los Petroquímicos, a través de su Boletín, sintetizaron esos momentos:
“Los trabajadores petroquímicos, ante la noticia de que no se homologarían las convenciones colectivas de trabajo y se daría un aumento por decreto del 50 %, ganamos la calle para defender con nuestra lucha lo que la clase dominante pretendía quitarnos con la lapicera. En esas jornadas nos encontramos en la calle con miles de trabajadores de distintas ramas de la producción y codo a codo luchamos hasta abortar la política económica, arrancando de los resortes del poder a los ministros del hambre popular”.
“Pero los salarios conseguidos en las paritarias van perdiendo día a día su poder adquisitivo ante la incesante alza del costo de la vida, que se refleja en el aumento de tarifas e impuestos, gas, electricidad, materiales de construcción, ropa, útiles escolares, y todos los artículos de la canasta familiar, etc. Se nota también en la quiebra de los pequeños productores, en la paralización de los planes de vivienda, en el estado calamitoso de los hospitales, desabastecimiento, en la inflación que ha alcanzado porcentajes que van desde el 200 % al 450 %; en la gran cantidad de desocupados, que genera una mayor oferta de mano de obra y por consiguiente una constante desvalorización de la misma; en la supresión de las libertades democráticas; manteniendo el Estado de Sitio, que hace que compañeros como Piccinini, Ongaro, Zamboni, etc. deban permanecer presos o irse del país sin haber cometido otro delito que defender los intereses de la clase trabajadora. En la intervención a sindicatos democráticos -Luz y Fuerza, Smata (Córdoba), UOM (Villa Constitución), Cetera (Nacional), etc.- se aprecia que nuestra victoria fue parcial en nuestros compañeros más representativos y honestos que han regado con su sangre el camino de nuestra emancipación definitiva, mudos testigos de la represión y la barbarie a la que nos somete la clase dominante”.
“Todo lo expuesto deja medianamente claro que la crisis social, política y económica día a día se agudiza. Por ello se hace necesario que los trabajadores coordinemos nuestras luchas, que nos unamos a los efectos de que unidos y organizados demos por tierra con todos los intentos del gobierno, burocracia sindical, milicos y explotadores de sumergirnos en la miseria física y social que han programado para nuestra clase, y que se viene cumpliendo tal cual lo detallamos sintéticamente en los párrafos anteriores”.
“Con ese pensamiento y esa necesidad y como consecuencia de las luchas de julio, la C.D. del Sindicato Petroquímico, junto al frente gremial docente, compañeros de John Deere, Hanomag, Construcción, UPCN, Judiciales, Municipales, Bancarios, Mercantiles, Metalúrgicos, Sanidad, Duperial, Ceramista, Vilver (Villa Constitución y Rosario), Sulfacid, etc., constituyeron la Mesa Provisoria de la ‘Coordinadora de Gremios en Lucha’ y sigue trabajando para la conformación definitiva de la misma.
“Si los patrones coordinan para explotar, los trabajadores coordinamos para erradicar la explotación.” (7)
Los Gremios de la Zona Industrial volvían a parir una nueva Organización, como lo habían hecho cuando se conformó la Intersindical en 1969. La “Coordinadora de Gremios en Lucha” estuvo integrada por algunas conducciones sindicales, comisiones internas de varias fábricas, agrupaciones obreras y activistas gremiales. Su funcionamiento se caracterizó por un amplio ejercicio de la democracia obrera en todas las instancias. (8)
Fueron quince días en que el país estuvo prácticamente paralizado, con masivas y permanentes marchas obreras en todo el territorio nacional, especialmente en los cordones industriales. Las concentraciones en Plaza de Mayo y en las principales plazas del país, a pesar de la burocracia, adquirieron un claro contenido político, exigiendo y logrando la anulación del “decretazo” de Isabel Perón y la renuncia de sus Ministros Rodrigo y López Rega.
Se fue dando un espacio donde surgieron las Coordinadoras, formas organizativas de la clase obrera, sustentadas en la acción conjunta, la solidaridad, los principios de la democracia de base y la defensa de sus intereses.
“Las gloriosas jornadas de julio muestran lo poderoso que somos cuando nos decidimos a luchar por nuestros intereses. La producción del país, en esos días, bajó considerablemente y cuando al gobierno se le ocurrió sacarnos lo que habíamos conseguido en la lucha, salimos a la calle y como un solo hombre expresamos nuestra bronca contra nuestros circunstanciales enemigos López Rega, Rodrigo, etc. Patrones, burócratas, milicos y gobierno temblaron, marcha y contramarcha, comunicados, reuniones, trataron de parar esta incontenible demostración de fuerza y combatividad. No lo consiguieron. Triunfo parcial de la clase obrera. Fue parcial porque el enemigo está asustado, pero en pie. Ya están reacomodándose: licencia presidencial, cambio de ministros, arreglo entre partidos, discursos, palabras y más palabras. Con un solo objetivo: que la crisis la paguen los obreros”.
“Fuertemente unidos, junto al resto de la clase obrera, discutiendo y decidiendo en asambleas democráticas, sin delegar en otros lo que nosotros mismos debemos resolver, nos fortaleceremos cada vez más para responderle a la patronal ante cada atropello y a las bandas armadas ante cada amenaza. Los petroquímicos hemos demostrado lo que somos capaces de hacer: recordemos la presencia masiva en el Ministerio de Trabajo, la recorrida de las fábricas, las manifestaciones en Rosario. Por ese camino iremos marchando, hasta derrotar a nuestro enemigo, haciendo pagar la crisis a los verdaderos culpables: los patrones.” (9)

En el caso de la “Coordinadora de Gremios en Lucha de la Zona Norte del Gran Rosario”, a diferencia de otras surgidas en distintos puntos del país donde las organizaciones fabriles desbordaron a los dirigentes sindicales, ésta estuvo integrada e impulsada por varias conducciones sindicales combativas y clasistas.
Adolfo Gilly afirmo “El control por el Estado desde arriba, a través de los dirigentes peronistas, el empuje y la organización de los trabajadores desde abajo marcó desde entonces (1945) a los sindicatos industriales de masas argentinas. En el ‘Cordobazo’ de 1969, pero sobre todo en la huelga general de julio de 1975, la tensión permanente entre estas dos determinaciones entró en conflicto antagónico. En ambas ocasiones, el factor decisivo de organización de las luchas fueron los organismos de fábrica. Pero en 1975 éstos desbordaron durante varios días a la alta dirección sindical, se coordinaron independientemente de ella y entraron en contradicción directa con el gobierno peronista y con el Estado”. (10)
Coincidimos con la apreciación que plantea Gilly: “cuando el consejo sale de su fábrica y se une a los de otras fábricas en una red que se extiende al cuerpo social, inevitablemente entra en un conflicto con el poder del Estado (…) Cada vez que un acontecimiento similar se ha presentado o ha amenazado presentarse, ha coincidido con un alto nivel de la actividad huelguística, social y política del proletariado, y ha provocado la inmediata reacción del Estado para recuperar sus prerrogativas amenazadas y restablecer la autoridad del capital -o del Estado- en las fábricas” (11)
En los meses posteriores a junio-julio, comenzaron a aparecer frecuentemente en el discurso de militares, empresarios, políticos y sindicalistas las apelaciones a la lucha contra la “guerrilla fabril”, “las huelgas salvajes” y los “infiltrados en el movimiento obrero”, tras lo cual “toda la potencia represiva del Estado se concentró furiosamente sobre las fábricas, los trabajadores y sus aliados con todos los medios a su alcance”.
El SOEPU denunció la represión desatada en esos días a través de un pronunciamiento -Contra la Escalada de Terror y Matonaje- en el cual plantearon: “La escalada terrorista que invade el país y que invariablemente ha quedado impune (jamás se encontró un asesino a sueldo del imperialismo), los asesinatos, cárceles, invención de falsos complots. Secuestros, amenazas a auténticos exponentes del arte popular, a políticos, etc. Las amenazas a nuestro asesor letrado y a uno de nuestros dirigentes, las amenazas a un dirigente de los obreros de Sulfacid y su familia, la inmolación del joven compañero José Polenta. No podríamos comprender la existencia del terrorismo y el matonaje impune sin entender el poder que lo nutre”. (12)
Desde 1969 se fueron dando formas organizativas democráticas, con gran participación de las bases obreras, estableciéndose así profundas relaciones interfabriles con innumerables contactos regionales y nacionales. A esto se sumó la intensificación de los vínculos y debates en el interior de las plantas industriales, de una fábrica a otra, de las zonas industriales a los barrios obreros. Por eso, el principal objetivo de la Dictadura Militar del ‘76 fue frenar ese proceso en ascenso, destruir y paralizar toda esa organización que se venía gestando. La represión más violenta fue contra los dirigentes, militantes y cuadros obreros. Los militares genocidas continuaron lo que desde hacía un tiempo venían llevando a cabo las bandas parapoliciales: asesinar delegados de fábrica.
Las limitaciones de esas luchas de junio-julio de 1975 pueden ubicarse en que las Coordinadoras no pudieron evitar que la burocracia sindical negociara con la fuerza de las movilizaciones, a lo que se sumó la posterior derrota infligida al proletariado por parte de la burguesía, con la represión desatada en los meses siguientes. Por otra parte, numerosos protagonistas de esas jornadas, destacaron la falta de formas organizativas de autodefensa, para la protección de los activistas, militantes y miembros de comisiones directivas.
Desde esos días hasta el golpe de 1976, los fenómenos que caracterizaron la situación del país fueron los siguientes:
– Imposibilidad de mantener la conciliación de clases en el terreno de la producción
– Se puso al rojo vivo la contradicción entre economía y política
– La burguesía se debatió en su impotencia para gobernar, que se expresó en: debilitamiento del ejecutivo, ruptura de la prescindibilidad de las Fuerzas Armadas y necesidad del reforzamiento de sus instituciones
– Indisciplina social y productiva. La indisciplina fabril y la anarquía social carcomían el “cuerpo social”.
REFLEXIONES SOBRE LAS LUCHAS DE JUNIO-JULIO DE 1975
La lucha por el derecho a la organización sindical del proletariado, en tanto vendedor de fuerza de trabajo y organizado en sindicatos, signó toda una etapa de la historia de la clase obrera en la cual se dispuso a discutir con la burguesía el valor de cambio de su mercancía.
La clase obrera se organizó en los Sindicatos para resistir bajo una forma que se destaca porque el proletariado pugna para que dinero-mercancía se pague por más dinero. Por supuesto que la mercancía es fuerza de trabajo. Pero, para entender mejor esto, ¿cómo resiste el proletariado? Igual que el tendero, porque regatea con su mercancía: como libre vendedor de su fuerza de trabajo exige más dinero; en el caso que se lo nieguen, no vende y hace huelga.
En todo ese largo camino de resistencia del proletariado a la burguesía, los libres vendedores de fuerza de trabajo fueron necesitando de una organización externa a las fábricas. Porque: ¿Quién organiza al proletariado dentro de la fábrica? La burguesía. ¿Dónde y cómo se organiza el proletariado?, en los sindicatos, en las asambleas.
Estar dentro o fuera de las fábricas no consiste simplemente en un hecho geográfico; fuera están los libres vendedores de fuerza de trabajo y dentro están los obreros desposeídos de su fuerza de trabajo. Dentro de las fábricas, la fuerza de trabajo es posesión del capital y el salario se ha convertido en capital variable. El vendedor de fuerza de trabajo está siendo desplazado por el desposeído, en la que el libre ciudadano, en el plano del intercambio, está siendo reemplazado por el esclavo asalariado en el plano de la producción.
La Organización Sindical, organización de los libres vendedores de fuerza de trabajo, no se proponía -por lo menos en su surgimiento- más que el papel de resistencia a la explotación capitalista, ya fuere en lo concerniente a las condiciones de trabajo como en el plano salarial. Y la organización sindical por rama de la producción pasó a ser estimulada por la propia burguesía, que necesitaba planificar la producción y, por ende, necesitaba planificar el precio de la mercancía fuerza de trabajo. Surgieron así los Contratos Colectivos de Trabajo, que inclusive fueron incorporados por la legislación del Estado burgués y pasaron a ser la forma más difundida del contrato de trabajo.
Los contratados ya no eran los obreros individuales sino el conjunto de los obreros en cada rama de la producción. Es decir, se constituía el monopolio de los propietarios de la mercancía fuerza de trabajo, en oposición a los intentos de monopolización de la fuerza de trabajo por parte de la burguesía. Esto era expresión también de que se terminaba la etapa de libre cambio entre los propios obreros y era equivalente, en lo atinente a la venta de la fuerza de trabajo, de lo que es la expansión capitalista en la fase de los monopolios.
El contrato colectivo de trabajo, por ley, no es ley para el conjunto, pero sí es ley para las partes. El Estado se limita al papel de “guardián” para que lo acordado entre las partes se cumpla. O sea, hay una injerencia del Estado, el cual si bien no toma parte en la libre contratación, sí vela por su cumplimiento. Pero en realidad, ¿qué es lo que se está haciendo al firmar el convenio colectivo de trabajo? Se está planificando la venta de la fuerza de trabajo a tiempo fijo por rama de la producción.
Con las Paritarias, como órgano de discusión, continuaron afirmándose los convenios colectivos, conteniendo la posibilidad que arbitrase el Estado en caso de desacuerdo entre las partes. El Estado aparece así reglando “por encima” de las clases, claro está, de las clases “compradora y vendedora”. Esto evidencia una contradicción mayor entre el proletariado y la burguesía -que ya no podían ponerse de acuerdo- aunque más no sea en la esfera del intercambio. Por eso, el guardián del “interés general” -el Estado burgués- debió comenzar a intervenir, decidiendo lo que las partes no podían conciliar.
La contradicción entre “compradores” y “vendedores”, aunque las partes aparecen como iguales ante la ley, se expresa primero en la esfera del intercambio, pero termina por introducirse en la esfera de la producción: el valor de cambio de la fuerza de trabajo, vía Convenios Colectivos y Paritarias, progresivamente se transformó en una limitación al uso capitalista indiscriminado de la fuerza de trabajo.
Así, “los vendedores” le fueron arrancando a la burguesía una serie de derechos laborales bajo la forma de derechos especiales de los trabajadores, lo que significaba una profundización del reconocimiento de que el obrero es un ser humano. Esto no representaba otra cosa que la tan mentada “humanización” del capitalismo.
Y relacionando esos conceptos con las luchas de junio-julio de 1975 debemos preguntarnos: ¿Por qué se desató el conflicto?, ¿Cuál fue el conflicto?, ¿Qué tipo de respuesta tuvo la clase obrera ante la No Homologación por parte del Gobierno Nacional de los aumentos salariales acordados en Paritarias?, ¿Qué expresó la lucha en esas jornadas?

Durante esos días, el Estado no homologó lo acordado entre los compradores y los vendedores; el Estado “reguló por encima de las partes, por sobre las clases”. Los obreros reaccionaron como ciudadanos “libres vendedores de su fuerza”, ante una medida política del gobierno. La lucha fue de lo económico a lo político, se enfrentó la disposición política de “regular por encima de las partes, por sobre las clases”. Se pasó de la discusión en Paritarias, de los acuerdos entre “las partes”, no sin conflictos y amenazas de huelgas, a enfrentar el Decretazo de la Presidenta Isabelita y su Gobierno Nacional. Se produjeron grandes movilizaciones contra esa medida, en una lucha política contra el mismo Gobierno y surgieron las Coordinadoras, como nuevas formas organizativas de la clase obrera.
El resultado fue el logro de la homologación de lo convenido en las distintas Paritarias y las renuncias pedidas de los Ministros Rodrigo y López Rega.
En esas jornadas se consiguió un nexo activo y articulador entre los Comités de Fábricas, Comisiones Internas, delegados de fábrica, algunas Comisiones Directivas con mandatos de Asambleas y activistas gremiales, lo que dio lugar al surgimiento de las Coordinadoras de Gremios, como la de la Zona Norte del Gran Rosario, La Plata, el Gran Buenos Aires y Córdoba.
Fue el vínculo de los obreros entre sí, la conexión de los libres vendedores de su fuerza de trabajo fuera de las fábricas, la cual enfrentó una medida arbitraria del gobierno que laudaba por sobre las partes, por encima de las clases.
CITAS
(1) Revista “Política Obrera” – Abril 1975.-
(2) El Petroquímico Nº 32.-
(3) La Capital – 17 de Junio de 1975; pág. 6.-
(4) Dowling, Juan Alfonso. “Petroquímicos. La Intersindical y la Democracia. Una experiencia de lucha en la Zona Industrial de San Lorenzo”. En: Autores Varios. Nuevas Tendencias en el Sindicalismo Argentina – Brasil. Editorial Biblos / Fundación Simón Rodríguez, 1992.-
(5) Dowling, Juan Alfonso. op. cit..-
(6) La Capital – 1º de Julio de 1975; pág. 5.-
(7) El Petroquímico Nº 33.-
(8) El Petroquímico Nº 33.-
(9) El Petroquímico Nº 33.-
(10) Gilly, Adolfo. “Los Consejos de Fábrica: Argentina, Bolivia, Italia”. En: Coyoacan – Revista Marxista Latinoamericana Año II Nº 5 pág. 51. Ediciones El Caballito, 1978.-
(11) Gilly, Adolfo. op cit..-
(12) El Petroquímico Nº 33.-
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Uruguay, el espejismo de América Latina, por María Urruzola
Hay algo que a los uruguayos en general les encanta: mirar los indicadores tradicionales que los organismos internacionales utilizan para hacer ranking de países, del mejor al peor,y festejar que a Uruguay en general le va muy bien. Todos conocemos esos indicadores: el Producto Bruto Interno, el índice de Desarrollo Humano, la desigualdad (índice de Gini) y el nivel de pobreza. En resumen, los indicadores nos califican como un país de “muy alto desarrollo humano”.
Mas aún: el Índice de Paz Global clasifica constantemente a Uruguay entre los países más seguros de América Latina y el índice de Felicidad 2025 nos ubica como el más feliz del continente. Pero por alguna razón que no registran los organismos que elaboran esos índices, ni las calificadoras de riesgo que los usan para orientar hacia dónde va la plata mundial, lo que se respira en las calles, sobre todo en su capital Montevideo, lo que se percibe en el ánimo de la gente común, lo que se dibuja cuando
una arma un puzzle con otras piezas, es muy diferente.
Uruguay se encuentra entre los países de la región con las tasas más altas de mortalidad por suicidio
Es que a la hora de elegir indicadores o índices la mirada puede dirigirse hacia otro Uruguay que también puede organizarse en rankings, descorazonadores.
-Uruguay se encuentra entre los países de la región con las tasas más altas de mortalidad por suicidio (21,3 por cada 100.000 habitantes en 2024), con un impacto mayor en hombres y en personas mayores de 75 años, seguidos por adolescentes y jóvenes. Entre los adolescentes de 15 a 19, es la principal causa de muerte.
-Tenemos casi el doble del promedio mundial de homicidios: 10.7 homicidios cada 100.000 (2022/2024) cuando el promedio mundial es de 5.8.
Somos un país pequeño que quiso ser ejemplo y lo fue: leyes pioneras, derechos ganados, educación laica. Pero también somos los que se quiebran en silencio…
-Uruguay ocupa el 5to lugar en tasa de femicidios entre los 36 países de América Latina y el Caribe. Mientras escribo estas líneas, el Senado de pie homenajea a la última mujer asesinada hace dos días, maestra, quien entró a pedir auxilio a una estación de nafta pero no logró escapar ni siquiera así de su marido, a quién había denunciado en múltiples oportunidades. El homenaje de los senadores llegó tarde.
-Uno de cada tres niños es pobre, según nueva metodología adoptada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La pobreza global terminó 2024 en 17,3%, pero con una fuerte desigualdad etaria: el 32 % de los menores de 6 años son pobres, en contraste con un 6,3 % entre las personas mayores de 65 años, lo que confirma un fenómeno persistente de infantilización de la pobreza.
Los uruguayos “felices” se drogan como si no lo fuesen
-Uruguay se posiciona entre el primer y segundo lugar en consumo de casi todos los tipos de drogas relevadas por el último Informe Mundial sobre Drogas de las Naciones Unidas presentado el 30 de junio de este año 2025. De acuerdo con esos datos, Uruguay es el primer consumidor de cannabis, éxtasis y opioides de América Latina. Mientras que está segundo en consumo de cocaína y opiáceos. Los uruguayos “felices” se drogan como si no lo fuesen.
-Y además, Uruguay es el segundo consumidor del mundo de whisky por habitante (litros/persona/año). Los uruguayo “pacíficos” chupan como esponjas.
-En simultáneo ocupa el primer lugar de presos por cantidad de habitantes de América del Sur. En el último año, la tasa de prisionización fue de 456 personas por cada 100.000 habitantes. Un nuevo récord nacional que ha continuado aumentando en 2025, llegando a 477 a mediados de este año.
Tenemos un ‘tempo’ de vida ciudadana casi único: no es lento sino simplemente fuera del tiempo, un registro de otra dimensión
-Presos que viven en un hacinamiento “crítico” y “mayor de 120% en casi todo el sistema”. En las celdas hay más del doble, triple o cuádruple de personas que tendrían que estar alojadas allí. “En muchos lugares el hacinamiento es mayor que ese promedio: en la Unidad 5 Centro Femenino de Colón llega a ser de 174%, en Paysandú es de 178%, en Rivera y Colonia 171%.
-Esas condiciones reales son una constante violación de los derechos humanos en el sistema penitenciario, ya que 46% de la población privada de libertad vive en condiciones crueles. Hay un comisionado parlamentario para las cárceles que lleva años denunciándolo. Sin suerte. Por eso unos 40 presos mueren al año en las cárceles, por asesinato o enfermedades.
Estimado lector o lectora: ¿ya está exhausto de malas noticias? Pues hay más.
-El 48,4% de los jóvenes entre 21 y 23 años no terminaron los estudios secundarios. Ese nivel de deserción se traduce en que sólo el 15% de las personas entre 25 y 35 años tienen títulos de Educación Superior. Lo que obviamente repercute en el empleo.
Uruguay presenta la mayor tasa de desempleo juvenil de la región
-Uruguay presenta la mayor tasa de desempleo juvenil de la región, con un 28,1%, casi duplicando el promedio, seguido por Costa Rica (23,3%), Colombia (20,6%) y Chile (20,1%), de acuerdo con los datos recabados por la OIT. Para América Latina y el Caribe, el promedio es de 13,8%. En resumen, se podría decir que Uruguay es un lindo país para vivir salvo que usted sea uruguayo o uruguaya. Si es extranjero y tiene dinero, es un país tranquilo y feliz, que no tiene guerras, ni eventos climáticos extremos, ni terrorismo, y ni siquiera tensiones étnicas, porque somos todos casi iguales. Y por si eso fuera poco, tenemos un “tempo” de vida ciudadana casi único: no es lento sino simplemente fuera del tiempo, un registro de otra dimensión.
Por eso las revistas “people” del mundo siempre nos otorgan algún palmarés de buena vida, lo que hace los titulares de los medios de comunicación y la autosatisfacción de las élites. Nos encanta que nos elijan de ejemplo.

Hace poco conversé con una de mis nueras sobre nuestra idiosincracia y, como no nos poníamos de acuerdo, le preguntó a la IA cómo nos definiría, y de su conversación -afirmación y retruque durante un rato- salió toda una definición.
Dijo la IA con máscara oriental: “Somos un país que se nombra en voz baja. Una tierra que parece tranquila. Donde el mate pasa de mano en mano y, al mismo tiempo, el silencio se hereda. Somos la charla lenta, el fuego del asado, la murga que se ríe de todo. Pero también somos la sombra detrás de la risa, el cansancio que no se dice, el vecino que se encierra, el dolor que se disfraza de normalidad. Aquí la tristeza no grita, canta. Se vuelve murga, poema, canción de Drexler o cuento de Levrero. Convertimos la melancolía en arte, porque es la forma más digna que tenemos de sobrevivirla. Somos un país pequeño que quiso ser ejemplo y lo fue: leyes pioneras, derechos ganados, educación laica. Pero también somos los que se quiebran en silencio, los que todavía temen pedir ayuda, los que viven con la esperanza entre los dientes. La cultura uruguaya está hecha de contradicciones: una calma que abriga y asfixia, una tristeza que une y separa, una ternura que se esconde por pudor. En el fondo seguimos buscando cómo querernos. Cómo hacer del silencio un abrazo y de la melancolía una forma de estar vivos”.
De ahí el dicho: “como el Uruguay no hay”.
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Derechos humanos en movimiento. Entrevista a Natalia Berjemo para hablar de la marcha del jueves 11/12 a Plaza de Mayo para defender los DDHH y “fortalecer la resistencia”.
En exclusiva con La Columna Vertebral, Natalia Bermejo, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, presenta la convocatoria Derechos Humanos en Movimiento. Explica la importancia del acto, la participación de las centrales sindicales, las intervenciones artísticas y las mesas de debate, y reflexiona sobre la necesidad de reconstruir la unidad popular y convocar nuevamente a quienes se han alejado de la vida política. Su mirada recupera décadas de militancia en derechos humanos y compromiso con la resistencia social.
“LCV: Contanos un poquito el nombre de la convocatoria y de qué se trata.”
Natalia Bermejo: “Le pusimos Derechos Humanos en Movimiento. Es una convocatoria que busca conmemorar la Declaración Universal de los Derechos Humanos y homenajear la Marcha de la Resistencia. La idea es poner en valor los actos de resistencia del pueblo en un momento en que está siendo atacado. En las marchas siempre hubo micrófono abierto para expresiones políticas y culturales. En esta oportunidad, a las 16:30 habrá un espacio llamado Derechos y Trabajo con Octavio Argüello, ‘Cachorro’ Godoy, el ‘Peluca’ Gramajo y Hugo Yasky, cuatro secretarios generales de organizaciones muy importantes.”
“LCV: Esto marca un punto de inflexión, porque en otras marchas las organizaciones sindicales solían quedar afuera.”
Natalia Bermejo: “Totalmente. Hoy se está atacando la línea de flotación de nuestro pueblo: los trabajadores. Por eso las centrales sindicales toman protagonismo. Es un ataque al pueblo trabajador en su conjunto. Que estén todas es significativo. Y para quienes no puedan asistir a las 16:30, a las 17:30 habrá otra mesa sobre estado de derecho, violencia institucional, persecución política y proscripción, donde estará el padre de Pablo Grillo. A las 18:30, Estela de Carlotto, Tati Almeida y Adolfo Pérez Esquivel leerán un documento de los organismos que enumera los derechos vulnerados. Entre mesas habrá videos de trabajadores del Garrahan, jubilados, educación y otros temas.”
“LCV: ¿Qué son las intervenciones? Leo acá: ‘laboratorio de cartas’, ‘mesa gráfica’, ‘taller agitando derechos’, ‘camarazo por justicia por Pablo Grillo’. ¿Qué hace ARGRA?”
Natalia Bermejo: “Son intervenciones que se harán durante el acto. Los laboratorios de cartas consisten en escribir mensajes para las Madres y Abuelas que luego se entregarán. Y el camarazo es una acción de los reporteros gráficos levantando sus cámaras en reclamo de justicia por Pablo Grillo.”
“LCV: ¿Y la feria de la Economía Popular va a llevar productos?”
Natalia Bermejo: “Sí, van a llevar productos realizados por agricultores, productores y cooperativas de trabajo: alimentos y trabajos elaborados por las cooperativas.”
“LCV: Nati forma parte de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora desde hace años; nos conocemos hace mucho y para mí es como una hermanita menor.”
Natalia Bermejo: “Gracias. Todos estamos pensando cómo fortalecer la resistencia desde las bases, más allá de los partidos políticos. Caminamos juntos hace muchos años y la idea de que ‘no nos han vencido’ sigue siendo muy fuerte.”
“LCV: Ojalá podamos construir un discurso que acerque a quienes se alejaron, a quienes están ofendidos. Hay miles que no votaron porque están decepcionados de todo el arco político. Necesitamos volver a seducirlos.”
Natalia Bermejo: “Totalmente. La bandera de las Madres siempre llamó a superar diferencias porque el enemigo no distingue entre nosotros. No podemos encerrarnos en un gueto.”
“LCV: Convocan todos los organismos de derechos humanos: Abuelas, Madres Línea Fundadora, HIJOS…”
Natalia Bermejo: “Sí, todos. Y además hoy es el aniversario de la desaparición de los doce de la Iglesia de Santa Cruz, víctimas de la traición del infiltrado Astiz. También se suman sindicatos, organizaciones culturales y universidades: Foetra, SADOP, Satsaid, Suteba, Ocra y muchos más. Más de 75 organizaciones quedaron afuera de la gacetilla por falta de espacio. La convocatoria es abierta: todos hacen falta. Nadie puede quedar afuera. Ojalá construyamos un discurso de unión y no de expulsión.”
“LCV: Muchas gracias, Nati.”
Natalia Bermejo: “Nos vemos el jueves.”
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Pablo Flores: “La reforma laboral busca avasallar nuestros derechos”
En medio de la tensión política por el inminente envío del proyecto de reforma laboral al Congreso, Pablo Flores, secretario general de AEFIP Nacional, analiza los alcances del borrador que circula y alerta sobre sus implicancias: desde la eliminación de la ultraactividad hasta cambios profundos en la estructura sindical. En diálogo con La Columna Vertebral, sostiene que se trata de una iniciativa “ideológica”, con retrocesos en derechos laborales básicos, riesgos para trabajadores privados y estatales, y un modelo económico que, asegura, ya muestra señales de fracaso.
LCV: “¿Cómo está siendo este fin de semana largo, teniendo en cuenta que estamos ‘velando las armas’, por decirlo de alguna manera, para que ingrese el proyecto de reforma laboral?”
Flores: “Estamos en estado de alerta. Las organizaciones seguimos de cerca qué es lo que finalmente presentará el gobierno. Una de las cuestiones que la gente escucha pero no comprende del todo es el fin de la ultraactividad, y se repite como si fuera algo bueno, cuando en realidad implica un retroceso enorme.”
LCV: “¿Podés explicar qué es la ultraactividad y qué creen ustedes que busca el proyecto eliminándola?”
Flores: “Si la ultraactividad deja de regir, todos los convenios colectivos deben renegociarse desde cero. Eso expone a los trabajadores a presiones para negociar a la baja, con el Estado como autoridad de aplicación. La ultraactividad permite que las cláusulas normativas y obligacionales sigan vigentes aun cuando vencen los dos años que fija la ley para renegociación. Quitarla abre la puerta a una ofensiva patronal sobre derechos adquiridos.”
LCV: “Uno de los convenios apuntados sería el estatuto del periodista. ¿Qué derechos quedarían más afectados: vacaciones, aguinaldo, negociación salarial, asambleas?”
Flores: “El borrador que circula no sólo plantea terminar con la ultraactividad sino una profunda reforma sindical. Limitar asambleas o derechos colectivos no genera más empleo ni formaliza trabajadores. Son medidas ideológicas orientadas a desmantelar la organización sindical, que es la herramienta histórica con la que conquistamos derechos. Argentina tiene un sindicalismo fuerte, reconocido en la región y en el mundo, y eso es precisamente lo que se busca debilitar.”
LCV: “¿Hay articulación de la CGT con organizaciones sindicales internacionales para respaldar la denuncia de que se está atacando a la organización de los trabajadores?”
Flores: “Sí. Argentina está adherida a convenios internacionales de la OIT y varios puntos de esta reforma no se ajustan a esos estándares. De aprobarse, muchas cuestiones serían judicializadas. El derecho laboral está fuertemente protegido: los países que se desarrollaron lo hicieron ampliando derechos y fortaleciendo el consumo interno, no empobreciendo a sus trabajadores.”
LCV: “El borrador menciona que el trabajador no cobrará durante las asambleas, que no avanzó la prohibición de delegados en pymes de menos de 50 empleados y promete ‘terminar con la industria del juicio’. ¿Qué opinás?”
Flores: “La famosa industria del juicio es un mito. Con 7 a 9 millones de trabajadores informales y alrededor de 100.000 juicios anuales, no hay tal industria. Cuando uno analiza casos que ‘quiebran pymes’, encuentran múltiples vulneraciones previas a los trabajadores. Esta reforma laboral responde a un modelo económico: en vez de discutir una reforma tributaria seria, se busca ajustar por el lado de los derechos laborales, mientras se alivian impuestos a quienes más ganan.”
LCV: “¿Qué buscan con esta proliferación de personerías que permitiría fragmentar la representación sindical?”
Flores: “Buscan debilitar la capacidad de negociación de los trabajadores. Hoy, con la ley vigente, se pueden firmar convenios por empresa o regionales cuando la actividad lo necesita: SMATA, petroleros en Vaca Muerta, etc. Fragmentar la representación llevaría a un caos, con cientos de delegados negociando por separado, y solo beneficiaría a la patronal.”
LCV: “Incluso desde el punto de vista empresarial, ¿tiene sentido multiplicar interlocutores?”
Flores: “No. El empresariado serio no está interesado en desintegrar la fuerza sindical. Cada parte busca mejorar su posición, pero existe un equilibrio alcanzado en décadas de negociación. Cuando hay acuerdos y responsabilidad, los sindicatos acompañamos la gestión tanto en el sector privado como en el sector público.”
LCV: “El gobierno insiste en que los estatales no se verán afectados. ¿Coincidís?”
Flores: “No. Aunque digan que la reforma es para privados, cualquier modificación estructural en la Ley de Contrato de Trabajo impacta en todos. Además, hablan de un 10% de ‘reacomodamiento’ en organismos del Estado, incluida la AFIP, lo cual contradice la idea de que los estatales quedan afuera.”
LCV: “Se menciona que el IVA podría subir al 29%. ¿Es factible?”
Flores: “Posible es, si lo aprueban Diputados y los gobernadores. A algunas provincias podría convenirles y a otras no. Pero no está claro el sentido de trasladar el IVA a las provincias a cambio de ingresos brutos, ni si esos fondos serían de libre disponibilidad o con destino específico. Hay gran falta de claridad: el gobierno anuncia medidas sin definir objetivos, en un marco de oscurantismo preocupante.”
LCV: “Parece un ensayo permanente, con globos de prueba y retrocesos.”
Flores: “Sí, es una dinámica de ensayo y error que termina generando enorme daño social. Muchos anuncios se presentan como salvadores, pero sin objetivos claros nada bueno puede surgir.”
LCV: “AEFIP se reunió con la confederación de sindicatos industriales. ¿Qué implica esa articulación?”
Flores: “Fuimos convocados para aportar en materia tributaria. Hoy hay un industricidio en marcha por la apertura de importaciones y la falta de competitividad cambiaria. El problema central no son normas laborales, sino el modelo económico. Este año ya hubo dos rescates financieros: del FMI y del swap chino. Los autodenominados expertos vienen fracasando una y otra vez. Se necesita una mesa real entre empresarios, trabajadores y sectores sociales para discutir un proyecto de país.”
LCV: “Por último, ¿cuál es la actitud de los gremios de la CGT frente a lo que viene?”
Flores: “El estado de alerta está instalado. Estamos dialogando con todos los bloques, gobernadores y actores sociales. Lo lógico sería una mesa tripartita para debatir cualquier reforma laboral, pero como el gobierno no la convoca, tendremos que construir un ámbito paralelo para discutir seriamente los cambios que pretenden impulsar.”
Uruguay, el espejismo de América Latina, por María Urruzola
“Creatividad, memoria y guion: Michelina Oviedo y el arte de narrar lo propio”

