Planeta Giussani
La V Columna de Laura Giussani Constenla | Petróleo Sangriento

No sé si a ustedes les pasa pero a mí, de pronto, una palabra me empieza a repiquetear en la cabeza y no para. Ping Pong, ping pong de un lado al otro del cerebro. Esta semana la culpa fue del portal El Extremo Sur que publicó una nota excelente sobre la historia del petróleo en Argentina y la primera revuelta de Cutralcó, que no fue la que muchos recordamos: el primer piquete contra Menem. No. La primera fue en 1958. Y con el menemismo tuvimos dos polos petroleros que se pusieron a la vanguardia de los piquetes. Cutralcó y Mosconi. Petróleo y riqueza. Petróleo y resistencia.
Desde ese día, veo todo negro, todo petróleo. Y me acuerdo de Vaca Muerta, y Pereyra, líder de miles de petroleros, cara de pocos amigos, quien nunca se sabe si defiende a los trabajadores o a las empresas extranjeras. “Tendría que ser más patriota” dijo Pepino Fernández en éste programa. Vaca muerta, nombre de mal presagio si los hay.
De pronto, una información -que no llega a noticia porque casi no aparece en los medios- dice que nuestro petróleo autóctono, el de Comodoro Rivadavia (en donde se descubrió el petróleo en Argentina en 1907 y ya entonces era explotado por el Estado, bastante antes de YPF), trepaba a la cima de los precios internacionales y superaba por más de 10 puntos al que se puede extraer en Vaca Muerta (porque hay petróleos y petróleos, pesados y livianos). Hoy el negocio vuelve a Chubut. Mal presagio Vaca Muerta.
HAY QUE ALIMENTAR SEIS MIL Y PICO DE MILLONES DE PERSONAS, Y OCHOCIENTOS MILLONES DE AUTOS ¿QUÉ ELEGIMOS? LOS AUTOS
Ping-Pong
Quiero saber: ¿cuándo empezó todo ésto? Hace miles de años el petróleo brotaba con naturalidad el Oriente. Cuatro mil años antes de Cristo, en Babilonia se lo utilizaba para pegar ladrillos e incluso con fines medicinales; en Egipto engrasaban pieles, los Méxicanos lo usaban como pintura y para los chinos, siempre adelantados, ya era un combustible. Tiempos en que la naturaleza era próspera y ofrecía sus recursos de manera generosa. Se acuerdan que en nuestros ríos los indios no pescaban con caña ni redes? Eran tantos que bastaba agarrarlos con la mano o un lanza.
¿Pero cuándo, cuándo, el mundo comenzó a girar en torno al oro negro? En 1859 un señor llamado Edwin Dark perforó el primer pozo de petróleo en Pensilvania. Todavía ignoraba las consecuencias de esa iniciativa. Hasta el momento solo se sabía que podía convertirse en kerosene y mejorar el alumbrado público. Del buen Edwin que cambió la historia, nada sabemos (bah, sabrán los que saben, como siempre, pero en Internet no figura ni a placet).
¿VALE LA PENA TRABAJAR, VIVIR Y MORIR PARA LOS AUTOS?
Ping-pong
Leo por ahí que el petróleo es un compuesto inflamable, que tiene características parecidas al carbón, pero mientras el carbón requiere 8 millones de años para formarse, el petróleo se forma en tan sólo un millón de años. Sí, sí, así dice: Solo un millón de años. Solo eso.
El sedimento de toda forma de vida, de plantas y animales, añejado un millón de años se convierte en el bendito combustible. Digamos que nuestra vida podría cobrar sentido porque dentro de un millón de años, seremos petróleo. Bastará un pozo para echar nuestros huesos líquidos al tanque de nafta de los futuros automóviles, siempre y cuando el planeta siga andando, claro.
Supongo que se darán cuenta que es algo irracional dilapidar en un segundo algo que tardó millones de años en hacerse. Porque el recurso es finito, porque la tierra alguna vez empezó. Pero allá vamos, a alimentar autos voraces.
Ping-Pong
Ay los autos. Trabajar, vivir y morir para ellos. ¿Vale la pena? Según un estudio realizado por la Asociación Colombiana de Vehículos Automotores se estima que en el 2016 había 1.350 millones de autos dando vueltas por las calles de la tierra Cifra tan espectacular que podría provocar el espejismo de creer que los automóviles son la base de nuestra economía. Pues no.
¿Cuántas personas hay en el mundo? 7.700.000.000. En ese caso habría seis mil quinientos millones de personas sin autos o más, porque de los mil y pico de millones de autos que hay muchos pertenecen a una misma familia o al Estado o a las empresas. La cifra de los privilegiados con auto podría reducirse a 800 millones contra más de seis mil millones que sufren las consecuencias para que esa mínoría pueda bajar la ventanilla, sentir el aire en la cara, y poner música para la ruta.
La pregunta sería ¿hay que alimentar a seis mil y pico de millones de personas y 800 millones de autos? ¿Qué elegimos? Los autos, ¡obvio!
Ping-Pong
Veo un programa de Netflix, Patriota No deseado -recomiendo con énfasis- en donde un tipo explica, de la manera más ágil y graciosa que puede, que los hermanos Koch, dueños de la industria automotriz y todo lo que conlleve -rutas, asfalto, cinturones de seguridad, etc- gastan millones en hacer campañas en contra del transporte público al que consideran un auténtico “Despilfarro”.
Ping-Pong
Volvamos a Pensilvania. Ese primer pozo perforado por un auténtico desconocido, provocó una “fiebre por perforar” que tuvo su punto cúlmine a mediados de mil ochocientos setenta, en torno a esta actividad nacieron ciudades y rutas y caminos y empresas varias. Quince años después, nacía la industria automotriz en Estados Unidos, en 1890.
Ahora bien, ¿porqué lo llaman el ‘oro negro’? Porque en ese momento la fiebre primera fue la del oro de verdad verdadera. Ese dorado. Y acá es cuando ya empiezo a enloquecer. Ideas e ideas que rebotan aquí y allá.
Ocurre que en esos mismos años se desarrolla en Estados Unidos la conquista del oeste que dio miles de películas para ver. Allí aparecen personajes como Toro Sentado, Caballo Loco, Billy the Kid o Jesse James. Un excelente documental dirigido por Robert Redford: The West, una historia del lejano Oeste, resulta revelador. Cualquier parecido con la conquista del desierto es pura casualidad. También allí había unos indios que debían civilizarse, sobre todo porque no entendían ‘cómo funcionaba el mundo’. El documental nos muestra a Toro Sentado y Caballo Loco, que para muchos de nosotros no son más que personajes de películas, como los verdaderos líderes Sioux que pelearon como pudieron para defender sus territorios.
Negociaron y lograron que se les otorgue un territorio. Así fue que les cedieron una montañas casi inhabitables pero que ellos sabían habitar. No imaginaban que les habían regalado una mina de oro. Literalmente. Y tenían título de propiedad. ¿cómo hacer para echarlos sin violar uno de los principios del ser americano, la propiedad? Pues bien, según cuenta el documental de Robert Redford, decidieron matarlos de hambre ¿cómo? Vieron que los búfalos eran su principal fuente de subsistencia. Y premiaban con un buen dinero a cada uno que matara un búfalo. Al poco tiempo, la comunidad Sioux se vio diezmada por la hambruna. El Cacique Toro Sentado decidió emigrar a Canadá mientras Caballo Loco se quedó a resistir.
Zácate, de pronto me vino a la cabeza la mortandad wichi en Salta, con un médico para 6.000 personas y terratenientes que esperan pacientes ocupar esas tierras para plantar soja. Ping Pong, petróleo. Ping Pong autos. Ping Pong, oro. Ping Pong pobres. Ping Pong, muertos.
En realidad, ésta columna comenzaba diciendo: El 13 de diciembre de 1907 se descubrió el primer pozo petrolero en Argentina. Ocurrió en Chubut, alrededor de Comodoro Rivadavia. Fue por entonces que se fundó la Dirección General de Explotación de Petróleo de Comodoro Rivadavia, primera empresa petrolífera estatal del mundo en tener el control total del negocio: exploración, explotación, transporte, refinación y comercialización.
A paso lento, y con dificultades enormes por la falta de conocimiento de un producto que revolucionaba el mundo, fue creciendo la industria petrolera nacional. Fue recién luego del descubrimiento del yacimiento en Plaza Huincul, administrado por otra agencia estatal, cuando el gobierno de Hipólito Yrigoyen decide unificar la explotación del petróleo y crear YPF en 1922, presidida por Enrique Mosconi.

LCV
Apagón, El Eternauta y León XIV, por Laura Giussani Constenla

Acá el espacio y el tiempo ya no son lo mismo, así que es complicado esto de saber en qué lugar estamos y cuándo hablamos.
Pero bueno, les quería contar que estamos llegando al último, a la última etapa de este recorrido de la columna vertebral por algunas partes de Europa, que esperamos volver a repetir en algunos meses. Porque es interesante ver cómo, qué está pasando en el mundo, ¿no? Porque a veces estamos demasiado atrapados con lo que pasa alrededor nuestro.
Y ya sé que Argentina es un desastre, y todos decimos: “¿Cómo podemos vivir así?”, y estamos tan preocupados por el gobierno que tenemos. Pero les juro que cuando uno llega a Europa, se preocupa igualmente. Uno cree que va a tomarse un respiro, pero el respiro no llega.
Les cuento mis últimas andanzas, porque hace un par de semanas que no pude salir al aire. Eh… una de esas razones fue que, un lunes —llegué el lunes pasado, ¿no? El otro, creo que fue— llegué a España a las 10:25 más o menos, al aeropuerto de Barcelona.
Me tomé un metro hasta la casa donde me iba a alojar, que era en un barrio popular que se llama Hospitalet, eh… Lobregat. Ahí, cuando bajé del metro, apenas vi el barrio, me encantó por esta cosa que a mí me gustan los barrios populares. Y entonces era de un cosmopolitismo impresionante, un lugar donde, por supuesto, se puede comer más fácilmente un kebab que una tortilla a la española.
Entonces, apenas bajo del metro, pregunto ahí a una señora que estaba dónde podía comer algo. Me dice: “Acá a la vuelta.” Voy a la vuelta y había restaurantes peruanos, árabes, indios, venezolanos, etcétera. Y pregunto en uno peruano, me dice: “No, es que se cortó la luz.” Ah, qué pena. “Sí, se cortó la luz.”
Había obras que se estaban haciendo por los alrededores. Entonces decían: “¿Será por la obra aquella? ¿Será por esta?” No sé. El asunto es que empezaban a pasar las personas y empezaban a correr los rumores de que en realidad la luz no se había cortado solo en el barrio, pero no podíamos saber mucho de qué estaba pasando porque también se habían cortado los celulares.
Entonces nadie se podía comunicar con nadie. Así que, ¿qué es lo que pasaba fuera de ese barrio, que además nosotros no conocíamos? Era imposible de saber.
Veo de repente una señora que está medio llorosa y dice: “Un atentado.” ¿Qué pasa? “Un atentado.” Pasa uno caminando por ahí y dice: “No, se cortó la luz en toda Europa.” En toda Europa.
Bueno, finalmente conseguimos un lugar para comer que era de unos árabes, que no entendíamos cómo podían estar cocinando. Y era porque hábilmente tenían una cocina a gas. En cambio, todos los otros bares tenían todo eléctrico.
Bueno, comimos un rico pollo en el bar de los árabes estos, y en la mesa nos quedamos horas allí, imagínate, porque no podíamos ir a ningún lado, no nos podíamos comunicar tampoco con la persona que nos tenía que abrir la puerta de la casa.
Era imposible saber. Un señor que estaba al lado, que parecía saber algo, dice: “No, está sin luz España, Francia, Holanda.” Pero ¿cómo?
Bueno, la gente se lo tomaba… Era gracioso porque lo de la luz era menos grave que los celulares: la incomunicación. Entonces, pero la gente no largaba los celulares. Vos veías a la gente con los celulares, tirándolos por el aire, viendo si encontraba alguna intersección del mundo donde una señal cayese en su celular.
Bueno, finalmente nos compramos una radio a transistores —cosa que extrañamos mucho, nuestra casita donde tenemos tres radios a transistores, porque nos gusta escuchar la radio a pila, y además no nos preocupa la oscuridad en el campo, y además tenemos una laguna más o menos cerca que, si falta el agua, tenemos la laguna.
En fin, extrañamos un poco nuestra casa.
La gente comentaba cosas, pero después, cuando encendimos la radio, nos enteramos de que había un apagón total en toda España, sur de Francia y Portugal. Todo estuvo bastante tranquilo, pero los comentarios de los que estaban de paso, que nadie sabía nada obviamente, pero uno decía: “No, y esto debe ser cosa o de los rusos o de los americanos.”
Me sorprendía que ninguno ponía a los árabes dentro de la conjunción de posibles atacantes o un ciberataque. Un ciberataque… vaya a saber de quién, ¿eh?
Nosotros, en tanto, pensábamos todo lo que podría estar pasando en los alrededores y decíamos: “Menos mal que nos bajamos del metro 10 minutos antes del apagón”, porque bajamos y enseguida se cortó la luz. Si no, nos hubiésemos quedado en el metro, como hubo miles y miles y miles de personas que se quedaron en los metros y en los trenes.
Y pensábamos en ellos, pero también pensábamos, digo: “¿Se estarán chocando los aviones?” Porque acabábamos de bajar de un avión también, debo decir. Porque si no funcionan los radares… ¿cómo será este caos? ¿Qué estará pasando en el barrio? Está todo tranquilo. Digo, ¿qué estará pasando en el resto del país?
Bueno, finalmente, a las 2 de la mañana más o menos, volvió la luz en algunos lados. En nuestra casa volvió la luz. Pudimos entrar gracias a un señor que nos creyó que nosotros habíamos alquilado un cuartito en ese lugar.
Y bueno, así fue nuestra llegada a España, sin además ninguna comunicación oficial hasta muy tarde sobre lo que estaba pasando, y que aún hoy, a una semana y un poco más del gran apagón, nadie tiene la más mínima idea de qué ocurrió, y todos están convencidos de que nunca la tendrán.
Lecturas Recomendadas
El Kit del miedo, por Laura Giussani Constenla
No es fácil escribir algo razonable cuando las ideas salen a borbotones, el vértigo de las noticias nos quita el tiempo necesario para organizarlas. Un kit anti catástrofes, las profecías de Musk, bombardeos, crisis económicas globales, amenazas de aquí y de allá, y hasta el recuerdo de una serie que tuvo en vilo a las pantallas mundiales hace unos cuantos años –Lost-, pasaron como ráfagas por mi cabeza. Confieso que tener la obligación de escribir me ayuda a organizar estas difusas sensaciones iniciales. Intentaremos dilucidar sobre todo esta última curiosidad ¿qué tiene que ver Lost en todo esto?
Preparados, listos, ya!
La Comisión Europea propuso el 26 de marzo de este año los hogares europeos tengan a mano lo esencial para sobrevivir al menos 72 horas para afrontar una multiplicidad de amenazas: desastres naturales, pandemias, ciberataques o incluso una guerra. “Las nuevas realidades exigen un nuevo nivel de preparación en Europa. Nuestros ciudadanos, nuestros Estados miembros y nuestras empresas necesitan las herramientas adecuadas para actuar tanto para prevenir las crisis como para reaccionar con rapidez cuando se produce una catástrofe”, indicó en un comunicado la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen. Según National Geographic, esta estrategia forma parte del programa “ReArm”, un plan integral impulsado por la propia Ursula von der Leyen para reforzar las defensas frente a u hipotético avance bélico como podría se el de Rusia.
Algunos países ya han distribuido gratuitamente entre la población un kit de supervivencia. En Alemania hace algunas semanas recibieron incrédulos su cajita salvadora, la cajita feliz que te permitirá esperar la llegada de auxilio de manera más confortable debajo de algún escombro contiene: Mini botiquin, cinco litros de agua, pinza, destornillador, linterna, metros de soga, cinta adhesiva, una bolsa de dormir, dos pulóveres, un par de latas de comida, bolsas con frutos secos, un jarrito, un jabón, dos pilas, y lo único imprescindible, un silbato. Ya están a la vena kits más sofisticados, claro. Un negocio seguro. La idea es que la población empiece a tener conciencia de que debe organizarse en caso de una debacle (como si la debacle no estuviese en acto, reparten minibotiquines a alemanes y suecos mientras Israel bombardea un hospital y Rusia a civiles desarmados). Europa, en tanto, se prepara, no sabe bien para qué, pero con el Kit a mano. Por lo cual, solicitan que se establezca quién será el encargado de la familia en mantener los elementos de
de salvataje actualizados y bien guardados. 0 deberán llevar una valijita tamaño low cost a todos lados?
Musk y la profecía que se autorrealiza
El 6 de abril, se celebró el Congreso de la Lega di Firenze, encabezado por Matteo Salvini, Vicepresidente del Consejo de Ministros de la República Italiana, y de lo más rancio de la ultraderecha del país, del que participaba el Premier Húngaro Orban, tuvo una aparición estelar en video conferencia el ecléctico empresario y político Elon Musk, cuyas declaraciones fueron aplaudidas a rabiar. Dijo sin ponerse colorado: “Vemos un aumento enorme del número de ataques en Italia y Europa, los medios tratan de reducir el número de ataques terroristas pero la matanza de personas es cada vez más frecuente y en Europa terminaremos viendo ataques de masa, masacres de masa. Sus amigos, sus familias, todos estarán en riesgo, los números son claros.”
Musk fue más allá, y atacó frontalmente a los inmigrantes, causa de todos nuestro males según su mirada: “La inmigración es una locura que llevará a la destrucción a cualquier país que la consienta. Hay 8 mil millones de personas en el mundo y estamos en un país con 50 o 60 millones de habitantes, pero incluso para los Estados Unidos, si una pequeña proporción del resto del mundo se mueve lo transformaría en un país distinto. El país no es la geografía sino la gente que vive en él”, dijo el supermillonario nacido en sudafrica.
Europa y la obediencia debida
A pesar de que el propio ministro del interior italiano se manifestó asombrado por semejante visión apocalíptica, diciendo: “No entendí lo que quiso decir”, ya que no hay indicios de actos terroristas en Italia, ni víctimas escondidas, ni medios cómplices, el gobierno italiano negociaba con Estados Unidos la baja de los impuestos a los productos de la península mientras aplicaba un decreto de seguridad en conformidad con los inverosímiles dichos de Musk. Te doy el decreto si me bajás las tasas? Quién sabe.
Lógicamente el nuevo decreto aumenta las penas de quienes tengan o difundan materiales químicos para la realización de explosivos. Nada demasiado novedoso, ya que en los últimos años los decretos y leyes antiterrorismo estuvieron a la orden del día. Pero esta nueva reglamentación avanza sobre la represión a reclamos sociales, aumentando las penas a quienes resistan a la autoridad, aunque sea de modo pacífico, a los Okupas que son cadda vez más visto la situación económica, endurece la situación en las cárceles, y de paso da marcha atrás sobre la legislación light que permitía el uso de cannabis entre otras muchas medidas.
La oposición ve con especial preocupación el artículo que recupera la figura de ‘obstrucción a la via pública que prevé que el bloqueo de carreteras o vías férreas «obstruyéndolas con el propio cuerpo» se castigue como infracción penal, en lugar de la infracción administrativa prevista actualmente. La pena aumenta si el acto es cometido por varias personas reunidas. Entre muchas otras medidas que apuntan más al reclamo político, social o gremial que al supuesto terrorismo.
Publicado en el Boletín Oficial el 11 de abril, y vigente desde el día siguiente, Giorgia Meloni y su Consejo de Ministros explican que se considera una necesidad de urgencia tomar medidas para prevenir y combatir el terrorismo, además de tutelar la vida de los agentes de seguridad.
Vale también destacar que últimamente los noticieros italianos se han plagado de imágenes de forcejeos con la policía que no solían verse hace tiempo. El primer impacto fue, justamente, frente a una pequeña convocatoria a la legislatura el día en el que se discutía el Decreto de Seguridad. Cuerpo a cuerpo, policías y militantes daban un espectáculo parecido a un miércoles porteño.
En sintonía con el miedo a posibles ataques que se expande en Europa de la mano de difusores como Elon Musk, también España se sumó estos días a la pandemia del miedo y anunció que activará desde eñ viernes 11 de abril a las 15 hs el Plan de Prevención, Protección y Respuesta Antiterrorista en el marco de las celebraciones de Semana Santa 2025.
Una vez más, Europa reacciona a las amenazas y no a la realidad. Si en lugar de aumentar penas por problemas sociales y dedicar sumas millonarias al rearme y la seguridad, además de inventar kits de salvación, dedicaran esos recursos a una distribución de la riqueza que evite las ocupaciones de edificios y los reclamos sociales y gremiales (italia tiene los sueldos más bajos de Europa, un sueldo medio ronda los 800 euros) otra sería la historia. En lugar de tenerle miedo a los desheredados del mundo, deberían apuntar su temor a quienes poseen el poder real para destruirlos.
LOST-DESAPARECIDO
Hubo una serie que impactó a los ciudadanos del mundo entre el 2004 y 2010. Seis años siguiendo las aventuras de un grupo perdido en una isla en la que no se entendía qué pasaba pero algo malo pasaba. Mucho miedo a lo desconocido que se transformó rápidamente en miedo al otro. Todos contra todos. Desconfianza al palo. Vi todas las temporadas de un tirón para saber qué tenía a mis hijos tan atrapados. Realmente, daban ganas de ver más y más, adictiva como pocas. Igual, sabia que algo no me gustaba, me molestaba y más, me irritaba. Entre los condimentos de la serie estaban un árabe terrorista, algún negro, un asiático, varios rubiecitos yankys, un científico medio loco, en fin…
Recuerdo haberle comentado a mis hijos que me parecía una operación de propaganda yanky, y ellos rieron con gusto. Una vez más su madre encontrando razones políticas escondidas.
Es cierto que puede ser mera casualidad o astucia de un guionista que sabe poner los condimentos necesarios, pero en un país que paga a los productores por cada bandera norteamericana que aparezca, la inocencia me suena a ingenuidad.
Suena extraño imaginar que en estos tiempos vertiginosos alguien pueda estar haciendo una campaña política a veinte años vista, sin embargo, cuando pensamos en el deterioro de nuestra capacidad crítica cabe imaginar que pudo existir una escuela para terminar siendo lo que somos.
Hace rato que me ronda la idea de que no estamos sabiendo ver qué están haciendo de nosotros en el momento en que lo están haciendo.
Pensemos, simplemente, que en esos años, entre el 2004 y el 2010 fueron los años de formación de dos de los principales intelectuales de Milei, quienes también por entonces se formaban en una escuela de cuadros antiterroristas en EEUU, como ya hemos visto en otra entrega planetaria.
El Medio es el mensaje del Miedo
Y para terminar con cuestiones más domésticas, basta ver qué sucedió el día del anuncio de la salida del cepo en nuestro país. Leído desde afuera era todo incomprensible. Las principales notas de los diarios argentinos dedicaban más tiempo en relatar cómo se habían vuelto locos todos con las idas y vueltas, las conferencias de prensa, la cadena nacional, los gestos, el llanto, los abrazos…de las medidas poco y nada de análisis. Lo más importante para el periodismo había sido ese dia que ‘vivimos en peligro’, en peligro de enloquecer. Hicieron lo que quisieron con la prensa y con los seguidores de la prensa, que dedicaron toda su energía en tratar de entender qué diablos estaba pasando. Un día perdido en todo sentido.
Digo esto porque quizás no hay que caer en la trampa. Quieren agotarnos, devorar nuestras neuronas en grandes actuaciones inconducentes. Todos para llegar primero a la primicia. ¿Alguien puede cuantificar el tiempo que le dedicamos a estos trucos mediáticos? Solo imaginar lo fructífero que hubiera sido esperar la noticia a la noche, mirando el cielo y pensando o leyendo o jugando con esos hijos que después parece que no conocen. Que no te abruman, no formes parte del experimento. Si es cierto que el que ríe último ríe mejor, también lo es que el que ‘sabe último, sabe mejor’.
Destacada
Agustín Laje: Que no te la cuenten

‘Yo no lo viví’ parece ser el justificativo de Agustín Laje para dar a entender que su video de la contramemoria goza de absoluta imparcialidad. Ni terrorista ni militar. ‘Joven Argentino’ que se define como escritor, investigador, conferencista, politólogo. En fin: culto, in-for-ma-do.
Huelga decir que ‘si no lo viviste’, ‘alguien te la contó’: padres, madres, compañeros de escuela, vecinos. Poco y nada sabemos de quiénes influyeron en el ánimo del joven Agustín Laje para tener semejante mirada de la historia. En cambio sí sabemos algo de sus maestros y profesores: nada menos que el ala conservadora de la Iglesia Católica y el Departamento de Estado de EEUU.
No es una teoría conspiranoica, simplemente un relato de cómo fue el recorrido de su formación ya que para un ‘estudioso, investigador, culto y escritor’ tienen mucho peso sus maestros y profesores.
Era el año 2015, Agustín tenía 26 años cuando logró uno de sus mayores objetivos: egresar con todos los honores del curso anti insurgente y contraterrorista brindado en el Centro William J. Perry, institución que se presenta publicamente como el “brazo académico de la Oficina de la Secretaria de Defensa de Estados Unidos para Asuntos del Hemisferio Occidental.” Un organismo oficial que pertenece a la National Defense University, ubicada en la 260 5th Ave Bldg 64, Washington D.C., DC, United States, Washington, District of Columbia, según su portal.
No debe haber sido fácil ganar esa beca. Vaya a saber qué motivos lo impulsaron a llegar al corazón del estudio antiterrorista del continente cuyo director, el Dr. Richard Downie, suele resaltar en su presentación la importancia de este curso destinado a “encontrar los mecanismos y las políticas adecuadas que nos permitan enfrentarnos al terrorismo y a la insurgencia”. Una suerte de maestría antirrevolucionaria que dura 14 semanas, divididas en una parte a distancia, otra presencial y una investigación.
Es justo aclarar que la formación académica de Agustín Laje Arrigoni no se reduce a un curso especializado en antiterrorismo en Estados Unidos.
El joven cordobés, nacido el 16 de enero de 1989, inició su carrera de ingeniería en el Instituto Universitario Aeronáutico de la provincia mediterránea, allá por el año 2007. El IUA es un instituto de la Universidad de la Defensa Nacional, dependiente de la Fuerza Aérea Argentina.
Al niño Laje le tocó vivir en un ámbito militar de la conservadora provincia de Córdoba en un tiempo inquietante para los militares que participaron en la última dictadura. En el año 2008, al cumplirse sesenta años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos la UNESCO y sus Estados miembros decidieron que en la EX ESMA funcione el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos. El predio fue declarado Monumento Histórico Nacional el 19 de agosto de 2008.
Más allá de la influencia de sus profesores y compañeros aeronáuticos se contacta con la Fundación Santa Elías, dirigida por el P. Javier Olivera Ravasi, en cuyo portal explica sus propósitos: “Predicar y proponer la santa Fe católica, con celo apostólico, parresía, fidelidad a la Revelación Divina, plena marianización de la vida y confiados en la Divina Providencia, a todos los hombres y por todo el mundo, sin límites de medios y acciones misionales, para alcanzar la Verdad que nos hace libres, únicamente para Gloria de Dios y el mayor bien de las almas.”
Para difundir la ‘Verdad que nos hará libre’, el padre Javier Olivera Ravasi también funda una editorial, QNTLC, sigla que corresponde a “Que No Te La Cuenten”, fueron ellos quienes publicaron el primer libro de Laje, titulado: “Los mitos setentistas: Mentiras fundamentales sobre la década del 70.” Con indisimulado entusiasmo, ‘quenotelacuenten’ presenta con estas palabras su publicación: “Tras una larga y exhaustiva investigación, Agustín Laje Arrigoni, con apenas 22 años de edad, ofrece un libro tan combativo como documentado, en el cual revisa, refuta y desacredita de cabo a rabo todos y cada uno de los mitos que la agobiante historia oficial impuso sobre los años ´70 en la Argentina.”
Gracias a este libro y la recomendación de la fundación Santa Elías, obtiene la beca para estudiar con los que más saben de lucha antiterrorista en América Latina, los militares norteamericanos.
El moño de la formación de este supuesto politólogo fue la Universidad de Filosofía de Navarra, reconocida por su vínculo con el Opus Dei, en donde obtuvo su título de licenciado en el año 2020.
Cada quien tiene derecho a estudiar donde le plazca, lo que resulta indignante es que alguien que ha tenido semejante formación critique el ‘adoctrinamiento’ ejercitado por esos ‘zurdos de mierda’.
En estos días, Martín Caparrós publicó un tuiter sobre el video de Agustín Laje difundido en la semana de la Memoria que dice: “Este chico, pagado por el Estado, usa la falsificación más burda: empezar la historia donde se le canta y borrar lo anterior. Así desaparece todos los golpes militares desde 1930, dictaduras, represión y asesinatos que convencieron a tantos de que pelear era la única salida”.
Tiene razón Caparrós, salvo en minimizar a ‘este chico’ como si fuera un simple imbécil. Y quizás también en no aclarar cuál es el Estado que le habría pagado a Laje.
Que un joven formado bajo la guía de la disciplina militar sumada a la ideología de la mayor potencia mundial responsable de decenas o centenas de golpes y guerras, y del sector más retrógrado de la Iglesia, considere que su mirada es imparcial no deja de ser cuanto menos ingenuo. Tan ingenuo como creer que estamos simplemente viviendo un ‘clima de época’ antirrevolucionario y negacionista. Es hora de empezar a preocuparnos.
Existe todo un entramado de fundaciones, escuelas, organizaciones y Estados, que trabajan en común detrás de sus intereses económicos. Nos están marcando la cancha mientras asistimos con azoramiento a una realidad que parace de cuento. Pues no, ningún cuento ni casualidad, conviene empezar a identificar con nombres propios a los hacedores de este nuevo mundo.
Si la malfamada Escuela de las Américas fue el sitio de instrucción para golpes feroces y enseñanza de las peores formas de represión y tortura, hoy deben existir otros sitios con distintos métodos para llegar a la misma opresión. ¿Será el Centro William J. Perry uno de ellos? Fue fundado luego de la Cumbre de las Américas de 1994. Y llegamos al 2024 con la ideología de los noventa en todo su esplendor. No es casualidad, ni Menem lo hizo.
