Entrevistas
Pablo Flores: Cerrar la AFIP es como darle ‘zona liberada’ a los evasores
El Secretario General del sindicato que reúne a los trabajadores de la AFIP pasó este lunes por La Columna Vertebral, horas antes de que se decretara la conciliación obligatoria para que cese el plan de lucha de ‘apagones informativos’ y no puedan participar del paro de 24 horas del miércoles. “La verdad es que cuesta pensar cómo actúa y por qué actúa el gobierno. Sabemos que no es de la política tradicional. Es muy difícil pensarlo en esos términos. Un gobierno que necesita dinero y que plantea el déficit cero, tiene un plan económico en el que la recaudación viene cayendo por la caída de la actividad y con esto conmociona al organismo que está prácticamente en una parálisis, más allá de la medida que tomamos los gremios”, explica Pablo Flores, Secretario General de la AEFIP, quien no sale de su asombro ¿Qué busca el gobierno? “Nosotros desde que escuchamos la campaña de Milei, cuando decía que iba a destruir el Estado, que iba a hacer la reforma laboral, cuando hacía esos discursos donde decía que cobrar impuestos era un delito y que los fugadores eran héroes, eran todos mensajes que nosotros tuvimos una posición política en defensa del Estado, en los derechos laborales y de nuestra actividad, la actividad tributaria, fiscal, porque nosotros creemos en otra cosa.” Desmiente las cifras siderales sobre los sueldos de los empleados del organismo: “el promedio entre los pocos sueldos altos y la mayoría de la trabajadores es de 3 millones”. En este momento hay más de 3.000 trabajadores desvinculados. Flores denuncia una persecución política, y aclara que hay menos trabajadores en el 2024 que el el 2019. “La verdad que acá entra personal en todos los gobiernos. Esta locura de perseguir políticamente. En el periodo de Macri entraron 2100 trabajadores y siguen trabajando. ¿Qué debería haber pasado? ¿Debería haber venido el otro gobierno y los debería haber echado? Formar un profesional cuesta muchísimos años, no es que entran con el saber de la facultad y están listos para enfrentar los grandes estudios. La verdad es que se van formando con los propios trabajadores de adentro. Hoy se están jubilando muchos trabajadores que no van a poder transmitir su conocimiento.”
Escuchá la entrevista completa realizada por Nora Anchart el 28 de octubre de 2024
LCV: ¿Qué significa para el usuario y para el Estado Nacional un deficiente organismo en el marco tributario?
—En principio, nosotros decimos que esta disolución de la AFIP y este desmantelamiento que proponen es un premio a los evasores la verdad, porque no tenemos detalle de cómo va a ser el próximo ente recaudador. Lo que venimos planteando es que esto es similar a que si el gobierno retira a la policía de las calles, es zona liberada. Bueno, esto es lo mismo. Si la AFIP tiene menos poder de fiscalización, va a tener menor poder de recaudación. No se van a poder brindar los servicios que se brindan, todo lo que sostiene el Estado, lo sostiene con la recaudación nacional. La verdad es que cuesta pensar cómo actúa y por qué actúa el gobierno. Sabemos que no es de la política tradicional, es muy difícil pensarlo en los términos de ello. Un gobierno que necesita dinero y que plantea el déficit cero, viene con un plan económico que la recaudación viene cayendo por la caída de la actividad y con esto conmociona al organismo que está prácticamente en una parálisis, más allá de la medida que tomamos los gremios.
LCV: ¿Quiénes son estos 21 funcionarios que estaban arriba? ¿Quién elige a esos funcionarios? ¿No son de carrera o son de carrera?
—Primero los nombra el gobierno, al administrador federal, en este caso a la señora Misrahi la nombra el administrador federal y ella designa después. Puede designar personal de afuera, puede designar personal de adentro, con capacidad y conocimiento de lo que tienen que llevar adelante, pero evidentemente están fuera de convenio. Esos salarios la verdad que los tienen que explicar ellos. Nosotros podemos explicar los de los demás 20 mil trabajadores que están en las escalas de los dos convenios, tanto de la aduana como los nuestros, y nada tienen que ver con esos sueldos millonarios. Sí están acorde a lo que cobran los trabajadores de la actividad tributaria. Esto es como cuando cuestionan a por qué gana tanto un piloto de avión. Bueno, quizás se lleva 500 vidas en sus manos y es una tarea súper profesional. Nosotros decimos que un inspector que va a fiscalizar a las grandes corporaciones, a empresas que se dedican a la evasión fiscal, desde el crimen organizado incluso, porque las maniobras de lavado de dinero y todo, digamos, hay corporaciones que tienen estudios contables enteros, sin embargo nuestros trabajadores van solo con su alma y los fiscalizan. Preparar un trabajador de esa naturaleza cuesta mucho y la firma de esos compañeros cuesta mucho. Entonces, tiene que estar pagada acorde. Yo imagino que nadie quiere que un trabajador que va a fiscalizar en las grandes corporaciones, salvo que tenga interés en la propia corporación, gane 600 mil pesos. Bueno, eso son la realidad de los salarios, que este año vienen congelados, que nos bajaron la alícuota de la apropiación. Lo demás es una desnaturalización de la información por parte del gobierno.
LCV: Lo que hay que decir es que hay un 70% de la población de los trabajadores de AFIP que son calificados. El promedio de un sueldo está en el millón y pico hasta más arriba de acuerdo a las escalas.
—El promedio de la planta, dentro de todas las escalas de los convenios, son 3 millones y medio.
LCV: Entre el mayor y el más grande.
—Claro. Son pocos los más que están más altos y muchos los que están más abajo. Quizás alguien que escucha dice bueno, es un buen salario, pero por las manos de nuestros trabajadores pasan millones de pesos y la verdad las administraciones tributarias del mundo tienen esta calificación..
LCV: ¿Solamente trabajan el tema de recaudación, inspección o cuáles otras son las tareas que tienen que llevar a cabo AFIP?
—La AFIP es un organismo complejo que trabaja muchísimos temas. Nosotros, de hecho, le recaudamos a las provincias, le damos servicio a las provincias, a los municipios, trabaja toda la cuestión de convenios internacionales. Esto no es simplemente un trabajo administrativo. Acá hay mucha complejidad en el organismo tributario. Y lo que decías vos al principio, los tributos los definen por ley en el Congreso. Nosotros solamente llevamos la tarea de llevar adelante las leyes que se producen en el Congreso. Porque acá hay una confusión en este festejo de que van a pagar menos, quizás pagan menos los que más tienen, porque lo que están haciendo es relajar los controles que deberían estar justamente siempre a la mayor eficiencia posible.
LCV: Se están llevando a cabo medidas como, por ejemplo, el paro informático que es de 10 a 12. ¿Qué significa y cómo se traduce esto en las distintas fuentes que tienen que servir la AFIP en este paro de 2 horas?
—2 horas fueron miércoles, jueves y viernes la semana pasada. Hoy y mañana son 4 horas, y el miércoles va a ser paro general de 24 horas. La medida de fuerza es parcial, incluye un apagón informático, que como el organismo está altamente informatizado, obviamente la gran mayoría tiene una computadora para procesar datos, para llevar adelante su tarea. Bueno, obviamente si el trabajador apaga su computadora, todo el trabajo empieza a ralentizarse, desde los menos complejos a los más complejos. La AFIP realiza la recaudación de IVA, ganancia, a de obras sociales, la de las jubilaciones; acá hay una cuestión que aparte es la transmisión online de mucho dinero a las cuentas de los servicios que recaudamos. Esto empieza a resentirse dentro del organismo.
LCV: El de 24 horas me impresiona porque son 24 horas sin recaudación en todo el país.
—Después los anuncios del vocero presidencial, que salieron incluso en un comunicado oficial de presidencia, tenemos más de 3100 desvinculaciones con una estigmatización política por haber entrado en un gobierno determinado, en el anterior. La verdad que acá entra personal en todos los gobiernos. Esta locura de perseguir políticamente, registrar, aunque piensan todos de una manera políticamente, primero que nosotros nos consta que no es así, pero después es una locura estigmatizar a un trabajador porque entró en un periodo de gobierno. Vuelvo a decir, en el periodo de Macri entraron 2100 trabajadores y siguen trabajando. ¿Qué debería haber pasado? ¿Debería haber venido el otro gobierno y los debería haber echado? Formar un profesional cuesta muchísimos años, no es que entran con el saber de la facultad y están listos para enfrentar los grandes estudios. La verdad es que se van formando con los propios trabajadores de adentro. Hoy se están jubilando muchos trabajadores que no van a poder transmitir su conocimiento. Este déficit que hubo, y sobre todo lo hubo en la pandemia, que es donde menos personal ingresó, obviamente que se cuestiona que después hubo un ingreso mayoritario. La verdad que fue una recuperación que hizo el organismo de una planta estable que se viene manteniendo muchos años.
LCV: ¿Y hay menos ahora trabajadores que en el 2019?
—Sí, somos menos que en el año 2019.
LCV: ¿En qué consiste el ARCA de Noé que armaron? ¿Es algo diferente a AFIP? ¿A ustedes alguien les informó de qué se trata? ¿Hay un proyecto, una idea?
—Este anuncio que hizo el gobierno fue el lunes anterior, obviamente nuestra reacción fue inmediata, hicimos asambleas generales, tanto en la sede de la aduana en Azopardo como en la AFIP central y en todas las regionales del país. Los gremios obviamente de las asambleas determinaron iniciar medidas de fuerza que fueron parciales, paros de 2 horas, porque sólo estaban los anuncios. ¿Qué pasó el viernes? Cuatro días después salen los decretos, pero los decretos solo nombran a las autoridades que continúan, a la señora Misrahi y a los nuevos directores de DGI y DGA, dan una serie de considerandos y le dan la potestad para que en 60 días saquen una nueva reestructura. Ese viernes le pedimos una reunión con urgencia, la administradora evaluó que no era urgente que nos reunamos, tuvimos una reunión hoy. Sin embargo, hoy no tenemos detalles. Hace 10 meses que están en el organismo y no puede darnos detalle de cómo cree que va a funcionar la AFIP. Evidentemente, es un gobierno, particularmente por lo que nos toca a nosotros, que quiere gobernar con todas las decisiones en forma unilateral, sin consultas, aunque esto le afecte a los trabajadores. A ellos les gustará o no, pero los sindicatos son instituciones de la democracia y a ellos los eligió el pueblo argentino, nosotros los reconocemos, pero a nosotros nos eligieron los trabajadores para defender sus intereses.
LCV: Incluso entre los mismos trabajadores de AFIP debe haber votantes de Milei que se deben estar tropezando ahora con esta historia que no imaginaron, supongo yo, en ningún momento.
—Esto corre por mí, personal, pero yo creo que no solo en la AFIP, en todas las actividades, la gente tiende a disociar lo que piensa en la política y lo que le pasa en el mundo laboral, cree que van por separado. Sin embargo después se encuentran con esta realidad. Nosotros desde que escuchamos la campaña de Milei, cuando decía que iba a destruir el Estado, que iba a hacer la reforma laboral, cuando hacía esos discursos donde decía que cobrar impuestos era un delito y que los fugadores eran héroes, eran todos mensajes que nosotros tuvimos una posición política en defensa del Estado, en los derechos laborales y de nuestra actividad, la actividad tributaria, fiscal, porque nosotros creemos en otra cosa. Bueno, los resultados fueron los que fueron. Y hoy muchos de los que están sufriendo las consecuencias de la política, como decís vos, seguramente han votado en la política algo que creen que no le va a tener una consecuencia en su realidad laboral inmediata.
LCV: Hay una gran disociación. Los sindicatos son malos per se, son gente mala per se, pero hoy necesito del sindicato, porque si no, ¿quién sale a pelear la mía?
—Es que pasaba una cosa ya en aquellos momentos de campaña, cuando le preguntaban a la gente ¿Vas a votar a un candidato que dice que va a destruir el Estado? Y mucha gente decía bueno, no, en realidad yo le voto por otra cosa, pero eso no se lo van a dejar hacer. ¿A quién se refería la gente cuando decía no se lo van a dejar hacer?
LCV: En este momento, la enorme orfandad que tiene la parte del pueblo argentino que no votó a Milei es no saber de qué se agarra. La única cosa sólida que le queda a su alrededor, con todas las discusiones que puedan tener, es el sindicato al que pertenece. ¿Está haciendo un trabajo de cirujano Milei con respecto al tema este de la ausencia de oposición? ¿Ha logrado romper todos los diques o crees que hay una manera de salir?
—Creo que el gobierno de Milei, en su conjunto, desprecia el sistema que representamos los sindicatos porque está totalmente opuesto a lo que plantean ellos, a una economía de mercado en estado puro, con especulación financiera. Obviamente nosotros somos una barrera para llevar eso adelante. Nosotros creemos en una cosa más armónica, en que todos los actores de la sociedad nos pongamos de acuerdo y que equilibre el Estado para llevar adelante un desarrollo con algunas cuestiones donde primen la solidaridad y que los que más tienen, puedan, por ejemplo en el tema fiscal, aportar más que el que menos tiene. La verdad es que la política en general, todos tenemos que hacer una autocrítica porque llegamos a un esquema demasiado extremo del cansancio, de la política, del descreimiento y nosotros en este esquema, te lo digo como un compañero, un secretario general que está centrado en el consejo directivo CGT, la verdad es que nosotros creemos que hay que sostener la unidad, pero bueno, cada vez se hace más difícil. Hay organizaciones que creen que hay que dialogar y hay otras que creemos que vamos a dialogar con los que no quieren dialogar y con los que desprecian lo que representamos finalmente, porque acá no hay ningún ámbito genuino para llevar adelante estas discusiones.
LCV: Igual queda claro que lo que estás diciendo es en la política y que si al sindicato lo llaman a seguir negociando, va a seguir negociando porque esa es tu representatividad. Pero lo real es que una cosa es sentarse dispuesto a ceder y otra cosa es sentarse a defender intereses.
—Obviamente que nosotros esperamos una mesa de diálogo porque nosotros necesitamos soluciones concretas para nuestros trabajadores. Nosotros hoy estamos enfocados en defender las 3 mil y pico de fuentes de trabajo, que en realidad es un mensaje de gobierno, en realidad queremos garantizar las 20 mil.
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“18 años de proscripción, memoria y militancia: conversación con Gustavo Campana”
El periodista Gustavo Campana reconstruye recuerdos personales y políticos alrededor del 17 de noviembre de 1972, fecha del regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina tras 18 años de exilio. Desde la mirada de un niño de 10 años que seguía los acontecimientos desde un televisor en blanco y negro, hasta el análisis histórico de la resistencia, la militancia, el rol del movimiento obrero y las operaciones del poder real, Campana hilvana una lectura profunda del período y de sus continuidades hasta el presente. La charla, atravesada por testimonios personales de quienes vivieron la época, permite comprender por qué el Día de la Militancia es, además de una efeméride, una narrativa colectiva de lucha, memoria y disputa política.
LCV: “¿Dónde estabas vos el 17 de noviembre de 1972?”
Gustavo Campana: “Cumpliendo 10 años y mirando desde el televisor en blanco y negro de mi casa lo que sucedía en Seisa y en sus alrededores. Lo vivía desde un lugar particular, porque el decreto 4161 nos había marcado.
Nací en el 62, por lo tanto Perón era el hombre prohibido, el que no se podía nombrar. Era ese peronismo que, en la clandestinidad, le contaba todos los días al pueblo que seguía vivo.
A principios del 72, finales del 71, empezó a aparecer a través de los noticieros que levantaban un poco la persiana de la censura. Eran esos reportajes donde le preguntaban: ‘¿Qué va a hacer usted para volver?’ ‘Nada. Todos mis enemigos.’ ‘General, durante tanto tiempo hubo gente que quería que usted se muera y hoy no quiere que se refríe.’ ‘Se están acordando tarde, porque ahora me estoy muriendo.’
Todo eso llegaba al living, al televisor sin control remoto y en blanco y negro, y atravesaba a un pibe de 10 años por todas partes.”
LCV: “¿Qué impronta había en tu casa? ¿Qué opinaba tu madre mientras cocinaba o tu padre? ¿Qué les provocaba ese regreso?”
Gustavo Campana: “Mi viejo había sido obrero gráfico y militante socialista. En ese momento trabajaba como portero en Belgrano. No le daba para ser antiperonista, pero estaba cerca. Mi mamá era más silenciosa, pero la información entraba por todos lados.
Y había algo claro: un año después mi viejo no votó ni a Cámpora ni a Perón. Seguramente votó a Corvalán en marzo del 73. En la segunda vuelta no sé; estaba mal. No tan mal… pero por ahí andaba.”
LCV: “Antes de ir al país al que vuelve Perón, una pregunta importante para quienes son jóvenes: ¿por qué el 17 de noviembre se transforma en el Día de la Militancia?”
Gustavo Campana: “Porque ‘lucharon y volvió’. Ese es el dato central.
En ese ‘lucharon’ hay una mixtura entre la resistencia peronista, que se pone de pie tras el golpe del 55, y la juventud maravillosa que se suma a fines de los 60, en el trasvasamiento generacional del que hablaba Perón en sus entrevistas con Pino y Getino.
La Juventud Peronista fue clave, pero no fue la única: estaba el trabajo de la resistencia del 56, el Plan Conintes, la pelea en la calle de los grupos armados —Uturuncos, FAP, Montoneros—, la tendencia, la CGT, el corazón peronista de la CGT de los Argentinos, y el Cordobazo con Atilio López.
Todo ese encadenamiento de hechos empuja a un régimen en decadencia, la tercera etapa de la Revolución Argentina, que había pasado por Onganía, por el experimento breve de Levingston y finalmente por Lanusse.
Todos necesitaban a Perón, propios y extraños.”
LCV: “Estamos haciendo un documental sobre sindicalistas desaparecidos. Ricardo Vaschetti nos decía que desde el minuto cero en que se abrió el proceso electoral que llevó a Cámpora ya se estaba armando el golpe del 76. ¿Coincidís?”
Gustavo Campana: “Sí. El golpe del 76 es un objetivo claro, sobre todo después de la muerte de Perón.
El Grupo Ascuénaga —Martínez de Hoz y compañía, reunidos en un petit hotel de la calle Ascuénaga, propiedad de Blaquier— empieza a tejer la política económica que después se aplicará, respaldada por Rockefeller, el Chase Manhattan Bank y Kissinger.
Después del 11 de septiembre del 73, con el golpe en Chile, se consolidó el Plan Cóndor y la decisión del poder real de cambiar la matriz económica: de un país industrial, con trabajo a tres turnos y 2% de desocupación, a un país rentístico-financiero dedicado a la especulación.
La implosión del país no empieza en el golpe: tiene una etapa anterior, el Rodrigazo, armado por la derecha liberal.”
LCV: “Incluso a nivel leyes: la de represión a movimientos subversivos en espacios sindicales sale en el 74.
Pero volviendo al 72: Cámpora dijo que la primera medida económica de Perón sería la independencia del Fondo Monetario. ¿Qué significa eso?”
Gustavo Campana: “Perón logró durante 9 años que la Argentina no ingresara al Fondo Monetario. Entre 1946 y 1955 fuimos el único país de América Latina que no entró en la institución creada en el 44.
Estados Unidos sabía que Perón era un mal alumno para el orden mundial de posguerra.
En ese período construyó la industria nacional, desarrolló ciencia y tecnología propia y consolidó derechos laborales.
El golpe del 55 tuvo como tarea desarmar todo eso. Fueron 14 toneladas de explosivos en Plaza de Mayo, más el golpe, más los fusilamientos del 56, para poder entrar al Fondo Monetario en el 57.
No es un dato menor. Junto con el Banco Mundial iban a regir los destinos económicos de América Latina.”
LCV: “Cada vez que charlamos pienso: ¿cómo hacer para que seas columnista de La Columna Vertebral? Con vos uno dice ‘plum’ y aparece toda la historia detrás.
Feliz Día del Militante.”
Gustavo Campana: “Para ustedes también. Vamos a seguir encontrándonos en estos espacios.
Y veremos si las chicas de La Columna Vertebral logran seducirme para sumarme.
Un abrazo inmenso.”
LCV: “Quiero cerrar con algo. Yo soy exactamente la generación intermedia: entre el pibe del televisor blanco y negro y la resistencia. Estaba intentando llegar a Ezeiza esa mañana.
Un compañero me decía: ‘¿Dónde estabas vos?’ Yo no pude llegar. ¿Te acordás cómo nos mojamos?
Cada uno tenía su anécdota. La mía es así: le dije a mi mamá que iba a estudiar a la casa de una compañera. Me quedé a dormir. Lluvia torrencial, barro, policía que nos corría, volvimos llenas de barro. Y cuando llego, mi mamá me dice: ‘Yo sabía quién lo tiró.’ Nos empezamos a reír.
Pobre vieja. Al lado de eso, todos los que vinieron después eran santos comparados con nuestra generación.”
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Elecciones presidenciales en Chile: el análisis de Marcelo Cantelmi
En medio de un clima social agitado y un mapa electoral latinoamericano que oscila entre el desencanto y la desconfianza, conversamos con el periodista Marcelo Cantelmi para comprender qué hay detrás del resultado electoral chileno y del avance de fuerzas conservadoras en la región. Cantelmi propone leer los comicios más allá de las etiquetas tradicionales y sugiere que la clave está en un electorado que ya no vota a favor de un proyecto, sino en contra de aquello que teme. En esta entrevista, analiza la derrota del gobierno de Boric, el ascenso de Jeanette Jara y Franco Parisi, la figura de Kast y los paralelos con Argentina.
LCV:
“¿Cómo viste las elecciones en Chile?”
Marcelo Cantelmi:
“A ver, vamos a ir aclarando un poco las piezas. En Chile izquierda no hay: lo que existe es una centroizquierda. Estas etiquetas las vengo discutiendo mucho; prefiero sintetizarlo preguntando si es antisistema o prosistema, si es anticapitalista o está dentro del capitalismo. El gobierno de Boric, que gana las internas frente al Partido Comunista, tiene una línea claramente pro sistema. No nacionalizó nada ni aplicó políticas propias del viejo manual del PT o de la izquierda tradicional latinoamericana. En concreto, es socialdemocracia. Pero como estamos tan girados a la derecha, pensamos que un socialdemócrata como Willy Brandt o Mitterrand es un hombre de izquierda, cuando en realidad la socialdemocracia la inventó el propio capitalismo. Este tiene muchas variantes, una de las cuales surge tras la Comuna de París: el welfare, el Estado benefactor, que luego crece con la Revolución Industrial y deriva en lo que llamamos socialdemocracia o centroizquierda. La señora Jeanette Jara tiene un mérito enorme, no solo personal sino como significante: gana las elecciones viniendo del Partido Comunista en un país donde la gente realmente cree que el comunismo es una estructura enorme. Milei, Trump, ven comunistas por todas partes. Es notable. El comunismo les debe mucho. Recuerdo un chiste familiar de alguien que decía: ‘Si viene el comunismo, me voy al campo’. Más allá de que tengo diferencias con el comunismo por lo ocurrido en dictaduras, el tema izquierda–derecha es importante valorarlo así. ¿Qué pasó en Chile? Gana Jara con un gobierno muy deficiente detrás. La discusión concreta es eficiencia o ineficiencia. Boric hizo lo posible, pero no gobernó bien: no resolvió la Constitución, un verdadero fracaso. La seguridad social en Chile es muy mala: el salario mínimo está lejos de la línea de pobreza, la desocupación juvenil supera los 20 puntos y la salud pública puede tardar más de un año en atenderte. Él no pudo resolver deudas que venían del levantamiento de 2019, cuyo reclamo principal no era cambiar el sistema sino mejorar el existente. Ese reclamo sigue abierto y lo recibirá quien gane. Por eso es interesante que Jara gane con el 26,7% y aparezca Franco Parisi, un economista independiente, populista, antisistema, muy crítico, representante de la clase media, que sorprende con casi el 20%. No figuraba en las encuestas, que son un mamarracho en Chile. Sumando ambos porcentajes, casi la mitad del país dice: ‘No sé si me gusta Jara, no sé si me gusta lo que hizo Boric, pero no sé si me gusta lo que va a hacer el otro’.”
LCV:
“Claro.”
Marcelo Cantelmi:
“O sea, en eso no se diferencian: siguen votando en contra de algo. El gobierno intentó diferenciarse, incluso anunciando que iba a dejar el Partido Comunista. Pero objetivamente Jara es una excomunista, como muchos de su espacio. Y el comunismo se volvió un fantasma que recorre la academia más que la política real. En América Latina nunca hubo tanto capitalismo como en estos años; hasta las dictaduras son capitalistas. La discusión profunda sobre la izquierda se perdió. Hoy lo que hay son derechas duras, dictaduras o centroizquierdas tímidas como la chilena o la de Lula, cuyo gabinete es mayoritariamente de derecha. A los latinoamericanos nos gusta el centro y a veces la centroderecha. ¿Y quién es Kast? Un conservador que le gana a Boric hace cuatro años en primera vuelta; luego un regimiento de jóvenes lo salva a Boric en el balotaje. Entonces Kast se había parado en una derecha medieval, con comentarios antipáticos hacia las mujeres, grotesca, pinochetista. Ahora se cuidó: hizo una campaña inteligente borrándose. Tenía por derecha a un ultraderechista libertario, Johannes Kaiser, enamorado de Milei, de Trump y de la dictadura. Kast dejó que hablara él y se quedó como el centro. Puede provocar que en el balotaje quienes estén contra Jara lo voten. Matei y ese sector ya dijeron que lo acompañarán. Sumando sus votos, Kast puede ser el próximo presidente. Muy difícil que Jara logre revertirlo, sobre todo porque Parisi no habló y la disciplina del voto en balotaje es baja.”
LCV:
“No, por eso pensaba si en campaña llegara a prevalecer un discurso más pinochetista o antiderechos, si podría seducir como en Argentina o si allá dirían ‘no, tanto no’.”
Marcelo Cantelmi:
“No, no, estoy en desacuerdo. Los argentinos votaron porque estamos mal y no queremos estar peor. El problema es que lo que hay del otro lado no explica cómo va a mejorar la situación. Se termina votando en contra. Yo tampoco quiero que vuelva lo anterior, pero tampoco quiero esto: la pérdida de valores y culturales es enorme. El fenómeno antivacunas es hijo de la política de Milei. Es un mamarracho. No solo acá: el mundo entero está retrocediendo 200 años. ¿Por qué? Porque se vota cruzado. No se vota a favor, se vota en contra, y al votarse en contra uno se defiende. Vivimos un cuarto de siglo grave: la concentración del ingreso irrita a la gente, con razón, y esa irritación se expresa en votos contra el sistema.”
LCV:
“Exactamente, exactamente.”
Marcelo Cantelmi:
“En Chile pasa lo mismo. A veces me aburren análisis muy profundos sobre la progresía chilena: la discusión real es el bolsillo y el fracaso de los gobiernos progresistas en escuchar demandas simples como llegar a fin de mes, pagar el alquiler, acceder a un crédito, comprarse un auto, irse de vacaciones. Esa discusión la cedieron a la derecha. Hablaba con el presidente del Senado de España, del PP, y me decía: ‘La gente vota con el bolsillo y con la bronca por la corrupción’. Y es así. A veces incluso la corrupción pasa a segundo plano porque aparece la lógica del ‘roban pero hacen’. Cuando estás mal, nada de eso importa demasiado. Hasta Pinochet robó, convengamos. Así estamos.”
LCV:
“Para cerrar: ¿te imaginás a Milei cruzando la cordillera para abrazar al nuevo presidente si se da ese pronóstico?”
Marcelo Cantelmi:
“Sí. La imaginación política de Milei es esquemática. No distingue matices. Fue a Bolivia a saludar a Paz, un hombre de centroderecha, no de ultraderecha. Es de una democracia cristiana que cree en amortiguadores sociales que Milei considera socialistas, cuando en realidad son necesarios para que el sistema no colapse. A Kast le va a pasar lo que le pasó a Piñera: la demanda de las clases medias de Chile es muy clara. Es la de quienes iban a Plaza Italia a decir: ‘No podemos vivir como en Estados Unidos con sueldos de Namibia’. O de África. Esa demanda sigue abierta. Boric no la resolvió. Y eso es lo que le va a decir la audiencia urbana a Kast. El problema central es ese, y no sé si Kast está dispuesto a resolverlo.”
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Italia ¿Qué es ‘Progetto Sur’? Frente a la indiferencia de los Estados, la solidaridad de los pueblos
Hace unas semanas nos internamos en la nueva realidad italiana. Esa que no se ve pero existe. La que une pasado, actualidad y futuro. Comenzamos con una entrevista a Enrico Calamai, quien en tiempos de dictadura en Argentina fue uno de los protagonistas invisibles de una epopeya: dar refugio y salvar la vida de unos 300 argentinos a pura convicción y coraje, quien hoy es un referente de los Derechos Humanos con una pequeña organización, “Mani Rosse”, que cada jueves pintan sus manos de rojo sangre para recordar a los muertos de un mundo injusto: migrantes ahogados en el Mediterráneo, víctimas de guerras y hambrunas, aquellos ‘condenados de la tierra’ de la que nos hablaba Frantz Fanon.
Continuamos conversando con los directores de “Resistenza-Historia del exilio argentino en Roma”, quienes nos llevaron a los años de plomo, en los cuales centenares de miles de argentinos debieron huir del país con lo puesto y aún así crearon redes de solidaridad, amor y denuncia internacional en los países donde posaron sus huesos, con culpa, dolor, angustia.
El documental puso el foco en Italia y pudo realizarse gracias a la colaboración de un grupo de jóvenes italo argentinos que forman parte de una organización llamada ‘Progetto Sur’. Tirando de la punta del ovillo, llegamos a ellas, Claudia Gatti y Romina Cozzanti, referentes de la asociación, nacida después del 2001, que contactó con aquella huella creada en los años setenta-ochenta y hoy trabajan por la colaboración de dos pueblos unidos por historia y cultura. Cambian los tiempos, las formas, la política y la tecnología. Llegan las pandemias y otras calamidades desconocidas, pero aún queda la esperanza de un mundo mejor.
Aquí, la última entrevista de lo que podemos considerar una trilogía: revisitando exilios, mirando el mañana.
Este Planeta Giussani hace lo posible para entenderse con ese Planeta Tierra con la Inteligencia Artificial a flor de piel. Aún así, no lo logramos. La comunicación es entrecortada. Cuarenta minutos nos dan. Quién puede hacer algo en sólo cuarenta minutos cuando hay tanto para hablar, conocer, descubrir, pensar. Vaya, entonces, esta segunda parte con Romina, a quien dejamos sin palabras.
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