Destacada
¿Quién es Julio Piumato?

El pasado lunes 26 de agosto, nos visitó en el estudio de larz.com.ar mientras se emitía en vivo La Columna Vertebral-Historias de Trabajadores, el histórico dirigente de la Unión de Empleados de Justicia de la Nación, ex diputado y actual Secretario de DDHH de la CGT, Julio Piumato.
En 1990 fue secretario general de la UEJN (Unión de Empleados de la Justicia de la Nación). En 1994 cofundó el MTA (Movimiento de los Trabajadores Argentinos). Opositor a las medidas económicas neoliberales del gobierno de Carlos Menem además de un importante promotor de la Marcha Federal de 1994. Luchó contra casi todos los gobiernos que consideraba no representar a los trabajadores. El 19 de abril de 2000 ―durante el gobierno de Fernando de la Rúa- sufrió la represión a los manifestantes que protestaban contra la Reforma Laboral de la llamada ‘Ley Banelco’. En esa ocación recibió una herida de bala de la policía por la que perdió un testículo.
Su presencia en el piso de la radio fue una ocasión especial no sólo para conocer su postura sobre temas de actualidad como la propuesta del juez Lijo a la Corte Suprema -‘yo le pongo una ficha a Lijo’-, el plan de lucha de los judiciales en reclamo de mejoras salariales -banderazo el martes y paro el viernes-, o la política de Caputo y Milei, entre otros; sino para recorrer la vida de un sindicalista que fue arrasado por los vientos de época: su enamoramiento adolescente con el peronismo allá por los 60, las primeras luchas en Tribunales, la cárcel con la dictadura y tantas idas y vueltas de la CGT. Recorremos junto a él los últimos 50 años de la vida nacional, desde las protestas contra Illia hasta la continuidad de Caputo con los planes de Martínez de Hoz y los pros y los contras del avance tecnológico en la justicia. Una charla amena, como solo Nora Anchart puede hacer. En La Columna Vertebral le damos cuerpo, voz y memoria a aquellos de los que mucho escuchamos hablar pero poco conocemos. Hoy, en escena: Julio Piumato.
LCV: ¿Quién es Julio Piumato?
— Un militante popular que se enamoró de la actividad sindical cuando entró a trabajar en tribunales. Soy una persona de barrio, de San Cristóbal. Creo que el ser hincha de boca, el vivir la pasión popular, digamos, me acercó directamente al peronismo. Yo era chiquito y por la esquina de casa pasaban las columnas de Lugano, de Soldati y de la UOM. Me acuerdo que era el Gobierno de Ilía y cantaban: “Ilía perete, guardá bien el sillón, hasta que venga el dueño que se llama Juan Perón”. Eso cantaban allá en el 64.
LCV: ¿Y vos tenías?
—Yo tenía 11 años. Estudié Derecho, entré a Tribunales y ahí me di cuenta que la actividad sindical era lo mío. Yo me sentía bien defendiendo. Empecé un conflicto. En aquella época había meritorios en tribunales, después volvió a haber. Así que en mi vida fueron dos luchas. Pero ahí yo era víctima, porque salvo interinatos que hacía, era meritorio. Luchamos mucho.
LCV: Contemos que es un meritorio.
—Meritorio es el que trabaja y no cobra. Es, como le llamamos, el antiñoqui. Los ñoquis no trabajan y cobran los 29. Los antiñoquis son los esclavos modernos, lo llamamos en la época que luchamos mucho, porque trabajan y el patrón no le da ni casa ni comida. Así que es una deformación de la justicia. Cuando yo entré, eso estaba más limitado porque existía una reglamentación de la Corte que establecía que sólo podía haber dos por lugar. Más que nada era para estudiante de Derecho, porque les permitía a los meritorios no dar el práctico, con dos años de meritero, se les aceptó el práctico y siempre terminaban entrando en tribunales, pero pasaba tiempo. Ahí nosotros luchamos, era el gobierno de Perón. Luchamos mucho desde el gremio, el gremio nuestro es muy nuevo, nació en el 71, en la dictadura de Onganía, así que imagínate. En el ‘73 fue la primera elección casi en la clandestinidad. En el ‘75, el peronismo nos da la personería gremial, así que era todo muy naciente. Ahí dimos la lucha los meritorios y con el gremio conseguimos una ley que eliminó los meritorios en el ‘74. Cuando viene la dictadura, como todo el movimiento obrero, fuimos muy reprimidos. Fue muy duro con la justicia. A mí me secuestran el 1 de junio del 76. Tuvimos muchos desaparecidos en la justicia, muchos encarcelados. Bueno, fue todo muy duro.
El momento que a mí me secuestran yo estaba juntando firmas porque a la que era afiliada número uno del gremio, que era una compañera, la habían prescindido. Así que nos pusimos a juntar, a pesar que era la dictadura. Era muy duro porque vos andabas por Tribunales y todos los días tenías carteles de los abogados que desaparecían. Fueron tres meses muy duros para mí, para muchos no es nada, pero vivir esos tres meses de dictadura fueron duros. Lo que vino después para mí fue más duro todavía. Yo agradezco a Dios siempre no haber encontrado mi límite. Mi límite es no haber claudicado la tortura ni en los años que estuve detenido. Yo siempre digo que nunca sé si hubiera aguantado 15 minutos más, 15 días o 15 años. Uno no sabe el límite.
LCV: ¿Dónde estuviste? ¿En qué centro de detención?
—Yo estuve en Superintendencia, acá cerquita, de Coordinación Federal, en Moreno. Estuve 10 días, después me blanquearon. Estuve con causa federal, me sobreseyeron y tuve 6 años y 8 meses preso. Uno no entendía. Después lo supe, cuando salí en libertad, es algo que no se habla mucho, pero en el año 84 se encontró en un cuartel de Villa Martel la orden de batalla firmada por Viola como jefe de Estado Mayor Conjunto en abril del 77, y ahí él cuenta claramente que la represión estaba dirigida a garantizar el éxito de Plan Martínez de Hoz. Por eso el objetivo de la represión centralmente era el movimiento obrero.
LCV: Vamos a centrarnos en el momento de tu desaparición y tu familia. ¿Cómo se manejaron en el momento? ¿Tenías mujer, hijos?
—No, yo estaba de novio, no estaba casado.
LCV: ¿Y tus papás?
—Mis papás, obviamente, sufrieron. Incluso hay una anécdota, porque tenían que hacer el habeas corpus, no sabían dónde estaba. ¿Y sabes quién me hace la habeas corpus? La que hoy es defensora general de la nación, Stella Maris Martínez, que era empleada de tribunales. Lo firma mi madre.
LCV: ¿Ellos también son peronistas?
—No, mis padres no. No tenían militancia política. Me vino todo desde afuera. Mi padre me decía que era toda la generación, él no tanto, pero mi abuelo fue exiliado, mi bisabuelo era uruguayo, todo. Y después tengo muchos piumatos en Brasil, que todos están en política en Brasil. Así que se ve que está en el ADN Piumato.
LCV: Encontramos un documento de la dictadura donde está escrito, es un documento original de la dictadura militar, donde hay un cuadernillo en donde se dan las instrucciones de cómo aplicarse contra delegados sindicales, específicamente.
—La orden de batalla debe ser.
LCV: Estamos a la búsqueda, en este momento complicada, de refuerzos económicos, para hacer ese documental, porque la verdad que es importantísima la memoria.
—Sí, porque vos fíjate que hoy, cuando aparecen los negacionistas, vuelven a plantear la teoría de los dos demonios, que acá hubo dos bandos enfrentados y donde el terrorismo de Estado pierde valor, porque hubo dos facciones. Yo creo que no. Hubo una dictadura donde lo importante para mí no fue el comunicado del 24 de marzo, sino el discurso de Martínez de Hoz el del 2 de abril porque ahí planteó que no venían a eliminar la subversión armada, como la llamaba, sino que venían a cambiar el modelo argentino, el modelo del Estado de bienestar. Entonces, la represión fue para garantizar ese cambio de modelo y por eso la mayoría de los desaparecidos provienen de la fila del movimiento organizado.
LCV: Cuando escuchás hablar, no tanto de negacionismo, sino de reivindicación, porque hay un sector del Gobierno que es reivindicatorio, sobre todo la parte económica, ¿verdad? Cuando ves que pasaron tantos años y el discurso que hoy escuchamos es casi como un déjà vu de escuchar a Martínez de Oz en la justificación de todo lo que está pasando ¿Qué sentís?
—Del tema del terrorismo de Estado, es que si vos reivindicás lo económico, también tenés que reivindicar… es decir, va de suyo, no son asesinos, no son genocidas, sino cumplieron un rol, diría yo, que no es el que ellos dicen, no vinieron a pacificar la Argentina sino a establecer este estado de injusticia.
LCV: Nosotros decimos que son asesinos y que son genocidas.
—Pero como yo digo siempre, mi crítica a estos 40 años de democracia es que siempre digo que no eran locos asesinos los militares, los militares vinieron a cumplir un plan. Entonces la principal imputación que le hago a la democracia y donde se gobernó a nombre del peronismo, es que no se modificaron las leyes por las cuales esos genocidas mataron tanta gente. Porque ellos mataron gente para aplicar las leyes de Martínez de Hoz y que hoy, a 42 años de democracia, tengamos 55% de pobres, mucho tiene que ver que sigue vigente, entre otras, la Ley de Entidades Financieras de la dictadura que hizo una modificación central, porque hasta el ahorro popular, es decir, el ahorro de todos los argentinos tenía dos motivos en el modelo peronista. Primero, financiar el consumo popular para que haya bienestar. Segundo, era la inversión pública, es el desarrollo del país. Y Martínez de Hoz, con su ley, transformó el ahorro de todos los argentinos en botín de la usura financiera. Entonces eso explica cómo la Argentina sigue produciendo riqueza, riqueza y cada vez tenemos más pobres porque se la están llevando con pala.
LCV: Y el compañero Caputo viene por ese lado.
—Pero además te digo, vos decís esto es la misma política, pero es peor la de este gobierno que la de Martínez de Hoz. Porque Martínez de Hoz tuvo el límite que le marcaban las Fuerzas Armadas con todo el aparato industrial de la Fuerza Armada, que era un aparato desarrollista.
LCV: Se llevaban a los delegados, pero las empresas seguían funcionando.
—Claro, ellos defendían eso. Entonces, ¿Qué hizo la dictadura? Desfinanció las empresas para permitir una futura privatización porque las endeudó. Pero esto es peor porque directamente nos liquida.
LCV: ¿Como está la situación de tu sindicato?
—Cuando tomamos el gremio en los ‘90, los judiciales estaban muy mal, los judiciales nacionales estábamos, dentro de toda la justicia, en el antepenúltimo lugar, solo cobraba menos que nosotros los judiciales de Catamarca y de Jujuy. Fue mucha lucha en ese tiempo porque la gente también estaba muy defraudada de su sindicato. Tuvimos que recuperar todo eso con mucha lucha, con mucha inteligencia, con conflictos largos, porque nosotros hasta peleamos en la época de de la convertibilidad y conseguimos aumento usando la autarquía. Usamos distintas estrategias y llegamos a un salario digno para toda la justicia. Allá por el 2009 cuando empezaban los aprietes a los estatales que les querían dar menos que la inflación, nosotros hicimos un convenio con la Corte para empezar a dar esto que ahora es normal por la inflación, que era los aumentos en tramos. Siempre estuvimos igual o por encima de la inflación. El compromiso que asumimos era defender el salario, es decir, jamás debajo de la inflación. Eso lo mantuvimos con mucha lucha incluso en el gobierno de Macri y lo mantuvimos hasta noviembre del año pasado. Ahora con este gobierno llevamos perdidos, neto un 22%, como todavía nos deben la recomposición del mes de julio, llevamos hoy en bruto 25,5% del salario que tenemos. Es mucho, porque por más que hayamos partido de un salario digno, toda la gente lo siente, lo siente en su economía. Estamos peleando firmemente como hemos hecho siempre, como he hecho con todos los gobiernos, porque a nosotros nos eligieron para defender los derechos de nuestros trabajadores. Yo pienso como Perón siempre, como decía Perón, que la justicia social se consigue en base a organización. Si podemos conseguir las cosas sin tener que luchar, mejor. Pero cuando la organización no alcanza está la lucha. Y bueno, nosotros hoy lo judiciales estamos luchando en todo el país para defender el salario.
LCV: ¿Mañana hay una protesta?
—Mañana hacemos un banderazo nacional que es una movilización prácticamente en todo el país y si no tenemos respuesta a las que queremos el día viernes estamos parando nuevamente 24 horas.
LCV: ¿Cuál es la demanda?
—Nosotros estamos peleando por la pérdida salarial. Este ajuste es absolutamente insoportable. No se justifica porque afecta la vida de todos.
LCV: ¿Han tenido muchos despidos?
—No, la justicia no. Mira, la justicia está colapsada. La justicia trabaja con menos gente. Está en una situación de emergencia. Habría que crear muchos cargos, así que nadie se le puede ocurrir despedir gente.
LCV: Convengamos que Milei no es muy razonable con eso.
—Pero la justicia es un poder del Estado. Es apretada presupuestariamente como son las universidades, con el presupuesto mismo del año pasado. Hay una situación crítica porque en todo caso, la justicia es autárquica. Tiene autarquía financiera. Un porcentaje de lo que ingresa, ingresa a la Corte, pero es ajustada a través del mecanismo de la autorización del cambio de partidas. Así que estamos en una situación muy crítica, pero es imposible pensar en reducir personal porque, como dijimos, cerramos la justicia. Bueno, no hay más justicia en la Argentina. Al contrario, son necesarias muy muchas cosas en la justicia, y esto no es solo responsabilidad de este gobierno, sino viene de falta de políticas claras en materia de justicia de muchos gobierno. Nosotros como gremio hace años que venimos planteando la necesidad de que haya un plan estratégico, que pongamos todo del perfil que deben tener los jueces, número de tribunales, las condiciones edilicias. Vos sabés que si la Justicia fuera una empresa privada, el 80% de los edificios estarían clausurados por no cumplir con la normativa vigente.
LCV: ¿Siguen con el tema ese de que toda la validez de determinados expedientes y causas y demás es si están en papel?
–-No, eso se avanzó mucho con la pandemia. Todavía no está el expediente digital en todos los lugares, pero ya está. Por eso hay muchos menos abogados que van a tribunales, porque las presentaciones son en forma electrónica. Acá hay una discusión importante en la justicia, porque algunos toman la comodidad de tomar las audiencias y nosotros pensamos que una cosa es la herramienta de la tecnología y otra cosa que nos reemplace, porque para mí la justicia trata de conflictos humanos y los conflictos humanos tienen que ser presenciales. Esta es la discusión que tenemos nosotros como gremio. La inmediatez no tiene reemplazo en la justicia. Pero es un debate que está porque algunos por comodidad prefieren esto, algunos magistrados, incluso.
LCV: Comodidad y también en el caso de los grandes estudios es más económico.
—A los grandes estudios obviamente les conviene, porque además todo lo que sea manejar desde la tecnología al abogado de a pie lo destruyen. Es decir, concentran el ejercicio de la abogacía. Pero la justicia no se puede considerar el interés de los poderosos, si no considerar las funciones que cumple por la Constitución. Es un control de los otros poderes del Estado y es la última expectativa del ciudadano común frente a un derecho conculcado.
LCV: ¿Qué piensas de la Corte Suprema?
—Yo creo que la Corte Suprema es la corte que tenemos.
LCV: Me suena a eso de que tenemos el gobierno que merecemos.
—El gobierno anterior se pasó dos años cuestionando la Corte Suprema mientras la gente se moría de hambre en la Argentina. Nosotros criticamos mucho eso porque creemos que la justicia no es el problema en la Argentina. A mí me preocupa cuando hay peleas internas entre los miembros de la Corte, que no son peleas políticas, sino muchas veces son por ego. Creo que la Argentina necesita una Corte que esté consolidada, porque es cabeza de un poder del estado fundamental que siempre he dejado de lado. Yo puedo tener mejores momentos con tal o tal juez, pero nadie puede decir que las decisiones de la Corte tengan responsabilidad importante en el drama que vivimos todos los argentinos.
LCV: ¿Por qué entonces este intercambio de favores que parece existir en la nominación de Lijo es algo que domina tanto el escenario nacional?
—Pero eso viene por la política. Mirá, acá hay mucha hipocresía, porque el primero que incumplió con las normativas vigentes fue el gobierno Alberto Fernández. El famoso decreto autolimitativo que sacó Néstor Kirchner en allá en el 2003, planteaba primero el tema del género no como una obligación, sino que había que tenerlo presente. Pero además daba 30 días para que se propusiera el reemplazante. Yo veo muchos que hoy critican la nominación de Lijo y 2 años a Fernández nadie le pidió que nomine a alguien. Nosotros sí, como gremio. Yo a Justicia le dije ¿por qué no manda? Pensando que iba a ser una mujer, obviamente hay tantas mujeres capaces. “No tenemos los votos”, me decía. No importa. Ahora, si vos mandas un mamarracho, no podés. Pero si vos mandas a una persona prestigiosa, después le tirás la pelota.
LCV: Y ese es el problema de Lijo, que no es prestigio.
—Si vos lees La Nación y bueno, pero si vamos creer todo lo que dice la Nación.
LCV: Pero La Nación, Página 12 coinciden en decir eso.
—Sí, mirá, cuando coinciden, sospechá. Después hablamos de Lijo, pero lo que te digo es que a las mujeres cuando protestaron, ¿por qué no le pidieron a Fernández que mande una mujer? Yo siempre pensé que este gobierno iba a mandar a una mujer.
LCV: Además porque dejaron en el camino, por jubilación o porque fallecieron, dos grandes mujeres juristas.
—Ahora cuando este gobierno, a mí no me consultaron, propone a Lijo, yo estoy de acuerdo con Lijo, porque Lijo viene trabajando con nosotros. Primero, es un hombre que conoce. Hace mucho tiempo que no hay en la corte un hombre que provenga de la justicia. Porque además, te vuelvo a repetir, no sólo tenés que fallar como juez, sino que sos la cabeza de un poder, tenés que ser profundamente, conocer profundamente la necesidad de la justicia. Y nosotros siempre, cada uno que llega, tenemos que esperar el tiempo que se aggiorne y entiendan.
LCV: Tuvo algunas causas, fallos controversiales con el tema de Derechos Humanos.
—Ninguno, por favor. Mirá, lo metió preso a Boudou. Vos decis que La Nación y Página 12 lo critican, pero todas las comunidades, los musulmanes, los judíos, todos lo apoyan. Entonces vos fíjate, bajó las adhesiones, tuvo 3700 adhesiones y muy poquito de cuestiones. Los que lo critican a Lijo son lobby poderosos, pero no representan el sentido de la comunidad. Te digo, nosotros lo conocemos bien a Lijo, porque además es director de los cursos que hacemos en la facultad de derecho, de delito complejo, de capacitación. Lo que sabe de delito complejo, cómo combatir el narcotráfico, la trata, todas las cuestiones, es una necesidad. No hay penalistas en la corte. Así que yo a Lijo le pongo una ficha.
LCV: Estela de Carloto también lo apoya, ¿verdad?
—Sí, lo apoyan todos. Pero se ha manejado bien. No tiene cosas. Le critican al hermano pero igual yo no lo conozco el hermano.
LCV: Dicen que va a haber cierta complacencia con algunas causas del dirigentes del pasado.
—No sé por qué complacencia, si estuviera ya lo hubieran votado todos, y fíjate que todavía se habla. Yo digo que hay que verlos caminando. Yo confío en que va a ser un excelente miembro de la Corte Suprema. A García Mancilla no lo conozco, no puedo hablar ni bien ni mal, no lo conozco. Pero de Lijo, viéndolo trabajar ahí con el tema, yo te puedo decir. Vos fíjate que todos los jueces, juezas, fiscales, todo desde adentro lo apoyaron. Y no es fácil eso, no es fácil, no es fácil tener apoyo interno.
LCV: Repetime las próximas movidas de protesta que hay.
—Mañana (martes) hacemos un banderazo nacional, que han adherido varias justicias provinciales que están enganchadas con nosotros y desde Ushuaia, Río Grande hasta Tartagal, Orán, donde hay cualquier sede judicial del poder judicial de la nación o los ministerios públicos nacionales, vamos a hacer un banderazo en cada lugar que es una movilización. El viernes, si seguimos sin solución, vamos a un paro de 24 hs en todo el país también, como hicimos el viernes pasado. La gente está muy enojada ya. Hay un clima de la gente que ve que el presidente diga que los trabajadores recuperaron salario, así como dicen los jubilados, y la gente antes lo dejaba, ahora la gente reacciona muy caliente.
LCV: ¿Vos crees que un paro general convocado por la CGT tendría adhesión?
—Sí, los gremios también están luchando. Hicimos un paro. La CGT tiene dos temas: es tan importante la resistencia a esto como plantearle al pueblo argentino una alternativa de futuro. Si el gobierno hoy todavía tiene los índices de adhesión que tiene, no es porque la gente esté conforme con esto, sino porque no quiere volver para atrás y no tiene una alternativa. Entonces es tan importante una cosa como la otra. Y la CGT está laburando en ambos sentidos. Y por eso, más allá de la CGT, los gremios que componen la CGT están defendiendo en cada lugar los derechos de sus trabajadores.
LCV: Vos sabes que nosotros le hacemos pagar peaje a los entrevistados que vienen por primera vez. Así que para cerrar contame cuál fue tu primer trabajo, qué edad tenías, si eras un jovencito, si eras un niño y si te acordás en qué gastaste la plata.
–-De muy joven, 14,15 años, iba a trabajar. Yo iba al Instituto Libre de Segunda Enseñanza que está en la plaza Lavalle, el Ilse, una formación realmente que estoy orgulloso. Entonces nosotros teníamos 15 días de vacaciones en invierno, pero en general teníamos, si salías bien en todas las materias, a mí me pasó siempre eso, teníamos cuatro meses de vacaciones, porque terminamos mediados de noviembre hasta abril casi. Entonces yo iba a trabajar a donde trabajaba mi padre, que era una fábrica de papel, Basú Sociedad Anónima, para tener plata para mis vacaciones. Así que trabajé los 15, es decir, no era un trabajo estable pero sí tenía mis cosas y todo. Me dejaban trabajar ahí, hice experiencia, trabajé en compra, trabajé en un montón de lugares de la empresa y me sentía bien porque tenía mis propios medios. ¿Qué hice con el primer sueldo? Me la habré gastado, no me acuerdo. Era muy chico.

Destacada
“Sin archivos no hay derechos”: la advertencia de Andrés Pak Linares ante el vaciamiento de la memoria estatal

El archivista y presidente de AFPA (Archivistas de la Función Pública Argentina) Andrés Pak Linares, advierte sobre los riesgos que corren los archivos públicos en un contexto de desfinanciamiento, desmantelamiento institucional y políticas que apelan a la desmemoria. Desde el Archivo General de la Nación hasta los organismos más pequeños del país, Pak Linares plantea que sin una política estatal sólida en materia archivística no solo se pierde historia: también se atenta contra la eficiencia del Estado y, sobre todo, contra el ejercicio pleno de los derechos individuales y colectivos. En diálogo con LCV, insiste en la necesidad de una política de archivos que trascienda gobiernos y coyunturas ideológicas, tal como sucede en otros países de la región.
LCV: ¿Cuáles son los riesgos que corren los archivos? Sobre todo en este momento, con este tipo de gobierno que apela a la destrucción y la desmemoria.
Andrés Pak Linares: “Bueno, nosotros desde AFPA , advertimos en un comunicado en abril de 2023 que todo estaba en peligro. Tristemente se fue cumpliendo esta visión que nosotros teníamos. Y lo vemos —para decirlo de una forma que se entienda, digamos— detrás de cada institución que se cierra o detrás de cada programa que se descontinúa, hay un archivo. Hay un archivo que recoge los documentos que dan cuenta de lo que hizo ese feminismo, de lo que hizo ese programa, ese funcionario”.
LCV: Ese funcionario también, por supuesto.
Andrés Pak Linares: “Claro, porque los archivos son los lugares donde se puso la documentación que refleja el accionar de las instituciones. Hay una trazabilidad de la historia que indica en qué gobiernos se cuidó más la memoria, en cuáles se cuidó más la cuestión archivística, se le dio visibilidad, se le dio formación a la gente.”
LCV: Recuerdo, desde que tengo uso de razón —y sobre todo desde que soy periodista— haber ingresado, y salvo los de la Biblioteca Mariano Moreno y algunos otros que son buenos en sí mismos, pero recuerdo el ingente trabajo de los archivistas para protegerlos del polvo, de los ácaros, de un montón de situaciones en donde uno dice: “Pará, eh, esto sin ir a otras cosas, como por ejemplo los fílmicos y los discos, que vos recordarás en la época del presidente Menem, por ejemplo, los archivos de Radio Nacional se tiraron todos a los containers de basura”.
Andrés Pak Linares: “No es fácil ponernos a hacer cuentas de lo que se ganó y lo que se perdió en los últimos años —a decir, no sé, 40 años—, hay muchos hitos, ¿no? Pero yo empezaría por acá: lo que nosotros planteamos desde AFPA es que lo que falta es una política estatal en materia de archivos. Política estatal, no gubernamental. Después podemos encontrar en los distintos gobiernos algunas acciones positivas, algunas negativas. Querríamos trascender eso a favor de la discusión por una política estatal, que es la responsabilidad estatal de la memoria. Y más que de la memoria, yo diría de archivos. Tenemos otra discusión. Las políticas de memoria útiles, buenas, que nosotros acompañamos y demás, tienen una correlación con las políticas de archivo. Si yo quiero una política de memoria eficiente, necesito una política de archivos eficiente. En ese sentido, y para nombrar hitos venturosos, entre el 2010 y el 2020 funcionó un programa de capacitación por el que pasaron más de 3000 agentes, más de 100 organismos públicos. Discontinuado. En los 90s, por ejemplo —para hablar de distintos gobiernos— durante el proceso de privatizaciones, y por el denodado esfuerzo de trabajadoras y trabajadores del Archivo General de la Nación y de otros archivos, bueno, el Archivo General de la Nación duplicó su patrimonio. Rescatando fondos de organismos privatizados.
LCV: ¿Cuáles serían las deudas de la democracia con la política de archivos?
Andrés Pak Linares: Lo que no tenemos del 83 para acá —para hablar de las deudas- es una actualización normativa, un reconocimiento de la profesión. Reconocimiento que tiene que, además de ver sueldos, verse en estructuras, verse en funcionalidad de los archivos. Entonces, más allá de señalar si este gobierno hizo esto, este gobierno hizo lo otro… nosotros vemos que hay una línea, por así decir, que no termina de instalar una política sólida.
LCV: ¿Cómo ves la política actual en ese sentido?
Estamos viviendo un denodado ataque a toda la estatalidad o a todas las —digamos— funcionalidades estatales, ¿no? Y en ese sentido no hay mucho para destruir. Está todo en peligro. Hay un peligro total, en todos los estamentos.”
LCV: Hay mucho para hablar, te digo, hay mucho para hablar y muy poco tiempo, porque yo te voy a pedir que en un minuto me definas la importancia que tiene —en un país— para su crecimiento intelectual, histórico, político y social, el tener los archivos y poder acceder a ese pasado nuestro que yo entiendo siempre enseña. Bien, en un minuto nada más.
Andrés Pak Linares: “Perfecto. Lo que nosotros planteamos —y esto quizás lo explique bien— es que los archivos tienen una triple función social. Una, la de preservar documentos que puedan oficiar de fuentes para el conocimiento del pasado. Otra, para la eficiencia administrativa. Y acá ya empezamos a abrir el juego: si yo quiero un Estado eficiente, más allá de la ideología o más allá de la dirección política que le dé, necesito archivos adecuados. Y una tercera, que dejo para el final y no es la menos importante: los archivos son el soporte documental para el ejercicio de derechos individuales y colectivos”.
LCV: “Totalmente”.
Andrés Pak Linares: “Entonces, si yo no implemento una política de archivo o directamente ataco la funcionalidad o servicios de archivos, estoy atacando directa o indirectamente —pero más directa que indirectamente— la posibilidad del ejercicio de derechos individuales y colectivos. Para poner un ejemplo de países vecinos: Brasil, hasta hace poco, tenía una política estatal en materia de archivos. Cambiaban los gobiernos —se iba Collor de Mello, venía Lula—, el director del Archivo Nacional de Brasil era el mismo. La CONARC, el Consejo Nacional de Archivo, era el mismo, seguía funcionando. A eso llamamos política estatal.
LCV: “Exactamente”.
Andrés Pak Linares: “Que trascienda las coyunturas. Que trasciendan las coyunturas y las ideologías”.
Destacada
Raúl Godoy, trabajador de la fábrica recuperada Zanon: “Nos están asfixiando”.

En un país donde las estadísticas borran a quienes resisten por fuera del mercado, el trabajador y dirigente ceramista, ex diputado del Frente de Izquierda, Raúl Godoy, levanta la voz desde el corazón de una experiencia que desafía las reglas del capitalismo hace casi 25 años. Zanon, la fábrica de cerámicos de Neuquén gestionada por sus trabajadores desde 2001, enfrenta hoy un escenario crítico: tarifas impagables, falta de crédito, desindustrialización y un Estado que nunca apostó por las gestiones obreras.
El viernes 13 de junio a las 17:30 hs en el Auditorio de ATE Nacional “Héctor Quagliaro”, ubicado en Moreno 2654, CABA, convocan a una reunión de solidaridad. En defensa de las gestiones obreras de Neuquén: Zanon, Ceramica Neuquen y Stefani de Cutral Co.
“El gobierno provincial con el uso de las fuerzas represivas: corto la luz y el gas a las cooperativas en plenos fríos. Paralizando asi toda la producción por lo tanto el sustento de cientos de familias. En la provincia de Vaca Muerta que provee energía a un tercio del país cortan los servicios a cooperativas de trabajo. Los trabajadores con un amplio apoyo de la comunidad vienen realizando manifestaciones en Neuquen, pero necesitan hacer visible esta situación a nivel nacional”, explicaron en un comunicado.
De paso por Buenos Aires para impulsar esa reunión de solidaridad y visibilización, Godoy analiza el presente de la cooperativa, recuerda el rol de los gobiernos que prometieron y no cumplieron, y apunta contra un modelo económico que prioriza a las multinacionales mientras deja caer a quienes producen sin patrón. “Lo que es verdaderamente utópico —advierte— es pensar que se puede sostener una cooperativa en medio de este capitalismo destructivo.”
LCV: ¿Dónde estás vos en este momento?
Raúl Godoy: Ahora, en estos momentos estoy en Buenos Aires. Estamos organizando una reunión para este viernes. Fue el pedido de los compañeros, se discutió en asamblea, para poder hacer visible nuestra lucha. Como bien decías al inicio, desde Neuquén siempre hay mucho silencio. Estamos en la Patagonia, lejos del centro político, por lo tanto, para hacer visible una lucha hay que venir hasta Buenos Aires. Entonces, bueno, acá preparando el terreno para poder hacer esta reunión de solidaridad y poder votar un plan de acción.
LCV: Contanos cuál es la situación que están viviendo en este momento en Neuquén.
Raúl Godoy: Claro. Las gestiones obreras, Zanon principalmente, pero después también Cerámica Neuquén, Stefani, y todos, somos parte de la lucha del 2001 en la Argentina, de ese momento donde surgieron y se multiplicaron las asambleas barriales, las ocupaciones de fábricas, gestiones obreras, cooperativas, etc. La gente se recordará lugares emblemáticos como el Bahuen, como Brukman. Fueron más de 250 fábricas y empresas que fueron ocupadas y puestas a producir frente al abandono de la patronal. Frente al cierre masivo de lugares de trabajo, mucha gente ocupó esos lugares y los puso a funcionar. Uno de los casos más emblemáticos fue el de Zanon, que venimos hace muchos años, ¿no? Ya el año que viene cumplimos 25 años, desde que se ocupó la fábrica y se puso a producir.
Bueno, estos años han sido de resistencia, de mucho trabajo. Al inicio, cuando empezó nuestro trabajo, tuvimos un momento donde las maquinarias estaban en buenas condiciones, veníamos con un cierto empuje, y logramos que las fábricas funcionaran, que ingresaran más compañeros y compañeras desocupadas a trabajar. Construimos una escuela, construimos un centro de salud, trabajamos muchísimo con la comunidad. Ahora, con el pasar de los años, los ajustes, una política peor que la otra, nos fueron asfixiando. No nos dieron jamás un acceso a crédito para renovar maquinaria. Entonces es como tener un taxi con un Ford Line, con un Torino, digamos. Es muy difícil seguir manteniendo una producción con fábricas que tienen más de 30 años de antigüedad. Han pasado los gobiernos, nunca accedimos, y ahora nos están apretando con los cuadros tarifarios. Con la política de Milei, de darle prioridad a las empresas multinacionales, nos vinieron a apretar. Y bueno, la parte más delgada de una economía son las cooperativas. No tienen espalda.
LCV: Respecto de la energía, escuchaba algo que tenía que ver con que si en la zona fría, que son ustedes, claro, tienen más de un medidor, significa que un medidor lo están usando de lujo. ¿No es posible que una cooperativa tenga dos medidores?
Raúl Godoy: Mirá, es incluso más complejo. Con las privatizaciones de los 90, que hizo el gobierno de Menem, quedó un desastre. Tenés una empresa que es la transportadora de gas, que es Camuzzi, una multinacional francesa que tiene el monopolio del transporte de gas. Pero además, tenés que contratar otra empresa que sea la proveedora. Ahí tenés una multitud de empresas, una peor que la otra, que especulan, la mayoría son multinacionales. En un momento tenía YPF la concesión, nos daba el gas, pero se retiró por zonas. Para que la gente se dé una idea de lo que estamos hablando, la boleta de gas es de 30 millones de pesos por mes.
LCV: ¿Y lo que gastás en sueldos para una cooperativa?
Raúl Godoy: Tenemos un sueldo básico, porque depende de la venta. En realidad, todos los primeros años de Zanon, los primeros 15 años, te diría, estábamos por encima, lejos, de lo que es el convenio ceramista en general. Siempre pudimos acceder, mientras la cooperativa funcionaba bien, a buenos sueldos. Cuando se empezó a deteriorar la economía, los sueldos los votamos en asamblea.
LCV: Entiendo. Pero lo que quería era que mi oyente entienda: 30 millones en gasto de gas y sueldos de cuánto.
Raúl Godoy: Estamos entre 300 y 400 mil pesos.
LCV: Me lo contabas de tal manera que pensé que me ibas a decir dos millones y medio. 400 mil pesos es una jubilación mínima.
Raúl Godoy: Exactamente. Por ahí si tenés una venta mayor se mejora y si no, no. No es estable. Al haberse caído tanto la producción y la economía en la cooperativa, se cobra lo que se puede. No todos los meses es igual.
LCV: En algún momento, ¿Zanon exportó?
Raúl Godoy: Sí, Zanón llegó a exportar, pero con mucho obstáculo. Hay mucha competencia. Había otras empresas que importaban directamente cerámicos más baratos, de menor calidad, y teníamos que competir. Las cooperativas, para nosotros, en última instancia, son lugares de resistencia. Mantenemos las fábricas abiertas. Pero debería ser un lugar de crecimiento, no de resistencia. Pero en un mercado capitalista absolutamente destructivo, no te dejan jamás.
De hecho, ningún gobierno nos permitió tener acceso a crédito para renovar maquinaria. Desde 2001 para acá, ninguno. Este gobierno menos. Este viene a liquidarte. Los anteriores te ponían un respirador. Este te lo quita y dice: “Si soportás, bien”.
Mirá, siempre cuento la anécdota: muchos estudiantes iban a Zanón a solidarizarse, estudiantes de economía, ingenieros. Uno de ellos era Axel Kicillof. Después llegó a ser ministro de Economía. Nunca pudimos acceder a un crédito, ni siquiera con él. Le vimos las caras a todos. Soluciones, a ninguno.
LCV: Le estoy preguntando esto a toda persona que fabrica algo. Con las importaciones abiertas, sin control, también se han abierto los controles de calidad y salubridad. ¿La cerámica tiene ese problema?
Raúl Godoy: Totalmente. Por ejemplo, Zanón fue la primera fábrica en Latinoamérica en fabricar porcelanato pulido. Con las importaciones empezaron a traer porcelanato chino, malísimo.
LCV: ¡Es el que se quiebra!
Raúl Godoy: Exactamente. Me alegra que lo digas vos, porque si lo digo yo parece parte interesada. Pero es verdad. Traían cerámicos malos, más baratos. La gente, con necesidad, compraba cualquier cosa. Imaginate planes de vivienda o empresas que hacen edificios: ponían lo más barato.
LCV: En los planes de vivienda del peronismo, las casas de obreros eran de materiales de calidad. Hoy el Estado te pone material barato. También hay una mirada política en eso.
Raúl Godoy: Sí, hay una decadencia generalizada. En Neuquén, que tiene mucha renta petrolera, ya no hay planes de vivienda. O están terciarizados. Nosotros planteamos que se estatizara la fábrica y, con control estatal, dedicar nuestra producción a viviendas. El gobierno proveía materia prima, maquinaria. Nosotros laburábamos. Gestión obrera. Ese fue el proyecto. No llegamos. Nadie quiso.
LCV: Nadie. Ni los más peronistas, ni los más socialistas.
Raúl Godoy: Logramos la cooperativa, sostuvimos el equipo, la fábrica abierta, trabajamos con la comunidad. Pero ese proyecto más amplio no se concretó.
LCV: Del 2001 al 2005 hubo una especie de “moda Zanon”. ¿Qué opinás de esos enamoramientos fugaces de la cultura “woke” que luego los abandonan?
Raúl Godoy: Yo creo que el título sería: No me arrepiento de este amor. Lo que hicimos en Zanon fue impresionante. Hasta 2009, cuando llegó la crisis de Lehman Brothers, tuvimos un golpe fuerte. Se encareció la energía, tuvimos que apagar un horno.
LCV: ¿Quién era el ministro de Economía?
Raúl Godoy: No me acuerdo. Pero fue un golpe. Afectó a toda la economía. Pero lo importante es que Zanon fue una gran prueba de cómo los trabajadores podemos gestionar. Se creó una escuela, se trabajó con pueblos originarios. Acá, siempre que hay crisis, los patrones dicen “cierro”. Pero ahora saben que los trabajadores pueden ocupar la fábrica. Eso quedó. Eso está en la conciencia de miles. Y también en la de los patrones.
Hay una empresa, Madigraf, que era de un fondo buitre. Amenazaban con cerrar. Los compañeros grabaron un video con un fantasma que decía “Zanon” en el pecho. Terminó siendo cierto. Ocupada y puesta a producir. Hoy es cooperativa. Produce en el parque industrial de Pilar. Frente a Ford, con 5.000 obreros.
LCV: El tiempo está a favor de los pequeños.
Raúl Godoy: Esperemos. Ninguna lucha fue en vano. Lo que sí es utópico es tener una cooperativa y pensar que, en este capitalismo destructivo, vamos a prosperar. Eso sí es utópico. Pero pensar en un país cooperativo, más grande, es lo único que nos puede salvar de esta barbarie.
Destacada
“El peor momento del periodismo argentino en democracia”: Inés Hayes denuncia persecución, censura y violencia estatal

En el marco del Día del Periodista, Inés Hayes —periodista, escritora y editora de La Columna Vertebral— conversó con LCV sobre el informe que elaboraron para visibilizar la grave situación que atraviesa el periodismo en Argentina. En una entrevista cruda y comprometida, Hayes advierte que “en 40 años de democracia, nunca hubo un ataque tan directo de un gobierno hacia quienes ejercemos esta tarea”. Denuncias de represión, estigmatización, uso de trolls oficiales, precarización laboral y una creciente violencia contra la prensa atraviesan su análisis. La entrevista también subraya la necesidad de sindicalización, unidad gremial y solidaridad para enfrentar un contexto que pone en riesgo no solo a los y las periodistas, sino a la democracia misma.
LCV: “¿Qué es lo que han presentado para este Día del Periodista?”
Inés Hayes: “Bueno, hicimos un informe sobre la situación actual del periodismo, eh, y decíamos que en 40 años de democracia nunca había habido un ataque tan directo de un gobierno hacia quienes ejercemos esta tarea”.
LCV: “En ese sentido, ¿podemos ser más concretas? ¿Cuáles son todas las excepcionalidades que hacen que este sea el peor momento de la historia del periodismo argentino?”
Inés Hayes: “Sí. Mirá, por un lado, nunca se ha reprimido tanto y tan directamente a la prensa. Bueno, sabemos que Pablo Grillo estuvo en riesgo su vida, el fotoperiodista que estaba en el Congreso, como bueno, como van todos los fotorreporteros y los periodistas los miércoles a cubrir las movilizaciones de los jubilados y las jubiladas, que lo único que hacen es exigir salarios que les permitan vivir después de haber trabajado toda la vida. Esa es una de las excepcionalidades: la represión tan directa. Y después, la estigmatización a periodistas de todos los arcos ideológicos, desde Ari de El Destape, hasta Alconadamón, hasta Pani. Eso es una excepcionalidad. O sea, yo eso sí lo veo como una excepcionalidad: el tema de tomarse la molestia —que a veces se judicializa y otras simplemente se tira en las redes para la cancelación y el escarnio— el nombre de un periodista, y le dicen a él… bueno, digo, lo de Grillo es una tremenda desgracia que creíamos erradicada en el tiempo. Pero yo no puedo dejar de olvidarme en el Día del Periodista, eh, digo, de José Luis Cabezas, quien no la pudo contar y que también fue víctima de una agresión desde el costado político de nuestro país, digamos, con matices impresionantes y encima con su gente en libertad. Digo, los periodistas argentinos tenemos una larga matriz, una larga historia, quizás desde Moreno que lo tiraron al agua en adelante, de intentos de hacernos callar o de hacernos morigerar lo que pensamos. Últimamente, el insulto, “ensobrados” o “mandriles”, o no sé, todo ese tipo de cosas… y la utilización de las redes creo que es lo que potencia en modo exponencial esta situación. Porque cualquier anónimo hijo de vecino, que está en su casa sin tener nada que hacer, mañana decide que vos o yo somos sujetos de odio para ser.
LCV: “¿Qué rol le das a las redes, al anonimato de las redes, a la ejecución de esta persecución de odio?”
Inés Hayes: “Sí. Eh… creo que otra excepcionalidad es esa, ¿no? Es cómo el gobierno usa las redes. El periodista mismo ataca desde X como si fuera un ciudadano común y no el presidente, que llama a odiarnos, como vos decías. Y tiene todo un ejército de trolls manejando las redes también, eh, no haciendo periodismo, sino propaganda”.
LCV: “Que me parece que también está bueno diferenciar el periodismo de la propaganda”.
Inés Hayes: “Absolutamente. Y no tienen supuestamente presupuesto para aumentar las jubilaciones mínimas, pero sí tienen presupuesto para tener un ejército de trolls odiadores de los y las periodistas”.
LCV: “Sí, eso es muy impresionante”.
Inés Hayes: “Si vos te metés en inteligencia artificial y preguntás causas y consecuencias de las agresiones contra periodistas, inteligencia artificial te devuelve una respuesta muy interesante que dice que la primera consecuencia de las agresiones a los periodistas es el impacto negativo en la libertad de prensa, la difusión de información y, con esto, se decreta la muerte a la democracia”.
LCV: “La inteligencia artificial la tiene clara. ¿Vos creés que nuestra clase política la tiene clara?”
Inés Hayes: “Bueno, una de las cuestiones que marcamos en el informe es justamente pedirle al Poder Ejecutivo que cese con las agresiones, al Poder Judicial que investigue y que dé curso, por ejemplo, a quien le disparó a Pablo Grillo —o sea, que se haga responsable y pase lo que tenga que pasar con esta persona. Que nos cuiden también las fuerzas, que las fuerzas de seguridad del Estado no están para pegarnos ni pegarles a los jubilados, sino para supuestamente cuidar a la ciudadanía. Bueno, que cumplan con su deber. Y a las empresas periodísticas también, que nos protejan cuando vamos a cubrir estas movilizaciones, que nos den los elementos necesarios: casco”.
LCV: “Bueno, parece que vamos a una guerra. Es tristísimo, pero vamos a cumplir con el deber de informar, ¿no?”
Inés Hayes: “Y además te hago un paréntesis en el medio. Aquellos medios como el mío, como el nuestro, como el que tenemos con el equipo de La Columna Vertebral, que no tenemos ninguna posibilidad de tener cascos, chaleco antibalas, y un montón de situaciones que vemos a los compañeros de los medios grandes que van previstos… Nada. Somos la captura fácil de los grillos de la vida. Grillo también era un “frilo”, un freelance. Así que este pedido incluye a los compañeros que están en los medios más, digamos, importantes. Los medios como los nuestros, que son importantes en lo que dicen, pero que tienen recursos escasos, no tienen manera de ofrecer esa protección. Bueno, el tema sería, en la medida de lo posible, sindicalizarse, porque los sindicatos también están tratando de dar respuestas a los que vamos a cubrir en la calle, no solo las empresas periodísticas, ¿no? Y a las empresas también les pedimos que paguen salarios que estén acorde a lo que sale vivir. Porque no pueden pagar 500.000 pesos —diarios conocidos como Página 12 o Perfil“.
LCV: “¿500.000 pesos por mes?”
Inés Hayes: “Por mes, sí, claro. Digo, por 8 horas diarias, 500.000 pesos por mes”.
LCV: “Disculpame, ¿qué es lo que el sindicato provee? ¿Proveen chalecos? ¿Proveen cascos?”
Inés Hayes: “Sí, están proveyendo ahora cascos y elementos de cuidado para ir a las movilizaciones, porque nosotros estamos todos sindicalizados en SiPreBA”.
LCV: “No teníamos esa información”.
Inés Hayes: “Ah, salió hace poquito. Salió la información por correo”.
LCV: “¿Cómo nos encuentra a los periodistas? ¿Nos encuentra unidos? ¿Nos encuentra temerosos? ¿Hay periodistas y hay propagandistas? ¿Cómo es el panorama que me podés mostrar?”
Inés Hayes: “Por lo que nosotros estuvimos viendo cuando hicimos el informe, y los videos que circularon en las redes nuestras, hay una unidad frente a este peligro de la libertad de expresión. O sea, el riesgo que está corriendo la libertad de expresión, y por ende la democracia. Hay una unidad porque es transversal, como decíamos al principio. Y además hay una unidad de las organizaciones: estuvo COPEA, SiPreBA, la directora de la carrera de comunicación de la UBA… Estamos todos juntos y juntas en esta lucha por visibilizar lo que está pasando con el periodismo. Y también lo que queremos decir es que el periodismo garantiza la democracia, el estado de derecho. Y que cuando se persigue al periodismo, también se persigue al estado de derecho y a la democracia”.
LCV:” Obviamente. ¿Cómo creés que lo toma la gente, quien nos escucha, quien nos consume? ¿Se da cuenta? ¿Hay un ida y vuelta?”
Inés Hayes: “Piensan que es un tema de tribu, de sector. Y eso es lo que nosotras tratamos de romper con este informe. Por un lado, decir que somos todas trabajadoras. Por otro lado, que estamos sufriendo el ajuste como toda la sociedad. Y por otro lado, ponerlo sobre la mesa para que no solo lo debatamos quienes trabajamos en comunicación, sino toda la sociedad. Porque lo que decimos nosotras es que el derecho a la información y a la comunicación es de toda la sociedad, no solo de quienes ejercen el periodismo o ejercemos el periodismo. Yo supongo que gracias a programas como el tuyo, que lo está visibilizando, y otros, de a poquito puede llegar a ser un tema de debate común y no de nicho”.


“Sin archivos no hay derechos”: la advertencia de Andrés Pak Linares ante el vaciamiento de la memoria estatal

Raúl Godoy, trabajador de la fábrica recuperada Zanon: “Nos están asfixiando”.
