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“La Argentina ha cometido el error de enamorarse de los instrumentos y no de los objetivos”

El economista Leandro Mora Alfonsín pasó por el piso de La Columna Vertebral para analizar la actualidad macroeconómica de Argentina, la volatilidad del dólar y las medidas a tomar a corto y mediano plazo para estabilizar la situación.

LCV: ¿Qué hay para toda esa gente en este panorama? Los que quedaron afuera de que el salario no es ganancia y entonces no van a pagar más.

—Lo que se desprende de esta medida no está en contemplación. Esta medida es particularmente… Ya Ganancias lo pagaba menos del 10% de los trabajadores totales. Ahora lo van a pagar menos porque sube el mínimo imponible a 1 millón y medio de pesos. En este sentido, hubo otras medidas en las últimas semanas más destinadas a monotributistas, como los créditos que se estuvieron dando, más el bono que es para todos los trabajadores, escaso, digamos. A priori algunos te dicen que es mucho, otros te dicen que es poco. Pero tenés el bono ahí puntualmente como una medida un poco más transversal. Las medidas que se tomaron respecto de las jubilaciones mínimas, más el crédito para jubilados que estaban con dos mínimas o tres mínimas. Es tratar de empujar un poco el consumo, lo cual es un arma de doble filo en una economía inflacionaria, porque ya tenemos una inflación que más o menos ronda el 150% anual. Y si bien es cierto que vos necesitás estimular el consumo para que no se te caiga la economía, también es verdad que tenés que ver dónde lo estimulas. Porque, por ejemplo, pensemos en ganancias. Vos hoy le estás dando más dinero de bolsillo al segmento que más ingresos tiene en la economía, que más gana.

Primero, esto es una medida para el segmento de trabajadores que más percibe, que muy probablemente tiene una propensión a consumir mucho menor que la persona que está en la base. Con lo cual, ¿cuál es el riesgo? Y lo dijo Massa recién. Les pidió por favor que no compren dólares. Les habló con el corazón, hay que ver si responden o no con el bolsillo, pero les pidió, es profeso, con esta guita de bolsillo que tenés, no vayas a comprar dólares. Spoiler alert, muy probablemente, esto incremente más ahorro que ojalá sea en peso o que ojalá sea comprando un bien durable u ojalá que sea algo moviéndole economía. Pero digamos, después está el otro tema que es el que vos estás trayendo, que es la distribución del ingreso en Argentina. Diecisiete años de inflación entre moderada y alta, que es lo que nosotros venimos teniendo y sosteniendo, y este capítulo nuevo, que es un régimen de alta inflación, rompió la lógica de los precios relativos y en eso tenés ciertas cuestiones muy extrañas, digamos, respecto de la distribución del ingreso. Por ejemplo, te lo digo en perlitas.

Un hogar que recibe hasta 248.000 pesos es pobre. O sea, con menos de 248.000 pesos en un hogar, y cuando digo hogar estoy hablando de dos adultos de 35 años y dos niños, uno de 8 y uno de 6. Ahí estamos hablando de un hogar que está bajo la línea de pobreza. Si cruzás esos datos con distribución del ingreso, datos de marzo de este año, hoy te están entrando ahí el 60% de los hogares en la Argentina. Y para estar entre el 10%, en el 10% de los hogares que más ingreso perciben, no los más ricos, sino los que más ingresos perciben, necesitas tener a partir de 502.000 pesos. Es decir, con menos de 1000 dólares, vos estás en el 10% de la población que más percibe. Ahí estamos nosotros, que podemos ganar 501.000 pesos, y Grobocopatel. Ahí en ese 10% tenés todo. Por eso a mí me parece una estupidez gigante el concepto de economía barrani y esto de “¿qué crisis? si los restaurantes están llenos”. Eso es un fenómeno de la propia distribución del ingreso. Porque, ¿qué ocurre? El tipo que gana $600.000, $650.000, $700 000 pesos, que le quedan lejos los bienes durables, no pueden ahorrar para un departamento, ya no puede ahorrar para el auto, le queda lejos la computadora, ¿qué hace? La gasta. Vos tenés unas dos millones y medio de personas que les quema la guita en la mano y van al cine, van al teatro, movilizan por ese lado, pero no necesariamente es un síntoma de bienestar económico en ese segmento. 

LCV: Sobre el bono de los $30.000, coincido con vos en que toda esa puesta en escena y demás es para un sector muy chiquito y todos los demás la están mirando por TV. 

—Es un gesto para la CGT, que no me parece mal en términos de gesto político. Lo cierto es que hoy tenemos una sociedad donde se ha paupérizado la relación laboral, la informalidad ya llega casi al 50% y a diferencia de otras crisis, vos pensá esto: nosotros en el 2001 asistimos a una crisis de empleo. El desempleo llegó casi al 27%, y no hay nada más desesperante que el desempleo, porque el desempleo es la ausencia de cualquier tipo de ingreso. La diferencia con esta crisis más inflacionaria que hemos tenido, y que esta crisis nace en marzo de 2018, podemos decir, la Argentina no crece desde 2011, pero esta crisis en sí, macro, con sus distintos episodios, nace en el 2018, y esto lo hemos hablado en este programa, en el minuto a minuto de aquel momento. La crisis hoy, vos tenés la menor desocupación casi de la historia de la Argentina, tenemos seis puntos de desocupación, casi pleno empleo, podés estar hablando.

LCV: Pero no formal. 

—Todo el mundo labura de algo. Entonces, cuando a cualquier candidato, cualquier político entrenado para pararse delante de un micrófono y decir, para que haya más trabajo…, uno te puede escuchar y decir, “más trabajo, no, necesito mejor trabajo, no más, porque ya estoy laburando y no me alcanza, tengo tres laburos y no llego a juntar 250 lucas, 300 lucas.”

LCV: Y para el pibe que la frase justicia social es un significante vacío, porque no está dentro de ningún sistema Y que además cuando le dicen ojo, no votes a Milei porque se te acaba la justicia social, la pregunta es ¿cuál? Para mí, un ejemplo de la justicia social que no se llevaba a cabo siempre ha sido el IVA en los alimentos, fundamentalmente. O sea, la señora de Recoleta y la persona que vive a 25 cuadras de Recoleta, que son en la Villa 31, todas pagan por el mismo litro de leche, el mismo 21%. ¿Cómo se explica ese impuesto? Y contame si en otros países del mundo existe ese impuesto.

—Voy por lo más macro. ¿Cómo debería ser en un país que busca desarrollar y que busca distribuir mejor la riqueza que genera como país una estructura impositiva? Tienen que ser una estructura impositiva más rica en, y ahora me meto en esa definición, en impuestos directos directos y progresivos. Directos es que recaen sobre una entidad, ya sea persona o empresa. Y progresivos, que es aquel que más percibe, más paga. El ejemplo de impuesto regresivo es el IVA. El IVA es indirecto porque recae sobre las transacciones. No pagás el IVA vos, sino que viene en el precio del chicle, en el precio del litro de leche. Y es regresivo porque, lo que vos decías, una persona que vive en un barrio popular y la persona que vive en Recoleta, los dos pagan lo mismo. 

En Argentina los impuestos no son ni altos ni bajos. Los impuestos de Argentina son un quilombo, que es muy distinto. Vos hoy tenés una estructura impositiva de unos 162 impuestos, te dicen los que llevan las cuentas de esto, pero que recaudar en sí mismo son menos de ocho. Son entre 8 y 12 impuestos los que hacen la recaudación. Vos tenés un montón de impuestos chiquititos, municipales, tasas y demás, que sobre todo a la actividad productiva, al que decide ponerse una empresa, le joden bastante. Y cuando hablo de empresa no estoy hablando de una mega empresaria. El empresario para mí, y lo digo desde donde hablo yo, yo soy economista peronista. Un empresario es un abrazador de cuiles. Es un tipo que se levanta en la mañana, abraza cuiles y permite que esos cuiles que él tiene abrazado abajo de un techo puedan mandar los pibes al colegio, puedan ir al supermercado, puedan irse de vacaciones, puedan tener progreso y justicia social en el mejor de los casos. Estamos hablando de un empresario, tipo un taller, 10 personas, 15, 30. A lo mejor es una empresa que le va un poquito mejor, hace bomba de vacío y tiene 30 personas. Pero el tipo no es millonario, el tipo sí, tiene una casita linda y demás porque tiene su clientela.

La estructura de los impuestos realmente es un quilombo. El peor impuesto es el de ingresos brutos, por ejemplo. Ingresos brutos, que es un impuesto eminentemente provincial, recae sobre lo que vos producís. Es decir, más producís, más pagás. No más ganás, sino, recae sobre la producción. Y si vos tenés actividades en más de una provincia, vos pagás ese impuesto dos o tres veces depende de la cantidad de provincias en las que vos tenés tu actividad y tu registro fiscal.

LCV: Eso encarece el producto.

—Sí, pero no necesariamente, y esto es un debate muy interesante, no necesariamente todo el impuesto va a precio. Vamos a poner cualquier ejemplo, la lapicera que tenés en la mano, supongamos que sale 100 pesos, ¿Qué contiene? Contiene el plástico, la tinta, la goma, la fibra, y contiene las horas de trabajo que se pusieron ahí, la ganancia del que produjo y los impuestos. Si yo le saco los impuestos, o sea, en la ecuación de cómo le pones el precio a las cosas, una vez que vos pagaste todos los insumos, pagaste los sueldos y te quedaste con tu ganancia, los impuestos recaen sobre lo que vos dejás de ganar. Por ende, cuando vos bajás algunos impuestos, el primer efecto no es que bajen los precios, el primer efecto es que aumente la tasa de ganancia. Entonces, cuando vos, por ejemplo, vamos al IVA, si vos agarrás y decís, quiero bajarles el IVA a todos los alimentos, los precios podrían llegar a bajar, pero menos que lo que baja el impuesto, porque normalmente lo que va a pasar es que alguien capte una ganancia que no se había recuperado antes. No va a ser direccional. Si yo saco el 21%, no reduzco el 21%.

LCV: ¿Cuántos de esos momentos buenos que creímos que eran buenos fueron espejismos en donde rápidamente se desactivaron? Ninguno quedó preñada a la democracia para seguir pariendo a procesos efectivos. ¿Y cuál es la manera de salir? 

¿Cuándo se jodió la Argentina? Para mí tiene fecha y es en el Rodrigazo, el Rodrigazo en adelante. Lo que yo siempre suelo decir es que las crisis van mutando, pero lo cierto es que se van acentuando. Y del Rodrigazo a la crisis de la dictadura con la tablita, de ahí a la crisis previa de Malvinas, de ahí a la hiperinflación, de la hiperinflación al tequila, del tequila del 2001, del 2001 al 2009, del 2009 al 2012, del 2012 a la recesión del 14, de ahí al 16, de ahí a la crisis del 18. De ahí a hoy, cada una de esas crisis, lo que fue dejando así fue un piso de pobreza más alto. Nunca volvimos a nivel de pobreza previo que teníamos en ese momento y ha dejado niveles de condiciones de vida más pauperizados. Ahora bien, vos me preguntás si en el medio de lo que había hubo espejismos. Yo no creo que hayan sido espejismos. Yo lo que creo es que la Argentina ha cometido, la política económica argentina, del signo político que quiera a esta altura, ha cometido el error de enamorarse de los instrumentos y no de los objetivos. El mejor ejemplo es la convertibilidad. La convertibilidad era muy necesaria en 1991.

Cuando vos venís de una hiperinflación, cualquier cosa que te baje la inflación, que puede ser política monetaria, política fiscal o macumba, no me importa, lo que tiene que bajar es la inflación, fue exitoso, sobre todo con la angustia que se vive un proceso hiperinflacionario como el que pudo ser del 89-90. Ahora bien, la convertibilidad como herramienta, que te limitaba el margen de acción, y por qué me voy a hacer un pequeño doble clic si me permitís a acá Nora, porque se emparenta con la idea de dolarización, y por eso quiero hacer un pequeño doble clic, lo que hacía la convertibilidad era limitar tu margen de acción para hacer política económica. Vos, por ley, un peso era un dólar, con lo cual por ley no podías hacer política monetaria si no entraban dólares. Por ley no podías hacer política cambiaria, si Brasil devaluaba, vos no podías devaluar. Eso que pudo ser exitoso al principio, cuando privatizaste empresas, cuando tuviste cómo financiarlo, después del 95 tuviste el tequila y pudiste capearlo, o sea, fue exitosa la salida de Cavallo en el 96 de eso, a partir de la recesión que se inicia en el 98 y la devaluación brasilera de 1999, Argentina ya tenía la suerte sellada si se mantenía en la convertibilidad. Ahora, era más importante el instrumento que la Argentina. De la Rua era conmigo un peso, un dólar. Pasaba a ser el instrumento que fue exitoso. De la misma manera, te lo pongo anclado en la lógica del peronismo. En el 2003 era muy necesario subsidiar tarifas porque veníamos de la peor crisis de nuestra historia y tenías que subsidiar el bondi para que la gente vaya a trabajar, para que le den las monedas para ir a trabajar. Ya en el 2007 vos podías cambiar los subsidios, tanto de transporte como energéticos, porque la realidad del país era otro. Pero nadie quiere dar malas noticias en Argentina. Todas las noticias son piantavotos cuando vos te parás a decir algo malo. Y lo cierto es que cuando vos no querés decir algo malo, pasa como en el cuento de García Márquez. Algo malo va a pasar en este pueblo, algo malo termina pasando. La gente se fue del pueblo porque se corrió el rumor de que algo malo iba a pasar.

Entonces si nosotros no queremos ni tocar las tarifas cuando se puede, si nosotros no queremos salir de la convertibilidad cuando cualquiera te lo aconseja y pasás a un proceso de endeudamiento que te dejó donde te dejó, si nosotros queremos mantener un tipo de cambio completamente ficticio, tomando como hizo Macri, 188.000 millones de dólares de deuda en 22 meses, el proceso de endeudamiento más grande de la historia del capitalismo. O si nosotros, que no estamos dispuestos a decir bueno, tenemos que estabilizar la economía y estabilizar es duro, y eso es un poco lo que se viene hacia adelante. Para no dolarizar, para no levantar el cepo en el día uno con dólares que no existen, para no dejarse llevar por esos cantos de sirenas que son completamente falaces, pero argumentativamente muy persuasivos para mucha gente que está en una situación en donde no encuentra respuesta, hay que conducir. Y para conducir hay que hablar con la verdad. 

Lo cierto es que Argentina hoy necesita estabilizar su macroeconomía. Porque yo puedo bajar el impuesto que quiera, yo puedo dar el crédito a la industria que quiera, yo puedo hacer la micro más eficiente del mundo, pero si la macro no funciona, la micro no alcanza. ¿Cómo se ordena la economía? Voy a tratar de explicar cómo es una estabilización muy rapidito, en menos de tres minutos, con lo cual pueden llover puteadas por poca precisión. Imagínate que en la economía vos tenés cinco macro precios. O sea, cinco precios que son más importantes que otros. Que son el dólar, las tarifas, la tasa de interés, el IPC, o sea, la inflación, y los salarios. Esos cinco macro precios en Argentina se han movido en los últimos 15 años de manera completamente dislocada. Las tarifas planchadas en un momento subían y después se volvían a planchar. El dólar planchado, sube, planchado, sube, la inflación siempre para arriba, los salarios un poquitito abajo, algunos años arriba, otros abajo, pero lo cierto es que hace cuatro años que están abajo de lo que es la inflación. Y la tasa de interés relativamente planchada en distintos segmentos. Estabilizar es hacer converger esos cinco macro precios hacia el mismo lugar, no que estén al mismo nivel, sino que vayan para la misma dirección. Esa convergencia hace que, si yo soy empresario y le tengo que poner un precio a mi producto, si veo que el dólar el año que viene, o sea, está tan pisado que el dólar el año que viene va a saltar y tal, y las tarifas van a estar pisadas, pero después no, esa incertidumbre respecto de los precios hace que haya una inercia inflacionaria que nunca se deja de controlar. Cuando vos estabilizás y decís bueno, voy a tener un primer año donde va a haber un aumento del dólar, donde voy a aumentar tarifas, y esos son los últimos aumentos que hay, porque después deja de haber mecanismo de propagación, eso empieza a dar tranquilidad a la economía. ¿Cuál es el costo de eso? Altísimo, porque una devaluación afecta a los más pobres. Si vos vas a estabilizar la economía, tenés que estar dispuesto a conducir políticamente dos cosas. La persuasión, la explicación de eso, y segundo, prepárate para agarrar la guache y multiplicarla por cinco. En el primer año, todo lo que te dejaste de gastar en tarifas, gastátelo en transferencia directa a la población de más bajos ingresos. De hecho, pensemos un minuto en la lógica de las tarifas. ¿Qué sentido tiene que yo pague la tarifa subsidiada por más que ya renuncié al subsidio tres veces y me sigue llegando más barato que lo que me debería llegar? ¿Qué sentido tiene que, en Caballito, Recoleta, paguemos tarifas diferenciadas? La mejor manera de atender la situación energética de aquellos que no pueden pagar tarifas es dándole la guita directamente al que la necesita. Así como das la UH, bueno, asignación universal por energía. El tipo que necesita pagar la luz porque es pobre, el agua porque es pobre, le doy la guita y paga la luz. Es un bien inelástico, no va a dejar de pagar, no se va a gastar la guita en otra cosa, va a pagar la luz porque si no se la cortan. 

LCV: Eso es donde tienen luz.

—Claro. Pero justamente yo normalizando la tarifa invierto por el gas. El gas es el mejor ejemplo. ¿Qué sentido tiene que yo pague la tarifa subsidiada y en Posadas para ir a buscar una garrafa a precio cuidado o a precio popular tenés que ser Mandrake? A mí no me interesa el gas mío, a mí me interesa el gas en Posadas. A mí me interesa que llegue el gas a los lugares donde no llega, porque yo necesito que el corredor del Mercosur sea productivo y tenga una energía a precio competitivo. Y ahí la importancia de Vaca Muerta. Porque nosotros abajo de las patas tenemos 180 años de uso de reserva de gas argentino.

Y ahora ese gas, gracias al gasoducto y gracias a lo que viene en el proyecto del gasoducto, puede llegar a los lugares no solo más recónditos y bajar el precio estructural de la energía, no las tarifas coyunturales, sino el precio estructural de esa energía, sino que también tengo capacidad para exportarle al mundo GNL, si logro ordenar la macro y atraer las inversiones. Yo soy un convencido de que hay una olla de oro atrás del arcoíris de la Argentina. Nosotros tenemos que estabilizar la macro para ordenar ese vector productivo. 

Argentina produce litio, Argentina produce energía tradicional, ahora más porque en Mar de Plata tenemos petróleo. Tenemos energías renovables, las mejores del mundo, porque tenemos los mejores vientos en la Nor Patagonia y tenemos la mejor radiación solar en la puna y en el norte de San Juan. Tenemos alimento, tenemos materia prima y alimento elaborado. Junto con Brasil, somos los principales productores de proteína del mundo. Fabricamos autos, fabricamos acero, fabricamos aluminio, fabricamos satélites, fabricamos vacunas, fabricamos lo que quieras. Somos un país maravilloso que tiene de todo para hacer, se tiene que ordenar.

LCV: ¿Le ves una salida más allá de estos pronósticos catastróficos?

Para mí, el ecosistema de la política, el ecosistema político argentino, hace que no se pueden dar malas noticias, se retarda la conducción de las cosas. Es como que salgo a buscar votos, pero después votos para qué. Para mí, hay una clave que es, si nosotros nos decidimos primero ordenar el cortísimo plazo, que es esto de estabilizar, después es simplemente tres cosas. La comunicación de lo que se hace, la docencia sobre lo que se hace para que la gente entienda, y después poner el trabajo argentino y la producción nacional en el centro de las decisiones. En el centro tiene que estar la generación de valor agregado. Lo que hay que romper, acá muchas veces uno discute y se discute entre compañeros, si hay que crecer o distribuir. No. Hay que hacer las dos cosas. Hay que hacer las dos cosas. Si no crecemos, nos vamos a tener que distribuir, y lo cierto es que no crecemos del año 2011, y si no distribuimos te quedás sin gente con la que crecer.

Si no distribuimos, te pasa esto de que hay gente que se puede dejar llevar en su angustia y en su manera de vivir el día a día, que nadie se lo cuenta, porque el día a día se vive y hay que tener respeto sobre las trayectorias de vida de las personas, que creo que la política, esto lo dice Martín Rodríguez siempre, más allá de la grieta entre kirchnerismo y no kirchnerismo, entre peronismo, no peronismo, está la fractura entre la clase política y la sociedad. Esto de que en plena pandemia estás discutiendo reforma judicial cuando la gente no sabe si va a enterrar a la tía. Eso se rompe primero ordenando lo que está desordenado. Yo, por deformación profesional, le encuentro una explicación, o sea, una solución económica al problema de la política. Pero si no hay una vocación política para ese problema de la economía, difícilmente. 

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Innovación, tecnología y cooperativismo: Cootech dijo presente en la Expo Cooperativa 2025

La cooperativa tecnológica Cootech participó por primera vez de la Expo Cooperativa 2025, realizada en el Teatro Argentino, donde presentó herramientas digitales orientadas al turismo, la gestión rural y la seguridad. En diálogo con La Columna Vertebral, Tatiana Aime detalló los productos exhibidos, el balance de la experiencia y destacó el fuerte perfil de género de la cooperativa.

LCV: La cooperativa estuvo presente, tuvo stand en la Expo Cooperativa 2025 del viernes pasado.
Tatiana Aime: “Sí, así es. Estuvimos en el Teatro Argentino donde se realizó la Expo Cooperativa 2025, la segunda edición, y esta fue la primera vez que nos presentamos mostrando algunos de nuestros productos.”

LCV: ¿Y cuáles son esos productos?
Tatiana Aime: “Los productos que llevamos al stand fueron tres en particular: uno es un software de digitalización de destinos turísticos que permite recorrer virtualmente zonas turísticas, como por ejemplo Berisso, Tapalqué y Carué, donde al ingresar a la página web de cada municipio se puede encontrar digitalizada toda su oferta turística.”

LCV: ¿Esto puede usarse desde el celular?
Tatiana Aime: “Sí, no es necesario ningún tipo de artefacto especial, con una computadora o un celular se puede visualizar perfectamente, lo que permite que cualquier persona que esté viajando por la provincia de Buenos Aires pueda consultar desde el teléfono qué hay para hacer en un destino determinado.”

LCV: Por ejemplo, si quiero ir un fin de semana largo a Carué, ¿la plataforma me muestra qué hay para hacer?
Tatiana Aime: “Exactamente, la página web te muestra los lugares turísticos y las actividades disponibles en Carué.”

LCV: ¿Cómo lo mostraron en el stand?, ¿era interactivo?
Tatiana Aime: “Sí, teníamos una pantalla donde se podía interactuar y recorrer los distintos lugares, y también presentamos realidad aumentada con visores, que permitían señalar y explorar los espacios de forma virtual.”

LCV: ¿Dijiste que presentaron más herramientas además de esta?
Tatiana Aime: “Sí, además presentamos dos herramientas más: una de gestión interna para campos y otra de seguridad rural que actualmente está siendo aplicada en el municipio de Salliqueló.”

LCV: Es la primera vez que participan en la Expo, ¿qué te pareció la experiencia y la interacción con la gente?
Tatiana Aime: “La experiencia fue muy buena, pudimos contactar a distintas cooperativas, charlar, mostrar lo que hacemos y tejer redes, que es algo fundamental dentro del cooperativismo.”

LCV: ¿Qué saldo dejó la Expo en términos de contactos y vínculos?
Tatiana Aime: “Pasaron muchas personas por el stand, pudimos mostrar nuestro trabajo y nos llevamos contactos con los que seguramente podremos hacer cosas a futuro, tanto con otras cooperativas como con usuarios directos.”

LCV: ¿Ustedes también desarrollan software a medida?
Tatiana Aime: “Sí, no solo hacemos los productos que mostramos en la Expo, sino que también desarrollamos software a medida según las necesidades de cada cliente, y este tipo de eventos permite vincularse directamente con quienes tienen una idea o una problemática concreta.”

LCV: Tatiana, sos muy joven, ¿cuántos años tenés?
Tatiana Aime: “Tengo 34 años.”

LCV: Quiero felicitarte porque es importante ver gente joven trabajando y construyendo estos proyectos colectivos.
Tatiana Aime: “Muchas gracias, y quiero destacar que Cotech está compuesta en un 90% por mujeres, algo que nos llena de orgullo, sobre todo teniendo en cuenta que desde el IPAC se viene planteando la equidad de género como un eje central para las cooperativas del próximo año.”

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Paro de controladores aéreos por salarios atrasados y despidos sin resolver

En diálogo con La Columna Vertebral, Julián Gaday, integrante de la comisión directiva y vocero de la Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Navegación Aérea (ATEPSA), explicó cuál es la función de los controladores aéreos, el nivel de responsabilidad que implica su trabajo, las condiciones salariales del sector y los motivos del conflicto que derivó en medidas de fuerza anunciadas a partir del 17 de diciembre.

LCV: ¿Qué es un controlador aéreo?

Julián Gaday (ATEPSA):“Los controladores aéreos somos las personas encargadas de guiar y separar a todos los aviones desde que ponen en marcha los motores hasta que aterrizan en destino: despegue, aterrizaje, ascenso y nivel de crucero. Controlamos básicamente todo el espacio aéreo argentino, incluidos aviones del Estado, militares y comerciales; todo lo que vuele tiene que comunicarse con nosotros. Si no trabajamos, no hay tránsito aéreo, por eso somos un servicio público esencial y se nos hace tan difícil llegar a medidas de fuerza.”

LCV: Quiero poner en valor la responsabilidad que tienen: si se equivocan en una ruta, puede haber consecuencias gravísimas.

Julián Gaday:“Por supuesto. En el centro de control de área de Ezeiza, donde trabajo, controlamos en una hora normal entre 25 y 35 vuelos, y en horas pico hasta 50 aviones por hora. Estamos hablando de miles de vidas que pasan por nuestras voces, nuestras decisiones y nuestras instrucciones, no solo en ruta sino desde que el avión empieza a subir. Básicamente tomamos decisiones para evitar, de manera fundamental, que los aviones se choquen.”

LCV: ¿Cómo es el trabajo en equipo para que un avión esté en vuelo?

Julián Gaday:“ATEPSA representa a todos los trabajadores de los servicios de navegación aérea. Todo comienza en las oficinas ARO, donde se recibe la documentación y el plan de vuelo que presentan los pilotos o las aerolíneas, con la ruta y toda la información necesaria. Allí también se brinda información sobre estado de aerovías, aeropuertos y meteorología. Luego el avión llama a la torre de control, que autoriza la puesta en marcha, el rodaje y el despegue. Una vez en vuelo, pasa a los controladores de área, que controlamos todo el espacio aéreo desde cinco centros en el país, y al aproximarse al destino vuelve a pasar a la torre. También intervienen los servicios de búsqueda y salvamento y las oficinas NOTAM, que notifican cuestiones operativas a los pilotos.”

LCV: ¿Se estudia para ser controlador aéreo? ¿Cómo es la formación?

Julián Gaday:“Sí, se estudia. Hay un curso básico de un año y luego, según el destino, entre seis meses y más de un año para obtener la habilitación local. Yo, por ejemplo, trabajo en el centro de control de área y no puedo controlar en la torre de Ezeiza aunque esté a un piso de distancia, porque no tengo habilitación. Lo mismo sucede entre distintos aeropuertos: cada lugar tiene sus particularidades y son trabajos distintos.”

LCV: Con ese nivel de exigencia, ¿cuánto gana un controlador aéreo?

Julián Gaday:“Un controlador en Ezeiza o Aeroparque puede ganar alrededor de dos millones de pesos. En el interior del país, en aeropuertos con menor complejidad, los salarios rondan entre 1.300.000 y 1.800.000 pesos. En algunos de los cinco centros de control hay trabajadores por debajo de la línea de pobreza. Gran parte del colectivo tiene que hacer trabajos extra para mantener un nivel de vida mínimo que le permita realizar esta tarea, que es vocacional y crítica para la seguridad.”

LCV: ¿Cómo es el diálogo con la empresa y en qué consisten las medidas a partir del 17 de diciembre?

Julián Gaday: “El diálogo es prácticamente nulo. Hemos asistido a varias audiencias, pero es hablar contra una pared. No tenemos respuestas ni soluciones, desconocen el conflicto, los motivos y hasta el convenio colectivo de trabajo. En la última audiencia nos pidieron cinco días más para analizar propuestas que presentamos el 9 de septiembre. Pasaron tres meses sin analizarlas. Reclamamos actualización de viáticos con más de un año de atraso, revisión de categorías de aeropuertos —que por convenio debe hacerse anualmente— y la reincorporación de nueve controladores despedidos ilegalmente. Solo reincorporaron a tres; los otros seis siguen esperando, sin ninguna justificación válida.”

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Cronograma de medidas de fuerza de los controladores aéreos.

LCV: ¿Están informando para que los pasajeros no se vean sorprendidos?

Julián Gaday: “Notificamos a la empresa hace diez días del cronograma de medidas. Como servicio público esencial, debemos garantizar al menos el 45% de las operaciones, y nuestras medidas afectan alrededor del 10%. Informamos por mail a todas las compañías aéreas para que reprogramen vuelos y avisen con anticipación a los pasajeros. Nuestros usuarios directos son las aerolíneas, no los pasajeros.”

LCV: Se cuestiona que las medidas coincidan con fechas sensibles como Navidad.

Julián Gaday: “Durante todo noviembre hicimos medidas de fuerza sin afectar pasajeros, parando solo vuelos de carga. No tuvimos ninguna respuesta. Recién cuando se afecta al pasajero aparece el conflicto en agenda. Por eso es importante decir que no somos los únicos responsables: del otro lado están la empresa y el Estado, que no negocian ni ofrecen lo mínimo indispensable para llegar a un acuerdo.”

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Acerca del imperio de lo inaudito y la apatía, por Hernán López Echagüe

Todo ocurre a cada instante, de modo cruel, y, en ocasiones, espeluznante. La vida se ha convertido en una suerte de encadenamiento de pasos dominados por la inviabilidad de llevarla a cabo. Un vagabundeo desprovisto de mira. Basta con echarle un poco de ojo a los acontecimientos que nos rodean, y nos sumergen, sin pausa, en un estado de las cosas en el que predominan el oscurantismo, la persecución, la barbarie, y el espíritu de la irracionalidad más abyecta. Sin embargo, lo que más pesadumbre causa es el silencio, y la quietud, y el desmembramiento de las voces y los actos de los que, al parecer, a los gritos y gesticulaciones por momentos dignas de conmiseración, condenan el oscurantismo, la persecución, la ignorancia y la irracionalidad. Y, al final de cuentas, no hacen más que brindarle mayor magnitud al descalabro, y, en ocasiones, fundamento. Triste victoria del vacío. ¿Qué decir? ¿Qué escribir?

Mejor lo ha dicho y escrito Julio Cortázar en su artículo “Policrítica a la hora de los chacales”, en 1971. Medio siglo atrás:

“De qué sirve escribir la buena prosa, de qué vale que exponga razones y argumentos si los chacales velan, la manada se tira contra el verbo, lo mutilan, le sacan lo que quieren, dejan de lado el resto, vuelven lo blanco negro, el signo más se cambia en signo menos, los chacales son sabios en los teles, son las tijeras de la infamia y del malentendido, manada universal, blancos negros, albinos, lacayos si no firman y todavía más chacales cuando firman, de qué sirve escribir midiendo cada frase, de qué sirve pesar cada acción, cada gesto que expliquen la conducta, si al otro día los periódicos, los consejeros, las agencias, los policías disfrazados, los asesores del gorila, los abogados de los trusts se encargarán de la versión más adecuada para consumo de inocentes o de crápulas, fabricarán una vez más la mentira que corre, la duda que se instala, y tanta buena gente en tanto pueblo y tanto campo de tanta tierra nuestra, que abre su diario y busca su verdad y se encuentra con la mentira maquillada, los bocados a punto, y va tragando baba prefabricada, mierda en pulcras columnas, y hay quien cree y al creer olvida el resto, tantos años de amor y de combate, porque así es, compadre, los chacales lo saben; la memoria es falible y como en los contratos, como en los testamentos, el diario de hoy con sus noticias invalida todo lo precedente, hunde el pasado en la basura de un presente traficado y mentido.Entonces no, mejor ser lo que se es, decir eso que quema la lengua y el estómago, siempre habrá quien entienda este lenguaje que del fondo viene, como del fondo brotan el semen, la leche, las espigas.Y el que espera otra cosa, la defensa o la fina explicación, la reincidencia o el escape, nada más fácil que comprar el diario made in usa, y leer los comentarios a este texto, las versiones de Reuter o de la UPI donde los chacales sabihondos le darán la versión satisfactoria, donde editorialistas mexicanos o brasileños o argentinos traducirán para él, con tanta generosidad, las instrucciones del chacal con sede en Washington, las pondrán en correcto castellano, mezcladas con saliva nacional, con mierda autóctona, fácil de tragar.No me excuso de nada, y sobre todo no excuso este lenguaje, es la hora del chacal, de los chacales y de sus obedientes: los mando a todos a la reputa madre que los parió, y digo lo que vivo y lo que siento y lo que sufro y lo que espero. Sólo así podremos acabar un día con los chacales y las hienas”.

Ilustración: Silvia Flichman (https://silviaflichman.com.ar/ )

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