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Opinión

La señora democracia, ultrajada aquí, allá y más acá. Por Aram Aharonian

Tal vez ningún término usado recurrentemente en el espacio público fue ultrajado de tal manera que no solo fue vaciado de contenido sino que perdió todo sentido para remitir a la realidad. Hoy se quiere confundir democracia con el derecho a votar, uno de los pocos derechos que les queda a los de abajo, para creer que participan en una elección, a sabiendas que su condición no cambiará radicalmente.

La voz democracia se usa indistintamente en los debates teóricos y políticos, pero premeditadamente se omite su carácter ilusorio y la falta de asideros históricos y empíricos para privilegiar, ante todo, una perspectiva de deber ser, de aspiración, que difícilmente se consuma.

En tanto ideología, la noción de democracia se emplea como un instrumento de legitimación de las estructuras de poder, dominación y riqueza. Más cuando desde 1968 el capitalismo fue cuestionado a fondo por las clases medias ante las promesas incumplidas luego de 200 años de prácticas y experiencias derivadas de su proceso civilizatorio, señala el mexicano Isaac Enríquez Pérez, en El carácter fetichista de la ideología de la democracia.

Mark Malloch-Brown, presidente de Open Society Foundations y exsecretrario adjunto de Naciones Unidas, señala que los reportes sobre la muerte de la democracia son muy exagerados, pero si no demuestra que puede dar mejores resultados concretos se arriesga a perder a los jóvenes. “Enfrentar la creciente desilusión con el gobierno democrático y algunos de sus principios fundamentales entre los más jóvenes implica restaurar la confianza en que el sistema puede generar calles más seguras, más vivienda, mejor educación y servicios de salud; alimentos y energías a precios más accesibles», afirma Malloch.

El intelectual francés Alain Touraine señala que hoy es más frecuente definir la democracia en función de aquello de lo cual libera la arbitrariedad, el culto de la personalidad o el reinado de la nomenklatura que teniendo en cuenta lo que construye o las fuerzas sociales en las que se apoya.

El escritor uruguayo Eduardo Galeano sostenía que “La democracia es un lujo del norte. Al sur se le permite el espectáculo, que eso no se le niega a nadie. Y a nadie molesta mucho, al fin y al cabo, que la política sea democrática, siempre y cuando la economía no lo sea. Cuando cae el telón, una vez depositados los votos en las urnas, la realidad impone la ley del más fuerte, que es la ley del dinero”.

“Así lo quiere el orden natural de las cosas. En el sur del mundo, enseña el sistema, la violencia y el hambre no pertenecen a la historia, sino a la naturaleza, y la justicia y la libertad han sido condenadas a odiarse entre sí”, añadía.

 «Con la democracia no solo se vota, sino que también se come, se educa y se cura», señaló en su discurso de asunción en 1983, Raúl Alfonsín, el primer presidente democrático luego de la última dictadura militar argentina. La altísima desocupación, el 40 % de pobreza, la educación y la salud pública en crisis, no son imperfecciones o falta de maduración del ideal democrático. Se trata de una democracia burguesa, donde hay interés de clases en pugna, pero donde (casi) siempre pierden los de abajo.

¿La libertad de elección política, requisito indispensable de la democracia, es suficiente para considerar que ésta está consolidada? ¿La democracia se reduce entonces sólo a procedimientos? ¿Es posible definir la democracia prescindiendo de sus fines y, por ende, de las relaciones que instaura entre los individuos y las categorías sociales o limitar la democracia a la posibilidad de participar en elecciones?

El Consejo de Europa señala que hay tantos modelos diferentes de gobierno democrático que a veces es más fácil de entender la idea de democracia en términos de lo que definitivamente no es: no es la autocracia o la dictadura, donde una persona gobierna; y no es oligarquía, donde lo hace un pequeño segmento de la sociedad. Bien entendida, la democracia incluso no debe ser la “regla de la mayoría”, si eso significa que los intereses de las minorías son ignorados por completo.

Estados Unidos avanzó con el arte de convertir sus guerras de conquista en civilizadas formas de organizar el mundo y ordenarlo a su modo. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea lo tienen en el centro de su discurso público: democracia y derechos humanos. Todo se hace, se justifica, se impone, en nombre de ellos y de su defensa.

Pero la realidad muestra otra cara: las intervenciones humanitarias, la guerra contra “el terrorismo”, contra los gobiernos que según Estados Unidos no respetan los derechos humanos, contra los que Washington y sus repetidoras políticas y mediáticas en todo el continente llama “Estados delincuentes”.

La política del miedo y la incertidumbre se ha consolidado también como una de las consecuencias que más incidirá a largo plazo. En un estado de guerra multidimensional, el control de nuestros cuerpos y nuestras mentes se vuelve un objetivo estratégico.  El miedo se vuelve un arma poderosa de control social. Los medios de comunicación y las redes sociales, afectan la psiquis colectiva, desarticulan el tejido social y manipulan la opinión pública.

Son más de 500 intervenciones militares estadounidenses internacionales desde la fundación de Estados Unidos en 1776, con más de la mitad ocurridas entre 1950 y 2017, y un tercio del total después de 1999, reporta el Proyecto de Intervención Militar en la Universidad Tufts.

También hay una extensa lista del uso de fuerza militar estadounidense entre 1798 a 2023, según los archivos del Congreso. Es difícil calcular el número de veces en que Washington ha intervenido, tanto militarmente como de otras maneras, directas e indirectas, en América Latina con el objetivo de lograr un “cambio de régimen”.

El historiador John Coatsworth identificó por lo menos 41 casos entre 1898 y 1994,  uno cada 28 meses durante un siglo. Los ejemplos, sobre todo en América Latina, muestran de manera abrumadora que estas intervenciones de todo tipo han sido contra regímenes progresistas y ayudaron a instalar regímenes derechistas, no pocos de ellos entre los más brutales en el mundo.

Con el gobierno de Salvador Allende, Henry Kissinger dijo estar preocupado de que el éxito de la socialdemocracia en Chile fuera contagioso… Estaba preocupado por que un desarrollo económico exitoso, una economía que produce beneficios para la población general y no sólo ganancias para las empresas privadas

Así, Kissinger dejó al descubierto la historia básica de la política exterior de Estados Unidos durante décadas. Comentó Noam Chomsky en 1994. “En todas partes, lo mismo en Vietnam, Cuba, Guatemala, Grecia, Nicaragua; era la misma preocupación: la amenaza de un buen ejemplo”.

Repasando las distintas etapas de opresión, desde el colonialismo directo de las potencias europeas, al sojuzgamiento económico de la primera mitad del siglo XX, que fue respondido con los primeros movimientos populares en Latinoamérica, los  golpes militares contra los gobiernos populares y la imposición del neoliberalismo no llegaron por arte de magia: necesitó del financiamiento y dirección de EEUU.

A medida que avanzaba la resistencia popular a sus políticas, el neoliberalismo abandonó su disfraz democrático y demostró que no era otra cosa que un proyecto autoritario que pretendía esconderse tras el disfraz de la racionalidad y anonimato del mercado. Y tuvo dos etapas. Una, la anterior al 11 de septiembre del 2001, cuando el discurso y la práctica estaban orientados a la militarización de la política y a la criminalización de la protesta social.

La etapa posterior la marcó el traumático del ataque a las Torres Gemelas de Nueva York y al Pentágono y dio comienzo a un nueva doctrina estratégica estadounidense, en septiembre de 2002, poniendo en marcha el principio de la “guerra preventiva” luego de las palabras del presidente George W. Bush Jr.: “ésta es una guerra entre el bien y el mal, y Dios no es neutral”.

Y la rueda da otra vuelta: luego de haberse impuesto el neoliberalismo en toda la región comienzan a surgir nuevos movimiento populares y nacionales con otros nombres y protagonistas. Además de los golpes consumados, ha habido una desestabilización de signo claramente golpista contra otros gobernantes progresistas, como Rafael Correa en Ecuador y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, que sufren una implacable persecución política operada por instancias judiciales.

Luis Arce, quien restauró la democracia en Bolivia tras el gobierno de facto de Jeanine Áñez, tuvo que luchar contra la sedición de sectores ultraderechistas que aúnan el racismo y el separatismo a la defensa violenta de sus intereses de clase.

El presidente colombiano Gustavo Petro enfrenta un despiadado operativo de lawfare (uso de maquinaciones judiciales y legislativas para deponer a mandatarios incómodos a los intereses de las oligarquías y de las trasnacionales estadounidenses y europeas), así como amenazas directas de altos militares en retiro e intentos de atentar contra su vida.

En Guatemala, el presidente electo Bernardo Arévalo denunció que su país vive un golpe de Estado que se está llevando a cabo paso a paso, mediante acciones espurias, ilegítimas e ilegales en distintas instancias, cuyo objetivo es impedir la toma de posesión de las autoridades electas -Presidente, Vicepresidenta y diputados y diputadas” del Movimiento Semilla al Congreso.

Aunque México parece ajeno a estas asechanzas, la realidad es que en apenas cuatro meses se han producido dos conatos de golpe de Estado, ambos desactivados rápidamente por sus propios promotores al darse cuenta de que contaban con nulas posibilidades de éxito debido al abrumador respaldo social del que goza el gobierno federal.

En mayo, la fracción del ultraconservador Partido Acción Nacional (PAN) en el Senado solicitó a la Suprema Corte que destituyera al presidente Andrés Manuel López Obrador, y el 23 de agosto, el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Luis María Aguilar Morales, presentó a sus pares un proyecto que proponía lo mismo.

Con las armas y/o las togas

Los mismos que antes financiaban los golpes de Estado, ahora financian los golpes judiciales para imponer las políticas neoliberales en América latina. Ya no hacen falta golpes militares, ahora hay que conseguir jueces educados en comisiones y foros», señaló la expresidente argentina Cristina Fernández de Kirchner, víctima reciente del lawfare y de un intento frustrado de magnicidio.

Los jueces juzgan no de acuerdo a los derechos y los códigos, sino de acuerdo a los intereses que, siempre, están en contra de las mayorías populares.

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador reconoció los avances que se han dado para la consolidación de la democracia en América Latina, pero advirtió que persisten riesgos de retorno del fascismo, intervenciones militares y de que los gobernantes elegidos por el pueblo sean depuestos por grupos oligárquicos.

Señaló que en la actualidad estas operaciones cobran la forma de golpes de Estado “técnicos o mediáticos”, en los que los medios de comunicación corporativos manipulan la información a fin de mantener el régimen de saqueo que los ha enriquecido. Basta con echar una mirada rápida a los acontecimientos del pasado reciente para constatar que éste es un peligro real y acechante.

Desde 2002, distintas configuraciones que reúnen a las fuerzas armadas, los parlamentos, los poderes judiciales, las cúpulas empresariales y los medios de comunicación han derrocado a Hugo Chávez (Venezuela; volvió al poder en 48 horas gracias a la movilización popular y la lealtad de algunos integrantes del Ejército), Manuel Zelaya (Honduras, 2009), Fernando Lugo (Paraguay, 2012), Dilma Rousseff (Brasil, 2016), Evo Morales (Bolivia, 2019) y Pedro Castillo (Perú, 2022).

Cuando el Estado reduce su presencia en educación, salud y la explotación que impacta en el cambio climático, nos queda un vacío, que es ocupado por el narcotráfico:  son los que construyen las escuelas -para controlar socialmente a la población- esas que el Estado no construye por tener que aplicar las políticas de ajuste de los organismos multilaterales.

Un artículo publicado en Rusia por Pyotr Romanov, muy cercano a la política internacional del gobierno de su país,  expresa en forma de pregunta un deseo oficial: «¿Se separa Sudamérica de Norteamérica?». Para explicar la «nueva independencia» de Sudamérica con respecto a EEUU, el autor menciona los triunfos electorales que han obtenido las centroizquierdas en diferentes países del continente.

Los que impulsan en toda América Latina el achique del Estado y las políticas de ajuste son los mismos que después hablan de combatir a los narcos, como si esa guerra se pudiera hacer con represión desde un Ministerio de Seguridad o con la milicia, y no desde el acceso al trabajo, a la salud, a la educación, al progreso.

La realidad de las últimas décadas muestra que algunos gobiernos, al carecer de recursos y renunciar a la facultad regulatoria que deben tener para preservar la calidad de vida de sus ciudadanos, terminan autorizando cualquier cosa a fin de conseguir ingresos. Y, cuando alguien llega a invertir exige sus condiciones; cuanto menos se invierte en seguridad ambiental, más rentabilidad tiene cualquier emprendimiento. La falta de regulación y presencia del Estado para controlar cómo se hace la explotación en materia de minería y petrolera, significa perder soberanía y entregar a las trasnacionales y la banca de inversión los grandes yacimientos minerales de la región.

No cabe dudas: la desaparición o reducción del Estado, lejos de traer seguridad y bienestar, trae otras cosas.

Aram Aharonian: Periodista y comunicólogo uruguayo de larga trayectoria en América Latina, acaba de publicar el libro ‘El Asesinato de la democracia’ (Ciccus editora).

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“El país del no me acuerdo”, por Marcelo Cosin

Un país raro, el nuestro. Argentina, proviene del latín: argentum. Argentum significa plata. Es decir, guita. Tarasca. Biyuya. Mosca. Mangos.

Y Cristina insiste en que la nuestra es una economía bi-monetaria. Peso y Dólar. Y Milei ya ni se acuerda que hace poco tiempo atrás llamó al peso argentino “excremento”. Y Caputo, el Toto, dijo: “ahora quiero que la gente crea que vamos camino a tener un Peso Fuerte”. Peso Pesado.

Perón exclamó en un discurso de 1948: “¿Alguno de ustedes ha visto un dólar?”. Nadie, en la Argentina, sabía cómo era un dólar. Un país raro. Sin dudas.

Estos son los datos más recientes de inflación de diferentes países en el mundo:

Argentina: 229.8%

Zimbabue: 635.3%

Turquía: 60.9%

Venezuela: 59.6%

Sudán: 200.1%

Sudán del Sur: 120.6%

Egipto: 33.3%

Nigeria: 32.5%

Irán: 31.7%

Pakistán: 23.4%

Estados Unidos: 2.3%

España: 1.9%

Japón: 3.6%

México: 3.93%

Brasil: 5.53%

¿No es raro que seamos más parecidos a Zimbaue (635% de inflación anual) que a España, por ejemplo (1.9% de inflación anual)?

También sé que el Mundo está raro. Desde hace mucho. Un filósofo contemporáneo llamado Mark Fisher, crítico cultural y escritor británico, conocido por su análisis del capitalismo y la cultura contemporánea, que murió en 2017, analiza en su obra ‘Lo raro y lo espeluznante’, cómo ciertos fenómenos culturales y sociales generan una sensación de inquietud y desconcierto. Fisher también desarrolló el concepto de realismo capitalista, que describe la dificultad de imaginar alternativas al sistema actual, lo que contribuye a la percepción de un mundo cada vez más extraño.

¿Ya nadie se acuerda?

Ya nadie se acuerda de que Galileo Galilei fue un astrónomo y físico que defendió el modelo heliocéntrico de Copérnico, lo que lo llevó a enfrentarse con la Inquisición. En 1633, fue juzgado por herejía debido a su apoyo a la idea de que la Tierra giraba alrededor del Sol, lo que contradecía la doctrina oficial de la Iglesia en ese momento.

¿Ya nadie se acuerda como empezó Hitler su persecución a los judíos? La persecución de los judíos por parte de Hitler comenzó poco después de que asumiera el poder en 1933. Desde el inicio, el régimen nazi promovió una intensa propaganda antisemita, culpando a los judíos de la crisis económica y la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial. Las primeras medidas incluyeron el boicot a negocios judíos en abril de 1933 y la Ley para la Restauración del Servicio Profesional Civil, que excluía a los judíos de empleos gubernamentales. En 1935, las Leyes de Núremberg les quitaron la ciudadanía alemana y prohibieron los matrimonios entre judíos y no judíos. A medida que el régimen se radicalizaba, la violencia aumentó, culminando en la Noche de los Cristales Rotos en 1938, cuando miles de negocios y sinagogas fueron destruidos. Estos eventos marcaron el camino hacia la Solución Final, el plan nazi para el exterminio sistemático de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

Ya nadie se acuerda del plan económico de Alfredo Martínez de Hoz en la dictadura de Videla. Algunas de sus medidas clave incluyeron: Congelamiento de salarios y eliminación de controles de precios, lo que provocó una caída del ingreso de los trabajadores en un 40% entre 1976 y 1980.Endeudamiento externo masivo, con préstamos del FMI y otros organismos internacionales. Privilegios para el capital financiero, lo que llevó a la especulación y la famosa época de la “plata dulce”. Desregulación del comercio exterior, favoreciendo la importación y afectando a la industria nacional. Represión sindical, con la disolución de la CGT y la prohibición de huelgas. Este modelo económico profundizó la desigualdad y dejó una deuda externa que condicionó el desarrollo del país por décadas. Aunque hoy no se menciona tanto en el debate público, sus efectos aún se sienten en la estructura económica argentina.

Estos ejemplos de “casi no me acuerdo” son minucias, casi anécdotas. Como por ejemplo que en la última semana de diciembre del 2001 De La Rúa renunció después de dejar 33 muertos por protestar por el corralito de Cavallo, que hoy aún, da opiniones de cómo salir de la “crisis”. O cuando Rodríguez Saa anunció que la deuda no se pagaba y lo aplaudieron algunos que hoy votan en el Congreso a favor de los DNU de Milei.

Tampoco se acuerdan que Raúl Alfonsín fue presidente la República como candidato de la UCR, la misma que hoy acompaña al ultraderechista Javier Milei.

También nos cuesta recordar quien fue José López Rega y que hizo un tal Aldo Rico en los comienzos de la democracia.

Este es un país raro. Sin buena memoria. O sin memoria.

También nos olvidamos que un presidente llamado Menem ganó unas elecciones prometiendo un salariazo y empezó por darle la economía de su gobierno al Grupo Bunge y Born que fue la empresa que financió la idea del neoliberalismo a partir de la campaña publicitaria de La Nueva Fuerza impulsada por un liberal llamado Álvaro Alsogaray que hoy sería considerado por Milei como un comunista más porque decía que la educación, la salud y la vivienda debían estar en manos del Estado.

Un país raro. Con poca memoria. Con un avanzado estado de descomposición.

Para ir un poco a la actualidad, Cristina Fernández de Kirchner no se acuerda de que fue vicepresidenta de un tal Alberto Fernández a quien públicamente un sábado a la mañana lo ungió como candidato a presidente y gracias a eso gobernó cuatro años ninguneándola y sin atender a sus llamados mientras murmuraba “otra vez esa vieja de mierda”.

Sin dudas, para mi juicio, Néstor y Cristina Kirchner fueron los dos mejores presidente y presidenta del siglo XXI, pero no fueron perfectos. Néstor se murió muy joven. No sabemos que hubiera sido del país con un segundo mandato con la experiencia acumulada. Pero perfectos, no. Cristina debería reconocer que se equivocó varias veces. Especialmente en la elección de candidatos. Tenía la suficiente fuerza para oponerse a Scioli. O para sostener a Wado. No lo hizo. Tampoco puede reconocer que posiblemente su etapa esté cumplida y su carisma se hubiera aplicado a lo que dijo en un discurso…” Que alguien agarre el bastón de mariscal”.

Pero El País de no me acuerdo, sigue vigente.

No nos acordamos que Alfonsín dijo que si la sociedad se derechizaba había que acostumbrarse a perder elecciones.

No nos acordamos que la CGT desde Ubaldini no es la CGT de los trabajadores sino la CGT de los empresarios.

No nos acordamos que el Chino Navarro y Pérsico lucraban con los planes sociales.

No nos acordamos que Lousteau casi es Jefe de Gobierno ni que Larreta prácticamente se consideraba presidente.

Un país raro. Sin memoria. Quizás sin futuro.

Publicado en Bardo Moments

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Síntesis de las medidas de gobierno. Oposición se busca, por Marcelo Daniel Cosin

El gobierno de los hermanos Milei tiene diversas caras, máscaras y caretas. Hoy podemos intuir, al menos, que Javier Milei gana las elecciones producto del fracaso de, al menos, los gobiernos de Macri y Fernández (ambos Fernández) como de la inconsistencia de la redundancia de estar atados al FMI. Milei es un gobierno que fue producido por grandes grupos millonarios y antinacionales como la AAE (Magnetto, Rocca Techint y Cia), el grupo América de Eurnekian y los intereses financieros de los grandes grupos financieros. Es cierto que la figura de Milei es disruptiva, psicopática y desequilibrada. Pero eso es una de las máscaras. La verdadera es desvalijar a los ciudadanos y ciudadanas argentinas (jubilados en primer lugar) para acrecentar la fortuna de unos pocos.

El verdadero problema para terminar con este agobio que puede derivar en una guerra civil y policial de proporciones radica en la abstinencia de la oposición. No hay oposición. La oposición es débil y confronta internamente. El socialismo o la izquierda también está fraccionada y no logra sumar adeptos.

El resumen es que el futuro es más que incierto. Sin la aparición de nuevos dirigentes con carisma que encaren un programa de acciones específicas para derrotar al gobierno de Ultra Derecha tenemos Milei o Mileies para rato.

Los hechos que demuestran la política de entrega de Milei y compañía

1. DEUDA La deuda total de la Argentina alcanza a US$ 466.686 millones. Cada argentino, incluidos los bebés de 6 meses y uno que recién nación menos una que recién murió deben 9.932 dólares. Incluido el indigente que duerme en la calle y come algo una vez al día. De esta deuda total, solamente en un año, Milei, su hermana y Caputo, entre otros, agregaron 61 mil millones de dólares.

2. HOSPITAL GARRAHAN Sólo con el presupuesto asignado a la SIDE para espiar periodistas y ciudadanos el Hospital Garrahan podría financiar sus necesidades que sirven para salvar la vida de niños, entre otros, enfermos de cáncer. (El presupuesto asignado a la SIDE (Secretaría de Inteligencia) en 2025 ha sido ampliado en 33.000 millones de pesos, alcanzando un total de 80.872 millones de pesos en los primeros cinco meses del año)

3. ESTAFA $LIBRA – La estafa de la criptomoneda $LIBRA ha generado un gran escándalo en Argentina y Estados Unidos. La justicia ha congelado 57,5 millones de dólares en criptoactivos vinculados a Hayden Davis, el empresario detrás de la moneda, que fue promocionada por el presidente Javier Milei

4. INSULTOS – hay estudios que han cuantificado los insultos y descalificaciones del presidente Javier Milei hacia periodistas, economistas y políticos. Según un análisis del Centro de Datos de Chequeado, desde su asunción en diciembre de 2023, Milei ha pronunciado al menos 1.051 insultos, descalificaciones o ataques en discursos, entrevistas y redes sociales, con un promedio de 2,4 por día. (https://chequeado.com/…/el-insulto-en-el-discurso-de…/)

5. REPRESIÓN A JUBILADOS – Los medios contabilizan 1.231 heridos y 132 detenidos en distintos operativos policiales en las marchas de jubilados de los días miércoles en el Congreso Nacional.

6. EL CIINE ARGENTINO – Algunos datos clave sobre la situación actual:Cero películas aprobadas en la primera gestión del INCAA bajo Milei.Despidos masivos en el sector audiovisual, con más de 170 trabajadores cesanteados.- Caída del cine nacional en taquilla, con una participación de apenas 2,19%, la más baja desde 1997.- Recorte del 71% en subsidios al cine argentino en comparación con 2023.- Posible cierre de Cine.ar y venta del cine Gaumont, según declaraciones de Pirovano.La comunidad cinematográfica ha denunciado que estas políticas han llevado a la destrucción del cine nacional, afectando a más de 600.000 familias que dependen de la industria. Además, festivales emblemáticos como el Festival de Mar del Plata están en riesgo de cancelación

7 TEATRO La crisis económica ha golpeado fuertemente al teatro en Argentina. En el primer cuatrimestre de 2025, la venta de entradas cayó un 7% en comparación con el mismo período de 2024. Esta baja se suma a la caída del 10% registrada en 2024 respecto a 2023, lo que marca una tendencia preocupante para el sector. (https://www.pagina12.com.ar/825395-la-actividad-teatral…) La Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (AADET) ha señalado que el ajuste económico y los ataques a instituciones culturales han sido factores clave en la disminución de espectadores

8 GUERRA CONTRA EL PERIODISMO – Según un informe de la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la OEA, se ha registrado un deterioro acelerado en el ambiente para el ejercicio de la libertad de expresión en Argentina, con una baja tolerancia del Ejecutivo hacia las críticas.Ataques verbales: Milei ha utilizado términos como “sicarios con credencial de supuestos periodistas”, acusando a la prensa de manipulación.Restricciones en la Casa Rosada: La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) expresó preocupación por la resolución que limita la acreditación de periodistas en la sede del gobierno.Amenazas y hackeos: El periodista Hugo Alconada Mon denunció intentos de hackeo y amenazas tras revelar un plan de la SIDE para monitorear periodistas y economistas.Solicitada de dirigentes: Un grupo de políticos, incluyendo figuras del PRO, firmó un documento pidiendo a Milei que cese el “hostigamiento contra periodistas”, denunciando descalificaciones y amenazas.Encuestas sobre la percepción pública: Un estudio de Zuban Córdoba reveló que el 67% de la ciudadanía considera grave el uso de insultos contra periodistas, y el 63% cree que esto constituye un ataque a la libertad de prensa.

9 CAPUTO Luis “Toto” Caputo tiene una parte significativa de su patrimonio fuera de Argentina, principalmente en Estados Unidos y en la Isla de Man, un conocido paraíso fiscal. Según su última declaración jurada, posee aproximadamente 3 millones de dólares en cuentas en el exterior. Además, su patrimonio total declarado en 2023 fue de 15.900 millones de pesos, lo que representa un aumento del 2041% respecto al año anterior.

Bardo Moment, 29 de mayo de 2025.

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¿Quiénes le alfombraron el camino?, por Marcelo Daniel Cosín

“Hacelos Concha, Donald Trump” grita en las redes el nuevo líder del neonazismo, el Gordo Dan ¿Cómo llegamos a esta imagen? No fue por culpa de una historia de errores o equivocaciones, sino por debilidad política. Este es el resultado de 80 años de una mezcla de militarismo, reformismo, corrupción y contramarchas. Llegamos al Mileísmo porque nos embarraron con una cultura consumista de falso crecimiento. No pudieron ni el peronismo ni los militares ni los radicales ni los progresistas.

Nos hicieron creer que éramos otra cosa. No somos otra cosa. Somos pequeños. No supimos. No sabemos.

El peronismo fue la reivindicación. Desde el Estatuto del peón rural hasta la conquista de los derechos sociales y la Constitución del 49. La tercera posición fue innovadora. Pero fue reformismo. La revolución quedó en el pasado.

El militarismo -desde 1930, siguiendo en 1955, y sucediéndose alternativamente con breves períodos democráticos hasta el feroz golpe del 76- aportó espanto, persecución y muerte. Pero no sólo eso. Dio el paso inicial a la entrega del patrimonio, de los recursos, de eso que se llama soberanía.

Las dictaduras siempre fueron civiles y clericales y especialmente conservadoras. Inspiradas en el neoliberalismo de Reagan y Tatcher, lanzaron el consumismo disfrazado de felicidad.

El radicalismo, el de Illia, el de Alfonsín, el de De la Rúa, no fueron iguales. Pero siempre acomodando los tantos. Bajando la cabeza. Y en el caso de De la Rúa dejando muertos sembrando las ciudades.

Nos confundieron las luchas armadas. Nos engañaron los montoneros. Nos embaucaron. No es casualidad que gran parte de ellos, como los líderes del mayo francés, hayan terminado en la derecha, en la democracia débil y dirigida por el marketing político.

El reformismo del peronismo kirchnerista con Néstor prendiendo una luz de esperanza. Un líder que crecía desde abajo. Un estratega que suponía 4+4+4+4 con Cristina como continuadora. Reformismo. Ascenso social. Consumo. Capitalismo social. Tener auto.

El capitalismo como el mejor modelo siempre y cuando se lo limite. Estado, pero con mercado. Siempre medias tintas. Preparando el camino, despejando el camino, del neoliberalismo. Primero Scioli, después Alberto Fernández, Massa.

No son equivocaciones. Esos errores conceptuales nos llevaron a Milei.

Milei no vino por casualidad. Le alfombraron el camino.

Hoy, lo peor de lo peor está acá, entre nosotros. La Ultra derecha es poco.

Cuando cayó el muro de Berlín dijimos “algo estaba mal hecho”. Hoy, Trump expresó brevemente la realidad de estos tiempos: “Solo hay dos géneros: masculino y femenino”

Involución.

¿Qué nos espera?

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