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Histórica marcha: lo que San Cayetano nos dejó
Este sábado se llevó a cabo una nueva marcha por San Cayetano y allí estuvo La Columna Vertebral junto a los trabajadores y trabajadoras de la economía popular. Una movilización histórica en la que centenares de miles de personas caminaron varios kilómetros -las cifras varían entre 100 y 300 mil-. Recordaba aquel día épico cuando en plena dictadura desde el obispado de Quilmes marcharon cincuenta mil personas pidiendo Paz, Pan y Trabajo. En aquel momento, un acto de resistencia duramente reprimido. Hoy, en cambio, una jornada de lucha y emoción, con banderas de distintas barriadas y organizaciones, santos católicos y paganos, música y puestas en escena. La ciudad se vio surcada por distintas columnas que aprovechaban un alto en el camino para recibir a compañeros de otros lugares e intercambiar historias y experiencias. Así lo vivieron quienes marcharon. Sin embargo, no tardaron en llegar los análisis de los opinólogos mediáticos quienes solo vieron una disputa de poder en tiempos preelectorales. Cada cual mira lo que tiene ganas de ver.
La televisión esperaba con ansiedad en Plaza de Mayo a Juan Grabois, la figura mediática de la procesión-pocas cámaras rodeaban a Esteban Gringo Castro, secretario general de la UTEP-. Su objetivo era el escándalo y lo tuvieron con una vehemente declaración Grabois que anunciaba un desastre si no se respondía a los reclamos. En tanto, el representante de la unidad de la UTEP, Esteban Castro, decía: “Queremos un gobierno que se parezca cada vez más a su pueblo, que gobierne con nosotros. Acá estamos para decirle a cualquier funcionario, acompañanos, compartí un guiso, compartí la vida un rato con los más humildes y vas a ver que además de que se te van a caer las lágrimas, vas a ser uno nuestro, vas a movilizar con nosotros, vas a pelear por los derechos de los trabajadores y trabajadoras más humildes de la patria”. De amenaza, nada. Más bien una gentil invitación.
Los autodenominados analistas políticos lo veían por TV y descubrían fantasmas invisibles al común de los ojos.
Roberto García titulaba su nota del diario Perfil: Las nuevas formaciones especiales. Y la ilustraba con una prolija columna organizaba la entrada a Plaza de Mayo. Así empezaba el artículo de García: “Ayer, con la excusa de San Cayetano –el catolicismo papal ofrece siempre alternativas para estas demandas–, culminaba una programada ofensiva semanal de los grupos sociales que además de comida y vivienda, también reclaman wifi y acceso educativo: finalmente, un aumento de la plata que reciben del Gobierno para redondear nuevas y viejas apetencias. Aprovechando el reemplazo de Arroyo por Zabaleta en Acción Social, estiman que no siempre escoba nueva barre mejor. Al menos, nadie se ocupa de anomalías pasadas (ejemplo: el abastecimiento y reparto de fideos en cantidades excepcionales). Cerrando el capítulo de amenazas, un cabecilla de esas organizaciones, Juan Grabois, exhibió el látigo de la inevitable explosión social si al menos no se les concede un salario mensual a los dos millones y medio de almas que pululan en la informalidad. No es una extorsión, aseguró, tal vez se lo dijo en las últimas horas a un tembloroso Alberto por el asedio de las quejas. Nadie vio la lista de invitados en Olivos.”
Pensar en términos militares, en el que los manifestantes se convierten en ‘formaciones especiales‘, la lucha en una ‘ofensiva’, el reclamo en una ‘excusa‘, un dirigente en un ‘cabecilla‘, una advertencia en ‘amenaza‘, las palabras en ‘látigo‘, hasta llegar a la conclusión de que esas miles de personas estaban haciendo una ‘extorsión‘, habla más de las cualidades del supuesto periodista que de los trabajadores en marcha.
¿A qué le tienen miedo Roberto García y el séquito de periodistas que repiten las mismas ideas? Este 7 de agosto solo hubo trabajadores organizados llenando las calles. No solo de UTEP, en el palco también estuvieron Ricardo Peidró y Cachorro Godoy de ATE Nacional y la CTA Autónoma.
La Columna Vertebral charló con Hugo Cachorro Godoy para que explicara su presencia y nos diera un balance: “Nosotros los acompañamos como todos los años y en esta ocasión venimos a pedir un Salario Universal que permita poner un piso de dignidad para la vida de nuestro pueblo y frenar esta caída donde se incrementan el hambre y la pobreza. Creemos indispensable la unidad en la calle, en las luchas, sumada a una capacidad propositiva para generar beneficios para nuestro pueblo y frenar la pobreza. Por eso proponemos además del Salario Universal, la reducción a 6 hs de trabajo para promover una generación masiva garantizado. Seguiremos apoyando la lucha de la UTEP, como siempre, porque es una organización de trabajadores en crecimiento que hasta el mismo Ministerio de Trabajo está alentando. Consideramos que su reconocimiento es un dato positivo porque fortalece la democracia.”
Mientras todavía duraba la alegría de una marcha que debía servir para poner en el centro de la mirada una realidad que no puede ocultarse, los hacedores de esa realidad seguían mirando para otro lado. El programa PPT Box, de Jorge Lanata difundía un “Informe especial: Esclavos del Piquete. El que no marcha no come.” Y también aquí los dirigentes se convertían enuna suerte de cabecillas, como los de García. Decía Lanata en su introducción: “El Gobierno mantiene una pulseada con las organizaciones sociales por el reparto de la guita y del poder”. Dicen que el ladrón cree que todos son de su condición ¿no? Y agregaba: “Fue una demostración de fuerza de esas organizaciones. En el medio está la gente, que necesita algo tan básico como comer y terminan siendo los esclavos del piquete”.
¡Esclavos del piquete! ¿No será mucho? ‘El que no marcha no come’, exagera. En qué época vive Lanata? Convendría explicarle que los planes se distribuyen a través de una cuenta bancaria que tiene cada uno de los beneficiarios, como una cuenta a sueldo. Y que difícilmente el hecho de faltar a una marcha -porque eso fue y no un piquete- pueda evitar que el Estado le deposite lo que le corresponde.
Cortocircuito Verbitsky – Grabois
Horacio Verbitsky aprovechó su portal, El Cohete a la Luna, para chicanear con su conocido estilo a Juan Grabois. Como buen periodista progresista, no lo tilda de cabecilla. Para HV se trata del “profesor universitario Juan Grabois’ y , referente de algunas de las organizaciones de Trabajadores excluidos”, luego le dedica una parrafada a contar lo que ‘sus fuentes’ le dijeron que Grabois había dicho acerca del malestar que le provocó no lograr que sus militantes entraran a las listas de FTD.
Ni lerdo ni perezoso, Grabois estalló en las redes: “La transversalidad gorila ataca de nuevo. Lanata y Verbitsky. Dos desgraciados. El mismo día, con la misma mirada. No son individuos sueltos. Expresan las ideas de dos sectores que nos odian. Los dueños de la pelota de uno y otro lado. Verbitsky a pesar de las múltiples pruebas de su inmoralidad, abusos de poder, misoginia, sigue siendo como un gurú para la primera plana del Frente de Todos. Lo mismo puede decirse de Lanata. Tienen ese talento.”
En otro párrafo de su larguísima nota, Verbitsky dice: “La marcha fue extensa, pero no de gran densidad. Durante los discursos, la mitad de la Plaza de Mayo estaba vacía. Entre los oradores, el chinoista Juan Carlos Alderete dijo «No queremos que vuelva Macrì». Esta prueba de fuerza fue presentada como una expresión de apoyo al gobierno, donde la sucesión de Daniel Arroyo recae en el ex intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta. El integrante de una organización que no comulga con Los Cayetanos, lo reinterpretó: “Es cierto. Sostienen al gobierno, en el mismo sentido que la soga al ahorcado”.

Alguien que escribe desde un cubículo de dos por dos, cerca de Tribunales, sin ventanas, tiene necesariamente guiarse por lo que le cuentan. O ve por televisión. “La marcha fue extensa pero no de gran densidad” fue una de las frases que más molestó a los militantes sociales. Lo que podría ser un elogio en tiempos de pandemia (la falta de densidad es distanciamiento social) estaba dicho con ‘mala leche’ -así lo caracterizó un referente barrial, que comulga con Los Cayetanos, consultado por LCV-.
La bronca de Grabois se reflejó en un extenso post en su facebook de que extrajimos algunas definiciones:
“Hay una obsesión histérica contra los “planes sociales”; nos ponen a nosotros como responsables de la pobreza del país porque organizamos a la gente que los recibe. Los más descarados dicen que nosotros tenemos la gente como rehenes. Los más amables repiten que hay que “convertir los planes en trabajo”(….)Se tienen que lavar la boca antes de hablar de nosotros burócratas de la política, ustedes inmorales, ustedes vendidos y coimeros.(…) La otra cantinela que se escuchó estos días. Que estamos calientes por el cierre de listas. Que los dirigentes tienen aspiraciones políticas. Sí claro. Muchos. No todos. Yo no. Nunca pedí nada para mí. Pedí si para las mejores personas que hay en este país: las cartoneras que reciclan el descarte de tu consumo como Natalia Zaracho, las campesinas que producen los alimentos que vos comés en quintas alquiladas como Elsa Yanaje, las mujeres que salieron de la prostitución y ayudan a otras como Daniela Castro. Que además son cuadros más formados y más inteligentes que el 70% de los diputados que hoy tenemos ¿Está mal pedir eso?…Todos los movimientos sociales realizan una tarea impresionante en los lugares donde nadie quiere estar. Todos. Cada comedor, cada olla popular. Ahí hay amor. Ahí está Dios. Y sí, se mezcla todo. Jesús con los publicanos y pecadores. Y sí efectivamente hay dirigentes de movimientos populares que tienen aspiraciones políticas, cargos, etc. Qué gran drama ¿no? ¿Los presidentes de los clubes de fútbol no las tienen? ¿Los grandes empresarios no las tienen? ¿Los funcionarios que manejan presupuestos millonarios no las tienen? ¿Los zares de la obra pública no las tienen? ¿Los sindicalistas no la tienen? ¿Los dueños de los medios no las tienen? ¿Con ese argumento nos van a descalificar?”
Entre tanta alharaca…
En definitiva, los analistas van desde ver un incendio a la vuelta de la esquina provocado por cabecillas en condiciones de movilizar a 300.000 personas, a quienes, además, tienen esclavizadas con un plan de brinda el Estado; hasta considerar que son ovejas que a pesar de morir de hambre hicieron una marcha a favor del gobierno, como ironiza con su supuesto vocero Horacio Verbitsky. Ninguno, en cambio, reproduce los reclamos de la marcha, ni su clima, ni las historias de vida que allí se podían encontrar.
Un poco de claridad entre tanta humareda -esta vez provocada por los medios y no por las gomas quemadas- La Columna Vertebral te cuenta qué estaban pidiendo en esta convocatoria:
“Desde nuestras organizaciones siempre levantamos nuestras reivindicaciones con propuestas concretas, iniciativas que surgen desde abajo, pensadas por los y las que necesitan su implementación urgente. Entre estas leyes están:
Salario Básico Universal; Protección de Cinturones Verdes; Ley de Envases con Inclusión Social; Ley de Situación de Calle y Familias Sin Techo; Ley de Góndolas; Ley de Tierra, techo y Trabajo; Pesca Artesanal; Abordaje Integral de la Economía Popular; -Tierra a los Polos Productivos; Urbanización de los Barrios Populares; Ley Integral de Cuidados Comunitarios; Reparación histórica de la agricultura familiar e indígena para una nueva ruralidad en la Argentina.
Nosotros y nosotras proponemos la universalización del salario. Se trata de reconocer el trabajo de todos y todas, tanto de quienes están en el sector formal como en el informal. Todos y todas contribuimos a la riqueza social: desde un productor hortícola hasta una desarrolladora informática. Todos y todas merecemos un piso mínimo de ingresos. La Argentina tiene capacidad de financiar un salario básico universal equivalente a un tercio del salario mínimo y superior a la línea de indigencia para garantizarle un piso de ingreso al conjunto de la clase trabajadora. Esto debe realizarse ya.”
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Después del domingo, a redoblar la apuesta, por Alberto Nadra
Un aporte desde mi militancia
Lejos estoy de la soberbia pretensión de explicar a tan pocas horas los resultados de este domingo sombrío. Eludo cifras, porcentajes y bancas, e intento compartir una actualización de las afirmaciones y categorías que vengo planteando hace muchos años, mi forma de militancia con la palabra, así como con la acción que me permiten los años.
Las concibo como un simple aporte al intercambio que debemos darnos quienes nos consideramos parte del movimiento nacional y popular, tanto los que entienden que su misión es mejorar las condiciones de vida del pueblo dentro de este capitalismo senil –pero en pleno reacomodamiento– como quienes siempre consideramos que solo lo lograremos plenamente mediante un transformación revolucionaria en las estructuras económico-sociales, un cambio de mando en el poder y no meramente en la administración temporal de la cosa pública.
La situación es lo suficientemente grave, hemos retrocedido tanto, que aún falta mucho para dirimir esa cuestión.
Ganar batallas, perder la guerra
A lo largo de los años, el peronismo, fuerza mayoritaria entre lo mejor de nuestro pueblo, demuestra que puede lograr la mayoría electoral por períodos, hegemónico en un principio, ligeramente frentista con el tiempo y las dificultades. Sobre todo cuando convoca a otros sectores del campo popular, puede conquistar o reconquistar derechos, mejorar transitoriamente las condiciones para producir y crear trabajo, recuperar el salario o afirmar la soberanía.
Sin embargo, no puede retener esa mayoría electoral, pues el poder real reacciona al ver cualquier amenaza a sus privilegios. Ante esto y hasta ahora, en lugar de redoblar la apuesta, cede ante el poder real y vacila ante la necesidad de producir cambios de fondo en la estructura y la relación de fuerzas social que la determina. Por eso fue y es desplazado, antes por golpes de Estado y ahora también por las urnas.
¿Qué significa redoblar la apuesta?
Para cambiar en serio y ampliar las posibilidades de sostenerlo en el tiempo, no alcanza con las buenas intenciones ni con avances parciales; se exige redoblar la apuesta: confrontar a fondo con el privilegio y enfrentar el “sentido común”, la ideología dominante en toda la sociedad, que es precisamente la del bloque dominante.
¿Qué significa redoblar la apuesta, sea en la gestión para defender conquistas y profundizar el rumbo, sea en el llano para resistir y reunir fuerzas para dar vuelta la taba en favor de las mayorías?
Desde ya no es una convocatoria el exitismo, ni a las chicanas de la interna chica. Significa algo muy distinto a lo que practica la rama partidocrática del heterogéneo movimiento popular, que no solo la hay, sino que es predominante en su dirigencia.
Necesitamos que se reencuentren con el pueblo, que pongan el cuerpo en las luchas que crecen, pero aisladas, sin coordinación ni dirección política.
Es necesario convocar y lograr la unidad, pero la unidad de los luchadores, no un mero rejunte vacío de contenido, que no solo duele, sino que conduce al fracaso, antes o después de un desafío electoral.
Es necesario que esa unidad sea amplia pero a la vez institucionalizada, con protagonismo de las distintas fuerzas, con toda la amplitud que permita un acuerdo programático claro y acompañado por un plan de acción concreto, para gobernantes y gobernados, para dirigentes y militantes.
Preguntas, tan incómodas como necesarias
En ese camino hay que plantearse problemas de fondo como, a título de ejemplo: ¿es posible reconstruir el país y abrir un futuro de progreso y bienestar sin plantear una moratoria unilateral de la deuda externa, por el tiempo que reclame esclarecer su legitimidad y determinar las formas de pagos que permitan crecer a la nuestro país? ¿Es posible sin replantear una estrategia de independencia internacional que incluye acuerdos regionales y apelar a la cooperación e integración con los BRICS? ¿Seguiremos escuchando condenas a la bronca y el combate cuando negar la legitimidad de responder a la violencia es sellar un pacto con la crueldad?
La disyuntiva final
Unidad institucionalizada, programa y plan de acción. Cultivar la bronca, empujar la lucha organizada y transformarla en combate legítimo.
No son frases hechas, ni un recurso más melancólico que práctico.
¿Es difícil? ¡Claro que lo es! Llevamos años y acumulando dolores sin lograrlo. Pero, mientras no se logre, mientras no lo logremos, seguiremos ganando o perdiendo elecciones, conquistando y reconquistando derechos una y otra vez, pero retrocediendo a mediano y largo plazo.
Sé que no digo nada nuevo para tantos luchadores, pero es hora de empezar a decirle a la dirigencia y militancia, principalmente a la peronista, que es eso o seguir profundizando la decadencia, repetir fugaces triunfos y domingos aún más sombríos que el de este 26 de octubre.
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“Un mi padre de ron”, por Oscar Taffetani
Un amigo cubano -cuyo nombre me reservo- me contó una vez que en sus últimos años Ismaelillo (el hijo de José Martí bautizado José Francisco Martí Zayas Bazán), quien a lo largo de su vida mantuvo una relación particular con los EEUU (creció en Brooklyn, intervino en la guerra de Independencia cubana, apoyó las intervenciones y el protectorado norteamericano y ya convertido en alto jefe militar se apartó de todo al fin de la conspiración de los ABC), solía rondar por hoteles y tabernas esgrimiendo un billete con la cara de su padre y pidiendo en voz alta “un mi padre de ron”. Deliciosa anécdota.
Me acordé de esto cuando ciertos dirigentes nuestros cuestionan -“por principios”- el inesperado salvavidas que Scott Bessent -amigo de Soros- le tiró al ministro Toto C. al comprar pesos argentinos la pasada semana (pesos que muy pronto estará recomprando, con ganancias).
Ay, si eso fuera todo! Esta dirigencia vernácula sigue sin entender que una buena parte del voto favorable al Advenedizo, ayer domingo, se debe a la perspectiva cierta de que al gobierno se le fuera todo de las manos -como a otros- por un “golpe de mercado”.
Fue un voto defensista y conservador, pero no un voto “colonialista”. Nuestros asuntos pendientes (deuda, recursos naturales, Estado, producción) siguen estando pendientes, y mi deseo es que puedan abordarse y resolverse sin perder las instituciones democráticas ni la Independencia argentina.
Nada, eso.
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“Represión y abandono en el Chaco: la comunidad Qom bajo ataque”
Introducción
En la provincia del Chaco, las comunidades originarias vuelven a ser blanco de la represión estatal. La semana pasada, un violento operativo policial atacó una manifestación pacífica de la comunidad Qom en la localidad de Villa Río Bermejito, dejando decenas de heridos y varios detenidos. Detrás de los palos y las balas de goma, se esconde una crisis humanitaria marcada por el hambre, la falta de agua y la eliminación de pensiones no contributivas.
Para comprender la magnitud de lo que ocurre y el rol del Estado en este conflicto, La Columna Vertebral – Historias de Trabajadores dialogó con Johana Duarte, secretaria gremial de la UTEP.
LCV: “¿Cómo nace el conflicto que derivó en la represión a la comunidad Qom del Chaco?”
Johana Duarte: “La semana pasada, en la provincia del Chaco, se graficó una situación que venimos denunciando en todo el país, pero que en algunos lugares, como las provincias del norte, se profundiza más: la crisis alimentaria y la que viven las comunidades originarias producto del brutal ajuste que lleva adelante el gobierno nacional. En este caso, también en complicidad con el gobierno provincial, encabezado por Leandro Zdero, alumno perfecto de Milei. Digo ‘alumno perfecto’ porque no solo es cómplice del ajuste nacional, sino que implementa en la provincia más pobre de la Argentina las mismas políticas: ajuste, persecución, estigmatización de los trabajadores y represión. Es un modelo calcado del nacional.”
LCV: “¿Qué situación concreta están atravesando las comunidades en el territorio?”
Johana Duarte: “En la zona del Impenetrable chaqueño, hace varios meses que no llegan alimentos ni asistencia en agua. Son derechos básicos contemplados incluso por un fallo de la Corte Suprema en 2016, que intimó a la provincia a garantizar el cumplimiento de esos derechos. Desde la asunción de Milei en la Nación y de Zdero en el Chaco, esa asistencia se cortó. Las comunidades reclaman hace meses la restitución de esos derechos básicos. A eso se suma la baja masiva de pensiones no contributivas, que eran el único ingreso de muchas familias. La situación es de una gravedad absoluta.”
LCV: “¿Cómo se produjo la represión?”
Johana Duarte: “La semana pasada, en Villa Río Bermejito, las comunidades se habían congregado pacíficamente en la plaza central para movilizarse y exigirle al intendente que reclamara por los derechos que se están vulnerando. Pero el reclamo fue respondido con una represión feroz: más de 300 efectivos de la policía provincial atacaron a manifestantes indefensos, en su mayoría adultos mayores, mujeres y niños. Hubo casi 50 heridos y cinco detenidos. Lo más grave es que el operativo fue encabezado por el propio jefe de la policía del Chaco, mientras las mafias y el narcotráfico avanzan impunes en la capital. Es el modelo de seguridad impuesto por Patricia Bullrich: reprimir a los pobres en lugar de enfrentar el delito real.”
LCV: “¿En qué estado está hoy el conflicto?”
Johana Duarte: “Luego de la represión, las comunidades siguen en asamblea permanente. Reclaman tres cosas urgentes: alimento, acceso al agua y la restitución de las casi 10.000 pensiones dadas de baja arbitrariamente. Además, el Estado Nacional cerró oficinas como ANSES o el Ministerio de Capital Humano, y en esa zona la delegación más cercana está a 80 kilómetros, en Castelli. Es decir, no solo les quitan lo que necesitan, sino que también les niegan dónde reclamarlo.”
LCV: “¿Qué pasos se están dando frente a esta situación?”
Johana Duarte: “Las comunidades continúan en estado de asamblea y han iniciado acampes a la vera de distintas rutas del Chaco. Se exige al Poder Ejecutivo provincial que dé respuesta inmediata. La lucha va a continuar, porque las pensiones son un derecho adquirido y no vamos a permitir que se las arrebaten.”

